Está en la página 1de 18

SALA ELECTORAL y de COMP.

ORIGINARIA -
TRIBUNAL SUPERIOR
Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 1
Año: 2019 Tomo: 1 Folio: 1-9

EXPEDIENTE: 6081769 - - MACCOR, SARA NELLY Y OTROS C/ -PROVINCIA DE CORDOBA- -

RECURSO DIRECTO

SENTENCIA NUMERO: 1.

En la ciudad de Córdoba, a los catorce días del mes de marzo de dos mil dieciocho, siendo

las doce horas, se reúnen en Acuerdo Público los señores vocales integrantes del Tribunal Superior de

Justicia, doctores María Marta Cáceres de Bollati, Domingo Juan Sesin, Aída Lucía Teresa Tarditti,

Luis Enrique Rubio, M. de las Mercedes Blanc G. de Arabel, Angel Antonio Gutiez y Humberto

Rodolfo Sánchez Gavier, bajo la presidencia de la primera, a fin de dictar sentencia en estos autos

caratulados “MACCOR, SARA NELLY Y OTROS C/ PROVINCIA DE CORDOBA –

RECURSO DIRECTO” (expte. SAC n.° 6081769), con motivo del recurso directo interpuesto por la

parte actora, procediéndose a fijar las siguientes cuestiones a resolver:

PRIMERA CUESTIÓN:¿Es procedente el recurso directo interpuesto?

SEGUNDA CUESTIÓN: ¿Qué pronunciamiento corresponde?

A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA LOS SEÑORES VOCALES DOCTORES

MARÍA MARTA CÁCERES DE BOLLATI, DOMINGO JUAN SESIN, AÍDA LUCÍA

TERESA TARDITTI, LUIS ENRIQUE RUBIO, M. DE LAS MERCEDES BLANC G.

DE ARABEL, ANGEL ANTONIO GUTIEZ Y HUMBERTO RODOLFO SANCHEZ

GAVIER, EN FORMA CONJUNTA, DIJERON:

1. El representante de la demandada compareció a fs. 26/37vta. e interpuso recurso directo en procura

de obtener la admisión del recurso de casación (fs. 7/14) deducido en contra de la Sentencia número

Sesenta, dictada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación de esta

ciudad con fecha veintidós de julio de dos mil ocho (fs. 2/6vta.), y que fuera denegado por Auto

Interlocutorio número Ciento Setenta y siete de fecha veinte de abril de dos mil diez (fs. 24 y vta.).

Expediente Nro. 6081769 - 1 / 18


Luego de afirmar el cumplimiento de los recaudos formales del recurso entablado, y realizar una breve

referencia de los antecedentes de la causa, expuso la crítica que le merece el fallo que deniega la

concesión del recurso. Acusa que la Cámara lo ha denegado indebidamente.

Explica que el tribunal estérilmente pretende salvar la nítida contradicción en la que ha incurrido al

argüir que, cuando se refirió a la legitimidad del traslado de personal lo hizo de una manera intrínseca

y abstracta pero que en el caso concreto ha detectado determinadas circunstancias particulares de las

que infiere una motivación subjetiva que lo torna arbitraria o ilegítima, por lo que luego así lo califica.

Aduce que tal aseveración no es cierta y no se corresponde con las constancias concretas del

considerando de la resolución impugnada.

Sostiene que por el contrario, un simple repaso del fallo de marras permite hallar una primera

referencia del tribunal al aspecto del traslado, y a nadie escapará, dice, que lo hace en clara alusión al

caso concreto. No es cierto, afirma, que se trate de una mención de orden general y dogmática.

En primer término se asevera que el traslado no es una sanción encubierta, no les causa vejamen y no

es manifiestamente ilegítimo o arbitrario, sino que es el ejercicio de la atribución del Estado, pero

luego afirma que advierte alguna motivación subjetiva o connotación de tipo personal en esos

traslados.

Considera así demostrada la arbitrariedad del primer argumento empleado por la Cámara para

denegar, indebidamente, el recurso articulado.

En segundo orden refiere que su representada afirmó que la sentencia era arbitraria habida cuenta que

en definitiva no explica cómo es que la decisión del Estado de respetar y cumplir la Ley n.º 9342, a la

que no se tacha de inconstitucional, sea un acto manifiestamente ilegítimo o arbitrario que torne viable

el amparo.

Denuncia que la aplicación combinada del decreto de traslado y de la Ley n.º 9342 como causa fuente

del menoscabo profesional que dicen los actores sufrir, constituye una simplificación inadmisible.

Explica que así se omite el tiempo que separa ambos acontecimientos, esto es, que la ley fue

sancionada casi ocho meses después de producidos los traslados y que en ese interregno sí se continuó

Expediente Nro. 6081769 - 2 / 18


abonando a aquellos la bonificación de la Ley n.º 5059.

