La Positiva Seguros, se hace la pregunta de ¿Qué distritos de Lima no soportarían un
terremoto? Se responde y dicen que tres distritos limeños son especialmente vulnerables:
Villa El Salvador: sus suelos blandos e inestables podrían amplificar la fuerza de un
sismo, especialmente en áreas elevadas como cerros y dunas. San Juan de Lurigancho: un distrito densamente poblado con viviendas autoconstruidas y escasa planificación urbana. La combinación de estas condiciones podría resultar en inestabilidad estructural y daños significativos en caso de un terremoto. Chorrillos: con su extensa línea costera, se enfrenta no solo a la amenaza sísmica sino también al riesgo de tsunamis. Los sectores cercanos al Pantano de Villa, con "suelos malos" de consistencia pantanosa, requieren restricciones en la densificación y edificaciones para prevenir desastres mayores.
Candorosamente recomiendan la urgencia de medidas preventivas y la importancia de la
planificación urbana adecuada. Es preocupante, varias lecturas se pueden tener al respecto y varias preguntas incomodas:
Frente a las noticias que se difunden, ¿cuál es el estado de animo de sus
pobladores?, tranquilidad no puede ser, es terror permanente, porque no sabemos el cuándo ocurrirá. Se sabe que los pobladores de las zonas de alto riesgo, pueden tomar todas las preocupaciones necesarias, pero al final frente a la furia de la naturaleza, la sensación, solo puede ser sino de desamparo, miedo y terror. ¿No es terrorismo gratuito, venido especialmente de una empresa de seguros que lucra de la tragedia humana? Los que viven, en distritos no mencionados como de riesgo ¿Se sentirán más seguros y tranquilos y talvez agradecidos de vivir en un distrito seguro? ¿Será posible que no nos dolamos por nuestros semejantes?, ¿la sensación de seguridad de los distritos no afectados, siendo mayor, no podrá traducirse en menos preocupaciones para tomar medidas posibles? ¿Será que, a raíz de esa comprensión de riesgo, el Estado priorizará sus atenciones en lugares menos favorecidos? Donde la arena es movediza, ¿Será posible las medidas preventivas de reforzar o cambiar el cimiento de las construcciones?,¿ cómo?
Lo peor de todo es que la mentalidad peruana, educada desde la escuela, refuerza el
sentimiento de “Yo estoy bien y el resto que se joda”. En nuestro sistema social, esa práctica lo vemos, especialmente en los llamados países más civilizados. Lo estamos viendo en Palestina. Nuestra impasible presidenta, que se encontraba de visita al Papa, aprovechó para de vuelta, traer algunos peruanos que lógicamente sirvió para los agradecimientos y la fotito de rigor. Como el avión en que viajaba está destartalado, aprovechó también para anunciar la compra de otro avión presidencial. La solidad de los ricos, lo vimos durante la pandemia del Covid19, lo vemos todos los días los el maltrato a los pueblos oprimidos y el favorecimiento de los elegidos. El gobierno peruano, para evitar la falsa consciencia de felicidad por ayudar a los propios, también podría ampliar el beneficio a otras personas de otras nacionalidades solamente por el hecho de ser nuestros semejantes, por cierto, lo hacen contados países, que practican una sano sentimiento internacionalista y cristiano de la vida. Para estos de ironía, los brasileiros citan la insana expresión de San Lucas: “Primero os meus e depois os teus”