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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Escuela de Estudios de Posgrado
Maestría en Derecho Constitucional Sección A
Docente: Mcs Modesto José Armando Salazar Dieguez
Teoría de la Constitución y garantías individuales

CONVENIOS Y TRATADOS INTERNACIONALES EN ANALOGÍA CON LA


CONSTITUCIÓN

Carlos Fernando Rosales Santos

Guatemala, octubre de 2020


INDICE

Pág.
Introducción 3
1. El derecho internacional 4
1.1 Antecedentes del derecho internacional 5
1.1.1 Fundamento jurídico del orden internacional 6
1.1.2 Teorías sobre la aceptación y negación del
derecho internacional 7
1.2 La normación del derecho internacional 8
1.2.1 Las fuentes tradicionales del derecho internacional 9
1.2.2 Las fuentes contemporáneas del derecho internacional 12
1.3 La recepción del derecho internacional 14
2. El derecho internacional de los Derechos Humanos 15
2.1 Sistemas de protección de los Derechos Humanos 17
2.1.1 Sistema universal de protección de los DDHH 17
2.1.2 Sistemas regionales de protección de los DDHH 19
3. La Constitución de 1985 y los tratados internacionales 21
3.1 La evolución jurisprudencial constitucional de la recepción
del derecho internacional 22
3.2 El expediente 1822-2011 y el bloque de constitucionalidad 25
3.3 ¿Bloque de constitucionalidad o control de convencionalidad? 26
Conclusiones 28
Bibliografía 29

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INTRODUCCIÓN

Con la promulgación en el lejano año de 1945 de la Carta de Naciones Unidas, se


formó el espíritu internacionalista que hermanaría a las naciones contra la guerra y
promovería la paz en toda su expresión. No obstante, cinco años después se
desata la guerra de Corea en la que la ONU no fungió como debió por medio de
su Consejo de Seguridad, incluso un miembro de ella (Estados Unidos) promovió
las hostilidades entre las dos Coreas. En ese marco la promoción del derecho
internacional resulta fundamental para preservar la dignidad de la persona.

El presente trabajo contiene una suscita relación del derecho internacional y un


acercamiento conceptual, además se hace relación a la fundamentación del
derecho internacional con su contexto histórico, pues ha sido una visión en la
mente de grandes filósofos de todos los tiempos, de ser ciudadanos del mundo.
Se presentan diversas teorías sobre la aceptación o negación del derecho
internacional y la prevalencia entre ellas. De igual forma se hace una reseña de
las fuentes tradicionales y contemporáneas del derecho internacional. Se agrega
la forma de recepción nacional y las teorías principales sobre ese tema.

En la segunda parte se trae a colación el derecho internacional de los derechos


humanos y su diferencia con el derecho internacional en sentido amplio, se
presentan diversas definiciones sobre derechos humanos y los sistemas de
protección. Entre los sistemas de protección se hizo especial énfasis sobre el
sistema de protección universal y regionales como el africano, europeo y
americano; este último se resaltaron las funciones fundamentales que cumplen
tanto la Comisión como la Corte Interamericana.

Finalmente, se hizo relación a la Constitución de 1985 y la jurisprudencia


constitucional sobre la recepción de los tratados internacionales. De esa cuenta se
plasmo a grandes rasgos la evolución jurisprudencial sobre ese tema citando
casos puntuales, además se trajo a colación la inserción del bloque de
constitucionalidad y el control de convencionalidad.

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Convenios y tratados internaciones en analogía con la Constitución

1. El derecho internacional

El derecho internacional ha recibido un sinnúmero de definiciones pues se ha


tratado de acotar conforme a las fuentes que lo producen, no obstante, con el
desarrollo doctrinario de los últimos años se pueden establecer definiciones más
apegadas al fenómeno que tratan de comprender.

La denominación “derecho internacional” es estrictamente técnica: designa el


sistema jurídico cuya función primordial es regular las relaciones entre los
Estados. A medida que los Estados han formado organizaciones entre sí, esa
disciplina ha debido ocuparse también de las organizaciones internaciones, y
es de esperar que su preocupación por ellas ha de aumentar aún más por la
corriente que presenciamos hacia la integración de la comunidad de Estados.
(Sorensen, 2017, p. 53)

Con el desarrollo de la comunidad internacional surge una nueva vitalidad en el


entendimiento del derecho internacional de esa cuenta se ha pretendido
entenderlo como un el marco superior de estándares que se desarrollaran dentro
de los Estados, supeditado ello a las decisiones de las organizaciones
internacionales que indican cada uno de los modelos normativos que los Estados
han de adoptar a la legislación doméstica.

Según Monroy Cabra el Derecho Internacional Público “es la rama que estudia las
relaciones entre los Estados y entre éstos y los demás sujetos de derecho
internacional, así como la organización y funcionamiento de la comunidad
internacional”. (Maldonado, 2014, p. 5)

Para Kelsen el “derecho internacional, o derecho de gentes, es el nombre de un


conjunto de normas que -de acuerdo con la definición usual- reglan la conducta de
los Estados en sus relaciones mutuas”. (1952, p. 3)

De las anteriores definiciones se puede colegir que la finalidad de determinar un


derecho internacional ha estado dirigida a establecer un marco normativo capaz

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de normar las actividades de los Estados como sujetos de derechos y con su
evolución incluso con otro tipo de organismos hasta la persona individual.

Aunque como cualquier innovación y equiparación normativa ha tenido disidentes


a lo largo de su evolución, así el derecho internacional ha sido criticado pues:

Los embates más fuertes que ha recibido la disciplina del derecho internacional
como materia de carácter jurídico han ido frecuentemente dirigidos hacia esos
tres mismos núcleos conflictivos. La guerra no puede ser equiparada a una
sanción penal, los únicos sujetos del orden normativo internacional son los
Estados, y entre derecho internacional y derecho nacional existe la diferencia
que separa el derecho de los órdenes normativos no estrictamente jurídicos.
(García, 2015, p. 32)

En efecto, a consecuencia de las dificultades terminológicas y prácticas de un


derecho internacional o de los factores que determinan una definición sobre
derecho internacional se han hecho diversas matizaciones al respecto, pues para
la profesora Cristina García Pascual se debe diferenciar entre derecho
internacional y derecho cosmopolita.

