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Número de expediente 2842

Fecha 27 Septiembre 2018

Distrito Judicial Caracas

Emisor Tribunal Superior Octavo de lo Contencioso Administrativo

Tipo de proceso Nulidad

LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


EN SU NOMBRE
EL JUZGADO SUPERIOR ESTADAL OCTAVO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DE LA
REGION CAPITAL
208° y 159°

PARTE DEMANDANTE: SOCIEDAD DAY CARE ALIMAR PREESCOLAR C.A.

PARTE DEMANDADA: MUNICIPIO BARUTA DEL ESTADO BOLIVARIANO DE MIRANDA.

TIPO DE SENTENCIA: INTERLOCUTORIA.

-I-
DE LA RECUSACION PRESENTADA
Mediante escrito consignado en fecha 24 de septiembre, suscrita por el abogado VICTOR ROBAYO, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 70.933,
actuando en su carácter de apoderado judicial de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Santa Marta (AVESAMAR), presentó formal
recusación contra mi persona como Juez Provisoria de este Tribunal con fundamento en lo previsto en los numerales 3 y 5 del artículo 42 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, en los términos que se transcriben a continuación:
“Del numeral 3 del artículo 42 de la Ley Orgánica de lo Contencioso Administrativo referido específicamente a la enemistad manifiesta entre la Juez
recusada, MARÍA TOLEDO DE SANTIAGO, y LA Asociación de Vecino de la urbanización Santa Marta y su abogado Víctor Robayo de la Rosa
(…) la Juez María Toledo de Santiago ha evidenciado su creciente enemistad con AVESAMAR y sus abogados. Ello incluso quedó registrado
durante la Audiencia de celebrada en fecha 1° de agosto de 2018, cuando la Juez María Toledo de Santiago faltó el respeto en forma expresa a
AVESAMAR y su abogado, al afirmar que su exposición era un dramatismo o un show enfocada en un tema ajeno al asunto principal, limitando y
entorpeciendo la exposición de AVESAMAR al punto de pretender dirigirla y encuadrarla para excluir del análisis judicial un tema esencial (…).
(…) durante el desarrollo de la evacuación de la Prueba de Inspección Judicial promovida por Baruta, lo que ocurrió el día martes 18 de septiembre
de 2018. En esa oportunidad, la Juez María Toledo de Santiago llegó al extremo de impedir a quien suscribe, Víctor Robayo de la Rosa, el acceso al
inmueble objeto de la inspección judicial, situación irregular que duró mas de 25 minutos (…) Luego cuando (…) intent[é] denunciar el hecho en el
acta levantada al efecto al final de la inspección judicial, la juez expresamente impidió la exposición y negó el derecho de AVESAMAR, como parte,
a hacer sus observaciones (…).
Del numeral 5 del artículo 42 de la Ley Orgánica de lo Contencioso Administrativo referido a que la Juez recusada, MARÍA TOLEDO DE
SANTIAGO, no solo manifestó su opinión en lo que atañe el fondo del asunto sometido a su conocimiento, sino que incluso otorgó de manera
anticipada la satisfacción plena de la pretensión demandada, al permitir el funcionamiento de un Preescolar en la Quinta Alimar, aun cuando el
proceso no ha llegado a la fase de sentencia definitiva y aún cuando no está vigente el uso Complementario Educacional ilegalmente otorgado a DAY
CARE ALIMAR PREESCOLAR, C.A.
En diversas actuaciones, la Juez recusada (…) ha expresado que en la Quinta Alimar funciona un Preescolar. Incluso, ha establecido que el Municipio
Baruta ha obstaculizado ese funcionamiento y que todo ello ha lesionado derechos fundamentales de las recurrentes.
(…) Su gravedad viene determinada pues la Juez recusada se atreve a ir en contra de ya decidido por dos Tribunales de la República (…) donde se
dejó establecido que no existía lesión al derecho a la educación pues no había actividad escolar o educativa en la Quinta Alimar.
(…) la Juez recusada ha afirmado que todo lo relacionado a la existencia de otra parcela (…) y lo relacionado al incumplimiento Variables Urbanas
Fundamentales (…) tampoco forma parte del tema principal o de fondo a ser decidido en la definitiva.
Lo antes expuesto, no sólo deja en evidencia que la Juez recusada se pronunció sobre el fondo del asunto sometido a su conocimiento, sino que, con
sus afirmaciones, esta permitiendo el funcionamiento de un preescolar que esta ilegalmente funcionando desde 2013, que cesó en sus actividades
hace más de 1 año y ha estado utilizando ilegalmente una parcela que no cumple con las exigencias legales respectivas, otorgando satisfacción a la
pretensión demandada (…)”. (Sic). (Negritas y Mayúsculas del Original). (Agregado de este Tribunal).
Por ultimo solicitó que, “deje de aferrar[me] al conocimiento de este proceso, es la segunda vez que se denuncia su parcialidad y su incompetencia
subjetiva para seguir conociendo del [asunto] (…)”. (Sic) (Agregado de este Tribunal).
-II-
SOBRE LA FACULTAD DEL JUEZ PARA DECIDIR SU PROPIA RECUSACION
Corresponde entonces a este órgano jurisdiccional, dada la naturaleza y oportunidad de la recusación formulada, pronunciarse sobre la admisión de
dicha Recusación, en apego a lo dispuesto en el artículo 92 del Código de Procedimiento Civil, y previo a las siguientes consideraciones:
Sobre la admisibilidad de la recusación y el deber del Juez de emitir pronunciamiento, prevé el artículo 92 del Código de Procedimiento Civil, que:
“La recusación se propondrá por diligencia ante el Juez, expresándose las causas de ella.
Si la recusación se fundare en un motivo que la haga admisible, el recusado, en el día siguiente, informará ante el Secretario del Tribunal, indicando
lo conveniente para la averiguación de la verdad.
Si el recusado fuere el mismo Juez extenderá su informe a continuación de la diligencia de recusación, inmediatamente o en el día siguiente”
La norma antes trascrita, establece la obligación por parte del Juez de examinar la admisibilidad o no de la recusación que se le presente, a los efectos
de determinar que la misma no adolezca de alguna de las causales de inadmisibilidad que prevé la Ley, sin que haya necesidad de dar paso al
desarrollo de las actuaciones propias de sustanciación de la incidencia de recusación.
En efecto, para que a la recusación pueda dársele el curso de ley y proceder a su sustanciación y decisión, es necesario que la misma sea admisible,
como lo estableció la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en su fallo N° 512 de fecha 19 de marzo de 2002, expediente 01-0994, en
los siguientes términos:
“...no contiene ningún pronunciamiento sobre el fondo de tal petición, pues el Tribunal de Primera Instancia, en la mencionada sentencia, se limitó a
decidir sobre la inadmisibilidad de la recusación propuesta por los hoy recurrentes al considerar que los alegatos esgrimidos por éstos carecían de
fundamento legal. En tal sentido, cuando el juez recusado decida que la recusación propuesta por la parte es inadmisible, bien sea porque: a) se ha
propuesto extemporáneamente, esto es, después de transcurrido los términos de caducidad previstos en la ley; b) o se trate de un funcionario judicial
que no está conociendo en ese momento de la causa principal o incidental; c) o que la parte hubiese agotado su derecho, por haber interpuesto dos
recusaciones en una misma instancia; d) o que la recusación no se hubiese fundamentado en una causa legal; el juez puede, sin necesidad de abrir la
incidencia a la que hace referencia el Código de Procedimiento Civil en sus artículos 96 y siguientes...”.

