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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DEL ESTADO PORTUGUESA


J.J. MONTILLA
UNIDAD CURRICULAR: Pensamiento Sociopolítico Latinoamericano y del
Caribe

Mezcla cultural antagonista en la colonia, de nuestros indígenas originarios


y de los europeos para conformar nuevas culturas e identidades.

Agroalimentación Integrante:
701 Milexa Castillo CI: 28414877
Asly Velasquez CI: 30133992

Aspectos sociopolíticos y socioeconómicos del pensamiento cultural,


religioso y tecnológico durante la colonia.

Es importante saber que, el sistema político y administrativo que se estableció en América


fue un modelo creado por España. Las instituciones clásicas del mundo español tendieron
a mantener las características esenciales en estas nuevas tierras, aunque los criollos y
peninsulares tendieron a transformarlas de acuerdo a su realidad. El rey estuvo a la
cabeza de toda la institucionalidad administrativa, jurídica y política. El Consejo de Indias
gobernó América por orden real. Para poder controlar y fiscalizar América, la Corona creó,
a medida que fue necesario, toda una institucionalidad, parte con residencia en España y
parte en América. La política administrativa fue creada durante la Colonia, época que
sigue a la Conquista. A través de ella la población se dedicó a cultivar la tierra, a explotar
los minerales, a la actividad comercial y a fortalecer el crecimiento de las ciudades. El
período colonial abarca, tanto en América Hispana como en Chile, aproximadamente,
desde mediados del siglo XVI hasta los inicios del siglo XIX.
Los vínculos de América con España estuvieron regulados por instituciones que
representaban la autoridad y el poder del rey en estas tierras, ya que ellas eran
posesiones de la corona y no del pueblo o nación hispana. Los monarcas se
denominaban comúnmente como los reyes de España y de las Indias, para dejar
establecida la diferencia entre la administración en territorio español y americano. América
estaba dividida en virreinatos, capitanías generales y presidencias o gobernaciones. Los
virreinatos eran gobernados por un virrey, quien fue el representante directo de la Corona,
y tenía a las capitanías y presidencias bajo su tuición. En el siglo XVI se establecieron en
América dos virreinatos: el de Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el
siglo XVIII se incorporaron otros dos: Nueva Granada (1717) y el Río de la Plata (1776).

El mundo indígena por su parte sufrió profundas transformaciones sociales a raíz


del proceso de conquista. En las sociedades aborígenes de mayor complejidad, como por
ejemplo los aztecas, incas y mayas, los grupos ubicados en la cúspide de la pirámide
social fueron eliminados o perdieron la autoridad política sobre sus respectivos pueblos.
De esa manera, y a pesar de persistir ciertos rasgos autóctonos, la trastocada sociedad
indígena y sus grupos sociales comenzaron a girar en función de la estructura impuesta
por los conquistadores españoles. En las culturas donde las jerarquías de mando eran
más inestables la conquista española no logró desarticular la armazón social. De hecho,
durante gran parte del período colonial diversas sociedades indígenas, como los aymara,
coexistieron con los peninsulares en zonas marginales de difícil acceso. Algunos grupos
no sedentarios se mantuvieron independientes del dominio español mediante una
constante resistencia. Solamente experimentaron un cierto tipo de cambio social
autogenerado, tal como el de la evolución hacia confederaciones más grandes y
liderazgos más sólidos para propósitos militares. Los casos más conocidos fueron los de
los chichimecas del norte de México, los chiriguanos de la frontera oriental del área
andina y los mapuches del sur de Chile. La sociedad colonial se estructuró en diversos
grupos o estamentos ordenados jerárquicamente. En el siglo XVI, los conquistadores a
raíz de sus hazañas guerreras ocuparon el primer rango social. En donde sus objetivos
principales eran la riqueza, el poder y la honra. Les seguían los primeros pobladores que
habían fundado ciudades e iniciado la colonización. Luego se ubicaron los vecinos con
casa y patrimonio en la ciudad y los moradores que se ganaban la vida como mineros,
pequeños comerciantes, artesanos o granjeros. Por último, los tratantes, pulperos,
buhoneros, vendedores ambulantes, etc. conformaron el pueblo urbano. Esta primitiva
sociedad hispana, de marcado carácter señorial, se constituyó en base al usufructo de la
mano de obra indígena por medio de las encomiendas. Gracias a la institución de
los mayorazgos el grupo social dominante conservó la mayor parte de su patrimonio por
generaciones.
Más adelante el dinero se convirtió en el mejor y más eficaz vehículo de movilidad social.
Con él se podían comprar la nobleza y el favor del rey, especialmente a lo largo del siglo
XVII. Los funcionarios más importantes de la corona (virreyes, gobernadores, etc.), el
alto clero, encomenderos y hacendados compartieron desde entonces este privilegiado
estamento social. Pero no sólo el dinero determinó la estratificación social durante la
época colonial. Desde los primeros momentos de la conquista el español se unió
sexualmente a las mujeres aborígenes, surgiendo de esa manera el mestizo.
Paulatinamente el número de los mestizos aumentó, cosa que se reflejó en la aparición de
una legislación discriminatoria contra ellos. Así por ejemplo, se les prohibió tener
repartimientos y encomiendas o desempeñar oficios públicos y reales. Excluidos de toda
función social y del reparto de bienes fueron prácticamente empujados a ser pequeños
agricultores en un mundo donde la tierra estaba ya repartida entre blancos e indios, lo que
les convertiría en un detonador social.

