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Diálogo Fedro del Amor

En este este diálogo el autor menciona que el amor es una especie de deseo y los enamorados
desean a los bellos y además que existen dos aspectos o principios para el amor: el deseo de
placer y un modo de pensar de rectitud que aspira hacia algo mejor.

Además nos habla que sobre esa manera de pensar impulsada hacia lo mejor y la rectitud,
irracionalmente prevalece la tendencia al disfrute de la belleza y la hermosura y triunfa el impulso
“superficial” del goce y el disfrute esto es en lo que un inicio recibe la denominación de amor.

Continua expresando que quien se deja dominar por el deseo pone a su amante en posición de
darle el mayor goce. El cree que un amante no puede soportar que el amado sea superior a él y
por ello estará celoso y alejará a su amada de la filosofía. Por lo tanto, un hombre en una relación
no será un buen mentor.

Pero una vez que Sócrates termina este discurso, se retracta y dice que estaba influenciado por
Fedro, y se ve obligado a dar otro discurso en el que no ofendiera a los dioses.

El amante cuando contempla al amado y su belleza, se acuerda de lo que es verdadera belleza y


adquiere alas.

El alma del amante sigue a su amado con respeto y temor. Al amado también le crecen las alas
porque ve su belleza reflejada en los ojos del amante.

Entonces Sócrates y Fedro discuten sobre los discursos, sobre como se veían bien o no. Sócrates
insistía en que sólo se puede dar un buen discurso si se comprende verdaderamente la naturaleza
de las cosas y además se sabe hablar.

Finalmente hablan de la conveniencia al escribir. Sócrates cuenta un mito sobre Egipto en el que
da a entender que la escritura es mala porque solo da apariencia de sabiduría, ya que un discurso
escrito no puede defenderse y puede ser malinterpretado.

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