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Tema: Relación médico-paciente

Nombre: Armando Galván Alarcón

Matrícula: 177493

Materia: Psicología médica

Grupo C

INTRODUCCIÓN:

En algún momento de nuestra vida podemos sufrir las consecuencias de una enfermedad, se
podría decir que nadie está exento a enfermar, teniendo en cuenta que universalmente también
tenemos derecho a la salud lo menos que esperamos es un trato digno y justo hacia nuestra
persona para así conllevar nuestra patología. Dicho de otra manera confiamos en el intermediario,
el médico para que nos auxilie en el proceso de resolución de la enfermedad con su conocimiento.

El médico atiende al paciente y de manera innegable entabla una relación con el paciente al
comunicarse con este. Ante dicha relación el paciente espera que la comunicación sea cordial,
detallada y que atienda el problema que lo aflige. Tristemente la relación médico paciente no
siempre se da de la manera esperada, cometiendo un error iatrogénico.

DESARROLLO:

Tanto la cordialidad como la explicación del padecimiento del paciente, todo tiene un punto
medio, es decir, ser cordial en exceso o explicarle al paciente en demasía su patología o
tratamiento puede causarle una ansiedad o desconcierto similar al de no explicarle su condición.

El médico anteriormente se llegaba a popularizar como una de las grandes figuras del pueblo,
grandes referentes, personas de bien que buscaban una relación generosa y de enseñanza hacia el
pueblo, razón por la cual eran amados y procurados por la población. Actualmente el médico
parece haber pasado a un modelo más económico a manos de grandes corporaciones
gubernamentales so privadas las cuales con finalidades económicas proponen a su médico como
vendedor y manejan al paciente como comprador. Se limitan tiempos de consulta, limitando la
exploración e historia clínica del paciente, propiciando una relación incomoda y poco provechosa
entre médico y paciente, generando un sentimiento de encono hacia el médico. Mientras la
relación médico paciente se debilita y las visitas al médico lejos de ser necesarias se vuelven un
evento poco agradable se aumentan los precios de medicamentos y estudios.

Es de esperarse que el paciente se encuentre frustrado, es también de esperarse que el médico


actúe de esta manera tan errónea al haberse formado en el ámbito laboral de explotación en que
termina tarde o temprano deshumanizándose y fallando a su ética médica y juramento.

Deja mucho a pensar el siguiente fragmento del libro “Castillo de pino” del Dr. Miguel A. Moreno
"Médico es aquel que sabe aplicar las tecnologías. Paciente es al que se le aplican las tecnologías.
El médico no ha sido ni es un científico, sino un técnico que sólo se limita a aplicar un
conocimiento y que sólo tiene la obligación con los enfermos de ser cortés, pero no humano.
Deshumanización justificada, no es más que el precio de la actual eficacia médica. El paciente debe
aceptar que lo único que puede pedir es que lo curen, no que lo quieran ya que no son ni deben
ser más que funcionarios del sistema productivo, manipuladores calificados de una tecnología
sofisticada y altamente eficaz que ni tienen tiempo ni saben descender a la demanda de la
humanización, demanda que el Estado ha delegado en otros especialistas, otros funcionarios,
trabajadores sociales, psiquiatras, enfermeros, entre otros¨.

Tomando en cuenta el fragmento anterior podemos formularnos muchas preguntas que dejan en
jaque nuestra misión como médicos, bien , lejos de ser malo esta es una nueva ventana para
observar ese panorama que nos negamos a atender, que sabemos que existe e intentamos
justificar con otros medios, como médicos el trabajo no es fácil, llevadero o estable, pero si el
concepto propio de realización personal como profesional de la medicina no encaja con el carácter
formativo, efectivo y social de ser un buen medico hacia tus pacientes , el mejor camino es no
seguir formándose pues en un futuro nuestra incongruencia como profesionales de la salud
dañaría a terceros. Si el profesional de la salud no tiene la capacidad intelectual y afectiva para
relacionarse de manera efectiva con su paciente, su tratamiento y consulta pasan a ser un evento
de poca significancia e impacto. Es decir, el trato o relación medico paciente es el potenciador de
efectividad de tu consulta y tratamiento hacia un paciente. En cuestión emocional y psicológica
influye mucho la manera en que el médico le informa al paciente su tratamiento y diagnóstico y
estudios demuestran que una comunicación más afectiva y enfocada se asocia a una mejor
adherencia al tratamiento y futura resolución de la enfermedad.

En teoría hay tres tipos de relación médico paciente según Rodríguez Silva, la relación activo
pasiva, cooperativa-guiada y de participación mutua. La relación activo-pasiva es aquella que se
establece con enfermos en estado de coma, o que se encuentran en una situación que no les
permite establecer una relación más participativa (Por ejemplo paciente con edema agudo del
pulmón) . La relación cooperativa guiada es la que se establece con pacientes que están en
condiciones de cooperar en su diagnóstico y tratamiento, como ocurre en algunas enfermedades
agudas (neumonía, por ejemplo) y crónicas como la hipertensión arterial. La relación de
participación mutua, no sólo contempla el cumplimiento del tratamiento, sino el control en
discusión frontal de situaciones y actitudes relacionadas con la causa y evolución de la
enfermedad.

Como se comenta en el párrafo anterior de este ensayo, poniendo en consideración la situación se


puede reconocer el tipo de relación médico paciente entablar con el consultante, pero también
cabe resaltar los tres espacios en que la relación médico paciente se marca de manera importante,
Estos pasos son la recepción, identificación y el interrogatorio. Estos tres espacios son de duma
importancia ya que la bibliografía nos muestra que ahí es donde mayores errores médicos se
presentan, llevando a una práctica iatrogénica recurrente. Tanto residentes como estudiantes de
medicina cometen iatrogenia al realizar un examen físico incorrecto, al fallar en explicarle al
paciente si se le realizaran exámenes complementarios y con qué razón y por último se comete
error en la información final de la consulta, es decir cuando el médico debe recapitularle al
paciente lo observado, su diagnóstico, tratamiento y seguimiento de manera objetiva y coloquial
para que el paciente pueda sentirse aliviado de tener una respuesta más contundente sobre su
afección.

CONCLUSIÓN:

Volvemos a lo básico, un paciente enfermo se deja guiar ciegamente por quien supuestamente es
el experto en el tema, el médico, pero dicho experto debe ser alguien capacitado para poder
entablar relaciones y comunicarse de manera afectiva y social ya que aunque el diagnóstico,
tratamiento y exámenes complementarios sean los de mejor elección para el paciente , si el
paciente no entiende o siente que no resolvió su duda sobre su enfermedad difícilmente pueda
tratarse y adherirse a su tratamiento pues no absorbió la esencia de su patología desglosada por
su médico, por lo cual desde el desentendimiento se genera una falla en el control de la
enfermedad del paciente.

BIBLIOGRAFÍA:
 Rodríguez Silva, Héctor. (2006). Physician-patient relationship. Revista Cubana de Salud
Pública, 32(4) Recuperado en 30 de agosto de 2022, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0864-34662006000400007&lng=es&tlng=en.

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