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Cómo se forman las actitudes

La actitud: forma de adaptación activa de la persona a su medio ambiente. La actitud: resultado


de procesos cognitivos, afectivos y conductuales. Las personas utilizan constantemente el
término "actitud" para referirse a cosas como el estado de ánimo que una persona suele
manifestar o como su manera de tomarse las cosas. La definición de actitud con la que trabaja la
psicología social es la siguiente: "Conjunto de creencias y de sentimientos que nos predisponen
a comportarnos de una determinada manera frente a un determinado objeto".

La actitud es entonces la predisposición aprendida y heredada para responder de determinadas


formas consistentes ya sean a favor o no del objeto (ideologías, costumbres, prácticas, religiones
y leyes). Esta disposición psíquica que surge de la valoración que se hace de lo externo tiene
como objetivo generar una disposición que represente los fundamentos internos (biológicos y
psicológicos) de la acción. Persigue entonces la decisión a partir de esa integración cognitiva,
afectiva y biológica.

Formación de las actitudes. Los antecedentes cognitivos de las actitudes


Los antecedentes cognitivos La evaluación que una persona hace de un objeto depende de los
que piensa acerca de él.

Es la teoría de la Expectativa-Valor: El conocimiento que la persona ha adquirido en su relación


con el objeto actitudinal en el pasado le proporciona una buena estimación de cómo merece ser
evaluado dicho objeto (la información acerca de los objetos actitudinales se adquiere, en
ocasiones, a través de la experiencia directa).

Fishbein y Ajzen formulan su Teoría de la Acción Razonada partiendo de la teoría de los


conceptos de expectativa-valor. Consta de dos partes fundamentales:
 En la primera se postula que la actitud hacia un objeto es el resultado de las creencias
que la persona mantiene hacia dicho objeto.

Para comprobarlo investigaron la actitud hacia el uso de píldoras anticonceptivas:

 Inicialmente se obtuvo una lista de creencias acerca de dicho uso que, posteriormente, se
redujo dejando las creencias más "normativas" de la población.

Para saber lo que piensa una persona acerca de las píldoras anticonceptivas es preciso recabas
dos tipos de informaciones:

 El grado de probabilidad estimada de la creencia o probabilidad subjetiva (entre - 3 y +


3). Ejemplo: Si alguien piensa que "es extremadamente improbable que el uso de píldoras genere
efectos secundarios graves", la probabilidad subjetiva de la creencia número 1 ("produce efectos
secundarios graves"), será de -3.

 El grado en que la persona cree que las consecuencias expresadas por la creencia son
positivas o negativas o deseabilidad subjetiva (entre - 3 y + 3). Ejemplo: En el caso de la
creencia número 1, la mayoría de las personas considerarán que dichas consecuencias (efectos
secundarios graves) resultarán muy indeseables.

Relación entre probabilidad subjetiva y deseabilidad subjetiva:

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 En el caso de que ambas sean elevadas (ambas + 3), dicha creencia contribuiría a que la
actitud sea positiva (producto (+3) x (+3)).
 Cuando uno o los 2 valores son cero, significa que la persona se siente indecisa.

Esa creencia no constituye ninguna actitud. Según Fishbein y Ajzen:


 No todas las creencias normativas influyen en todos los casos en la determinación de la
actitud.
 Existe un conjunto de creencias salientes para cada persona (entre 7 y 10) que son las
realmente operativas.

La prueba empírica de que la actitud es el resultado de las creencias que la persona mantiene en
relación con el objeto actitudinal exige la realización previa de estos pasos:
1. Determinación de las creencias normativas.
2. Selección de aquellas que son salientes para cada persona.
3. Cálculo de la probabilidad y deseabilidad subjetivas de cada creencia saliente.
4. Cálculo de los productos probabilidad x deseabilidad.
5. Suma algebraica ponderada de esos productos.

Los antecedentes afectivos de las actitudes


No todas las actitudes surgen de la forma descrita y propuesta por Fishbein y Ajzen (equivaldría
a aceptar que las personas tienen un control racional de todos sus sentimientos y emociones).
Stroebe, Lenkert y Jonas realizaron una investigación en Alemania para demostrar que las
actitudes se pueden modificar sin alterar de forma apreciable su contenido cognitivo.