Razona que se debe afirmar que la aplicación de la nueva ley (que es constitucional, asegura) sólo

puede devenir en un acto manifiestamente arbitrario (por combinación) que torne admisible el amparo

si es que afirma lo que el tribunal no ha aseverado completamente: que se trató de una maniobra

compuesta de dos tramos, esto es, ordenar los traslados amparados en el ius variandi y suscribir un

acta acuerdo que refiera que son pases en comisión, pero todo ello a sabiendas de que ocho meses

después el Poder Legislativo derogaría la Ley n.º 5059 y esos empleados transferidos no cobrarían en

adelante, la bonificación extra.

Por todo ello, concluye, la denegatoria del tribunal a conceder la casación interpuesta ha resultado

arbitraria.

Finalmente esgrime que la tercer y última razón desarrollada en el auto denegatorio (la magnitud de la

mengua salarial que revelaría por sí misma la inutilidad de otras vías legales) carece de trascendencia

a los fines de la crítica, porque en este aspecto la Cámara desborda claramente el acotado margen de

revisión intrínseca que se le ha asignado y no resulta entonces, argumento válido para avalar la

denegatoria.

Mantiene reserva del Caso Federal.

2. Impreso a f. 39 el trámite de ley y notificado el Sr. Fiscal Adjunto del Ministerio Público de la

Provincia mediante providencia de fecha 27 de mayo de 2010, se dicta el decreto de autos (f. 41), el

que firme, deja la causa en estado de ser resuelta.

3. La queja

El representante de la parte demandada interpone recurso directo (art. 402 del CPCC) con motivo del

Auto Interlocutorio número Ciento Setenta y siete de fecha veinte de abril de dos mil diez (fs. 24 y

vta.), dictado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación de esta

ciudad, por el que se deniega el recurso de casación articulado en contra de la Sentencia número

Sesenta (fs. 2/6vta.) en la que se admitió la apelación, se hizo lugar a la demanda y se declaró

inconstitucional el decreto provincial n.º 537/2006 en relación con los demandantes. En consecuencia

Expediente Nro. 6081769 - 3 / 18


se condenó a la Provincia de Córdoba a restituir a estos en los cargos que desempeñaban en el

Registro General de la Propiedad antes de ser trasladados, o bien a mantenerlos en sus actuales

emplazamientos pero abonándoles, en este supuesto, los mismos haberes que percibirían en sus

puestos originales. Se le ordenó también abonar las diferencias de haberes desde la fecha en que

vienen siendo practicadas las disminuciones, con los intereses y la modalidad allí establecida.

La queja ha sido deducida en tiempo oportuno, habiéndose acompañado copias autenticadas por el

letrado patrocinante de la parte demandada de las piezas procesales pertinentes (art. 402 del CPCC por

remisión del art. 17 de la Ley n.° 4915) y el recurrente ha rebatido en el escrito recursivo los

argumentos de la denegatoria, motivo por el cual corresponde admitir formalmente la queja e ingresar

al tratamiento del recurso de casación articulado.

Abocados a su análisis es menester realizar un breve relato de las censuras contenidas en el mismo,

puesto que ello permitirá una mejor comprensión de los antecedentes de la causa para adentrarse en el

examen acerca de la configuración de los vicios esgrimidos por el recurrente.

4. Recurso de casación

Los agravios de la casación, a los que encuadra bajo el motivo de falta de fundamentación lógica y

legal (art. 383, inc. 1.°, CPCC), admiten la siguiente síntesis.

a. Violación al principio de no contradicción

Expone que el fallo asegura, por un lado, que no existen elementos de juicio para suponer que el

traslado sea una sanción encubierta; pero luego afirma que, como no se les abona a los actores las

bonificaciones extras por imperio de la nueva ley, entonces sí se sospecha que existe alguna

motivación subjetiva, alguna connotación de tipo personal.

Estima que la contradicción es flagrante y recae sobre una circunstancia dirimente: el traslado de los

actores no puede ser el resultado del ejercicio regular del ius variandi por parte del Estado y, al mismo

tiempo, el de una decisión caprichosa, puramente subjetiva y personal.

Alega que el único modo de salvar la contradicción consistiría en precisar que lo que ha querido

manifestar el Tribunal es que el traslado (originariamente decidido en forma regular) ha devenido

Expediente Nro. 6081769 - 4 / 18


ilegal y arbitrario por efecto de la entrada en vigor de una nueva ley, acaecida ocho meses después.

Pero en tal caso, aclara, sería la sanción de la ley la que estaría impregnada del subjetivismo y

connotación personal que se achaca en el fallo, lo que sería una afirmación dogmática, carente de todo

sustento.

Concluye que si los actores dejaron de percibir ciertos rubros de su salario no lo fue por el traslado en

sí, sino por el simple motivo que la ley determinó que para percibir las bonificaciones y premios que la

misma establece, el agente tiene que cumplir tareas en forma efectiva en el Registro, cosa que no

sucede en autos, pues los actores dejaron de cumplir tareas allí antes de la sanción de la ley citada.

