El fenómeno primordial aquí no es más que la intuición del tiempo, en
la cual es posible la repetición de `cosa en el tiempo y de nuevo una cosa´, y sobre cuya base momentos de vida pueden descomponerse en secuencias de cosas cualitativamente diferentes. Estas se concentran subsiguientemente en el intelecto como secuencias matemáticas, no sentidas, sino percibidas. Cuando investigamos cómo tienen lugar los sistemas matemáticos, vemos que se construyen desde la intuición originaria de la díada. Las intuiciones de lo continuo y lo discreto se unen en ella, en tanto una segunda cosa es pensada no por sí misma, sino bajo la recolección y preservación de la primera. La primera y la segunda se mantienen así juntas, y la intuición del continuo consiste en este mantener juntas. El punto de vista del formalista debe llevar a la convicción de que si otras fórmulas simbólicas deben ser sustituidas por las que ahora representan las relaciones matemáticas fundamentales y las leyes lógico-matemáticas, la ausencia de la sensación de deleite, llamada "conciencia de legitimidad, que podría ser el resultado de tal sustitución no invalidaría en lo más mínimo su exactitud matemática. Al filósofo o al antropólogo, pero no al matemático, le corresponde la tarea de investigar por qué ciertos sistemas de lógica simbólica en lugar de otros pueden proyectarse efectivamente sobre la naturaleza. No al matemático, sino al psicólogo, le corresponde la tarea de explicar por qué creemos en ciertos sistemas de lógica simbólica y no en otros, en particular por qué nos oponemos a los llamados sistemas contradictorios en los que tanto lo negativo como lo negativo positivo de ciertas proposiciones son válidos.
La vida es un jardín mágico. Con flores maravillosas que brillan
suavemente, pero entre las flores están los pequeños gnomos, me asustan tanto, se paran de cabeza, y lo peor es que me gritan que también debo pararme de cabeza, de vez en cuando. un rato lo intento, y me muero de vergüenza; pero a veces los gnomos gritan que lo estoy haciendo muy bien y que, después de todo, yo mismo soy un verdadero gnomo. Pero bajo ningún concepto caeré en eso. Ahora reconoces tu Voluntad Libre, en la medida en que es libre para sustraerse del mundo de la causalidad, solo así obteniendo una Dirección definida que seguirá libremente, reversiblemente. Los fenómenos se suceden unos a otros en el tiempo, atados por la causalidad, porque tu propia mirada coloreada quiere esa regularidad; pero a través de los muros de la causalidad, los «milagros» fluyen continuamente, visibles solo para los iluminados. [… Para ellos] el viaje a través de este triste mundo es un inalterable pasaje en una nube liviana y colorida. Cuando investigamos cómo tienen lugar los sistemas matemáticos, vemos que se construyen desde la intuición originaria de la díada. Las intuiciones de lo continuo y lo discreto se unen en ella, en tanto una segunda cosa es pensada no por sí misma, sino bajo la recolección y preservación de la primera. La primera y la segunda se mantienen así juntas, y la intuición del continuo consiste en este mantener juntas.