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El derecho es norma, ya que todas las actividades están reguladas por ciertas
directrices que establecen lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse.
Desde esta perspectiva, el derecho se puede contemplar como un conjunto de normas
que regulan la conducta humana en la vida social.
El derecho es valor, contiene valores. Sus normas jurídicas no pueden tener cualquier
contenido, ser inmorales o de imposible cumplimiento.
Es posible que alguna norma jurídica sea injusta, pero cuando se reconoce como tal, se
admite de inmediato que representa un fallo del sistema que debe corregirse.
Cada una de las tres dimensiones constituye el tema de una rama distinta del
conocimiento sobre el derecho.
La teoría del derecho es una rama de la filosofía del derecho, aunque algunos autores
como Hans Kelsen la consideran una parte de la ciencia jurídica en sentido estricto, la
parte que estudia no el contenido sino su forma lógica.
Estas son las dos grandes corrientes de pensamiento sobre el derecho. Al partir de
conceptos de derecho diferentes, llegan a conclusiones distintas, a veces opuestas o
contradictorias en casi todos los temas.
El concepto del que se parta, influirá en su aplicación práctica a los conflictos jurídicos
presentados ante los jueces.
Un juez que adopte la versión positivista del derecho, se limitará a resolver los casos
aplicando estrictamente la ley sin preocuparse por si son justas o no.
Mientras que un juez que adopte la version iusnaturalista, tratará de encontrar en
cada caso una solución que concilie el respeto a las leyes con la satisfacción de las
exigencias de la justicia.
Si el concepto de derecho adoptado repercute tanto en su tratamiento teórico,
científico y aplicación práctica, da a entender la necesidad de establecer un concepto
claro del derecho.
Construir ese concepto riguroso de derecho es la tarea de la Tª del derecho.
Kant decía en su obra razón pura que los juristas aún buscaban una definición de
derecho. Estas palabras siguen siendo válidas a día de hoy, no porque no exista un
definición del derecho, sino lo contrario, ya que diversos autores han propuesto
numerosas opciones diferentes, y es la existencia de tantas definiciones lo que
demuestra la dificultad para establecer un concepto de derecho adecuado.
Esto resulta sorprendente ya que el derecho no es una realidad isotélica, sino que está
presente en nuestra vida cotidiana. Casi cualquier acto tiene una trascendencia
jurídica.
La presencia del derecho en la vida de las personas resulta especialmente evidente
cuando se realiza un acto antijurídico.
Las instituciones jurídicas forman parte del derecho, pero no es necesario cometer
delitos para entrar en contacto con el derecho. El nacimiento, por ejemplo, también
está relacionado con el derecho, ya que supone la aparición de un nuevo sujeto de
derecho.
En primer lugar, puede percibirse como una barrera defensiva de nuestros bienes,
intereses…
Aquí la palabra derecho tiene un sentido subjetivo y equivale a la potestad que tiene
un individuo y que los poderes públicos han de reconocer y garantizar
Por ejemplo: `èl derecho sanciona el tráfico de drogas´´; `èl derecho nos obliga a
devolver los préstamos recibidos´´…
Aquí la palabra derecho no tiene un sentido subjetivo, sino objetivo. Equivale a normas
que establecen lo que debe hacerse.
Estas son las dos caras del derecho. No puede proteger las libertades de los individuos
sin obligar de forma coactiva al resto a obligar esos derechos y libertades.
El carácter amibivalente del derecho se expresa en este viejo azorismo latino ``ubi lex
ibi poena, poena ubi periculum ibi lex´´ (donde esta la ley está la pena, donde está el
peligro está la ley)
En tercer lugar, el derecho se puede percibir como una necesidad moral. Así es como
el derecho es percibido por quienes protestan ante una situación injusta con la
expresión no hay derecho, donde la palabra derecho equivale a justicia.
Expresiones como esta demuestran la existencia de sentimientos jurídicos compartidos
por todos los seres humanos que se activan ante la falta de ética. Muestra la relación
entre el derecho y la justicia o la moral.
En cuarto lugar, el derecho se puede percibir como una disciplina científica. Como en
el caso de afirmaciones como `èstudio derecho´´; `el grado en derecho se cursa en
cuatro años´…
Aquí la palabra derecho designa una rama del conocimiento.