Destaca que los actores nunca atacaron, en cuanto a su validez, a la Ley n.º 9342, y al no hacerlo, el

Tribunal debió aplicarla en su totalidad, cosa que infundadamente no hace.

b. Falta de fundamentación lógica y legal

Juzga que el decisorio en crisis muestra toda su falencia argumental en el tramo esencial de su

razonamiento, cual es que el menoscabo patrimonial que aducen los accionantes deviene como

consecuencia ineludible de la entrada en vigor de una nueva ley, sancionada ocho meses después del

traslado que motiva este amparo. Aclara que el alegado menoscabo patrimonial no recae sobre la

remuneración propiamente dicha por su condición de empleado del Estado, sino que afecta los

incentivos o bonificaciones extras que antes percibían.

Denuncia que la cámara esquiva el tratamiento de argumentos oportunamente esgrimidos por su parte,

que no tienen respuesta alguna: que la variación en el aspecto remunerativo de los actores se ha

producido por imperio de una nueva ley y que la Provincia debe cumplir con el mandato legal que le

prohíbe abonar los incentivos a los empleados que no prestan funciones en el Registro de la Propiedad,

mandato que no ha sido cuestionado en su constitucionalidad, ni mucho menos declarado tal en el fallo

impugnado.

Reitera que el traslado fue concretado de conformidad a los derechos que como empleador posee su

representada. Añade que, estando eso fuera de discusión, vale remarcar que el mismo fue realizado

mucho tiempo antes que la Legislatura sancionara la Ley n.º 9342, y fue concretado conforme la Ley

Expediente Nro. 6081769 - 5 / 18


n.º 7233.

Enfatiza que la disminución de haberes es estrictamente consecuencia del cumplimiento por parte del

Poder Ejecutivo, del derecho vigente con relación al cual el Tribunal no tiene objeción alguna en

cuanto a su legalidad.

Advierte que el Tribunal argumenta los motivos que llevaron a los actores a interponer la acción de

amparo, supliendo la carga que nuestro derecho le impone al actor. Hace presente que el porcentaje de

quita o reducción al que alude el sentenciante (40%) carece de sustento pues no hay prueba alguna que

lo avale, y por ende tal aseveración es totalmente dogmática.

Reitera que lo absolutamente contradictorio y consecuentemente incomprensible es que la cámara

declara la inconstitucionalidad de un decreto que ordena el traslado de sus dependientes el que fue

realizado conforme la ley, cuando en el desarrollo de sus votos considera que lo que en realidad

vulneraría los derechos de los accionantes es la quita ordenada por una ley posterior, de la que nada

dice con relación a su inconstitucionalidad.

Acusa que el tribunal no sustenta su decisorio en ninguna disposición legal, lo que deja al descubierto

la falta de fundamentación lógica y legal.

Mantiene reserva del caso federal.

En la instancia anterior, la articulación impugnativa fue debidamente sustanciada, corriéndose traslado

a los actores, el que fue evacuado por sus representantes.

5. Revisión de los hechos de la causa

Un repaso de las circunstancias fácticas verificadas en la causa, y que constan en las actuaciones

principales que se tienen a la vista, conforme constancia de f. 244, permite visualizar con mayor

claridad el thema decidendum de la presente. A los fines de la correspondiente identificación y

diferenciación con la cita de fojas de estas actuaciones, se indicará en adelante como “ep” (expediente

principal).

a. Resulta no controvertido en autos que los actores se desempeñan como agentes de la

Administración Pública provincial y prestaron servicios en el Registro General de la Provincia hasta el

Expediente Nro. 6081769 - 6 / 18


día 10 de mayo de 2006 (cfr. fs. 52/53 ep).

Surge también que en virtud de esa relación de empleo público y a partir de lo dispuesto por la

Ley n.º 5059, percibían, además de la remuneración normal habitual correspondiente al cargo de

revista (v. gr., f. 19 ep), un adicional bajo la denominación “Liquidación de remuneraciones” y

compuesto de rubros varios tales como “horas extras”, “refrigerio”, “órdenes de servicio”,

“Bonificación 488”, “Redistribución 488”, “Bonificación 322”, “Haberes especiales resolución

39/2004”, etc. (v. gr., fs. 18, 20, 30, 33, 38, 39, 42, 46, todas del expediente principal, entre otras).

b. Mediante Decreto n.º 537 dictado por el Poder Ejecutivo provincial con fecha 10 de mayo de 2006

(fs. 49/51 ep), se ordenó el traslado de veintidós (22) agentes (entre ellos, los actores) a las

reparticiones que en cada caso se dispuso (Policía de la Provincia y Subsecretaría de Ganadería).

