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En total, los Estados Unidos han ganado 33 Juegos Olímpicos desde su primera
participación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932. Solamente algunos países
como Rusia, China y Alemania Oriental en la época pasada, han ganado algunas veces por
excepción. La hegemonía es brutal. Para muchos que no reconocen la brecha entre los
países, No hay una respuesta definitiva a la relación entre hegemonía económica y
deportes, ya que depende de muchos factores, como el nivel de desarrollo, la inversión, la
cultura, la política, la geografía y la historia de cada país.
Sin embargo, se puede decir que en general, los países con mayor poder económico suelen
tener más recursos para apoyar el desarrollo deportivo, tanto en infraestructura, como en
entrenamiento, equipamiento, salud y educación. Esto les permite tener una mayor
participación y competitividad en los eventos deportivos internacionales, como los Juegos
Olímpicos o los mundiales de fútbol. Así, el éxito deportivo puede ser visto como una
forma de proyectar la imagen y el prestigio de un país en el ámbito global.
Por otro lado, también hay casos de países que no tienen una gran hegemonía económica,
pero que se destacan en ciertos deportes por razones históricas, culturales o geográficas.
Por ejemplo, Jamaica es un país pequeño y pobre, pero tiene una gran tradición de
atletismo, especialmente en las pruebas de velocidad. Kenia es otro país africano que
sobresale en las carreras de fondo y medio fondo, debido a su altitud y a su cultura de
entrenamiento. Cuba es un país socialista que ha logrado grandes resultados en el boxeo y
el béisbol, gracias a su sistema estatal de apoyo al deporte. Estos países demuestran que el
deporte también puede ser una forma de expresar la identidad y la resistencia de un pueblo
frente a las adversidades.
En líneas generales, los países pobres solamente pueden ser competitivos frente a los países
ricos, si existen condiciones excepcionales, dados por la cultura las costumbres y los
condicionamientos de la naturaleza, pero principalmente porque existen políticas públicas
de fomento al deporte por razones políticas e ideológicas. En nuestro jodido país, los
escasos recursos naturales se invierten en grandes y pequeñas obras, muchas innecesarias y
mal planificadas, con el único objetivo de robar, también se emplea en contratación de
allegados política e ideológicamente para resarcir los apoyos en las campañas electorales.
Como todo deporte no necesariamente tienen que ser competitivo, resulta ocioso decir que
la práctica del deporte y el desarrollo de los países es un tema que viene generando mucho
interés en los últimos años, tanto en el ámbito académico como en el social. El deporte se
considera una herramienta que puede contribuir a mejorar la calidad de vida, la salud, la
educación, la inclusión social, la igualdad de género, la paz y el respeto entre las personas y
las comunidades. Algunos de los beneficios que se han identificado son:
Estos son algunos ejemplos de cómo el deporte puede ser una herramienta para impulsar el
desarrollo de los países. Los malos gestores y gobernantes dirán que faltan recursos
humanos, materiales y financieros para garantizar la calidad, la accesibilidad y la
continuidad de las actividades deportivas. El deporte es una herramienta poderosa pero no
mágica. Requiere de un trabajo conjunto, comprometido y responsable entre todos los
actores que comparten una visión común: utilizar el potencial del deporte para transformar
positivamente las vidas de las personas y las sociedades. Lo que le falta a nuestros
gobernantes es compromiso con la juventud y la patria. Los delincuentes que han tomado la
política y los poderes del Estado, sólo se preocupan en eliminar a los que piensan diferente
para continuar esquilmando a la sufrida patria.