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Actividad 1: “Reforzando sentimientos de seguridad en nuestras hijas e hijos

pequeños”
Participantes: Madres y padres de niñas y niños de Inicial
Objetivo: Que madres y padres conozcan formas de reforzar el sentimiento de
seguridad en sus hijas e hijos.
Tiempo: 2 horas.
Materiales: - Hojas - Lápices o lapiceros
Presentación
Luego de recibir afectuosamente a las madres y padres de familia, se desarrolla una
dinámica de expresión de sentimientos (como “Simón manda” cuyas consignas
expresen estados emocionales: “Todos reímos”, “Todos estamos enojados”, etc.).
Luego se pregunta a las madres y padres de familia, si es igual manifestar las
emociones cuando estamos solas o solos, que cuando estamos con otras personas.
Desarrollo (1:10 h) Con apoyo de tres o cuatro madres y padres de familia se
escenifica una situación en la que se muestra a una mamá llevando a su niño pequeño
al centro de educación inicial. El niño, que ya se había adaptado a la escuela, ahora
expresa miedo de quedarse y no quiere separarse de su madre. Se pregunta a los
participantes:
• ¿Qué les pareció esta escena? ¿Qué sintieron?
• ¿Qué estará pasando con el niño? ¿Por qué ya no querrá quedarse?
• ¿A sus hijas e hijos les ha sucedido algo parecido?
• ¿Qué cambios ha habido en sus hijas o hijos?
Madres y padres se organizan en grupos y conversan sobre la forma en que suelen
actuar cuando sus hijos e hijas lloran, gritan o hacen pataletas porque no quieren
quedarse en la escuela. Hacen una lista de las reacciones que consideran que son
inadecuadas. Se asesora la actividad.
Se pide a cada grupo que prepare y presente una dramatización en la que muestren
formas correctas de actuar de madres o padres, cuando sus niñas y niños tienen
miedo de quedarse en la institución educativa. Luego de cada presentación se motiva
al grupo para que comente la forma de actuar.
Si ya se ha empleado la dramatización como dispositivo para la mediación
pedagógica, se sugiere que la sesión los ayude a expresar sus temores personales
sobre la situación de sus hijas e hijos pequeños (Inicial). También es una oportunidad
para dialogar sobre las pautas de crianza, los patrones patriarcales en el hogar y
detectar las situaciones de abandono, negligencia y maltrato que pueden existir en la
casa o en la escuela. Esta identificación se hace en forma genérica (sin identificarlos
en plenaria como específicos) y sobre la base de la simulación.
Cierre
Se orientan y refuerzan algunas ideas centrales:
• El “apego excesivo” (que no quieran separarse por ningún motivo de su mamá, papá
o seres queridos) suele ser una de las reacciones psicológicas más frecuentes en
niñas y niños pequeños cuando han vivido situaciones difíciles y de emergencia que
les hayan generado temor.
• Madres y padres pueden ayudar a sus niños a ir superando paulatinamente esta
dificultad; para ello se recomienda, en relación a sus hijos, que:
- Traten de tranquilizarlos con palabras, en tono de voz suave.
- Les permitan la cercanía física, por medio de abrazos o caricias.
- Los preparen cuando tenga que haber una separación.
- Se les mencione claramente cuánto tiempo o hasta qué hora durará la separación.
- Se aseguren de darles compañía, cuando consideren necesario.
- Tengan mucha paciencia frente a sus reacciones.
- Eviten decir mentiras o hacer promesas que no van a cumplir para convencerlos.
Se evalúa el trabajo realizado respondiendo a las siguientes preguntas:
• ¿Cómo se han sentido?
• ¿Para qué les va a servir lo trabajado?

CHARLA
¿Has escuchado la frase: "la letra con sangra entra"? Este dicho defiende que la mejor
forma de educar es utilizando mano dura e incluso correcciones físicas. Si estás de
acuerdo con esta frase, me gustaría decirte que cuando corriges a tu hijo utilizando la
violencia realmente no lo estás educando, lo estás lastimando y dañando sus
emociones.
Tal vez creas que estoy exagerando, ya que fue común que durante tu infancia
recibieras alguna vez un tirón de orejas, una nalgada, un manotazo o algún golpe
correctivo. Sin embargo, los tiempos han cambiado y tú como padre no puedes seguir
repitiendo técnicas de educación del pasado que no funcionaron. En este artículo vas
a encontrar cuatro razones que te convencerán de que los golpes no son la solución.

1. Violencia genera violencia

Los niños aprenden por medio de la imitación, y si se dan cuenta que tú los corriges
utilizando gritos y golpes, ellos aprenderán a solucionar sus problemas por medio de la
fuerza física y la violencia. Incluso las estadísticas comprueban que las personas que
fueron educadas en su infancia con golpes y maltratos, corren mayor riesgo de ser
arrestados en su vida adulta por actos violentos y conductas agresivas.

2. El miedo no genera conciencia

Los golpes pueden controlar a tu hijo solo mientras tú lo estás vigilando. Él se va a


comportar debido al miedo que le causa que tú le vuelvas a pegar. Lo ideal es que por
medio de límites lo ayudes a formar su propio criterio; de este modo te aseguro que
aunque no estés presente, tu hijo será responsable en todo momento. Te recomiendo
impulsarlo a reflexionar y a entender las razones por las que su conducta fue
incorrecta.
3. Es por tu bien, a mí me duele más que a ti

En primer lugar tu hijo es mucho más pequeño que tú en tamaño y, debido a su corta
edad, aún no tiene la capacidad para entender por qué su papá está reaccionado con
tanta ira. No te engañes, a nadie le duele más que a tu hijo. No importa lo mal que se
haya portado, no se merece que lo castigues de una forma tan injusta sin que él se
pueda defender.

4. La injusticia crea resentimiento

Imagínate que estás en tu trabajo y tu jefe comienza a gritarte y a golpearte enfrente


de toda la oficina porque cometiste un error en el proyecto que le entregaste. Como tu
jefe es la autoridad no puedes reclamar ni hacer nada en su contra por miedo a que te
despida. ¿Cómo te sentirías? Seguramente impotente y enojado.
Quiero que sepas que así se siente tu hijo cuando recibe alguna corrección física de tu
parte. Se siente impotente y triste al darse cuenta que está siendo agredido y
humillado por la persona que más ama en el mundo: su papá o mamá
Aunque un golpe sea aparentemente inofensivo te aseguro que puede causar más
daños que beneficios en tu hijo. Decide poner un alto a esta terrible práctica, recuerda
que para que tu hijo sea una persona respetuosa, primero debe ser un niño respetado.

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