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Clase 1: Los caminos de la Historia, perspectiva y

debate de la historiografía contemporánea

1- Introducción concepto de Paradigma- Thomas Kuhn

El concepto de paradigma se ha puesto de moda en los últimos años. En las


denominadas “Ciencias sociales”, es posible advertir un uso creciente de ese término,
pero, ¿todos lo que emplean, reconocen su real significado? Cabe preguntarse entonces,
¿qué es un paradigma?; y cuál es la concepción que se tiene de este concepto.
Resultado de imagen para La estructura de las revoluciones cientificas Thomas Kuhn,
científico estadounidense, publicó en 1962, su libro titulado “La Estructura de la
revolución científica” proporcionando una visión diferente a la habitual acerca de la
historia de la ciencia, sosteniéndose que el progreso de la ciencia no se realiza por
acumulación de logros o bien de avances y retrocesos en méritos a aciertos y a errores
sino, por medio de otros mecanismos en el que desempeñan un papel importantísimo los
paradigmas y las revoluciones científicas.
El propio autor, reconoce que la palabra PARADIGMA es sumamente compleja e
intrincada y necesitaba una clarificación; con tal propósito escribió en 1969 una posdata
a su libro, el autor clarificó que la palabra paradigma admite dos sentidos, uno global y
otro que constituye un subconjunto del primero, pero para evitar malentendidos propuso
la expresión “matriz disciplinar” para el sentido global de palabra paradigma, se
denomina así, porque la matriz "se compone de elementos ordenados de varios tipos,
requiriendo cada uno de ellos ulterior especificación” y es disciplinar porque “es
posesión común de los que practican una disciplina profesional” consideró que los
componentes de la matriz disciplinar “abarcan todos, o casi todos, los objetos del
compromiso de grupo”, designados anteriormente como paradigma, pero identificó sólo
cuatro de esos componente, por ser significativos y los denominó:
Generalizaciones simbólicas: son expresiones empleadas por el grupo profesional sin
hacerse cuestión sobre ellas y constituyen los componentes formales de la matriz
disciplinar. “Ellas son los componentes formales o fácilmente formalizables de la matriz
disciplinar. A veces ya se encuentran en forma simbólicas: f=ma oI=V/R. otras son
comúnmente expresadas en palabras: los elementos se combinan en proporción
constante al peso o la acción es igual a la reacción”. Se trata, de un compromiso
compartido por todos los miembros del grupo que no necesita ser justificado.
Modelos: “son aquellos que proporcionan al grupo las analogías preferidas o, cuando se
los sostiene a fondo, una ontología” “ Una vez que un nuevo problema es visto como
análogo a un problema anteriormente resuelto, se sigue tanto un formalismo apropiado
como un modo nuevo de conectar sus consecuencias simbólicas con la naturaleza”
Valores: describió a los mismos como un tercer grupo de elementos en la matriz
disciplinar “los valores…por regla general, son compartidos más ampliamente entre
diferentes comunidades que, o las generalizaciones simbólicas o los modelos, y hacen
mucho para proporcionar a científicos naturales un sentido de comunidad como un todo.
Si bien funcionan en cualquier tiempo, su importancia particular surge cuando los
miembros de una comunidad particular deben identificar las crisis o, posteriormente,
elegir entre caminos incompatibles en donde practican sus disciplina”
Ejemplares: designó con este término “los problemas y las soluciones concretas que los
estudiantes encuentran desde el inicio de su educación científica, ya sea en los
laboratorios o en los exámenes, o al final de cada capítulo de los textos científicos…
Más que otros grupos de componentes de la matriz disciplinar, las diferencias entre los
conjuntos de ejemplares proporcionan la admirable estructura de la comunidad
científica”
El autor, sostuvo que para comprender cómo funciona una comunidad científica se debe
comprender, el funcionamiento de los cuatro elementos de la matriz disciplinar. Ahora
bien, ¿cómo concibe Kuhn el desarrollo de la ciencia? Podemos sintetizar las etapas de
ese mecanismo de la siguiente manera:

Preciencia-ciencia normal –anomalías –crisis –revolución científica –nueva ciencia


normal

Comienza analizando la actividad científica habitual o ciencia normal que, es la


investigación que realizan los científicos como un intento de resolver los problemas que
surgen de las teorías. Las leyes, las contrataciones, las prácticas, las aplicaciones dentro
de un determinado campo científico son los componentes fundamentales de esa
actividad. Entonces, ciencia normal es la actividad científica que desarrollan los que
trabajan dentro de un paradigma, el propio Kuhn, ha definido, el paradigma dentro de
este contexto como ”realizaciones científicas universalmente reconocida que durante
cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica”
La etapa pre-científica se caracteriza por el desacuerdo y el continuo debate sobre los
pilares fundamentales que constituyen un determinado campo científico. Esta situación
imposibilita el trabajo detallado y profundo que se requiere, en aquellas ciencias que
han alcanzado la normalidad, para articular el paradigma y conciliarlo con la naturaleza.
Las ideas y conceptos analizados hasta aquí nos han permitido explicar, como trabajan
los científicos durante un período de ciencia normal, pero ¿cómo se realiza el cambio de
paradigma? Y en definitiva ¿cómo se producen las revoluciones científicas?
Esa ciencia normal se manifiesta por medio de su paradigma, pero en algún momento
esa ciencia normal, con su respectivo paradigma, entra en crisis y su teoría, no es
apropiada para responder nuevos interrogantes y para resolver nuevos problemas. El
objetivo de la actividad de un científico normal es, tomar los métodos que le brinda el
paradigma y encontrar las soluciones a los mismos, pero ¿qué sucede si estos problemas
permanecen sin ser resueltos? A estos problemas graves, que afectan los fundamentos
de un paradigma, Kuhn los denominó anomalías, estos problemas, interrogantes,
primeramente tratan de ser resueltos con el paradigma vigente, pero, si estos desajusten
persisten y no logran ser compaginados con el paradigma, comienza un periodo de
crisis, de inseguridad profesional marcada. Los científicos realizan un gran esfuerzo
para superar los problemas y esto produce la desconfianza.

Kuhn, cita tres ejemplos de situación de crisis:

A principios del siglo XVI, la astronomía, no logra resolver problemas como el del
calendario.
A finales del siglo XVIII, la química, no logra solucionar la combustión del oxígeno.
La crisis, de la física, a fines del siglo XIX (que preparó el camino para el surgimiento
de la teoría de la relatividad)
La crisis en la ciencia tiene varias consecuencias, los científicos afectados por la crisis,
los que advierten anomalías, son que ejecutan las revoluciones científicas, que según
Kuhn, “son episodios extraordinarios en que tienen lugar esos cambios de compromiso
profesionales”. La revolución científica, crea un nuevo paradigma, que satisface los
interrogantes que había llevada al anterior a la crisis. En el momento de crisis conviven
dos paradigmas: el viejo y el nuevo en tratamiento; lo que conlleva al abandono del
antiguo paradigma y el comienzo de un nuevo periodo de ciencia normal con su
respectivo paradigma.
Esta ciencia normal en el futuro, a su vez, también deberá soportar crisis y así se
repetirá el proceso, como hemos señalado. Se advierte que este proceso, implica la
aparición de “episodios de desarrollo no acumulativo” que a su vez producen
modificaciones substanciales en el trabajo del científico según lo destaca este autor:
“aunque el mundo no cambia de paradigma, el científico después trabaja en mundo
diferente”. Este acontecimiento hace que los iniciadores del nuevo paradigma estén
siempre en pugna con los sostenedores del antiguo paradigma; se trata, ciertamente de
dos visiones incompatibles entre sí referidas a la misma realidad.
Finalmente, cabe señalar, que el nuevo paradigma debe satisfacer como mínimo tres
requisitos para desplazar al anterior:
El nuevo paradigma debe ser idóneo para resolver al menos algunos de los problemas
que llevaron al anterior a la crisis.
El nuevo paradigma debe proporcionar a los investigadores el sentido de lo elegante,
apropiado y simple.
El nuevo paradigma debe contener más “potencial para expansión” que el antiguo,
atributo fundamental para Kuhn.
Ya hemos apuntado que Kuhn se dedicó inicialmente a la física y por ello no debe
extrañar que la mayoría de los ejemplos que maneja para fundamentar sus
argumentaciones provengan de ese campo científico, los ejemplos restantes son siempre
de las denominadas “ciencias exactas”, dado que rara vez hace referencia a las ciencias
sociales. Por ello la clase se centrará, ahora, en la aplicación de las ideas de Kuhn, a la
historiografía positivista del siglo XIX , Materialismo histórico del siglo XIX y la
escuela de los Annales del Siglo XX