c. Con fecha 15 de mayo de 2006, y con motivo de la problemática suscitada en el ámbito del Registro

de la Propiedad a partir de la investigación judicial penal iniciada entonces por posibles delitos

vinculados con su actividad registral, se reunieron funcionarios del gobierno provincial con dirigentes

de entidades gremiales de personal relacionado al funcionamiento del mismo, y acordaron varios

puntos, todos en línea a procurar la inmediata normalización de su labor. Suscribieron en esa

oportunidad el Acta Acuerdo que en copia obra agregada a fs. 95 y vta. ep.

d. El 17 de mayo de 2006, dieciocho (18) de los veintidós (22) agentes trasladados interpusieron la

presente acción de amparo, solicitando se declare la inaplicabilidad e inconstitucionalidad del Decreto

n.º 537/2006, haciendo respetar sus derechos constitucionales, y se mande a pagar las diferencias de

sueldo que como consecuencia de su aplicación dejarían de percibir.

e. Los agentes trasladados continuaron percibiendo hasta el mes de diciembre de 2006 incluido, a

pesar de ya no prestar servicios en el ámbito del Registro de la Propiedad y además de su

remuneración normal habitual correspondiente al cargo de revista, la “Liquidación de

remuneraciones” instituida en virtud del acuerdo celebrado con el Colegio de Escribanos de la

provincia, autorizado por Ley n.º 5059 (cfr. fs. 114/115 ep, 117 ep, 119/120 ep, 123 ep, 125 ep, entre

otras; en particular, f. 222 y fs. 224/231vta. ep).

Expediente Nro. 6081769 - 7 / 18


f. El 6 de diciembre de 2006 la Legislatura provincial sancionó la Ley n.º 9342 (B.O.P. 18/12/2006).

Entre otras disposiciones y en lo que nos interesa a los fines de la resolución de la causa sub examen,

deroga la Ley n.º 5059, sus complementarias y modificatorias (art. 7), y dispone su vigencia a partir

del 1 de enero de 2007 (art. 8).

g. El juzgado de primera instancia dictó sentencia en la causa disponiendo rechazar la acción deducida

(Sentencia n.º 105, dictada por el Juzgado de Primera Instancia y Décimo Novena Nominación en lo

Civil y Comercial de esta ciudad con fecha 19/4/2007; fs. 165/180 ep). La parte actora dedujo recurso

de apelación (fs. 182/188 ep). Concedido (f. 189 ep) y sustanciado el mismo (fs. 199/205vta. ep,

222 ep y 224/231vta. ep), la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación

de esta ciudad admitió el recurso e hizo lugar a la demanda. Condenó a la Provincia a restituir a los

actores en los cargos que desempeñaban en el Registro antes de ser trasladados o bien a mantenerlos

en sus actuales emplazamientos pero abonándole los mismos haberes que percibirían en sus puestos

originales, además de mandar a pagar las diferencias de haberes devengadas.

h. En su contra, la parte demandada interpone el recurso de casación (fs. 251/258 ep) que, denegado

(fs. 300 y vta. ep), motiva el recurso directo que habilita la intervención de este Tribunal.

6. Así, las cuestiones centrales sobre las que gira el recurso puesto a consideración del tribunal son el

alcance del ius variandi, con particular referencia a la afectación de la remuneración del agente,

cuando es ejercido por la Administración.

En tal sentido, cabe recordar[1]que el ius variandi es la potestad de la que es titular la Administración,

y que importa para esta la posibilidad de modificar unilateralmente las obligaciones de los agentes

públicos que se hallan en una relación de sujeción especial, las que serán válidas en tanto sean

razonables, no arbitrarias y no trasunten una desviación de poder[2]. La reubicación, traslado o cambio

de tareas de un empleado puede ser considerado inválido si constituyese un medio encubierto para

obligar al agente a que renunciare a su empleo ante la imposibilidad cierta de cumplir las tareas

asignadas en el nuevo destino, lo que implicaría una modificación sustancial de la relación originaria.

Esta potestas variandi de la Administración es perfectamente válida en tanto no constituya una

Expediente Nro. 6081769 - 8 / 18


alteración esencial, ilógica o arbitraria de dicha relación.

Esta peculiaridad tiene su fundamento en el interés público que pretende alcanzarse a través de la

actuación administrativa. Se trata de una prerrogativa estatal que surge del ordenamiento jurídico y

que responde a la especial naturaleza de la actividad administrativa que exige aprovechar todas las

oportunidades para lograr las realizaciones más convenientes al interés general.

Sin embargo, la atribución del Estado de cambiar las tareas habituales de sus agentes por otras acordes

a las necesidades del servicio no es ilimitada y su ejercicio requiere el recuerdo constante de que la

relación de empleo público es contractual, por lo que dicha medida, que implica una modificación del

respectivo contrato, no debe alterar la esencia o sustancia misma de la relación. Aquellos cambios que

no impliquen una dificultad material, una verdadera imposibilidad de ejercer la función o un

menoscabo cierto de la primigenia relación laboral, son perfectamente válidos y encuentran su

justificación en las facultades organizativas de la Administración que se derivan de la potestas

variandi que reviste la actividad administrativa.

