“Ya después de ahogado el niño”, ¡Aún no tapan el pozo!

Derivado de la lamentable pérdida de las dos jóvenes que asistirían a un concierto

en la alcaldía Iztacalco, a los demás sucesos recientes y antiguos ante el ya
antaño problema del robo de coladeras del alcantarillado, cabe señalar que no
sólo es una situación grave en las alcaldías de la CdMx (se tiene el dato que las
cinco alcaldías en las que hay más robo o faltante de la infraestructura son:
Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo, Tlalpan y Venustiano
Carranza), sino también en muchos municipios de todos los estados del país
(EDOMEX, Hidalgo, Morelos, etc.).
Las dependencias más afectadas por los robos de mobiliario urbano son los
sistemas de aguas; debido a que los accesorios que más se comercializan de
manera clandestina son: las coladeras del drenaje, rejillas de piso, tapas de
coladeras pluviales, tapas de las cajas de válvulas y el cable de los pozos de agua
potable.

En ese sentido, es menester recalcar que esta problemática lleva más de 10 años
sin atenderse de manera integral, toda vez que el robo de infraestructura y
mobiliario urbano e hidráulico, también conlleva la falta de servicios públicos como
es el alumbrado y la seguridad. Además, cabe mencionar que la problemática
abarca para los peatones, automovilistas, motociclistas y ciclistas. Aunado a ello,
en el mejor de los casos algunas personas, actúan “a bote pronto” para tratar de
tapar los agujeros de las coladeras con piedras, llantas viejas u objetos para
alertar de su presencia, no obstante no siempre ocurre así. Asimismo, está el
actuar de personas que reportan a las autoridades correspondientes;
lamentablemente, este proceso es lento y si no se está al pendiente simplemente
las autoridades hacen caso omiso de la situación.

A pesar de que el robo de infraestructura y mobiliario urbano es un delito y se han

presentado diversas iniciativas aumentando las penas, esto ha sido insuficiente
ante la ineficiencia en detener a los ladrones y, que afecta a millones de
ciudadanos cada año poniendo en riesgo la vida y la salud de las personas. Es
necesario puntualizar que lo más grave es que este delito y por unos cuantos
pesos llega al grado de ocasionar pérdidas humanas. Igualmente, provocan daños
y pérdidas al erario público al estar solventando y reparando el mobiliario.

Como mencionamos en párrafos anteriores, la problemática es ya antigua y pese

a ello, los gobiernos pasan y no se atiende hasta que como dice el dicho: “ya
ahogado el niño”…Desgraciadamente tuvo que pasar una tragedia para que las
autoridades y representantes tomaran atención en el tema pero solo de manera
mediática y a corto plazo.

Empero, desde hace años hemos comentado a diversas autoridades que existen
soluciones que ayudan en parte a este problema y que, además es sustentable y
benéfico para el medioambiente: se trata de implementar tapas y coladeras
hechas a base de plástico reciclado, teniendo la ventaja de ser rígidas y
resistentes, por lo que cumplen con la misma función que las de hierro. Al igual
que los brocales, las coladeras, rejillas y tapas hechas de metal, las del material
de plástico reciclado son resistentes a la compresión y al desgaste. Con esta
medida, se brinda seguridad a la ciudadanía y también se evita el desfalco a los
gobiernos locales y estatales.

Dicho lo anterior, algunos estados, municipios y Organismos operadores de agua

ya han comenzado a sustituir los accesorios de metal por otros hechos de plástico.
Por ejemplo, En Veracruz, Estado de México, La Paz, Tlaquepaque, Zapotlanejo y
Tlajomulco de Zúñiga. Finalmente, ante las omisiones de funciones por parte de
las autoridades, sin duda muchos de nosotros nos sentimos con un nudo en la
garganta cada que leemos o nos enteramos de bebés, ciclistas, mujeres e infantes
que han caído en una coladera. No obstante, como ciudadanía también es nuestra
corresponsabilidad hacer algo, vigilar, exigir, denunciar y presionar para contar
con mobiliario urbano y vías públicas en buenas condiciones.

Luis Roberto Plasencia Roberto/ @RobertoPlasenci

Es politólogo y administrador público por la UNAM, tiene especialidades en Administración municipal,
Derecho electoral y Comunicación política. Está comprometido en contribuir con las mejoras de su país y del
quehacer político.