Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TRADUCCIÓN PDM 2
ADOLESCENCIA
En términos cronológicos, la adolescencia puede dividirse en tres etapas:
adolescencia temprana (aproximadamente 12-14 años), adolescencia media
(aproximadamente 15-16 años) y adolescencia tardía (aproximadamente 17-19
años; algunos aspectos de la adolescencia tardía pueden extenderse hasta los
primeros años de la segunda década de vida). Siempre que sea posible, las
descripciones del funcionamiento mental incluidas en este capítulo hacen
referencia a estos aspectos del desarrollo y a estas franjas dentro de esta etapa.
Escala de calificación
Para ésta y cada una de las capacidades del Eje-AM, se propone una escala de
valoración de 5 puntos, en la cual cada función mental puede ubicarse en un
rango de 5 a 1 (Tabla 4.1, pp. 306-307).
Escala de calificación
Para una definición más detallada de esta tercera capacidad, véase el Capítulo 2
(p.77).
Escala de calificación
5.Los adolescentes en este nivel pueden reflexionar sobre sus estados mentales
internos (emociones, pensamientos, deseos y necesidades) y comprender las
experiencias internas implícitas en las conductas de otros, aún bajo estrés u otro
tipo de dificultades. Tienen una capacidad altamente desarrollada para
distinguir la realidad interna de la externa, mostrando un insight sobre sus
propias motivaciones y conductas, y pueden pensar sobre sí mismos y los demás
en una forma elaborada y sutil. Las emociones son experimentadas y
representadas de forma compleja, en el contexto de relaciones socio-
emocionales y patrones conductuales. Dichas representaciones internas son
después empleadas para modular e inhibir impulsos y también les permiten
expresar sus impulsos en el momento apropiado.
Para una definición más detallada de esta capacidad, véase el Capítulo 2 (p.77).
Uno de los retos centrales de la adolescencia consiste en desarrollar un sentido
de identidad coherente y estable. El término “identidad” puede referirse a una
gran cantidad de fenómenos, incluyendo las metas, valores, creencias,
adherencia a grupos y roles en la sociedad, etc. En términos psicológicos, sin
Estatus Descripción
Adolescencia temprana (12-14 años)
Difusión identitaria El adolescente no se ha alcanzado un desarrollo pleno
en ninguno de los hitos del desarrollo, y puede o no
haber explorado distintas alternativas en el dominio
identitario. En esta etapa, los adolescentes muestran
niveles bajos de autonomía, autoestima y
conformación de su identidad. Muestran un sentido
pobre de integración personal, y dificultades para
adaptarse a situaciones nuevas. Parecen más
influenciados por sus pares y generalmente se
muestran centrados en sí mismos.
A nivel cognitivo, se dejan llevar por un estilo intuitivo
o dependiente al momento de tomar decisiones, o
muestran una falta de un abordaje sistemático para
resolver sus problemas. Demuestran niveles bajos de
razonamiento moral. No mantienen vínculos cercanos
o mantienen relaciones sociales centradas en aspectos
superficiales.
Escala de calificación:
5. Los adolescentes en este nivel pueden apreciar las diferencias y relación entre
diferentes estados afectivos, motivos y deseos, propios y de los demás, incluso
cuando se presentan de manera matizada o ambigua. Pueden organizar diversas
experiencias y demandas de índole socioemocional, lo largo del tiempo y en
contextos con demandas de roles que resultan contrastantes. Acceden de forma
confiable a sus emociones y confían en la estabilidad de sus afectos. Tienen una
clara perspectiva de sí mismos en términos de objetivos, compromisos y roles,
acompañados de auto-imágenes, autonomía y auto-agencia consistentes.
Pueden formar relaciones íntimas y participar en interacciones sociales
espontáneas y flexibles con una complejidad cada vez mayor y de mayor
exigencia por parte de su entorno.
3. Los adolescentes en este nivel pueden diferenciar e integrar sus experiencias,
pero con algunas limitaciones y una excesiva simplificación de las mismas,
especialmente bajo estrés. Las emociones intensas pueden conducirlos a una
vivencia de fragmentación temporal o polarización (todo o nada extremos) de
su experiencia interna. En este nivel, las capacidades de diferenciación e
integración son limitadas a unos pocos dominios (por ejemplo, relaciones
superficiales). Desafíos relativos a otras áreas. a menudo conducen a un
funcionamiento disminuido y problemas de afrontamiento.