En apoyo de lo señalado cabe remarcar que la propia Constitución Nacional (CN) expresamente se

refiere a la estabilidad (art. 14 bis), en concordancia con el artículo 23, inciso 13 de la Constitución

Provincial (CP), que comprende el derecho a conservar la calidad y el rango funcional, más allá del

aspecto puramente remunerativo, mientras no se acredite causa legal que los haga perder[3], ya que la

mencionada prerrogativa constitucional integra la plataforma jurídica del sistema previsto como

garantía del administrado en relación de dependencia con la Administración, teniendo como corolario

el “derecho a la carrera” y a “determinado escalafonamiento” y que comprende la posibilidad de

progresar dentro de las distintas clases, grupos y categorías del escalafón administrativo y a estar

correctamente encasillado[4].

El ejercicio legítimo del ius variandi debe responder, en el caso de la Administración Pública, a tres

condiciones elementales: a) La justificación en razones objetivas de mejor servicio, b) La preservación

de las modalidades fundamentales originalmente convenidas y c) La inexistencia de perjuicio material

que redunde en un menoscabo salarial confiscatorio.

Expediente Nro. 6081769 - 9 / 18


La discrecionalidad que cabe a la Administración para el adecuado cumplimiento de sus fines, no es

discrecionalidad para la arbitrariedad ni para la irrazonabilidad. Tan es así por cuanto la

discrecionalidad puede ser definida como una modalidad de ejercicio que el orden jurídico confiere

expresa o implícitamente a quien ejerce la función administrativa, para que, mediante la apreciación

subjetiva de los intereses públicos comprometidos, complete creativamente el ordenamiento

seleccionando una alternativa entre otras igualmente válidas para el derecho. El control judicial de la

misma implica fiscalizar una ponderación y una elección ya realizada, por lo que debe respetar el

poder exclusivo de valoración otorgado a la Administración y sólo controlar cuando se sobrepasen los

límites del mismo[5].

Las garantías que protegen todo tipo de trabajo y el ejercicio del llamado ius variandi conocen, en el

ámbito administrativo, una limitación, relacionada directamente con los fines públicos de la persona

jurídica empleadora. Dicho ejercicio es controlado judicialmente mediante el juicio de razonabilidad

constitucional, pauta o estándar jurídico con el que se supone se resolverá en cada caso concreto el

delicado equilibrio entre intereses opuestos y que permite, en suma, conocer si existe adecuación del

medio utilizado al fin propuesto.

Es de la esencia de la relación de empleo público la potestad del empleador de variar las funciones

encomendadas en razón de la concreta necesidad del servicio, siempre y cuando, tales modificaciones

sean impuestas de modo razonable no significando la asignación de tareas impropias o diferentes a la

posición escalafonaria que corresponde al agente y a la asignación de tareas administrativas acordes.

En la presente causa aparece como dogmática y contradictoria la expresión de la Cámara de que se

permite entrever o sospechar en el traslado de los actores algún tipo de motivación subjetiva,

atribuyendo al pase alguna connotación de tipo personal, porque más allá de ello, adviértase que

concluye condenando a la Provincia pero le da la opción de mantener el traslado; es decir, lo

convalida, desde que en el primer punto de condena, expresamente dispone: “1) restituir a éstos en los

cargos que desempeñaban en el Registro General de la Propiedad antes de ser trasladados, o bien a

mantenerlos en sus actuales emplazamientos pero abonándoles en este supuesto los mismos haberes

Expediente Nro. 6081769 - 10 / 18


que percibirían en sus puestos originales”.

Es decir entonces que el motivo principal de agravio es la variación no ya de las tareas o lugar de

trabajo, sino de las sumas percibidas mensualmente por los actores en su desempeño en la Provincia.

Esto se ve corroborado en tanto la cámara sostiene que “es preciso reiterar el criterio expresado (…)

en el sentido de que no habiendo elementos de juicio para suponer que se trate de una sanción

encubierta como alegan los amparistas, ni pruebas que demuestren que la asignación de cada uno de

ellos a otras dependencias de la administración pueda causarles vejamen atendiendo a su formación

o capacitación profesional, no se puede decir que tal acto sea manifiestamente ilegítimo o arbitrario,

siendo que, por el contrario, es una atribución del Estado distribuir su personal en la forma que

considere más conveniente para sus necesidades operativas”.

Y añade en fundamento de su condena que “[n]o se trata ya entonces de que el Estado no pueda

redistribuir a sus empleados, sino de que no puede hacerlo asignándoles funciones en áreas donde

pasan a percibir sueldos disminuidos en aquella proporción, puesto que en esta hipótesis el traslado

genera una lesión severísima al derecho de propiedad, a la garantía que tiene todo empleado de

conservar su sueldo a menos que medien razones extraordinarias y, naturalmente, siempre que estas

razones extraordinarias repercutan en paridad de condiciones sobre todo el personal de la

administración”.