En armonía con el anterior criterio, es facultad del juez recusado de decidir respecto de la admisibilidad de la recusación, cuando la misma carezca de
fundamentación, sin necesidad de abrir la tramitación prevista en la Ley Adjetiva Civil, siendo esta doctrina de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia ratificada posteriormente por la Sala Plena, entre otras, por sentencias N° 18, de fecha 10 de julio de 2002, en los siguientes
términos:
“Ahora bien, frente a tan temeraria e infundada solicitud tanto desde el punto de vista fáctico como jurídico, resulta pertinente aludir a la
jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, la cual se ha encargado de señalar reiterativamente, en casos como el
presente, que las recusaciones que no cumplan con las exigencias formales y procedimentales, que establece la Ley, para la prosecución del trámite
recusatorio, pueden y deben ser inadmitidas por el recusado, sin necesidad de remitir de inmediato el conocimiento de la causa a un nuevo juez”
Asimismo, en fecha 17 de julio de 2002, expediente Nº 002-000051, la sala plena reitera su criterio, y en tal sentido deja establecido:

“En razón de los argumentos expuestos, quien suscribe ratifica la jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, la cual se
ha encargado de señalar reiterativamente, en casos como el presente, que las recusaciones que no cumplan con las exigencias formales y
procedimentales, que establece la Ley, para la prosecución del trámite recusatorio, pueden y deben ser inadmitidas por el recusado, sin necesidad de
remitir de inmediato el conocimiento de la causa a un nuevo juez.
En razón de las anteriores consideraciones y tomando en cuenta la carencia de elementos fácticos y jurídicos que soportan la solicitud propuesta,
resulta forzoso declarar inadmisible la recusación que da lugar a la presente decisión, no sin antes reiterar la jurisprudencia de la Sala Plena de este
máximo Tribunal, la cual, en casos como el de autos, ha sostenido lo siguiente:
Sin menoscabo de la declaratoria anterior, esta Sala advierte acerca de la tendencia de los profesionales del Derecho consistente en el incumplimiento
de su carga de hacer la alegación de actuaciones concretas e importantes contra el recusado, ejerciendo tal recurso con base en matrices de opinión
(genéricas) resultantes de los medios de comunicación social, lo cual distorsiona tal mecanismo procesal que está sometido a una técnica y
formalidad que no es innecesaria, sino que coadyuva a la depuración del proceso de elementos subjetivos que pudieran cuestionar la validez externa
de un fallo. Por ello, se exhorta a los abogados respecto a la necesidad de que observen las reglas de la argumentación y, en el específico caso de la
recusación, la satisfacción de los supuestos de procedencia que establece la ley”