En un aspecto económico se trataba de explotar los recursos naturales del territorio


colonizado, En el caso del continente latinoamericano, la colonización a manos hispanas
condujo al llamado “Pacto colonial”, en el que se establecía un sistema económico
controlado desde España. En el caso del continente latinoamericano, la colonización a
manos hispanas condujo al llamado “Pacto colonial”, en el que se establecía un sistema
económico controlado desde España. Dicho contrato suponía una especie de
intercambio: la colonia debía suministrar a la metrópoli los suficientes recursos para pagar
la “inversión” en su administración, establecimiento y desarrollo, junto con un excedente o
beneficio. A cambio, la metrópoli debía administrar el sistema de manera justa y
adecuada, a fin de que la relación fuese mutuamente beneficiosa. De más está decir que
dicho acuerdo no se cumplió, o quizá no estaba destinado a cumplirse. La metrópoli
controló la economía colonial con puño de hierro, obedeciendo a la teoría mercantilista
que vinculaba la riqueza de un país con el oro que estuviese depositado en sus arcas. Por
ende, la economía colonial latinoamericana consistió en el empleo de la mano de
obra indígena en condiciones de semiesclavitud (o franca esclavitud). Posteriormente se
sumó la mano de obra africana. Ambas fueron utilizadas para la explotación minera,
agropecuaria y pesquera de insumos altamente codiciados en Europa, como el oro, la
plata, las perlas, el tabaco, el café, el cacao, el azúcar y otros productos.
A partir del siglo XV, el progreso tecnológico le permitió a Europa tomar una enorme
delantera en el trazado del mapa mundial, con la invasión del continente americano, la
aniquilación casi total de la población indígena y la apropiación absoluta del poder político
y económico.

Cuáles intercambios culturales y rubros nuevos en el área agrícola y


pecuaria trajeron los europeos a América Latina y el Caribe.

La tradición de la huerta peninsular culminó con el traslado a tierras americanas de