El primero constituiría el orden jurídico internacional a través del cual las


distintas naciones unidas en una confederación regulan sus relaciones. El
segundo, en cambio, es el derecho que derivaría de la consideración de toda la
humanidad como integrante de una misma comunidad jurídica. (2015, p. 39)

1.1 Antecedentes del derecho internacional

Los diversos tratadistas que han discutido sobre los antecedentes del derecho
internacional concuerdan que una institución identificable de la antigüedad fue el
ius gentium romano, aunque según Sagastume Gemmell, el filósofo griego Zenón
anticipó la creación de una organización más allá del Estado capaz de obedecer a
la razón y diferenciar del placer y dolor. (2008, p. 17)

Posteriormente nos informa Sagastume Gemmell, que Dante Aliguieri escribió


sobre la organización de comunidades de manera que cada uno de los Estados
pudieran conservar su soberanía. Más tarde el rey de Bohemia presentó un
5
proyecto para la creación de una federación de Estado con un tribunal y
funcionarios de índole federal.

Siguiendo a García Pascual el desarrollo de los antecedentes del derecho


internacional estará demarcado por cada uno de los autores que han cimentado su
comprensión, debido a ello se ofrece la siguiente cronología.

1.1.1 Fundamento jurídico del orden internacional

Luego de la edad media, los doctrinarios internacionalistas surgieron gracias a los


descubrimientos a finales del siglo XV y XVI entre el más influyente Francisco de
Vitoria y ya entrada la ilustración el insigne Immanuel Kant.

En la comprensión de esta sección múltiples tratadistas postularon las razones por


las cuales era necesario el nacimiento de un orden internacional capaz de normar
las relaciones de los Estados, pues es prudente recordar que precisamente en el
siglo XVI surgen los Estados Absolutos a la luz de las teorías monárquicas del
derecho divino de los reyes y la división dentro de la iglesia.

Si bien en obras de Hugo Grocio trató de dilucidar la naturaleza del ius gentium de
acuerdo con las nuevas formas de organización que trataron de establecerse para
continuar con el tipo de imperio formado por los Estados nacientes en la Europa
del siglo XVI pues consecuencia de los descubrimientos en América y África estas
organizaciones tuvieron diversos altercados ya que los demás Estados se sentían
amenazados por la intervención en sus negocios o por la merma en ellos.

En relación con ello Maldonado Ríos citando a Díez Velasco refiere sobre la
evolución del derecho internacional público en los siglos XVI y XVII

‘La transformación de la sociedad medieval en una pluralidad de Estados


soberanos territoriales que reclamaban omnipotencia en el interior de su
territorio (…) se cristalizó jurídicamente en los tratados de Münster y Osnarbük
(Paz de Westfalia). Era un derecho descentralizado e inorgánico que
encontraba su origen en la autoridad estatal’. La Paz de Westfalia fue
alcanzada en 1648 poniendo fin a la Guerra de los Treinta Años, en que los
contendientes eran Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca/Noruega y Escocia,
6
entre otros, por un lado y España, el Sacro Imperio Romano Germánico y
Austria, por el otro con miras a obtener la hegemonía política en Europa.
(2015, p. 7)

1.1.2 Teorías sobre la aceptación y negación del derecho internacional

Como se apuntó, el derecho internacional ha provocado vivos debates sobre su


existencia, pertinencia y consecuencia a lo interno de los Estados, pues ha sido
común su contraposición con el concepto de soberanía.

De esa cuenta se puede clasificar las diversas posiciones de los tratadistas entre
aquellos que brindan argumentos a favor del derecho internacional y otros quienes
lo niegan.

En el albor del derecho internacional los doctrinarios lo han determinado con el


monismo jurídico pues los Estados son los encargados de signar tratados por
medio de una voluntad particular y de un acto soberano que se trata de aceptar y
obligarse a su contenido. De ahí que surja la teoría monista pues el entendido de
la soberanía de los Estados no admite limitaciones. Pero también surgió la teoría
pluralista o dualista acerca de la relación de los Estados con el orden internacional
y el suyo.

Entre los juristas que admitieron la coherencia del orden internacional estaba Hans
Kelsen. Para él el derecho internacional representaba un orden primitivo pues los
medios para establecer reglas aún no se habían desarrollado de tal manera que
hicieran coercitivos sus mandatos, sin embargo, la Carta de la ONU, constituyó un
instrumento originario para ese cometido.

El derecho internacional general o común es un derecho consuetudinario válido


para los Estados pertenecientes a la comunidad internacional. (El derecho
consuetudinario es un derecho creado por la práctica habitual de los Estados.)
El derecho internacional particular sólo es válido para algunos Estados y
comprende especialmente las normas creadas por los Estados válidas
únicamente para las partes contratantes. (Kelsen, 1952, p.16)

7
En cuanto a la negación del derecho internacional García Pascual (2015, p. 89-92)
clasificó los siguientes grupos:

 Juristas iusnaturalistas entre ellos Hobbes, Spinoza y Pufendorf pues ven al


derecho internacional como un sistema imperfecto y no evolucionado en
comparación con el derecho de los Estados.
 Juristas que ven al derecho internacional como una moral internacional
tales como Austin, Puchta, Somló, Binder y Hart pues las normas
internacionales carecen de efectividad y de imperatividad en comparación
con el derecho interno.
 Juristas que perciben al derecho internacional como un derecho imperfecto,
se puede mencionar a Savigny, Zitelmann o Burckhardt pues lo consideran
defectuosa y con un contenido pobre.
 Quienes lo consideran como política de fuerza, entre ellos Lasson,
Gumplowicz, Lundstedt y Olivecrona pues tomando el ejemplo de la antigua
Sociedad de Naciones, dicha organización era utilizada como instrumento
de los Estados vencedores para sus intereses nacionales. También en este
grupo figuras no menos importantes como Heller y Carl Schmitt (este último
con su teoría del “nomos de la tierra” que postulaba que el ius gentium es la
historia de la toma de la tierra, de su ocupación).

