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Retos en materia de procuración e impartición de justicia en México

Actualmente y desde hace unos atrás, en nuestro país, la desconfianza de la


ciudadanía en sus instituciones ha ido en aumento, más en materia y la forma en
impartición de justicia. Siendo estos niveles de percepción de confianza
preocupante, toda vez que en la actualidad se han visto desfavorecidas y con
índices desfavorables y alarmantes. Situación que deja mucho que desear en las
instituciones del sistema judicial mexicano cuya función primordial radican en
proteger los Derechos humanos de acceso a la justicia a través de la impartición
de justicia ya sea a través de sus diversas instancias propias o delegadas hacia la
concordancia del mismo propósito.

Los resultados de lo anterior, indican que algo no está funcionando correctamente


o que no se está llevándose a cabo de forma oportuna trastocando fibras
sensibles en la confianza en las relaciones interpersonales e institucionales las
cuales cada vez más van en aumento. Por tanto, esta situación nos debe de
preocupar y también ocupar de tal forma que se logre atender el reto en que la
ciudadanía crea que sus jueces sean verdaderamente justos e imparciales; debido
a que el poder judicial no puede existir sin la confianza y la buena fe de las
personas.

Asimismo, cabe señalar que los problemas del sistema de justicia son enormes y
en incremento. Principalmente, en el ámbito del derecho penal abundan y son de
los asuntos más preocupantes, por ejemplo el de la impunidad con que se
comenten los delitos cada día.

En este sentido, me parece que los mayores desafíos parecen hallarse


específicamente en el sistema de procuración de justicia. Empero, van de la mano
con la impartición, la cada vez más demeritada: “denuncia” ante los “carpetazos”,
las personas desaparecidas y los sistemas penitenciarios.

Además, como lo indica un informe “Justicia Cotidiana”, del CIDE, se señala la


existencia de “filtros” que impiden el acceso de la ciudadanía mexicana a la justicia
y concluye que los tribunales tienen un alcance de funcionamiento muy limitado, y
suelen ser efectivos sobre todo para grupos urbanos de clase media. Así, al 80%
de los conflictos se le hacía frente sin que el derecho tuviera una intervención
destacable en su resolución.1

En esa misma tesitura, cabe mencionar que en general, la ciudadanía mexicana


enfrentamos obstáculos en el acceso a la justicia. Y si bien se cuentan con más
mecanismos alternativos de solución la impartición de justicia sigue siendo una
asignatura pendiente en muchos rubros, por ejemplo desde la desigualdad y de
exclusión social.

1
https://derechoenaccion.cide.edu/tag/justicia-cotidiana/
Por ello, existen no solo retos, sino alternativas que ayuden a la suma y mejora en
la impartición de justicia. Las normas internacionales juegan un papel importante
ya que su aplicación puede ser directa en nuestro sistema jurídico, a su vez las
normas de derechos humanos pueden ser un marco de referencia para su
implementaciones.

Asimismo, el personal de procuración e impartición de justicia es insuficiente y no


siempre está capacitado para enfrentar los nuevos desafíos. Por ello, es menester
dotar a los servidores jurídicos de formaciones y capacitaciones en las diversas
normas de derechos humanos, igualdad y equidad de género, atención ciudadana,
garantes de debidos procesos y presunción de inocencia, etc.

Seguir contribuyendo en la mejora de las recientes reformas en materia de


derechos humanos y juicio de amparo, debido a que estas nuevas vías y medios
de impugnación encausen derechos a personas y colectivos que antes no tenían
acceso a la justicia constitucional.

Finalmente y en virtud de lo anterior, le corresponde al poder judicial apoyar las


medidas que los hagan trasparentar y rendir cuentas. El poder judicial debe tener
la voluntad de cooperar a implementar las normas éticas y ser una parte activa de
cualquier mecanismo de ejecución y guiar sus esfuerzos atender todo su ciclo
completo: desde la procuración e impartición de justicia, así como el sistema
penitenciario y acabar con arcaicas prácticas.

Aunado, seguir institucionalizando sus métodos de ingreso laboral; como


mencioné en el párrafo anterior, la profesionalización debe ser constante; instaurar
observadores independientes que vigilen el actuar de las autoridades; contar
recursos humanos aptos y suficientes para realizar las actividades y garantizar
una asignación presupuestal que sea apropiada para las instituciones.
Conjuntamente y en definitiva será primordial la suma de esfuerzos y voluntades.

Luis Roberto Plasencia Rodríguez

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