1. La experiencia interna es fragmentada o rígidamente compartimentada y
simplificada, la mayor parte del tiempo. En casos extremos, la experiencia
interna puede ser aislada del contexto externo y las representaciones del yo y
del otro pueden confundirse. Los adolescentes en esta categoría muestran una
perspectiva de sí, un sentido de pertenencia y afiliación inexistentes. No pueden
acceder a los niveles emocionales de la realidad y desconfían de la permanencia
de emociones positivas. Tienen poca capacidad para recorrer una gama amplia
de emociones, bien de forma autónoma, bien con la ayuda de otros, sin la
vivencia de una ansiedad intensa (a menudo expresada como culpa o
vergüenza); generalmente muestran acting outs y defensas desadaptativas
(estrategias auto-calmantes) con deterioro concomitante en la prueba de
realidad (por ejemplo, escisión severa y
disociación).
Para una definición más detallada de esta quinta capacidad, véase el Capítulo 2
(p. 78). La capacidad para involucrarse en relaciones estables y correspondidas
depende de la calidad de los patrones de apego y de la coherencia de los
modelos de trabajo internos. Construido a lo largo del desarrollo, un patrón de
apego organizado fomenta relaciones interpersonales saludables y permite
aceptar el apoyo de los demás y proporcionárselos también. Los adolescentes
con altos niveles de esta capacidad experimentan relaciones como un soporte
de su identidad emergente. La individuación y la capacidad de vinculación no
son mutuamente excluyentes sino dos dimensiones complementarias en el
desarrollo adolescente.
Esta capacidad refleja la habilidad de un adolescente para ajustar la distancia
interpersonal y la cercanía en relaciones especificas
Escala de calificación
5.Los adolescentes en esta categoría muestran capacidades apropiadas, de
acuerdo a su edad, para la intimidad, el cuidado y la empatía, aún cuando sus
sentimientos sean intensos o se hallen bajo estrés, en una variedad de contextos
(en entornos familiares, con compañeros, con posibles parejas). Muestran el
deseo y la capacidad de buscar la cercanía en sus relaciones y pueden ajustarse
Escala de calificación:
5. En este nivel, los adolescentes muestran una capacidad adecuada para
mantener estabilidad respecto a su sentido de bienestar, nivel de confianza y
una autoestima realista, en diferentes contextos e incluso bajo estrés. Su
autoestima es equilibrada y apropiada tanto para vivencias de situaciones
internas como externas, y los adolescentes tienen un nivel adecuado de
confianza en su capacidad para lidiar con múltiples tareas y desafíos, incluyendo
situaciones novedosas. Estas características Influyen positivamente en la forma
en que un adolescente piensa, siente y se relaciona con los demás y el mundo
en general.
Para una definición más detallada de esta séptima capacidad, véase el Capítulo
2 (p. 78). La evidencia acumulada apunta hacia una disminución en la
impulsividad y un aumento en la autorregulación desde la infancia hasta la edad
adulta, con un cambio significativo durante la adolescencia. Los datos producto
de neuroimagénes sugieren que esta tendencia está asociada con la maduración
de regiones del cerebro asociadas al control inhibitorio (principalmente la
corteza orbitofrontal y la corteza cingulada anterior en el hemisferio derecho).
La evidencia también apunta, sin embargo, a un aumento en las conductas de
Maestría en Psicología Clínica opción: Niños y Adolescentes Página 193
PDM2
Escala de calificación
5. Los adolescentes en este nivel pueden expresar sus impulsos de una manera
acorde a la situación y entorno cultural. El control de impulsos es flexible y
eficaz, de tal forma que los impulsos y los afectos se expresan de manera
modulada y adaptativa y por vías que fortalecen los lazos interpersonales.
3. Estos adolescentes son capaces de controlar y regular los impulsos, pero
pueden mostrar dificultades para hacerlo ante situaciones cargadas de ciertos
afectos y conflictos (por ejemplo, con una pareja, con un profesor, con
compañeros, o cuando se enfrentan a la frustración). Los adolescentes en esta
categoría pueden mostrar un patrón característico de control excesivo (rigidez)
o control disminuido (desregulación), presente a través de numerosas
situaciones.