1.2 La normación del derecho internacional

Luego de los horrores vividos por la humanidad en la Segunda Guerra Mundial,


fue necesaria la conformación de una comunidad internacional, aunque al
principio, se percibió que era una artimaña más para que los Estados vencidos
repartieran el botín de guerra y establecieran un supuesto armisticio mundial, sin
embargo, la Carta de la ONU ha superado, tambaleándose, diversos conflictos
posteriores, tal vez no tan directos pero continuos y perceptibles.

Gracias a Naciones Unidas ha sido posible la instauración de diversos organismos


internacionales encargados de llevar a cabo cada una de las tareas por las cuales
las naciones hermanadas por un fin común, sea la paz y el fin de la guerra,

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tiendan a que la dignidad de la persona humana, tal como lo desarrolló la
Declaración Universal de Derechos Humanos sea una realidad.

Aunado a lo anterior, el mismo Artículo 1 de la Carta de Naciones Unidas


establece los propósitos su existencia, entre ellos buscar los mecanismos para
que los Estados del mundo vivan en paz y establezcan relaciones entre ellos. De
manera que por medio de distintos organismos que han establecido estándares
para la regulación de las relaciones entre Estados y sociedad internacionales,
nacionales y la apertura de fronteras a lo que en nuestro tiempo se le conoce
como “globalización” sea normada por diversos instrumentos.

1.2.1 Las fuentes tradicionales del derecho internacional

El problema de las fuentes del derecho ha sido un lugar común en la teoría del
derecho en general y de las ramas en particular. El derecho internacional no es
ajeno pues si bien en la doctrina internacionalista aún existe la dicotomía entre
derecho internacional público y derecho internacional privado cuyas esferas
materiales de aplicación varían.

La vieja distinción entre fuentes materiales y fuentes formales del derecho


internacional no sirve en lo contemporáneo pues, siendo el derecho internacional
concebido en principio como un derecho primitivo, pero en completa evolución por
las dinámicas de las fuentes y de los vínculos entre sujetos de derecho
internacional su conceptualización ha variado con el tiempo.

Muestra de lo anterior es el icónico Artículo 38 del Estatuto de la Corte


Internacional de Justicia, cuyo antecedente es la Convención de la Haya de 1907
sobre el establecimiento del Tribunal Internacional de Presas.

De esa cuenta el citado artículo establece que:

“1. La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las


controversias que le sean sometidas, deberá aplicar: // a. las convenciones
internacionales, sean generales o particulares, que establecen reglas
expresamente reconocidas por los Estados litigantes; // b. la costumbre
internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho;
9
// c. los principios generales de derecho reconocidos por las naciones
civilizadas; // d. las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de
mayor competencia de las distintas naciones, como medios auxiliar para la
determinación de las reglas de derecho, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
59”.

En congruencia con lo anterior se describirán, en ese orden, las fuentes del


derecho internacional.

Los tratados internacionales

Los tratados internacionales se han convertido en un instrumento reiterativo y


utilizado por las organizaciones pre-estatales (por ejemplo en Mesoamérica los
tratados entre pueblos originarios como la alianza Tenochtitlán-Texcoco-Tlacopan
en 1431) y Estatales para la vinculación de obligaciones entre ellos.

Sin duda la Convención de Viena de 1969 sobre el derecho de los tratados ha sido
un instrumento muy importante para estandarizar el derecho internacional. En ella
se definen los tratados al señalar en su Artículo 2 que:

“a) Se entiende por ‘tratado’ un acuerdo internacional celebrado por escrito entre
Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o
en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominador
particular”.

El derecho consuetudinario internacional

Se ha dicho repetidas veces en el presente trabajo que el derecho internacional es


un derecho primitivo, o así se consideró en los primeros tres cuartos del siglo XX
pues no ha sido sistematizado como los derechos internos, no obstante, la
costumbre internacional ha sido vital para la uniformidad de los tratados
internaciones y en consecuencia de las demás fuentes.

Hasta principios del siglo XX, el DI, en muchas áreas de preocupación


fundamental de los Estados se consideraba, o era lex non scripta. El
contenido de la normatividad se determinaba por medio de la inducción y de

10
la razón. Sólo las leyes de guerra y neutralidad contaban con una suficiente
codificación. (Becerra, 2017, p. 51)

La vitalidad inmanente a la costumbre que el Artículo 38 del Estatuto quiso


impregnarle de obligatoriedad al añadirle los elementos de la práctica reiterada
(que prueba la existencia de una costumbre internacional) o inveterata consuetudo
y el elemento psicológico de la opinio iuris sive necessitatis.

Los principios generales del Derecho

Para Julio Barberis citado por Manuel Becerra Ramírez, los principios generales
del derecho:

(…) son una generalización de las normas jurídicas internas. Cada una de
estas es despojada de sus elementos particulares. Se obtiene así, un
conjunto de principios fundamentales que aparecen como constantes en un
número considerable de legislaciones. Estos son precisamente los
elementos universalizables que pasan a configurar el principio general en el
orden jurídico internacional. (2017, p. 80)

La jurisprudencia

El Artículo 38 del Estatuto tiene como fuentes del derecho internacional a las
decisiones judiciales, pero siguiendo la tradición civilista que considera la
jurisprudencia como fuente complementaria de la norma escrita. Por ello “los
jueces no crean el derecho, sino lo descubren, lo interpretan y lo aplican al caso
concreto”. (Becerra, 2017, p. 84)

La doctrina de los publicistas

La doctrina juega un papel fundamental en el desarrollo del derecho internacional


pues con el conjunto de obras y teorías que robustecen cada una de sus áreas.
Los académicos con sus opiniones moldean cada una de las instituciones que se
van creando para darle funcionalidad al derecho internacional, a su vez son base
para decisiones de tribunales y órganos encargados de emitir opiniones jurídicas
sean vinculantes o no.

11
1.2.2 Las fuentes contemporáneas del derecho internacional

La práctica del derecho internacional ha superado el contenido del Artículo 38 del


Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, pues se han establecido diferentes
órganos especializados de cuyos pronunciamientos emanan normas vinculantes u
orientadoras de criterios para normar las relaciones entre los Estados.

