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Recupera tu vida

Manual para aumentar tu


bienestar emocional
Fran San Miguel y Patricia Acebes
Recupera tu vida
Manual para aumentar tu
bienestar emocional

Fran San Miguel y Patricia Acebes

instituto@gestaltpractica.com
www.gestaltpractica.com
+34 655 144 755
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Líbrate de tus miedos
Empiezas hoy un camino que hemos preparado con mucho cariño
para ayudarte a que encuentras las claves más importantes que te
ayudarán a salir de los círculos vicioso donde te encuentras.
Gracias por confiar en nosotros y sobre todo por creer en ti
mismo/a, por saber que puedes aprender y querer hacerlo.
Vas a descubrir

Qué es el miedo

Esta es la razón por la que no te libras de tus miedos


El miedo es algo muy diferente de lo que piensas. La razón principal
por la que tus miedos siguen ahí es porque seguramente no
comprendes bien qué son.
Todo el mundo habla de miedos pero sin embargo es un concepto
tan genérico que lo único que podemos decir del miedo es que nos
hace sentir mal y a veces nos bloquea. Pero… ¿qué es en realidad?

No es lo mismo miedo que temor


Si buscas en el diccionario de la Real Academia el término “temor”,
te dirá que es exactamente lo mismo que “miedo”. Empezamos mal.

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¿Por qué es tan importante diferenciarlos? Porque son dos cosas
completamente diferentes, aunque la sensación que tienes con
ellas es muy parecida.
Te lo explicamos ahora, y léelo con atención porque hay realmente
muy poca gente que comprenda cuál es la diferencia tan profunda
entre ambos sentimientos.
El m
​ iedo e
​ s una respuesta automática y sana ante una situación de
un peligro ​real​
. Y tiene la misión de ayudarte a actuar, protegerte de
un daño que vas a sufrir si no actúas. Por lo tanto, es super
necesario hacerle caso y no “hacerte el valiente” ante algo que te
va a traer problemas si te quedas parado.
Por contra el t​ emor ​es un bloqueo ante un hipotético peligro, ante
algo que c​ rees ​que podría pasar. El temor siempre aparece cuando
necesitas actuar, decir algo, dar un paso adelante y los potenciales
riesgos te bloquean. El temor suele surgir como fruto de
experiencias anteriores o de lo que nos han dicho los demás.
Esta diferencia es esencial… porque mientras que el miedo es algo
valioso que te mantiene íntegro y bien, el temor te impide avanzar,
y muchas veces resolver. A lo largo de este PDF vamos a referirnos
SIEMPRE a este temor, ya que el miedo es algo maravilloso que nos
ha proporcionado la naturaleza para protegernos.

Cómo sabes que es temor en lugar de miedo

Sufres al contener tus emociones


El temor lo puedes ver muy claro cuando estás pasándolo mal
porque te gustaría actuar pero te tragas tus palabras, o tus
emociones… estás tratando de evitar lo que p​ odría pasar ​
si no te
contuvieras.

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No te atreves a expresarte, que sepan los demás lo que te pasa,
decir lo que te hace falta y dejar de convertirte en una olla a
presión.

No avanzas en tu vida como quieres


¿Tienes sueños e ilusiones de cosas importantes que quieres
conseguir pero, por el camino que vas… tiene pinta de que nunca
vas a llegar? Eso es un bloqueo por temor.
Quizá la pareja no es satisfactoria, en el trabajo querrías un cambio
de funciones, te gustaría emprender tu propio negocio pero no te
atreves, o sueñas con correr riesgos y tener una vida excitante pero
pasan los meses y la vida sigue más o menos igual. ¡Estás
bloqueado!

No terminas de conectar con otros


Te hacen falta los demás, pero te da m
​ iedo (ya sabemos que no es
miedo, sino temor)​que te conozcan como eres, porque no te sientes
seguro/a en ti… “la gente juzga mucho” y es difícil aceptar el
rechazo.
En el fondo sabes que no conectas con la gente con la que estás a
diario, pero no te atreves a ser tú mismo… quizá precisamente por
eso.
¿Te gustaría expresarte tal como eres, pues hay momentos de tu
vida que has brillado y has encontrado la magia en la relación con
los demás… pero no es lo que está pasando ahora, ni mucho menos?

