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CASO CLÍNICO
COMUNITARIO
C.I.: 17.893.492
Enrique Mantilla
C.I: 13.246.966
El siguiente trabajo tiene como finalidad aplicar el proceso de enfermería bajo la teoría
de Virginia Henderson. Se trata de paciente masculino de 64 años de edad, consiente
orientado en tiempo espacio y persona, quien se encuentra ingresado en la unidad de pie
diabético en el Centro Quirúrgico Carabobo 200” queda ubicado en la urb. La Isabelica
sector 13parroquia Rafael Urdaneta Municipio Valencia, bajo el diagnostico de podo-
Patía diabética con lesión necrótica y presencia de miasis en el segundo y tercer dedo
del miembro inferior derecho, a la valoración se encuentra paciente con dificultad para
la marcha, se cuantifican signos vitales: T/A:130/80mmHg, FC: 80x’, SpO2: 96%, Rp:
22x’, Tmp: 35.8c, familiares refieren que el paciente se encontraba solo y en estado de
abandono en su residencia, por lo que decidieron trasladarlo ya que observaron el
delicado estado en que se encontraba su pie.
Objetivo General y Especifico.
Objetivo General.
Objetivos Específicos.
Las necesidades de Virginia Henderson es una teoría o modelo que define el enfoque de
la práctica de la enfermería. Busca aumentar la independencia del paciente en su
recuperación para acelerar su mejoría durante la estadía en el hospital.
El modelo de Virginia Henderson en las necesidades humanas básica como foco central
de la práctica de la enfermería. A llevado desarrollar muchos modelos que se enseña a
los enfermeros a asistir a los pacientes desde el punto de vista de sus necesidades, en un
inicio una enfermera debe actuar por el paciente solo cuando este no tenga
conocimiento, fuerza física, voluntad o capacidad para hacer las cosas por si solo o para
llevar correctamente el tratamiento. Es por esto que este caso guarda relación ya que los
pacientes con traumatismo craneoencefálico dependen en gran medida del cuidado de
los profesionales de enfermería tanto en su tratamiento como en sus necesidades
básicas.
La idea es asistir o contribuir a la mejoría del paciente hasta que el mismo pueda
atenderse por sí solo. También incluye la asistencia a una persona enferma ayudando
llevarlo a una muerte tranquila y pacífica.
Los huesos que componen cada pie separando su anatomía ósea en tres partes: retropie,
mediopie, antepie.
Huesos del retropie: está formado por dos huesos más grandes el calcáneo que
es el hueso más grande que da forma a nuestro talón, lo cual está preparado para
distribuir las presiones, está recubierto de una gruesa capa de grasa que actúa
como amortiguación.
Astrágalo es el segundo hueso más grande del pie que encaja con la tibia y
peroné para formar la articulación del tobillo, que nos permite bajar la punta del
pie.
Hueso del mediopie: en esta se encuentran cinco huesos de un calibre menor de
los anteriores tenemos el escafoides se articula con la parte posterior con el
astrágalo se inserta un tendón muy importante que se denomina tibial posterior.
Cuboides: su forma recuerda a un cubo lo encontramos en la zona lateral del pie.
Cuñas: en el pie tenemos tres cuñas totales: cuña medial, cuña intermedia y cuña
lateral junto con el cuboides forman la articulación talsometatarciana. La
función del medio pie es la amortiguación junto con las articulaciones.
Huesos del antepie: en el ante pie tenemos cinco metatarsos y catorce falanges,
los metatarsos son cinco huesos alargados cuya estructura es similar, pero con
calibres distintos, todos los metatarsianos poseen un calibre y se articulan en su
cabeza con su correspondiente dedo, son más propensos a sufrir fractura por
estrés.
Falanges: en total poseemos catorce falanges en cada pie, las falanges
proximales se articulan con los metatarsos. La función del ante pie es impulsar y
dinámica.
Cuadro Fisiopatológico Podopatía Diabética
desbridamiento
y amputación
Patrones alterados
Actividad y reposo
Seguridad y protección
- se realiza
cura y
debridacion en
primer y
segundo dedo
del pie.
Recomendaciones
Evitar mojar los pies durante periodos prolongados, pero si se deben lavar
diariamente con agua tibia o fría, durante 5 minutos.
Tras el lavado es importante secarlos cuidadosamente, sobre todo entre los
dedos, evitando la fricción con toalla muy rugosa y emplear cremas hidratantes.
Utilizar medias y calcetines de algodón o lana sin costuras ni elástico, que
puedan hacer compresión.
Las personas con diabetes al tener alterada a sensibilidad pueden producirse
quemaduras por lo que deben evitar remojar los pies en agua caliente.
No deben cortar las uñas si no limarlas, ya que usar objetos cortantes puede
lesionar la piel y generar infecciones.
No usar callicidas ni sustancias químicas en el pie.
Estos pacientes se benefician del cuidado de los pies por un podólogo.
Caminar diariamente, salvo indicación contraria del médico.
No fumar.
Mantener una dieta saludable, baja en carbohidrato y azucares.
Realizar actividad física.
Mantener un control de glicemia.
Cumplir tratamiento por su especialista con diligencia.
Conclusión
El pie diabético se define como una alteración clínica derivada de una hiperglicemia
sostenida en el tiempo por desórdenes neuróticos y vasculares. El pie diabético debe ser
una señal de alerta para el podólogo, ya que está considerado como un pie de elevado
riesgo. Si esta enfermedad no se controla puede llegar a provocar diversas patologías en
nuestro organismo. Es muy fácil encontrar una ulcera en un pie diabético, puesto que
hay gran falta de sensibilidad e isquemia.
Es por esto que este paciente adulto que se encuentra en la unidad de pie diabético lo
primero es clasificar e identificar el tipo de ulcera que padece el paciente para proceder
a su atención. Las intervenciones para tratarla se basan fundamentalmente en una cura
adecuada de la lesión, tratamiento de la infección y alivio de la presión.
La persona con diabetes se les recomienda que deben poner cuidado especial en la
higiene y cuidado de los pies y en la utilización de un calzado adecuado, más si han
sufrido de una ulcera ya que es importante prevenir la recurrencia. Los controles se
realizan en base del riesgo del paciente, siendo las revisiones como mínimo de una vez
al año, aumentando según los síntomas de los pacientes.