Utilizando el trabajo del profesor mexicano Manuel Becerra Ramírez (2017) se


mencionan las siguientes:

Los acuerdos de los órganos internos (Acuerdos ejecutivos internos)

Son acuerdos que rompen con el monopolio estatal pues se realizan entre
organizaciones que no tienen ese estatus (cantones, municipios, estados dentro
de una federación, etc.) originados por el proceso de globalización al establecerse
nuevas formas de contraer obligaciones entre ellos los Glentlemen’s Agreement
que son acuerdos interestatales, informales pero que se tienen la ambiciosa
pretensión que se cumplan pues es palabra de caballeros.

Las resoluciones de organismos especializados

Son los pronunciamientos emitidos por organismos que cuentan con una amplia
base de ejecución sobre la decisión soberana de los Estados, pues algunas de
ellas poseen carácter jurídicamente obligatorio. Entre ellas las emitidas por el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El stand by es un ejemplo de
ello porque opera como un contrato de adhesión de operaciones financieras entre
el FMI y los individuos o Estados.

Actos unilaterales

Se ha definido como “una manifestación de voluntad inequívoca del Estado,


formulada con la intención de producir efectos jurídicos en sus relaciones con uno
o varios Estados o una o varias organizaciones internacionales y que es del

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conocimiento de ese Estado o de esa organización internacional”. (Becerra, 2017,
p. 103-104).

Un ejemplo conocido de actos unilaterales es el stoppel, que, según la doctrina


internacionalista se está frente él cuando un Estado adopta una determinada
actitud y con ella da lugar a que otro Estado, basándose en la buena fe de tal
actitud, modifica la suya o adopta una nueva.

Las resoluciones de organismos internacionales

Las resoluciones emanadas de la Asamblea General de Naciones Unidas


constituyen otro ejemplo, pues los Estados en comunidad y organizados emiten
resoluciones de gran importancia pues representan una forma de costumbre
internacional, pues a través de las prácticas colectivas de los Estados se pueden
establecer ciertas directrices sobre cómo han de decidir ciertos aspectos de
importancia en el seno de la Asamblea.

El soft law

Para Dinah Shelton no existe una definición de soft law pero una parte de él se
refiere a “instrumentos internacionales diferentes a los tratados que contienen
estándares, normas, principios u otros instrumentos que se refieren a un
comportamiento esperado; y, por otra parte, también hace referencia a un
instrumento obligatorio cuyo contenido es débil vago o pobremente diseñado”.
(2017, p. 116)

De esa cuenta puede entenderse como soft law cualquier cuerpo contentivo de
estándares, principios, valores, normas, etc., pero su contenido es débil, vago,
impreciso, mal redactado además no es vinculante, pues se le considera como un
proyecto para un tratado posterior.

La opinio communitatis de algunas resoluciones de la Asamblea General

Son aquellas resoluciones que la Asamblea General de Naciones Unidas que


expresan una norma consuetudinaria que se convertirá en norma codificadora.

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Entre las más importantes están las Declaraciones pues en ellas se expresan la
opinio communitatis de la mayoría de los Estados convirtiéndose en su
característica principal.

Las fuentes específicas del derecho penal internacional

Luego de la codificación del derecho penal internacional en el Estatuto de Roma,


se establecieron en él ciertas fuentes particulares que los jueces de la Corte Penal
Internacional deben aplicar. En ese sentido el Artículo 21 de dicho estatuto regula
que:

“1. La Corte aplicará: // a) En primer lugar, el presente Estatuto, los Elementos de


los Crímenes y sus Reglas de Procedimiento y Prueba; // b) en segundo lugar,
cuando proceda, los tratados y los principios y normas de derecho internacional
aplicables, incluidos los principios establecidos del derecho internacional de los
conflictos armados; // c) en su defecto, los principios generales del derecho que
derive la Corte del derecho interno de los sistemas jurídicos del mundo, incluido,
cuando proceda, el derecho interno de los Estados que normalmente ejercerían
jurisdicción sobre el crimen, siempre que esos principios no sean incompatibles
con el presente Estatuto ni con el derecho internacional ni las normas y principios
internacionalmente reconocidas (…)”.

1.3 La recepción del derecho internacional

Las discusiones a nivel doméstico sobre la recepción de normas internacionales


ha sido un tópico permanente que aparentemente ha ido matizándose pues como
se mencionó la variedad de fuentes y los métodos por medio de los cuales ellas se
vuelven obligatorias para los Estados e instituciones a lo interno se vinculan de
diversas maneras, sin embargo, las constituciones internas disponen dispositivos y
limitaciones para recepción de aquellos instrumentos internacionales que los
Estados adoptan.

De acuerdo con George Scelle la teoría del desdoblamiento funcional consiste en


que los Estados asumen las obligaciones internacionales porque “son creadores y
destinatarios del derecho internacional, por lo que, al no existir en el ordenamiento

14
internacional órganos centralizados y superiores a los Estados que controlen de
manera general la aplicación de sus normas, queda a estos ser los principales
instrumentos de aplicación del derecho internacional”. (Red Interamericana de
Formación en Gobernabilidad y Derechos Humanos, et al, (s.f.), p. 106)

En virtud de ello los Estados se comprometen a hacer cumplir el contenido de


cada uno de los instrumentos internacionales pues los han asumido conforme al
procedimiento establecido en la Convención de Viena de 1969 sobre el derecho
de los Tratados.

Tradicionalmente se han concebido dos teorías sobre la recepción del derecho


internacional entre ellas la teoría monista y dualista.

La teoría dualista expresa lo que se identifica como paralelismo pues el derecho


internacional público y el derecho interno son dos ordenamientos jurídicos distintos
y separados tanto en su proceso de formación como su contenido y fuente de
creación. Por sus consecuencias prácticas el derecho internacional no puede ser
convocado como obligatorio en el orden interno a un Estado, además sus
destinatarios son los estados quienes deben dar su consentimiento para aceptar
su contenido.