Condicionamiento clásico y condicionamiento instrumental: Las actitudes se conciben como


resultados de aprendizajes previos, supuestamente regulados por los mismos procesos que son
operativos en todos los tipos de aprendizaje. Una cuestión diferente es por qué las actitudes que
son producto del condicionamiento tienen un antecedente afectivo. La respuesta es doble: Los
psicólogos sociales se han inspirado sobre todo en las teorías de condicionamiento que enfatizan
el reforzamiento. Han tendido a dar por supuesto que el condicionamiento tiende a ocurrir de
manera automática.

Investigaciones más recientes:


 En el condicionamiento tienen lugar también representaciones mentales e intervienen
procesos cognitivos deliberativos.
 Estudios sobre Condicionamiento Clásico: Staats, Staats y Crawford. Sus estímulos
neutros eran palabras del lenguaje cotidiano ("largo"). Como EI utilizaron estímulos
aversivos (ruidos muy fuertes).

Tras la asociación repetida, las palabras inicialmente neutras fueron evaluadas por las personas
en una escala de 7 puntos. Tres resultados de interés aparecieron en este estudio:
 Los participantes evaluaban las palabras inicialmente neutras de manera más negativa
que el grupo control. Las palabras asociadas con el E aversivo provocaban mayor
activación fisiológica que las palabras control.
 Había una estrecha relación entre la intensidad con que se evaluaban las palabras y la
intensidad de R psicogalvánica.

Dos investigaciones posteriores:

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 Zanna, Kiesler y Pilkanis: La emoción negativa generada por el condicionamiento se


extendía también a sinónimos de las palabras utilizadas. El efecto actitudinal tenía efecto incluso
en casos en que el contexto y el experimentador eran diferentes.
 Cacioppo, Marshall-Goodell, Tasinary y Petty: Los efectos del condicionamiento son más
fuertes con palabras sin sentido ("tasmer") que con palabras del lenguaje cotidiano (antes del
condicionamiento tanto unas como otras eran neutrales). Estudios sobre condicionamiento
instrumental: El tipo de reforzamiento utilizado suele ser "social" (conductas verbales o
paraverbales que indican aprobación y que son de carácter positivo). Este reforzamiento se hace
contingente con la presentación de ciertos enunciados seleccionados de antemano por el
experimentador.
 Resultado: Es posible modificar la emisión de enunciados actitudinales. Experimento de
Insko: Un experimentador, mientras mantenía una conversación telefónica con una persona,
modificaba paulatinamente sus enunciados actitudinales. El proceso que media entre el
reforzamiento y la modificación de la actitud, ha sido objeto de fuerte debate en Psicología Social.
Efecto de mera exposición La persona acaba desarrollando una actitud positiva hacia el objeto
que se le ha presentado en numerosas ocasiones. Experimento de Matlin (palabras turcas).
Zajonc. Utilizó 3 estímulos diferentes: 1.- Palabras turcas. 2.- Caracteres chinos. 3.- Fotografías
de un calendario que representaban a un hombre. Resultado: La frecuencia de exposición
guardaba una relación directamente proporcional con la evaluación del objeto en cuestión. La
"mera exposición" es condición suficiente pero no necesaria, para que se produzca la intensifi-
cación de la actitud.

El efecto de mera exposición, se producía incluso cuando los estímulos no llegaban a ser
reconocidos por las personas: Dudas sobre el supuesto de que el reconocimiento del estímulo es
una condición previa. Moreland y Zajonc:

La mera exposición puede influir en las actitudes a través de: Una ruta cognitiva o fría. Cuando
existe reconocimiento del objeto. Una ruta caliente, no cognitiva. El reconocimiento está ausente
y su lugar lo ocupa el "afecto subjetivo". Bornstein.

Realizó un meta análisis de 200 experimentos y puso de manifiesto que el efecto de mera
exposición es fácilmente replicable, se produce en multitud de contextos diferentes, con una
amplia variedad de estímulos y con frecuencias de exposición muy diferentes.

Este efecto se acentúa en ausencia de reconocimiento, cuando su percepción es subliminal. La


investigación reciente ha demostrado que existe toda una amplia gama de procesos cognitivos y
perceptivos que pueden ocurrir sin necesidad de conciencia por parte de la persona. Kruglanski,
Freund y Bar-Tal: realizaron estudios para demostrar la "afinidad" del efecto de "mera exposición"
con otros efectos "estimulares" que ocurren en ausencia de conciencia.

Cuando en un experimento de mera exposición se presenta a la persona cierto estímulo, éste


evoca algunas hipótesis en relación con él. La posterior repetición de la presentación del estímulo
a la persona, hace incrementar la tendencia de la persona a aceptar la hipótesis inicial como base
para la evaluación del estímulo.

