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Introducción
Para las Naciones Unidas (2002). La palabra discapacidad se define en un gran número de
diferentes limitaciones funcionales que se registran en las poblaciones de todos los países del
mundo. La discapacidad puede revertir la forma de una deficiencia física, intelectual o sensorial,
una dolencia que requiera atención médica o una enfermedad mental. Tales lesiones pueden ser
de carácter permanente o transitorio. Estas personas al igual que todas las demás integran la
necesidad de desarrollarse física e intelectualmente, sin embargo muchos han tenido que
enfrentar escenas de discriminación y vulneración en los ámbitos educativo, social, de salud etc.
Este tema ha traído consigo retos que enmarcan no solo la normativa que define esta necesidad
como un derecho, sino también para los entes educativos regionales y zonales que por más que se
piense en la igualdad, en los derechos y en la inclusión, las posibilidades de albergar a estas
personas en los centros educativos requiere de muchísimo esfuerzo y atención, es el caso de las
escuelas y centros educativos rurales donde las limitaciones son mayores teniendo en cuenta la
infraestructura ya que los recursos para su adaptación es limitada. Por otro lado está el acceso de
los estudiantes con discapacidad motora. Este es el caso donde aquellas personas suman a la
población analfabeta con discapacidad por la imposibilidad de acceder a los centros educativos,
por más que haya una normativa, y que se piense en la igualdad no hay posibilidad de resguardar
la vida y la integridad de estos estudiantes.
La inclusión Según la Unesco, (citado en Moliner, 2013), es: El proceso de abordar y responder a la
diversidad de necesidades de todos los alumnos a través de prácticas inclusivas en el aprendizaje,
las culturas y las comunidades y reducir la exclusión dentro de la educación. Implica cambios y
modificaciones el contenido, los enfoques, las estructuras y las estrategias, con una visión común
que cubra a todos los niños del rango apropiado de edad y una convicción de que es
responsabilidad del sistema ordinario educar a todos los niños. (p. 10)
El Ministerio de Educación nacional (MEN) en el decreto 1421 del 29 de agosto de 2017 que
reglamenta en el marco de la educación la atención inclusiva a la población con discapacidad,
permite dar solución a la necesidad de una educación para todos con un enfoque diferencial en
donde niños y niñas se sientan en un ambiente natural desarraigando la exclusión y la marginación
que desde hace muchos años atrás se ha vivido en las aulas escolares de las instituciones
educativas colombianas. Como cualquier otro ciudadano las personas con cualquier tipo de
discapacidad merecen respeto e igualdad de condiciones, esto no como un favor ni mucho menos
como caridad si no como un derecho como lo indica la norma.
Desde un escenario educativo, los estudiantes con alguna discapacidad se permiten ser vistos
como seres llenos de capacidades con una facilidad de inclusión principalmente en la interacción
con pares, maestros y familiares y de todas maneras ser incluido y no excluido apunta de una
forma específica su participación dentro de la sociedad en todo su conjunto.
El artículo 2.3.3.5.1.4. Permite enfocar la necesidad de todos los campos educativos para la
accesibilidad de estas personas con las medidas pertinentes asegurando su acceso en igualdad de
condiciones como todos los demás, esto teniendo en cuenta los entornos físicos, el transporte, la
información y todos los elementos que involucran la infraestructura de los espacios educativos,
eliminando barreras que obstaculicen su independencia y autonomía.
Por otro lado el acceso a la educación para las personas con discapacidad obliga a los entes
educativos a desarrollar estrategias para garantizar el ingreso al sistema educativo de todas las
personas con discapacidad en condiciones de accesibilidad, adaptabilidad, flexibilidad y equidad
con los demás estudiantes sin discriminación alguna, de esta manera estas acciones emanadas por
el gobierno permiten promover el derecho a la igualdad de condiciones de las personas con
discapacidad mediante la superación de las barreras que tradicionalmente les han impedido
beneficiarse como el resto de la sociedad.
Paralelamente los docentes emergen desde su posición haciendo parte de la normatividad ya que
esta demanda un cambio en los currículos educativos en cuanto a acciones, adaptaciones,
estrategias, apoyos, recursos o modificaciones necesarias adecuadas al sistema educativo y la
gestión escolar basadas en las necesidades específicas de cada estudiante, de esta manera el
docente debe garantizar la inclusión en un preparador que brinde garantía de aprendizaje para las
personas con discapacidad dentro de su grupo de estudiantes teniendo en cuenta su capacidad y
limitaciones. Esto representa un gran desafío para los mismos docentes dentro del sistema
educativo, no obstante implica tener la mejor actitud, disposición, flexibilidad y de especial calidad
humana para atender a la población ya mencionada creando y fortaleciendo las metodologías que
respondan a cada una de las particularidades de sus estudiantes.
La norma define la educación inclusiva como un proceso permanente que reconoce, valora y
responde de manera pertinente a la diversidad de características, intereses, posibilidades y
expectativas de los niños, niñas y adolescentes, jóvenes y adultos, cuyo objetivo es promover el
desarrollo, aprendizaje y participación con pares de su misma edad, en un ambiente de
aprendizaje común, sin discriminación o exclusión alguna, y que garantiza en el marco de los
derechos humanos, los apoyos y los ajustes razonables requeridos en su proceso educativo, a
través de prácticas, políticas y culturas que eliminen las barreras en el entorno educativo.
La “Ley General de Educación”. Ley 115 del 1994 acude “Los establecimientos educativos
organizaran directamente o mediante convenio, acciones pedagógicas y terapéuticas que
permitan el proceso de integración académica y social de dichos educandos” de esta manera se
fomenta el apoyo que requieren principalmente los estudiantes con discapacidad y sus familiares,
en los casos de marginación y vulneración estos deben acudir a las entidades pertinentes para
hacer valer sus derechos como lo emana la ley, de esta manera hemos evolucionado mitigando la
vulneración de los niños y niñas con discapacidad funcional.
Conclusiones:
Las prácticas sociales son un conglomerado de dinámicas presentes en la sociedad, para este caso
en el presente ensayo se permitió hacer un análisis entre los sujetos pasivos que para este caso
son los estudiantes con discapacidad que ocupan el lugar central en la formulación de políticas
públicas a su favor y los sujetos activos que en este caso son el resto de la sociedad quienes deben
dar validez y ejecución a esas políticas, enfocados siempre en los derechos humanos y la igualdad
para todos los elementos presentes en este conjunto llamado sociedad.
La dinámica inclusiva en el ámbito educativo permite ver a los entes garantes de una sociedad
equitativa la voluntad que se tiene en el desarrollo justo de la misma a través de la actitud,
disposición y flexibilidad y de calidad humana que se tiene al momento de atender a la población
con discapacidad.
Los centros educativos y sus directivos deben ser garantes de construir una pedagogía diferente y
significativa en la sociedad, enfocados que todas las personas puedan desarrollarse con igualdad
de oportunidades.
Referencias