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Este documento describe un experimento de condicionamiento clásico realizado con un perro llamado Varón. El objetivo era enseñarle a Varón a asociar el sonido de arrugar una bolsa plástica con la hora de comer. Después de dos días de entrenamiento en los que se presentaba el sonido de la bolsa junto con la comida, Varón aprendió la asociación, y en el tercer día empezó a salivar al escuchar la bolsa, anticipando la comida.
Descripción original:
Título original
Teoría de condicionamiento clásico Pávlov y Skinner
Este documento describe un experimento de condicionamiento clásico realizado con un perro llamado Varón. El objetivo era enseñarle a Varón a asociar el sonido de arrugar una bolsa plástica con la hora de comer. Después de dos días de entrenamiento en los que se presentaba el sonido de la bolsa junto con la comida, Varón aprendió la asociación, y en el tercer día empezó a salivar al escuchar la bolsa, anticipando la comida.
Este documento describe un experimento de condicionamiento clásico realizado con un perro llamado Varón. El objetivo era enseñarle a Varón a asociar el sonido de arrugar una bolsa plástica con la hora de comer. Después de dos días de entrenamiento en los que se presentaba el sonido de la bolsa junto con la comida, Varón aprendió la asociación, y en el tercer día empezó a salivar al escuchar la bolsa, anticipando la comida.
Teoría de condicionamiento clásico Pávlov y Skinner
Especie animal: Perro
Nombre: Varón Edad: 11 meses Raza: Akita Americano
Varón es una mascota bastante consentida, cuando se le da la comida
por lo general su conducta es de una forma muy excitada y se pone a correr, brincar e incluso se vuelve ensimoso con quien le va a dar su alimento.
En el día 1 de llevar a cabo el experimento, el no relacionaba algún
sonido con la comida.
El objeto que usamos fue una bolsa plástica que al arrugarla hace un sonido peculiar.
El objetivo en general era que Varón al escuchar la bolsa, está la
relacionara con su momento de comida. Por lo tanto, agregamos algunos otros sonidos para que prestara atención y se quedara quieto.
Para que se quedara quieto el escuchaba el sonido shh” o el
chasquido de los dedos y tenía que sentarse a esperar la orden para poder comer.
La orden para que el pudiera acercarse a comer es “don palmadas
sobre la pierna” y me quitaba así es como él ya podía estar a gusto disfrutando de su comida. Este experimento lo realice por 2 días de entrenamiento en donde él no podía relacionar los sonidos y el objeto que es la bolsa plástica. En el día 3 Varón al escuchar el sonido de la bolsa ya sabía que era la hora de la comida y empezaba a ponerse más ansioso y comenzaba a salivar.
Yo me dirigía a vaciar la comida que estaba en la bolsa en su cubeta y
me dirigía a él en un modo más serio y le hacia el sonido “shh” seguido del tronido de los dedos o de la palabra ¡no! y él se disponía a sentarse.
Si esperaba un poco más a que se tranquilizara incluso se tiraba al
suelo tranquilo y cuando lograba su tranquilidad, golpeaba mi pierna dos veces con mis palmas de las manos y me hacía a un lado para que comiera.