Si esta explicación es correcta, se puede hacer un pronóstico fácilmente contrastable: Aquellos


factores de los que se sabe a ciencia cierta que afectan de manera positiva o negativa a la
utilización de hipótesis o de pistas verosímiles, afectarán también al efecto de mera exposición.
De entre estos factores eligen dos: La presión temporal (realizar una tarea en un tiempo limitado).

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La aprensión de evaluación (evitar cualquier error de juicio). El pronóstico de los autores es que
los efectos de mera exposición se deberían incrementar con la presión temporal, mientras que
deberían atenuarse con la aprensión de evaluación. En conclusión, ha sido tradicional en la
investigación sobre actitudes el considerar el efecto de mera exposición como un antecedente
afectivo de las actitudes.

Los antecedentes conductuales La conducta puede ser también una fuente de las actitudes. Las
técnicas de adiestramiento: Una repetición muy intensa de ciertas conductas acabará por
implantar éstas en el repertorio conductual de los adiestrados sin que quepa resistencia alguna
por parte de éstos. La evidencia empírica sistemática más citada durante mucho tiempo fue la
denominada "técnica de lavado de cerebro" (utilizada por los chinos con los prisioneros
estadounidenses de la guerra de Corea con el objetivo de conseguir un compromiso del prisionero
con las autoridades de la prisión). Aunque el impacto de éstas técnicas se ha exagerado, incluso
Perloff ("mitología del lavado de cerebro"), no niega su existencia.

Más recientemente, estudios de Fazio: Aquellas actitudes que se forman sobre la base de la
experiencia directa con el objeto de la actitud, se aprenden mejor, son más estables y guardan
una relación más estrecha con la conducta, que aquellas que surgen a través de una experiencia
indirecta y mediatizada.

No es tanto la experiencia directa sino la accesibilidad de la actitud, lo realmente decisivo,


aunque, la experiencia directa, es uno de los determinantes de la accesibilidad. La teoría de la
disonancia cognitiva: En ciertas condiciones, la realización de determinadas conductas produce
importantes y permanentes cambios actitudinales.

Modelo de los tres componentes de la actitud


También conocido como modelo tridimensional de la actitud, define que este constructo de la
psicología está formado por tres componentes interdependientes entre sí:
1.- Componente emocional: este pilar comprende las reacciones de tono sentimental
que van dirigidas al objeto sobre el que tendremos una actitud.
2.- Componente conductual: este componente es el reflejo de los comportamientos
orientados a una actitud concreta. Pongamos un ejemplo: si una persona no come carne ni
pescado, probablemente su conducta estará orientada a evadir restaurantes donde no exista una
alternativa vegetariana.
3.- Componente cognitivo: constituye los pensamientos y razonamientos que
retroalimentan una actitud en concreto. Siguiendo el ejemplo de una persona vegetariana, el
componente cognitivo hará referencia a los argumentos que ésta tiene a favor de no comer ni
carne ni pescado.

20 tipos de actitudes del ser humano:


Las 20 actitudes principales que pueden presentar las personas son las siguientes:
1. Actitud manipuladora. Quien presenta este tipo de actitud manipuladora comienza
convirtiendo a los demás en objetos o fuentes de placer; estas personas construyen o estructuran
sus relaciones con el móvil de lograr que todo funcione de acuerdo a sus deseos o expectativas,
maneja estrategias para convencer al otro de que está obrando bajo su propia voluntad.
2. Actitud pesimista. Este tipo de actitud se relaciona generalmente con un alto nivel de
tolerancia o flexibilidad, siendo benevolente comienza a valorar y permitir transgresiones de las
propias valoraciones.
3. Actitud sumisa. En este tipo de actitud las personas se postulan como objetos
permitiendo así que los demás sean los sujetos responsables y dueños de sus decisiones.