La teoría monista según el cual el derecho internacional público y el derecho


interno pertenecen a un mismo sistema normativo. El derecho interno es
derivación del derecho internacional.

Si bien estas teorías en su momento representaron un importante aporte para la


comprensión de un sistema primitivo como lo es el derecho internacional,
actualmente la doctrina ha dejado a un lado estas teorías pues producto de la
globalización y la pluralidad de fuentes del derecho internacional no cabe
adoptarlo a una determinada forma.

2. El derecho internacional de los Derechos Humanos

Las circunstancias históricas del siglo XX provocaron gran conmoción entre las
personas y los Estados en un examen de conciencia por los horrores que
provocan las guerras, hambrunas, enfermedades y otros desastres fue necesario
15
humanizar el derecho internacional, no ya con el simple compromiso de renunciar
a la guerra y el establecimiento de organismos supranacionales.

En virtud de ello surgieron declaraciones universales cuyo fin era orientar una
nueva significación de la persona humana, de cada uno, al reconocer que todos
los seres humanos tienen dignidad por el simple hecho de serlo, de ahí la
preocupación de las naciones unidas de que los horrores mostrados en el
holocausto judío no se vuelva ha repetir, adoptaron sendos instrumentos
internacionales cuyo contenido contribuyó a su incorporación discursiva y posterior
positivización en las constituciones nacionales.

En búsqueda de una noción clara sobre Derechos Humanos, se ofrecen las


siguientes definiciones:

Un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico,


concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas,
las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos
jurídicos a nivel nacional e internacional. (Pérez Luño, 2017, p. 50)

Los derechos humanos son demandas de abstención o actuación,


derivadas de la dignidad de la persona y reconocidas como legítimas por la
comunidad internacional, siendo por ello merecedoras de protección jurídica
por el Estado. (Escobar, 2005, p. 16)

En lo que corresponde al presente trabajo una definición sobre derecho


internacional de los Derechos Humanos puede ser:

Es una rama del derecho internacional público, cuyo objeto es la promoción


y protección de los derechos humanos (…) Fernández de Casadevante
define el Derecho Internacional de los Derechos Humanos como “aquel
sector del ordenamiento internacional, compuesto por normas de naturaleza
convencional, consuetudinaria e institucional que tienen por objeto la
protección de los derechos y libertades fundamentales del ser humano
inherentes a su dignidad”. (Castañeda, 2018, p. 27)

16
De esa cuenta se pueden establecer la diferencia sustancial entre el derecho
internacional público que en sentido lato abarca cada uno de los instrumentos
internacionales, de cualquier naturaleza y el derecho internacional de los
Derechos Humanos que asume una posición respecto a los sujetos a quienes van
dirigidos los instrumentos, a quienes protegen y el impacto legislativo interno en
los Estados para su cumplimiento, pues en instrumentos internacionales el
principio de reciprocidad se atenúa ya que el centro de su protección es la
dignidad de la persona humana.

2.1 Sistemas de protección de los Derechos Humanos

Respecto a los sistemas de protección de los DDHH, existen diferentes respecto a


los órganos designados para llevar a cabo tal propósito.

2.1.1 Sistema Universal de protección de los DDHH

El sistema universal de los derechos humanos corresponde a las Naciones


Unidas, pues según lo expresado en la Carta Constitutiva de la ONU, dicha
organización le corresponde velar por la paz y comenzar por la protección de los
DDHH de todas las personas en el mundo.

En secuencia con ese propósito la ONU ha creado diversos organismos


especializados para llevar seguimientos a los Estados de cada uno de los
instrumentos que se han adoptado en protección de los DDHH, de esa cuenta se
pueden mencionar a los siguientes: i) La Asamblea General; ii) El Consejo
Económico y Social, y iii) La Corte Internacional de Justicia.

Así también se han creado órganos protectores de los DDHH en el seno de la


ONU entre ellos: i) El Consejo de Derechos Humanos, y ii) El Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Entre los instrumentos que han surgido de la ONU para la protección de los DDHH
y su correspondiente órgano para vigilar su observancia han sido:

1. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que establece al


Comité de Derechos Humanos.

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2. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que
establece al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
3. La Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial, que establece al Comité para la Eliminación de la
Discriminación Racial.
4. La Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, que estableció al Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer.
5. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes, que estableció al Comité contra la Tortura.
6. La Convención sobre los Derechos del Niño que estableció al Comité de los
Derechos del Niño.
7. La Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos
los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, que estableció al Comité
de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares.
8. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que
estableció al Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad.
9. La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas
contra las Desapariciones Forzadas, que estableció al Comité de
Desapariciones Forzadas.

La Declaración Universal de los DDHH fue el punto de partida por el que los
Estados se comprometieron por velar por los DDHH de las personas. Si bien
algunas normas aún contenidas en ella aún evocaban el pasado colonizador de
los vencedores, también ha sido fundamental para que prevalezca el respeto por
la paz y la dignidad de las personas.

En ese sentido, Castañeda (2018) nos da cuenta de un precedente de la Corte


Internacional de Justicia que invocó la Declaración Universal: “En el caso Relativo
al Personal Diplomático y Consular de los Estados Unidos en Teherán, realizó una
mención de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Determinó que
Irán había cometido una serie de transgresiones a los derechos y libertades

18
fundamentales del personal diplomático de Estados Unidos, con conductas
‘incompatibles con los principios de la Carta de Naciones Unidas, así como con
los derechos fundamentales enunciados en la Declaración Universal’”. (p. 69)

2.1.2 Sistemas regionales de protección de los DDHH

Entre los sistemas de protección regional de los DDHH se encuentran los


siguientes:

A. Sistema Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos

Es el de más reciente creación, pues según indica Castañeda, se encuentra en


una etapa de consolidación ya que surgió en el marco de la entonces
Organización para la Unidad Africana, sustituida por la Unión Africana. Entre los
instrumentos más importantes del sistema africano está La Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos, y los Protocolos: i) Sobre el establecimiento
de la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, y ii) Sobre los
derechos de las mujeres en África. Además, la Carta de derechos y protección de
la niñez.