No te atreves a ayudar a otros


Puede que incluso haya veces que te gustaría ayudar alguien
conocido diciéndole algo que sabes que le vendría bien, pero no te
atreves porque no sabes qué van a pensar de ti, si te estás
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entrometiendo o qué… y al final te callas y en el fondo te sientes
culpable porque les podrías ayudar más si te atrevieras a lanzarte.

Qué hace que tengas ese temor

Estás imitando lo que has visto


Cuando nacemos somos como un folio en blanco. Sin embargo
empiezan a surgir miedos a cosas que nunca hemos
experimentado. El ejemplo clásico son las serpientes.
Algunos temores tienen que ver con cosas que “podrían” pasar y
por más que entiendes que es solo una posibilidad sigues
bloqueado.

Cargas con tu pasado


Estamos hablando de esas vivencias que has tenido desde tu
infancia y están sin resolver. A menudo la vida normal hace que nos
tengamos que enfrentar una y otra vez a situaciones parecidas a
vivencias de tu pasado.
Pueden ser temas de tu infancia, de algo que pasó en tu casa
cuando eras adolescente o joven, o ya de tu vida adulta.
La dificultad para afrontar las situaciones actualmente ocurre
porque no has acabado de superar el bloqueo que tuviste en el
pasado, y hasta que no lo hagas, va a ser casi imposible que ahora
no te bloquees antes situaciones parecidas.

No eres del todo consciente de lo realmente prioritario


Cuando tenemos varios asuntos a los que hacer caso: un problema
de pareja o expareja, temas económicos, la educación de tus hijos,
la falta de ilusión por tu vida… resulta muy difícil superar los
temores.
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Cuando no es por una cosa, es por otra, todo resulta amenazante y
no acabas de sentirte fuerte para hacer cambios o lanzarte a la
piscina en ninguno de ellos. Realmente te cuesta saber por dónde
empezar y cómo hacerlo y te bloquea tomar una mala decisión.

Aprendiste a bloquearte
A lo largo de tu vida, seguro que ha habido momentos clave en los
que te has bloqueado.
Algunas veces fue por razones externas: quizás tus padres o amigos
te paraban los pies aunque tú sentías que necesitabas hacer las
cosas diferentes, tenías miedo a las críticas, u otros obstáculos que
te encontraste.
Otras veces seguramente te bloquearon razones internas: temor a
que las cosas no saliesen como querías, temor al fracaso, temor a
las consecuencias, temor a no saber reaccionar, etc.
El asunto es que esos bloqueos de una situación puntual, al quedar
sin resolver, se convirtieron en “aprendizajes”, en formas n
​ ormales
de afrontar la vida: hoy ya no te sirven… pero ahí siguen.
Acabar con ellas requiere de algo más que buena intención y
consejos de amigos: necesitas un trabajo consciente para
desbloquearlas y ​desaprender​.

Da el paso que necesitas con tus temores

Aprende a romper tus bloqueos


Debes identificar tu bloqueo real para conseguir romper tus
barreras y salir adelante. A menudo ese bloqueo no es el que crees,
sino el que está detrás del que tú crees. Investiga a fondo para
desentrañarlo.

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No confundas lo que p ​ iensas q​ ue te bloquea, con lo que te hace
sentirte b​ loqueado/a. La mayor parte de las veces el problema es
que c ​ omprendemos​perfectamente el problema, pero no podemos
salir de él, porque ​no s​e trata de ​entender,​sino de ​dejar de sentirte
bloqueado.
Se trata de sentir esa fuerza personal para dar el paso y tomar las
riendas, dejar de dar vueltas a la cabeza, dejar esa obsesión por el
pasado o el futuro y vivir sin tener que calmarte, porque no hay
nada que calmar, vivir sin tener que desbloquearte, porque no hay
nada bloqueado.
De esa forma podrás retomar tu vida y actuar en cada momento
como necesites. Ese es el fruto de salir del temor interno y externo…
saberte, pero sobre todo s​ entirte capaz d
​ e afrontar tu realidad
actual con paz.

