Está en la página 1de 58

CAPÍTULO II

La técnica de la prueba
y la investigación
del delito
CAPÍTULO II
LA TÉCNICA DE LA PRUEBA
Y LA INVESTIGACIÓN DEL DELITO

I. ASPECTOS GENERALES
Debemos tener muy presente que las características de cada delito deter-
minan la manera en la que ha de ser conducida la investigación desde sus actos
iniciales, la intervención de la policía, o desde la propia estrategia que diseña la
Fiscalía para poder construir un caso y llevarlo ante los jueces.
En los siguientes delitos, de modo práctico, buscaremos aplicar las técni-
cas de la prueba, de tal manera que pueda coadyuvar con la actividad del inves-
tigador, abogado o fiscal, enfocándonos para ello en la naturaleza del delito, y,
de acuerdo a eso, determinar la estrategia a seguir.
La visión molar del hecho delictivo y su desintegración en una perspecti-
va molecular permite la reconstrucción de lo fáctico que tiene relevancia penal.
El uso de un método científico apoyado en la lógica, en las máximas de la ex-
periencia y el respeto de las garantías constitucionales, evitarán que se verifi-
que afirmaciones de forma ilegal o arbitraria. La búsqueda de la verdad no debe
entenderse como una actividad que se deba hacer a toda costa, como sea, pues
la idea no es esa, pues de hacerlo, actuaríamos en un estado de primitivismo ya
superado.
Reconstruir los sucesos delictivos y la conexión de estos con un presun-
to autor o cómplice, nos obliga a acudir a la casuística para encontrar los ele-
mentos fácticos estandarizados presentes en los diversos delitos previstos en
nuestro Código Penal. Así, hemos estimado concentrar la aplicación de la téc-
nica de la prueba en los delitos de lavado de activos, peculado y colusión que
afectan a la Administración Pública, delitos ambientales y el descubrimiento
del administrador de hecho en el delito de cohecho activo transnacional, y su

87
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

conexión con la persona jurídica, los delitos de homicidio y, por último, las le-
siones que atentan contra la vida y la integridad de las personas.

II. INVESTIGACIÓN EN EL DELITO DE LAVADO DE ACTIVOS


En el caso del delito de lavado de activos se ha establecido que la prue-
ba madre o principal es la prueba indiciaria, que, como sabemos, es una prue-
ba indirecta en su concepción original. Al respecto, el indicio es un hecho que
ha sido probado mediante los medios de prueba o actos de investigación, lo
cual nos permite inferir o concluir que un hecho desconocido ha sido hallado y
probado.
Al respecto, a las personas que vienen siendo investigadas por este ilícito
penal, es común que como parte de la estrategia de investigación, les hayan le-
vantado el secreto bancario para conocer sus movimientos en el sistema finan-
ciero. Puede darse la situación que esto no sirva de nada, porque siendo esta
una modalidad de encubrimiento, no es obligatoria que se haga discurrir dinero
sucio en la banca con todos los controles que existen ahora, por lo que los esce-
narios del lavado de activos son múltiples.
Para este delito, es preciso verificar la concurrencia de un elemento subje-
tivo denominado en la doctrina “tendencia interna trascendente del lavado de
activos”, es decir, el encubrimiento del dinero ilícito, obliga al lavador a usar
todas las técnicas o formas posibles de ocultar, o dificultar el descubrimiento
del dinero que se está lavando, de allí que, como parte de la tipología del deli-
to de lavado de activos, se presentan los casos de los testaferros o terceras per-
sonas que tienen en su poder bienes de procedencia ilícita. Por esta razón, cuan-
do se realiza la investigación respecto de una persona sospechosa de lavado de
activos, también se debe indagar sobre su entorno no solo familiar, sino también
amical y laboral; porque allí podríamos eventualmente encontrar a aquellas per-
sonas que realizan estas prácticas de testaferros.
Es conocida la frase follow the money(130) o “sigue el dinero”, pues siguien-
do la ruta del dinero se puede encontrar la pista y hallar el circuito económi-
co por donde ha circulado el dinero mal habido. Los delitos patrimoniales como
el delito de lavado de activos estampan rastros o huellas que deja la circulación

(130) Esta frase se dice que viene del libro Todos los hombres del presidente, escrito por
Carl Bernstein y Bob Woodward periodistas del The Washington Post que investigaron
el escándalo de Watergate y la intervención de Richard Nixon en el mismo, y que fue
llevada al cine bajo la dirección de Alan J. Pakula y con la actuación de Dustin Hoffman
y Robert Redford; sin embargo, lo más cercano a esta popular frase que se encuentra en el
mencionado texto es “la clave fue el efectivo de la campaña secreta y, debe rastrearse todo”
que es lo que Woodward le dice al senador San Ervin.

88
La técnica de la prueba y la investigación del delito

del dinero sucio, que es el que necesitamos encontrar. Todo lo que permita esta-
blecer indiciariamente la existencia del hecho que necesitamos imputarle a una
persona, de allí que en el lavado de activos se requiera, en principio, ubicar e
identificar los bienes mal habidos, transferencias bancarias, realizar un peritaje
en el patrimonio que tiene esta persona, establecer el origen de estos fondos, re-
quiere un cruce de información, de tal manera que se pueda establecer un indi-
cio del incremento patrimonial directamente en la persona no justificado. Para
esto nos convertimos en unos sabuesos y haremos todos los rastreos necesarios.
Otro mecanismo que utilizan los lavadores es crear empresas de fachadas,
de tal forma que el dinero empiece a circular por ellas, por ejemplo, declarar ese
dinero de una supuesta actividad económica, declarar la renta, de tal manera
que se justifique legalmente el dinero inyectado a esas empresas.
Pero debemos ir más allá, establecer si las actividades comerciales que
puedan ser declaradas en la Administración Tributaria son reales o ficticias.
Esto implica revisar la contabilidad de la empresa, los inventarios de bienes,
los testimonios de personas que pudieran señalar si las actividades han existido,
por lo que generalmente se empieza a establecer una cadena de empresas que se
prestan para poder encubrir por comisiones el tema del dinero.
Se ha visto que algunas empresas elaboran contratos de servicios para jus-
tificar en la persona natural fondos obtenidos ilícitamente. En estos casos se tra-
ta de actos jurídicos simulados, ya que en la realidad jamás se ha prestado el
servicio. Siendo así, lo que debemos investigar para tratar de establecer un ni-
vel de congruencia en torno a lo que dice esta empresa, es que se acredite cuál
es el trabajo que ha realizado. La empresa puede informar y decir si ha existido
la prestación del servicio con un informe, generalmente de asesoría, pero la per-
sona no tiene el perfil para ese servicio, entonces seguimos ahondando en la in-
vestigación. Indagar sobre el producto, si se dice que han pagado 50 000 dóla-
res, cual es el resultado de esa operación, donde se creó y ejecutó.
Ahora, no solamente eso, sino también, a la propia empresa solicitarle la
información en el supuesto de haber pagado, por ejemplo, 50 000 dólares, ¿de
dónde se ha obtenido ese dinero? Se debe justificar ese ingreso, de tal manera
que ese seguimiento del dinero justamente llegue en un momento a una suerte
de vacío, es decir, ese dinero aparecerá de la nada.
Si la empresa informa que ha transferido 100 000 dólares, y esto está den-
tro de sus actividades o utilidades, etc., ese dinero tiene que cuadrar con el ca-
pital o bienes que estos tienen. Estas sumas dinerarias no mentirán y es allí,
donde va a surgir esa diferencia.
Planteamos otro ejemplo, tengo un capital de 500 000 dólares, más los
100 000 dólares, estamos por los 600 000 dólares, entonces, se infiere

89
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

rápidamente que ese dinero proviene de cualquier otro circuito y no de esta em-
presa que está fungiendo de fachada.
En el lavado de activos se utiliza personas que no tienen posibilida-
des de adquirir un bien que está siendo lavado, como testaferro. Aquí hay que
preguntarse ¿cuáles son los ingresos? Si es una persona que gana S/ 2 000 o
S/ 3 000 y acredita estar en Sunat, y ha declarado el impuesto a la renta, y de
pronto adquiere un bien de S/ 100 000, justamente, de qué manera ha llegado
ese bien a sus manos, esto debe estar debidamente justificado.
Un caso sencillo para entender lo que estamos afirmando, es el de Fernan-
do Zevallos González, quien fue condenado por el delito de lavado de activos.
En este caso se empezó a indagar cómo es que formó la empresa AeroConti-
nente y cómo adquirió aviones para transporte de pasajeros.
En principio, recordemos que esta empresa operaba con los costos de sus
pasajes menores que los de su competencia. Como las cifras no engañan, empe-
zaron a calcular que pese a la inversión realizada, no estaba arrojando utilida-
des, se infirió que la empresa estaba operando a pérdida, y ante ello surge la in-
terrogante de ¿cómo podía sostenerse en el tiempo?, lo que llevó a la respuesta
de que existían capitales sucios inyectados que le permitían hacerlo.
Al lavador no le interesa perder porque el dinero es mal habido, lo que está
haciendo es generar una actividad económica para tratar de cubrirlo y procu-
rar limpiar el dinero ilícito. Es un error del lavador, porque empieza a dar seña-
les de que algo no está funcionando bien, el capitalista invierte para ganar, no
invierte 100 dólares para ganar 90 dólares, pues trabaja a pérdida y tiene que
paralizar su actividad o salir del mercado, pero si trabaja a pérdida y aún se
mantiene operando, ¿cómo se cubre esa parte? Pues ya lo está, se palanquea la
actividad con dinero sucio. El lavador puede trabajar a pérdida porque esta no
es su finalidad, sino la de lavar los capitales sucios.
Esta es una señal y un error frecuente de los lavadores, dentro de una labor
más sofisticada, al lavador le interesa generar renta para no levantar sospecha,
entrar al mismo precio que el mercado, porque al final va a encubrir de esta ma-
nera sus bienes ilícitos.
El error de AeroContinente en su momento fue que se hizo muy visible al
tratar de ingresar con precios baratos que no justificaban la inversión que había
realizado. Si no se tiene dinero y se está trabajando a pérdida y aún así se man-
tiene, quiere decir que existe un capital que permite sostenerla, que no necesa-
riamente tiene que ver con la utilidad que se genera. Esa es una primera señal
de alerta.

90
La técnica de la prueba y la investigación del delito

En el caso comentado, el procesado refirió que justificaría los aviones que


adquirió, es allí donde nos remitimos al origen del dinero, pues la justificación
que alegó fue que había trabajado en la empresa Tausa en la selva, constituida
con capital colocado por su madre, y que luego esta compró una avioneta y que
además cobraron seguros por avionetas siniestradas.
Se indagó en el patrimonio de la madre y ella apenas tenía una pensión de
viudez, por lo que no se justificó el aporte de capital para Tausa, a partir de allí
se empezó a tejer la hipótesis que este era un caso de lavado de activos vincula-
do con el narcotráfico. Utilizar avionetas en una zona de alta incidencia de deli-
tos de tráfico ilícito de drogas, puede sustentar que está interviniendo en la pro-
pia actividad del narcotráfico, o es parte de una cadena que te lleva a fundar
una línea aérea.
Zevallos prestó servicios en la Fuerza Aérea y fue dado de baja y no te-
nía ingresos justificados, en tal caso, se puede inferir que el dinero tenía dudosa
procedencia si es que se dedicaba a dar servicios aéreos en una zona con alta in-
cidencia de narcotráfico.
La búsqueda de información parte desde la génesis de los bienes, para lle-
gar hasta lo que se posee en la actualidad. ¿Cómo luego de ser parte de una
empresa Tausa y tener avionetas se llega a fundar AeroContinente con aviones
Boeing? Para explicar ese tránsito se tuvo que evaluar las justificaciones o coar-
tadas que se dieron. Los actos de investigación deben dirigirse a rastrear el ori-
gen y examinar si todas las justificaciones del origen del patrimonio tienen sus-
tento probatorio. Se debe evaluar la consistencia de esa justificación, pues si no
hay explicación razonable, ya tenemos un dato sólido para concluir que el ori-
gen de los bienes es ilícito.
Esto es importante en un trabajo de investigación fiscal, puesto que todo
acto de indagación sirve. Aquí hay una regla, si la prueba no es ilegal, está den-
tro del principio de libertad de prueba todo aquello que nos permita acreditar
una tesis de imputación por lavado de activos. Esto es aplicable a cualquier de-
lito, de tal modo que son sus caracteres los que van a determinar cuáles son los
actos de investigación y cuáles los posteriores actos de prueba a realizar. Esto
puede ser variable y dependerá del Ministerio Público determinar cuáles son los
futuros actos de investigación, que como medios de prueba, se presentarán en
juicio para probar la imputación.
Los peritajes son fundamentales para establecer estrategias de investiga-
ción y, en este caso, tenemos a los peritajes financieros y contables. Existe un
dato que generalmente nos da pistas para poder establecer que hay algo extra-
ño, por ejemplo, es recurrente que como descargo en un delito por tenencia ile-
gal de armas o tráfico ilícito de drogas, se arguye que la policía los ha sembra-
do. En el caso del delito de lavado de activos hay algunos hechos que nos dan

91
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

una señal, como por ejemplo, la destrucción de las fuentes de información, los
libros contables y las actas, ello si se trata de un tema vinculado a empresas.
Este es un dato que nos permite establecer que se busca entorpecer la investiga-
ción y que se esconde algo, por lo que resulta fundamental realizar un cruce de
información, ya que si no la tengo por un lado, lo podré obtener o sacar por in-
ferencia de otro.
Es importante que la policía tenga claro el objetivo, de modo que establez-
ca una suerte de desbalance patrimonial respecto del lavador; ya respecto de la
ilicitud es otro tema que, si bien puede ayudar en la investigación fiscal, en el
delito de lavado de activos tiene que apuntarse a determinar cuál es el origen
ilícito, porque dado que la ilicitud es un elemento del tipo penal, este se tiene
que probar, no con fecha, día, hora en que ocurrió el delito previo, sino un razo-
nable contexto previo de criminalidad. Por eso desde el punto de vista político
criminal, no es necesario que el delito fuente tenga que acreditarse con una sen-
tencia condenatoria, bastan indicios concurrentes que esta persona ha partici-
pado en actividades delictivas previas. En tal sentido, esto nos permite fijar una
hipótesis que lo que se está lavando son bienes que tienen procedencia ilícita.
Si bien es cierto en nuestro país no existe la posibilidad de la inversión de
la carga de la prueba, sin embargo, si las defensas presentan afirmaciones, son
ellos los que deben probarlo. La defensa puede formular teorías y estas pueden
ser verificadas o no, pero la mala justificación puede ir en contra del propio im-
putado. Por ejemplo, Zevallos sostenía, que su madre había invertido en la em-
presa de avionetas y se verificó que ella era una persona sin muchos ingresos
pues apenas tenía una pensión de viudez.
Estos elementos son importantes en el delito de lavado de activos, los indi-
cios de mala justificación también pueden abonar en el tema de poder establecer
el origen ilícito del dinero.
Lo que se plantea es que exista un plan de investigación claro que esta-
blezca unas líneas por las cuales va a discurrir la investigación a nivel policial,
los peritajes, testimonios y, esto también tiene que ser utilizado por la fiscalía.
El plan se va evaluando, modificando, siempre y cuando se tengan los objetivos
bastante claros.
Si tenemos los objetivos bien definidos, el resto estará bajo la regla de li-
bertad de prueba, trasladando la libertad de investigación el fiscal puede utilizar
todas las formas legales y constitucionales dentro de su rol persecutor del delito
con el apoyo de la policía. Para esclarecer los hechos respecto de la prueba del
delito de lavado de activos, a continuación presentamos la valoración probato-
ria que realizó la Primera Sala Penal de Lima en la sentencia recaída en el Ex-
pediente N° 1882-2006-Lima, de fecha 19 de diciembre de 2005 en el caso de
Zevallos Gonzáles:

92
La técnica de la prueba y la investigación del delito

“6.15. IMPUTADO FERNANDO MELCIADES ZEVALLOS GONZÁLES O


FERNANDO MELCIADES ZEVALLOS GONZÁLEZ
6.15.1. Hechos Imputados
Se imputa al acusado Fernando Melciades Zevallos Gonzáles o Fernando
Melciades Zevallos González los siguientes hechos:
a) Haber utilizado las aeronaves de la Compañía de Aviación AeroConti-
nente para el transporte de droga, en su condición de propietario de esta.
Dicha actividad la realizó dentro del marco de funcionamiento de la or-
ganización criminal dedicada al tráfico ilícito de drogas, liderada por los
hermanos López Paredes.
b) Haber utilizado a la Empresa AeroContinente S.A. para introducir en
forma sistemática bienes de capital de provenientes del tráfico ilícito de
drogas”.
“A. Con relación a la imputación por lavado de activos
Cuestión previa. Para efectos de la determinación de la responsabilidad del
acusado Fernando Zevallos, respecto a la imputación fiscal por lavado de acti-
vos, la Sala estima que si bien la imputación está vinculada al supuesto fácti-
co constituido por el crecimiento desmesurado de la Empresa AeroContinen-
te, en el periodo del noventidós al noventa y cinco, dicho crecimiento puede
estar relacionado a la inyección de capitales de procedencia ilícita con anterio-
ridad a dicho periodo. La valoración que se haga entonces respecto a activida-
des ilícitas, anteriores a dicho periodo, no implica desvincularse de la acusa-
ción fiscal, ni supone inobservar el principio de legalidad, teniendo en cuenta
que:
a) La verificación del acto de lavado, a través de la Empresa AeroContinen-
te, en los términos de la imputación fiscal, se habría verificado en el pe-
riodo antes mencionado (supuesto fáctico). Empero, ello no es óbice para
que en la valoración de la imputación el juzgador evalúe la existencia de
hechos determinantes anteriores a dicho periodo; esto es, que los bienes
de capital utilizados para constituir AeroContinente pueden haberse ob-
tenido por una actividad ilícita anterior.
b) La circunstancia que dichos bienes hayan sido generados con anteriori-
dad a la vigencia del tipo penal de lavado de activos, no excluye la posi-
bilidad que se utilice en un acto de lavado posterior a la vigencia del tipo
penal, teniendo en cuenta el carácter secuencial y concatenado del deli-
to en mención. Lo decisivo para fundar la responsabilidad por este deli-
to, a nivel del tipo subjetivo, es el conocimiento por parte del agente de
la procedencia ilícita del bien reciclado.