2- Los paradigmas en la Historia

Analizaremos, ahora, las tres corrientes historiográficas, como paradigmas fundadores,


que habrían de signar con sus asertos no sólo los debates respecto de la historia y su
quehacer, sino que abandonarían los recintos académicos y saldrían a la calle
impactando con sus poderosas utopías la vida misma al construir, al lado de visiones
respecto de la realidad, los hombres y su tiempo.

Positivismo:
Los hombres del XIX atestiguaron la transformación acelerada del mundo. Ésta
comprendió no sólo la producción y sus recursos sino las formas hasta entonces
dominantes de entender la realidad e interactuar en y con ella. La secularización de la
política se impuso lo mismo que el derrumbe de los ídolos hasta antes intocados. El
dogma y la metafísica perdieron peso frente a los argumentos de la ciencia y la razón.
Los cientistas naturales avanzaron en el conocimiento de las leyes que determinaban la
regularidad de los comportamientos de la materia. Las hipótesis centrales basaban en la
evidencia, la experimentación y la capacidad comprobatoria la verdad de sus hipótesis.
La posibilidad de controlar el futuro se encuentra en el fondo del optimismo de los
hombres y sus triunfos sobre la naturaleza. Estas preocupaciones se encuentran
presentes también en las ciencias sociales y, por ende, en la historiografía positivista
que se proponen encontrar las leyes generales reguladoras del devenir social.
Resultado de imagen para RANKELa búsqueda de la verdad y de la objetividad
absoluta son consideradas condiciones recíprocas que imponen un cierto tratamiento a
los problemas que se plantean, las herramientas que utilizan y/o descartan. De ahí que la
preocupación central de esta historia sea, como afirma Ranke, "sólo mostrar Io que
realmente aconteció". El culto a los hechos deriva en Inglaterra, Francia y Alemania
principalmente. en una tradición empírica que supone que el historiador debe entonces
centrarse en recabar documentos que registren y verifiquen los acontecimientos. Otra
preocupación tiene que ver con la pertinencia de estos hechos en relación con la
regularidad, que es, a fin de cuentas, el asidero de la predictibilidad, es decir, de la
capacidad anticipatoria de la ciencia histórica positiva basada en leyes generales que
explican la particularidad y le dan sentido.La evolución natural, el progreso como sino
de la marcha histórica, la sociedad pensada en términos de organismo vivo, son los
asertos sobre los cuales se construye esta mirada de la historia. Fuera de ella quedan la
contradicción, la paradoja y la violencia. Fuera —también—, la interpretación subjetiva,
regresión, el particular inexplicable.
Los positivistas decimonónicos (propio del siglo XIX), influidos por el pensamiento
predominante de su tiempo, ven con optimismo el futuro que ofrece la posibilidad de
ascenso de la humanidad a estadios cualitativamente superiores de vida. Su confianza se
centra en la racionalidad y la certeza, por esta razón se sumergen en un laberinto de
documentos, actas, registros y luego enuncian con precisión la historia como hechos.
Sin duda, la ruptura epistemológica que estos científicos lograron respecto de la religión
y sus dogmas trazó caminos innovadores y supuso búsquedas y respuestas ahí en donde
sólo podían escucharse las voces de la divinidad. ciencia y sus instrumentos fueron la
base argumentativa de esta nueva mirada y la historia se constituyó en un quehacer que
se supuso riguroso, sistemático, objetivo.
La formación en la academia trasladó al historiador del taller a la universidad y mudó su
oficio de crónica e interpretación, a historia oficial que enumera, mide, cuenta, consigna
minuciosamente. De este esfuerza surgen las biografías del poder, las batallas, los
héroes y las conmemoraciones. La Historia entra al palacio por la puerta consagrada de
la memoria y se encarga de describir para la posteridad a los grandes hombres, los
remos y sus majestades. Ligados pronto a la clase gobernante, algunos representantes
del positivismo trabajaron abiertamente a favor del orden establecido, no faltaron
grupos que se integraron incluso como intelectuales orgánicos dentro de las esferas
burocráticas, fácilmente identificables, corrieron más o menos la misma suerte que los
bloques de poder a los que se adscribieron.