De este modo, la legitimidad de la medida en sí misma adoptada por la Administración no requiere

mayores consideraciones; ello así por cuanto no sólo ha sido avalada por la Cámara, conforme se ha

expuesto precedentemente, sino que, por su parte, fue consentida por los actores, quienes no la han

impugnado y, más aún, han iniciado por ante el tribunal de primera instancia la ejecución de sentencia,

solicitando se emplace a la demandada para que realice la opción de cuál de las alternativas posibles

cumplirá (cfr. fs. 314 y vta. ep).

Surge claro entonces que lo que agravia a los actores, y es motivo central de la condena impuesta a la

Provincia por la cámara al hacer lugar al recurso de apelación y revocar la sentencia de primera

instancia, es la disminución que en sus ingresos perciben los agentes trasladados desde el Registro

Expediente Nro. 6081769 - 11 / 18


General de la Provincia a otras dependencias de la Administración Pública provincial.

Es decir, salvada esta cuestión, y habiendo establecido que el ejercicio del ius variandi en el caso de

autos no ha desbordado los límites de la juridicidad, corresponde indagar si produjo menoscabo

patrimonial atribuible a la Provincia y si, en consecuencia, pesa sobre ella la responsabilidad de

restablecer la situación que hubiere alterado.

Como se detalló anteriormente, resulta no controvertido en autos que los actores se desempeñan como

agentes de la Administración Pública provincial y prestaron servicios en el Registro General de la

Provincia hasta el día 10 de mayo de 2006 (cfr. fs. 52/53 ep).

Surge también que en virtud de esa relación de empleo público y a partir de lo dispuesto por la

Ley n.º 5059, percibían, además de la remuneración normal habitual correspondiente al cargo de

revista (v. gr., f. 19 ep), un adicional bajo la denominación “Liquidación de remuneraciones” y

compuesto de rubros varios tales como “horas extras”, “refrigerio”, “órdenes de servicio”,

“Bonificación 488”, “Redistribución 488”, “Bonificación 322”, “Haberes especiales resolución

39/2004”, etc.

Como ya tuvo oportunidad de señalar este Tribunal por intermedio de su Sala Laboral, la Ley n.º 5059

surgió como consecuencia de un acuerdo suscripto entre el Estado Provincial y el Colegio de

Escribanos como entidad de Derecho Público -Ley n.° 4183-, que autorizó a este último a prestar

colaboración financiera y técnica, de carácter especializado al Registro General. El objetivo era

proveer a su reestructuración y mejoramiento de los métodos operativos (art. 1) que habían quedado

vetustos a raíz del dictado de la Ley n.° 17801, mediante la cual se incorporó la técnica denominada

folio real. En virtud de ese convenio, el “obligado”, en relación al personal contratado, es el Colegio

de Escribanos, quien cooperaría, sin cargo alguno para la Provincia y en su exclusivo beneficio. Los

sueldos del personal contratado en virtud de ello se pagaban con un fondo especial conformado por

contribuciones que el Colegio percibía de sus afiliados para cubrir los gastos del servicio (arts. 3 y 7

Ley n.º 5059)[6].

Ello se ve corroborado desde que las sumas liquidadas con ese fondo se detallaban en un documento

Expediente Nro. 6081769 - 12 / 18


independiente, en el que se consignaba un CUIT distinto del correspondiente a la Provincia;

circunstancia que los actores reconocen expresamente en diversas oportunidades, en particular a

fs. 144 y vta. ep, donde manifiestan “[e]l Colegio de Escribanos de la Provincia es quien nos abona

este sueldo (…) pues integra horas extras que la Provincia no otorga, ni paga”.

Pues bien, el traslado dispuesto por el Poder Ejecutivo mediante Decreto n.º 537 del año 2006 no

afectó en nada la percepción de la remuneración normal y habitual correspondiente a su cargo de

revista, ni de aquellas sumas que el Colegio de Escribanos liquidaba en virtud del convenio suscripto

bajo la vigencia de la Ley n.º 5059, las que se les siguieron efectivizando hasta finales de ese año,

conforme se acredita con la documental aportada por los actores (cfr. fs. 114 /115, 117, 119/120, 123,

125, 130, 132, 136/137, 140/141, 143, 147, 150 ep).

Por Ley n.º 9342, sancionada en el mes de diciembre de 2006, se derogó su similar n.º 5059 que daba

andamiaje jurídico a la liquidación de las sumas referidas anteriormente, creando ahora sí en el ámbito

de las finanzas provinciales, una Cuenta Especial denominada “Ingresos de la Dirección General del

Registro General de la Provincia” y destinando los fondos que la integran a optimizar el

funcionamiento del ente, en especial al cumplimiento de los objetivos detallados en el artículo 2.