93
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Formuladas estas digresiones, el análisis valorativo que hará el Colegiado in-


cluirá el periodo de constitución de la Empresa Tausa, para luego evaluar la
constitución y crecimiento de la empresa AeroContinente.
Constitución de la Empresa Tausa. La Sala considera pertinente precisar,
que el acusado no ha podido sustentar con documentos los ingresos que for-
maron el capital social para la constitución de la citada empresa. En este con-
texto, los elementos de juicio que avalan tal afirmación son los siguientes:
(i) El propio dicho del encausado, quien en la sesión de audiencia de fecha
diecisiete de noviembre de dos mil cuatro, argumentó que por el trans-
curso del tiempo no existen archivos que acrediten la procedencia del di-
nero. En este sentido, la declaración del acusado se ve corroborada con
el Informe Contable número veintiséis-diez-noventisiete-DINANDRO,
el cual guarda relación con el Informe Contable treintinueve-DIRF, su
fecha cinco de agosto de mil novecientos ochentitrés, en el cual se con-
cluye que la Empresa Tausa no cuenta con las operaciones realizadas du-
rante los ejercicios contables de mil novecientos ochenta a mil novecien-
tos ochentiuno, hallándose incompleta la correspondiente al año de mil
novecientos ochentidós, tal como se advierte de fojas cincuentiséis mil
ochocientos veintiséis del Tomo J-tres.
(ii) Aunado a ello, en los años precedentes a la creación de la citada em-
presa, Zevallos Gonzáles contaba con menos de dieciocho años de edad,
habiendo sido separado de la Escuela de la Fuerza Aérea mediante Re-
solución Ministerial número quinientos noventitrés-setenticinco/AE, de
fecha veintidós de abril de mil novecientos setenticinco y dado de baja
con Resolución Ministerial número mil setecientos veinticuatro-seten-
tiséis/AE, de fecha dieciocho de octubre de mil novecientos setentiséis.
Hecho que es corroborado con el Oficio Reservado U-cincuenta SGFA-
CIO setecientos treintiséis que obra en autos de fojas setentiocho mil no-
vecientos cuarenta a setentiocho mil novecientos cuarentiuno.
(iii) Además, es importante precisar que años antes a la creación de la citada
empresa, se produce la muerte del padre del acusado, Dióscoro Zevallos
Gómez. A los familiares sobrevivientes no se les otorgó ningún pago de
seguro o indemnización, tal como se advierte del Oficio número cien-
to ocho-dos mil cinco-PROMIEN-MINSA, el cual adjunta la Resolución
número ochocientos sesentisiete-setentisiete-SA, que obra en el Tomo T-
cuatro, anexo veintiséis del Parte Ampliatorio número veinticinco-once-
noventisiete-DINANDRO que obra a fojas dos mil ochocientos treintio-
cho del expediente.
(iv) Por otro lado, no obstante que el acusado ha manifestado que la citada
empresa le reportó utilidades, debe mencionarse además que las mismas
fueron producto de los seguros cobrados a raíz de los accidentes que

94
La técnica de la prueba y la investigación del delito

sufrían las aeronaves, no siendo sólido el fundamento que dichos acci-


dentes hayan sido consecuencia de acciones terroristas. En este sentido,
el Colegiado considera que este tipo de acciones constituyen una moda-
lidad propia de las organizaciones delictivas para darle apariencia legal
al dinero proveniente de actividades ilícitas, reinsertándolos en el mer-
cado financiero para evadir todo tipo de control. Indicio claro está que
debe ser corroborado con otros indicios contingentes.
(v) Por otro lado, es de precisar que el acusado Fernando Zevallos susten-
ta en forma reiterada durante el desarrollo del proceso, su solvencia eco-
nómica tomando como referencia el Parte Ampliatorio número cero
veinticinco-once-noventisiete-DINANDRO-DINFI. No obstante, el
Colegiado concluye que dicho documento carece de valor probatorio, por
las razones que a continuación se detallan:
En el citado documento no se acredita instrumentalmente el aporte de
los socios fundadores de la Empresa Tausa para su constitución en el año
de mil novecientos ochenta. En este sentido, la Sala considera que la se-
ñora Sara María Gonzáles Gavancho viuda de Zevallos no se encontra-
ba en posibilidades económicas para aportar los ochocientos mil nuevos
soles iniciales para la conformación de Tausa, toda vez que esta recibía
una exigua pensión por viudez. Asimismo, el aporte de los cincuenta mil
soles por parte del acusado Zevallos Gonzáles no se sustenta en activi-
dades lícitas o trabajos estables, ya que el citado encausado había sido
recientemente separado de la Fuerza Aérea.
Asimismo, en el citado parte no obra documento alguno que avale la
procedencia de los veintitrés mil ochocientos cincuenticinco dólares
americanos, con los cuales la Empresa Tausa adquirió su primera avio-
neta en el año de mil novecientos ochenta, ni tampoco el aumento de ca-
pital social que con fecha doce de febrero del año en mención se realizó
por parte de los socios, el cual se vio incrementado en catorce mil soles
adicionales.
En este contexto, el Colegiado precisa que si bien el acusado Zevallos ha
venido sosteniendo que dicho aumento de capital provenía del cobro del
seguro por el siniestro de la avioneta de matrícula OB-mil ciento ochen-
tinueve, esta versión queda desacreditada ya que la aseguradora recién
hizo efectivo el pago en abril de mil novecientos ochentidós, es decir,
cerca de dos años posteriores al incremento del capital social de la em-
presa Tausa.
Constitución de la Empresa AeroContinente. Ha quedado establecido que
la formación de la Empresa AeroContinente se realizó con fecha cuatro de
enero de mil novecientos noventidós. Ahora bien, con relación a su creación
se plantean dos hipótesis, que han sido materia del contradictorio:

95
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Primero: El argumento esgrimido por el encausado Fernando Zevallos duran-


te el juicio oral en el cual precisa que la creación de la citada empresa obede-
ció a la transacción comercial que realizaron las Empresas AeroContinente y
Occidental Petroleum Company (OXY), empresa última que financiaría la ad-
quisición del primer avión; y,
Segundo: La constitución de dicha empresa se hizo con dinero proveniente
del tráfico ilícito de drogas y con la finalidad de transportar drogas a nivel
internacional, por parte de la organización criminal que era liderada por los
hermanos López Paredes. Motivo por el cual la citada organización criminal
le facilitó la suma de un millón cuatrocientos mil dólares americanos para la
adquisición del avión con el cual empezaría a operar AeroContinente.
Al respecto, el Colegiado evaluando las pruebas generadas durante el proce-
so concluye que dicho capital proviene del tráfico ilícito de drogas, dinero que
fue inyectado a la Empresa AeroContinente dentro del proceso o circuito del
lavado de activos. Para esta conclusión la Sala toma como fundamentos los si-
guientes elementos de juicio:
La contradicción en la que incurre el procesado Zevallos, respecto a las
circunstancias de la adquisición de la primera aeronave para la Empre-
sa AeroContinente. Pues, tal como ha quedado establecido en los acápi-
tes vii) y xvii) del literal b) (Declaración del acusado Fernando Zevallos), del
punto tres punto quince punto tres sobre pruebas actuadas, este refiere que
el dinero para la compra de dicha aeronave fue financiado por la Empresa
Occidental Petroleum Company. Sin embargo, en los acápites xvii) y iii) de
los puntos antes citados, este se contradice y refiere que la compra del pri-
mer avión para AeroContinente se realizó con los fondos de los seguros de las
avionetas siniestradas de la Empresa Tausa, la cual –según la propia versión
de este acusado– ascendió a un millón cuatrocientos mil dólares americanos,
tal como lo reitera en la sesión de audiencia con fecha primero de diciembre
del año dos mil cuatro.
En el Parte Ampliatorio número cero veinticinco-once-noventisiete-DINAN-
DRO-DINFI en el que se realiza un análisis contable de la Empresa Tausa, no
se acredita documentalmente que esta haya cobrado la suma de un millón no-
vecientos sesentisiete mil quinientos setentiocho dólares americanos. Empero,
lo que ha quedado acreditado es que con fecha veintiocho de mayo al dieciséis
de setiembre de mil novecientos noventidós se hizo efectivo el pago del segu-
ro por el siniestro de la avioneta de matrícula OB-mil ciento ochenta y nueve,
obrante a fojas dos mil ochocientos ochenta. De este modo, se observa que el
dinero para la compra del primer avión de AeroContinente, no pudo provenir
tampoco del cobro de los seguros. Por lo que el argumento esgrimido por el
citado encausado carece de verosimilitud.

96
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Aunado a ello, evaluando su propia declaración instructiva de fojas quince mil


treintiocho, ampliada a fojas quince mil ciento doce del Tomo-Y, se advierte
que la compra del primer avión Boeing modelo BC-setentitrés sesentidós cero
cero se realizó en parte con capital obtenido por el siniestro de una aeronave
de la Empresa Tausa, versión que acredita que el dinero invertido para dicha
adquisición no provino del todo del contrato celebrado con la OXY.
En autos, existen otros elementos probatorios que acreditan que las declara-
ciones vertidas por el acusado Fernando Zevallos en el transcurso del proce-
so son falsas. En este sentido, no obra en el expediente ningún documento que
acredite que por la compra del primer avión OB-mil cuatrocientos noventitrés
que adquirió a nombre de la Empresa International Pacific Trading, el acusa-
do haya pagado la suma de un millón doscientos cincuenta mil dólares ame-
ricanos, tal como se observa del Parte Ampliatorio número cero veinticinco-
once-noventisiete-DINANDRO-DINFI y de la Pericia Contable Judicial, de
fecha catorce de diciembre de mil novecientos noventicinco.
Por el contrario, el Colegiado deja establecido que según el Informe número
quinientos once-noventicinco-ADUANAS-cero dos cero uno, que analiza las
Ordenes de Internamiento Temporal, Resumen de Declaración Jurada, precio
FOB de la primera aeronave de matrícula OB-mil cuatrocientos noventitrés, el
acusado pagó la suma de tres millones quinientos mil dólares americanos, ae-
ronave que llegó al Perú con fecha siete de julio de mil novecientos noventi-
dós, tal como se establece a fojas veinticinco mil quinientos cuarentiséis del
Tomo P–uno.
Ahora bien, la Sala estima que el precio que se pagó por la primera aeronave
es el de tres millones quinientos mil dólares americanos y no un millón dos-
cientos cincuenta mil dólares americanos como sostiene el acusado. Para ello
toma como fundamentos los siguientes:
- La adquisición del avión Boeing setecientos treintisiete-doscientos
ochentiséis de matrícula OB-mil quinientos once por la suma de tres mi-
llones quinientos mil dólares americanos, tal como consta en el Anexo
uno del Parte número ciento cuarentitrés-cero siete- noventicinco-DI-
NANDRO del Tomo P-uno.
- La compra por parte de la International Pacific Trading del avión Boeing
setecientos treintisiete-doscientos cuarentisiete de matrícula OB-mil
quinientos treintiséis, también valorizado en tres millones quinientos mil
dólares americanos, conforme se establece en el anexo antes mencionado.
- La adquisición por parte de la Empresa Cargo Air Craft Leasing Corpo-
ration del avión Boeing setecientos veintisiete-treinticinco de matrícula
OB-ciento cuarentinueve-FN-también por la suma de tres millones qui-
nientos mil dólares americanos.

97
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Por ende, el Colegiado concluye en base a todo el caudal probatorio anterior-


mente señalado que el primer avión OB-mil cuatrocientos noventitrés tenía el
valor antes mencionado. En consecuencia, esta diferencia entre el valor con-
signado por el acusado y su valor real, genera otro indicio concurrente respec-
to al origen ilícito de la diferencia.
El origen ilícito del dinero utilizado en la adquisición de la primera aeronave
queda establecido por la Sala atendiendo a las siguientes consideraciones.
(i) La sindicación formulada por parte del testigo impropio Jorge López Pa-
redes, sentenciado por tráfico ilícito de drogas, en el sentido de que pro-
porcionó un millón cuatrocientos mil dólares americanos al acusado
Zevallos. Sindicación expresada primigeniamente en una declaración ju-
rada, y cuya veracidad es ratificada con la declaración testimonial pres-
tada por el citado sentenciado en juicio oral, con las garantías propias del
debido proceso. En este sentido, el Colegiado estima que la versión dada
por López Paredes en este contexto prevalece. El argumento formulado
por el acusado en el sentido que tanto Jorge López Paredes como él mis-
mo no estaban en el país a la fecha en que se produce la entrega del di-
nero debe ser desestimada, toda vez que ello no imposibilita su despla-
zamiento para concretar la ilícita reunión, más aún si estamos ante una
organización criminal, cuya naturaleza es la encubrir sus actos ilegales.
(ii) La declaración espontánea de la sentenciada Zelideth Castillo Villalo-
bos, ante un medio de prensa local y que fuera registrado en video, in-
corporado por la Sala con las formalidades de ley y sometido al debate
contradictorio en el estadio de oralización de documentos. El valor do-
cumental de dicha entrevista está sustentado en el hecho que la citada
persona prestó dicha declaración libremente, conforme puede apreciar-
se en la visualización realizada en la sesión de fecha quince de julio de
dos mil cinco. En la visualización antes señalada puede apreciarse que
la deponente tenía conocimiento de que estaba siendo filmada. En cuan-
to a su retractación posterior a dicha entrevista, en juicio oral, el Cole-
giado la valora como consecuencia del temor o compromiso evidenciado
por la testigo, en el acto oral, en la que señaló, conforme consta en acta,
su deseo de no declarar más y a su negativa reiterada a concurrir a juicio
a testimoniar.
El uso del dinero ilícito, obtenido en estas circunstancias, para la confor-
mación de la Empresa AeroContinente se sustenta en los siguientes indicios
concurrentes:
(i) El acusado no explica razonablemente la motivación para la creación de
empresas off shore, para trabajar con la empresa AeroContinente, coinci-
dentemente en la época en que se produjo la entrega del dinero por parte
de Jorge López Paredes.

98
La técnica de la prueba y la investigación del delito

(ii) Las transferencias de dinero realizadas desde el año de mil novecien-


tos noventidós a favor de la Empresa International Pacific Trading, por
montos mayores a los que la Empresa AeroContinente obtenía, sin de-
jar de mencionar que dicha empresa –la cual participó directamente en
la triangulación de la compraventa de los aviones para AeroContinen-
te–, era de propiedad del mismo acusado. En este sentido, si bien el pro-
cesado Zevallos Gonzáles ha tratado de explicar la procedencia del capi-
tal de la Empresa Aerocontinente, no ha quedado sustentado de manera
fehaciente de dónde provenía el capital con el cual se inyectaba a las em-
presas constituidas en el extranjero, y de las cuales era propietario. En
este sentido, igualmente debe mencionarse que la pericia contable efec-
tuada, de fecha catorce de diciembre de mil novecientos noventicinco,
–la misma que abarcase solamente la documentación relacionada con la
Empresa de Aviación AeroContinente, y no con las empresas off shore
de las que el acusado Zevallos Gonzáles o Zevallos González era propie-
tario y que servían como intermediarias de la empresa evaluada–, es in-
suficiente para efectos de la determinación de la existencia de lavado de
activos, pues el objeto de la misma se centró en la Empresa AeroConti-
nente, pero no incluyó las empresas periféricas, de propiedad del acusa-
do Zevallos.
(iii) En el informe emitido en el Parte Policial número ciento cuarenti-
trés-cero siete-noventicinco-DINANDRO, citado en el punto b) de
los acápites señalados en el párrafo anterior, se advierte que el acusa-
do Zevallos Gonzáles utilizó maliciosamente la Empresa AeroContinen-
te para lavar activos provenientes de actividades ilícitas, constituyendo
y utilizando empresas de su propiedad en Estados Unidos las cuales re-
portaban un superávit que el acusado no ha podido acreditar documen-
talmente. En este sentido, la Sala considera que dicho parte tiene valor
probatorio por las siguientes consideraciones: a) La ratificación del ci-
tado documento por parte de los instructores, César Matallana Ríos
–Coronel de la Policía Nacional del Perú– y Pablo Ricardo Alama Flores
–Mayor de Policía Nacional del Perú–, en la sesión de audiencia de fecha
doce de mayo de dos mil cinco, cuya acta obra a fojas setentinueve mil
quinientos diez. b) El análisis y las conclusiones a las que llega el cita-
do parte consta de documentación sustentatoria emitida por diversas en-
tidades estatales (Superintendencia Nacional de Administración Tributa-
ria, Superintendencia General de Aduanas, Ministerio de Transportes y
Comunicaciones, entre otras) y empresas privadas (Contrato de Alquiler-
Venta de las aeronaves entre AeroContinente con International Pacific
Trading, Cargo Air Craft Leasing Corporation, Documentación de Prés-
tamos al Banco Interandino, entre otras); c) Dicho documento no fue ob-
jeto de tachas por ninguna de las partes procesales.