Por lo tanto vemos que la palabra derecho refleja diferentes facetas del fenómeno
jurídico que explica la pluralidad la multiplicidad de conceptos que han sugerido los
teóricos del derecho. No se puede definir el término derecho a traves de una sola
dimensión.
3. Concepción del derecho como lo justo
Otro destacado jurista romano que hace la misma identificación es Celso, que define el
derecho como el arte de lo bueno y lo justo (Ius est ars boni et aequi)
Durante la E.Media, la identificación entre derecho y justicia fue hecha por Tomás de
Aquino, quién decía que el derecho es la materia de la que trata la justicia, aquello de
lo que la justicia se ocupa.
Por lo que para saber qué es el derecho, es conveniente saber qué es la justicia.
Tomás de Aquino la entiende como una virtud moral, inspirándose en Ulpiano, por la
que una persona da a cada uno lo que le corresponde.
Los derechos que tiene cada persona viene determinado, por la ley entre otras cosas.
Sin embargo, no se debe confunfir la ley con el derecho.
La ley no es el derecho, sino una cierta razón del derecho, un criterio que ayuda a
definir lo que es derecho en cada caso.
El derecho es lo justo concreto, la solución justa para cada caso conreto. En definitiva,
el derecho es ID QUOD IUSTUM EST (aquello que es justo).
Pasada la E.Media, esta concepción pierde fuerza, pero seguirá siendo defendido por
algunos como Francisco de Victoria durante los siglos XVI y XVII.
Esta primera concepción ha llegado hasta nuestros días, pero de una forma
minoritaria. El principal inconveniente que plantea esta concepción del derecho es que
hace imposbile reconocer la existencia de un derecho injusto. Sin embargo, es facil
comprobar que han existido numerosas leyes injustas e inmorales e incluso
ordenamientos jurídicos corrompidos por la tiranía de sus creadores, como es el caso
del derecho alemán nazi.
Si esto sucede, no parece adecuado identificar el derecho con la justicia.
La respuesta del Iusnaturalismo clásico consiste en negar que el derecho injusto sea
autentico derecho. De derecho solo tiene la apariencia.
Esta respuesta resulta insatisfactoria y poco realista. Es más apropiado identificarlo
como un derecho defectuoso.
Por lo tanto, puede ocurrir que un derecho sea injusto, pero no por eso deja de ser
derecho.
4. Derecho como facultad subjetiva
Renunciar al usus iuris equivaldría a renunciar a la riqueza, que era la aspiración de los
franciscanos. Es así como se origina la idea del derecho en sentido objetivo.
En esta línea, hay quién concibe el derecho como facultades concedidas por la ley. No
es de extrañar que un autor tan perspicaz como Francisco Suárez, despues de acoger
los dos conceptos vistos previamente, afirme que derecho significa ley.
Hay que tener en cuenta que Suárez es un autor de comienzos del SXVII, cuando ya se
había consolidado la monarquía absoluta.
El Estado moderno se caracterizó por la concentración del poder político en manos del
soberano. El soberano fue asumiendo nuevas potestades, como la potestad de crear
derecho, principal manifestación del poder político.
Teniendo en cuenta que el rey solo puede crear derecho dictando leyes, la ley terminó
por convertirse en la fuente primordial del derecho, restando importancia a otras
fuentes como las costumbres, los principios generales del derecho...
Entre los autores que adoptan la concepción del derecho como conjunto de leyes,
existen numerosas discrepancias debidas a su diferente concepción.
En contraposición, el positivismo jurídico defiende que las leyes son simples mandatos
dictados por las autoridades políticas y respaldados por el aparato coactivo del estado.
Rudolph von Ihering define el derecho como el conjunto de normas coactivas que
están vigentes en un Estado. Según este autor, el derecho se compone por la norma y
la coacción. Esta última para asegurar su cumplimiento.
Dado que la coacción es monopolio del Estado, solo aquellas leyes que cuenten con el
respaldo del aparato coactivo del Estado se pueden considerar auténticas normas
jurídicas.
Para él, la única fuente del derecho es el Estado.
Esta concepción positivista se puede clasificar como formalista, ya que no tiene en
consideración el contenido de las normas a la hora de determinar si son válidas o no.
