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Convierte tus errores en experiencia

El que no comete errores no aprende. Olvídate de la perfección. No


tengas miedo a intentar algo mil veces.
Si has fracasado o tenido una mala experiencia, no te rindas. Muchas
veces tenemos miedo a intentar algo porque hemos fracasado antes.
Esto es una gran falla. Analiza tu miedo y decide si erróneamente te
estás dejando llevar por una experiencia pasada.

Una de las diferencias más grandes entre una persona con éxito y otra
fracasada, es que la persona con éxito ha fracasado más veces, pero no
se ha rendido, ni ha dejado que el temor al fracaso controle su vida. En
contraparte, una persona fracasada se rindió muy pronto y dejó que el
temor lo aprisionara.

Cometer errores y fracasar es parte del ser humano, lo importante es


aprender de esos errores y seguir intentando. Si no cometieras errores
no sabrías si vas bien o mal. Desafortunadamente muchos creen que si
algo no sale bien al primer intento, no tiene caso intentarlo otra vez.
Cuando fracases: Inténtalo de nuevo, pero de una manera diferente.

Un bebé al aprender a caminar se cae y después de caerse, no piensa:


“Caminar no se hizo para mi. Ya lo intente y me caí. Me va a salir
mal y me voy a estar golpeando cada vez que lo intente. Mejor voy a
gatear el resto de mi vida porque tengo miedo de volverme a caer”

El bebé cae muchas veces y cada vez que cae aprende un poco más,
hasta que logra caminar bien.

Lo mismo aplica para todo en la vida, si intentas algo y te sale mal, no


dejes que el miedo se apodere de ti, sigue adelante; caerás muchas
veces como el bebé antes de aprender a caminar, tú tendrás que
intentarlo varias veces antes de lograr un éxito; cada vez que intentes
aprenderás más y estarás más cerca de triunfar.

No importa si se trata de un negocio que no funcionó al primer intento


o de vencer el miedo a hablar en público o del miedo a tener otra
relación porque la anterior fue dolorosa etc., Interpretar erróneamente
una mala experiencia genera gran cantidad de miedos infundados. No
generalices; si te mordió un perro no significa que todo perro que
encuentres intentará morderte.”

Muchas veces te dejas guiar por lo que crees que sucede, aunque en
realidad no esté sucediendo lo que crees. Si decides hacer un
comentario -que tú sientes está bien o es bueno- y alguien lo rechaza
haciéndote sentir lo contrario, se muy cuidadoso con lo que tú
interpretas de la experiencia.

Pensar que fuiste rechazado por hacer un comentario tonto, puede


crearte un miedo a expresarte y ser creativo, cuando tal vez la otra
persona no tuvo la capacidad de apreciarlo en ese momento, o sólo
estaba de malhumor o tuvo un mal día, cosas que no tienen nada que
ver con tu comentario o contigo.

La mayoría de los miedos que los niños desarrollan se originan en su


hogar, y son estimulados por sus mismos padres y hermanos. Gran
cantidad de adultos no tomamos en cuenta y hasta suprimimos las
expresiones de los niños porque creemos que no están a nuestro nivel
o porque no tenemos ganas de escucharlos en ese momento. Al
callarlos los hacemos sentir que sus comentarios u opiniones valen
menos; les hacemos un gran daño porque los programamos para
sentirse así cuando sean adultos.

Millones de personas llegan a su vejez sintiendo que sus sentimientos,


deseos y pensamientos, no son lo suficientemente buenos y prefieren
permanecer callados, llevando vidas llenas de dudas, arrepentimientos
y de oportunidades perdidas.

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