99
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

iv) Sin embargo, es de precisar también que la Sala al analizar el Parte Am-
pliatorio número cero veinticinco-once-noventisiete-DINANDRO-
DINFI, considera que dicho documento carece de todo valor probato-
rio por las siguientes consideraciones: a) En dicho parte no se aprecia la
documentación sustentatoria que acredite el mérito de sus conclusiones,
a diferencia del Parte Policial número ciento cuarentitrés-cero siete-
noventicinco-DINANDRO. En este sentido, el Colegiado analizó en el
punto A. “Con respecto a la constitución de la Empresa Tausa” del pun-
to tres punto quince punto cuatro “Valoración de la prueba”, todas las
omisiones que con respecto a la constitución de la Empresa Tausa se ad-
vierte del parte en mención, llegando a la conclusión que la familia Ze-
vallos Gonzáles no contaba con dinero suficiente acreditado documen-
talmente, que sustente sus posibilidades de constituir una empresa de
transporte aéreo en la selva; b) Los borradores del Parte Policial en cues-
tión, fueron encontrados en el allanamiento realizado en la oficina de la
Empresa AeroContinente, ubicada en calle José Pardo número cuadra
seis, distrito de Miraflores conforme consta en la comunicación presen-
tada por la Parte Civil e incorporada en la sesión de audiencia del cator-
ce de diciembre del presente año. Esta circunstancia si bien no es defini-
tiva y debe ser objeto de esclarecimiento en la instancia correspondiente,
da lugar a que el Colegiado la asuma con reserva. Por lo demás, es me-
nester señalar que uno de los informantes en el presente Parte, Cancino
Ordinola aparece igualmente suscribiendo el Parte ciento cuarentitrés,
cuyo contenido comparado es contradictorio el uno con relación al otro,
por lo que resulta ilógico que la misma persona suscriba dos documen-
tos incompatibles entre sí, por lo que es menester formar el cuaderno co-
rrespondiente y elevarlo al Fiscal Supremo para los fines pertinentes, de
conformidad con el artículo doscientos sesenticinco del Código de Pro-
cedimientos Penales.
v) Aunado a lo dicho anteriormente, se tiene que la SUNAT mediante Ofi-
cio número dos mil trescientos veintidós-noventisiete-R uno, su fecha
veinte de agosto de mil novecientos noventisiete, remitió información
precisando que el acusado Zevallos, durante el periodo comprendido en-
tre los años mil novecientos noventiuno a mil novecientos noventicinco
no era contribuyente activo, conforme se corrobora a fojas dos mil dos-
cientos treintiocho. En este sentido, si bien el encausado ha señalado du-
rante el desarrollo del proceso estar al día en sus obligaciones tributa-
rias, esto se produjo posteriormente, cancelando los intereses moratorios
y la deuda impaga por los años precedentes, conforme lo acredita el cita-
do oficio remitido por la SUNAT. Lo anteriormente señalado por el Co-
legiado queda acreditado con la Pericia Judicial Contable de fecha ca-
torce de diciembre de mil novecientos noventicinco y de las copias de
los Formatos de Declaración Jurada que obran en el Tomo S-cuatro del
expediente.

100
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Por lo demás, el Colegiado acredita detalladamente en este acápite el creci-


miento desmesurado en un plazo muy limitado y sin sustento documentario
de los ingresos de algunas de las empresas del acusado Zevallos Gonzáles. En
este sentido, se tiene la compra de los cuatro aviones a nombre de la Empresa
International Pacific Trading; a saber:
- El Boeing mil cuatrocientos noventitrés (tres millones quinientos mil dó-
lares americanos) que llega al Perú con fecha siete de julio de mil nove-
cientos noventidós.
- El Boeing setecientos treintisiete-doscientos ochentiséis (tres millones
quinientos mil dólares americanos) que llega al Perú con fecha cuatro de
setiembre de mil novecientos noventidós.
- El Boeing setecientos treintisiete-doscientos cuarentisiete (tres millones
quinientos mil dólares americanos) que llega al Perú con fecha primero
de abril de mil novecientos noventitrés.
- El Boeing setecientos veintisiete-treinticinco (cinco millones de dólares
americanos) que llega al Perú con fecha nueve de julio de mil novecien-
tos noventitrés.
Además de los dos aviones a nombre de la Empresa Cargo Air Craft Leasing
Corporation:
- El Boeing setecientos veintisiete-cero noventicinco F (cinco millones de
dólares americanos) que llega al Perú con fecha diez de marzo de mil no-
vecientos noventitrés.
- El Boeing setecientos veintisiete-treinticinco (tres millones quinientos
mil dólares americanos) que llega al Perú con fecha veinte de agosto de
mil novecientos noventitrés.
A ello se agrega, un avión a nombre South West International Holding Inc. a
nombre de su cuñada Mónica Córdova Sánchez:
- El Boeing setecientos treintisiete-doscientos veintidós (tres millones qui-
nientos mil dólares americanos) que llega al Perú con fecha veinticinco
de abril de mil novecientos noventicuatro.
Por otro lado, debe valorarse el Informe cero veintidós-dos mil uno-
INDECOPI/ CLC de fecha once de julio del año dos mil uno en donde se se-
ñala que el Banco de Crédito, cerró las cuentas del acusado Zevallos Gonzá-
les debido a la negativa de proporcionar sus estados financieros auditados que
permitieran acreditar que el dinero depositado tuviera procedencia lícita. In-
dicio concurrente que el acusado no ha podido desvirtuar.

101
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Finalmente, cabe precisar que el acusado no ha acreditado ni demostrado du-


rante el desarrollo del proceso los ingresos percibidos, los cuales señala que
los tenía depositados en el Sotuer Bank”.

III. INVESTIGACIÓN EN DELITOS AMBIENTALES


En estos delitos el bien jurídico afectado es el medio ambiente, la ecolo-
gía, por lo que se lesiona el derecho de las personas de vivir en un mundo que
les permita desarrollarse como seres humanos de manera digna. Al respecto, es
de público conocimiento cómo en el curso de las actividades extractivas mine-
ras o petroleras, se ha generado un daño terrible a la ecología, por lo que a cual-
quier actividad que afecte el medio ambiente y que sea realizada ya sea dolosa-
mente o no, corresponde determinar responsabilidades tanto individuales, como
corporativas o empresariales.
En principio, toda actividad que contamine el medio ambiente requiere de
un estudio de impacto ambiental, herramienta que es utilizada a efectos de evi-
tar o mitigar los daños que pudieran generarse producto de la actividad econó-
mica. Resulta pues, un instrumento importante para las empresas con miras a
desarrollar de manera sostenible sus actividades, siendo respetuosas de las leyes
sobre la ecología.
A veces estos instrumentos de gestión ambiental son desbordados por las
empresas, arrastrándolos el deseo de arrancar recursos de la naturaleza para po-
der comercializarlos. Un ejemplo es la actividad minera que emplea contami-
nantes y que son vertidos a los ríos o al mar, contaminándolos y generando con-
secuencias desastrosas para la fauna y la flora.
Un primer dato es identificar cuál es la empresa minera o petrolera que
está afectando el medio ambiente, si se tiene esta información se debe practi-
car un peritaje para determinar hasta qué punto se ha afectado a la ecología.
Toda actividad va a generar un impacto, son los costos que se deben asumir,
sin embargo, se fija por ley cuál es el nivel permisible de los contaminantes, de
tal forma que se pueda sancionar administrativa o penalmente si estos han sido
desbordados, afectando con ello al medio ambiente. Ante un hecho objetivo de
contaminación de un río, en la investigación se debe vincular la contaminación
con las empresas del área que operan en el entorno. Si tenemos dos empresas
mineras que operan sobre lo mismo, allí tendríamos que indagar para distinguir
cuál de ellas es la que realizó la actividad contaminante. Esto implica la toma
de declaraciones a testigos que vieron cómo se originaba esa actividad de verter
químicos contaminantes en el río, entre otros.
El tema ambiental es complicado, ello debido a que estos bienes jurídicos
protegidos penalmente están elevados a la categoría de derechos difusos, ya que

102
La técnica de la prueba y la investigación del delito

la afectación es para todas las personas que viven en la zona impactada. Siendo
así, tiene que realizarse un monitoreo del área donde se estaría realizando la ac-
tividad que afecta el medio ambiente.
En una actividad de este tipo, definitivamente tenemos que realizar peri-
tajes, de forma tal que podamos establecer de qué manera se está afectando la
ecología y también a las personas. Por ejemplo, el transporte de plomo en el
puerto del Callao traía como efecto que se diseminara como polvo en el medio
ambiente y sea aspirado por las personas. El peritaje de plomo estableció que
los niveles de plomo en el ambiente estaban por encima de lo permitido y cuan-
do se realizaron exámenes de sangre en niños se apreciaba que ya estaba en su
organismo por encima del nivel normal, provocando a lo largo de su vida una
variedad de enfermedades por intoxicación.
Si establecemos la afectación, lo que corresponderá es determinar quién o
quiénes son los responsables. Si contamos con el peritaje que arroja que los ni-
veles de contaminación están por encima de lo permisible por la ley, ese es un
hecho que tenemos acreditado, y si tenemos la información de cuál es la fuen-
te contaminante, ya podemos conectar a la persona jurídica y a sus directivos,
quedando por desentrañar si han obrado con dolo o culpa.
El peritaje generalmente va a estar centrado en un aspecto sustancial del
tema de contaminación del medio ambiente. El asunto a nivel empresarial o
corporativo es determinar o atribuir directamente responsabilidad a la perso-
na o las personas que teniendo una labor directiva en la empresa la infringieron.
Sobre este respecto, sabemos que la determinación de responsabilidades a
nivel de estructuras empresariales es bastante compleja, de manera que el hecho
de identificar a quién o quiénes serían los funcionarios responsables de los actos
contaminantes de la empresa, es decir, a quiénes se les puede atribuir responsa-
bilidades, resulta un tanto difícil.
En nuestro país, respecto de una persona jurídica, la atribución de respon-
sabilidad es indirecta, toda vez que para poder sancionarla, necesaria y obli-
gatoriamente se debe establecer responsabilidad individual de algún directivo
de la empresa. En otros sistemas legislativos como el norteamericano, no existe
la necesidad de establecer quién es el responsable individual del delito de con-
taminación ambiental, sino simplemente la sanción de carácter penal puede ir
contra la persona jurídica, lo que se denomina como responsabilidad penal di-
recta de la persona jurídica.
¿Cómo podemos identificar dentro de una entidad, quiénes son los pre-
suntos responsables? Esta tarea supone la necesidad de averiguar quiénes están
dentro de la estructura orgánica de la empresa desde el punto de vista formal.
Esta información se puede extraer de los Registros Públicos, de la información

103
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

que brinde la persona jurídica, o, en su defecto, ante la renuencia de proporcio-


narla, la solicitará el juez. Dentro de una investigación a nivel fiscal, procesal-
mente se suele echar mano de medidas restrictivas de derechos tales como la
incautación y el allanamiento, ello a efectos de extraer documentación y evi-
dencias que permitan aclarar quiénes han intervenido en las órdenes o decisio-
nes para desarrollar la actividad contaminante, a sabiendas de que esta ocasio-
naría daño.
En estos casos es común utilizar en la defensa legal el tema del rol, es de-
cir, se escudan alegando que su función dentro de la estructura empresarial res-
ponde a un conjunto de obligaciones o facultades determinadas, de tal manera
que no pudo evitar la actividad contaminante porque esa le correspondía a otra
persona de otra área en específico. Hay que tener presente que se ha introduci-
do en la legislación la figura del administrador de hecho, es decir, de quien sin
obligaciones legales se ha convertido en un directivo de facto y ha participado
en la toma de decisiones.
En estos casos son fundamentales las indagaciones, por lo que resulta vital
contar con información de la empresa que permita poder determinar desde dón-
de es que se ha estado llevando o trasladando el material contaminante y donde
finalmente está siendo vertido, de tal manera que esto nos permita atribuir res-
ponsabilidades a las empresas que contaminaron los ríos.
De cierto modo, esta evidencia serviría de base a efectos de que la Poli-
cía pueda hacer seguimiento, todo un curso o recorrido de los vehículos que
podrían llevar estos residuos tóxicos y buscar testigos, ya que generalmente en
estos delitos, es la gente de alrededor la que en un primer momento toma cono-
cimiento de los efectos de la contaminación. En ese sentido, la Policía tendrá
que indagar en el entorno, identificar a los afectados, y buscar a quienes hayan
observado estas actividades contaminantes. Del mismo modo, en el marco de la
investigación, se deberá examinar pericialmente a los afectados, de modo que
se determine algún impacto en su salud.

IV. INVESTIGACIÓN EN EL DELITO DE COLUSIÓN


Estamos aquí ante un delito que atenta contra el patrimonio del Estado, un
delito de encuentro, el cual implica el acuerdo, el pacto entre personas a efectos
de conseguir un fin ilícito. Esta conducta se da entre los miembros que intervie-
nen en los procesos de contratación pública y los terceros (los interesados), los
que constituyen los sujetos de esta relación contractual estatal.
En principio, debemos señalar que existe toda una normativa para realizar
convocatorias públicas mediante concurso para la adquisición de bienes y servi-
cios, lo cual comporta todo un procedimiento que está regulado por la Ley de

104
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Contrataciones del Estado, la cual establece las pautas, las reglas para desarro-
llar de manera adecuada los procesos de contratación. De tal manera, se bus-
ca que el procedimiento se encuentre articulado de acuerdo al planeamiento por
parte de la institución estatal, ello de acuerdo con las peticiones o necesidades
de las áreas que requieran bienes o servicios.
En esta situación intervienen diversas áreas, la unidad que requiere la con-
tratación de bienes o servicios, previa petición; requerimiento que luego es so-
metido a una serie de consultas de las entidades que trabajan dentro de la insti-
tución pública (planeamiento, logística, abastecimiento, asesoría legal). De este
modo, hay todo un conjunto de opiniones técnicas para que el proceso de con-
tratación se lleve a cabo, debiendo estar dentro del marco de un plan de contra-
taciones y debidamente presupuestado.
En la entidad pública se nombra un comité que se encarga de elaborar el
expediente técnico, en el que se establecerán cuáles son los requerimientos, los
montos y reglamentos al cual se someterán, tanto la personas naturales o jurí-
dicas que van a ingresar a este proceso general de contratación pública, sea de
bienes o servicios.
En ese sentido, en aras de la transparencia y de la igualdad de condiciones,
los que participan en estas contrataciones −los postores− requieren de una ga-
rantía de limpieza por parte de aquellos que dirigen el proceso de contratación.
Se pierde esta garantía, imparcialidad o transparencia, cuando el funcionario
direcciona la contratación hacia un determinado postor, con quien se ha coludi-
do probablemente a cambio de una suma de dinero.
Cuando se trate de acreditar el delito de colusión, debemos probar quiénes
en la Administración Pública son los que han intervenido en ese pacto colusorio
y quiénes fueron los postores y la forma en la que ellos han realizado ese acto
de colusión a pesar de ser particulares.
Esta investigación no se puede dejar solo en manos de la Policía, ya que si
bien ellos pueden conocer sobre pesquisa criminal, para este tipo de casos debe
ser una unidad especializada que se apoye en trabajos de peritajes, como la Con-
traloría, la que determine cómo es que se ha direccionado este proceso de contra-
tación pública en la que resultó un determinado postor como ganador.
Este direccionamiento o favorecimiento afecta las reglas de competencia y
de igualdad que deben tener todos aquellos que participan en el mercado, sien-
do el Estado el encargado de garantizar esa transparencia e igualdad de condi-
ciones, por lo que en este delito se reprochan los actos colusorios, puesto que
son precisamente los funcionarios quienes intervienen en esa distorsión.

105
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Un dato que debemos establecer es el acto colusorio, el cual por lo general


es negado por la defensa del imputado, quienes generalmente dicen: “nunca me
senté a tomar una taza de café con algún miembro del comité de concurso, no lo
conozco, etc., etc.”. Definitivamente, la colusión se caracteriza por ser un pacto
clandestino, salvo que ellos lo documenten vía comunicaciones y testigos. En el
delito de colusión, la prueba que se utiliza con mucha frecuencia es la indicia-
ria. Con esta prueba debemos tratar de construir, de forma sólida, la existencia
de un pacto colusorio que ha direccionado el proceso de contratación. Es ele-
mental que la Policía y el Ministerio Público conozcan todo lo relacionado con
las reglas de la contratación pública, para que así a partir de ese conocimiento
se pueda determinar qué distorsiones se han realizado para tratar de direccionar
una contratación.
Generalmente cuando se establecen las especificaciones técnicas o el ex-
pediente técnico −que es una de las herramientas del que se valen los inter-
vinientes en el pacto colusorio−, es donde se señalan las características con
las que debe contar la empresa para poder ganar el concurso. Seguidamente
se elaboran las bases para direccionar, esto es, un empresario observa las ba-
ses pero es consciente de que no cumple con el perfil, con las características
y es obvio que estará fuera de carrera, por lo que ante dicha situación, vendrá
otra empresa que no teniendo ninguna experiencia en el mercado, sin embar-
go, justo ellos si reúnen el perfil o los requisitos establecidos en el expediente
de contratación.
El análisis y el examen de los requisitos para los postores, es un primer
dato que nos va a señalar cómo se empieza a direccionar el concurso, por ejem-
plo, existe direccionamiento cuando se requiere un producto que tenga determi-
nadas características, y en el mercado vamos a ver que solamente una empresa
es la que reúne estas características del producto o es la que lo tiene monopo-
lizado; no existiendo competencia, sino, un direccionamiento. O en el caso de
que, de manera grotesca, se solicite un producto de una determinada marca, de-
finitivamente esto es direccionado para una empresa que maneja esa marca.
Este es un primer dato que debemos verificar para determinar, si desde el
punto de vista técnico, a partir del expediente se ha direccionado la contrata-
ción o se ha realizado el favorecimiento para que una empresa pueda ganar el
concurso público. Otro dato importante es que como estas empresas viven en la
irregularidad, a pesar de que son grandes empresas, justamente su dinámica, al
entrar en estos pactos colusorios, siempre es irregular, entonces, allí siempre se
va a evidenciar algún hecho o acto de fraude, porque si ocurre un pacto coluso-
rio, estamos ante un acto fraudulento.
Ese es el contexto en el que viven estas empresas; por lo general, siem-
pre se presentará algún elemento fraudulento, porque saben que como uno es

