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I – Nervio Olfatorio: 

Se sitúa en la nariz, controlando el olfato. Este nervio no es evaluado


con frecuencia, sin embargo se sospecha de una posible alteración de este nervio en
pacientes neurológicos que tiene poco apetito. Para evaluar el nervio se puede usar jabón y
café, ambos son fáciles de encontrar en una unidad médica. Si es posible también se puede
usar clavos de olor y vainilla. No  se usan sustancias de olor áspero (como el amoníaco)
porque estimulan las terminaciones intransales sensoriales de dolor del Vº par craneal. Haz
que el paciente cierre ambos ojos, que obstruya con el dedo una de sus narinas y suavemente
inhale el olor. Recuerda que se debe hacer con las dos narinas.

Nervio craneal 1

El olfato, función a cargo del I nervio craneal (olfatorio), suele ser evaluado solo después de
un traumatismo de cráneo o cuando se sospechan lesiones de la fosa posterior (p. ej.,
meningioma) o si los pacientes comunican una alteración en este sentido o el del gusto.
Se le pide al paciente que identifique los olores (p. ej., jabón, café, clavo de olor) colocados
delante de cada fosa nasal mientras se ocluye la contralateral. El alcohol, el amoníaco y otros
productos irritantes, que exploran los receptores nociceptivos del V nervio craneal (trigémino),
solo se emplean si se sospecha un caso de simulación.
II – Nervio óptico: Situado al interior y detrás de los ojos, el IIº par craneal controla la visión
central y periférica. La fóvea (en el centro de la retina) es responsable de la agudeza visual en
nuestra visión central. Se evalúa un ojo a la vez. Pídele al paciente que lea un texto corto con
letra de tamaño regular. Después, pídele que cuente cuántos dedos tienes en tus manos
hasta 6 pulgadas (17.78 cm) frente a él. También se puede evaluar la visión periférica,
nuevamente un ojo a la vez. Que el paciente se cubra un ojo y que mire a su nariz. Mueve los
dedos índice para comprobar los campos visuales superior e inferior, de una en una. Pide al
paciente que observe cualquier movimiento en el campo visual periférico.

Segundo nervio craneal

En el caso del II nervio craneal (óptico), la agudeza visual se evalúa mediante una tabla de
Snellen para la visión de lejos o una manual para la visión cercana; se examina cada ojo por
separado, mientras el ojo opuesto permanece tapado.

La percepción de los colores se evalúa con las láminas seudoisocromáticas de Ishihara o las
láminas de Hardy-Rand-Ritter, que contienen números o figuras encerrados en el medio de
una superficie de puntos de color específicos.
Los campos visuales se evalúan mediante la confrontación dirigida de los cuatro cuadrantes
visuales. Se evalúan las respuestas pupilares directa y consensual. También se realiza el
examen del fondo de ojo.
III – Nervio óculomotor: También se sitúa al interior y detrás de los ojos, pero a diferencia del
anterior, éste controla la constricción pupilar. Para evaluar este reflejo en el paciente se deben
atenuar las luces del ambiente, llevar la luz de la linterna médica desde la periferia exterior
hacia el centro de cada ojo y anote la respuesta. Se puede usar una tabla para describir el
tamaño de la pupila en mm. (hacer descripciones tales como “pequeño”, “mediano” y “grande”
es demasiado subjetivo). Además, deben verificar si el párpado cae sobre la pupila. Si se
inclina, se puede indicar que el paciente presenta ptosis palpebral.

3º, 4º, 6º y nervios craneales


Para los nervios craneales III (oculomotor), IV (troclear) y VI (abducens), se observa la
simetría del movimiento, la posición ocular, la asimetria o caída de los párpados (ptosis) y las
contracciones o el aleteo de los globos oculares o los párpados. Los movimientos
extraoculares controlados por estos nervios se exploran pidiendo al paciente que siga un
objeto en movimiento (p. ej., el dedo del examinador, una linterna de bolsillo) por los cuatro
cuadrantes (incluso a través de la línea media) y hacia la punta de la nariz; esta prueba
permite detectar el nistagmo y las parálisis de los músculos oculares. Elistagmo breve de
amplitud fina en el extremo lateral de la mirada es normal.

Se registra la presencia de anisocoria o las diferencias de tamaño pupilar en una habitación


con luz tenue. Se evalúa la respuesta pupilar a la luz para detectar simetría e intensidad de la
respuesta.
IV – Nervio patético: Este nervio actúa como una polea para mover los ojos hacia abajo y
hacia la punta de la nariz. Para evaluar el nervio patético el paciente debe seguir con la
mirada el dedo del médico o terapeuta, mientras éste lo mueve hacia abajo y hacia la nariz.