El sistema de protección se integra de dos órganos: La Comisión Africana de los


Derechos Humanos y de los Pueblos (Inició actividades el 2 de noviembre de
1987), y la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Creada en
2004).

B. Sistema Europeo de Derechos Humanos

El instrumento más importante sobre la democracia política en Europa emitido por


el Consejo de Europa fue el Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950),
pues en el se configuraron diversos mecanismos de control basados en dos
órganos específicos La Comisión y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

No obstante, con la reforma de 1998 se renovó la organización del sistema de


protección europeo porque se instauró la integración del Tribunal con las
funciones de la Comisión, evitando con ello la duplicidad en las funciones.

19
Un instrumento europeo de vital importancia para el reconocimiento de derechos
sociales es la Carta Social Europea de 1961, que a través de diversos protocolos
ha sido revisada pues modificó diversas condiciones de índole social como
trabajo, educación y salud en pro de una mejora de las condiciones de los
europeos. El órgano encargado de su observancia es el Comité Europeo de
derechos sociales que pone especial atención en reclamaciones colectivas.
Finalmente, con la constitución de la Unión Europea se emitió la Carta de los
derechos fundamentales de la Unión Europea.

C. Sistema Interamericano de Derechos Humanos

Por ser el sistema al cual Guatemala pertenece se hará énfasis en tres de sus
órganos fundamentales: la Organización de Estados Americanos cuyo fundamento
es la Carta de la OEA que establece fines propios de los Estados Americanos en
pro de la convivencia armónica y de la protección de la democracia para la
consolidación de los DDHH en la región.

Imprescindible es la mención de la Convención Americana de Derechos Humanos


(Pacto de San José) que configuró los dos mecanismos más importantes de la
región para la protección supranacional de los DDHH, siendo uno de ellos la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington DC
cuya función esencial es preventiva, conciliadora y consultiva sobre la vulneración
de derechos humanos por parte de los Estados de la región, asimismo recibe
peticiones individuales y colectivas, emite comunicados y medidas cautelares.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José de Costa


Rica, tiene dos funciones centrales una consultiva y la otra contenciosa, la
consultiva por medio de opiniones que le son solicitadas por los Estados sobre la
interpretación de la Convención y otros tratados regionales y la función
contenciosa que pasa el filtro de la Comisión, que es el órgano que lleva los casos
a la Corte para su conocimiento y decisión.

Por la importancia en la comprensión de toda la labor del sistema interamericano,


la Corte IDH emitió la expresión corpus juris de los derechos humanos:

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En su Opinión Consultiva OC-16/1999, la Corte Interamericana manifestó
que el “El corpus juris del Derecho Internacional de los Derechos Humanos
está formado por un conjunto de instrumentos internacionales de contenido
y efectos jurídicos variados (tratados, convenios, resoluciones y
declaraciones)” (párr. 115). (O’Donnell, 2012, p. 56)

3. La Constitución de 1985 y los tratados internacionales

La Constitución de 1985 es concebida como una constitución desarrollada, que


contiene diversas normas, desde derechos fundamentales hasta normas
programáticas que deben ser puestas en práctica, de acuerdo con las decisiones
políticas plasmadas en ella.

Si bien conforme a lo descrito en anteriores secciones, Guatemala no puede pasar


por alto la existencia de un orden internacional en el cual emanan un sinfín de
normas que por medio de una aceptación soberana de su contenido forman parte
del ordenamiento interno. Por ello cuando se ha concebido que los diversos
tratados internaciones y su contenido no constituyen ya la única fuente de derecho
internacional, pues hay que recordar que diversas formas de normación
internacional, incluso aquella que surge de la costumbre ha sido consentida y se
vuelve obligatoria para los Estados u otros órganos internos.

Ejemplo de lo anterior es el corpus juris interamericano, en el cual no solamente lo


constituyen tratados y convenidos internacionales sino también jurisprudencia,
opiniones consultivas y otras formas de normación porque en ella se manifiestan
la estandarización de protección de las personas y de sus derechos humanos. En
virtud de ello, se está frente a un constitucionalismo global porque se pretende
establecer un marco de protección a los derechos humanos, aunque diversos
poderes, sean económicos o políticos tratan de frenar tal aspiración.

Hoy, naturalmente, nadie identifica ya el derecho con el solo derecho


estatal. De hecho, sin embargo, aquella tradición sigue pesando sobre
nuestra cultura. En efecto, la crisis de los estados, y con ello del papel de
las esferas públicas nacionales, no ha tenido correspondencia en la

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construcción de una esfera pública a la altura de los procesos de
globalización, es decir, la introducción de límites y vínculos, en garantía de
la paz y de los derechos humanos, frente a los poderes transnacionales,
tanto públicos como privados, que han desposeído a los viejos poderes
estatales o se han sustraído a su papel de gobierno y control. La Carta de la
ONU, la Declaración Universal de 1948, los Pactos internacionales de 1966
y las diversas cartas regionales de derechos prometen paz, seguridad para
todos los seres humanos. Pero faltan por completo sus leyes de actuación,
esto es, las garantías internacionales de los derechos proclamados.
(Ferrajoli, 2018 p. 42-43).

Tal como lo expresa Ferrajoli, las bases están establecidas, falta su garantía y
prosecución pues se constituye en un largo camino para la protección de todas
aquellas aspiraciones plasmadas en los instrumentos internacionales. No
obstante, también en Latinoamérica ha surgido el denominado constitucionalismo
trasformador que, en palabras del profesor Armin Von Bogdandy “significa
interpretar y aplicar las normas de carácter constitucional de manera que impulsen
un cambio social profundo para conseguir determinados objetivos sociales. En
América Latina, el constitucionalismo transformador es definido por los desafíos
que plantean la violencia extendida, la exclusión social, la desigualdad extrema y
la debilidad de muchas instituciones nacionales”. (2019, p. 24 y 25)

3.1 La evolución jurisprudencial constitucional de la recepción del derecho


internacional

Para tener una idea concreta de cómo el derecho internacional ha sido aceptado
en Guatemala es menester traer a colación el rol de la Corte de Constitucionalidad
con respecto a la interpretación constitucional en ese sentido porque conforme sus
funciones, es el órgano encargado de la defensa de la Constitución y además su
papel en la recepción y posicionamiento jerárquico de los tratados internacionales
que ha implicado diversas discusiones.