El premio cuando superas tus temores

Mejora tu salud
Romper los bloqueos nos permite encontrar calma y respirar en
paz. Si te afecta esta situación, cuando reduzcas al mínimo tus
temores y empieces a dar los pasos necesarios que el temor te
impedía dar, vas a mejorar tu capacidad de descansar por las
noches, dejarás de estar en tensión y rebajarás tus tensiones
musculares.
De esta forma, puedes experimentar una mejoría en primer lugar en
tu salud física de forma inmediata. Dejar de cargar los bloqueos nos
evita a menudo molestias y dolores físicos.

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Crece y evoluciona
Dar esos pasos que llevamos tiempo queriendo dar pero no nos
atrevemos nos provoca una enorme sensación de crecimiento,
optimismo y energía.
Contrariamente a lo que se dice, las b​ uenas​y ​malas etapas​
, no nos
las trae la vida, sino que las generamos a través de nuestra forma
de actuar y encarar cada momento por el que estamos pasando.
Al tomar las riendas de tus bloqueos tú mismo vas a provocarte
entrar en un ciclo personal de crecimiento y evolución con el que
sentirás que tu vida merece la pena.

Compórtate tal y como eres


Soltar los temores nos convierte en personas más espontáneas y
auténticas, y todo nuestro entorno lo reconoce enseguida.
¿Recuerdas cuando has visto a un amigo que se acaba de
enamorar? Todo el entorno lo percibe, y en el fondo lo envidia.
Soltar los temores y las preocupaciones por el pasado o el futuro te
debe proporcionar los mismos efectos. No se trata de que
simplemente te vas a calmar. Eso no es superar tus temores.
Significa que vas a ser cómo tú eres en cada momento, vas a brillar
y tu entorno lo va a percibir sin que se lo digas.

Haz tu aportación única


Recuerda que eres una vacuna para el mundo. Toda tu riqueza y tu
valor están ahí, sólo tienes que destaparlo. Las vivencias del
pasado, la mente obsesiva y los aprendizajes que ahora ya no te
sirven te impiden compartir el ser que hay en ti: una persona única
con algo valioso que aportar a los demás.

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Afronta la ansiedad
Hoy das el segundo paso para encontrar las claves más
importantes para abandonar los círculos tóxicos en que te puedas
haber metido.
Gracias por seguir a nuestro lado. Esperamos que te sirva para
empezar esos cambios que necesitas y que es nuestro papel
generar.
Hoy vamos con esa sensación definida por una palabra muy usada
pero que a menudo es muy indefinida: la ansiedad.

Qué es la ansiedad

Un malestar que te agita y te desorienta


La ansiedad es un malestar que sientes físicamente, que se
desencadena por algo a lo que no estás dando la respuesta que
necesitas para tu bienestar.
Así que compensas esa falta de respuesta adecuada con otras
respuestas que no te complacen, y generalmente son dañinas para
tu organismo.
Puedes sufrirla puntualmente o de forma habitual, y provoca que
trates de sentirte bien a cualquier precio, haciendo cosas ineficaces
para conseguirlo.

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Esto es lo que hace que no disfrutes de todas las cosas
maravillosas que están sucediendo a tu alrededor y no puedes ver
porque esta sensación te lo impide, lo sabes bien.
Reconocer la ansiedad es fácil. Identificas esa sensación cuando
sientes intranquilidad, nerviosismo, te entran sudores, taquicardias,
ahogos, irritabilidad y seguramente algún otro síntoma más que
hace que sientas que has perdido el control de tu cuerpo y de todo
lo que te rodea.
Ya sabes... en el momento que sientes que l​ a ansiedad te ataca
pierdes el control.

Cómo sabes si es ansiedad

Tienes comportamientos automáticos


La ansiedad la podemos identificar cuando de forma automática
consumimos o tenemos hábitos nocivos de los que no podemos
deshacernos.
Por ejemplo con la comida, el tabaco, el juego, etc… y por más que
lo has intentado no puedes dejarlos, ya que en el fondo te calman y
no sabes qué hacer para sentirte bien sin hacerlo que sabes que te
calma.
En el fondo lo haces por una ​necesidad​de entregarte en esos
hábitos que te inundan.