Mas reciente, la Sala de Casación Civil, mediante fallo de fecha 01 de junio de 2011, recaído en el Expediente Nº AA20-C-2010-000480, dejó
establecido:
“…En relación con ello, la Sala observa que la recusación como todo acto del proceso, está sujeta a condiciones de modo, lugar y tiempo, y en
particular, el artículo 102 del Código de Procedimiento Civil, dispone, entre otras cosas, que la recusación propuesta en forma extemporánea debe ser
declarada inadmisible. En esta hipótesis, este Tribunal Supremo de Justicia ha establecido que el propio juez recusado puede declarar dicha
inadmisibilidad.
En efecto, la Sala Constitucional en sentencia Nº 512 de fecha 19 de marzo de 2002, estableció que el funcionario recusado puede y debe resolver in
limine litis la inadmisibilidad de la incidencia, sin necesidad de remitir de inmediato el conocimiento de la causa a un nuevo juez. Así, la Sala
Constitucional dejó asentado lo siguiente:
•…cuando el juez recusado decida que la recusación propuesta por la parte es inadmisible, bien sea porque: a) se ha propuesto extemporáneamente,
esto es, después de transcurrido los términos de caducidad previstos en la ley; b) o se trate de un funcionario judicial que no está conociendo en ese
momento de la causa principal o incidental; c) o que la parte hubiese agotado su derecho, por haber interpuesto dos recusaciones en una misma
instancia; d) o que la recusación no se hubiese fundamentado en una causa legal; el juez puede, sin necesidad de abrir la incidencia a la que hace
referencia el Código de Procedimiento Civil en sus artículos 96 y siguientes, decidir la recusación propuesta, y, por esta razón, cuando el juez decide
su propia recusación declarándola inadmisible, sin abrir la incidencia contemplada en la ley, la parte puede intentar el recurso de apelación y el
eventual recurso de casación …”
En sintonía con los criterios antes indicados, con respecto a la facultad del juez de resolver su propia recusación en los casos ya referidos por nuestro
máximo Tribunal, ello en forma alguna significa que se resta la oportunidad de abrir la incidencia recusatoria, al contrario, el criterio imperante de
revisión y pronunciamiento del propio juez recusado está en concordancia con los postulados de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, la cual, en sus artículos 26 y 257, promueve una justicia expedita, que no se sacrificará por la omisión de formalidades no esenciales, sin
dilaciones indebidas, preservándose el principio procesal de celeridad, entendiéndose que si el juez recusado encuentra razones de inadmisibilidad,
según la doctrina ut supra transcrita, evitaría un desgaste innecesario de la jurisdicción, al no darle curso a una solicitud que no llena los requisitos
indispensables para su tramitación, lo cual obra en beneficio de los propios justiciables.

Queda así, pues, establecida mi facultad, como Juez recusada, de analizar los requisitos de admisibilidad que debe cumplir toda solicitud de
recusación, antes de proceder a rendir el informe al cual se contrae el artículo 92 del Código de Procedimiento Civil, toda vez que, si los elementos de
fundamento no se ajustan al procedimiento aplicable, deberá declararse la inadmisibilidad de la recusación, supuesto en el cual carece de sentido una
decisión de fondo sobre la misma. Así se decide.

Delimitado lo anterior, esta Juzgadora niega y rechaza categóricamente que haya adelantado opinión alguna, en la sentencia que decide la acción de
amparo cautelar sobre el fondo de la causa principal.

En este sentido, vale la pena aclarar, que la sentencia que decide la acción de amparo cautelar es una decisión provisional, es una decisión suspensiva
de los efectos de los actos administrativos emitidos. Allí no se ordena la anulación de ningún acto administrativo, lo que se evita es continuar su
ejecución y en modo alguno representa la emisión de un criterio anticipado al fondo del recurso contencioso administrativo de nulidad interpuesto en
conjunción con dicha acción.

-III-
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

PUNTO PREVIO

SOBRE LA FIGURA DE LA RECUSACIÓN

Ante la recusación propuesta y frente a la exigencia de evaluar la admisibilidad de la misma, se hace pertinente esbozar ciertas consideraciones con
respecto a esta figura procesal:
La recusación es un acto procesal de parte, a través del cual se solicita que determinado Juez se desprenda del conocimiento de una causa cuando esté
comprometida su capacidad subjetiva, para conservar la debida imparcialidad en la sana administración de justicia.
De igual forma, expresa COUTURE, que esta institución es una especie de inhibición producida por la oposición de un litigante, fundado en una
causa legal, la cual no acepta ambigüedades e imprecisiones.