A partir de la autorización legislativa otorgada en el artículo 3 de la ley, el Ministerio de Finanzas

dictó la Resolución n.º 313/2006 y el Interventor de la Dirección del Registro General de la Provincia,

la Orden de Servicio n.º 1 (de fecha 8/1/2007) con la que se busca disponer de un cuerpo normativo

único que contemple los diversos regímenes de bonificaciones del personal que se desempeñe en el

ente, procurando brindar mayor claridad normativa y optimizar el desempeño de las diversas áreas del

Registro (cfr. fs. 228/231vta. ep).

La derogación de la Ley n.º 5059, y con ella la extinción del “Convenio de Colaboración y Asistencia

Técnica para la Reestructuración del Registro General de la Provincia, Actualización de Técnicas

Registrales y Mejoramiento de Métodos Operativos” celebrado el 14 de mayo de 1969 entre el

Gobierno provincial y el Colegio de Escribanos de la Provincia, determinó que este último dejara de

liquidar las denominadas remuneraciones a las que se ha hecho referencia anteriormente, no solo a los

Expediente Nro. 6081769 - 13 / 18


actores entonces ya trasladados a otras dependencias de la Administración Provincial, sino a la

totalidad de los agentes que se desempeñaban entonces en el Registro General de Provincia.

Es decir, entiéndase correctamente: la discontinuidad en la liquidación de las sumas que hasta

entonces percibían los agentes trasladados, aspecto que es motivo central de agravio en la presente

acción de amparo, no obedece a la circunstancia de su traslado, debidamente fundado por la

Administración y realizado en ejercicio del ius variandi que le asiste, sin exceder los límites que el

ordenamiento jurídico le impone, sino a una medida de carácter general aplicable no tan solo a ellos

sino, como ha sido dicho, a la totalidad de los agentes provinciales que hasta entonces las percibían.

En nada obsta a lo señalado en el párrafo precedente la circunstancia de que el Gobierno Provincial

decidiera, mediante la Ley n.º 9342 que derogó la anterior n.º 5059, la creación de la cuenta especial a

la que hemos hecho referencia, y de la cual se liquidan las bonificaciones previstas en la Orden de

Servicio n.º 1 de la Dirección General del Registro General de la Provincia, conforme a los objetivos

explicitados en el artículo 2 de la ley, los que expresamente se determina serán liquidados al personal

que se desempeñe en él, aclarando que se conforma con quienes prestan servicios en forma efectiva en

el organismo registral, cualquiera sea la situación de revista al momento de su ingreso (en planta

permanente, contratado o en comisión).

Ellos constituyen un sistema de incentivos y bonificaciones y de jerarquización del personal que se

desempeña en su ámbito, basado en diversos parámetros como: a) asistencia y puntualidad, b) mayor

producción individual o de sectores de trabajo, c) cumplimiento de objetivos previamente definidos

por las distintas áreas de trabajo, d) mayor responsabilidad funcional, e) cumplimiento en tiempo y

forma de los trámites registrales ingresados en las áreas de producción y de las funciones

encomendadas a las áreas de apoyo operativo, y f) participación en tareas específicas definidas y

autorizadas por el Director, entre otros.

De allí que resulta razonable que sólo los perciban quienes en forma efectiva se desempeñan en el

Registro; por el contrario, no devendría razonable bonificar la asistencia y puntualidad, o la mayor

responsabilidad, o el cumplimiento de objetivos a quien no asiste, no tiene una mayor responsabilidad

Expediente Nro. 6081769 - 14 / 18


o no responde a objetivos estipulados por cuanto desempeña sus labores en otro ámbito de la

Administración Provincial.

Téngase presente que al respecto se ha señalado que cuando la pérdida del adicional extraordinario no

es más que una consecuencia de la menor responsabilidad y carga horaria asignada al agente, no

implica una afectación a la remuneración que estatutariamente le corresponde conforme a la categoría

que ha alcanzado, sino que busca establecer un razonable equilibrio de la ecuación económica entre la

prestación cumplida y la justa remuneración derivada de dicha labor[7].

En definitiva, en atención a los argumentos brindados precedentemente, cabe concluir que el ejercicio

del ius variandi realizado por la demandada en autos no excede los límites impuestos por el

ordenamiento jurídico y en consecuencia, el acto cuestionado (Decreto n.º 537/2006) no reviste la

palmaria ilegitimidad que debe ostentar para hacer procedente la acción de amparo intentada.

7. Conclusión

En razón de todo lo expuesto, corresponde admitir el Recurso Directo interpuesto por la demandada y

hacer lugar al Recurso de Casación denegado por el a quo. Revocar la Sentencia n.º 60, dictada por la

Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación de esta ciudad con fecha 22

de julio de 2008 y confirmar su similar n.º 105 dictada el 19 de abril de 2007 por el Juzgado de

Primera Instancia y Décimo Novena Nominación en lo Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba,

que rechazó la acción de amparo deducida por los actores.