Te enganchas a lo que te daña


En la ansiedad nos acabamos volviendo adictos de alguna forma,
porque nos está ocurriendo algo que no sabemos identificar.

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Te autoconvences de que no es tan malo lo que haces, de hecho en
un primer momento te calma, aunque s​ abes​que no te hace bien y
deseas reemplazarlo por otra cosa, pero no sabes cómo ni con qué.

Sin calmar la ansiedad, no puedes parar.


La agitación interna que sentimos nos impide parar o descansar.
Nos gustaría parar, sabemos lo que ​tenemos que hacer​pero no
podemos​ … porque es más fuerte la ansiedad.
En la ansiedad hay una atadura invisible a esa agitación y parece
que está permanentemente presente en tus músculos, en tu
atención, en tus pensamientos, en tu forma de comer, beber, fumar,
hablar...

Pasa factura a tu cuerpo


Bien por la falta de descanso, bien por los hábitos poco saludables
de alimentación, consumo de sustancias o la tensión con la que
vivimos, cuando tenemos ansiedad nos consumimos también
físcamente.
¿De qué forma se está manifestando o se ha manifestado alguna
vez en tu vida la ansiedad?

Por qué tienes ansiedad

Porque no sabes parar


Al igual que si rodaras en un velódromo no podrías parar, por la
inercia y la velocidad, con la ansiedad te pasa lo mismo. Cuando la
sientes no puedes detenerla, ni el impulso incontrolado que te lleva
a determinados comportamientos tóxicos para mitigarla.

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Tus parches te mantienen al límite
Al igual que ante un roto, con la ansiedad ponemos p ​ arches​
.
Justamente esas cosas que haces para calmarlas son eso, parches.
¿Has oído eso de v​ oy a salir a fumar que así se me pasa la ansiedad​
?
A eso nos referimos con los parches.
Gracias a ellos vas tirando en tu vida diaria porque no sabes cómo
solucionar tu problema. Pero en realidad cada vez estás peor
porque no vas a la causa fundamental de esa ansiedad.
¿El resultado? Los ​parches t​e permiten sobrevivir sin llegar al límite
pero vas acumulando malestar y cada vez estás peor.

No atiendes tu verdadera necesidad


¿Qué es eso de atender a nuestras necesidades? Escuchar lo que
nos hace falta para estar bien en cada momento y situación de
nuestra vida.
Con la ansiedad en realidad no estás identificando lo que necesitas,
sino solo el malestar que quieres calmar. Ya sea falta de afecto de
tu pareja, exceso de frustración o rabia cuando has tenido algún
problema con tu familia o el trabajo...un sinfin de circunstancias a
las que no sabes cómo responder y aumentan esa sensación.

Tapas agujeros
Esa ansiedad te lleva a sentir un vacío grande que, en primer lugar
no sabes cuál es y en segundo lugar no sabes qué tienes que hacer
para llenarlo.
Al igual que un puzle al que le falta una pieza, a ti te falta la pieza
que calme la ansiedad definitivamente, y mientras vas rellenando
ese hueco que te falta como buenamente sabes.

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¿Qué pieza sueles poner? ¿Un cigarro, comida, el alcohol, una
experiencia excitante?
¿Está mal? En absoluto. ¿Es una ​solución r​eal? No. ¿Hay algo más
que se pueda hacer? Por supuesto: ir a la causa y resolver lo que te
produce ese vacío.

