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Dentro del marco del análisis narrativo, la teoría de Gerald Genette, analista francés

y uno de los principales exponentes de la narratología, permite analizar la estructura de los


relatos mediante diferentes criterios. El orden, la duración, la frecuencia, la voz, y el modo
del relato, en este sentido, son significativos pues dan cuenta acerca de la forma en que un
discurso está estructurado. Por fines prácticos, en este análisis nos enfocamos en la voz y el
modo del relato.

Según Genette, existen dos aspectos esenciales para explicar la manera en que la
información narrativa se presenta en el discurso. La distancia, el primero de los criterios a
describir, remite a la forma en que los detalles de la diégesis aparecen a mayor o menor
alejamiento con respecto a la voz. En el capítulo 7, el narrador transcribe una conversación
entre los científicos:

—Sí, pero hicimos la rata —concluyó Sivel.


—Y ahora que recuerdo —exclamó Ortiz incorporándose en un codo—: ¿por qué
se me ocurrió una rata? Podíamos haber hecho otra cosa cualquiera. (Quiroga, año:
14)
Dentro del relato de palabras, Genette realiza una subdivisión en tres tipos de discurso. En
este sentido, Un hombre artificial ocupa en su mayoría el discurso imitado al recrear tal
cual las palabras como supuestamente fueron expresadas por el personaje en el acto de
habla ficticio. Así, dicho tipo de discurso se evidencia por la introducción de la forma
declarativa del verbum discendi.

Con respecto a la perspectiva, Genette retoma el término de aspecto tal como Todorov y
Pouvillon lo hacen. Sin embargo, adopta la etiqueta de perspectiva de Brooks y Warren al
hablar de focus of narration. Puesto que la focalización no sirve para una obra entera, sino
más bien para segmentos narrativos breves, en El hombre artificial se pueden observar
distintos cambios de focalización a lo largo del relato.

El primer capítulo focaliza a los tres científicos por lo que se trata de una focalización
interna en el sentido de enmarcar al grupo homogéneo de personajes en un solo espacio
determinado, para luego observarse un cambio de focalización hasta el capítulo sexto, es
decir, se trata de una focalización interna de tipo variable. El capítulo dos introduce la
historia de Donissof de origen ruso, mientras que el tercero focaliza al italiano Sivel hasta
el capítulo cinco donde Ricardo Ortiz es el eje medular que orienta la perspectiva narrativa.
Esta analepsis resulta significativa en la trama pues permite configurar además de la
personalidad y vida de los personajes y sobre, todo, permite entender sus capacidades como
agentes para provocar el cambio de estado. En consonancia con las cuatro posibilidades de
la capacidad de sujeto por medio de los cuatro verbos modales enunciadas por Greimas, la
analepsis funciona como artefacto para entender la narratividad en su sentido lógico.

Con respecto a la voz, Genette realiza una serie de precisiones para entender la instancia de
la enunciación, a la manera de Benveniste, y las huellas que ha dejado en el relato como
voz productora. El tiempo de la narración, los niveles narrativos, la persona como narrador
y su función dentro del relato, así como el narratario, son algunos puntos que el analista
francés examina.

Dentro de los cuatro tipos de narración con respecto al tiempo en que se narra la diégesis.
En este sentido, Un hombre artificial es una narración ulterior pues el narrador cuenta
eventos pasados mediante marcas del mismo tipo en los verbos. Con respecto a la persona
(voz de la enunciación), se trata de un narrador heterodiegético pues no participa
directamente en la historia y con el respecto al nivel, es una voz extradiegética con una
función propiamente narrativa.

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