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ASIGNATURA:

BASES PSICOLÓGICAS

DOCENTE:
DR. TRIANA JIMBO BELLO, MG

NOMBRE:
ANAI ESTEFANIA ROJAS PINTO

PERIODO ACADÉMICO:
SEGUNDO PERIODO/ TERCER SEMESTRE “A”

PRIMER PARCIAL FECHA: / 10/2022

AÑO LECTIVO:
2022 - 2

TEMA:
UNIDAD 1: UNIDAD DE LA COCIENCIA
SUBTEMA: Alteraciones de la estructura de la conciencia. Y Alteraciones de los
contenidos de la conciencia de captación del Yo corporal; Yo psicológico y de
captación del mundo externo.

Firma del estudiante


ALTERACIONES DE LA ESTRUCTURA DE LA CONCIENCIA

Conciencia:
Es el proceso fisiológico en el cual el individuo mantiene un estado de alerta, con pleno
conocimiento de sí mismo y de su entorno. Estructuras anatómicas involucradas Para
mantener un nivel de conciencia normal, es necesario la integridad de dos estructuras, la
corteza cerebral y el sistema reticular activador, que atraviesa el tronco encéfalo, y que
tiene una participación fundamental en el despertar.
Grados de trastorno de la conciencia
Letargia: Consiste en un compromiso incompleto de conocimiento y vigilia El paciente
está desorientado y somnoliento, pero se mantiene despierto.
Obnubilación: Es un estado de depresión completa de la vigilia, del que el paciente puede
ser despertado con estímulos leves.
Estupor: Es un estado de depresión completa de la vigilia, del que el paciente puede ser
despertado, pero sólo con estímulos intensos. Los estímulos son generalmente de tipo
doloroso (compresión de la raíz ungueal) con una superficie roma.
Coma: Constituye la depresión completa de la vigilia de la cual el paciente no puede ser
despertado con ningún estímulo.
Tipos de trastorno de conciencia
Comprenden el coma, estado vegetativo, mutismo aquinético y el estado de conciencia
mínimo.
Coma (ya definido previamente)
Estado vegetativo (coma vigil, estado apálico): El paciente mantiene la vigilia, pero hay
un trastorno severo del conocimiento. Cuando se prolonga por más de un mes se habla de
un estado vegetativo persistente.
Mutismo aquinético: Similar al estado vegetativo, pero el paciente está inmóvil con
ausencia absoluta de expresión oral sin movimientos oculares espontáneos. Sin lesión de
vías motores descendentes Se debe a lesiones septales que comprometen la integridad
frontopontina o reticulocortical a nivel del diencéfalo ventral, con preservación de las vías
motoras.
Estado de conciencia mínima: Existe un grave trastorno de conciencia, pero puede
demostrarse una mínima capacidad de conciencia auto y alopsíquica. Se diferencia del
estado vegetativo por la presencia de las conductas que traducen contenido de la
conciencia, sostenidas, reproducibles, y diferenciables de conductas reflejas, se efectúan
en respuestas a estímulos específicos, por ejemplo, obedecer órdenes simples, responder
sí o no verbal o gestualmente, comunicarse o responder verbalmente en
forma inteligible.
Los hallazgos no deben ser atribuibles a afasia, apraxia, agnosia o trastornos sensitivo
motores vinculables.
El síndrome de cautiverio (enclaustramiento ó “locked in síndrome”): Se debe a
infartos bulbprotuberanciales ventrales, que causan diplejía facial, parálisis de los nervios
craneales inferiores y cuadriparesia, el paciente no se mueve, sólo moviliza los ojos.
Grados de coma La escala de Glasgow permite no sólo la valoración inicial de la
profundidad del coma, sino también el seguimiento del paciente comatoso, permitiendo
detectar con facilidad cambios evolutivos. Consiste en asignar puntuaciones a 3
apartados: apertura ocular, respuesta verbal y respuesta motora. La Escala de Glasgow no
pretende realizar una exploración neurológica completa, únicamente valorar el nivel de
conciencia. Si se utiliza la escala de Glasgow, en general, puede afirmarse que cuando el
paciente tiene puntaje de 8 o menos está en estado de coma.
Alteraciones del Yo Corporal
Los trastornos del yo están catalogados como “trastornos de la conciencia”, solo que en
este caso la persona no presenta problemas en la ubicación temporal o espacial sino en el
reconocimiento y la relación con su yo. En este sentido, podemos hacer referencia a
trastornos que afectan el “yo corporal” mientras otros dañan el “yo psíquico”.
– Anosognosia: es la ausencia de conciencia o la incapacidad para identificar la ubicación
de cierta parte del cuerpo. Los casos pueden variar desde la simple indiferencia hasta la
ausencia total de conciencia, algo común en la hemiplejia. Normalmente este trastorno es
una consecuencia de una lesión cerebral.
– Miembro fantasma: es la sensación persistente de que el miembro amputado aún
existe. Se trata de un trastorno bastante común en las personas que sufren amputaciones
y se debe a que todos nuestros órganos tienen una proyección en la corteza cerebral, pero
esta se demora en reestructurar el nuevo esquema del cuerpo.
– Asomatognosia: es la vivencia de la desaparición del propio cuerpo (con presencia de
alucinaciones cenestésicas) o la sensación de que alguna parte del cuerpo no existe (como
creer que no tiene corazón o pulmones). Generalmente este trastorno es resultado de la
esquizofrenia.
– Agnosia táctil: es el fracaso para reconocer objetos por el tacto, sin la utilización de la
visión u otros elementos sensoriales, aún cuando la sensibilidad táctil no presenta ningún
problema. Casi siempre tiene una causa orgánica e implica la capacidad de la persona de
imaginarse esos objetos en su mente.
– Agnosia visual o “Síndrome de Charcot-Wilbrand”: se trata de la pérdida de la
capacidad para previsualizar las imágenes.
– Agnosia de ceguera o “Síndrome de Antón”: anosognosia en la que el paciente niega
su ceguera y confabula visualmente.
– Agnosia digital: incapacidad para reconocer sus propios dedos. Cuando se acompaña
de acalculia (la imposibilidad para realizar cálculos), agnosia digital, agrafia y
desorientación derecha-izquierda, constituye lo que se conoce como “Síndrome de
Gerstman”.
– Prosopagnosia: es la incapacidad para reconocer las caras familiares y los estímulos
visuales que la persona debería evocar sin problemas. En otros casos se trata de una
dificultad para el recuerdo de personas conocidas o experiencias vividas.
Existe la prosopagnosia afectiva, que aparece en el contexto de actuaciones estresantes,
las ilusiones fisiognómicas, que es la tendencia a fisonomizar objetos del entorno y la
autoidentificación, que es el signo del espejo (o sea, la persona se mira al espejo y no se
reconoce).
Yo psicológico

