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E) MANTENER BUENOS HÁBITOS:

Mantener buenos hábitos en el trabajo para una mayor productividad, es esencial.


Los hábitos de salud son determinantes en tu rendimiento profesional. La falta de
descanso, por ejemplo, influye en tu nivel de concentración. Además, también eres más
vulnerable ante el riesgo de sufrir el síndrome del trabajador quemado, puesto que la falta
de sueño afecta también al estado de ánimo.
Tu cuerpo y tu mente no son máquinas, por tanto, debes cuidarte por medio de medicinas
naturales tan vitales como una alimentación variada y equilibrada, práctica de ejercicio
físico, horarios regulares y sueño reparador. Es decir, cómo te sientes influye en tu
rendimiento laboral. Cuando tienes hábitos poco saludables te cansas más y pierdes
creatividad.
Pero, además, los excesos del estilo de vida producen un efecto de acumulación en el
organismo, ya que el cuerpo tiene memoria.
A continuación, unos consejos que ayudan a tener mejor rendimiento en el trabajo:
1. Es recomendable dormir un mínimo de ocho horas diarias para descansar. Si
madrugas mucho, entonces, también puedes disfrutar de una siesta para reponer
energía.

2. Si tienes poco tiempo libre para practicar deporte, intenta ir caminando


al trabajo para hacer ejercicio físico en tu ruta hasta la oficina. Practica el deporte
que más te gusta y realiza ejercicio aeróbico.

3. Bebe agua de forma regular a lo largo de la jornada para estar hidratado. No


esperes a tener sed.

4. Apaga el teléfono móvil y la televisión mientras comes. De este modo, te


concentras en los sabores y texturas de los alimentos. Saboreas más las recetas.
Cuando tienes distracciones externas, comes más de lo necesario. Y esto
favorece el sobrepeso.

5. Una ducha a primera hora de la mañana te permite activarte para asumir el ritmo


de la jornada. Sin embargo, la ducha al final del día produce el efecto relajante de
liberar la tensión muscular acumulada por el estrés. Si te cuesta madrugar,
entonces, la ducha a primera hora es tu mejor opción. Por el contrario, si te cuesta
desconectar del trabajo al volver a casa, la ducha al final del día es una terapia de
bienestar.

6. Utiliza calzado cómodo elaborado en material de calidad como la piel o el cuero.


El calzado debe adaptarse a tu pie como una segunda naturaleza. De lo contrario,
las molestias pueden afectar al rendimiento laboral.

7. Conviene reforzar la higiene postural para evitar posibles dolores de espalda. Si


pasas muchas horas de tu jornada laboral sentado, intenta levantarte una vez
cada hora para dar pequeños paseos. Puedes aprovechar para hacer un recado.

8. Practica las habilidades sociales para cuidar tu higiene mental en la oficina. La


inteligencia emocional fortalece tu salud mental.
 Deja de aplazar: En el ámbito empresarial y si somos personal de trabajo no es
bueno aplazar nuestras tareas o lo que tengamos que realizar dentro de la
empresa. Si es que se toma esa costumbre de dejar todo para despues la
empresa o compañía para la que trabajemos tendra un decaimiento muy notable y
para nada favorable. A continuación:
3 medidas para dejar de aplazar nuestras responsabilidades en el trabajo.

1. Organiza bien el tiempo


Muchas veces procrastinamos por falta de tiempo, así que vamos
a organizar el trabajo para ser más eficaces y a organizar el tiempo y las
tareas de modo que las más importantes se hagan en el momento de más
productividad. Acabar con las distracciones no es fácil, más si trabajas
delante de un ordenador o en un ambiente propenso a ellas, pero contamos
con las herramientas suficientes para hacerles frente y aumentar la
concentración en el trabajo. Lo que tampoco puedes hacer es pasarte el
día lamentándote de lo difícil que es una tarea y acabar dejándola para el
futuro.

2. Cambia de perspectiva
Precisamente para evitar aplazar tareas en las que nos hemos atascado
ante la dificultad de abordar el trabajo podemos encarar las tareas desde
una perspectiva diferente. Seguro que tienes una serie de objetivos
empresariales, así que piensa en cómo alcanzar ese objetivo y concéntrate
en el camino. La empresa debe tener en cuenta los obstáculos que pueden
aparecer en el desarrollo de una tarea y el modo de solucionarlos. Cuanto
más expertos sean los trabajadores, más fácil será dejar atrás esos
obstáculos. Por eso, si hay que hacer algo lo haremos, y no hay excusa
que valga para aplazarlo. Si tenemos que hacer una tarea, aunque no nos
guste, es porque forma parte del camino para alcanzar nuestros objetivos
así que solo si eres optimista y estáis decididos a hacerlo la podréis
completar. En el caso contrario, la empresa tiene un grave problema.

3. Crea un buen ambiente de trabajo


Al hilo de la motivación de los trabajadores, un clima laboral desagradable
supone una plantilla más apática, que procrastinará sin ningún tipo de
remordimiento. El ambiente en el que se desarrolle el trabajo debe ejercer
una influencia positiva sobre los empleados, por ello ofreciendo una buena
iluminación, medios suficientes para el desarrollo del trabajo, mesas y sillas
cómodas o la eliminación de elementos de distracción; nuestro trabajo se
verá menos afectado por la procrastinación. La confianza es otro de los
elementos clave para evitar la procrastinación en el trabajo, ya que muchas
veces se aplazan las tareas por miedo al fracaso. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que, si aplazamos una tarea por miedo a fallar, hemos
fracasado igualmente al no poder cumplir con ella. En cambio, si decidimos
abordarla ya será un éxito ya que la hemos afrontado desde una
perspectiva positiva, aunque no haya salido bien.

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