En resumen, la validez de la norma dependerá de si cumple o no ciertos requisitos
formales:
En primer lugar, que haya sido dictada por las autoridades competentes; y que cuente
con el apoyo del aparato coactivo del Estado.
Esta concepción dominó el campo del derecho a partir de la segunda mitad del SXIX y
gran parte del SXX.
Ya a comienzos del SXX comenzó a ser criticada defendiendo la tesis de que el derecho,
más que un conjunto de leyes procedentes de leyes, era un conjunto de decisiones
judiciales.
Otros autores antepusieron las instituciones jurídicas, surgiendo así nuevos conceptos
de derecho.
El movimiento del derecho libre surgió en Alemania, con su precedente a finales del
SXIX en la obra de Oscar Bulow. Este demostró que los jueces no se limitan a aplicar
mecánicamente las leyes para resolver los casos, sino que crean derecho utilizando las
leyes como orientación.
Por lo tanto quién resuelve realmente los conflictos jurídicos no es la ley, sino el juez
que la interpreta y la aplica mediante un proceso de decisión que implica la creación
de nuevo derecho.
Estas ideas fueron posteriormente retomadas por otros juristas alemanes entre los
que destaca Herman Kantorowicz.
En 1906, publicó un escrito titulado ``La lucha por la ciencia del derecho´´ que se
onvirtió en una especie de manifiesto del movimiento del derecho libre.
Distingue dos tipos de derecho que conviven en el orden jurídico de cualquier país:
-El derecho estatal, integrado por las leyes que dictan las autoridades políticas.
-El derecho libre, conformado por los sentimientos jurídicos de los ciudadanos, las
decisiones de los jueces, las opiniones de los teóricos, juristas prácticos...
Es libre porque escapa del control del poder político.
El derecho libre asienta el terreno donde se construirá el derecho estatal.
Por lo tanto, el derecho no se reduce solo a la ley.
Esta tesis fue defendida más a fondo por el Realismo jurídico americano, un
movimiento mucho más radical que llegó a definir el Derecho como aquello que
deciden los jueces.
Es significativo que a comienzos del siglo XX el juez John Marshall dijera en
una de sus sentencias que el poder del juez, a diferencia del poder de la ley,
es inexistente, y que "los tribunales son meros instrumentos del Derecho y no pueden
querer nada".
A finales de ese mismo siglo, Oliver Wendell Holmes, gran precursos de esta corriente,
afirmó que el Derecho no es otra cosa que las previsiones de lo que decidirán los
tribunales.
Para Holmes, el Derecho en acción, que es el auténtico, y no el Derecho fosilizado en
los libros, no es un misterio, sino una realidad palpable.
El Derecho es todo aquello que ocurre en los tribunales de justicia. Las normas o reglas
de cualquier otro tipo, no son Derecho, sino solo instrumentos que sirven para orientar
su estudio y prever cómo actuarán los tribunales.
A una conclusión similar llegó Llewellyn, para quien las normas jurídicas no son más
que juguetes vistosos. No son el elemento central del Derecho.
En este punto cabe mencionar la influencia que tuvo sobre el Realismo jurídico
americano una corriente filosófica que surgió y se desarrolló en Norteamérica: el
llamado Pragmatismo americano: una filosofía interesada sobre todo por las
consecuencias prácticas de ideas y principios. No le interesaba tanto descubrir la
verdad o falsedad de una idea en sí misma, sino conocer sus repercusiones en
la vida social.
En los modelos anglosajones, los sistemas del common law, una de las fuentes
principales del Derecho son los precedentes judiciales, es decir, las decisiones
adoptadas por los jueces en el pasado. Estas serán útiles a la hora de resolver un caso
futuro similar.
Por esto, es comprensible que los realistas americanos conciban el Derecho como
un conjunto de sentencias judiciales que deciden los deberes y los derechos de las
personas.
En España ha defendido una concepción similar Álvaro D'ors, argumentando que allí
donde no pueden intervenir los jueces no existe Derecho.
Reconoce que no toda la vida del Derecho desfila por los tribunales de justicia, sino
solo una mínima parte.
Pero insiste en que hipotéticamente toda ella podría hacerlo. Si esta posibilidad se
excluye, queda excluida la idea misma del Derecho.