106
La técnica de la prueba y la investigación del delito

favorecido por el comité de contratación lo que se introduzca lo van a pasar


por alto, por ejemplo, allí viene un caso clásico de documentación falsa. Se exi-
ge las garantías o cartas fianzas y de pronto esas cartas resultan ser falsas o han
sido expedidas por entidades que no tienen presencia en el mercado, que no son
controladas por la Superintendencia de Banca y Seguros, pero que ese comité lo
ha validado.
Otro detalle es el tema de los plazos, cuando se vence el cumplimiento de
los requisitos para tener un contrato, sin embargo, fuera del plazo se le ha otor-
gado, es este otro dato claro de favorecimiento. Puede ocurrir lo contrario, se
debía cumplir ciertos requisitos, no obstante, la empresa no los cumple y aun
así ha sido contratada, este es otro dato que justamente nos coloca en el ámbito
del pacto colusorio, es decir, allí se trabaja vía inferencia.
No podemos dejar de señalar que eventualmente podríamos estar ante in-
fracciones de carácter administrativo no doloso, pero cuando existe un pacto
colusorio, eminentemente, estamos ante un elemento que me permite inferir vá-
lidamente la comisión de este ilícito penal.
Vamos a plantear un ejemplo: el caso de una empresa a la que se solicita-
ba previo al ingreso a la contratación, que tuviera RUC. Esta empresa había sido
formada recientemente, por tanto, no estaba registrada en la SUNAT, entonces,
se introdujo en los documentos que presenta a la entidad, el RUC de otra empre-
sa y esto es pasado por alto cuando realizan los controles internos en la Admi-
nistración Pública, o por negligencia o porque están coludidos.
Esta circunstancia última es poco probable, puesto que los funcionarios
públicos tienen bastante experiencia en el asunto, por lo que detalles como estos
son notorios. Cuando vienen los cuestionarios, por lo general, señalan que no lo
advirtieron, lo cual refleja un acto de negligencia, pero, tranquilamente se po-
dría realizar una constatación. Ellos pueden sostener que han aplicado el princi-
pio de veracidad, pero existe un control mínimo que ha de llevarse a cabo para
establecer que quien está presentándose como postor, es la empresa que real-
mente dice ser.
Cuando gana una empresa que ha sido constituida recientemente por en-
cima de las que sí cuentan experiencia, obviamente resulta sospechoso, lo cual
nos da una pista para concluir, con otros elementos periféricos, que existió un
pacto colusorio. Estos indicios debidamente verificados nos permiten inferir el
favorecimiento.
Otro indicio se presenta cuando se entregan productos que no cumplen las
especificaciones por los cuales se ganó el concurso, por ejemplo, se solicita una
computadora de marca “X” y se nos entrega una de marca distinta, pasan los
controles, se da la conformidad y se efectúa el pago respectivo. Aquí estamos

107
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

ante un acto de favorecimiento, esto es visible, porque si solicitamos determina-


da mercadería, computadoras de marca “IBM” y en cambio recibo computado-
ras de otra marca, definitivamente estamos ante un problema porque se tendría
que dar la conformidad, que es un acto administrativo obligatorio en la contra-
tación para ejecutar el pago respectivo.
Las defensas a veces sostienen que siempre debe presentarse el perjuicio
patrimonial, por lo que cabe señalar que la colusión no solamente es un delito
patrimonial en estricto, sino que afecta también las reglas de competencia que
el Estado tiene la obligación de proteger. No estamos estrictamente ante un de-
lito de afectación al patrimonio del Estado, sino también el correcto funciona-
miento de la Administración Pública. Por más beneficiado que resultado el Es-
tado en un contrato, el postor que ganó lo hizo con fraude, pues hubo un pacto
colusorio, ilícito.
Si existe perjuicio o daño patrimonial este deberá acreditarse conforme lo
establece el Recurso de Nulidad N° 1382-2002, de fecha 5 de mayo de 2003 que
señala que:
“[L]a acreditación del delito de colusión desleal, tanto para acreditar el per-
juicio patrimonial, como si existió sobrevaluación o respecto de la naturale-
za o característica de los bienes y/o servicios adquiridos. Sobre el particular,
conviene precisar que resulta esencial y de significativa importancia la elabo-
ración de informes y dictámenes periciales dentro del proceso penal ya sea
como pericia contable, valorativa, económica, financiera, bromatológica, me-
cánica o de otro orden, siempre que se busque determinar la existencia o no
del perjuicio y la precisión de la magnitud de este (…)”.
Si bien es cierto, desde el punto de vista cuantitativo, vamos a suponer que
el Estado no ha sido afectado, sin embargo, sí se perjudicó el correcto funcio-
namiento de la Administración Pública, y con este, la probidad de los funcio-
narios públicos. Si adoptáramos este criterio, esto es, si no existiera afectación
al Estado desde el punto de vista patrimonial, se debe pasar por alto todos los
actos que realicen los funcionarios, vinculados a la corrupción en sus diversas
modalidades y esto no es razonable.
El pacto colusorio en el que existe de por medio una dádiva, definitiva-
mente es un acto de corrupción, también se puede encontrar colusión con em-
presas extranjeras, situación de alta complejidad en estos entramados transna-
cionales que prácticamente han comprado a nuestros funcionarios, como el caso
de un ex Presidente de la República para ganar licitaciones. Es más, pudieron
haberse realizado de forma óptima, pero ellos debían intervenir, precisamente
porque ganaron un concurso de manera fraudulenta, colusoria.

108
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Entrando al tema de la investigación de este delito, se requiere que los ac-


tos de investigación, las pistas, puedan ser ubicados mediante testimonios, me-
diante la información documental, mediante peritajes, mediante revisión en los
registros públicos de las empresas que han ganado los concursos, revisando su
trayectoria. También se debe investigar a los funcionarios que trabajaron allí (si
han dejado huella respecto de estos actos ilegales), escuchas telefónicas, trans-
ferencias bancarias; todo el conjunto de elementos que nos conlleven a estable-
cer el pacto colusorio y un direccionamiento para que gane una determinada
empresa.
La colusión definitivamente corroe la moral en la función pública, esto es
algo que no se puede permitir en un Estado de derecho, es por eso que la repre-
sión en este tipo de delitos debe ser severa, de allí que requieran estos ilícitos
penales, una investigación especializada, peritos contables, financieros, utilizar
restricción de derechos, entre otros.
Es menester mencionar la promulgación de una legislación que permite re-
caudar la prueba de un pacto colusorio, y que autoriza a la Fiscalía para que
cree empresas de fachada, en las que coloque agentes encubiertos que puedan
participar en contrataciones y tratar de indagar, averiguar qué funcionario pú-
blico es proclive a realizar un acto de esta naturaleza.
Por eso, los que están en el manejo de estas investigaciones deben tener
conocimiento básicos de gestión pública, de la Ley de Contrataciones del Es-
tado, para de este modo poder ubicar todo el camino que conlleva a realizar un
proceso de contratación pública, todas las fases, formas, maneras, los requisi-
tos, actuaciones, quiénes son los que actúan de manera directa e indirecta, se-
guir todo el rastro, si la necesidad ha sido debidamente justificada o ha sido
creada ficticiamente, entre otros aspectos propios de la contratación.
El iter criminis se inicia desde una fase previa, y hay que identificarla, de
modo que nos permita llegar a un momento en el que determinemos con certeza
qué funcionarios se han coludido con terceros para favorecerlos en los procesos
de contratación pública, afectando no solo el patrimonio del Estado, sino, el co-
rrecto funcionamiento de la Administración Pública.
La prueba principal para acreditar estos ilícitos penales, es la indiciaria,
por lo que se debe realizar una investigación minuciosa, que permita determi-
nar si la obra ha sido realizada correctamente, puesto que puede que la obra
pueda ser perfecta, pero si ha existido un pacto colusorio es ilegal.
A continuación tenemos un conjunto de ejecutorias supremas que analizan
aspectos relativos a la prueba indiciaria para acreditar la colusión, y que deben
ser tomados en cuenta por el investigador.

109
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

El R.N. N° 3978-2001, de fecha 9 de octubre de 2002, que dice:


“[E]l alcalde contrató una empresa para la construcción de una carretera sin
respetar los convenios suscritos con el Gobierno Regional, el cual le impedía
contratar con terceros (…)”.

En el R.N. N° 1477-2004, de fecha 1 de marzo de 2005, el cual señala que:


“[L]a entrega de productos en mal estado, pero que pese a todo llevó a los
procesados a pagar con inusitada rapidez el íntegro del dinero, expidiendo un
cheque a favor del encausado, cuando lo correcto hubiera sido girar el cheque
a nombre de la empresa contratista, hecho que además se produjo cuando el
producto ni siquiera había ingresado en el almacén de la entidad agraviada. A
ello se agrega la falsificación de una carta de cotización de una empresa con-
tratista que nunca fue remitida (…)”.
En el R.N. N° 284-2003, de fecha 13 de mayo de 2004, se da cuenta de
ciertos indicios respecto de un funcionario que es contable:
“a) [E]n su condición de contador aceptó girar un cheque a favor de la em-
presa, a pesar de que nunca existió contrato, ni valoró que resultaba ex-
cepcional la forma de adquisición (pagó por adelantado sin contra entre-
ga física del bien); b) pese a tener en su poder la carta fianza presentada
por la citada empresa con el supuesto objetivo de garantizar la transac-
ción, no la ejecutó en el plazo correspondiente; y c) la adquisición de las
especies no tenía sustento técnico para su requerimiento por parte del
supuesto usuario del servicio”.
En el R.N. N° 1060-2003, de fecha 30 de junio de 2004 se construye el
dolo con conductas aparentemente negligentes:
“a) [N]o se tuvieron en cuenta las especificaciones técnicas y presupuestos
internos; b) no se siguieron las sugerencias aportadas por el asesor;
c) se ignoraron las disposiciones del Reglamento Único de Adquisiciones
pese a que la empresa fue observada en la primera convocatoria por pre-
sentar precios mayores a los del mercado; y d) omitir la presentación de
la carta fianza de fiel cumplimiento”.
La casuística nos permite enumerar indicios sobre la colusión que pueden
darse de manera recurrente en este delito, como son el admitir en un proceso de
selección el precio más alto, el otorgar un adelanto fuera de contrato, la margina-
ción injustificada de otros postores, la existencia del vínculo de parentesco, cuan-
do no se cumplen las especificaciones técnicas requeridas, cuando se efectuaron
pagos sin que se produzca la entrega total de los bienes, el pago es superior a lo
pactado, la convocatoria al concurso público no fue publicada en el diario oficial,
existió una inusual celeridad en la gestión del pago mediante un cheque a favor

110
La técnica de la prueba y la investigación del delito

de la empresa beneficiada, la empresa no estuvo constituida legalmente ni se en-


contraba registrada como proveedor, se suscribe un contrato con una empresa que
no tenía licencia de funcionamiento, no tenía local comercial, ni se encontraba
inscrita en el Registro de Proveedores, la empresa ganadora fue creada antes del
concurso.
El pacto colusorio, implica el acuerdo para orientar una contratación, y eso
lo tengo que acreditar con pericias, testimoniales, restricción de derechos, en-
tre otros. También, investigar el entorno, la prueba documental, realizar inter-
ceptación de comunicaciones, correos electrónicos; de tal manera que este con-
junto de información nos pueda llevar al núcleo de la colusión, a determinar y
concluir de manera certera de que en este proceso de contratación pública ha
existido un acuerdo de voluntades para dirigir este proceso de contratación a fa-
vor de un tercero, que básicamente son los postores.

V. DELITO DE PECULADO
El Estado a través de la Administración Pública, tiene como finalidad
esencial dar un servicio a la ciudadanía que es ejecutado por sus funcionarios y
servidores. Estos empleados ingresan a laborar al Estado para ser parte de ese
servicio en interés de la colectividad, por lo que les son asignados derechos y
obligaciones, otorgándoseles poder a efectos de desarrollar un conjunto de acti-
vidades de carácter administrativo.
El destinario de los actos administrativos son los ciudadanos, pero tam-
bién pueden serlo las personas jurídicas. En un Estado de derecho se requiere
que la Administración Pública trabaje correctamente en aras de brindar un ser-
vicio de la ciudadanía, por lo que los obligados para hacer cumplir esta finali-
dad son los funcionarios y los servidores.
Al respecto, entenderemos por funcionario público, a aquella persona que
tiene un cargo de jerarquía o poder de decisión en determinada entidad o nivel
de una institución de la Administración Pública. Mientras que el servidor será
aquel que actúa bajo un régimen de subordinación laboral y, en cambio, no tiene
poder de decisión. Ambos, participando en el Estado, tienen atribuciones, facul-
tades o poder que deben ser utilizados debidamente, por lo que ellos serán los
sujetos activos de cualquier delito que afecta a la Administración Pública.
El Estado tiene un patrimonio, que se constituye con el aporte de todos los
ciudadanos, por lo que el patrimonio que tienen las entidades públicas se forma
a partir de los impuestos y las inversiones estatales. Cada institución tiene de
las asignaciones presupuestales para desarrollar durante el año sus actividades,
que son aprobadas por el Congreso de la República tomando en cuenta el pro-
yecto de presupuesto remitido por el Poder Ejecutivo.

111
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

El patrimonio, debe ser tutelado y/o protegido, porque este patrimo-


nio sirve para el interés público, para las finalidades que tiene la Administra-
ción Pública, es el dinero de todos los peruanos. Por lo que mediante el deli-
to de peculado, se busca sancionar el actuar de aquellos malos funcionarios que
desarrollan actos tendientes a apropiarse para sí o para terceros el patrimonio
estatal.
Un efecto de la apropiación del patrimonio estatal es el enriquecimiento
del funcionario, que si bien existe también como delito, su aplicación es resi-
dual. En el Estado hay un detrimento porque se disminuye el patrimonio, cir-
cunstancia ocasionada por aquellos a quienes se les ha confiado su protección.
En ese sentido, el delito de peculado es un delito de apropiación de bienes del
Estado, en la que el patrimonio sale de la esfera de dominio estatal y pasa a la
esfera de los funcionarios o servidores.
En la labor de investigación se deben plantear hipótesis que puedan verifi-
carse en la realidad, donde se identifique qué es lo que se puede apropiar el su-
jeto activo, pues puede ser dinero, u otros bienes estatales. El funcionario utili-
za subterfugios para poder encubrir y evitar el descubrimiento del patrimonio
del que se ha apropiado; si es un alcalde y le han dado una cantidad de dine-
ro para que lo administre, de pronto este deriva ese dinero a un fondo privado o
particular o de personas vinculadas a este funcionario.
Esta apropiación debe ser acreditada, en principio, porque hay una asigna-
ción presupuestal, y hay patrimonio que debe estar debidamente cuantificado.
En las entidades públicas hay control patrimonial, y todos los bienes que han
sido adquiridos o comprados deben estar inventariados y no solo eso, sino que
deben existir físicamente.
Puede darse el caso que eventualmente una maquinaria del Estado aparez-
ca registrada en los inventarios, sin embargo, cuando se hace una inspección fí-
sica, este bien no se le encuentra. Si ha desaparecido, entonces se puede plan-
tear la hipótesis que algún funcionario se ha apropiado del bien para provecho
propio o de tercero. La investigación criminal, tiene que pasar de lo formal a lo
material, por lo que se debe hacer tangible lo que se indique en documentos, es
decir, que debe comprobarse que los bienes existan.
Pongamos un ejemplo, si a la entidad pública le han transferido un millón
de soles, se ha gastado ese dinero, y hay sospecha de apropiación, se debe se-
guir el destino de este, verificar dónde se gastó, ir al destinatario y con el cruce
de información determinarse si realmente se ha gastado esa cantidad. Si se tie-
ne que solo se gastó ochocientos mil, se concluye que hay un faltante que debe
estar en poder de algún funcionario, entonces hay que seguir la pista para esta-
blecer quién es la persona que se habría quedado con este dinero, circunstancia

112
La técnica de la prueba y la investigación del delito

en la cual los peritajes contables y los inventarios físicos serán sustanciales a


efectos de establecer lo faltante.
Es conocida la tesis que emplean las defensas basadas en la teoría de la
imputación objetiva, en el sentido de que el funcionario público solamente res-
ponderá si es que funcionalmente tiene una relación con el patrimonio, y si no
lo tiene no es responsable de peculado. Esta visión normativista sostiene que el
funcionario no puede responder por algo que no le corresponde funcionalmen-
te, pero, en el fáctico, puede darse la situación que un funcionario se apropie del
dinero, y siendo un delito especial, y teniendo este la calidad de funcionario,
encontrándose obligado a tutelar bienes del Estado, debe calificar como un deli-
to de peculado.
Los informes y los hallazgos que pueda realizar la Contraloría, son vita-
les en investigaciones de este tipo. En estas se debe cuantificar bienes, cuánto
ingresó, cuándo se gastó, cuánto queda, etc. Si formalmente hay saldo y en lo
real no existe, esto quiere decir que algún funcionario ha echado mano de ese
dinero.
Puede darse el caso que exista información de carácter formal de que se
gastó tal cantidad de dinero, por ejemplo, se hicieron compras de cincuenta ve-
hículos, es lo que se ha declarado, pero cuando uno va a la parte física se da
con la sorpresa que solo se compró cuarenta. Hay falsedad en la información de
esos diez vehículos.
Todo este cruce de información contable, financiera y de inventario, par-
ticularmente, es sumamente importante que pueda ser desarrollado en este tipo
de delitos de carácter patrimonial en contra del Estado. Hay que saber identi-
ficar, mediante el seguimiento, quién es el que tiene el dominio no solamente
funcional o normativo de ese dinero, sino también, fáctico. Por ejemplo, el teso-
rero se puede apropiar el dinero que se le da para custodia.
Al respecto, se ha creado en el Derecho Penal la teoría de que el funciona-
rio público podría cometer un delito de peculado estando su casa en otro lugar,
porque le ha encargado a un tercero o alguien que se apropie por él de bienes,
entonces se sostiene que ha violado sus deberes funcionales, aun cuando fácti-
camente no haya estado presente en la apropiación.
El funcionario alega que no se ha apropiado de ese dinero, y aquí sale la
teoría de la infracción de los deberes, es decir, normativamente esta persona
está obligado a proteger los bienes del Estado, no siendo necesario que cometa
el delito directamente, puede darle a un tercero y con eso infracciona su deber
en el sentido que él es un garante de los bienes del Estado que le han dado para
su custodia o preservación.