Por otro lado, el procesalista Rengel-Romberg, en su obra “TRATADO DE DERECHO PROCESAL CIVIL VENEZOLANO”, Tomo I, editorial EX
LIBRIS, Caracas, 1991, página 370, expresa lo siguiente:
“(…) Si la inhibición es un deber del juez, en cambio, la recusación es un poder de las partes, orientado a provocar la exclusión del juez cuando éste
no haya dado cumplimiento al deber de inhibición. Este poder se concreta en el acto de recusación, que es un acto de parte.
La recusación se define así como el acto de la parte por el cual se exige la exclusión del juez del conocimiento de una causa concreta, por encontrarse
en una especial posición o vinculación con las partes o con el objeto de ella y no haber dado cumplimiento a su deber de inhibición.
En esta definición se destacan los caracteres de la recusación en nuestro derecho, de los cuales algunos son comunes a la inhibición y a la recusación
y otros no.
(…)
d) La recusación es un acto procesal de parte, y no un acto judicial, como la inhibición, pues la recusación se inicia a instancia de parte, mediante un
acto de la misma, que tiene su eficacia en el proceso y está sometido a requisitos o condiciones de forma establecidas en la ley.
(…)”

SOBRE LA ADMISIBILIDAD O INADMISIBILIDAD DE LA RECUSACION


El artículo 102 del Código de Procedimiento Civil establece que:
Son inadmisibles: la recusación que se intente sin expresar motivos legales para ella; la intentada fuera del término legal, y la que se intente después
de haber propuesto dos en la misma instancia.
En base a lo antes expuesto, precisa esta juzgadora efectuar una evaluación al supuesto de inadmisibilidad jurisprudencial precedentemente
referenciado bajo el literal a), relativo a la extemporaneidad de la recusación, y que a su vez se encuentra regulado en el artículo 102 del Código de
Procedimiento Civil, siendo que, la temporalidad procesal de esta figura está consagrada en el artículo 90 de dicho Código así:
La recusación de los Jueces y Secretarios sólo podrá intentarse, bajo pena de caducidad, antes de la contestación de la demanda pero si el motivo de
la recusación sobreviniere con posterioridad a ésta, o se tratara de los impedimentos previstos en el artículo 85, la recusación podrá proponerse hasta
el día en que concluya el lapso probatorio.
Si fenecido el lapso probatorio otro Juez o Secretario intervienen en la causa, las partes podrán recusarlos por cualquier motivo legal, dentro de los
tres días siguientes a su aceptación.
Cuando no haya lugar al lapso probatorio conforme al artículo 389 de éste Código, la recusación de los Jueces y Secretarios podrá proponerse dentro
de los cinco primeros días del lapso previsto para el acto de informes en el artículo 391.
Los asociados, alguaciles, jueces comisionados, asesores, peritos, prácticos, intérpretes y demás funcionarios ocasionales podrán ser recusados dentro
de los tres días siguientes a su nombramiento, si se trata de jueces comisionados, o de la aceptación, en el caso de los demás funcionarios indicados,
salvo disposición especial
Precisado lo anterior, estima esta Juzgadora que la recusación planteada por la representación judicial de la Asociación de Vecinos de la
Urbanización Santa Marta (AVESAMAR), fue ejercida dentro de los lapsos legalmente establecidos. Así se decide.
En otro orden de ideas, debe destacarse, que si bien los artículos 92 del Código de Procedimiento Civil y 49 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contenciosa Administrativa, disponen que la recusación se debe proponer por diligencia ante el Juez, éste acto de comunicación debe expresar las
causas que dan origen a tal recurso, evidenciándose que el recusante fundamenta su actuación en los ordinales 3º y 5º del artículo 42 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, que textualmente disponen como causales de recusación:

“Artículo 42: Los funcionarios o funcionarias judiciales así como los auxiliares de justicia, pueden ser recusados por alguna de las causas siguientes:
3° Por tener con alguna de las partes amistad íntima o enemistad manifiesta.

(…omissis…)

5º Por haber manifestado opinión sobre lo principal del juicio o sobre incidencia pendiente, antes de la emisión de la sentencia correspondiente
siempre que el recusado sea el Juez o Jueza de la causa.
(…omissis…)”.

RESPECTO A LA RECUSACIÓN RELATIVA AL ARTÍCULO 42.3 DE LA LEY ORGANICA DE LA JURISDICCIÓN CONTENCISO


ADMINISTRATIVA:

Respecto a los hechos que sustentan las causales alegadas, manifiesta el recusante lo siguiente:
“Del numeral 3 del artículo 42 de la Ley Orgánica de lo Contencioso Administrativo referido específicamente a la enemistad manifiesta entre la Juez
recusada, MARÍA TOLEDO DE SANTIAGO, y LA Asociación de Vecino de la urbanización Santa Marta y su abogado Víctor Robayo de la Rosa
(…) la Juez María Toledo de Santiago ha evidenciado su creciente enemistad con AVESAMAR y sus abogados. Ello incluso quedó registrado
durante la Audiencia de celebrada en fecha 1° de agosto de 2018, cuando la Juez María Toledo de Santiago faltó el respeto en forma expresa a
AVESAMAR y su abogado, al afirmar que su exposición era un dramatismo o un show enfocada en un tema ajeno al asunto principal, limitando y
entorpeciendo la exposición de AVESAMAR al punto de pretender dirigirla y encuadrarla para excluir del análisis judicial un tema esencial (…).
(…) durante el desarrollo de la evacuación de la Prueba de Inspección Judicial promovida por Baruta, lo que ocurrió el día martes 18 de septiembre
de 2018. En esa oportunidad, la Juez María Toledo de Santiago llegó al extremo de impedir a quien suscribe, Víctor Robayo de la Rosa, el acceso al
inmueble objeto de la inspección judicial, situación irregular que duró mas de 25 minutos (…) Luego cuando (…) intent[é] denunciar el hecho en el
acta levantada al efecto al final de la inspección judicial, la juez expresamente impidió la exposición y negó el derecho de AVESAMAR, como parte,
a hacer sus observaciones (…).
Así las cosas, debemos señalar, que la doctrina mas autorizada y siguiendo al fino jurista nacional Aristides Rengel Romberg, se señala que la
inhibición es un deber del juez o jueza, en cambio, la recusación es un poder de las partes, orientado a provocar la exclusión del juez o jueza cuando
no haya dado cumplimiento al deber de inhibición. En este sentido, el referido autor patrio define la recusación como:

“(…) El acto de la parte por el cual exige la exclusión del Juez del conocimiento de la causa, por encontrarse en una especial posición o vinculación
con las partes o con el objeto de ella y no haber dado cumplimiento a su deber de inhibición (…)”.

En tal sentido, constituye presupuesto para la admisibilidad de la recusación a tenor de lo dispuesto en el artículo 48 de la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, que la misma se encuentre fundada en alguno de los motivos legales que la haga admisible y que se
interponga dentro de tiempo hábil, esto es, hasta el día en que concluya el lapso probatorio, e incluso si fuere sobrevenido hasta el acto de informes.
Es menester destacar, que la institución de la recusación encuentra su basamento en el artículo 49 Ordinal 3° de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, que consagra dentro de las garantías inherentes al debido proceso, el derecho a ser juzgado por un juez o jueza imparcial.
Por otro lado, el artículo 26 del texto fundamental obliga al Estado a garantizar una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita.
Al respecto la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 12 de marzo de 2008, bajo la ponencia de la Magistrada Luisa Estela
Morales Lamuño, en sentencia Nº 370, estableció un concepto apropiado para definir la recusación, de la siguiente forma:
‘…la recusación es el medio procesal ordinario e idóneo para hacer valer las reclamaciones que sobre la imparcialidad de un juez, desde el punto de
vista subjetivo, tenga alguna de las partes, permitiendo así a los mismos cuestionar la capacidad subjetiva del Juez para resolver la controversia, por
encontrarse incurso en alguna de las causales de inhibición…’

De mismo tenor, la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 19, de fecha de 26 de junio de 2002, en ponencia del Magistrado
Antonio García García, señaló textualmente lo siguiente:
‘…Analizados como han sido los alegatos esgrimidos por las partes en la presente causa en relación con la incidencia planteada, se observa: La
competencia subjetiva del Juez en la controversia se adecua a la circunstancia de que no existan vinculaciones de tipo personal con las partes o con la
causa, por ello, la ley ha dispuesto el medio procesal de la recusación para garantizar la absoluta idoneidad del juez en el conocimiento de una causa
concreta. En tal sentido, la institución de la recusación obedece a un acto procesal, a través del cual, y con fundamento en causales legales taxativas,
las partes, en defensa de su derecho a la tutela judicial efectiva, pueden separar al juez del conocimiento de la causa, al estimar comprometida su
imparcialidad en la decisión que tenga que ser emitida. Ahora bien, el cuestionamiento de la parcialidad del juez debe estar fundada en hechos
concretos que creen en el ánimo del operador jurídico decisor de la incidencia la concreción del supuesto de hecho establecido en la norma, ello, en
razón de que la labor decisora amerita la verificación del cumplimiento del supuesto de hecho previsto en el norma, para aplicar la consecuencia
jurídica preceptuada. La misma regla se aplica a la incidencia de la recusación, en donde es necesario que se señale por qué la parte recusante
considera que los hechos por él afirmados son subsumibles dentro del supuesto de recusación, ya que la afirmación de circunstancias genéricas va en
contra de la naturaleza misma de dicha institución, creada para demostrar hechos o circunstancias concretas en la cual pudiera estar incurso el titular
del órgano decisor al que se le cuestiona su parcialidad…’

