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EL REFRITO DEL BICENTENADIO DE LA INDEPENDENCIA PERUANA

NECESITA SER EXPLICADA Y ENTENDIDA

La mejor forma de pasar en limpio el bicentenario de la independencia, es aprovechar la


oportunidad para explicarnos ¿Cuál es el sentido y proyecciones de lo que muchos ven
como “fiestas patrias” y conmemoración?. Resulta que la historia, no es lo que nos han
contado, tiene misterios ocultos, poco a poco aparecen otros significados, otros
contenidos. Entre tanto la formación económica y social del Perú, se encuentra
inconclusa, o peor, tergiversada y en conflicto con los logros y los valores de la
nacionalidad. La enseñanza oficial, solo mira una cara de la moneda, sobrepone los
valores extranjeros sobre los nativos, el manual de Carreño y la fe religiosa sobre el
código moral incaico. La enseñanza oficial mantiene los valores de la conquista y la
colonia. Los Vallejo, José María Arguedas, José Carlos Mariátegui, Gamaliel Churata,
que pensaban y veían diferente, fueron perseguidos y sufrieron cárcel. Churata fue
exiliado en Bolivia y aquí, casi nadie lo conoce. Sin embargo, son los verdaderos
precursores de lo que seremos los peruanos,

El pecado de los nuevos americanos, los venidos de España y la mayoría de sus


descendientes tergiversan la historia para ocultar sus miedos y fobias. Los colonizadores
de ayer y de ahora, tratan de situarse en el futuro, y otros en el pasado para no tener, en
un caso o en otro, que aceptar un presente que no consideran propio. De cualquier
manera, según Murena, «América es un hijo crecido y sin experiencia, un joven senil
que vive a la sombra de sus padres, estancado, en su comodidad y las interminables
peroratas huecas v eruditas nacionalistas, simbolizan lo mismo: falta de vida, falta de
espíritu». El criollo de ahora, como el de ayer, se lamenta, no tanto por lo que no posee,
sino por lo que pudiendo poseer no forma parte de la cultura europea. La ha dejado, por
obra de sus padres, para hacer otra historia, una historia ajena.

Leopoldo sea nos que el criollo (hijo de españoles nacidos en América), no han podido
hacer y que ahora se ve obligado a realizar. El criollo no quiere empezar la historia
como si nada estuviese hecho; simple y puramente quiere formar parte de la historia que
se ha venido haciendo, de la historia ya hecha por el Espíritu iberoamericano, el cual no
hace otra cosa que tomar conciencia de sí mismo, autoanalizarse, leerse en un libro que
ha sido escrito desde la eternidad, el miedo y la espada. Todo lo que esté fuera de este
espíritu no podrá ser otra cosa que un remedo de la historia. «Los americanos- somos
los parias del mundo, como hez de la tierra, somos los más miserables entre los
miserables, somos unos desposeídos, porque lo hemos dejado todo cuando nos venimos
de Europa y de Asia, y lo dejamos todo porque dejamos la historia. Los americanos «no
tenemos historia no tenemos padre. Nuestro secreto es pasar de todo a nada, destierro
absoluto, caída por una culpa que añora pagan todos”.

Los conquistadores Iberos en América, se lanzan a la aventura para crear en el nuevo


continente un mundo semejante al que dejan en la vieja Europa. La única diferencia es
que en este mundo creado por ellos en América, tendrán la comodidad que no tienen en
el europeo. Un mundo en el cual se puedan crear lugares de privilegio que ya se
encuentran tomados en Europa. Un mundo en el cual los campesinos puedan ser
terratenientes, los siervos señores, los peones caballeros, los villanos nobles. Un mundo en
el cual el antiguo servidor pueda ser amo. Tal es lo que tratarán de establecer los
conquistadores y colonizadores dela América ibera. No se trata de crear un mundo nuevo, sino
de reproducir el antiguo para buscar en él el acomodo que no se encuentra en el original. Sin
embargo, pese a todos sus esfuerzos, el iberoamericano no podrá evitar la permanente
comparación de sus creaciones con las del mundo que le sirve de modelo. Es de esta ineludible
comparación surge siempre la decepción. Los nuevos señores, la nueva nobleza americana, no
se sienten satisfechos; a pesar de sus esfuerzos, no se sienten semejantes a esos señores que
les sirven de modelo. Por mucho que imiten a esos señores en sus hábitos, costumbres,
formulismo v ceremonial; a pesar de las exageraciones que realizan para semejarse o
sobrepasar a un modelo, se saben distintos, muy distintos de los hombres que forman la
vieja y rancia nobleza peninsular. Todo es en vano, hay algo que impide se realice en
América el mismo mundo que ha sido creado en Europa.

El espíritu que animó a los colonizadores sajones fue la búsqueda en América, la


realización de un mundo nuevo que no podía ser realizado en Europa. Se trata de
hombres, igualmente nuevos, esto es, sin acomodo en las viejas sociedades europeas de
origen feudal. Muchos de estos hombres veían en América la oportunidad de crear el
mundo que habían soñado para Europa. Un mundo nuevo donde habían de tener
acomodo sus nuevos ideales. Un mundo en el cual no hubiere que luchar contra viejos
intereses creados. Un mundo Virgen que podría ser moldeado de acuerdo con los ideales
de la modernidad. Así, hombres que se sentían ajenos a los ideales dela vieja Europa
cristiana, fuera del orden por ella establecido, se lanzarían a una aventura en la que
tenían mucho que ganar y prácticamente nada que perder. Esta aventura la representará
la colonización de América. Una tierra virgen a la que se1a dominando palmo a palmo,
de acuerdo con el espíritu dela modernidad. En esta tierra se va creando el mundo que st
había soñado para Europa.