8. Costas

Finalmente, en relación a las costas, y teniendo presentes las particularidades de la causa, que

evidencian una singular complejidad, con importantes esfuerzos argumentativos desplegados por las

partes en sostén de sus respectivas posiciones; y en atención al resultado que se arriba, corresponde

imponerlas por su orden en todas las instancias (art. 130 CPCC, aplicable por remisión del art. 17 de la

Ley n.º 4915).

Así votamos.

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA LOS SEÑORES VOCALES DOCTORES

Expediente Nro. 6081769 - 15 / 18


MARÍA MARTA CÁCERES DE BOLLATI, DOMINGO JUAN SESIN, AÍDA LUCÍA

TERESA TARDITTI, LUIS ENRIQUE RUBIO, M. DE LAS MERCEDES BLANC G.

DE ARABEL, ANGEL ANTONIO GUTIEZ Y HUMBERTO RODOLFO SANCHEZ

GAVIER, EN FORMA CONJUNTA, DIJERON:

Corresponde: I. Admitir el Recurso Directo interpuesto por la demandada Provincia de Córdoba y

hacer lugar al Recurso de Casación denegado por el a quo.

II.Revocar la Sentencia n.º 60, dictada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de

Tercera Nominación de esta ciudad con fecha 22 de julio de 2008 y confirmar su similar n.º 105

dictada el 19 de abril de 2007 por el Juzgado de Primera Instancia y Décimo Novena Nominación en

lo Civil y comercial de la ciudad de Córdoba, que rechazó la acción de amparo deducida por los

actores.

III. Imponer por su orden las costas de todas las instancias.

IV.Remitir las presentes actuaciones al tribunal a quo, a los efectos de ser agregadas al

principal (art. 405, CPCC).

Por el resultado de los votos emitidos, previo acuerdo, el Tribunal Superior de Justicia, en pleno,

RESUELVE:

I. Admitir el Recurso Directo interpuesto por la demandada Provincia de Córdoba y hacer lugar al

Recurso de Casación denegado por el a quo.

II.Revocar la Sentencia n.º 60, dictada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de

Tercera Nominación de esta ciudad con fecha 22 de julio de 2008 y confirmar su similar n.º 105

dictada el 19 de abril de 2007 por el Juzgado de Primera Instancia y Décimo Novena Nominación en

lo Civil y comercial de la ciudad de Córdoba, que rechazó la acción de amparo deducida por los

actores.

III. Imponer por su orden las costas de todas las instancias.

IV.Remitir las presentes actuaciones al tribunal a quo, a los efectos de ser agregadas al

principal (art. 405, CPCC).

Expediente Nro. 6081769 - 16 / 18


Protocolícese, hágase saber, dese copia y bajen.

[1] Cfr. TSJ, Sala Contencioso Administrativa, Sentencia n.º 95 de fecha 1/10/2013 in re “Aponte”.

[2] Cfr. TSJ, Sala Contencioso Administrativa, Sentencia n.º 6 de fecha 14/2/2001 in re “Rieder”.

[3] Cfr. TSJ, Sala Contencioso Administrativa, Sentencia n.º 49 de fecha 26/9/2006 in re “Herrera”, que reitera la doctrina

sentada en Sentencias n,º 57/1983 in re “Gianola”; n.º 52/1983 in re “Cosiansi”; n.º 20/1983 in re “Deluca”; y n.º 49/1980

in re “Herrera".

[4] Cfr. TSJ, Sala Contencioso Administrativa, Sentencia n.º 196 de fecha 30/11/2000 in re “Moine de Cornejo Núñez”.

[5] Cfr. Sesin, Domingo Juan; “El juez sólo controla. No sustituye ni administra. Confines del derecho y la política”, en LL

2003-E, pp. 1264 y ss.

[6] Cfr. TSJ, Sala Laboral, Sentencia n.º 261 de fecha 6/10/2015, in re “Catania”.

[7] Cfr. TSJ, Sala Contencioso Administrativa, Sentencia n.º 95 de fecha 1/10/2013 in re “Aponte”.

CACERES de BOLLATI, María Marta


VOCAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA

SESIN, Domingo Juan TARDITTI, Aida Lucia Teresa

VOCAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA VOCAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA

RUBIO, Luis Enrique BLANC GERZICICH de ARABEL, Maria de las Mercedes

VOCAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA VOCAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA

Expediente Nro. 6081769 - 17 / 18


GUTIEZ, Angel Antonio SANCHEZ GAVIER, Humberto Rodolfo

VOCAL DE CAMARA VOCAL DE CAMARA

LOPEZ SOLER, Francisco Ricardo

SECRETARIO/A T.S.J.

Expediente Nro. 6081769 - 18 / 18

También podría gustarte