Materialismo Histórico
Casi paralelamente al ascenso de los dueños del capital, la fábrica y sus operarios harían
surgir otra historia. Con la mirada puesta en ese otro lado del espejo, Carlos Marx se
encuentra con la miseria y la explotación, pero también con el socialismo como
imaginario de sociedad futura en la que los obreros serán la vanguardia orgánica
responsable de reconstruir el mundo.
Resultado de imagen para MARX La apuesta teórica de Marx se asienta en la
contradicción, la dialéctica y la lucha de clases. Por ello es a la vez propuesta teórica-
metodológica y convocatoria política. No se trata, dice el joven Marx, sólo de describir
desde una actitud contemplativa lo que ocurre en el mundo, se trata de transformar por
la vía de la praxis y de resolver a favor de los desposeídos el nudo contradictorio del
capitalismo. Piensa entonces el filósofo en la revolución posible, y construye la
poderosa utopía que más tarde pueblos enteros perseguirán como destino.
Desde la perspectiva de la producción, el enfoque materialista que Marx propone
resignifica la historia e intenta rebasar tanto el empirismo descriptivo —fundado en
hechos— como el idealismo interpretativo que dota al historiador del poder suficiente
como para superponerse a su objeto de estudio. Por ello, porque contradice radicalmente
los argumentos del poder, este paradigma nace excluido de la historia oficial y durante
mucho tiempo permanecerá marginado de los recintos académicos.
Igual que el positivismo, las tesis de Marx apuntarán al descubrimiento de las leyes
generales rigen la vida social. Como él, supondrá un futuro mejor pero no como
resultado de una evolución natural sino de una serie de rupturas. La revolución
entendida como conflagración violenta mediante la cual los sujetos históricos
construyen la nueva realidad es, pues, la alternativa para la marcha ascendente de la
historia. También Marx tiene confianza en la ciencia y en la razón, por eso alude al
socialismo científico y al materialismo histórico como propuestas centrales que, al lado
del método dialéctico, se constituyen en formas de entender el mundo, articular
explicativamente sus comportamientos estructurales y propositivamente sus
planteamientos políticos.
Sus preocupaciones centradas en el presente desconocen la naturaleza histórica del
mundo. Sus hipótesis tienden también a predecir y Io hace a partir del análisis del
capitalismo como modo de producción y de las sociedades de su tiempo como
formaciones sociales determinadas históricamente. Su agudeza crítica, su convicción
política, su lucidez, le llevan a la comprensión de la lógica subyacente que mueve
industrias y mercados, que dan sentido al dinero y explican los contratos, los salarios, la
ganancia. También la explotación, la desesperanza y su resolución dialéctica en la lucha
de clases primero y después en el ascenso de la clase obrera como vanguardia
revolucionaria.
Marx aspiró a conocer la realidad como totalidad compleja, sus propuestas
metodológicas para aprehender los procesos sociales en su historicidad plena se
encuentran desarrolladas a Io largo de su obra, pero los textos clave para entender la
metodología que aplica al análisis de un momento específico es, sin duda, la lucha de
clases en Francia, 1848-1851 y El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. En estos
documentos, que Marx revisa una y otra vez críticamente, resuelve el estudio de
coyunturas de corto alcance y de un pasado inmediato a partir de una mirada con la que
la matriz económica, los escenarios políticos, las fuerzas sociales; los contenidos
ideológicos y culturales presentan enlazados en un complejo contradictorio que se
resuelve en función de un equilibrio inestable, en devenir anclado en una correlación de
fuerzas multideterminada.
La importancia de este esfuerzo sistemático para explicar los procesos históricos, el
concurso de los actores sociales, su devenir y su saldo no reside en el afán erudito de
describir al detalle los hechos en sucesión, ni en interpretarlos subjetivamente, sino en
realizar una lectura interesada del pasado para trazar, desde una perspectiva racional,
tácticas y estrategias de clase que lleven al proletariado a la conducción revolucionaria.

