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Escala de Coma de Glasgow

La Escala de Coma de Glasgow es una escala de aplicación neurológica que permite medir
el nivel de conciencia de una persona. Es muy util en emergencia, puesto que, simple,
objetiva y rápida. Esta escala tiene tres parámetros que son: la respuesta verbal, la respuesta
ocular y la respuesta motora como se observa en la siguiente tabla.

El puntaje más bajo es 3 puntos, mientras que el valor más alto es 15 puntos. La aplicación
de esta escala permite obtener un perfil clínico sobre la evolución del paciente; y una vez
realizado el examen neurológico podremos establecer el grado de gravedad, pronóstico,
actuación diagnóstica y terapéutica del paciente.
https://www.elsevier.com/es-es/connect/medicina/escala-de-coma-de-glasgow

Valoración clínica de los nervios craneales


I: Olfatorio Para la exploracion del sentido olfatorio se pide al paciente que con su mano obstruya una fosa
nasal y que inhale por el otro. El paciente debe cerrar ambos ojos y se pide que inhale sustancias
familiares no irritantes como el café. Pregunta al paciente si huele algo y, en tal caso, de qué se
trata. Explora el otro lado.
II: Óptico Explora la agudeza visual con la cartilla de Snellen. Con un oftalmoscopio inspecciona los fondos
de ojo, prestando especial atención a las papilas. Explora los campos visuales por confrontación.
Para esto le pedimos al paciente que al estar frente a frente, con su mano tape un ojo y con
nuestras manos valoramos hasta donde llega el campo siual del paciente. Revisa cada ojo por
separado y después al mismo tiempo.
Oculomotores Explora la movilidad extraocular en las seis direcciones cardinales de la mirada, para esto se pide
III, IV y VI: al paciente que siga con su mirada nuestro dedo índice, al mover nuestro dedo realizamos una H.
Motor ocular Busca si hay una pérdida de los movimientos conjugados en alguna de ellas que determine
común, diplopia. Pregunta al paciente en qué dirección empeora la diplopia e inspecciona de cerca el ojo
Troclear y por si ocurre una desviación asimétrica. Averigua si la diplopia es monocular o binocular pidiendo
Abducens. al paciente que se tape uno de los ojos o llevando a cabo la prueba de oclusión/desoclusión.
Verifica la convergencia ocular, identifica un posible nistagmo (horizontal, vertical, rotatorio o
mixto) y busca si hay ptosis (caída de los párpados superiores).
El III nervio craneal valora el tamaño y la forma de las pupilas y compara un lado con el otro. La
anisocoria es la diferencia de más de 0.4 mm en el diámetro de una pupila con respecto de la otra.
Pupilas normales se denomina isocóricas.
V: Trigémino Evaluamos la parte motora y sensitiva de la cara.
Motor. Al palpar los músculos temporal y masetero, pide al paciente que apriete los dientes.
Observa la fuerza de contracción muscular. Indica al paciente que mueva la mandíbula de un lado
a otro.
Sensitivo. Explora la sensibilidad dolorosa en ambos lados de la frente, los pómulos y la
mandíbula. El paciente debe cerrar los ojos. Utiliza un objeto punzante adecuado, como un alfiler
o un hisopo de algodón. Mientras realizas la prueba, cambia de forma ocasional el extremo romo
por el agudo para contrastar los estímulos. Pregunta al paciente si nota un objeto “punzante” o
“romo” y compara los dos lados. Si descubres alguna anomalía, confírmala verificando la
sensibilidad térmica con dos tubos de ensayo llenos de agua caliente y helada.
Reflejo corneal. Para evaluarlo pedimos al paciente que mire hacia arriba y hacia el lado opuesto.
Aproximándote por el otro lado, fuera de la línea de visión del paciente y sin rozar las pestañas,
toca con suavidad la córnea (no sólo la conjuntiva) con un trozo fino de algodón. Si el paciente es
aprehensivo, puedes disipar su miedo tocando primero la conjuntiva. Valora el parpadeo ocular,
una reacción normal a este estímulo.
VII: Facial Para valorarla inspeccionamos la cara del paciente en reposo mientras hablamos con el.
Observamos cualquier asimetría, a menudo visible en los pliegues nasolabiales, y tics u otros
movimientos anómalos. Pide al paciente que: Levante las dos cejas; las frunza; cierre ambos ojos
con fuerza de manera que no puedas abrirlos, evalúa la fuerza muscular tratando de abrirlos;
enseñe los dientes superiores e inferiores; sonría e infle las mejillas.
VIII: Acústico Valoramos la audición con la prueba del susurro. Hablando en voz baja di algunos números cerca
y vestibular del oído del paciente, obstruyendo al mismo tiempo el oído contralateral o frotando tus dedos
cerca de éste, y pide al paciente que los repita. Explora la conducción aérea y ósea por medio de la
prueba de Rinne, y la lateralización con la prueba de Weber.
IX y X: Evaluamos los dos pares escuchando la voz del paciente, es ronco o tiene una calidad nasal y
Glosofaríngeo y preguntamos si tiene dificultad para deglutir. Luego pedimos al paciente que diga “aaaah…” o que
Vago bostece mientras observamos los movimientos del paladar blando y de la faringe. El paladar
(neumogástrico blando asciende en general de manera simétrica, la úvula permanece en la línea media y cada lado
) de la parte posterior de la faringe se desplaza hacia adentro, como una cortina. Evaluamos el
reflejo faríngeo o nauseoso, que consiste en elevar la lengua y el paladar blando y constreñir los
músculos faríngeos. Estimula un poco la parte posterior de la garganta en cada lado y observa el
reflejo.
XI: Accesorio Valoramos buscando si hay o no atrofia o fasciculaciones del músculo trapecio, luego pedimos al
paciente que encoja ambos hombros, levantándolos y haciendo fuerza contra tus manos.
Observamos la fuerza y la contracción de los trapecios. Para valorar el esternocleidomastoideo
(ECM) pedimos al paciente que gire la cabeza hacia cada lado, oponiendo resistencia con tu mano
y observa la contracción.
XII: Hipogloso Evaluamos inspeccionando la lengua del paciente en el suelo de la boca busca atrofia o
fasciculaciones. Luego, pedimos al paciente que saque la lengua y la mueva de un lado a otro, y
observa la simetría del movimiento.

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