Sin perjuicio de lo anterior, no puede pasar desapercibido la incorporación


interpretativa del bloque de constitucionalidad y del control de convencionalidad

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que resultan ser complementos y no existen divergencias en su aplicación o su
definición porque uno corresponde a la existencia del otro, de manera que se
traerá a colación la jurisprudencia previa de la Corte en la que los parámetros de
constitucionalidad se median únicamente por la constitución y luego la evolución
de esa interpretación hasta el estándar aceptado del bloque de constitucionalidad,
en relación a los tratados internacionales.

Luego de establecida la Corte de Constitucionalidad en 1986, se le sometió a su


consideración diversos casos entre ellos el expediente 280-90 que en sentencia
19 de octubre de 1990, mencionó que:

“En primer término, el hecho de que la Constitución haya establecido esa


supremacía sobre el Derecho interno debe entenderse como su reconocimiento a
la evolución que en materia de derechos humanos se ha dado y tiene que ir
dando, pero su jerarquización es la de ingresar al ordenamiento jurídico con
carácter de norma constitucional que concuerde en su conjunto, pero nunca con
potestad reformadora y menos denegatoria de sus preceptos por la eventualidad
de entrar en contradicción con normas de la propia Constitución (…) El artículo 46
jerarquiza tales derechos humanos con rango superior a la legislación ordinaria o
derivada, pero no puede reconocérsele ninguna superioridad sobre la
Constitución, porque si tales derechos, en el caso de serlo, guardan armonía con
la misma, entonces su ingreso al sistema normativo no tiene problema, pero si
entraren en contradicción con la Carta Magna, su efecto sería modificatorio
o denegatorio, lo cual provocaría conflicto con las cláusulas de la misma
que garantizan su rigidez y superioridad y con la disposición que
únicamente el poder constituyente (…) tiene la facultad reformadora de la
Constitución (…)”.

Se puede apreciar que la Corte en ese entonces entendía que aquellos tratados
de derechos humanos que contuvieran modificaciones que alteran el contenido de
la Constitución fueren interpretados bajo el principio que ella prevalece sobre
cualquier ley o tratado.

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Resulta útil agregar que en ese entonces se trataba de proteger la unidad
soberana del Estado, en que las obligaciones internacionales que hubiere
aceptado únicamente serían interpretadas a la luz de lo contenido en la
Constitución y nunca supondrían que su contenido traería una modificación sobre
las normas en ella contenidas pues los tratados internacionales se concebían
como normas persuasivas no así vinculantes que obligaran su cumplimiento. Eran
compromisos que no tenían una fuerza coercitiva de cumplimiento.

En el mismo sentido interpretativo la sentencia de 12 de marzo de 1997 dentro el


expediente 131-95 en el que se señaló que:

“(…) los tratados y convenciones internacionales, -en cuya categoría se


encuentran la Declaración Americana de Derechos y Deberes, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos- no son parámetros para establecer la inconstitucionalidad de una
ley o una norma, pues si bien es cierto el artículo 46 de la Constitución le otorga
preeminencia a esos cuerpos normativos sobre el derecho interno, lo único que
hace es establecer que en la eventualidad de que una norma ordinaria de ese
orden entre en conflicto con una o varias normas contenidas en el tratado o
convención internacional prevalecerán estas últimas, pero ello no significa, como
se dijo, que las mismas pueden utilizarse como parámetros de constitucionalidad.
Por consiguiente, en lo referente a ese punto debe declararse que no se da la
violación a ninguna norma de la Constitución Política (…)”.

No obstante, en el famoso expediente 1089-2003 (jurisprudencia prohibida por la


Corte de Constitucionalidad, es decir no es fuente de doctrina legal) en sentencia
de catorce de julio de 2003 en el que habilitó la candidatura presidencial a José
Efraín Ríos Montt, la Corte consideró que:

“La propia Constitución Política de la República otorga preeminencia de aplicación


a la normativa, nacional o internacional, que tiende a proteger los derechos
fundamentales de la persona. Así, en el artículo 44 predica que los derechos y

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garantías que otorga ese texto superior de leyes no excluyen otros que, aunque
no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana; en el
artículo 46 establece el principio general de que en materia de derechos humanos,
los tratados y convenciones aceptados y ratificados por Guatemala prevalecen
sobre el derecho interno. // En ese orden de ideas, se puede identificar que al
caso concreto es aplicable los siguientes artículos de textos internacionales en
materia de Derechos Humanos: 8 y 21 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos; XVIII y XX, XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre (…) pero que se refieren fundamentalmente al derecho que
tiene toda persona de participar en el gobierno de un país y a la tutela que debe
buscar en caso ese derecho como los demás contenidos en tales normas
internacionales fueran lesionados”.

Como se puede observar si bien la interpretación conforme a tratados de derechos


humanos ha estado en un vaivén entre hermetismo o concreción individual, sin
embargo, en el caso de Ríos Montt se evidenció un uso político de dicha
interpretación, aunque la renuencia de la Corte contó con un posicionamiento
solapado de dicho hermetismo.

3.2 El expediente 1822-2011 y el bloque de constitucionalidad

En la doctrina anglosajona se le conoce como leading case a un precedente que


establece una directriz interpretativa y dependiendo de la jerarquía del tribunal que
lo emite, será vinculante o no.

En congruencia con lo anterior, el expediente 1822-2011, en sentencia de


diecisiete de julio de dos mil doce, constituye un hito en la jurisprudencia
constitucional del país, pues en él de forma taxativa se incluye el bloque de
constitucionalidad estableciendo el estándar de la interpretación constitucional con
la inclusión de tratados y convenios internacionales en materia de derechos
humanos como parámetros de constitucionalidad.