Hay un camino para acabar con la ansiedad

Encuentra las piezas


Para avanzar del todo necesitas i​ dentificar e
​ sa situación o forma de
actuar que hace que estés insatisfecho y es la causante de tu
malestar general.
Esto requiere de una investigación personal. Si sigues tapando el
hueco con parches y sigues sin buscar qué te provoca la ansiedad,
no puedes avanzar ya más. De esa forma es muy difícil dejar esas
conductas compulsivas que sabes que te echan para abajo.
Si por ti mismo no sabes encontrar cuál es l​ a causa la ansiedad​, o
sabes cuál es la causa pero no sabes cómo resolverla, lo mejor que
puedes hacer no es abandonar, sino buscar ayuda para averiguarlo.
Que ​hasta ahora​no la hayas descubierto o no hayas sabido cómo
quitártela no quiere decir que ​no exista​una forma de hacerlo.
Por nuestra experiencia hay personas que han pasado por una
vivencia dolorosa​ como la pérdida de alguien muy querido.
Algunas han pasado por la falta de cariño de alguno de sus padres,
el miedo a la soledad, el rechazo de su entorno.
Esas personas creen que ya no se puede hacer más que tratar de
encontrar alegría en un pedazo de comida, tomarse una copa y
olvidarse de las cosas malas de la vida, comprarse una prenda de
ropa que rellene el hueco, en contarle las penas a un amigo, darse
una alegría un día para ponerle un punto positivo a la vida…
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Pero ​saber c
​uál es la causa es la mitad de la solución. Una vez que
sabes cuál es, el paso siguiente es hacer lo necesario para que ya
no te afecte. No nos referimos a p​ ensar​o ​creer ​
que ya no te afecta,
sino que esa necesidad o carencia esté cubierta.
La realidad que comprobamos a diario es que s​ í se puede​, y con
ayuda profesional se consigue llegar a las causas emocionales y
resolverlas, cuando uno por sí mismo no lo logra.

Una recompensa que merece mucho la pena.

Consigue tranquilidad y paz


Cuando estamos con esa sensación de desasosiego incontrolado
que te agita, no podemos enfocarnos en aquello que nos haría falta
para sentirnos bien.
Sin embargo, cuando sabes atender a lo que realmente te hace
falta recuperarás la paz y la tranquilidad que hace tiempo perdiste.

Sé una persona completa


Podrás cubrir ese vacío que tienes, y que como hace mucho que le
sientes lo haces mediante hábitos o parches que no encajan y no te
sientes orgulloso/a ni completo.
Podrás sentirte una persona nueva, llena y completa.

Muestra lo mejor de ti a los demás


Dejarás de sentir que estás perdido/a, como en un laberinto sin
salida, y mostrarás lo mejor de tí.
Y lo mejor de todo, podrás compartir ese bienestar con los demás.

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Apoya a la gente que amas
Tendrás esa tranquilidad y serenidad que tanto ansías, y sentirás
que controlas tu vida por primera vez desde hace tiempo. Serás
como una guía en el camino para los demás.
De sobra sabes que hay muchas personas ​adictas​a muchas cosas
por su ansiedad: gente atada al tabaco, a los dulces, al trabajo, a
comerse las uñas (pobres dedos), al selfie, a las drogas, a la
necesidad exagerada de seguridad, a la sexualidad compulsiva, a
parejas tóxicas por evitar la soledad, amigos que siempre necesitan
experiencias excitantes para cubrir sus vacíos…
Lo sabes porque tú lo has vivido, o lo estás viviendo.
Acabar con tu propia ansiedad es un apoyo para todos ellos, pues
son personas que también están buscando una salida. Tu ejemplo
es el mejor regalo que les puedes proporcionar.

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Sal de la depresión
Te traemos aquí la tercera y última entrega de este Manual para
aumentar tu bienestar emocional.
En él tratamos el tercero y más grave de los tres mecanismos que
vamos a trabajar.
Gracias por confiar en nosotros y ponerte en marcha a hacer un
cambio de conciencia sobre tu mundo emocional. Vamos con ello

Qué es la depresión
La depresión tiene una serie de elementos que te vamos a mostrar
a continuación.

¿Te sientes incapaz de disfrutar?


¿En alguna ocasión has sentido que no tienes fuerza, ilusión por
nada, que no tienes ni ganas de vivir?
La depresión es una incapacidad para disfrutar por mucho que te
esfuerces, que trates de salir adelante, porque no te sientes con la
energía necesaria para ello.

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No puedes con la vida. Estás abatido
Sientes un abatimiento y desgana tan grande que no tienes fuerzas
ni para levantarte y seguir adelante. Incluso te preguntas si tiene
sentido seguir adelante. Aunque el problema es por algunas
situaciones concretas tu malestar afecta a toda tu vida.