113
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Este implica una actividad de investigación criminal con pruebas docu-


mentales, testimoniales e identificación de los funcionarios que rodean este pa-
trimonio que en la hipótesis ha sido apropiado. El patrimonio no se puede esfu-
mar, no puede desaparecer de pronto, tiene que haberse ido a algún lugar y el
responsable de habérselo llevado es el funcionario que se apropia de él, de allí
que los informes de Contraloría son sumamente importantes, puesto que sus pe-
ritos tienen la capacitación necesaria para la investigación en detalle de toda la
información financiera y contable de una entidad pública.

VI. EL DELITO DE COHECHO ACTIVO TRANSNACIONAL Y LA


PRUEBA SOBRE EL ADMINISTRADOR DE HECHO
En el Perú se incorporó al Código Penal el artículo 397-A que tipifica el
delito de cohecho activo transnacional, mismo que fue modificado por el Decre-
to Legislativo N° 1243, publicado el 22 octubre de 2016 y que a la letra dice:
“El que, bajo cualquier modalidad, ofrezca, otorgue o prometa directa o indi-
rectamente a un funcionario o servidor público de otro Estado o funcionario
de organismo internacional público donativo, promesa, ventaja o beneficio in-
debido que redunde en su propio provecho o en el de otra persona, para que
dicho servidor o funcionario público realice u omita actos propios de su car-
go o empleo, en violación de sus obligaciones o sin faltar a su obligación para
obtener o retener un negocio u otra ventaja indebida en la realización de acti-
vidades económicas o comerciales internacionales, será reprimido con pena
privativa de la libertad no menor de cinco años ni mayor de ocho años; inha-
bilitación, según corresponda, conforme a los incisos 1, 2 y 8 del artículo 36;
y, con trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días-multa”.
Esta norma penal ha sido complementada por la Ley N° 30424 que regula
la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas, la cual ha sido mo-
dificada por la Ley N° 30835 y el Decreto Legislativo N° 1352 y reglamenta-
da por el Decreto Supremo N° 02-019-JUS, publicado con fecha 9 de enero de
2019, ley que en el siguiente articulado introduce la responsabilidad del admi-
nistrador de hecho:
“Artículo 1.- Objeto de la ley
La presente ley regula la responsabilidad administrativa de las personas jurí-
dicas por los delitos previstos en los artículos 384, 397, 397-A, 398 y 400 del
Código Penal, en los artículos 1, 2, 3 y 4 del Decreto Legislativo N° 1106, De-
creto Legislativo de Lucha Eficaz contra el Lavado de Activos y otros Delitos
Relacionados a la Minería Ilegal y el Crimen Organizado y en el artículo 4-A
del Decreto Ley N° 25475, Decreto Ley que establece la penalidad para los
delitos de terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instruc-
ción y el juicio.

114
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Artículo 3.- Responsabilidad administrativa de las personas jurídicas


Las personas jurídicas son responsables administrativamente por los delitos
señalados en el artículo 1, cuando estos hayan sido cometidos en su nombre o
por cuenta de ellas y en su beneficio, directo o indirecto, por:
a. Sus socios, directores, administradores de hecho o derecho, represen-
tantes legales o apoderados de la persona jurídica, o de sus filiales o
subsidiarias.
b. La persona natural que, estando sometida a la autoridad y control de las
personas mencionadas en el literal anterior, haya cometido el delito bajo
sus órdenes o autorización.
c. La persona natural señalada en el literal precedente, cuando la comisión
del delito haya sido posible porque las personas mencionadas en el literal
‘a’ han incumplido sus deberes de supervisión, vigilancia y control sobre
la actividad encomendada, en atención a la situación concreta del caso.
Las personas jurídicas que tengan la calidad de matrices serán responsables y
sancionadas siempre que las personas naturales de sus filiales o subsidiarias,
que incurran en cualquiera de las conductas señaladas en el primer párrafo,
hayan actuado bajo sus órdenes, autorización o con su consentimiento.
Las personas jurídicas no son responsables en los casos en que las personas
naturales indicadas en el primer párrafo, hubiesen cometido los delitos previs-
tos en el artículo 1, exclusivamente en beneficio propio o a favor de un tercero
distinto a la persona jurídica”.
El desarrollo de la economía mundial y la globalización han permitido que
se abran grandes posibilidades de inversión en diversos países, lo que ha gene-
rado un escenario de corrupción más amplio en los que intervienen empresas
extranjeras y funcionarios corruptos, con la finalidad de beneficiarse con con-
tratos de inversión en áreas diversas, energía, infraestructura, comercio, etc.
Según Transparencia Internacional, que publica todos los años un índi-
ce sobre los países cuyas empresas son más propensas a pagar sobornos a fun-
cionarios extranjeros, en el año 2011, las empresas de China, Rusia y México
se posicionaron en los últimos lugares como las que pagan sobornos a funcio-
narios extranjeros, mientras que las empresas de Países Bajos y Suiza son las
menos propensas a estos actos ilegales(131). También tenemos el escándalo de
Wal-Mart de sobornos en México(132), compañía a la que no solo se le imputó
que violó la legislación mexicana, sino también la FCPA estadounidense.

(131) Véase: <http://www.multilatin.com/news/soborno-transnacional-y-su-combate.html>.


(132) Véase: <http://aristeguinoticias.com/1001/mexico/walmart/>.

115
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Estuvieron involucrados el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Par-


tido Revolución Democrática (PRD) y el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), quienes presuntamente recibieron 2.1 millones de pesos por
parte de la cadena de supermercados para obtener permisos y facilitar la aper-
tura de tiendas, como las de Teotihuacán y Estado de México.
Otro caso es llevado por el Departamento de Justicia de EE. UU. que in-
vestiga a la empresa Hewlett Packard por el probable pago de 10.9 millones de
dólares en sobornos, entre 2004 y 2005 al Procurador General de Rusia para
obtener una licitación pública. Por conductas prohibidas ha tenido que respon-
der a la justicia estadounidense Siemens AG, quien sobornó en Argentina a fun-
cionarios para ganar una licitación de impresión de documentos de identidad
en 1996, ello como consecuencia de una investigación realizada en los Estados
Unidos que hacía peligrar sus negocios en ese país. Siemens AG reconoció en el
año 2008 que había realizado dichos pagos ilegales e individualizó a algunos de
los receptores de estos que, según su versión, incluían entre otros funcionarios
al presidente Carlos Saúl Menem y a su Ministro del Interior Carlos Corach, del
Partido Justicialista. Estos, como es obvio, negaron haber recibido los sobornos.
En Argentina hay una investigación sobre estos sobornos, en la que Sie-
mens AG tuvo que reconocer que esos pagos eran una práctica generalizada de
soborno de funcionarios, pues lo había estado haciendo en otros países y en re-
lación con casi trescientos contratos. Una empresa petrolera que desarrolla su
labor en más de setenta países y posee cerca de trescientas empresas subsidia-
rias, afiliadas, sucursales, marcas y divisiones en todo el mundo, además de so-
brefacturación en Irak y corruptelas en Kuwait, afronta una denuncia que invo-
lucra a Richard Cheney, exvicepresidente en la administración de George. W.
Bush. Se tiene que, cuando era CEO del grupo, habría pagado sobornos en Ni-
geria, uno de los países más corruptos a nivel mundial.
Monsanto es una empresa que provee productos químicos para la agricul-
tura, como herbicidas, insecticidas y transgénicos. Su historia no es muy san-
ta pues si bien es una empresa que opera desde inicios del siglo XX, junto con
otras empresas químicas fueron contratadas por el gobierno norteamericano
para producir un herbicida llamado agente naranja para destruir la selva y las
cosechas durante la Guerra de Vietnam, afectando severamente la ecología y
privando a los vietnamitas de alimentos y vegetación para esconderse. Este quí-
mico provocó cuatrocientas mil víctimas y nacimientos posteriores de niños
con malformaciones y cáncer, por lo que ante una investigación federal tuvo
que admitir que un alto directivo de la empresa ordenó a una compañía consul-
tora indonesia dar un soborno de US$ 50.000 a un funcionario de alto nivel en
el Ministerio del Medio Ambiente de Indonesia en el 2002, ello a fin de evitar la
evaluación del impacto ambiental sobre su algodón genéticamente modificado.
El soborno fue disfrazado con una factura como “costos de consultoría”.

116
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Avon Productos Inc., la empresa de cosméticos, es investigada por la Co-


misión de Valores y Bolsa y el Departamento de Justicia de Estados Unidos por
violaciones de la FCPA (Foreign Corrupt Practices Act) por haber pagado en
China a funcionarios que levantaron una prohibición de las ventas directas en
el 2006, siendo Avon una de las primeras empresas en obtener una licencia para
vender los productos directamente a los consumidores, que es el factor clave de
su modelo de negocio, por lo que se está negociando el pago de una multa que
podría ascender a ciento treinta y dos millones de dólares(133).
El fenómeno de los sobornos a funcionarios extranjeros no es de data re-
ciente, puesto que en la década de los setenta, durante la investigación Waterga-
te, una comisión del Congreso norteamericano descubrió más de trescientos so-
bornos que habían sido pagados por empresas estadounidenses a funcionarios de
países foráneos. La administración del presidente Jimmy Carter promovió una
ley para sancionar estas conductas, aprobándose en el Congreso la Ley de Prácti-
cas Corruptas en el Extranjero en 1977 o FCPA(134), que ha previsto sanciones pe-
nales y pecuniarias, como indemnizaciones. Solo recordemos las multas que ac-
tualmente negocia Avon con el Procurador Federal de los EE. UU. Las multas
pueden ser objeto de acumulación con penas privativas de libertad en los casos
de personas individuales, pero cuando se trata de personas jurídicas estas res-
ponden con multas y penalidades civiles.
En cuanto al pago, este es realizado directamente por la persona multa-
da, pues el párrafo tercero prohíbe que sea asumido por la persona jurídica don-
de ha intervenido como accionista, gerente o apoderado. La idea es evitar que
los corruptores tengan la posibilidad, y si son descubiertos, siendo la empresa la
beneficiaria de la práctica corrupta, sea esta la que asuma las responsabilidades
de carácter civil.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
es un organismo de cooperación internacional, compuesto por 34 Estados cuyo
objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La OCDE fue fun-
dada en 1960 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette, en Pa-
rís-Francia. En la OCDE, los representantes de los países miembros se reúnen
para intercambiar información y armonizar políticas con el objetivo de maxi-
mizar su crecimiento económico y colaborar a su desarrollo y al de los países
no miembros. En el Preámbulo de este convenio firmado en París en 1997, po-
demos extraer los bienes jurídicos que buscan ser tutelados. Allí se dice que la
corrupción es un fenómeno ampliamente difundido en las transacciones comer-
ciales internacionales, incluidos el comercio y la inversión, que suscitan graves

(133) Véase: <http://www.elfinanciero.com.mx/empresas/avon-gastaria-132-mdd-en-investigaciones-


por-soborno.html>
(134) También llamada FCPA (Foreign Corrupt Practices Act).

117
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

preocupaciones morales y políticas, socava el buen gobierno y el desarrollo eco-


nómico, y distorsiona las condiciones competitivas internacionales. Al respecto,
las recomendaciones de OCDE se han tomado en consideración para incluir en
la legislación nacional el cohecho activo transnacional.
Susan Rose-Ackerman, estudiosa del fenómeno de la corrupción, dice que
los incentivos surgen en los puntos de contacto entre el Sector Público y el Sec-
tor Privado, cuando los funcionarios públicos tienen el monopolio sobre la dis-
tribución de un valioso beneficio en tal área. El impacto de la corrupción no
depende solamente de la magnitud del soborno, sino también de los efectos dis-
torsionantes de los sobornos sobre la economía. Las más usuales invitaciones a
la corrupción aparecen cuando el Estado es un comprador de bienes y servicios,
o un proveedor de beneficios limitados. También son comunes los pagos para
evitar los costos de la regulación estatal para reducir las cargas impositivas o
aduanales y para agilizar los servicios(135). La empresa que tiene acceso directo
a los centros de decisión de manera ilegal ya no compite bajo reglas de igualdad
con las otras, afectando así la leal competencia.
Al respecto, la Convención Interamericana contra la Corrupción aproba-
da por la Organización de los Estados Americanos el 29 de marzo de 1996, es-
tableció como obligación de los Estados parte, adoptar las medidas legislativas
o de otro carácter que sean necesarias para tipificar como delitos en su derecho
interno los actos de corrupción y para facilitar la cooperación entre ellos. En
esta línea, la Convención trae una propuesta de tipificación del delito de sobor-
no transnacional que va en los siguientes términos:
“Artículo VIII.- Soborno transnacional
Con sujeción a su Constitución y a los principios fundamentales de su orde-
namiento jurídico, cada Estado parte prohibirá y sancionará el acto de ofre-
cer u otorgar a un funcionario público de otro Estado, directa o indirectamen-
te, por parte de sus nacionales, personas que tengan residencia habitual en su
territorio y empresas domiciliadas en él, cualquier objeto de valor pecuniario
u otros beneficios, como dádivas, favores, promesas o ventajas, a cambio de
que dicho funcionario realice u omita cualquier acto en el ejercicio de sus fun-
ciones públicas, relacionado con una transacción de naturaleza económica o
comercial.
Entre aquellos Estados partes que hayan tipificado el delito de soborno trans-
nacional, este será considerado un acto de corrupción para los propósitos de
esta Convención.

(135) ROSE-ACKERMAN, Susan. “¿Una administración reducida significa una administración


más limpia?”. En: Nueva sociedad. N° 145. 1996. Disponible en: <http://nuso.org/upload/
articulos/2533_1.pdf>, p. 1.

118
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Aquel Estado parte que no haya tipificado el soborno transnacional brindará


la asistencia y cooperación previstas en esta Convención, en relación con este
delito, en la medida en que sus leyes lo permitan”.

Observamos la exigencia de tipificar los actos de corrupción o, en su de-


fecto, brindar asistencia o cooperación en la medida que lo permitan las leyes
nacionales.
Por otro lado, tenemos la Convención de las Naciones Unidas contra la
Corrupción, aprobada por la Asamblea General de la ONU el 31 de octubre de
2003, que entró en vigor en diciembre de 2005, la cual, en el Preámbulo, hace
un recuento de todos los instrumentos internacionales sobre la lucha contra la
corrupción, dando una propuesta de tipificación del delito de soborno transna-
cional de la siguiente manera:
“Artículo 167.- Soborno de funcionarios públicos extranjeros y de funcio-
narios de organizaciones internacionales públicas
1. Cada Estado parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole
que sean necesarias para tipificar como delito, cuando se cometan in-
tencionalmente, la promesa, el ofrecimiento o la concesión, en forma
directa o indirecta, a un funcionario público extranjero o a un funcio-
nario de una organización internacional pública, de un beneficio inde-
bido que redunde en su propio provecho o en el de otra persona o en-
tidad con el fin de que dicho funcionario actúe o se abstenga de actuar
en el ejercicio de sus funciones oficiales para obtener o mantener algu-
na transacción comercial u otro beneficio indebido en relación con la
realización de actividades comerciales internacionales.
2. Cada Estado parte considerará la posibilidad de adoptar las medidas le-
gislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar como deli-
to, cuando se cometan intencionalmente, la solicitud o aceptación por un
funcionario público extranjero o un funcionario de una organización in-
ternacional pública, en forma directa o indirecta, de un beneficio indebi-
do que redunde en su propio provecho o en el de otra persona o entidad,
con el fin de que dicho funcionario actúe o se abstenga de actuar en el
ejercicio de sus funciones oficiales”.
En España se realizó la modificación respectiva del Código Penal, incor-
porando en su artículo 445 el delito de soborno transnacional:
“Los que con dádivas, presentes, ofrecimientos u promesas, corrompieren o
intentasen corromper, por sí o por persona interpuesta, a las autoridades o
funcionarios públicos extranjeros o de organizaciones internacionales en el
ejercicio de su cargo en beneficio de estos o de un tercero, o atendieran a sus
solicitudes al respecto, con el fin de que actúen o se abstengan de actuar en

119
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

relación con el ejercicio de sus funciones públicas para conseguir o conser-


var un contrato u otro beneficio irregular en la realización de actividades eco-
nómicas internacionales, serán castigados con penas previstas en el artículo
423”.
En Colombia, bajo la influencia de la Convención Interamericana contra
la Corrupción, aprobada mediante la Ley N° 412 en el año 1997, establece en el
artículo 433 lo siguiente:
“El nacional o quien con residencia habitual en el país y con empresas domi-
ciliadas en el mismo, ofrezca a un servidor público de otro Estado, directa o
indirectamente, cualquier dinero, objeto de valor pecuniario u otra utilidad a
cambio de que este realice u omita cualquier acto en el ejercicio de sus funcio-
nes, relacionado con una transacción económica o comercial, incurrirá en pri-
sión de seis a diez años y multa de cincuenta a cien salarios mínimos mensua-
les vigentes”.
Primigeniamente, en Perú, mediante la Ley N° 29316, publicada el 14 de
enero de 2009, se introdujo en el Código Penal el denominado delito de cohecho
activo transnacional que fue redactado así:
“Artículo 397-A.- Cohecho activo transnacional
El que, bajo cualquier modalidad, ofrezca, otorgue, prometa directa o indirec-
tamente a un funcionario servidor público de otro Estado o funcionario de or-
ganismo internacional público, donativo, promesa, ventaja o beneficio indebi-
do que redunde en su propio provecho o en el de otra persona, para que dicho
servidor o funcionario público realice u omita actos propios de su cargo o em-
pleo, en violación de sus obligaciones o sin faltar a su obligación para obte-
ner, retener un negocio u otra ventaja indebida en la realización de actividades
económicas o comerciales internacionales, será reprimido con pena privativa
de la libertad no menor de cinco años ni mayor de ocho años”.
El sujeto activo foráneo acepta, recibe o también solicita con su interven-
ción o por tercero, donativo que pueda cuantificarse patrimonialmente, prome-
sa de recibir algo como ventaja o beneficio, los cuales no necesariamente pueden
ser de orden patrimonial. El sujeto activo hace u omite algún acto funcional en
violación de sus obligaciones, o las acepta a posteriori de haber incumplido con
su función, esperándose con estos actos que el corruptor obtenga o retenga un
negocio u otra ventaja en actividades económicas internacionales. El comporta-
miento del agente, a efectos de la configuración típica de este delito es eminente-
mente doloso.
La Ley N° 30424 que regula la responsabilidad de la persona jurídica y
del administrador de hecho en el cohecho activo transnacional, nos trae el pro-
blema de la prueba. Al respecto, tenemos claro que respecto del administrador