Sabemos que el Yo Psicológico es un manojo de vicios, errores, defectos. Las religiones


lo llaman pecados. Lo cierto del Yo psicológico es que está formado por millones de yoes,
y todos, vivos dentro de nuestra psiquis, embotellando y robando nuestra conciencia,
alimentándose de nuestra vida y nuestra energía.

Nos referimos concretamente al Yo Psicológico o yoes, mí mismo, sí mismo, cuyo


conjunto forma lo que en psicología se conoce con el nombre de Ego (del latín egus, que
quiere decir Yo).

El Ego o Yo psicológico, es el mismo subconsciente de que hablan los tratadistas


modernos.

El origen del Yo se remonta a edades inmemoriales; se dice que la humanidad permaneció


en estado divinal, ajena del mal mientras tuvo su vida paradisíaca en el Edén. La
humanidad en esa época estaba más allá del bien y del mal; y sus almas eran puras e
inocentes. El Yo tuvo un principio y tendrá inevitablemente un fin, todo lo que tiene un
principio, tiene un fin. El Ser, el Íntimo, no tuvo principio, no tendrá fin. El es lo que es,
lo que siempre ha sido y lo que siempre será. El Yo continúa después de la muerte y
retorna a este valle de lágrimas para repetir acontecimientos, satisfacer pasiones y pagar
Karma. El Ser no continúa porque no tuvo un principio, sólo continúa lo que pertenece al
tiempo, lo que tuvo un principio. El Ser no pertenece al tiempo.

Lo que continúa está sometido a decrepitud, degeneración, dolor, pasión. Nuestra vida
actual, es el efecto de nuestra vida pasada, continuación de nuestra vida pasada, el efecto
de una causa anterior.
Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa, toda causa se transforma en efecto,
todo efecto se convierte en causa. Millares de yoes constituyen el Yo o Ego que continúa
después de la muerte y retorna a este valle de lágrimas para satisfacer deseos y pagar
Karma. En cinta sucesiva los yoes pasan en orden sucesivo por la pantalla de la vida, para
representar su papel en el drama doloroso de la vida. Cada Yo de la trágica cinta tiene su
mente propia y sus ideas y criterio propio, lo que a un Yo le gusta a otro Yo le disgusta.

En materia de Psicología debemos hacer una diferenciación entre el Yo y el Ser.

El Yo no es el Ser ni el Ser es el Yo. No todo el mundo dice: mi Ser, piensa en su Ser,


pero no sabe qué cosa es el Ser y lo confunde con el Yo. Cuando golpeamos una puerta,
si alguien interroga diciendo: ¿quién es el que golpea?, nosotros contestamos siempre
diciendo: Yo!, en esto no cometemos error y la respuesta es exacta, pero cuando decimos:
todo mi Ser está triste, enfermo, abatido, entonces sí erramos torpemente porque el pobre
animal intelectual falsamente llamado hombre, todavía no posee Ser.

Conclusiones:

Efectivamente, los trastornos globales tienen en gran medida un mal pronóstico requiere
de cuidados médicos generales e intensivos, mientras que los trastornos parciales no
implican un riesgo para la vida del paciente y requiere de tratamiento psiquiátrico. En los
trastornos productivos la conciencia está menos afectado que en los deficitarios, en los
que el nivel de conciencia puede descender hasta su supresión absoluta en el coma. Las
descripciones clínicas de los trastornos productivos demuestran que su presentación pura
es menos probable que su combinación, por lo que resulta oportuno considerar la
confusión mental, el delirio onírico y el estado crepuscular como prototipos de una
ordenación difusa.

Por su parte, la mayoría de los trastornos parciales de la conciencia son fallas meta
representacionales del conocimiento del propio cuerpo y del propio psiquismo. La
autoconciencia ha perdido su papel supervisor y regulador de la actividad mental, dando
lugar a la producción de una serie de síntomas cuyo común denominador es el
reconocimiento defectuoso de la propia individualidad. Por otro lado, la conciencia se ve
alterada en su capacidad de atribuir estados mentales a los demás (TM) y, en un nivel
menos complejo, de representar correctamente los objetos externos. Estos trastornos
parciales no llevan a un derrumbe de la conciencia en su conjunto, como ocurre con los
trastornos globales, por lo que la claridad de sus contenidos permanece intacta
Anexos
Bibliografía

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