Implotas
Una implosión es una explosión hacia dentro, no hacia afuera como
debería ser.
Cuando caes en depresión, en vez de explotar y sacar de tu vida
todo lo que te daña de tu alrededor, o de tus propios pensamientos
y sentimientos… revientas en tu interior.
Y genera esa sensación de estar interiormente deshecho, a nivel
emocional y mental, sin horizonte, sin rumbo, sin ilusión, en un
callejón sin salida.

Cómo saber si estás deprimido/a

No tienes ganas de nada


Cuando estás deprimido te sientes cansado/a de todo. No tienes
ganas de ir al trabajo, de salir de casa ni de recibir amigos.
Para sobrellevarlo recurres a veces a medicamentos que te ayuden
porque sientes que de ninguna otra forma podrías sobrellevar la
situación en la que estás. Pero en realidad, incluso aunque a veces
sea necesario de forma puntual, sabes que no te va a permitir s​ alir
de la depresión: te ayuda a mantenerme un poco mejor, pero no
soluciona la causa. Aquí está la primera buena noticia… la depresión
tiene salida y está más cerca de lo que crees.

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Descuidas tu salud y tu aspecto
La desgana y la desmotivación hace que dejes de cuidarte
físicamente y dejas de quedar con gente porque para ti ha perdido
el sentido y la ilusión por el día de mañana.

Te escondes de los demás


Como te descuidas no tienes ganas de que los demás te vean así, te
escondes como una tortuga en su caparazón.
A veces disimulas tu depresión pareciendo que te sientes bien,
manteniendo las formas con comentarios o fotografías… pero te
supone un sobre esfuerzo que te cuesta realmente hacer, así que
evitas que te pregunten, que te vean y que se acerquen a ti.

No tienes energía para nadie


Si no tiene energía para ti, mucho menos está disponible para los
demás, incluso aunque sea una de esas pocas que te anima a salir
adelante, cuando ves que ocupas un lugar en la vida de los demás.
Sin embargo lo que necesitas en realidad es pedir ayuda a otros, y
para eso sí que estás bloqueado/a, pues sería como reconocerles
la verdad. Por eso la depresión es tan peligrosa.
Estás cansado/a, pero no es un cansancio físico sino que es
mental/emocional.

Por qué la depresión tiene ese impacto

No sabemos cómo salir de ahí


La primera razón cuando estamos deprimidos/as es que no
tenemos mucha idea de qué hacer para salir. Lo piensas una y otra

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vez, pero no encuentras qué podrías hacer y eso hace que cada vez
te sientes más y más hundido/a.
Necesitas ayuda para salir a flote y tomar aire, y una vez que te das
cuenta de eso, solo te atreves a decírselo a alguien muy cercano.

Es demasiado esfuerzo arreglarlo


La gente no pide ayuda porque se suele decir que la depresión se
supera c​ on el tiempo​, con buen ánimo y paciencia. La realidad es
diferente: para salir de la depresión es necesario h
​ acer algo​
. Ya sea
por ti mismo/a o de la mano de alguien, pero actuando.
Y cuando no tienes ánimo de nada… ​hacer lo necesario​es
complicado.

No quieres ser una carga para nadie


No nos han dicho que es de débiles pedir ayuda, pero todo el
mundo así lo piensa. Es que “la gente ya tiene sus propios
problemas en la vida” como para que les compartas tus problemas.
Al no querer ser una carga para los demás en la depresión te aislas
y te encierras. Por eso a menudo se escuchan noticias de personas
que tenían una vida aparentemente normal y feliz pero de repente
se han quitado la vida.
Es muy importante saber, antes de llegar a ese punto que la
depresión tiene una salida, y que cuando se logra, la vida vuelve a
ser apasionante, alegre y merece la pena. Así que busca la ayuda
de alguien porque es lo más valioso que tienes.

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Comprimes tus emociones
Muchas veces la gente va por la vida sin manifestar lo que siente.
¿Haces tú eso? Es cuando encierras tus sentimientos dentro de ti,
impidiendo que se muestren tal y como son…
A veces hacerlo parece realmente complicado sin que te traten por
loco/a, y eso se convierte en un círculo vicioso, porque cuanto más
te contienes, peor te sientes y más vergüenza te da mostrarlo.