120
La técnica de la prueba y la investigación del delito

jurídico no hay problema, puesto que sus facultades están registradas en los li-
bros de la empresa o en los registros públicos, caso distinto al del administrador
de hecho, que es aquella persona que fácticamente tiene poder en la persona ju-
rídica, es decir, como una suerte de usurpador de funciones, pero quien pese a
tener un rol informal, no escapa de la responsabilidad penal.
Para formular una estrategia que permita descubrir al administrador de
facto, podemos recurrir a la jurisprudencia española que se ha pronunciado so-
bre esta clase de administradores a partir de la prueba indiciaria. En ese sen-
tido, en la SAP de Valencia, Secc. 8ª de fecha 27 septiembre de 1999 (Rec.
289/1998) se argumenta:
“Nos hallamos ante uno de esos supuestos en que el demandado absuelto no
es, simplemente, uno de los encargados de gestionar la vida económica de la
sociedad como apoderado de esta, sino que es, realmente, el administrador de
hecho de la marcha societaria, siendo su hijo −extremo este reconocido por
ambos− el administrador social pero no quien realmente conoce y controla el
desenvolvimiento usual de la entidad mercantil, bastando tres datos para po-
ner de relieve tal circunstancia: de un lado, que el hijo condenado y aquietado
a tal resolución aparece como titular de 25 participaciones, y su hermana Ana
Isabel de 26, lo que hace un total de 51 de las 100 que forman el capital social,
siendo ambos solteros, de 23 y 26 años al tiempo de constituirse la sociedad,
de lo que fácilmente puede deducirse que la titularidad mayoritaria de la em-
presa está en manos de la familia del apoderado D. Vicente C.P., padre de los
socios integrantes y, por tanto, no ajeno a la marcha societaria considerada en
su conjunto, sin que conste capital propio o solvencia personal del primero de
los indicados, aquí codemandado, D. Vicente Javier C.M., que aparece, ade-
más, como administrador de la sociedad.
(…)
Y, por último, porque el tenor de las facultades del apoderado, que son amplí-
simas, y prácticamente coincidentes con las que el artículo 15 de los estatutos
otorga al administrador, reafirman en las anteriores apreciaciones, relativas a
que, de hecho, es el demandado absuelto el que gestiona la marcha económi-
ca de la sociedad, siendo de destacar que él fue quien contrató con la deman-
dante, como reconoce D. Vicente Javier C.M. al absolver la posición segun-
da, y que con posterioridad a la presentación de la demanda que nos ocupa,
el Ayuntamiento certifica (folio 199) el cobro de una cantidad de 602.839 pe-
setas por la empresa demandada de la que los codemandados son respectiva-
mente administrador y apoderado”.
En este caso el apoderado de la empresa tenía facultades amplísimas y sus
hijos eran accionistas mayoritarios, por lo que el tribunal consideró que era una
empresa familiar, y quien realmente dirigía la sociedad era D. Vicente Javier.

121
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

La SAP de Madrid, Secc. 28ª, de fecha 26 noviembre de 2010 (Rec.


146/2010), en este otro caso desestimó los argumentos de los procesados que
decían que coordinaban con el administrador jurídico, cuando se había probado
que este tenía problemas psiquiátricos.
“Se encuentra plenamente acreditado, tanto por los informes médicos incor-
porados al proceso (folios 434 y ss.) como por la prueba testifical, que el admi-
nistrador de derecho D. Benigno abandonó la administración efectiva de la so-
ciedad a principios del año 2003 como consecuencia de padecer determinadas
dolencias de carácter psiquiátrico relacionadas con su dependencia a las dro-
gas y al alcohol, dolencias que, según se desprende de los aludidos informes,
tuvieron para el paciente efectos inhabilitantes respecto de tareas tales como
la dedicación a funciones de naturaleza empresarial. Los apelantes, Sres. Eloy
y Alejandra, que no cuestionan en esencia ese estado de cosas, alegan que en
todo caso su actividad gestora fue siempre consensuada con el administrador
de Derecho, quien −así lo aseguran− les telefoneaba diariamente para estar al
tanto de la marcha de la sociedad e impartir las directrices oportunas. Sin em-
bargo, esta última afirmación no solo resulta inverosímil per se en presencia
de una patología como la descrita por los informes clínicos, sino que, de he-
cho, resultó en cierta medida desmentida (…) por una relevante empleada de la
empresa”(136).
El administrador de hecho, si ha cometido delitos se aferra a la formalidad
para evitar ser imputado. La prueba para descartar sus tesis defensivas las en-
contramos en la prueba indiciaria, como se propone a continuación:
“En la prueba del administrador de hecho, deberán existir indicios que lleven
a presumir que la actuación de dicho administrador de hecho ha sido (i) sin tí-
tulo formal válido y eficaz, (ii) autónoma e independiente, (iii) con una par-
ticipación en el desarrollo y formación de la voluntad social, (iv) de forma
continuada, habitual y duradera, (v) y conocida, aceptada y tolerada por los
socios y administradores formales” (137).
Para la investigación del administrador de hecho se asume el espectro fac-
tual hipotético que centra la atención en un hecho molar o supuesto de hecho
global, susceptible de ser descompuesto en varios hechos que lo configuran(138).
La aplicación de esta herramienta de investigación se detalla a continuación:
“[D]ebemos hallar indicios del hecho molar relativo a que el sujeto era quien,
en el marco de una sociedad familiar, realmente tomaba las decisiones en

(136) Citado por LÓPEZ CAPELLA, Elena. “Búsqueda de indicios para el administrador de
hecho”. En: Iuris. 2012, p. 3.
(137) Ibídem, p. 2.
(138) Ídem.

122
La técnica de la prueba y la investigación del delito

lugar del administrador de Derecho, podemos dividirlo en hechos moleculares


de este modo: el administrador de derecho era un familiar político, dicho fa-
miliar tenía una profesión a tiempo completo ajena a la empresarial y a la ac-
tividad propia de la empresa en proceso (que podría ser, por ejemplo, la fa-
bricación de piezas para automóviles), vivía en una localidad lejana a la del
domicilio de la sociedad, el supuesto administrador de hecho había manteni-
do dicho cargo de derecho en el pasado, no obstante, cesó cuando empezaron
a ir mal los resultados de la sociedad que solo él conocía. Incluso cada uno de
los hechos moleculares indicados podría ser objeto, a su vez, de un nuevo des-
glose, hasta llegar a los actos concatenados que hipotéticamente han sucedi-
do” (139).
Observamos que el tema de prueba exige plantearse un hecho global, que
es la actuación de un administrador de hecho en ilícitos. La descomposición va
a implicar la determinación del administrador de hecho a partir de un conjunto
de indicios de la forma siguiente:
“El indicio dominancia es aquel por el que se considera que alguien ejerce un
control sobre las acciones de otro. En el caso que nos ocupa, podría conside-
rarse tal indicio en el supuesto de que el administrador de hecho actúe me-
diante el administrador de Derecho, el cual no toma las decisiones por sí solo,
sino instruido por aquel.
Ocultatio es el indicio que marca la voluntad de ocultar los hechos. Así, quien
actúa como administrador de hecho suele ocultar sus actos, de modo que pú-
blicamente no se conozca que él es quien está administrando la sociedad.
Los indicios tempus y locus tienen que ver, respectivamente, con el momen-
to y el lugar donde ocurren los hechos. Si bien ambos deben estar relaciona-
dos por el principio de causalidad, podemos, asimismo, tratarlos independien-
temente entre sí. El indicio tempus lo podemos relacionar con ciertos hechos,
como serían, a modo de ejemplo, los malos resultados económicos de la em-
presa que provocan el cese como administrador de Derecho de quien poste-
riormente seguirá actuando como administrador de hecho, y ello para eludir
ciertas responsabilidades.
En cuanto al indicio locus, lo podemos considerar en el lugar donde aconte-
cen los hechos, esto es, las oficinas de una empresa familiar o la ubicación del
despacho del supuesto administrador de hecho.
Vicinitas es aquel indicio por el que se considera que hay conocimiento dentro
de un círculo grupal o social de algo que se entiende que desprende tal reso-
nancia comunicativa que lleva a presumir que quien es miembro del grupo co-
noce el evento ocurrido en el círculo. Este indicio podríamos encontrarlo, por

(139) Ídem.

123
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

ejemplo, entre los trabajadores de una empresa familiar, quienes podrían no


conocer al administrador de Derecho y saber que quien toma las decisiones de
la administración de la compañía es el supuesto administrador de hecho”(140).

Descubierto el administrador de hecho, ahora solo queda establecer si su


actividad tiene carácter delictivo para asignarle responsabilidad no solo a él,
sino también a la persona jurídica.

VII. INVESTIGACIÓN EN EL DELITO DE VIOLACIÓN SEXUAL


Vamos a tratar aquí acerca del delito de violación sexual y cuáles son las
técnicas de la prueba para fijar una hipótesis de un hecho delictivo que puede
afectar a la libertad sexual, que es el caso de las personas mayores de 14 años,
quienes si pueden disponer de su sexualidad. También hablaremos sobre aque-
llas víctimas que son afectadas en su integridad, indemnidad e intangibilidad
sexual, que es el caso de los menores de edad.
Existen técnicas en común que podrán ser utilizadas, únicamente en este
tipo de delitos, pero también, por sus particularidades, habrá diferenciaciones
con relación a otros delitos. Si nos remitimos al delito clásico de violación se-
xual de persona mayor de edad, prescrito en el artículo 170 del Código Penal,
este precepto sanciona al que con violencia o amenaza penetra sexualmente a
otra persona con sus genitales, o también con órganos distintos a estos, ya sea
vía anal o vaginal, podrá ser pasible de una pena que establece el ordenamien-
to penal.
Nos encontramos pues, ante un delito que afecta la libertad sexual, que es
el derecho a tener sexo o el derecho a no autorizar a otra persona intromisiones
a su esfera sexual. Siendo así, la libertad sexual tendrá dos dimensiones: de ha-
cer o de evitar.
Este bien jurídico es afectado por el sujeto que realiza la actividad delic-
tiva, por lo que estando ante un acceso carnal mediante amenaza o violencia,
puede darse su consumación o simplemente, quedarse en la tentativa. En el ám-
bito de la consumación, el sujeto activo realiza actos de penetración contra la
víctima, que por lo general son realizados de forma clandestina, a diferencia de
los delitos patrimoniales (robo y/o hurto) que son realizados en la vía pública.
En estos delitos sexuales, el victimario busca la clandestinidad, por eso
que la prueba directa, por la lógica de actuación criminal, es casi inexistente.
Empero, se han dado casos de flagrancia en los que se llegó a encontrar al suje-
to activo realizando la violación sexual.

(140) Ídem.

124
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Actualmente, en el caso de la clandestinidad se han establecido reglas res-


pecto a la sindicación por parte de la víctima y la prueba periférica que pueda
corroborar esa imputación contra el violador. Por lo que, en principio, el reco-
nocimiento médico-legal que debe pasar la víctima (el de integridad), debe ser
evaluado en su contexto. Generalmente la víctima, si no ha tenido relaciones se-
xuales, la rotura del himen nos da una primera pista de que esta persona −obje-
tivamente− ha tenido relaciones sexuales, por lo que se buscará establecer la na-
turaleza de este tipo de relaciones.
Asimismo, puede darse el caso que el contenido de este certificado médi-
co-legal describa un himen complaciente (un himen elástico), es decir, que por
más que se haya penetrado un sinnúmero de veces, dicho himen se va a mante-
ner íntegro; es en estos casos en los que se torna compleja la prueba.
Asimismo, en caso de penetración anal, en el peritaje médico se va a de-
terminar primero si existió la penetración por esa vía, luego la forma en la que
se habría realizado, estableciéndose para ello la temporalidad (antigüedad) de
la misma; ya sea vaginal o anal, puede ser una penetración reciente o antigua,
circunstancia esta que complica la actividad probatoria, dado que es difícil es-
tablecer objetivamente cuándo habría sido la relación sexual, la delictiva (no
deseada).
Frente a esto, de ser reciente, tenemos la posibilidad de, si es que tene-
mos al violador, practicar una pericia de espermatozoides, ello en razón de que
al haber sido violada la víctima, el agresor eyaculó, por lo que esta muestra nos
va a permitir relacionar sexualmente al victimario con la víctima, establecer
esa conexión bajo la regla del principio criminalístico de transferencia. Sien-
do así, en caso de que el sujeto activo niegue haber tenido relación sexual, esta
prueba de espermatozoides o de ADN nos permitirá conectar al violador con la
víctima.
Como parte de la defensa de los imputados, es común que estos reconoz-
can haber tenido relaciones sexuales, pero, con el consentimiento de la víctima.
Esta afirmación debemos contextualizarla bajo las reglas de las máximas de la
experiencia, por ejemplo, afirmar insinuación por parte de la víctima, teniendo
en el caso concreto a una persona que lo niega, y en el que no existe un conoci-
miento previo con el violador como para justificar, que en un escaso tiempo de
conocerse, se haya tenido relación sexual con este.
No debemos descartar estos casos, y por ello es que debemos analizar los
hechos en el contexto de un ataque sexual, por eso la prueba periférica frente a
la sindicación de la víctima es importante para poder darle fuerza a una hipóte-
sis de agresión sexual.

125
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

En tal sentido, los peritajes son sustanciales para una corroboración a efec-
tos de fortalecer la sindicación de la víctima, es el caso de la pericia psicológi-
ca, por ejemplo, la que arrojará indicadores de una agresión sexual. En este caso
el psicólogo determinará la existencia de una afectación emocional producto del
ataque, llamado el estresor sexual, que son las consecuencias que sufre la víc-
tima como resultado de la violación sexual. Dicho estrés será la conclusión de
unos indicadores que deberán ser examinados por el citado especialista.
También resulta vital recurrir a la pericia siquiátrica, ello a efectos de esta-
blecer si la víctima presenta alguna patología que pudiera limitar su percepción
respecto de su agresor. Este tipo de pruebas también deben ser trasladadas al
agresor, por ejemplo la pericia de conducta para establecer si el individuo puede
registrar su comportamiento a partir de dicho examen, si es una persona respe-
tuosa de las normas de comportamiento exigidas por la sociedad o todo lo con-
trario. A su vez puede analizarse la coherencia o lógica interna de su declara-
ción hasta donde esta pueda romper las reglas de la experiencia.
Apreciemos el siguiente caso: dos señoritas abordan un taxi al salir de una
fiesta en la que bebieron en exceso, en el trayecto, una de ellas le dice al taxis-
ta que se detuviera en un lugar para recoger una documentación, el taxista se
detiene, su compañera baja del auto y al retornar, no encontró al taxista, quien
se llevó a su amiga. Esta señorita despierta en un hostal, teniendo encima al
agresor, quien habría consumado el acto de violación; es en dicho contexto que
el taxista fue aprehendido por los empleados del hostal, quienes señalaron que
ellos ingresaron al lugar, pero la señorita entró trastabillando, pues se encontra-
ba ebria. Aquí observamos dos versiones, la de la amiga de que el taxista prác-
ticamente se llevó a la víctima, y la declaración realizada por este taxista, quien
dijo que fue la víctima quien le propuso “pagarle” con sexo en un hotel pues no
tenía dinero para costear su pasaje.
Esto, sometido a las reglas de la experiencia, implicaría aceptar que es co-
mún que toda persona que no tenga dinero para pagar una carrera de taxi, lo re-
suelva teniendo sexo con el taxista. Así, analizado la información de que no se
conocían, y el testimonio brindado por la amiga de la víctima, nos lleva a seña-
lar y concluir que no existe coherencia con lo relatado por el taxista, ello en vir-
tud de las reglas de la experiencia.
Debemos ubicarnos contextualmente con toda la prueba periférica y con
el hecho delictivo para llegar a una conclusión. En este caso en concreto, por
ejemplo, son importantes las declaraciones testimoniales y el examen ectos-
cópico, ello en razón de que cuando la víctima se defiende, el agresor gene-
ra una presión sobre ella, lo cual a su vez va a quedar expresado en su cuer-
po. Este tipo de peritajes arrojan lesiones paragenitales, como las huellas de
un forcejeo a consecuencia del rechazo de la víctima ante el violador, pero,

