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La teoría de la liberación

Hoy en día vemos un movimiento en lo social, en la comunidad


cristiana, cuando hablamos o tratamos de entender la teología de la
liberación y como se refleja en América latinas podemos percibir esta
corriente, ya que vemos como el cristianismo se va abriendo hasta en
la política, como estos cristianos se ven en los hospitales orando por los
enfermos, vemos como muchos cristianos van a la zonas indígenas a
predicar la palabra es hay donde vemos como esta teología se va
abriendo camino, cuando le habla a las personas mas necesita de la
palabra, también podemos ver lo negativo de esta teología, de la cuales
podemos apreciar en como esta teología, llega aún punto de ser
totalmente extrema, ya que llevan lo liberal a otro nivel no aprobado por
las escritura, ya que vemos que a lo bueno lo llaman malo y a lo malo
lo llaman bueno, vemos como muchos cristiano vende la palabra de
Dios, pudimos ver este extremismo en la colonización de América ya
que podemos apreciar como venían a predicar a los aborígenes de
América (nuevo mundo) a la vez que cometían injusticias contra ellos,
vemos en la historia de América como Europa conquistaba esta tierras,
asaltaban, robaban, esclavizaban y violaban a la ves que predicaban
la palabra, la iglesia de hoy en día no debe cometer los mismo errores
del pasado.

Hablemos de Gustavo Gutiérrez su teología se centran en la relación


entre salvación, liberación y desarrollo; y en la opción preferencial por
el pobre.

Para Gutiérrez el problema se incrementa cuando se nota que en el


pobre hay una «ausencia del reconocimiento de su dignidad humana y
de su condición de hijas e hijos de Dios, sea tanto por razones
económicas, como raciales, de género, culturales, religiosas u otras».
Este problema es mucho más antiguo que la teología de la liberación.
Ya en la Iglesia primitiva, Santiago advertía sobre el desprecio de la
dignidad de los creyentes pobres.15 San Pablo también condena esta
situación que se estaba gestando en el seno de la iglesia corinta.
Gutiérrez, en este punto, exhorta a la comunidad cristiana a recordar las
enseñanzas de los apóstoles.

Además, la pobreza para Gutiérrez es el resultado de estructuras


injustas y pecaminosas, como él mismo argumenta:
La pobreza no es una fatalidad, es una condición; no es un infortunio,
es una injusticia. Es resultado de estructuras sociales y de categorías
mentales y culturales, está ligada al modo como se ha construido la
sociedad, en sus diversas manifestaciones.
En primer lugar, Gutiérrez hace un llamado a entender la realidad del
pobre. Ser pobre no es, simplemente carecer de los recursos
económicos para el desarrollo. Por el contrario, Gutiérrez entiende la
pobreza como «un modo de vivir, de pensar, de amar, de orar, de creer
y esperar, de pasar el tiempo libre, de luchar por la vida». Por eso dice:
«La pobreza no es una fatalidad, es una condición». Por otro lado, el
dominico enfatiza que la pobreza es el resultado de la sociedad. Sin
embargo, para muchos otros teólogos parece que reducir el problema
de la pobreza a algo totalmente social es bastante simple. El origen de
la pobreza es mucho más complejo. En América Latina se origina desde
los tiempos de la conquista y a eso se agrega varios factores políticos,
geográficos, y personales.

La proclamación del evangelio en medio de la situación injusta debe


llevar a una praxis que se encuentre basada sobre principios obtenidos
de la palabra de Dios. En el artículo Teología y pobreza, Gutiérrez
recuerda que dicha opción debe conducir a tres acciones bien definidas.
La opción preferencial por el pobre nos recuerda un eje fundamental de
la vida cristiana que se despliega en tres niveles:

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