Da un primer paso

Aprende a sacar lo que te daña


La depresión puede tener diferentes grados.
¿Merece la pena sacar lo que te daña? Debes saber que cuando
estás en esa situación que te daña, pero no la resuelves, estás
llevando la poca energía que te queda hacia dentro de ti.
En ese momento, sacar toda esa energía que te está dañando es el
primer paso para resolver esa situación de depresión en la que te
haces de menos para hundirte y abatirte.

El presente merece la pena


Cuando consigues salir de la depresión, tu presente merece la
pena. Lo que hace que a veces tu vida no la merezca es que estás
metido/a en ese estado destructivo… no el h​ echo d
​e que vivir sea
algo estúpido.

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Recupera la ilusión de vivir
Aunque al principio parezca difícil, al salir de la depresión vas a
recuperar la naturalidad, la fluidez que perdiste, y por supuesto las
ganas de hacer cosas que de repente se convierten en valiosas.
Cada minuto de la vida puede ser interesante, apasionante. Eso no
quiere decir que todo va a ser agradable, pero que sentirte vivo
haciendo en cada momento lo que es realmente i​ mportante​ , es lo
mejor que existe en este universo. Y está al alcance de tu mano.

Saca tu belleza interior y exterior


Te has enfocado durante tanto tiempo en tu dolor que has dejado
de verte, de reconocerte. Esa persona que ves en el espejo no eres
tú, sino lo que queda de ti después de tanta carga e implosión
emocional (explosión hacia dentro). Te has estado deformando
hasta ahora.
Pero trabajando recuperamos esa belleza que, incluso antes que
los demás, la vemos nosotros. Tu belleza exterior se muestra
aunque estés despeinado y sin arreglar por fuera cuando tienes esa
alegría por vivir, como cuando eras niño y te gustaba jugar hasta
con el agua del lavabo… y no pensabas, simplemente eras tú.
Esa es la belleza interior con la que te vas a conectar cuando
sueltes la b
​ asura emocional​que hace que estés en el barro de la
depresión.

Comparte tu alegría
Así dejarás de disimular y de demostrar algo que no eres, podrás
soltar esas máscaras que te pones para ocultar el dolor interior.
Explotar te ayudará a recobrar ese equilibrio para que tu vida
vuelva a funcionar, y sobre todo sin dañarte a tí mismo.
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Incluso ayuda a salir del agujero a los demás
La depresión es algo que tiene fin, pero ese fin depende de
nosotros. Cuando hemos estado ahí y hemos salido, conocemos el
camino. Seguro que hay personas que la están ocultando como tú,
se esconden, ves que i​ ntentan​poner alegría en lo que te cuentan
de su vida, pero tú intuyes que la realidad es muy diferente.
Resolver tu depresión es una aportación muy grande a tu entorno.
Tu familia, pareja o amigos (lo que tienes o los que quieres tener)
saborean cada uno de los estados emocionales que compartes con
ellos. Por eso evitas transmitirles tu malestar… pero también por eso
puedes contagiarles tu alegría y bienestar, una vez que lo has
conquistado.
Como tú ya lo has vivido y has logrado salir del agujero de la
depresión, podrás ayudar a tus seres cercanos a pedir ayuda y a
salir también con el apoyo para salir adelante. Saber cómo salir de
la depresión beneficia a todo tu entorno, y querrás compartirlo con
la gente que te rodea, como hacemos nosotros.

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Edita
Instituto Gestalt Práctica
instituto@gestaltpractica.com
www.gestaltpractica.com
+34 655 144 755

Copyright de esta edición


Instituto de Terapia Gestalt Práctica
Registrado en www.safecreative.com
Valladolid, España, enero de 2021

Autores
Fran San Miguel y Patricia Acebes

Fotografía de portada
Maria Eduarda Tavares
https://www.pexels.com/es-es/foto
/mujer-irreconocible-con-los-brazos-cruzados-
sobre-los-hombros-y-la-cabeza-vendada-3840114/

Diseño de cubierta y maquetación:


Fran San Miguel
Todos los derechos reservados.
Está prohibida la reproducción o difusión total o parcial de esta obra
sin la autorización escrita del autor o el editor.

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