Escuela de los Annales


La escuela de los Annales nace en Francia,1929 y se remonta como proyecto a los años
inmediatos de la Primera Guerra Mundial. El "crack" o crisis total del sistema
financiero capitalista mundial puso en entredicho no sólo la idea de progreso material y
de acu-mulación continua como cualidades inherentes al capitalismo. La crisis mundial
mueve a problematizar Io económico y lo social, ahora con una mirada un poco más
escéptica, así como a sus secuelas el paro, la inflación, el desempleo y la recesión como
componentes de un ciclo que amenaza repetirse. De ahí que el título con que aparece la
revista por primera vez; Annales de historia económica y social, responda claramente a
las incertidumbres de ese tiempo.
Otro elemento cobrará forma en la propuesta de Annales, la primera Guerra Mundial
conduce al cuestionamiento de un mundo que ha rebasado, esta vez a partir de la
violencia, los límites de los estados nacionales. Frente a esta supresión de los
acotamientos patrióticos, se impone una nueva experiencia colectiva signada por la
búsqueda de la paz que no puede ser elaborada más que como reconocimiento de los
nuevos escenarios. El eurocentrismo hasta entonces útil se disuelve frente a la necesidad
de dialogar con territorios Imperiales o colonizados que forman parte de las realidades
emergentes. Los destinos y las civilizaciones, en plural, ocupan espacios que la
anquilosada historia oficial no ha sabido reconocer sabido reconocer. Por estas razones
el discurso inaugural de Annales arranca de la oposición y el rechazo a la historiografía
de matriz positivista, dominante en Francia. Por ello también repudia la política
entendida como vida parlamentaria, democracia procedural o bien rejuego de partidos.
Marc Bloch, Lucien Febvre y los combates por la historia
Marc Bloch y Lucien Febvre, los padres fundadores de los Annales, libran sus
"Combates por la Historia" (tarea continuada por Fernand Braudel (entre 1956 y 1968)
con un enfoque estructural y economicista, y culminada, finalmente, por Jacques Le
Goff y otros (entre 1969 y 1989) desarrollando la historia de las mentalidades). Estos
cuestionamientos al lado de la crítica de lo instituido mueve a la reflexión histórica
hacia otros derroteros, dentro de espacios más amplios que la sola disciplina histórica.
Aparecen entonces la intención y la experiencia de la interdisciplinariedad. Se pregunta
y se indaga dentro de los espacios de reflexión de la psicología, la antropología, la
lingüística, la sociología y, muy cercanamente, de la geografía. Desde este último
campo se construyen programas de investigación que se focalizan sobre la región y la
localidad como ámbitos sugerentes para el oficio de historiador.
La atmósfera científica de la época, las teorías cinéticas, la mecánica einsteniana, la
teoría cuántica, alteraron la visión del mundo y modificaron asimismo las lecturas de los
historiadores. Los descubrimientos de las ciencias exactas, una vez más, alertaron a los
historiadores acerca de la necesidad de incluir entre sus hipótesis las nociones de
probabilidad, relatividad y de transitar de lo visible a lo invisible.1
La "nueva historia" que ellos plantean invoca una serie de rupturas y originalidades.
Una de ellas tiene que ver con el tiempo histórico, otra la historia total en la cual tiene
su lugar la economía con sus fluctuaciones, ciclos y variaciones, apoyada en estadísticas
que cuantifican los movimientos de los precios, del consumo, de los privilegios y la
pobreza; la demografía, que consigna los nacimientos, los casamientos y las muertes; la
cultura, que permite invocar la construcción de mentalidades e imaginarios colectivos;