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Funciona como mecanismo de supervivencia al permitirse seguridad a través del cuidado y la


sensibilidad de los demás.
4. Actitud positiva. Frecuentemente es el tipo de actitud que se considera como la más
favorecedora de todas las demás; se caracteriza por la percepción o apreciación provechosa de
las diferentes situaciones (independientemente si sean de dificultad) y permite que la persona se
sienta estimulada para actuar de manera confiada. En el siguiente artículo encontrarás Ejercicios
para desarrollar una actitud positiva.
5. Actitud negativa. Esta actitud consiste en una percepción o interpretación de desespe-
ranza, derrota, desilusión o de subterfugios de realismo. Frecuentemente exacerban las situa-
ciones de dificultad o problemáticas existentes y elude o resta de significado a cualquier aspecto
de optimismo. Generalmente produce todo lo contrario a la actitud positiva: detiene o reprime la
acción.
6. Actitud agresiva. En este tipo de actitud se suele pasar en cuestión de segundos a la
acción y figura un acto impulsivo que persigue la consecución del significado de justicia ignorando
el de los demás. Conoce las características de una persona agresiva.
7. Actitud pasiva. Este tipo de actitud se caracteriza por la poca o nula acción.
8. Actitud colaboradora. Este tipo de actitud posibilita o requiere un contacto frecuente con
los demás. Tiene como objetivo lograr ayudar que los demás logren sus propósitos.
9. Actitud altruista. Las personas que manifiestan la actitud altruista realizan acciones con
objetivos que proporciones beneficios o provecho a otra persona a un incluso cuando pueda
generar pérdidas o no tenga ningún beneficio para sí mismo.
10. Actitud emocional. Este tipo de actitud se observa de manera frecuente en personas que
cimientan sus relaciones en calidad de su afecto y el de los demás. Este tipo de actitud se
caracteriza también por el valor o la prioridad que se le da al área emocional llevándolos así a
vivir con más intensidad cada una de sus emociones.
11. Actitud neutra. Este tipo de actitud es de las que se presentan con poca frecuencia y se
caracteriza por no estar contorneado por afectividad o racionalidades (ni pesimistas y tampoco
positivas) suelen ser objetivos con sus decisiones.
12. Actitud Racional/Analítica. Este tipo de actitud genera en las personas un uso del juicio
o la lógica al momento de estimar o evaluar las situaciones. Con frecuencia este tipo de actitud
lleva a que se intenten ocultar o ignorar las emociones bajo justificaciones racionales (cognitivas).
Sin embargo, manejar positivamente las emociones implica aprender a sentirlas y expresarlas.
13. Actitud de confianza. Este tipo de actitud se observan en las personas que manifiestan
una aceptación de las propias características. Generalmente esta actitud permite percibir los
estímulos de placer o de dolor como una intención pedagógica. La confianza se puede trabajar y
mejorar. Prueba los siguientes consejos para ganar confianza en uno mismo.
14. Actitud flexible. Las personas con una actitud flexible manifiestan la aceptación de las
cualidades o criterios ajenos sin llegar a deshacerse de los propios. Esta actitud facilita la
conciencia del principio de realidad; las personas reconocen que la vida puede tomar un curso
muy diferente al que se planeaba y actúan a favor de sí mismos y de su exterior. Permite la rápida
adaptación a los cambios.
15. Actitud empática. Esta actitud de empatía se caracteriza por personas que son
conscientes de la existencia del otro y por tanto comprenden gracias a su propia autoevaluación
o introspección que las conductas de los demás también tienen un origen. Permiten escuchar y
facilitar el dialogo a las demás personas por su comprensión, entre muchos otros beneficios de
desarrollar una actitud empática.
16. Actitud suspicaz. Este tipo de actitud se caracteriza por una desconfianza excesiva ante
cualquier tipo de estímulos, generalmente estas personas están alerta ante cualquier tipo de
agravio o intento de perjurio.

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17. Actitud sardónica. La actitud sardónica se caracteriza por un contacto mordaz e incisivo
hacia los demás. Llenan de sarcasmos o ironías las conversaciones que mantienen con los
demás.
18. Actitud inflexible. Se caracteriza por un patrón rígido de conducta y pensamiento en
donde se pretende que lo demás esté en sintonía con lo que se busca y se sufre terriblemente
cuando no es así.
19. Actitud moralista/prejuiciosa. Este tipo de actitud se caracteriza por la preocupación del
peso ético de las propias acciones y de los demás. Generalmente la persona con una actitud
moralista se dedica a vigilar las acciones de los demás para que no incurran a la falta de los
principios o preceptos que el maneja.
20. Actitud nihilista. En este tipo de actitud se rechazan todos los principios morales o
estructuras sociales, manteniendo la creencia de que la existencia misma y del todo carece de
sentido o propósito intrínseco.

Bibliografía
Baron, R., Byrne, D. (2005). Psicología Social 10ma. Edición. Pearson Educación, S.A., Madrid.

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