Adviértase, que la imparcialidad es una garantía constitucional para la materialización de la justicia a través del debido proceso, y se concreta en el
requisito del Juez Natural, por tanto se trata de un requisito impretermitible para la actividad jurisdiccional, y la ley, específicamente la disposición
43 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, fija como una obligación de los juzgadores inhibirse de saberse incursos en
alguna de las causales del artículo 42 ejusdem.
Pero, si bien es cierto que resulta absolutamente condenable que un juzgador maliciosamente y a sabiendas de que no puede tener imparcialidad en
una causa, no lo declara, también cierto es, que resulta igualmente criticable que los litigantes imputen a la ligera a los jueces la existencia de motivos
de inhibición, y es a la ligera cuando esto se hace fundado en narraciones gaseosas o abstractas. En tal sentido, que cuando se recusa al funcionario
judicial, el o la recusante está en el deber de contar con medios probatorios de hechos directos, o cuando menos de situaciones que sanamente
observadas lleven al convencimiento que existe un interés oculto del magistrado a favor de una de las partes en el proceso.
De tal tenor, es el criterio plasmado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 164, de fecha 28 de febrero de 2008,
en ponencia de la Magistrada Luisa Estela Morales Lamuño, que estableció:

“…Ahora bien, se advierte que la presente acción de amparo constitucional fue ejercida contra la decisión dictada el 7 de agosto de 2007, por la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Nueva Esparta, que declaró sin lugar la recusación propuesta por el Fiscal Sexagésimo Sexto
del Ministerio Público a Nivel Nacional con Competencia Plena, contra el juez E.C.R., titular del Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones
de Juicio de dicho Circuito Judicial, por la presunta violación de los derechos constitucionales a la tutela judicial efectiva, a la defensa y al debido
proceso. …omissis… La disposición señalada por la parte accionante (artículo 93) se encuentra inserta en el Título III del Código Orgánico Procesal
Penal, intitulado “De la Jurisdicción”, C.V. “De la Recusación y la Inhibición”, cuyos artículos 85 al 101 regulan las causales y procedimiento
aplicable a las instituciones procesales de la recusación y la inhibición en el proceso penal, estipulando el plazo máximo que tienen las partes
procesales para proponer la recusación de los funcionarios enumerados en el artículo 86 del mencionado Código Procesal Penal (a saber: jueces
profesionales, escabinos, fiscales del Ministerio Público, secretarios, expertos, intérpretes y “cualesquiera otros del Poder Judicial”). En todo caso,
según la precitada norma, la recusación del funcionario judicial puede proponerse hasta el día hábil anterior fijado para el debate oral. Ahora bien,
dicha norma fija el día anterior a la fecha de celebración de la audiencia oral para recusar al funcionario judicial de que se trate, plazo que ha sido
establecido en procura de impedir dilaciones indebidas del proceso penal, censuradas por el artículo 26 constitucional; sin embargo, en el caso de
autos el Tribunal Primero de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Nueva Esparta admitió darle el trámite
correspondiente a la recusación sobrevenida y la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de dicha Circunscripción Judicial, declaró sin lugar
la misma por considerar que la parte recusante no presentó oportunamente el acervo probatorio que respaldara su solicitud. Al respecto, resulta
oportuno hacer mención a la sentencia Nº 1.659 del 17 de julio de 2002 (caso: “Darío Simplicio Villa Klancier.”) dictada por esta Sala, en la cual
asentó que las pruebas deben promoverse con el escrito de recusación, en los siguientes términos: …omissis… En este sentido, advierte esta Sala de
los alegatos del escrito continente de la demanda de amparo que la parte accionante basó sus denuncias en el hecho de “(…) que no puede ser
calificado de otra manera que no sea ARBITRARIO el proceder de la Corte de Apelaciones, ya que no tomaron en consideración la recusación sino
el planteamiento realizado en la audiencia, violando de esta manera el derecho del Ministerio Público, violentando de manera flagrante el derecho a
la defensa y por ende el debido proceso y la tutela judicial efectiva, al no pronunciarse sobre el fondo de la recusación presentada sino que al
contrario, genera un procedimiento de interposición de la recusación distinto al contenido en el texto adjetivo penal (…)”, pues a su decir “(…) la
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Nueva Esparta (…) emitió decisión sobre la recusación planteada (…), y se puede
evidenciar la manera errónea como fue tramitado el incidente de la recusación ya que comienzan por inferir cuál es la recusación que tomarán en
cuenta (…), considerando que la presentación del escrito de recusación ‘subvirtió la forma en que se debe presentar la recusación’ (…)”, lo que viene
a constituir una impugnación dirigida a atacar errores de juzgamiento, específicamente, de la conclusión a la que llegaron los jueces de la Corte de
Apelaciones luego de su trabajo cognoscitivo, a través de las máximas de experiencias, conocimientos científicos y reglas de la lógica. Al respecto,
esta Sala ha dicho que los errores de juzgamiento no pueden ser objeto de amparo, porque los jueces gozan de autonomía e independencia cuando
fallan, sin que esa autonomía pueda traducirse en arbitrariedad, porque deben el apego de sus decisiones a la Constitución y a las leyes. Al respecto,
esta Sala en sentencia Nº 1.659 del 17 de julio de 2002, señaló lo siguiente: …omissis… Ello así, se estima que tal proceder no se corresponde con la
materia propia de una acción de amparo contra decisiones judiciales, resultando oportuno destacar que esta Sala en sentencia Nº 250 del 25 de abril
de 2000, ratificando un criterio jurisprudencial reiterado, determinó lo siguiente: “(…) Respecto a la posibilidad de que por vía de amparo
constitucional se revisen los criterios de interpretación del juez, la Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia, en fallo del 20 de
enero de 1999, señaló lo siguiente: ‘Constitucionalmente, los jueces gozan de autonomía e independencia al decidir, por lo que si bien deben ajustarse
a la Constitución y a las leyes al resolver una controversia, disponen de amplio margen de valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual
pueden interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, por lo que, ello escapa de la revisión que podría
hacerse por la vía de amparo constitucional contra sentencia. El margen de apreciación del juez no puede ser el objeto de la acción de amparo contra
sentencia, y así ha sido criterio reiterado de este Máximo Tribunal, cuando la parte desfavorecida en un juicio plantea, por la vía del amparo
constitucional, su inconformidad con lo fallado bajo el disfraz de violaciones de derechos fundamentales’. En ese contexto, esta Sala, compartiendo
el criterio antes citado, observa que el a quo acertó al declarar que el amparo constitucional no era el medio para revisar criterios de estricto orden
jurisdiccional que corresponde a los jueces de mérito (…)”. Asimismo, esta Sala en sentencia Nº 1.834 del 9 de agosto de 2002 (caso: “Rocío
Eleonora Granados Uribe”), en relación a la autonomía de los jueces en su actividad de administración de justicia, señaló lo siguiente: “(…) los
jueces gozan de autonomía e independencia al decidir las causas sometidas a su conocimiento, de igual forma disponen de una amplio margen de
valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad propia de su función de
juzgar. Dentro de este análisis, no puede por vía de amparo revisarse los fundamentos que motivan al J. a dictar su decisión, a menos que tales
criterios contravengan de manera flagrante derechos constitucionales de las partes.”. En síntesis, la actividad que realiza el juzgador al decidir, si bien
debe ajustarse a la Constitución y a las leyes al resolver una controversia o incidencia, le confiere un amplio margen de valoración del derecho
aplicable a cada caso, por lo cual puede interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, sin que el
juzgador de amparo pueda inmiscuirse dentro de esa autonomía del juez en el estudio y resolución de la causa, salvo que tal criterio viole
notoriamente derechos o principios constitucionales. En este sentido, esta Sala advierte que la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Estado Nueva Esparta, no debió entrar a la decisión de fondo ya que la recusación intentada resultaba inadmisible de conformidad con lo previsto en
el artículo 93 del Código Orgánico Procesal Penal, sin embargo, su actuación no produjo lesión constitucional porque en abstracción hecha de los
argumentos de fondo en los cuales se basó la legitimada pasiva para la declaración de la improcedencia de la recusación, lo cierto es que, en todo
caso, la misma era inadmisible, de manera que en definitiva la decisión de la prenombrada Corte de Apelaciones respecto de la impugnación era la
desestimación de la misma por inadmisibilidad y no declararla sin lugar como erróneamente concluyó, toda vez que la referida norma es clara al
respecto, por lo que se hace un llamado de atención a dicho órgano jurisdiccional para que en lo sucesivo no incurra en dicho error…”. (Sic)
(Mayúsculas del Original).