3º, 4º, 6º y nervios craneales

Para los nervios craneales III (oculomotor), IV (troclear) y VI (abducens), se observa la


simetría del movimiento, la posición ocular, la asimetria o caída de los párpados (ptosis) y las
contracciones o el aleteo de los globos oculares o los párpados. Los movimientos
extraoculares controlados por estos nervios se exploran pidiendo al paciente que siga un
objeto en movimiento (p. ej., el dedo del examinador, una linterna de bolsillo) por los cuatro
cuadrantes (incluso a través de la línea media) y hacia la punta de la nariz; esta prueba
permite detectar el nistagmo y las parálisis de los músculos oculares. Elistagmo breve de
amplitud fina en el extremo lateral de la mirada es normal.
Se registra la presencia de anisocoria o las diferencias de tamaño pupilar en una habitación
con luz tenue. Se evalúa la respuesta pupilar a la luz para detectar simetría e intensidad de la
respuesta.
V – Nervio Trigémino: Cubre la mayor parte de la cara. Si un paciente tiene problema con
este nervio, por lo general se verá afectada la frente, la mejilla o mandíbula, las tres áreas del
nervio trigémino. Se debe comprobar la sensibilidad en las tres áreas con un paño suave y un
objeto opaco, también la sensación del cuero cabelludo. Se evalúa la función motora de los
músculos temporal y masetero mediante la prueba de apertura de la mandíbula.

Quinto nervio craneal

Para el nervio craneal V (trigémino), se evalúan los 3 ramos sensitivos (oftálmico, maxilar,
mandibular) utilizando un pinchazo para evaluar la sensibilidad facial y pasando una torunda
de algodón contra la parte inferior o lateral de la córnea para evaluar el reflejo corneal.
Cuando se pierde la sensibilidad facial, debe examinarse el ángulo de la mandíbula; la
preservación de esta zona (inervada por la raíz espinal C2) sugiere un déficit del trigémino. Un
parpadeo débil debido a debilidad facial (p. ej., parálisis del VII nervio craneal) debe
distinguirse de la disminución o ausencia de sensibilidad corneal, frecuente en los que usan
lentes de contacto. Normalmente, el paciente con debilidad facial siente la torunda de algodón
a ambos lados, aun cuando el parpadeo esté disminuido.
Las función motora del nervio trigémino se evalúa palpando los músculos maseteros mientras
el paciente aprieta los dientes y abre la boca contra resistencia. En presencia de debilidad del
músculo pterigoideo, la mandíbula se desvía hacia ese lado cuando se abre la boca.
VI – Nervio Motor ocular externo: El VIº par craneal controla el movimiento horizontal de los
ojos. Para evaluar su función, pide al paciente que intente mirar hacia cada oreja, después
que siga tus dedos a través de los seis campos cardinales de la mirada. Otra técnica sencilla
que puede utilizar: con el dedo haz una X grande en el aire y luego dibuja una línea horizontal
a través de ella. Observa al paciente e identificar si presenta nistagmo o contracciones
nerviosas del ojo.

3º, 4º, 6º y nervios craneales

Para los nervios craneales III (oculomotor), IV (troclear) y VI (abducens), se observa la


simetría del movimiento, la posición ocular, la asimetria o caída de los párpados (ptosis) y las
contracciones o el aleteo de los globos oculares o los párpados. Los movimientos
extraoculares controlados por estos nervios se exploran pidiendo al paciente que siga un
objeto en movimiento (p. ej., el dedo del examinador, una linterna de bolsillo) por los cuatro
cuadrantes (incluso a través de la línea media) y hacia la punta de la nariz; esta prueba
permite detectar el nistagmo y las parálisis de los músculos oculares. Elistagmo breve de
amplitud fina en el extremo lateral de la mirada es normal.
Se registra la presencia de anisocoria o las diferencias de tamaño pupilar en una habitación
con luz tenue. Se evalúa la respuesta pupilar a la luz para detectar simetría e intensidad de la
respuesta.
VII – Nervio Facial: Controla los movimientos faciales y dela expresión. Para evaluar, se debe
valorar la simetría facial del paciente. Pídele que arruga la frente, que cierre los ojos, que
sonría, que frunza los labios, que muestre los dientes y que infle las mejillas. Ambos lados de
la cara deben moverse de simétricamente. Cuando el paciente sonría, observa si los pliegues
estan hipotónicos o aplanados.

VII nervio craneal

El VII nervio craneal (facial) se evalúa comprobando la debilidad hemifacial. La asimetría de


los movimientos faciales suele resultar más evidente en el curso de una conversación
espontánea, sobre todo cuando el paciente sonríe o, si está obnubilado, cuando hace una
mueca al recibir un estímulo doloroso; del lado debilitado, el pliegue nasolabial se encuentra
deprimido y la fisura palpebral está ensanchada. Cuando el paciente no tiene más que una
debilidad facial inferior (es decir, si está conservada la capacidad para fruncir el ceño y cerrar
los ojos), la afectación del VII nervio craneal es central en lugar de periférica.