La conquista tuvo efectos traumáticos sobre la mayoría de la población nativa;.


Significó el desmoronamiento de los principios básicos que daban coherencia a las
estructuras políticas, sociales, económicas y religiosas del mundo andino. La sustitución
del inca por autoridades peninsulares significó un quiebre en la relación entre los ayllus,
los curacas y los funcionarios imperiales. El tributo impuesto por los españoles, los
abusivos trabajos mineros por turnos (mita), la extirpación de los dioses y
huacas andinas y el reparto de los nativos en encomiendas, entre otros factores, explican
el profundo traumatismo de la conquista. Una elegía quechua sobre la muerte de
Atahualpa dice: "¿Soportará tu corazón, Inca, nuestra errabunda vida
dispersada, por el peligro sin cuento cercada, en manos ajenas, pisoteada? Tus ojos que
como flechas de ventura herían, ábrelos; tus magnánimas manos extiéndelas; con esa
visión fortalecidos despídenos".

Pasado el trauma de la violencia, el rechazo se manifestó de diversas maneras, abarcando


desde la simple resistencia pasiva incorporada al quehacer diario, hasta la rebelión armada y
generalizada. En muchas zonas conquistadas por el español, los nativos continuaron con sus
viejos ritos y creencias, desafiando a la autoridad que intentaba imponer su religión. Estallidos
locales y motines de variada intensidad conmovían de tanto en tanto a todas las provincias de
la América colonial. En importantes regiones alejadas de los grandes núcleos urbanos, la
guerra permanente caracterizó las relaciones hispano-indígenas. Ya a partir de la segunda
mitad del siglo XVI, la excesiva intransigencia de los misioneros católicos respecto a
las costumbres y creencias nativas, desencadenó diversos movimientos locales que
combinaban la violencia con rasgos milenaristas. Generalmente estas rebeliones fueron
estimuladas por hechiceros que anunciaban la llegada de nuevos tiempos. Se predicaba
el abandono del cristianismo y la vuelta a las tradiciones precolombinas a través del
restablecimiento del orden interrumpido por la conquista.

Pero la evangelización no siempre fue resistida violentamente. En muchos lugares el


milenarismo actuó silenciosamente a espaldas del español, originando movimientos que
cuestionaban la dominación hispana en un plano ideológico y cultural. Quizás el caso
más conocido fue el del Taqui Ongo en el Perú de las últimas décadas del siglo XVI.
Este movimiento preconizó el enfrentamiento de los dioses indígenas con el dios
cristiano, donde el triunfo pertenecería a los primeros. De esa manera, los europeos
serían expulsados del mundo andino, iniciándose un nuevo ciclo cósmico. A la rebelión
violenta y al milenarismo hay que agregar la incorporación parcial de algunos
elementos de la doctrina católica, con el propósito de esconder la vigencia del culto a
los dioses antiguos. El sincretismo religioso de nuestros días deriva precisamente de
esta reacción, que permitió al indígena mantener parte de sus creencias bajo las formas
del culto cristiano.

Hoy en el Perú de la republica contemporánea, nos encontramos como país


en una situación de quiebre y de polarización de la frágil democracia que
hemos construido desde 1821. Enfrentamos la pandemia por Covid 19 con
un sistema de salud pública colapsado que no ha podido impedir los
contagios y la muerte de miles de peruanos, lamentamos los presupuestos
irrisorios y la política elitista, segregacionistas, y privatista que ha
funcionado en materia de salud desde los primeros tiempos de la Colonia
hasta la actualidad. Nos encuentra con una economía que cuando tuvo
indicadores de crecimiento no redistribuyó sino enriqueció a algunos pocos
y fue envuelta por la corrupción. Ha decrecido la economía y se ha
ampliado el número de hogares pobres por la falta de trabajo formal e
informal, donde los bonos económicos del gobierno han sido absolutamente
insuficientes.

Aún en estas condiciones la solidaridad a nivel comunitario se ha puesto de


manifiesto. El pueblo se da la mano entre sí, surgen las ollas comunes, la
ayuda al vecino, el envío de alimentos de la sierra a la costa para ayudar a
sus familiares en crisis, se producen el retorno de los migrantes a sus
comunidades de origen, allí tienen algo qué comer y respiran aire sano en
el verde de los andes y de la Amazonía. Todavía es el país del sálvese el
que pueda, cierto; pero también es el país de la solidaridad, de la ayuda
mutua, del hoy por ti mañana por mí, el de las luchas y las esperanzas. Así
hemos sobrevivido, así estamos sobreviviendo al llegar al Bicentenario. Y no
suficiente con esta expresión de desigualdad social y exclusión social, se
abre una crisis política, que está poniendo en juego la débil democracia y
ésta llamada república, que empieza a ser develada en sus grandes y
complejas contradicciones.

Actualmente, como dirían los estrategas, la lucha continúa por otros medios. La
estructura colonial continua siendo el fundamento de la Republica, los corregidores
están enquistados en el poder económico y político, La cosmovisión española se
encuentra en el sistema educativo, el Manual de Carreño y las creencias religiosas
continúan normando la vida social. Y las motivaciones del ejercicio del poder continúan
siendo la apropiación y el acumulo el oro y la plata. Las consabidas marchas y las
movilizaciones populares mantienen en vivo la protesta popular. Y la toma del poder
por los medios democráticos impuestos por la casta dominante, es otro frente que debe
ser ejercitada en función de las promesas y las demandas de los pueblos largamente
olvidados..

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