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Reporte de lectura: Marco histórico de la educación especial

Gabriela Betsabe Gómez González

Universidad IEXPRO

Dra. Verónica Guadalupe Castro Antonio

Maestría Educación Especial

MEE30CJ

08 de junio del 2021


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Reporte de lectura: Marco histórico de la educación especial

Introducción.

El tema central del artículo es, la percepción de las personas minusválidas física,

psíquica y socialmente durante todas las épocas hasta la actualidad, dando énfasis a la causa,

y la forma en que se les trataba, finalizando con el surgimiento de la educación especial.

Resumen.

El autor comienza a describir desde la época antigua mencionando a las principales

civilizaciones (Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma). En Mesopotamia se reflejaba el

desprecio hacia los niños que nacían débiles o las personas minusválidas física y

psíquicamente, ya que se creía que el origen de este padecimiento era producto de la magia de

demonios. Por otra lado en Egipto, la creencia de los ciudadanos en la reencarnación los hacia

comprender estos defectos físicos o psíquicos, por lo que esta civilización daba una buena

atención a dichas personas.

Respecto a Grecia la sociedad consideraba a las personas minusválidas como la

jerarquía más baja en la sociedad, eran personas defectuosas de las cuales se burlaban; los

ciudadanos mantenían la creencia que ningún niño deforme podía vivir. Hipócrates, fue el

primero que lucho contra estas creencias, reconociendo la existencia de enfermedades

mentales como la epilepsia.

En la época de los romanos todo siguió igual, se mantuvo la crueldad ante el desvalido,

abortos y muertes de infantes. Si llegaban a vivir eran separados de los sanos y abandonados,

si alguien los recogía y mantenía era para tenerlos como esclavos y venderlos al extranjero.
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En otro orden de ideas durante la edad media y con la llegada del catolicismo todo

cambio, ahora era castigado que los padres mataran a sus hijos. Se consideraba al pobre y

desvalido como algo positivo, ya que se asemejaba a Cristo, lo que motivo a la sociedad a ser

caritativos y crear asilos, hospitales y leyes para estas personas. Así fue como se crearon las

primeras leyes para sordos y ciegos.

A pesar de estos cambios la discriminación aún se mantenía, a escondidas había

abortos y maltrato infantil; las enfermedades mentales aún se consideraban demoniacas y

despreciables, a estas personas se les encerraba en algunas torres con cuidadores.

Se comenzó a llamar “idiotas” a las personas que padecían estas enfermedades,

ocasionando que perdieran todos sus derechos, como terrenos, casa y dinero, siendo el rey

quien se adueñaba de todo. La sociedad se vio en la necesidad de medir la inteligencia con el

fin de medir el retraso mental y así justificar el despojo de sus cosas. Las pruebas consistían en

saber leer, decir su nombre, su dirección, etc.

Conforme avanzaban las épocas se observaban inicios de la educación de personas

minusválidas, los primeros que se contemplaron para este sistema fueron los sordomudos y le

siguieron los invidentes, con una tablilla para poder comunicarse.

El auge de la educación empírica llego en los siglos XVII y XVIII, donde se toma la

experiencia como principal factor del aprendizaje, tomando en cuenta la individualidad y

personalidad del estudiante, dando pie a una educación intuitiva impulsando el trabajo

multidisciplinario entre médicos y pedagogos.

Con este trabajo en conjunto se da un giro a las enfermedades mentales, logrando

solicitar un tratamiento pedagógico para dicha enfermedad, lo cual género que varios autores

escribieran sobre tratamientos para personas deficientes.


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El autor menciona que en 1863 en Alemania se crean las primeras clases especiales

para niños inadaptados, impulsando a otros países a hacer lo mismo creando diferentes

asociaciones psicológicas y pedagógicas en beneficio de los niños. Como consecuencia se

generó la necesidad de crear un instrumento con el cual se clasificara a los niños acorde a las

necesidades que presentaban, por esta razón se creó el Test Binet-SImon, dando origen a la

psicología cognitiva y la categorización de los alumnos acorde a sus habilidades y aptitudes.

En consecuencia ahora había dos modelos escolares: el normal, con un sistema

educativo común y el no normal, con el uso de una educación especial.

Con todos los estudios realizados se plasmó la teoría que la debilidad mental se trasmitía

genéticamente, por lo que se generaron cuatro opciones para estas personas

1. Reclusión en casas, esterilización y prohibición de matrimonio

2. Internación en centros aptos para ellos

3. Atención especial, en lo educativo y laboral

4. Inclusión

Opinión Personal.

En lo personal considero que aún se mantiene el estigma social hacia las personas con

discapacidad intelectual, todavía la sociedad los señala como “idiotas”, “tontos”, quitándoles sus

derechos y discriminándolos. A pesar de que conocemos cuales con las antecedentes de

dichas capacidades, la sociedad no sabe tratar a personas con discapacidad.

Reconocen la discapacidad solo cuando es notoria en algún aspecto físico por ejemplo:

discapacidad visual, motriz o auditiva, en el caso de la discapacidad intelectual solo a las

personas con Síndrome de Down. A este tipo de personas se les da mayor atención; en las

escuelas los aceptan sin tanto trámite, aunque no por esto sean tratados como personas

“normales”.
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La educación especial surgió para dar una atención especializada e individualizada y

aunque es necesario categorizar las habilidades y aptitudes con los instrumentos psicométricos,

esto no significa que se deben de tratar diferente a los niños, pero lamentablemente esto

sucede. Con la clasificación llegamos a la etiquetación de las personas, donde las

consideremos de cierta forma y no vemos más allá de lo que pueden hacer o sentir.

Me da tristeza observar que en algunas comunidades rurales, es notorio la

descalificación de personas con discapacidad, retomando ideales de las épocas antiguas,

donde se veía a la discapacidad como un castigo, una carga. Considero que ya la mayoría

tenemos información sobre la discapacidad, lo que faltaría es la sensibilización hacia esta y en

específico de la discapacidad intelectual y los problemas de aprendizaje, mencionándolos

desde su origen neurológico o genético, haciendo énfasis en que no todas las discapacidades

son observables a simple vista.

Bibliografía.

Vergara, J. (2002). Marco Histórico de la Educación Especial. ESE. Estudios sobre Educación.

002, 129-142.

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