El gusto de los dos tercios anteriores de la lengua puede explorarse depositando soluciones
dulces, ácidas, saladas y amargas con un hisopo de algodón, primero de un lado de la lengua
y luego del otro.
La hiperacusia, que indica debilidad del músculo estapedio, puede detectarse cuando se
coloca un diapazón vibrando próximo a la oreja.
VIII – Nervio Auditivo: Se encuentra en los oídos y controla la audición. Comprueba la
audición del paciente frotándole con los dedos ambos pabellones auditivos.

Nervio craneal 8
Dado que el VIII nervio craneal (vestibulococlear, acústico, auditivo) transporta información
auditiva y vestibular, su evaluación implica

Pruebas auditivas

Pruebas de la función vestibular

La audición se evalúa primero en cada oído susurrando algo mientras se ocluye el oído del
lado opuesto. Cualquier sospecha de pérdida auditiva debe impulsar pruebas audiológicas
formales para confirmar los resultados y ayudar a diferenciar la pérdida de audición de
conducción de la pérdida de audición neurosensorial. Las pruebas de Weber y Rinne pueden
indicarse en la cama del paciente para tratar de diferenciar las dos entidades, pero esta es
una tarea difícil excepto en ambientes especializados.

La función vestibular puede evaluarse con una prueba para el nistagmo. La presencia y las
características (p. ej., dirección, duración, desencadenantes) del nistagmo ayudan a identificar
los trastornos vestibulares y a veces diferencian el vértigo central del periférico. El nistagmo
vestibular tiene 2 componentes:

Un componente lento causado por la información vestibular

Componente correctivo rápido que provoca el movimiento en la dirección opuesta (llamado de


batidoo batiente)

La dirección del nistagmo está definida por la del componente rápido porque es más fácil de
observar. El nistagmo puede ser rotatorio, vertical u horizontal y suceder de modo
espontáneo, con la mirada o con el movimiento de la cabeza.

Cuando se trata de diferenciar las causas centrales de vértigo de las periféricas, las siguientes
guías son fiables y deben ser consideradas en un principio:

No se informaron causas centrales de la pérdida auditiva unilateral porque las aferencias


sensitivas periféricas de los dos oídos se combinan de manera prácticamente instantánea
cuando los nervios periféricos entran en la protuberancia.

No existen causas periféricas de los signos del sistema nervioso central. Si una señal del
sistema nervioso central (p. ej., ataxia cerebelosa) aparece al mismo tiempo que el vértigo, la
localización es casi con seguridad central.

La evaluación del vértigo mediante pruebas de nistagmo es particularmente útil en las


siguientes situaciones:
Cuando los pacientes están teniendo vértigo durante el examen

Cuando los pacientes tienen síndrome vestibular agudo

Cuando los pacientes tienen vértigo posicional episódico

Si los pacientes tienen vértigo agudo durante el examen, el nistagmo generalmente se hace
evidente durante la inspección. Sin embargo, la fijación visual puede suprimir el nistagmo. En
tales casos, se pide al paciente que se coloque +30 dioptrías o lentes de Frenzel para evitar la
fijación visual para que el nistagmo, si está presente, se puede observar. Las claves que
ayudan a diferenciar el vértigo central del periférico en estos pacientes incluyen las siguientes:

Si no hay nistagmo con la fijación visual, pero se presenta con lentes de Frenzel, es probable
que sea periférica.

Si el nistagmo cambia de dirección (p. ej., de un lado a otro cuando la dirección de la mirada
se modifica) es probable que sea central. Sin embargo, la ausencia de este hallazgo no
descarta causas centrales.

Si el nistagmo es periférico, los ojosse mueven en dirección opuesta al lado disfuncional.

Cuando se evalúan los pacientes con síndrome vestibular agudo (comienzo rápido de vértigo
intenso, náuseas y vómitos, nistagmo espontáneo, e inestabilidad postural), la maniobra más
importante para ayudar a diferenciar el vértigo central del periférico es la de compresión
cefálica. Con el paciente sentado, el examinador sostiene la cabeza del paciente y le pide que
se centre en un objeto, como por ejemplo la nariz del examinador. El examinador luego rota
en forma súbita y rápida la cabeza del paciente unos 20° a la derecha o la izquierda.
Normalmente, los ojos se mantienen concentrados en el objeto (a través del reflejo
vestíbuloocular). Otros hallazgos se interpretan de la siguiente manera:

Si los ojos se mueven temporariamente fuera del objeto y luego un movimiento sacádico
frontal correctivo retorna los ojos al objeto, el nistagmo es probablemente periférico (p. ej.,
neuronitis vestibular). El aparato vestibular de un lado es disfuncional. Cuanto más rápido se
gira la cabeza, más evidente es el movimiento sacádico correctivo.