la geografía, que recupera los paisajes y sus transformaciones, etcétera.
Marc Bloch-Lucien Febvre
Para Febvre, el proyecto del estudio de las mentalidades se nutre de fuentes como la
psicología y la literatura, y de la sociología y la antropología histórica para Bloch. La
postura de este último abre una brecha crítica a la historia tradicional de las ideas pues
inserta la emergencia de nociones, saberes y conceptos dentro de una matriz social que
la explica y hace posible. Son los grupos sociales los que producen prácticas colectivas,
simbólicas, representaciones inconscientes. Las ideas se crean y transforman, no solo la
intervención de individuos "iluminados" sino por la interacción de colectividades no
siempre contemporáneas, no siempre racionales o conscientes. Las mentalidades,
entonces, implican la aproximación a un tiempo largo con sus propios ciclos y ritmos en
donde tradiciones y herencias toman su lugar explicativo. Marc Bloch sienta así las
bases de una historia de las ideas renovada que se nutriría más de los hechos de la vida
cotidiana que de obras teóricas. Los rituales de curación, de consagración, de unción
real son otras tramoyas conceptuales entre la Iglesia y los reyes.
Las fuentes a las que ambos aconsejan recurrir no son sólo los documentos escritos. La
iconografía, los rituales, los mitos orales serán también medios para acceder al
conocimiento histórico. Esta primera etapa de Annales, rica y sugerente, no impactó sin
embargo de manera importante el mundo académico. La Segunda Guerra Mundial
interrumpió violentamente esta experiencia y tuvo como saldo el encarcelamiento y
muerte de Bloch, miembro de la resistencia francesa, a manos de la barbarie. La
continuidad fue entonces tarea de Febvre y de sus seguidores, que dieron a Annales la
fuerza suficiente no sólo para permanecer sino para transformarse.
La historia hoy, no puede concebirse sin el estudio de cada sociedad con sus variables
técnicas, económicas, sociales e institucionales, con las fluctuaciones de las coyunturas,
con movimientos de la población, con la vida cotidiana de los pueblos, con las
mentalidades que los caracterizan. Esta interpretación integrada y global de la sociedad
debe reflejar la situación en que se encuentran los hombres, los problemas que enfrentan
y cómo actúan para solucionarlos; sin olvidar el contexto temporal (siglos, años, edades,
etc.) de la historia tradicional.
Partimos de la base -rectificando a Thomás S. Kuhn- de que las "revoluciones
científicas" son, en realidad, una mezcla de rupturas y continuidades, es por ello que
somos contrarios a construir la historiografía del siglo XXI volviendo al siglo XIX
(positivista), haciendo tabla rasa de las cruciales contribuciones historiográficas del
siglo XX, cuya pertinencia futura, naturalmente, habrá que afirmar o desmentir,
reformar o rectificar, según los casos.
Cabe admitir, en consecuencia, que si la propuesta de Kuhn, basada en el reemplazo de
un paradigma por otro, es válida para las “ciencias exactas” puede no serlo en igual
medida para las ciencias sociales. Para la historia en particular, porque en definitiva, la
labor final del historiador es la re-creación de un pasado específicamente humano, y en
este análisis es justificada la existencia de enfoques diferentes dentro de la disciplina.
Resultado de imagen para trabajo Para ampliar sus conocimientos sobre "los
paradigmas en la historia", recomendamos la lectura de: Marta Barbieri de Guardia, M.
El Conocimiento Histórico. Los nuevos enfoques y la historia social.

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