Añade un argumento basado en la etimología de la palabra juez (iudex, en latín). Según
explica D'ors, el término se compone de dos elementos: iu, que procede de ius, y dex,
que procede del verbo dico (decir).
Por lo tanto, iudex es quien us dicit. Si juez es quien dice el Derecho, Derecho
será lo que dice el juez.
Es cierto que las instituciones se organizan mediante normas, pero en opinión de los
institucionalistas, las instituciones son realidades previas a las normas.
Ej.
Las normas que regulan la organización y el funcionamiento de la familia se
contienen en varios artículos de la Constitución, en muchos artículos del Código
civil, y en importantes leyes adicionales, como la ley del divorcio de 1981.
Ese bloque de normas regula el matrimonio, el régimen económico del matrimonio, la
filiación, las relaciones entre padres e hijos, el divorcio, etc. Pero tales normas no
crean la institución familiar. La idea de familia como institución que vincula
profundamente a una serie de personas, es anterior a las normas que la regulan.
Por eso hay quien sostiene que los elementos básicos del Derecho
son las instituciones y no las normas. En otras palabras: El Derecho es un
conjunto de instituciones, más que un conjunto de normas.
El último concepto de Derecho es el de Derecho como relación o conjunto de
relaciones interhumanas:
Esta concepción está inspirada en el iusnaturalismo moderno de los siglos XVII y XVIII,
y fue posteriormente desarrollada por diversos autores, entre los que destaca Giorgio
del Vecchio.
La concepción del Derecho como relación parte también del rechazo a la
concepción que lo identifica con la ley o con el conjunto de normas impuestas
autoritariamente por el Estado.
Frente a esta concepción del Derecho, surge la que lo concibe como expresión de la
vida social que se manifiesta en una serie de relaciones entabladas o acordadas
libremente entre los individuos.
Pero no cualquier relación entre dos o más personas es una relación jurídica.
En general, toda relación jurídica consiste en una relación entre derechos y
obligaciones.
En resumen, las relaciones interhumanas de las que surgen derechos y deberes
correlativos se conocen como relaciones jurídicas, y constituyen los elementos básicos
del Derecho.
Conclusión
Como puede observarse, son muchos y muy distintos los conceptos de
Derecho elaborados por la doctrina.
Cada uno de ellos centra su atención en un aspecto particular del Derecho.
Es un fenómeno complejo, porque presenta varias facetas diferentes según la
perspectiva desde la que se observe.
Tiene una faceta valorativa, ya que aspira a ser justo y garantizar la libertad; una faceta
normativa porque se expresa mediante normas; y una faceta fáctica, ya que consiste
en hechos sociales como las decisiones tomadas por los jueces.
Todas estas facetas forman parte del fenómeno jurídico, de modo que todas las
concepciones del Derecho expuestas son en parte válidas, puesto que reflejan, más o
menos parcialmente, la realidad del Derecho.
Muchos autores han defendido esta última idea, concibiendo el Derecho como un
conjunto de normas, y suponiendo que sus otras facetas, como lo justo, las decisiones
judiciales, las libertades o facultades personales, las instituciones, etc. son
elementos derivados o dependientes de las normas. Elementos que sin las
normas carecerían de sentido y que, por tanto, se pueden reducir a las normas de
las que dependen.
Para comprobar o descartar esa supuesta prioridad de la
dimensión normativa del Derecho sobre las restantes, vamos a confrontarlas
entre sí.
En una de sus facetas, el Derecho se presenta como una serie de facultades,
poderes o libertades que tienen las personas. Ahora bien, las facultades o
derechos de los individuos son refleios o consecuencias de los deberes u
obligaciones que recaen sobre otros individuos. Nadie puede tener derechos
subjetivos si otros sujetos no tienen el deber de respetarlos. Si uno tiene, por
ejemplo, derecho a la vida es porque los demás tienen el deber de no atentar
contra ella.
Algunos han sostenido que el deber es lógicamente anterior al derecho, puesto que no
puede haber derechos sin deberes, pero en realidad también podría sostenerse lo
contrario, la prioridad de los derechos.
Según apuntó John Locke, esa ley superior en la que se apoyan es la ley natural.