muchas legumbres procedentes del viejo mundo. Desde el siglo XVI, las casas de
personajes principales y de misioneros en América poseían ya su propio huerto de
cultivos europeos, donde prosperaban el trigo, los guisantes, las judías, hortalizas,
naranjos, limoneros, olivos e incluso vides. También se difundieron especies como el ajo
y plantas forrajeras para alimentar la ganadería que los españoles introdujeron en un
continente donde no existían demasiados animales de labor. Así, hasta la llegada de los
españoles, el caballo era desconocido para los indígenas. La economía de América se
reestructuró y orientó según los requerimientos de Europa. Se sustituyó una agricultura
diversa por un sistema de grandes plantaciones para producir azúcar, algodón y tabaco
para el mercado europeo, bajo un sistema de monocultivo que en general, tras su
utilización reiterada, resultó prejudicial para los suelos y dejó a los países vulnerables a
enfermedades vegetales que se extendieron por todos los cultivos. Se degradó o perdió la
diversidad biológica y agrícola local y se talaron los bosques. Las plantaciones
americanas se basaron en la explotación de esclavos africanos que convirtieron a África
en un anexo de América, con la función de suministrarle mano de obra esclava. Unos cien
millones de africanos fueron cazados en forma salvaje con este objetivo. En el siglo XIX,
la agricultura de monocultivo en gran escala que había sido introducida en América
también fue impuesta en África por los europeos, sobre los mismas bases: proporcionar
materias primas a bajo costo a los mercados europeos. Caña de azúcar, tabaco, algodón,
té, arroz y café eran algunos de los principales productos que se cultivaban en las
colonias, que paradójicamente tuvieron que comenzar a importar alimentos porque los
cultivos comerciales ocupaban generalmente la mayoría de la tierra cultivable disponible,
en algunos casos hasta el 80 por ciento. La caña de azúcar requería una cantidad
importante de mano de obra (originalmente esclavos). Plantada como monocultivo,
rápidamente agotó los suelos. Hacia 1700, Brasil era la principal zona de producción de
azúcar del mundo, y la mayor parte de las islas del Caribe se convirtieron en grandes
plantaciones de caña de azúcar.
Agricultura extractiva durante la colonia.

La economía durante la colonia se organizó en torno a actividades extractivas, esto es,


dedicadas a la producción de materias primas, principalmente relacionadas a la minería,
la agricultura, y la ganadería, cada una de ellas se desarrolló en diferentes zonas de
acuerdo con el clima y la disponibilidad de recursos. Esta agricultura consiste en la no
utilización de tractores (que limpian de rastrojos los campos cosechados y contribuyen al
apisonamiento y cambio de estructura del suelo) y en el aprovechamiento de los rastrojos,
los cuales mezcla con la tierra, sirviendo como abono orgánico. la economía colonial
utilizó intensivamente el trabajo servil indígena y trabajo esclavo de los negros,
apoyándose de diversas instituciones: unas de origen europeo como la encomienda y el
corregimiento y otras de origen andino como la mit’a y la minca que se deformaron para
obtener enormes ganancias. En la actualidad es necesario entender la interacción de
algunos aspectos de agricultura en andenes irrigados con la ganadería como parte de los
medios de vida andinos para proponer opciones de desarrollo viables. El ganado bovino
ha contribuido al aumento de la productividad por unidad de tierra y mano de obra con el
uso del arado y conjuntamente con el abono de ovinos y caprinos ha mejorado la fertilidad
del suelo; así mismo el ganado europeo contribuyó a la diversificación de la dieta andina
con carne y productos lácteos. La introducción del haba, trigo y cebada en la época
colonial también diversificó la dieta de los pobladores. La producción de ovinos y bovinos
también contribuyó al desarrollo de la peletería y procesamiento de fibra de lana. Sin
embargo, con la ganadería extensiva se incrementaron los daños a las estructuras físicas
de los sistemas de andenería. Además, es responsable de sobrepastoreo, erosionando el
suelo y la vegetación, así como la propagación de pastos agresivos en la zona alto-
andina.
Orígenes y límites geográficos de América Latina y el Caribe en la colonia.

