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Estas circunstancias dieron pie a una serie de actitudes vitales pesimistas típicas del
Barroco:
La mentalidad barroca estuvo dominada por una actitud de desengaño en todos los
aspectos de la vida.
En la lírica del siglo XVII se dieron tendencias muy variadas. En cuanto a la métrica, se
pueden reconocer dos vertientes:
De los muchos poetas líricos del siglo XVII, destacan especialmente tres: Luis de Góngora,
Félix Lope de Vega y Francisco de Quevedo.
LUIS DE GÓNGORA
En 1613 dio a conocer dos obras muy ambiciosas: Soledades y Fábula de Polifemo y
Galatea, consideradas la cima del culteranismo. Son poemas en los que destaca la
descripción embellecida de la naturaleza.
También compuso poemas de tema amoroso, de reflexión moral y metafísicos, así como
burlescos y satíricos.
Lope escribió para el teatro, género en el que obtuvo un gran éxito, aunque también cultivó
poesía lírica y épica. Fue uno de los pocos poetas de su tiempo que publicó poesía, como
las Rimas (1604) o las Rimas sacras (1614). De su extensa obra destacan:
Romances Poemas protagonizados
pastoriles por pastores en un
ambiente
bucólico.
Romances
Romances Poemas contextualizados
moriscos en la época morisca de
Granada, con un
ambiente idealizado. La
historia que cuentan gira
en torno a una relación
amorosa.
FRANCISCO DE QUEVEDO
.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), perteneciente a una familia noble, pudo optar
a una formación universitaria y se relacionó con la alta clase política. Escribió importantes
obras en prosa y es el máximo exponente del conceptismo.
La obra lírica de Francisco de Quevedo trata los temas más comunes de la época:
El teatro que se desarrolló durante el período barroco gozó de un gran esplendor y fue el
género más representativo de esta época, no solo en España, sino en gran parte de
Europa, con Shakespeare, Molière y Lope de Vega, como autores destacados.
Durante el Renacimiento, el teatro no tuvo un gran desarrollo: no había salas de teatro fijas
y las representaciones se llevaban a cabo en escenarios improvisados. Por esta razón, no
hubo un público amplio que asistiese a las representaciones.
Los autores que escribían para la escena estaban muy influidos por las normas que habían
desarrollado los humanistas, quienes se habían inspirado en el teatro latino:
● Las obras de teatro debían respetar la llamada «regla de las tres unidades»:
● Unidad de acción: las obras debían tratar una sola acción, es decir, un solo
conflicto.
● Unidad de tiempo: su acción debía desarrollarse en un máximo de
veinticuatro horas.
● Unidad de lugar: todo debía suceder en un mismo escenario.
El autor más destacado de este período fue Miguel de Cervantes (1547-1616), quien, aparte
de escribir su obra más conocida, el Quijote, también creó diferentes obras de teatro.
● Es un tema heroico.
● Su estilo es elevado.
● Los personajes se enfrentan a su destino cruel.
La obra retrata los últimos días de vida de los habitantes de la ciudad, así como el rigor y
las terribles consecuencias de la guerra.
EL TEATRO BARROCO
Desde finales del siglo XVI y a lo largo del XVII, el panorama cambió radicalmente. En las
grandes ciudades aparecieron teatros fijos en los que las compañías profesionales
representaban obras para un público cada vez más numeroso. El teatro se convirtió en un
espectáculo de masas, que atraía a espectadores de todos los grupos sociales, lo que hizo
de este arte un gran negocio.
LOPE DE VEGA
Lope de Vega (1562-1635) fue el primero que le dio la nueva forma y el nuevo estilo a la
comedia barroca. Lope confesó haber escrito unas 1500 obras, de las que nos han llegado
solo unas 450.
Tras su éxito, apareció una segunda generación de poetas, que renovaron el género. De
entre todos ellos, el más importante fue Pedro Calderón de la Barca (1600-1681).