1. Los adolescentes en este nivel no pueden controlar o regular los impulsos de
manera apropiada, lo que los lleva a tener importantes dificultades en sus
relaciones familiares, sociales y sexuales. El control de los impulsos puede ser
Maestría en Psicología Clínica opción: Niños y Adolescentes Página 194
PDM2
tan débil que son incapaces de modular la ira y otros afectos negativos, o
presentarse de forma tan rígida, que los impulsos permanecen casi
completamente sin expresión.
Para una definición más amplia de esta octava capacidad, consulte el Capítulo 2
(p. 78).
El funcionamiento defensivo debe considerarse desde el punto de vista del
desarrollo, dado que las diversas defensas surgen en diferentes periodos de
desarrollo; las defensas más maduras y complejas aparecen en la adolescencia
tardía y en la edad adulta temprana. Hay una disminución en el uso de defensas
inmaduras y neuróticas, como la negación, la proyección y la represión, durante
la adolescencia tardía, y un aumento en el uso de defensas maduras, tales como
la identificación, la intelectualización y la sublimación. Estos cambios, productos
del desarrollo, se vinculan a modificaciones en el orden cognitivo (la
consolidación del pensamiento operacional formal y razonamiento abstracto),
al progreso en la individuación y al aumento de las capacidades de
mentalización. Los mismos llevan a los adolescentes más grandes a ser más
independientes y, al mismo tiempo, más empáticos e involucrarse con los demás
más profundamente. Este cambio a defensas más maduras es progresivo, y se
afianza a lo largo de la adolescencia tardía.
El funcionamiento defensivo también debe considerarse desde una perspectiva
adaptativa, aunque las distintas defensas pueden diferir con respecto al nivel
general de adaptabilidad. Los adolescentes tienden a usar los mismos
mecanismos de defensa en situaciones similares. Difieren en el grado de insight
Descripción
Adolescencia temprana (12-14 años)
La adolescencia temprana se caracteriza por un salto cuántico respecto al
pensamiento cognitivo (desarrollo de pensamiento operacional y razonamiento
abstracto), que fomenta una mayor flexibilización de la estructura psíquica. Sin
embargo, las presiones relacionadas con cambios hormonales, puberales,
sociales y físicos hacen que los adolescentes se tornen vulnerables a sus estados
mentales cambiantes y volátiles y a un sentido importante de auto-
fragmentación. El uso de defensas inmaduras, como la negación, la proyección
y la escisión, todavía es común a esta etapa. Todo ello genera que los
adolescentes tempranos sean egocéntricos y sensibles a los referentes externos
en los que se apoyan.
Para una definición más detallada de esta novena capacidad, veáse el Capítulo
2 (p. 78).
La "adaptación" a la que nos referimos dentro de esta categoría, implica una
adaptación crítica y no conformista a contextos específicos que no resulta en
una restricción en cuanto al funcionamiento psíquico se refiere. Le permite al
adolescente superar obstáculos y convertirlos en oportunidades para su
crecimiento y un cambio positivo. La "resiliencia" refleja un complejo proceso
de mecanismos personales protectores, interpersonales y contextuales, que
resultan en un estado excepcional y positivo ante la adversidad para el
adolescente. A nivel personal, el constructo implica la capacidad del adolescente
para autorregularse de manera dinámica y apropiada (conductual y
emocionalmente) en contextos de abuso, abandono, violencia, enfermedades
crónicas, discriminación o pobreza y de adaptarse más rápidamente a
circunstancias cambiantes. La resiliencia es un proceso dinámico, acorde a un
modelo de desarrollo biopsicosocial, en el que el adolescente está inmerso en
un medio ambiente que lo influye, pero sobre el cuál él también impacta. Existe
un creciente reconocimiento de que los factores de riesgo y protección para la
resiliencia pueden operar de manera diferenciada en diversas etapas y
trayectorias a lo largo del ciclo de vida. En la adolescencia, la capacidad de
resiliencia implica una capacidad creciente de asertividad, autoprotección y
toma apropiada de perspectiva, así como la implementación de formas creativas
para enfrentar desafíos y amenazas.