Así las cosas, esta Juzgadora observa, que la presente recusación fue presentada el día 24 de septiembre de 2018, a través de un escrito (f. 43 al 46 de
la tercera pieza), en el cual se observa que la parte recusante no acompañó ningún medio de prueba, a los fines de demostrar la causal invocada en la
misma, aunado a que de la revisión exhaustiva a las actas que conforman el presente expediente se evidencia especialmente al Acta de Audiencia de
Juicio (f. 86 al 88 de la segunda pieza), no se desprende que, quien suscribe el presente fallo, haya incurrido en faltar el respeto a las partes actuantes
en la presente contienda judicial, así como a sus apoderados judiciales, muy especialmente al abogado VICTOR ROBAYO, en su condición de
apoderado judicial de AVESAMAR, lo cual bajo ningún concepto se entorpeció u obstaculizó su exposición oral, si constando sus respectivos
alegados correspondientes y peticiones finales; en cuanto al presunto impedimento del acceso al inmueble objeto de la inspección judicial llevado a
cabo el día 18 de septiembre de 2018, al abogado VICTOR ROBAYO, plenamente nombrado en autos, el mismo consta que si tuvo acceso al bien
inmueble objeto de inspección, ya que al finalizar la misma, se dejó constancia de la actitud no ajustado a los principios de respeto para con las
demás partes y las autoridades que estuvieron presentes en la precitada Inspección Judicial.
Además, debemos mencionar que el artículo 50 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, establece que será inadmisible la
recusación que se intente sin expresar los motivos en que se funde, debiendo entenderse que también resultará inadmisible la que se proponga sin
brindar los medios probatorios con los cuales se pretende acreditar dicha causal, ya que resultaría inoficioso admitir una incidencia de recusación ante
la inexistencia de pruebas que admitir y evacuar en el lapso a que se contrae el artículo 51 ejusdem.
En base a todo lo anteriormente fundamentado, este Juzgado Superior Estadal Octavo Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de
la Región Capital, estima conveniente declarar inadmisible la presente incidencia de recusación, al no haber acompañado el recusante prueba alguna
con la cual pretende demostrar la causal señalada en el escrito de recusación, todo ello de conformidad a lo establecido en el artículo 50 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa. Así se decide.

EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 42.5 DE LA LEY ORGANICA DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA:


En el escrito recusatorio, la representación judicial de AVESAMAR expuso lo siguiente:
“Del numeral 5 del artículo 42 de la Ley Orgánica de lo Contencioso Administrativo referido a que la Juez recusada, MARÍA TOLEDO DE
SANTIAGO, no solo manifestó su opinión en lo que atañe el fondo del asunto sometido a su conocimiento, sino que incluso otorgó de manera
anticipada la satisfacción plena de la pretensión demandada, al permitir el funcionamiento de un Preescolar en la Quinta Alimar, aun cuando el
proceso no ha llegado a la fase de sentencia definitiva y aún cuando no está vigente el uso Complementario Educacional ilegalmente otorgado a DAY
CARE ALIMAR PREESCOLAR, C.A.
En diversas actuaciones, la Juez recusada (…) ha expresado que en la Quinta Alimar funciona un Preescolar. Incluso, ha establecido que el Municipio
Baruta ha obstaculizado ese funcionamiento y que todo ello ha lesionado derechos fundamentales de las recurrentes.
(…) Su gravedad viene determinada pues la Juez recusada se atreve a ir en contra de ya decidido por dos Tribunales de la República (…) donde se
dejó establecido que no existía lesión al derecho a la educación pues no había actividad escolar o educativa en la Quinta Alimar.
(…) la Juez recusada ha afirmado que todo lo relacionado a la existencia de otra parcela (…) y lo relacionado al incumplimiento Variables Urbanas
Fundamentales (…) tampoco forma parte del tema principal o de fondo a ser decidido en la definitiva.
Lo antes expuesto, no sólo deja en evidencia que la Juez recusada se pronunció sobre el fondo del asunto sometido a su conocimiento, sino que, con
sus afirmaciones, esta permitiendo el funcionamiento de un preescolar que esta ilegalmente funcionando desde 2013, que cesó en sus actividades
hace más de 1 año y ha estado utilizando ilegalmente una parcela que no cumple con las exigencias legales respectivas, otorgando satisfacción a la
pretensión demandada (…)”. (Sic). (Negritas y Mayúsculas del Original). (Agregado de este Tribunal).
De lo antes argumentado por el apoderado judicial del tercero interesado, es claro que el recusante no logró precisar de que forma o manera se emitió
opinión en lo que respecta al fondo del asunto debatido, ya que se basa en otros argumentos ajenos y no fundamentados relativo a que si existe o no
pronunciamiento previo al fondo del asunto, no alegando hechos concretos y tampoco presentando medio probatorio alguno para que tenga
basamento la recusación.

En consecuencia, a juicio de quien suscribe el presente fallo, resultan totalmente fuera de lugar las afirmaciones esbozadas por la recusante como
sustento de su recusación, en virtud de lo cual, aun cuando la misma resulta tempestiva, existe una total imposibilidad de encuadrar y relacionar las
causales de recusación alegadas con los fundamentos de hecho que se circunscriben en este caso específico, pudiendo incluso asimilarse a una
ausencia de fundamento legal. Así se decide.

IV
DECISIÓN

Por los fundamentos expuestos, los criterios jurisprudenciales y doctrinales desarrollados en el cuerpo del presente fallo y las disposiciones
normativas aplicables al caso, este Juzgado Superior Estadal Octavo Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región Capital,
declara la INADMISIBILIDAD de la recusación presentada por el abogado VICTOR ROBAYO, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 70.933,
actuando en si carácter de apoderado judicial de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Santa Marta (AVESAMAR). Así se decide.

PUBLÍQUESE, REGÍSTRESE y DEJESE COPIA CERTIFICADA EN EL CONTROL DE SENTENCIAS DE ESTE TRIBUNAL

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior Estadal Octavo Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la
Región Capital, en Caracas, a los veintisiete (27) días del mes de septiembre de dos mil dieciocho (2018). Años 208° y 159°.
LA JUEZ,

MARÍA TOLEDO DE SANTIAGO EL SECRETARIO,

GUSTAVO ALFONSO TOSTA HERRERA

En esta misma fecha se publicó y registró la anterior decisión, siendo las tres y treinta (03:30 p.m.), previo el cumplimiento de las formalidades de
Ley.
EL SECRETARIO,

GUSTAVO ALFONSO TOSTA HERRERA

Exp. N° 2842
MTdeS/GT/

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