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Teatro popular

El teatro popular que se llevó a cabo durante el Renacimiento iba destinado a un público
abierto que debía de ser atraído y se desarrolló al mismo tiempo que el teatro destinado al
público cautivo/cerrado. Los grandes exponentes de este teatro popular fueron Lope de Rueda
y su teatro ambulante, en España, de donde se extrae el famoso personaje del criado gracioso
que más adelante pasará a ser el bobo del entremés, y la Comedia dell’Arte, en Italia. Es a
través de este teatro popular que se introduce el concepto de profesionalización en el teatro,
que se refiere al hecho de obtener beneficios por una labor concreta, como es, en este caso, la
tarea de representar o escribir teatro. De esta manera, ya Lope de Rueda pasaba la gorra tras
sus espectáculos y, posteriormente, con la aparición del corral se instalará una taquilla que
cobrará la entrada a todos sus asistentes. Así, este autor es considerado el primer ‘hombre de
teatro’ de España porque escribe teatro no como divertimento ni por la búsqueda de fama,
sino para vivir de él, hecho que se convierte en un gran condicionante en su dramaturgia,
puesto que para conseguir el aplauso del público es más eficaz llenar una obra de pasos
cómicos repletos de caricatura y deformación cómica que construirla según las reglas del arte.
Sus obras(cuatro comedias, algunos coloquios pastoriles y veinticuatro pasos, intermedios
cómicos por los que fue conocido en la posteridad y que más fama le dieron en sus tiempos)
reflejan una evidente influencia de la comedia italiana dado que desde el año 1535 viajaban
por España compañías de cómicos italianos de los que Lope de Rueda recoge ciertas ideas.
Los pasos cómicos de Lope de Rueda están protagonizados por personajes arquetípicos
inspirados en la tradición popular (el rufián, el bobo, el criado listo, la negra, el criado
tonto...). En relación con esto, Lope, en la escritura de sus personajes, tiene en cuenta al Lope
actor y los papeles que mejor representa. Estos personajes reflejan el uso coloquial y
cotidiano del lenguaje de la época y, al desechar el uso del verso y sustituirlo por una prosa
sacada directamente de este lenguaje popular, Lope de Rueda se diferencia como autor entre
los de su época, realizando un retrato de la sociedad española del s.XVI, como se aprecia en
el famoso paso de las aceitunas que retrata la discusión de una familia sobre el precio al que
van a vender unas aceitunas que aún no tienen siquiera. Estos pasos se representaban entre
jornada y jornada de la fiesta teatral, compuesta por:
1. Loa al gobernador(conde, duque…) del momento.
2. Primera jornada.
3. Entremés.
4. Segunda jornada.
5. Entremés/baile.
6. Tercera jornada.
7. Mojiganga: pasacalle/desfile grotesco y jocoso.

En cuanto a quiénes eran los que hacían llegar este teatro popular a las gentes, se habla en El
viaje entretenido de ocho tipos de compañías, ordenadas a continuación de menor a mayor en
base a su grandeza: Bululú, un único representante (actor) que hacía su representación sobre
un arca mientras el cura pedía la limosna si este le dejaba; Ñaque, dos cómicos ambulantes
que representaban un entremés, algún fragmento de un auto y rimas de octavas y loas y
cobraban a ochavo o a dinerillo; Gangarilla, tres o cuatro hombres acompañados por un
muchacho que hacía del personaje de la dama los cuales representaban el “Auto de la oveja
perdida” y dos entremeses de bobo, para lo cual hacían uso de barbas postizas, pelucas, sayas
y tocas; Cambaleo, una mujer que canta y cinco hombres actores que representaban en los
cortijos y en los pueblos una comedia, dos autos y tres o cuatro entremeses y que en los
cortijos actuaban a cambio de comida, mientras que, en los pueblos, por seis maravedís,
comida o cualquier cosa que pudiesen ofrecer, quedándose en cada lugar 4-6 días; Garnacha,
cinco o seis hombres, una mujer que hace de la dama primera y un muchacho de la segunda
que llevan un arca con vestuario, barbas, cabelleras… y representaban cuatro comedias, tres
autos y otros tantos entremeses estando en cada pueblo ocho días y cobrando con comida y
cuatro reales a particulares, y con vino y doce reales en las fiestas; Bojiganga, dos mujeres,
un muchacho y seis o siete hombres que representaban seis comedias, tres o cuatro autos,
cinco entremeses, dos arcas, una con hato de la comedia y otra de las mujeres, por la noche y
en fiestas de día; Farándula, un grupo de hombres y tres mujeres que representaban ocho y
diez comedias, llevaban dos arcas de hato y hacían fiestas de Corpus por doscientos ducados;
y Compañía, grandes grupos de hombres y mujeres bien posicionados socialmente que
representaban cincuenta comedias y llevaban consigo una cantidad enorme de vestuario.

Por otro lado, el lugar en el que se llevaba a cabo el teatro popular fue evolucionando con el
tiempo hasta el asentamiento del corral como lugar de representación teatral en pleno Siglo
de Oro. Este camino hacia la construcción del corral en el interior de los patios de vecinos fue
impulsado en un primer momento por las cofradías, gracias a las cuales se establecieron
teatros permanentes en los patios de los hospitales.

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