126
La técnica de la prueba y la investigación del delito

como todo material probatorio obtenido en la investigación del delito, debe


contextualizarse.
A veces sucede que durante la investigación se plantean líneas y métodos
que generalmente no responden a la situación concreta. Nos explicamos, en una
situación de amenaza puede suceder que la víctima, por el temor, no se defien-
da; por lo que al practicársele un examen ectoscópico obviamente no aparece-
rá ninguna lesión extragenital. Salvo que la víctima alegue una defensa, se ten-
dría que examinar su declaración, y allí si puede existir alguna huella frente a
ese rechazo, que pueda ser detectada en la parte física de la víctima como por
ejemplo, en la parte interna de los muslos. Generalmente el violador, ante la re-
sistencia de la agraviada, trata de abrir las piernas, allí pueden quedar impreg-
nadas las huellas; también se puede observar arañones tanto en la víctima como
en el victimario. Un examen ectoscópico es necesario cuando la víctima mani-
fiesta que ha arañado, o golpeado a su presunto violador para confirmar si hay
esas huellas.
Si la agraviada señala que no opuso resistencia, por el temor o terror del
victimario, entonces carece de sentido una prueba ectoscópico para ubicar le-
siones extragenitales, porque justamente ese es el contexto. Tampoco no tendría
sentido, alegar un intento de violación y buscar un certificado médico-legal para
acreditar la integridad, sería impertinente, salvo que exista en la tentativa, un
señalamiento de algunas huellas de lucha para evitar la penetración. Ver en el
examen ectoscópico si se encuentra equimosis o moretones en la víctima.
De tratarse de víctimas adultas, la corroboración de la sindicación, los he-
chos objetivos como lesiones extragenitales, la coherencia interna de los testi-
monios que deben ser analizadas por el Ministerio Público, evaluados los des-
cargos del imputado en caso se le halle, esto lleva a que se plantee sólidamente
una imputación y se someta a un proceso penal que bajo las reglas de contradic-
ción, derecho de defensa y bajo la convicción de la fiscalía que tiene un caso, se
logre la condena.
En el caso de menores de edad esto se complica también cuando se trata
de personas que tienen deficiencias mentales o físicas, como la violación de per-
sona adulta en estado de inconsciencia o en incapacidad de resistir en sus dife-
rentes modalidades. La situación de inconsciencia o incapacidad para resistir
adopta las siguientes formas: una que la realiza el agresor, esto es, provoca o ya
la encuentra en esa situación, y la otra en la que la víctima lleva en sí misma esa
situación de vulnerabilidad.
En el caso de la violación, cuando el individuo pone en estado de indefen-
sión a su víctima, las pruebas periciales son fundamentales, por ejemplo, en el
caso que el agresor le hubiera dado de beber algo al sujeto pasivo, mediante el
dosaje etílico se determinará el grado de alcohol que tiene esta persona, de tal

127
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

manera que se pueda concluir razonablemente el estado de inconsciencia, y que


esto haya sido aprovechado por su victimario para agredirla sexualmente.
También puede darse el empleo de químicos para cometer este tipo de ac-
ciones, por ejemplo, la ingesta de barbitúricos o benzodiacepina, circunstan-
cia que implicará la práctica de análisis de dosaje de drogas para establecer si
esta persona tiene en su torrente sanguíneo estos compuestos, por lo que razo-
nablemente podamos inferir que le han sido colocados sin su consentimiento
este tipo de drogas. De esta manera, el agresor busca limitar o anular la capaci-
dad de resistencia o consciencia de lo víctima, de modo que no pueda percatar-
se de lo que está sucediendo a su alrededor. Este es el típico caso de las llama-
das “peperas”.
En la violación, el sujeto activo, suele dar un barbitúrico o sedante para
que su víctima se duerma y aprovecha esta circunstancia para atentar contra la
libertad sexual de esta. Aquí la prueba se complica un poco más, porque gene-
ralmente la víctima no sabe lo que le ha sucedido, sino después, a través de hue-
llas, rastros o dolores que siente posteriormente, y, al someterla a un examen o
prueba se le encuentra espermatozoides; y ella recuerda perfectamente que no
consintió tener relaciones sexuales.
Es en este sentido, que las pruebas periciales son de carácter imprescindi-
bles, a efectos de determinar si han existido estas sustancias que han doblegado
la voluntad de la víctima, circunstancia que ha sido aprovechada por el violador,
por lo que estas pruebas coadyuvan a la investigación de carácter penal. Otro
hecho que también podemos utilizar para esta circunstancia es si la víctima te-
nía una situación de vulnerabilidad preexistente, por ejemplo, que presente in-
validez, es consciente pero dicho estado es aprovecho por el victimario. Al res-
pecto, esa vulnerabilidad puede estar acreditada con una certificación médica.
Tenemos el caso, también, de una persona que presente un problema de ca-
rácter mental preexistente que imposibilita su defensa frente a la violación, es
una circunstancia en la que la víctima no toma conciencia de que es agredida
por el victimario.
En dichos supuestos no existe violencia ni amenaza, el violador utiliza es-
tas realidades objetivas para poder realizar su acto de agresión sexual; por ende,
ante estos hechos, es necesario que la preexistencia sea determinada mediante
un examen o certificación médica de la situación en la que se encuentra, que no
ha sido puesta por el violador; en el otro caso, en cambio, sí debemos demostrar
lo contrario, es decir, el estado de vulnerabilidad que ha sido promovido por
violador, por lo que tendremos que recurrir a las pericias y testimonios para es-
tablecer que el violador ha doblegado la voluntad de la víctima.

128
La técnica de la prueba y la investigación del delito

VIII. EL DELITO DE HOMICIDIO


El delito de homicidio con sus variantes puede extenderse al parricidio, si-
cariato y feminicidio. En este delito, el sujeto activo mata a otra persona o le
ocasiona la muerte, así, según se plasma, da la apariencia de no revestir de ma-
yor complejidad, pero no siempre es así. La víctima debe ser examinada y rea-
lizársele un conjunto de peritajes para poder establecer la causa de su deceso y
los medios empleados para poder asesinarla; generalmente suele ser de propia
mano, la persona mata a la víctima que sería el objeto de la acción delictiva, po-
dría eventualmente estrangularla, envenenarla, dispararle, acuchillarla, etc.
Dentro de los actos de investigación se tiene que determinar cuáles fue-
ron las causas de la muerte de esta persona, si es por estrangulamiento, se rea-
lizarán las respectivas pericias, igual si es por acuchillamiento o por envene-
namiento. Si es a mano armada, se buscará, por ejemplo, establecer cuál es la
dirección que ha tenido la bala que le ha ocasionado la muerte. Es decir, es-
tudiar la escena donde se ha encontrado el cadáver, porque ello nos puede dar
vestigios, muestras de lo que realmente ha sucedido con esta persona.
Para establecer quién sería el autor, entre los actos de investigación, tiene
que establecerse, si es que esta es identificable, ello ya que, por lo general, es-
tos crímenes son ejecutados de manera clandestina, por lo que será complicado
poder identificar al autor. En ese contexto, los actos de investigación estarán re-
gidos bajo las reglas de la libertad de los actos de investigación −que es una ex-
tensión de la libertad de prueba−, ello en la medida que no se violen derechos
fundamentales, dentro de cuyo marco está permitido que se practiquen todas
las acciones de investigación necesarias.
En el caso del delito de homicidio, las pericias tienen una labor funda-
mental para determinar la causa de la muerte, hora de muerte, circunstancia de
muerte, entre otros aspectos, lo cual implica indicar el lugar donde se encontró
a la persona, testigos para establecer quiénes los vieron antes del crimen o con-
juntamente y encontrar aquellas personas que puedan ser sospechosas de la co-
misión del delito. A su vez, se debe verificar comunicaciones a efectos de iden-
tificar a las personas con las que se habría contactado. En la parte investigativa,
la policía con declaraciones testimoniales debe fijar un móvil que nos podría
llevar a establecer quién es la persona que estaría interesado en la muerte.
Todos estos aspectos desarrollados −dentro de los que interviene la cri-
minalística− son útiles para que el fiscal pueda establecer su hipótesis. Como
ejemplo, tenemos el caso de una persona que mató a su prima y la había lleva-
do a un lugar descampado. La víctima había sostenido comunicaciones con esta
persona, y existieron testigos que la vieron ir hacia la zona del crimen. Estos
testimonios nos permiten llegar por lo menos a identificar quién es la persona
que estuvo ubicada exactamente en el lugar donde se produjo la muerte.

129
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Esto obviamente es un indicio, no es del todo determinante, hay que esta-


blecer alguna conexión mayor, por ejemplo, si se ha asesinado a esta persona y
se tiene restos de sangre, las pruebas de vestigio son sumamente importantes
para señalar si esta persona tiene en su poder la sangre de la víctima.
La prueba del ADN para individualizar al presunto autor y vincularlo con
la víctima o la escena del crimen ha permitido resolver casos que podían haber-
se quedado en la impunidad, y también en sentido contrario, también se ha te-
nido que declarar inocentes a condenados hace muchos años cuando no exis-
tía esta técnica de identificación. A continuación, veamos los inicios y el primer
caso aplicado con lo que se pudo resolver la autoría de un crimen.
“La prueba de ADN se fundamenta en las técnicas desarrolladas en los años
ochenta por Sir Alec Jeffreys. Este científico, que todavía se halla en activo,
descubrió en 1984 que ciertas características del ADN de los seres humanos
son únicas y exclusivas de cada persona y que, por tanto, el análisis del ADN
podía servir para establecer patrones que identificaban con precisión la iden-
tidad de las personas. Estas técnicas, que ahora nos parecen muy antiguas, no
fueron utilizadas en el proceso penal hasta el caso Narborough que se susci-
tó en el Reino Unido entre los años 1983 y 1986. Fue en ese asunto en el pri-
mero en el que se utilizó la técnica de Jeffreys de identificación y cotejo de
ADN”(141).
El procedimiento que se sigue en esta prueba científica y, en específico, las
reglas para su validez, son las que se describen a continuación:
“El análisis de ADN tiene lugar sobre ADN no codificante. Esto significa que
ninguna información referente a las características individuales de la persona
o la predisposición a enfermedades se contiene en los perfiles genéticos que
se obtienen y se guardan en las bases de datos.
El procedimiento consiste en la reacción en cadena de la polimerasa. Esta téc-
nica consta de varios pasos, que básicamente son: la fusión (desnaturalización
del ADN), la hibridación y la posterior elongación. De algún modo se acre-
cienta el ADN obtenido para poder realizar el análisis y para ello es preciso,
en primer lugar, separar la cadena de doble hélice para posteriormente volver
a recomponerla.
El análisis tiene lugar sobre determinados marcadores que son localizacio-
nes concretas de una molécula de ADN con información que difiere entre
individuos.

(141) GONZALES, Manuel Richard. “Preguntas y respuestas sobre la prueba de análisis y


cotejo de ADN”. En: Iuris, actualidad y práctica del Derecho. Barcelona, 2013, p. 42.

130
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Las técnicas seguidas para obtener las conclusiones que constan en los infor-
mes periciales entregados en las causas penales están plenamente validadas
por la comunidad científica.
A este respecto, la prueba científica de determinación genética de ADN se ha-
lla completamente admitida como medio de prueba en tanto que cumple los
criterios básicos de admisibilidad de la prueba científica. Estos criterios fue-
ron enumerados en la conocida sentencia Daubert (Daubert vs. Merrell Dow
Pharmaceuticals, 509 U.S. 579 /1993) y son, sintéticamente, los siguientes:
- Falsabilidad: la prueba debe basarse en una teoría o técnica susceptible
de contraste.
- Revisable por otros científicos.
- Porcentajes de error conocidos.
- Consenso general de la comunidad científica.
[El primer caso donde se aplico la prueba de ADN fue el Narborough]
El caso Narborough, el primero en el que se utilizó la prueba de ADN, fue un
supuesto en el que se investigaba la agresión sexual y asesinato de una joven
cuyo cadáver apareció, el 21 de noviembre de 1983, en la villa que da nombre
al caso. Tres años después, cuando el asunto aún no había sido resuelto, apa-
reció el cadáver de otra joven que también había sido violada y asesinada en
una población cercana. Durante la investigación se detuvo e inculpó a Richard
Buckland, quien confesó ser el autor del segundo crimen, pero no del prime-
ro. En ese momento interviene Sir Alec Jeffreys, que analizó el ADN hallado
en los cadáveres de las dos víctimas. El resultado fue contundente al descartar
a Buckland de la comisión de ambos crímenes, puesto que su ADN no corres-
pondía con el dejado en las víctimas por el criminal. Ante ello la policía reali-
zó un mass screaning entre todos los hombres de la zona que estaban en con-
diciones de haber podido cometer los crímenes (hombres entre 17 y 34 años).
Se trataba de 4,500 hombres sometidos al análisis. No existía obligación legal,
pero sí una muy fuerte presión social, además de la conversión en sospechoso
de todo aquel que se negara a someterse al análisis. La historia abreviada nos
dice que el resultado del análisis fue concluyente al identificar a Colin Picht-
fork como el donante del ADN hallado en las dos víctimas y que, finalmente,
fue condenado por los dos crímenes. Sin embargo, lo que sucedió fue que el
señor Pichtfork no se sometió voluntariamente al análisis, sino que convenció
a un amigo para presentarse y ofrecer la muestra biológica en su lugar. A ese
fin alteró su pasaporte cambiando su fotografía por la de su amigo. El engaño
funcionó hasta que en 1987 el amigo suplantador habló del engaño en un pub
de la zona ante una mujer que lo denunció a la Policía. El suplantador (Ian Ke-
lly) confesó el engaño ante la Policía, que el 19 de septiembre de 1987 detuvo
a Pitchfork, quien, finalmente, confesó los dos crímenes. El caso Narborough

131
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

es importante porque fue el primero en el que se empleó el análisis de ADN


y el genotipado masivo como procedimiento de investigación criminal (mass
screaning) y, en segundo lugar, porque, paradójicamente, el primer efecto que
produjo fue el de la exculpación del inicialmente imputado por el crimen que,
sorprendentemente, había confesado el segundo crimen. Las razones que pu-
dieron mover a Buckland a confesarse culpable de un crimen que no había co-
metido son desconocidas, pero probablemente influyó su juventud y sus cir-
cunstancias emocionales e intelectuales (se trataba de un ayudante de cocina
de 17 años con problemas de aprendizaje). En cualquier caso, es un ejemplo
más de las prevenciones que siempre deben adoptarse cuando se trata de ad-
mitir la confesión del acusado como medio de prueba”(142).
Podemos observar en este caso, que si prevalecía el engaño del asesino, la
prueba de ADN no iba a ser de utilidad, y solo el testimonio, prueba tradicional,
de quien sabía que el autor se había hecho suplantar, pudo evitar que este caso
quede en la oscuridad.
En el delito de homicidio, las comunicaciones telefónicas y correos elec-
trónicos, pueden eventualmente vincular a la víctima con su asesino. En el
caso de los motivos, pueden ser el lucro, pasionales, u otros. Es más complica-
do cuando una persona no tenía enemigos y aparece de pronto muerta, sin ra-
zón alguna, por lo que probablemente estemos dentro del marco del homicidio
calificado, por ferocidad, entendido como aquel que mata sin motivo alguno.
También puede dar para lo contrario, varios quieren la muerte, pero no necesa-
riamente son los autores y alguien que no quiere su muerte, que no le interesa,
puede ser el responsable. Aquí se trata de ensamblar un conjunto de informacio-
nes, de tal manera que podamos sostener una hipótesis de atribución de respon-
sabilidad a alguna persona.
Por ejemplo, si se trata a mano a armada, allí es sustancial la necesidad
de probar, si existen casquillos de bala, si se encuentra a una persona con el
arma de fuego, hacer la pericia de homologación para poder determinar si es
que la bala salió de esa arma de fuego. Es necesaria la pericia de absorción ató-
mica, de tal manera que en la mano del presunto victimario aparezcan los com-
puestos químicos como el plomo, bario y antimonio, que son los que se impreg-
nan cuando una persona realiza un disparo. Es por ello que las pericias resultan
trascendentales a efectos de tratar de esclarecer si se trató de un arma de fuego.
Hoy en día la tecnología nos pone a la luz un conjunto de medios que per-
miten registrar hechos, es el caso de la actividad ciudadana, que por motivos
de seguridad coloca cámaras en las calles para protegerse. Esto es importante,
puesto que permite documentar a aquellas personas que han participado en un

(142) Ibídem, p. 43.