Los límites coloniales de América Latina habían sido definidos vagamente durante siglos:
eran límites administrativos que organizaban la administración de un extenso territorio
(para los cánones europeos), ocupado efectivamente de manera dispersa e irregular, con
un archipiélago de enclaves urbanos conectados por el Camino Real. Desde las guerras
de independencia (1800 - 1860), muchos territorios nacionales quedaron definidos,
jurídicamente, a partir del principio de la aceptación de antiguas unidades administrativas
coloniales para los nuevos estados independientes pero, de facto, el establecimiento
efectivo de los límites territoriales se convirtió en uno de los problemas más difíciles de
resolver para los nuevos estados latinoamericanos, en primer lugar debido a los
constantes desacuerdos entre las partes y también debido la debilidad de los aparatos
institucionales burocráticos que no disponían de medios materiales, instrumentales y
recursos humanos para zanjar las disputas territoriales. Además, a lo largo del siglo XIX,
al mismo tiempo que se constituían los estados nuevos en América latina y configuraban
sus propios territorios se estaba reconceptualizando la propia idea de límite territorial,
tanto en el terreno de la jurisprudencia internacional como en la teoría política: mientras
que durante mucho tiempo los límites podían ser zonas o franjas de bordes difusos, los
procesos de formación territorial modernos requirieron límites que pudieran escribirse en
forma de líneas sobre los mapas. El origen de América Latina delimita la parte sur y
central del continente americano y comprende desde Tierra de Fuego en el sur, asciende
hasta el río Bravo en la frontera México-estadounidense e incluye las islas caribeñas. En
todos los casos, agrupa a países cuya lengua oficial es el español o el portugués
(Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico,
República Dominicana, Uruguay y Venezuela). Cabe destacar que ciertas regiones
latinoamericanas dependen de ciertos países. Uno de ellos es Puerto Rico desde 1898,
que tras una guerra entre España y Estados Unidos pasó a depender de este
país norteamericano. Pues este país no logró encontrar su independencia, como lo
habían logrado Cuba y Filipinas, que también pertenecieron a la soberanía española y
que pasó también al dominio de los Estados Unidos.

avances agroalimentario en la época colonial

La agricultura de subsistencia fue la que practicaron los indígenas y los negros.


Cultivaban en sus conucos y en sus tierras comunales los productos indispensables para
su alimentación diaria. También se encontraba una agricultura de plantación, fue la que se
impuso de forma definitiva, el cultivo se hacía en grandes extensiones. Los productos
eran los destinados a la exportación o al comercio interno entre las provincias. En este
tipo de cultivo fue donde se empleó la mano de obra indígena y negra. En lo que respecta
a la alimentación, sin embargo, las cosas fueron distintas. los españoles llegaron y
encontraron justo en Mesoamérica, a los aztecas, a los mayas y a otros pueblos
indígenas importantes. La tierra que esos pueblos habitaban era fértil y había abundancia
de cultivos como los frijoles, las calabazas, los chiles o pimientos, los aguacates, el saúco,
las guayabas, la papaya, los tomates, el cacao, el algodón, el tabaco, el henequén, el añil,
el maguey, el maíz y la yuca. En este caso los europeos encontraron plantaciones
agrícolas similares en toda la región. Cuando los europeos comenzaron a tener
decadencia en estas nuevas tierras, entonces dirigieron su atención hacia la alimentación.
Incluso Colón estaba de hecho convencido de que los españoles estaban faltando de
“alimentos europeos saludables”. Fue así como comenzó el discurso colonial de los
“buenos alimentos”, o lo que ellos consideraban alimentos europeos de calidad superior
en contraposición a los “malos alimentos” es decir los alimentos indígenas de menor
calidad. Los españoles pensaban que si no consumían los “buenos alimentos”, iban a
perecer, o peor aún, imaginaban que se volverían como los indígenas.

Razones de la esclavitud afroamericana durante la colonia.

La esclavitud, desde tiempos antiguos, fue la manera más común de adquirir mano de
obra barata para el desarrollo económico de las sociedades, Europa mantuvo legalmente
la esclavitud como forma de explotación del trabajo y ejercicio del derecho de propiedad
sobre las personas. El Rey Católico (España) concedía asientos de negros desde 1515 y
el Rey Cristianísimo (Francia) iba a la guerra para asegurarse el mercado africano, en
tanto que el león inglés, desencadenaba una guerra sin cuartel para expulsar del tráfico a
españoles, portugueses, holandeses, y franceses. Se trató del sistema de asientos que
duró hasta finales del siglo XVIII, ya que desde que el Reino Unido prohíbe el tráfico
desde África, no se podían importar. Las cifras iniciales son relativamente pequeñas;
75.000 personas a lo largo del siglo XVI y 125.000 entre 1600 y 1650. En 1501 los Reyes
Católicos dieron la primera licencia para trasladar esclavos negros desde África a
América. La organización del tráfico exigía la disponibilidad de puertos seguros y
permanentes en África desde donde proceder a embarcar los esclavos y desde el rio
Senegal al Norte y Benguela al Suroeste, se establecieron fuertes e instalaciones de
almacenaje en Senegambia, Sierra Leona, la Costa de los Esclavos, la Costa de Oro, el
Golfo de Benin, el Golfo de Biafra y África Central y Occidental. Toda esta
comercialización y exportación de esclavos africanos surge debido a la falta de los
mismos la sobre explotación de los ya esclavos por los europeos hacia que la resistencia
de estos fuese poca, haciendo grande la necesidad de más esclavos para seguirlos
explotando y utilizando en los nuevos proyectos, o los proyectos ya instalados por la
conquista.
Conclusión reflexiva

