Está en la página 1de 3

Caso Ryanair

Ryanair es una conocidísima compañía aérea de bajo coste con sede en Irlanda que ha sido
capaz de conquistar el suelo europeo con su política de precios agresiva. Actualmente es la
compañía líder en Europa. Este puesto lo ha conseguido ocupar tras años de dura pugna con
las aerolíneas de bandera (British Airways, Air Lingus, Iberia, Air France o Lufthansa).

Antecedentes

Tras la liberación progresiva del espacio aéreo europeo en los años 90, empezaron a llegar las
aerolíneas privadas ya que anteriormente eran las compañías públicas estatales las que
controlaban esta industria actuando, de facto, como monopolios. La aparición de compañías
como Air Europa, o Spanair en su momento, introdujeron una fuerte competencia en el sector
que obligó a privatizar las compañías de bandera y a entrar el dinámica de la optimización de
costes y competencia en precio. Hasta ese momento, volar en el viejo continente era un
auténtico privilegio al alcance de muy pocos.

Esta adaptación a la competencia no se produjo sin dolor. Las compañías se vieron obligadas a
afrontar fuertes y dolorosas reducciones de costes que se trasladaban automáticamente a los
precios, fuertemente presionados por los nuevos competidores. El gran beneficiado de todo
esto fue el consumidor. Se empezaron a hacer asequibles los precios de vuelos y, como
consecuencia, se democratizó la posibilidad de viajar más y más lejos.

Sin embargo, las nuevas aerolíneas privadas seguían pecando de muchos de los vicios
heredados de las antiguas compañías públicas. Todavía se trataba de un sector con
importantes privilegios laborales y costes poco justificados en la mayoría de los casos. La
competencia era relativamente escasa.

La aparición de las Low Cost

El mercado estadounidense siempre fue otra cosa. Mercado liberalizado donde desde casi el
inicio han operado compañías privadas sometidas a estricta competencia. Esta competencia
les ha generado tradicionalmente duras consecuencias. En este país han estado
acostumbrados de siempre a que sus aerolíneas de referencia quiebren con relativa asiduidad:
Pan Am, Eastern, TWA, Continental, etc.

En ese entorno parecía difícil que pudiese aparecer un nuevo enfoque de negocio disruptivo.
Pero apareció…
Southwest revolucionó el mercado con la oferta de un nuevo concepto de producto: el vuelo
low cost. El producto es sencillo, consiste en quitar del precio del billete todo lo que no es
estrictamente necesario y transformar en plus adicionales voluntarios para el viajero todo lo
demás (elegir asiento, llevar maletas o hacer cambios y devoluciones se convirtieron en un
plus). El resultado fue una bajada de precios espectacular, asequibles para cualquiera, que
entraban en competencia con otros medios de transporte tradicionales como el coche,
autobús o tren ¡Esto supuso una auténtica revolución!

En Estados Unidos a Southwest le siguió JetBlue y luego vinieron otras. En Europa esta
tendencia no tardó demasiado en hacerse presente y la principal impulsora de la misma fue sin
duda Ryanair.

Ryanair

Compañía fundada por Tony Ryan en 1985, en contra de la creencia popular que atribuye a su
actual consejero delegado Michael O’Leary su creación. Esta nueva compañía aérea nace,
claramente inspirada por sus homólogas americanas (Southwest y JetBlue), con el objetivo de
romper la escasa competencia existente en Europa que estaba todavía dominada por las
aerolíneas de bandera. Empezó con la ruta Dublín – Londres y rápidamente consiguió una alta
cuota de mercado. A pesar de sus muy bajos precios, era capaz de conseguir una alta
rentabilidad lo que generaba escalofríos en sus competidoras. A Ryanair le siguieron otras:
EasyJet, Norwegian, AirBerlin o Vueling).

No obstante, en el arranque no fue todo positivo. La nueva compañía también empezó a


recibir fuertes críticas por el mal servicio ofrecido y por la extraordinaria agresividad con que
intentaban conseguir ingresos adicionales del modo más rocambolesco.

Además ciertas declaraciones y propuestas de su siempre muy polémico CEO O’Leary


contribuyeron a crear una imagen antipática de esta compañía. Es conocida por ejemplo la
burla que realizó a los trabajadores de la quebrada Spanair o la falta de sensibilidad con los
precios reaccionando a catástrofes humanas.

Un nuevo entorno competitivo

La altísima competencia introducida por estas nuevas compañías obligó a los antiguos
monopolios y a las nuevas compañías tradicionales a adaptarse a los tiempos y bajar los
precios con agresividad. No obstante, las nuevas compañías low cost fueron capaces de ganar
altas cuotas de mercado y abrir nuevas líneas que permitió expandir el mercado aéreo
fuertemente. Lógicamente estas empresas más tradicionales no se quedaron paradas…

El ataque a las nuevas low cost, en especial a Ryanair, fue claramente orientado a dar donde
más puede doler. Acusaron a la compañía irlandesa de falta de sensibilidad, de no importarle
en absoluto la gente y, sobre todo, de falta de seguridad en sus vuelos. La positiva imagen de
esta compañía decreció rápidamente y se vio obligada a reaccionar cambiando alguna de sus
políticas más agresivas con el pasajero, como fue el acceso a cabina con bultos de mano. Esta
sencilla tarea se había convertido en un auténtico suplicio para los pasajeros eludiendo a
argumentos muchas veces torticeros, obligaban a facturar bultos de mano con el consiguiente
coste adicional, nada económico por cierto.
Crisis de los pilotos

En septiembre de 2017 la compañía anuncia la cancelación de cerca de 2.000 vuelos, una


buena parte de ellos en España, uno de sus principales mercados. El argumento inicialmente
esgrimido fue su preocupación por mejorar la puntualidad.

http://www.expansion.com/empresas/transporte/2017/09/19/59c0eb04ca4741990c8b45e2.h
tml

Sin embargo, todo apuntaba a otro motivo, el abandono de entre 140 y 200 pilotos de la
compañía para irse a trabajar a la competencia Norwegian.

http://www.elmundo.es/economia/2017/09/19/59c01acee5fdea02348b4674.html

La noticia destaca una crisis reputacional relevante. Decenas de miles de pasajeros tirados en
tierra sin poder volar….

¿Cómo debe afrontar la compañía este reto?

También podría gustarte