“El bloque de constitucionalidad se refiere a aquellas normas y principios que


aunque no forman parte del texto forma de la Constitución han sido integrados por

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otras vías a la Constitución y que sirven a su vez de medidas de control de
constitucionalidad de leyes como tal. (…) Su función esencial es de valerse como
herramienta de recepción del derecho internacional garantizando la coherencia de
la legislación interna con los compromisos exteriores del Estado y, al mismo
tiempo servir de complemento para la garantía de los Derechos Humanos en el
país (…) por vía de los artículos 44 y 46 citados, se incorpora la figura de bloque
constitucionalidad como un conjunto de normas internacionales referidas a
derechos inherentes a la persona, incluyendo todas aquellas libertades y
facultades que aunque no figuren en su texto formal, respondan directamente al
concepto de dignidad de la persona, pues el derecho por se dinámico, tienen
reglas y principios que están evolucionando y cuya integración con esta figura
permite su interpretación como derechos propios del ser humano”.

Finalmente, un ejemplo que desarrolló la doctrina sentada en el expediente 1822-


2011 es la sentencia de 10 de marzo de 2016 dentro del expediente 1467-2014
relacionado con la aplicación del Convenio 169 de la OIT.

3.3 ¿Bloque de constitucionalidad o control de convencionalidad?

Una vez disipadas las discusiones doctrinarias, en la jurisprudencia interamericana


surgió el concepto de control de convencionalidad referido a la obligación de los
Estados parte de la Convención Americana de los Derechos Humanos de
observar su contenido, además de los demás tratados de DDHH y del corpus juris
interamericano.

Algunos autores encuentran origen en la idea desarrollada dentro del bloque de


constitucionalidad en los casos Mirna Mack vs Guatemala de 2003 y Tibi vs
Ecuador de 2004 pero ciertamente nació en la sentencia Almonacid Arellano vs
Chile de 2006, al respecto la Corte IDH consideró que:

“Es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la
ley, y por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el
ordenamiento jurídico. Pero, cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparto

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del Estado, también están sometidos a ella, lo que obliga a velar porque los
efectos de las disposiciones de la Convención no se vena mermados por la
aplicación de las leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen
de efectos jurídicos. En otras palabras, el poder judicial debe ejercer una especie
de ‘control de convencionalidad’ entre las normas jurídicas internas que aplican
en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En
esa tarea el poder judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado sino
también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana,
intérprete última de la Convención Americana”.

Además, esa línea jurisprudencial fue reiterada el caso Trabajadores cesados del
Congreso vs Perú de 2006. Y fue superada por lo que el juez de la Corte IDH
Eduardo Ferrer Mac-Gregor denominó en su voto disidente control de
convencionalidad difuso dentro el caso Gabriela García y Montiel Flores vs México
de 2010, a la extensión de la aplicación del control de constitucionalidad a todos
los funcionarios, si bien esta postura repercutió en el caso Gelman vs Uruguay de
2011.

“Cuando un Estado es Parte  de un tratado internacional como la Convención


Americana, todos sus órganos,  incluidos sus jueces, están sometidos a aquél, lo
cual les obliga a velar por  que los efectos de las disposiciones de la Convención
no se vean mermados por  la aplicación de normas contrarias a su objeto y  fin,
por lo que los jueces y órganos vinculados a la administración de justicia
en todos los niveles están en la obligación de ejercer ex officio un ‘control de
convencionalidad’ entre las normas  internas y la Convención Americana,
evidentemente en el marco de sus  respectivas competencias y de las
regulaciones procesales correspondientes y en  esta tarea, deben tener en cuenta
no solamente el tratado, sino también la  interpretación que del mismo ha hecho la
Corte Interamericana, intérprete  última de la Convención Americana”.

Como se puede apreciar las diferencias entre bloque de constitucionalidad o


control de convencionalidad resultan exiguas pues ambos conceptos son
complementarios, en ese sentido existe un falso dilema entre ellos pues por un

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lado el bloque de constitucionalidad es un parámetro de interpretación
constitucional en relación de los derechos humanos reconocidos en la constitución
y en tratados internacionales, pero el control de convencionalidad es también la
inclusión no solo de los tratados internacionales ya incluidos en el bloque de
constitucionalidad, sino del corpus juris interamericano entiéndase la
jurisprudencia emanada de la Corte IDH y sus opiniones consultivas, medidas
cautelares, asimismo las disposiciones emanadas de la Comisión IDH pues
contiene estándares de aplicación sobre derechos humanos.

CONCLUSIONES

 El derecho internacional es un derecho en constante evolución, debido a


ello es menester que los Estados y la comunidad internacional promuevan
de manera profusa su respeto y conocimiento.
 La proliferación de las fuentes del derecho internacional ha provocado un
viraje en la forma de interpretación, pues se pretende establecer un
estándar normativo a nivel global, haciendo eco con ello del
constitucionalismo global.
 Los sistemas de protección emanados de diversos instrumentos
internacionales persiguen que los Estados a nivel interno respeten,
garanticen, promuevan y no repitan violaciones a derechos humanos en
prevalencia de la dignidad de los individuos y de su forma de vida,
protegiendo la autodeterminación de los pueblos en la búsqueda de una
vida digna.
 Los Estados al suscribir un tratado internacional lo hacen en ejercicio
soberano, pues se presupone la buena fe de su aceptación y el
cumplimiento de los presupuestos para su ratificación y aceptación y
posterior incorporación al ordenamiento interno.

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 Los tribunales tanto internacionales como regionales han sido promotores
de estándares que maximizan la exigencia de respeto a los derechos
humanos dentro de Estados que han sido renuentes en la vulneración de la
dignidad de los individuos y colectividades nacionales.
 Guatemala siendo un estado soberano ha aceptado diversos tratados
internacionales, entre ellos la Convención de Viena sobre derecho de los
tratados, de esa cuenta es una exigencia contenida en ella de su respeto e
integración a la normativa interna, cuestión que ha evolucionado en la
jurisprudencia constitucional nacional desde un hermetismo total hasta la
apertura por medio de la cláusula abierta de los artículos 44 y 46
constitucional y el reconocimiento de las figuras del bloque de constitucional
y el respeto del control de convencionalidad emanado de la Corte IDH.

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