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Universidad Externado de Colombia

Modelos de evaluación y transformación III


Camila Caro
Laura Fandiño
Nicolas Nuñez
Brian Sánchez
Relatoría de Introducción a la obra de Melanie Klein

Cápitulo I: Fantasía

La lectura está orientada a la fantasía y como esta ha sido trabajada por la autora Hanna Segal
basándose en conceptos de Sigmund Freud y Melanie Klein. Se inicia dando a conocer el
propósito del psicoanálisis, el cual se ocupa de describir al hombre basándose en conceptos
como el YO, SUPERYÓ y ELLO, en este sentido, se abordó el tema de la fantasía como un
elemento inconsciente sobre los contenidos de nuestro cuerpo y nuestra psique.

Fantasía para cada impulso instintivo


Las fantasías inconscientes están presentes cotidianamente en las personas, en las actividades
que son necesarias para vivir como en las que no, un ejemplo de esto es cuando una persona
tiene mucha hambre y desea comer pescado, su fantasía sería ir a comer específicamente esto.
En este sentido, las fantasías están activas en cada individuo en todo momento y esto no
significa que esté enfermo o que esté mal, a menos que el sujeto al determinar su estado
psíquico por medio de la naturaleza de sus fantasías inconscientes, se de cuenta que están
intrínsecas en la relación con la realidad y que no son fantasías que hagan parte de sus
necesidades naturales sino en sus impulsos.

Del mismo modo, la fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos desde que el
sujeto nace, es por esto que para cada instinto hay una fantasía, pues la fantasía es una
función del “yo” que influye en la manera que percibimos la realidad y viceversa, no
obstante, esa percepción de la realidad se ve intervenida por el ambiente, ya que este da paso
a la interpretación en función de los propios instintos y fantasías.

Fantasía como escapatoria de la realidad externa

Continuando con lo anterior, es necesario acerca de la interpretación según los instintos los
cuales están mediados por el factor ambiental en el desarrollo, entendiendo el desarrollo
como lo planteó Freud como instintos yoicos y sexuales. Estas fantasías son producto de las
experiencias que a su vez se encuentran permeadas de cierta manera por estas mismas
fantasías. Es decir, si hay una experiencia negativa, la fantasía será negativa. Es importante
destacar la importancia del mundo externo en este tema, puesto que no solamente es desde
allí (el ello) que el individuo crea sus experiencias y sus fantasías, también es lo que da forma
al mundo en sí.

Por consiguiente, estas necesidades planteadas durante el desarrollo psíquico del individuo en
cada etapa (oral, anal, falo edípica y genital adulto) se encuentran fuertemente estructuradas
por las experiencias y fantasías. Y retomando lo anterior, al momento en que seda una
experiencia negativa, la fantasía lo será; lo cuál lleva al individuo a pensarse como alguien
malo, y como soy malo, el mundo también lo es y lo será conmigo. Aquí en este punto los
individuos ven la realidad. Sin embargo, la fantasía siempre seguirá con ellos.

Fantasía para defenderse

En principio la autora nos plantea que las fantasías también tienen un componente de defensa
o escape de la realidad externa, teniendo en cuenta que la fantasía muchas veces tiene un
objetivo de satisfacer necesidades que prescinden de la realidad externa, la autora menciona
que dicha satisfacción comprende como una gratificación de dichas fantasías pueden
funcionar como defensa o protección ante la privación ofrecida por la realidad externa.

Sin embargo, esta fantasía es mucho más compleja, porque Segal (2003) asegura que también
pueden ser la defensa contra realidades internas,es decir , cuando se crean fantasías
instintivas, no solo se realizan o se generan debido al displacer frente a una realidad externa,
sino también se comprenden realidades internas tales como emociones, sensaciones o
necesidades. Por otro lado dichas fantasías para defenderse, también sirven en contraparte de
otras fantasías, la autora nos propone un ejemplo claro, que es la anteposición de fantasías
maníacas contra fantasías depresivas, en donde la fantasía maníaca nos permite ver la luz que
contiene un objeto ideal que cae sobre el yo, mientras que la fantasía depresiva que contiene
la sombra de un objeto destruido que cae igualmente sobre el yo. Se nos explica que las
personas mismas reconocerán mediante la experiencia la función de las fantasías,
reconociendo su emoción y cómo se integra dentro o fuera de sí.

Introyección y proyección
Por último, la autora describe que la fantasía y la estructura mental tiene dos mecanismos que
aclaran la relación compleja que tiene estas, la introyección y la proyección. Estos procesos
psicológicos dan cuenta de las catexias de objetos abandonados y la presencia misma en las
fantasías de los individuos, de este modo, la introyección se describe el cómo el yo y el ello
logra internalizar los rasgos y/o la personalidad de los objetos en la infancia más temprana.
Así, la contribución de aquellos permiten el desenvolvimiento del sujeto en sus características
personales, sin embargo, si estas no se asimilan en la estructura del yo estas conllevan una
relación, como lo es el superyó.
Además, la autora describe que cuando la introyección de estos objetos amados son a
temprana edad, más fantasiosos pueden ser los escenarios de fantasía que tiene el sujeto, lo
que puede generar un fenómeno de distorsión por la proyección misma de ellos, dando a
entender que la proyección es un mecanismo de defensa que tienen las personas frente a estos
impulsos, sentimientos y deseos, que se le atribuye a estos objetos de la realidad, su
interacción constante con ellos, y su representación en las fantasías.
Respecto a la relación objetal, se describe que el primer objeto amado que está ligado con la
construcción del yo y de las fantasías inconscientes del niño es el Ello, luego a la llegada de
la etapa oral emergen los objetos parciales, los cuales son el seno, que manifiesta el impulso
del comer; y el falo que manifiesta el impulso del placer. y por último llegarían los objetos
permanentes como el padre, la madre y las parejas parentales. Por lo tanto, al estar
estimulando constantemente esta relación objetal, el mundo interno del individuo empieza a
crecer y complejizarse, lo que determinar la personalidad de este.
De otro lado, la autora describe que al estar tan estrecha la conexión de la estructura del yo y
del inconsciente da pie a que mediante la escucha, la conversación y el análisis se pueda
incidir en esta estructura del yo y del superyó. Esto se debe a que al analizar las relaciones
que tiene el yo con los objetos internos o externos, se puede modificar el vínculo y la fantasía
de estos objetos, lo que permite una reestructuración del yo.

Se pudo concluir que las fantasías inconscientes siempre estarán presentes en la psique del
individuo, pero esta no incide o condiciona al sujeto como lo puede ser un complejo psíquico
o una enfermedad, sino que determina el estado psíquico de estas fantasías inconscientes y su
relación externa.

Bibliografía
● Segal, H. (2003). Introducción a la obra de Melanie Klein. Buenos Aires. Paidos.

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