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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y


Tecnología Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”
Ciencias de la Salud Medicina
Formación Profesional

Profesor: Abogado Hugo C.

Hogg, Richard.26.772.615

Alvarado Marlon 26.626.075

Paredes Amely 26.746.094

Suarez Daniel 25.688007

Santa Ana de Coro, Enero 2021


Relación médico paciente, y sus valores
fundamentales
INTRODUCCIÓN
Desde los inicios de la medicina y durante toda su historia, esta le ha
conferido especial importancia a la relación médico-paciente, por ser la clave
para el éxito en la gestión asistencial. La práctica de la medicina, combina la
ciencia y la tecnología con la aplicación de conocimientos y valores. En
occidente, durante siglos, y en consonancia con los preceptos hipocráticos, la
relación médico paciente estuvo basada por el paternalismo médico. En ella
era el médico quien, poseedor del conocimiento acerca de la enfermedad,
decidía por el paciente, incluso sin la participación de este en la toma de
decisiones.
En las últimas décadas la medicina ha evolucionado mucho más que en
cualquier otro período similar de su desarrollo histórico. Por lo mismo, la
relación médica ha sufrido cambios radicales, donde se introdujo principios
fundamentales como el da la bioética, los deberes y derechos del paciente,
pero manteniendo su carácter de basamento del acto médico
El principio ético soporte de estas nuevas ideas es el de autonomía,
donde la participación del paciente es fundamental en el proceso de toma de
decisiones, resultado de la deliberación conjunta entre el médico, el paciente
y hasta terceras personas implicadas en el acto médico (por ejemplo,
familiares y, en ocasiones, el juez).

Las relaciones interpersonales pueden ser de distintos tipos, algunas


de carácter superficial y otras de mayor complejidad, como la que tiene lugar
entre el médico y su paciente, en la cual el médico en su condición de
profesional debe estar dispuesto a brindar su ayuda en forma humanitaria y
sensible,1 pilar sobre el que descansa el nivel de satisfacción de la atención
médica
La Relación Médico Paciente (RMP) es una relación al menos entre dos
personas, dos historias de vida, dos mundos. Cuando un paciente entra en
contacto con un médico y se establece una relación terapéutica, se desarrolla
un sistema que tiene por objeto la interacción en el que tanto uno como otro,
se han de encontrar comprometidos con una causa que promueve a ambos
en la consecución de un fin. En la relación médico paciente se tiene como fin
inmediato restaurar la salud del enfermo. Conlleva responsabilidad
compartida, el médico tiene responsabilidad con el paciente y consigo mismo,
el paciente tiene responsabilidades con el médico y consigo mismo. Es de
carácter esencial para la provisión de asistencia médica de alta calidad en
cuanto al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. La relación entre el
médico y su paciente es una de las bases de la ética médica contemporánea.
Difícilmente esta relación humanitaria puede estar presente si el médico
no establece con el enfermo una relación temporal, psicológica, manual,
profunda, solidaria y profesional. Jamás pudiera ser una relación interpersonal
a través de aparatos, porque tiene que desarrollarse en un contexto humano.

Resulta de suma importancia en la relación del médico con su


paciente, tener en cuenta las características personales del médico y del
paciente. Por parte del médico, es fundamental que conozca su carácter, sus
debilidades, su nivel de información, hasta donde puede manejar una
situación determinada y cuando debe recurrir a otro colega. Debe tomar en
cuenta el gran significado profesional de su prestigio científico y social.

Otros aspectos a tener en cuenta en esta relación son los objetivos


que persigue el paciente, el estado afectivo de ambos y la posición de cada
uno. El médico como profesional por lo general es ubicado por el paciente en
una posición de superioridad, por lo que el médico debe con su actuación
equilibrar esta situación. Otro aspecto fundamental, lo constituye las vías de
comunicación.

En este sentido, existen cuatro bases fundamentales que sustentan la


estructura fundamental en la que se desarrolla esta relación tan importante
desde un punto de vista clínico, ético y moral. En primer lugar, el fin propio de
la relación clínica es la salud del paciente, por lo que el médico, debe cumplir
con sus deberes como profesional de salud, de salvaguardar la identidad,
seguridad, intimidad y hasta la vida misma del paciente velando y haciendo
cumplir sus derechos y respetando sus decisiones propias.
En segundo lugar, El modo propio de la relación médico paciente
consiste en la equilibrada combinación de las operaciones empáticas
necesarias para el diagnóstico y tratamiento y, en suma, para el
acompañamiento del paciente durante el proceso de enfermedad. Dado que
la relación médico–paciente es ante todo un encuentro interpersonal, el
médico debe intentar comprender al paciente haciéndolo sentir seguro y bien
atendido sea que estemos ante una enfermedad aguda, una crónica, una
predominantemente somática o predominantemente psíquica.
En tercer lugar, el vínculo propio de la relación médico–paciente es aquel en
el que adquieren una realidad concreta, los actos objetivos y empáticos antes
mencionados. Si bien este vínculo muestra un abanico de distintas
posibilidades, cuando la relación es óptima, el vínculo que une entre sí al
médico y al enfermo es la clave para en el efecto terapéutico, la filantropía,
vale decir el amor al prójimo.
Como ultimo pilar de la relación médico–paciente se encuentra la
comunicación, aunque hay mucho que abordar en este aspecto, dado lo
importante y profundo que significa este término, no solo en esta relación, si
no para todo tipo de relación entre personas, podemos abarcarlo diciendo que
es, el conjunto de los recursos técnicos, entre los cuales figura principalmente
(aunque no exclusivamente) la palabra, a los que el médico apela en el diálogo
en virtud del cual se actualizan las operaciones objetivas y empáticas.

CONCLUSIÓN

No cabe duda de que la atención medica ha evolucionado en las últimas


décadas. Partiendo de un modelo paternalista, donde el paciente se
encontraba a merced de las decisiones del médico o sanitario, hemos ido
evolucionando a un modelo donde el paciente ha ganado poco a poco más
protagonismo, en donde la gran mayoría de las decisiones, hechos y
procedimientos médicos giran en torno a la autonomía del paciente y su
capacidad de decidir por sí mismo, lo cual, es la estructura fundamental de los
pilares principales del acto medico
La construcción de una nueva cultura de la atención médica, pretende
el reconocimiento de los derechos del paciente, de su autonomía, de su
dignidad y respeto como persona, apoyado por las nuevas normas jurídicas.
Puede ser llamado modelo democrático o deliberativo en el cual
consideraremos el aporte de la Bioética, en el que el medico debe
salvaguardar los deberes y derechos del paciente, la compresión y resguardo
a su intimidad, su seguridad y respetando sus decisiones personales, siendo
clave la empatía, la comunicación y la solidaridad del mismo profesional.

[…] el mayor error médico consiste en intentar curar el cuerpo sin intentar
curar el alma".
Platón
BIBLIOGRAFÍA
scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662006000400007
www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2304-51322017000400007
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smiba.org.ar/revista/vol_04/04_02_02.htm

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