Escala de calificación
5. En esta categoría, los adolescentes pueden responder a montos de estrés
generados por situaciones inesperadas, de manera flexible, apropiada para su
edad, de tal forma que su funcionamiento general y proceso de maduración no
se vea significativamente comprometido. Pueden pedir apoyo y ayuda cuando
lo necesitan. Muestran un repertorio flexible de respuestas al enfrentarse a
situaciones estresantes, y parecen conscientes de sus fortalezas y
vulnerabilidades. Pueden implementar cambios en sus estados emocionales sin
comprometer su funcionamiento personal e interpersonal.
Escala de calificación
5. En esta categoría, los adolescentes parecen altamente motivados y capaces
de observarse y comprenderse a sí mismos en su vínculo con los demás,
mostrando una capacidad para reflexionar sobre una amplia gama de sus
sentimientos y experiencias propias y ajenas. Pueden reflexionar tanto sobre el
presente como el pasado y tener una visión a largo plazo de sí mismos, sus
valores y metas. Pueden reflexionar sobre las múltiples interrelaciones entre
sentimientos y vivencias, a lo largo de todas las experiencias normativas de esta
etapa del desarrollo.
estas situaciones, es posible que solo puedan hacer un uso parcial de esa
información.
Escala de calificación
3.En este nivel, los estándares e ideales internos tienden a ser moderadamente
rígidos e inflexibles, o inconsistentes en todos los contextos, impulsados más por
necesidades, deseos y sentimientos que por un conjunto coherente de pautas
morales. No están integrados ni con un sentido realista de las propias
capacidades, valores e ideales, ni con su contexto social. La autoestima depende
demasiado de la influencia de los pares. Se experimentan sentimientos de culpa
más como una autocrítica que como señales para reevaluar la autoconducta.
Para una definición más amplia de la capacidad final, veáse el Capítulo 2 (p. 79).
En la adolescencia, esta capacidad está fuertemente relacionada con la
construcción de identidad y el desarrollo moral, y con un reconocimiento
realista de potenciales y limitaciones personales. También está influenciado por
el desarrollo de la capacidad para mentalizar, que le permite al adolescente ser
sensible a actitudes, valores, pensamientos y sentimientos de los demás, y
experimentar la necesidad de compartir y participar. Esta capacidad impulsa la
capacidad creativa y de afiliación. Una maduración tardía de esta capacidad
puede estar relacionada con la inhibición, el auto-sabotaje o la adhesión acrítica
a ideologías a través de la influencia de los padres o compañeros.
Escala de calificación
Para obtener una puntuación del funcionamiento mental general del adolescente, el clínico
debería sumar los 5-1 puntos asignados para cada capacidad (Tabla 4.1a), otorgándole un
único número a la capacidad de funcionamiento general que va desde los 12 a los 60
puntos. Este índice permite de forma provisional asignar al paciente una de las categorías
definidas en la Tabla 4.1b, la cual da una pequeña descripción cualitativa de los siete niveles
de funcionamiento mental. Esquemáticamente, el funcionamiento mental saludable
corresponde a M01; neurosis a M02 y M03; borderline a M04, M05 y M06 (de alto a más
bajo, de perturbaciones moderadas a déficits significativos); y psicosis a M07.
Neurosis/Neurótico
Funcionamiento mental El adolescente muestra un nivel
bueno/apropiado con algunas áreas apropiado de funcionamiento mental,
M02; de dificultad con algunas áreas específicas de
47-53 dificultad (por ejemplo, en tres o cuatro
capacidades mentales) que reflejan
conflictos o desafíos relacionados con
situaciones o eventos específicos de la
vida
Borderline/Límite
El adolescente presenta moderadas
Perturbaciones moderadas en el constricciones e inflexibilidad en la
M04; funcionamiento mental mayoría o casi todos los dominios del
33-39 funcionamiento mental, afectando la
calidad y estabilidad de las relaciones, el
sentido del self, y el rango de los afectos
tolerados. El funcionamiento en este
nivel refleja significativas adaptaciones
perturbadoras que denotan el nivel
“borderline” de diversas literaturas
psicoanalíticas.
Psicótico/Psicosis
El adolescente presenta grandes y
severos déficits en casi todos los
Moderados/severos déficits en el dominios del funcionamiento mental,
M07; funcionamiento básico mental con perturbaciones en el principio de
12-18 realidad, la fragmentación o la
diferenciación con el objeto;
perturbaciones en la percepción,
integración, y regulación de los afectos
o pensamientos; y déficits en una o más
funciones básicas mentales
(percepción, integración, motriz,
memoria, regulación, juicio, etc)