Entre la ingente producción teatral de estos autores, podemos distinguir varios subgéneros,
según el tema que traten estas obras:
En el siglo XVII, todas las obras se llamaban comedias, tanto si eran humorísticas como
trágicas.
COMEDIAS DE CAPA Y ESPADA
En estas comedias, la intriga gira en torno a un enredo amoroso. Por algún equívoco, los
protagonistas han de enfrentarse a una serie de obstáculos para poder consumar su amor,
pero finalmente acaban teniendo un final feliz, puesto que los protagonistas terminan
uniéndose en matrimonio, de modo que el conflicto se resuelve satisfactoriamente.
● El galán: suele ser noble, entregado a un amor idealista, dominado por los celos y la
preocupación por su honor.
● La dama: también noble, tiene como meta el amor y se muestra audaz. Se salta
algunas normas sociales para poder conseguir el amor.
● El gracioso: suele ser el criado del galán y es su contrapunto. Es cobarde y no
muestra ninguna preocupación por el honor.
De entre las comedias de capa y espada, destaca La dama boba, de Lope de Vega, cuyo
argumento se resume a continuación:
Estas obras suelen presentar a un personaje humilde, un campesino, que sufre abusos por
parte de un noble, así como ofensas a su honor. Junto al conflicto del honor entre el
campesino y el poderoso, suele haber también una trama amorosa.
Es consciente de su posición en la
sociedad: acepta la superioridad de los
nobles, pero también considera que le
deben respetar y no tienen que ofender su
honor.
Una de las obras más destacadas de entre los dramas del poder injusto es Fuenteovejuna,
de Lope de Vega, cuyo argumento se resume a continuación:
Tras el éxito de las obras de Lope de Vega, su novedosa fórmula teatral se fue imponiendo
en todos los teatros. De este nuevo estilo de Lope, destacan las siguientes características:
En poco tiempo, diferentes autores empezaron a estrenar comedias. Entre los más jóvenes
destacó Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), quien supo dar un toque personal y
novedoso a sus obras. Entre las obras de Calderón sobresalen sus dramas filosóficos, así
como un género menor, los autos sacramentales.
Estos dramas suelen inspirarse en hechos históricos. Tratan temas trascendentes que
preocupaban a la mentalidad barroca, como por ejemplo, lo engañoso de la vida. Sus
protagonistas suelen ser nobles y príncipes, aunque también juegan un papel importante los
graciosos.
La obra, que se ubica en Polonia, se inicia cuando Rosaura, una joven que viaja
disfrazada de hombre con su criado, encuentra una torre y, en ella, a un prisionero. Al
poco, unos guardias los detienen y les explican que han de morir por orden del rey. Entre
ellos está Clotaldo, el jefe de la guardia, que al ver la espada de Rosaura, la reconoce
como su hija y pide clemencia al rey.
En palacio, el rey Basilio explica a la corte que cuando nació su único hijo, Segismundo,
los astros predijeron que este sería una gran desgracia para el reino y por eso lo encerró
en una torre, donde se ha criado. Ahora quiere comprobar si la predicción era cierta y
planea llevarlo a la corte: si se porta como un príncipe, ocupará el lugar que le
corresponde, pero si se comporta violentamente, lo devolverán a la torre y sus sobrinos,
Estrella y Astolfo, se casarán y reinarán.
Segismundo despierta y Clotaldo le convence de que lo que vivió en palacio fue un sueño.
Además, le hace reflexionar sobre su conducta y le aconseja obrar bien. En ese
momento, el pueblo que se ha enterado de que tiene un príncipe legítimo, se subleva
contra el rey y libera a Segismundo. Este encabeza la rebelión contra su padre y su
ejército vence; sin embargo, recuerda el consejo que le dio Clotaldo y decide obrar bien,
de forma que perdona a su padre y se pone a su servicio; además, permite a Astolfo
casarse con Rosaura, y él contrae matrimonio con Estrella.