Es un hecho bien conocido que la colonización europea de los pueblos indígenas


mesoamericanos se realizó con violencia. Muchos historiadores han estudiado en gran
detalle los efectos devastadores que la colonización tuvo sobre las sociedades y culturas
indígenas, y sobre su tasa de mortalidad. A pesar de que el análisis de la conquista por lo
general se ha centrado en los cambios sociales, políticos y económicos a los que se
sometió a las poblaciones indígenas, se ha centrado poco el aspecto de la alimentación,
su enfoque en la dieta alimenticia, los avances agrícolas que a su vez, son la base misma
de la supervivencia. Este trabajo permite reconocer las diferencias o particularidades
importantes que caracterizaron a las diversas sociedades americanas, que aún hoy las
caracterizan a pesar de los cambios y crisis del último tercio del siglo XX, pero esto no
significa en absoluto opacar analíticamente los diversos elementos comunes que tuvieron
y tienen los diversos grupos y movimientos de resistencia y avance. Y no se trata de una
postura sentimental ni de cualquier tipo de romanticismo culturalista. El primer gran
aspecto aglutinante es el de la matriz de las creencias europeas que la colonización
impuso al continente y a la mayoría de sus pueblos. Aunque sin despreciar el importante
factor cohesionador y facilitador de intercambios que ello implica, no debería exagerarse
su importancia como factor explicativo de los procesos centrales de estas sociedades.
Algo resaltable y muy importante en la historia de la colonización es la esclavitud, no solo
de los indígenas quienes ya tienen un rol importante en el desarrollo de américa y sus
procesos fuertes de resistencia, si no de quienes tuvieron un sufrimiento significativo
injustificado nuevamente por estas grandes potencias interesadas solo en un bienestar e
interés económico propio, uno de los grupos sociales claves en la economía colonial
estuvo conformado por el sector de los esclavos negros o mulatos que provenían de
África. Este formó el eje de la fuerza esencial de trabajo que se utilizó en el
procesamiento del cacao, como fruto de exportación por excelencia y eje de la economía
en esta etapa. En el caso de nuestro país los primeros esclavos negros que llegaron,
fueron traídos para trabajar en las minas, esfuerzo que no tuvo los resultados esperados
ya que estás se agotaron con relativa facilidad. Esta práctica no genero una ganancia
estable, y tristemente la población esclava era forzada a trabajar ante condiciones
extremas, y en muchas ocasiones terminaron escapando de sus amos, debido a los
abusos excesivos que ejercían sobre ellos. Según referencias de 1518 es la referencia
documental más antigua sobre un cargamento de negros africanos transportados a
América, directamente desde África. Con fechas relativamente límites, se tendría
alrededor de 355 años de comercio de esclavos africanos, durante los cuales tiene lugar
el proceso de traslado coercitivo de seres humanos más gigantesco de la historia. A lo
largo de este periodo se estima que arribaron a América no menos de nueve millones y
medio de negros africanos. Cifra estimada de muchos quienes eran “cazados” como
animales para ser traídos a américa, y ser lastimados y explotados en tierras ajenas para
bienestar diferente al suyo. En este trabajo me resalta la condición de nuevas víctimas
que salen a flote conforme se estudia sobre la colonización de américa, y como cuando
podemos pensar que la ambición y la imposición de creencias y cambios culturales es
algo malo, podemos descubrir que pueden llegar a ser todavía más malvados de acuerdo
a su conveniencia y moral religiosa, que luego de cambios y nuevas estructuras
“descubren” por primera vez que Dios los ama a todos, y los ojos les permiten descubrir
por fin que la esclavitud es considerado pecado, y la comercialización humana como si
fueran carne de primera estaba condenado por Dios y también debería estarlo por la raza
humana.

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