Si los ojos se mantienen concentrados en el objeto y no es necesario un movimiento sacádico


correctivo, el nistagmo es probablemente central (p. ej., accidente cerebrovascular
cerebeloso).

Cuando el vértigo es episódico y provocado por el cambio posicional, se realiza la maniobra


de Dix-Hallpike (o Barany) para identificar la obstrucción del canal semicircular posterior con
cristales otoconiales desplazadas (es decir, para el vértigo posicional paroxístico benigno
[VPPB]). En esta maniobra, el paciente se encuentra en posición vertical sobre la mesa de
examen. El paciente se desciende rápidamente hacia atrás al decúbito supino con la cabeza
extendida 45° por debajo del plano horizontal (sobre el borde de la mesa de examen) y se rota
45° hacia un lado (p. ej., el lado derecho). Se registran la dirección y la duración del nistagmo
y la aparición de vértigo. Se regresa al paciente a una posición erecta y la maniobra se repite
con rotación hacia el otro lado. El nistagmo secundario a VPPB tiene las siguientes
características casi patognomónicas:

Periodo de latencia de 5 a 10 s

Por lo general, nistagmo vertical (batiente hacia arriba) cuando los ojos se mueven hacia el
lado contrario al oído afectado y nistagmo rotatorio cuando los ojos se mueven hacia el oído
afectado

El nistagmo desaparece cuando se repite la maniobra de Dix-Hallpike

Por el contrario, el vértigo posicional y el nistagmo relacionada con la disfunción del sistema
nervioso central no tienen período de latencia y no lse fatigan.

La maniobra de reposicionamiento canalicular de Epley puede hacerse a ambos lados para


ayudar a confirmar el diagnóstico de VPPB. Si el paciente tiene vértigo posicional paroxístico
benigno, hay una alta probabilidad (hasta 90%) de que los síntomas desaparezcan después
de la maniobra de Epley, y los resultados de una repetición de la maniobra de Dix-Hallpike
entonces serán negativos.
IX – Nervio Glosofaríngeo / X – Nervio Neumogástrico: inervan la lengua y la garganta
(faringe y laringe) respectivamente, y se evalúan juntos. Se debe evaluar el sentido del gusto
en la parte posterior de la lengua. También se debe observar la capacidad del paciente para
tragar, valorando cómo maneja las secreciones. Además se le pide al paciente que abra la
boca y diga “AAHHH”; la úvula debe estar en la línea media y el velo paladar debe elevarse.

IX y X nervios craneales

Los nervios craneales IX (glosofaríngeo) y X (vago) suelen evaluarse juntos. Se presta


atención a la simetría en el ascenso del paladar mientras el paciente dice "aaa". Si un lado es
parésico, la úvula está elevada del lado opuesto al lado parésico. Se puede usar un depresor
lingual para tocar una cara lateral posterior de la faringe, luego la otra y la simetría del reflejo
nauseoso; la ausencia bilateral de dicho reflejo es frecuente entre los individuos sanos y
puede no tener importancia.

En un paciente intubado que no reacciona, la aspiración por el tubo endotraqueal


normalmente desencadena tos.

Si se advierte ronquera, por lo general hay que inspeccionar las cuerdas vocales. Su
presencia aislada (con reflejo nauseoso y elevación del paladar normales) debería motivar la
búsqueda de lesiones (p. ej., linfoma mediastínico, aneurisma de aorta) que compriman el
nervio laríngeo recurrente.
XI – Nervio Espinal: Este nervio controla el cuello y el hombro. Para evaluar su función,
pídele al paciente que levante los hombros y observa el movimiento del músculo trapecio.
Después que el paciente gire la cabeza para evaluar el músculo esternocleidomastoideo.

Nervio craneal 11

El nervio craneal XI (espinal accesorio) se evalúa mediante el examen de los músculos


inervados por este:

Para el esternocleidomastoideo, se pide al paciente que gire la cabeza contra la resistencia


ofrecida por la mano del explorador a la vez que se palpa el músculo activo (el del lado
contrario al giro de la cabeza).
Para el trapecio superior, se solicita al paciente que eleve los hombros contra la resistencia
que ofrece el examinador.
XII – Nervio Hipogloso: Inerva la lengua. Para evaluarlo pídele al paciente que saque la
lengua; ésta debería estar posicionada en la línea media. Observa si el paciente presenta
algún problema al comer, tragar o hablar.
Así que ya saben, ya no más Madre Mía ni Galicia ni Hijos. Ésta es la manera definitiva de
recordar (y de evaluar) los pares craneales.

Nervio craneal 12
El nervio craneal XII (hipogloso) se valora pidiendo al paciente que saque la lengua e
inspeccionando la presencia de atrofia, fasciculaciones y debilidad (la desviación se produce
hacia el lado de la lesión).

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