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Etapa de asilo:
La separación de los vínculos familiares y sociales se marcó durante los siglos XVI y
XVII, con el auge del conocimiento científico, se permitió que una rudimentaria
rehabilitación iniciara, especialmente en casos aislados de personas sordas, atendidas
por Pedro Ponce de Leon en España y Juan Bonet.
Asi como la atención de personas ciegas en diferentes lugares de Alemania y Suiza.
2)
Nirje (1969): Por un lado, resalto la necesidad de introducir en la vida de las personas con
deficiencias mentales unos medios y métodos provechosos a la vez, tanto para la vida de las
personas con deficiencia como para el resto de la sociedad, poner al alcance de las personas
con deficiencia aquellos medios que normalicen su existencia y su forma de vida. Y por el otro,
dar a la oportunidad a la sociedad de conocer y respetar formas distintas de ser, circunstancias
para reducir temores y mitos que han llevado a la sociedad a marginar esas personas.
Wolfensberger (1972): Este principio guarda reacción con la utilización de los medios más
normalizadores posibles, con el fin de que las personas con diferencias puedan mantener
comportamientos y características personales lomas normales posibles en el medio cultural en
el que se desenvuelven. La finalidad última para él es la integración de la persona con
discapacidad.
6)
7)
8) En el texto de Fernando Maciel habla de “shock” pero creo que cuando hace referencia a un
“shock inicial” es para ubicar que a partir de ese momento algo va a cambiar y todo conlleva
en sí, algo irreversible, lo cual este echo va a tener consecuencias para un futuro. Ninguna
familia está preparada para que un miembro aporte alguna discapacidad. Lo traumático debe
elaborarse, transmitirse psíquicamente y dicho proceso psíquico implica lo que desde el
psicoanálisis llamamos “trabajo de duelo”, el duele no tiene nada de patológico, lo tanto no
requerirá ninguna intervención especifica de un psicólogo o psicoanalista. La intervención
psicoanalítica con un sujeto o una familia que atraviesa por un proceso de duelo normal, se
puede analizar en este proceso el deseo de un sujeto o el riesgo que implica en cuanto se
pueda constituir un sujeto de deseo. Ahora bien, los padres ocupan un lugar primordial ya que
en este periodo de la infancia es un tiempo de construcción y constitución, tanto en los
aspectos madurativos, psíquicos como cognitivos. Por otro lado, también es muy complicado
hablar con los padres frente al diagnóstico de su hijo al portar un déficit, podríamos decir que
todo diagnostico tiene dos caras, por un lado tranquiliza a los padres y a la familia frente a la
angustia de no saber que tiene su hijo o familiar y por otro lado, no tranquiliza mucho porque
ningún padre quería escuchar esto jamás, entonces podemos decir que la comunicación
diagnostica lleva algo maldita. La principal dificultad no está en la comunicación diagnostica
sino en el pronóstico que continua al diagnóstico, lo cual pienso que hay cosas que es
imposible que se digan sin provocar dolor, comunicar un diagnostico a un hijo es una de ellas.
Depresión: Tristeza crónica que invade a toda la persona y afecta las relaciones que
establece con los otros.
Sentimientos de culpa: Hacia sí mismo o hacia el otro.
Comportamientos reactivos: Algunos padres en el intento de esconder a sus hijos,
llegan a esconderse a ellos mismos hasta aislarse de sus amigos y pacientes.
Vergüenza: Al ser diferente produce sentimientos de turbación y vergüenza en
presencia de otras personas.
La continua frustración: Por dependencia o bajo desarrollo de su hijo/a.