132
La técnica de la prueba y la investigación del delito

homicidio y, a su vez, identificar el escenario con mayor exactitud, ya que de al-


guna manera, una filmación perenniza la escena del crimen.
Por poner un ejemplo, es conocido el caso del “Corralito”, restaurant don-
de fue asesinado un comandante de la Policía, en vísperas de nuevo año del
2015, cuando ingresaron unos sujetos para robar, donde este comandante tra-
tó de repeler el ataque, siendo finalmente acribillado. Los sujetos ingresaron cu-
biertos con pasamontañas, por lo que la imposibilidad de reconocerlos era bas-
tante alta. Un testigo no podría señalar las características físicas de estos, por
lo menos no del rostro, pero sí del cuerpo, el arma, tatuaje que haya visuali-
zado, forma de caminar, etc. En la actualidad se están utilizando técnicas an-
tropomórficas, que son programas especializados que permiten hacer una com-
paración con sospechosos. En casos de homicidio, hacer una comparación con
el rostro aun cubierto con un pasamontaña, básicamente centrado en estable-
cer una mediciones de las características antropomórficas de la persona, y tras-
ladarla al sospechoso, de existir coincidencia, esta técnica nos permite acercar-
nos a identificar a aquellas personas que justamente tratan de encubrir su delito.
Las técnicas de investigación también plantean la necesidad del uso de to-
das las pericias habidas y necesarias para el esclarecimiento. Los testimonios
también van en ese sentido respecto al delito de homicidio.
Ahora, ante un caso en el que una persona reconoce la autoría de la muer-
te, siempre tratan de buscar alguna atenuante, como una causa de justificación,
si ese es un hecho que debiera ser probado. Esto obviamente tiene que ser reba-
tido y por eso, la estrategia de investigación seguida por el Ministerio Público
tiene que tratar de cubrir también estos vacíos ante la posibilidad que la defen-
sa pueda establecer un hecho y probarlo, esto es, alegar que se mató en defensa
propia para evitar la muerte de un tercero, familiar o a uno mismo. Son hechos
que tienen que ser acreditados por la defensa, porque si son hechos afirmados
por una de las partes es obligación probarlo.
Independientemente de eso, la Fiscalía debe ser bastante clara con la po-
licía, ello a efectos de poder rebatir estos hechos que quiere probar la defensa
para tratar de desvirtuar toda la estrategia elaborada para condenar a un impu-
tado por el delito de homicidio. Esto nos lleva a una suerte de estrategia de pre-
vención de daños, en el que la Fiscalía se puede plantear este escenario y pueda
contradecir con suficientes elementos de convicción lo alegado por la defensa.
Otra situación es cuando se asume la responsabilidad penal en un delito de
homicidio, en el que los abogados argumentan de que se trataría de un homici-
dio simple, que implica que la persona va menos años a prisión, y el contradic-
torio será en las agravantes. Al respecto, veamos el siguiente ejemplo: una per-
sona asesina a su pareja alegando que lo hizo por emoción violenta, es decir,
una reacción inmediata frente a la información que le dio la víctima diciéndole

133
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

que lo había contagiado de VIH. Si bien, reconocía el homicidio, pero bajo las
circunstancias de emoción violenta, de tal forma que si lograban acreditar su
tesis podrá hacerse merecedor de una pena menor a lo que sería un homicidio
simple. Pero, es el caso que se estaba frente a una imputación de la Fiscalía por
homicidio calificado y la circunstancia agravante, era que la persona había ac-
tuado con alevosía, es decir, cuando la persona minimiza sus riesgos y mata a la
víctima. En este caso el asesino la había citado por el grado de confianza, a ho-
ras de la noche a un descampado, donde no había mucha iluminación y esta per-
sona había ido premunida con un cuchillo que utilizó justamente para asesinar a
la agraviada. La defensa trató de decir que el lugar desolado no era tan desolado
porque habían personas circulaban por los alrededores, trató de probar ese he-
cho y también quiso probar que había existido una causa que lo había hecho re-
accionar de manera violenta y justamente era la información que le había dado
la victima de que lo había contagiado de VIH.
La Fiscalía debe buscar o tratar de establecerse algunas posibles fórmulas
defensivas que utilizará el imputado, puesto que luego estará en la obligación de
rebatirlos.
Debemos tener en cuenta que muchas de las coartadas son permitidas,
pero bajo las reglas de que se tiene que probar, lo cual representa una dificultad
para la defensa, por lo que generalmente estas van quedando allí.
Uno de los ejemplos clásicos es cuando un imputado refiere que la Poli-
cía le plantó evidencia, y que es inocente de los cargos. Esa afirmación desde
el punto de vista de la prueba tiene que ser acreditada para que no quede sola-
mente como un dicho del acusado. Son riesgos que a veces asume la defensa, y
que se recomienda no se planteen si es que no tienen un medio que pueda apo-
yar esa información.
Respecto al delito de homicidio, veremos las diferentes modalidades y, en
ese contexto, tenemos el parricidio, donde hay un vínculo parental entre la víc-
tima con el victimario, este es un punto que tiene que ser sometido a eviden-
cia o prueba para establecer el vínculo, porque de alguna manera establece pe-
nalidades mayores si es que existe un vínculo familiar, porque no se trata de
un atentado contra la vida, sino contra la familia, acá se tiene que acreditar el
vínculo parental, familiar.
El parricidio es un homicidio contra un sujeto cualificado que es el pa-
riente, así que no va a distar mucho de que la Fiscalía utilice todos los medios
para poder, con la Policía, esclarecer e identificar a los responsables de un deli-
to. Hay que tener en cuenta que una mala investigación lleva a la Fiscalía a una
débil tesis acusatoria ante un juicio y graves dificultades para luego probarla.

134
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Si la Policía no desarrolla con la Fiscalía una labor de coordinación para


establecer el grado de responsabilidad del imputado en un hecho delictivo, esto
no va a ir bien. Y, un mal trabajo de la Fiscalía o la Policía obviamente va a abo-
nar en la impunidad, por tanto, se requiere un trabajo fiscal ordenado, planifi-
cado, coordinado, con objetivos claros; de tal manera que los resultados sean
que cuando haya un juicio, se esté en la posibilidad de verificar todo el cau-
dal probatorio, toda la información que ha traído la Fiscalía, siendo esta actua-
da ante los ojos de los jueces y permita condenar al responsable de la comisión
del delito.
Otra forma del delito de homicidio es el feminicidio, que es el llamado de-
lito de odio. Algunas personas se plantean si es posible establecer un protoco-
lo probatorio para establecer estos crímenes de odio, o sea, cómo se manifies-
ta, cómo se prueba que la víctima tenía un motivo de odio para victimar a la
agraviada.
En el caso del feminicidio se dice que la persona mata a la víctima por su
condición de mujer, por lo que haciendo una analogía podríamos ver un deli-
to por motivos raciales en el que se mata a alguien porque es afroamericano o
asiático, discriminándolo por su raza. Si se trata de este delito, tiene que acredi-
tarse ese odio por la persona que se ha manifestado en esta víctima concreta, si
esto no es así, el delito de odio no podría ser imputado.
El protocolo de prueba es importante porque puede establecer líneas para
ordenar la actividad probatoria o investigativa; sin embargo, creativamente de
acuerdo con las máximas de las experiencias, hay que establecer cómo podría-
mos plantearlo, cómo podemos acreditar si esta persona odia a la mujer. Allí
podría utilizarse, por ejemplo, antecedentes de si esta persona ha tenido denun-
cias respecto a agresiones a mujeres, algunas expresiones que hayan tratado de
minimizar la situación de la mujer, este es un delito de odio de género, la mato
y te minimizo porque eres mujer.
Están los testimonios y la propia información que puede dar el imputado,
también se puede construir esta animadversión que siente esta persona para lle-
gar incluso hasta el asesinato; los exámenes de su conducta que pueden ser psi-
cológica o siquiátrica, las testimoniales, entrevistas que se le hacen al imputa-
do, entre otros.
Estos tipos penales nos llevan justamente a que se utilicen todas las for-
mas probatorias para acreditar el odio que se tiene contra una persona por sus
singularidades faciales, sexuales, creencias políticas, religiosas y por ese moti-
vo, odiarlas, minimizarlas e incluso matarlas.
Si por ejemplo se mata a una persona porque es judía y somos pronazis,
tendremos que probar que este señor se encuentra vinculado a organizaciones

135
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

de este tipo, que ha participado en protestas antijudías, etc. Si se tienen estos


datos, el motivo de ser judío nos llevará a concluir que estamos ante un delito
de odio. Allí van a servir todas las pruebas necesarias y la información propia
que nos pueda dar el imputado para establecer este delito de odio, sus antece-
dentes para construir una conducta respecto a las víctimas de estos crímenes de
odio, los testimonios. Por lo general toda esta gente va dejando huella respecto
a su odio, por lo que cualquier dato debe ser empleado para probarlo.
El crimen de odio implica la probanza de un hecho concreto, no es algo
que está en el aire, por lo que tiene que ser acreditado. Allí la Policía hará la in-
vestigación respectiva con todo lo que tenga a la mano y con la dirección de
la Fiscalía, se recabarán testimoniales, se practicarán pericias y se apoyará la
investigación con la propia información que pueda dar el imputado, como por
ejemplo, lo que haya podido publicar en redes sociales.
Estas circunstancias son también aplicables para otros crímenes de
odio que están patentes en nuestro país, como es el caso de los ataques reali-
zados ante la comunidad LGTB, uno de los sectores que, sin duda, es de alta
vulnerabilidad.
El común que nos une a todos es que somos personas, cada uno con sus
propias singularidades, pero lo que manda o determina es que somos personas,
por lo que si somos personas esto implica que tengamos dignidad y la digni-
dad es un conjunto de derechos que deben ser respetados por y para todos, por
lo que un homosexual, un afroamericano, un asiático tienen algo en común, que
son personas, y por ello mismo merecen respeto. Ese reconocimiento como per-
sonas, marca la pauta para poder establecer y acreditar si el victimario de un
delito de odio ha respetado esa singularidad y, en caso no lo haya hecho, que
probablemente la asesinó por ese carácter.
Cuando el homicidio es por ser mujer, el tema probatorio es complicado,
establecer las premisas resulta un tanto complejo, e incluso puede arribarnos a
un absurdo. Podemos señalar que en el caso todavía en proceso de Arlette Con-
treras, para descartar el hecho de que el procesado la lesionó por tener odio a
las mujeres, el tribunal consideró que no existió este elemento contra la mujer
porque el acusado desarrollaba actividades propias de una mujer, porque se de-
cía que él había preparado comida, lavaba los trastes, es decir, que quien lava
los platos no odia a la mujer.
Una persona que cocina o no, puede ser una premisa porque allí esta-
mos justamente bajo prejuicio, cual es el prejuicio, establecer roles que tienen
que hacer determinadas personas, en este caso las mujeres, y que si el hombre
las hace no sería una persona que habría cometido este delito. Es una premi-
sa construida con base en prejuicios, o estereotipos para llegar a una conclusión
falsa propia de una falacia.

136
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Uno de los problemas mayores que se ve en el tema de la investigación, es


que estamos constantemente enfrentados a prejuicios, conocidas también como
ideas preconcebidas del cual sacamos conclusiones que son ilógicas que no sus-
tentan a una argumentación sólida y que no resisten al análisis lógico.

IX. DELITO DE LESIONES


El delito de lesiones es un ilícito que afecta la vida y la integridad de una
persona, que se desarrolla cuando el sujeto activo daña la integridad física cor-
poral de la víctima utilizando algunos medios o haciéndolo de modo indirecto
sin necesidad de recurrir a estos.
Siendo así, la naturaleza de las lesiones va a determinar la proporción res-
pecto a la sanción a imponer. En el sistema de penas, tenemos delitos de naturale-
za leve, es decir, cuantitativamente son delitos que tienen entre diez a veinte días
de atención facultativa o incapacidad para el trabajo. Cuando estamos en el ám-
bito de las lesiones graves, la víctima ha sufrido una lesión que, cuantitativamen-
te, es mayor a los veinte días de incapacidad para el trabajo o atención facultativa.
Todos estos aspectos deben ser acreditados con una pericia médica, ello
puesto que únicamente es el médico quien va a determinar la gravedad de las
lesiones, siendo sus conclusiones la primera pauta para poder determinar frente
a qué tipo de lesiones nos encontramos.
Por otro lado, el Código Penal establece, como lesión grave, aquella que
sin necesidad de establecer criterios cuantitativos, afectan o dañan gravemente,
por ejemplo, el rostro de una persona, estamos hablando de un corte en el rostro
o la mejilla de la víctima, por ejemplo. También, aquellas lesiones que le ge-
neran una incapacidad por la afectación de un órgano vital o las extremidades
(el seccionar una mano o pierna), por ejemplo.
Otro aspecto está referido a determinar la forma o circunstancias en que
se desarrollaron las lesiones, desde el punto de vista objetivo. Siendo así, puede
que una persona haya utilizado un arma de fuego o un instrumento punzo cor-
tante, un objeto contundente, circunstancias todas estas que añaden un elemen-
to fáctico que tiene que ser acreditado en el marco del proceso penal.
Ahora, establecer quién es la víctima no reviste de complejidad, puesto
que generalmente existe una denuncia de quien ha sido lesionada, debiendo rea-
lizarse inmediatamente un peritaje para establecer la gravedad de las lesiones.
Desde el punto de vista objetivo, los actos de investigación precisados por la Po-
licía tienen que ver con declaraciones de la víctima, con testimoniales para con-
textualizar el modo, la circunstancia, el lugar y la hora, donde se desarrolló el
evento delictivo.

137
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

Por otro lado, desde el punto de vista subjetivo, se tiene al dolo, para cuyos
efectos deben establecerse los móviles que nos permitan inferir con cierta vali-
dez que el comportamiento del agente ha sido de carácter doloso, es decir, que
el agente ha deseado en su fuero interno afectar la integridad física de la perso-
na y finalmente así lo hizo.
El aspecto volitivo es lo que va a diferenciar lo que es un delito de lesiones
con el de homicidio; en este último, el victimario o sujeto activo busca acabar con
la vida de la persona, pero en las lesiones, lo que busca el agente es lesionar a la
víctima, causarle un daño en una proporción que preestablece. Generalmente, a ve-
ces ocurre que el individuo quiere causar lesiones, pero, como se dice coloquial-
mente, “se le pasa la mano”, entonces, estaremos ante un delito preterintencional.
La situación de lesiones en un contexto de violencia familiar determina
que los actos de investigación deban identificar el entorno y la relación entre
víctima y victimario, si es el esposo que lesiona a la esposa, el hermano que le-
siona al hermano, etc. Estos grados de parentesco deben ser dilucidados porque
acarrearán algún tipo de responsabilidad punitiva, como es el caso del padre
que lesiona a su hijo, al cual como parte del tipo legal se le debe aplicar la pena
de inhabilitación, expresada en la suspensión de la patria potestad.
Estos aspectos fácticos deben ser investigados de forma tal que se le dé al
Ministerio Público el insumo para que pueda desarrollar su estrategia legal en
aras de que se logre una condena cuando lleve su caso ante el Poder Judicial.
Dentro de estos actos de investigación que pueden desarrollarse, el aspec-
to volitivo, es de particular importancia, puesto que esa delimitación permitirá
diferenciarlo del delito de homicidio. La parte objetiva, es decir, la forma como
se ha dañado a una persona es un primer dato que nos permite establecer cuán-
do alguien ha querido lesionar o desea algo mayor como matar a una persona.
El ejemplo es bastante claro, si disparamos a una persona en el pie, obviamen-
te que el fuero interno el autor pretende lesionar, pero si con esa misma arma le
disparamos en la cabeza a alguien, definitivamente estamos ante un dolo direc-
to, puesto que por máximas de la experiencia, esta es una parte más vulnerable
en el cuerpo humano y conlleva a la posibilidad de que esta persona fallezca.
Estos datos que se van a inferir por las heridas causadas a la víctima y que de-
ben haber sido sometido a un peritaje, nos ayudarán a construir el aspecto sub-
jetivo del delito.
En el delito de lesiones, las técnicas de investigación implican fijar la esce-
na donde ocurrió el hecho delictivo, determinar las características de las lesio-
nes de la víctima, identificar a la persona que ha cometido el delito de lesiones,
modo, circunstancia, forma, etc.; allí entra lo que se conoce como perennizar el
lugar donde se cometió este hecho.

138
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Las propias pericias que podrían practicarse a la persona que ha interveni-


do en el acto delictivo se fijan por la naturaleza de este último. Por ejemplo, si la
lesión fue producida con un arma de fuego, habrá que someter a una pericia de
absorción atómica al victimario; estos actos de investigación dependerán de las
circunstancias o medios empleados, por lo que resulta necesario establecer las
técnicas de investigación a utilizar, de tal manera que el caso pueda sustentarse
exitosamente ante el Poder Judicial.
Este es un aspecto básicamente centrado en lesiones con carácter doloso
en sus diferentes variantes. Al respecto, desde el punto de vista cuantitativo,
existe una modalidad que nos lanza a una suerte de mezcla entre un criterio
cuantitativo y la gravedad o la forma en la que se desarrolla el delito de lesio-
nes. En ese sentido, decíamos que si una persona tiene atención facultativa me-
nor a diez días, esto no sería un delito sino una falta, pero una excepción a esto
es cuando las lesiones han sido realizadas en un contexto grave. Entonces, si le-
sionamos a alguien con un cuchillo y solamente le producimos una atención fa-
cultativa de cinco días, lo cual eventualmente sería una falta, por aplicación de
esta norma penal, estaríamos ante un aspecto cualitativo más grave, que sería el
uso del arma blanca y que convierte esta conducta ya no en falta, sino en un de-
lito. Siendo así, esta situación tiene que ser delimitada al momento de investi-
garse el delito, por lo que es preciso ubicar exactamente cuál es el fáctico que
nos establece la gravedad de este acto de lesiones, de tal manera que el procesa-
miento será no como falta, sino como delito.
Desde el punto de vista subjetivo, tenemos que los delitos no son solo do-
losos, sino culposos, que generalmente son ocasionados por una actitud negli-
gente, indiferente y poco profesional de la persona que ha ocasionado daños a
la víctima. Por ejemplo, en el caso de los accidentes de tránsito con resultado de
lesiones, estamos frente a manifestaciones volitivas de carácter culposo en las
que el agente eleva su riesgo, actuando de una manera irresponsable y ocasiona-
do un accidente de tránsito.
Aquí existe una frontera, puesto que en nuestra ciudad se cumplen muy
poco con las reglas de tránsito, por eso vemos tantas infracciones y accidentes.
Este dato del incumplimiento, nos va a permitir determinar el grado de respon-
sabilidad penal en un sujeto. Por ejemplo, si nos pasamos la luz roja del semá-
foro, sabemos que potencialmente podremos dañar a alguien, por lo que ya no
estaríamos ante un delito meramente culposo, sino ante un delito con dolo even-
tual, circunstancia que implica que el agente se representó la posibilidad de que
esa infracción normativa ocasionaría un daño y, sin embargo, continuó con su
comportamiento irrespetuoso de las normas ocasionando un accidente.
El dolo eventual nos llevará a que se configure un delito de carácter doloso y
la persona sea sancionada con penas propias de un delito doloso que son siempre

139
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

mayores a los culposos. En el ámbito del delito culposo, la investigación nos va a


determinar, en el caso del accidente de tránsito, por ejemplo, si la persona cuen-
ta con licencia o no, circunstancia que resulta importante, puesto que el hecho de
que no cuente con licencia, de por sí es ya una infracción a las normas de tránsito,
el individuo no está capacitado para manejar un vehículo, sin embargo lo hace, en-
tonces se tiene una infracción normativa que justamente ha generado una lesión.
El incumplimiento de las reglas de tránsito es de fácil verificación, pues
en la ciudad existen cámaras de video, es allí donde se podría determinar las
circunstancias de la infracción de la norma para producir un resultado lesivo.
Generalmente, existen accidentes en donde al tema culposo, una lesión
ocasionada a un transeúnte, por ejemplo, también se le agrega un delito dolo-
so como es la falta de auxilio a una víctima cuyo daño uno ha provocado, es el
caso de las famosas fugas del lugar de los hechos; eso obviamente va tener que
probarse con toda la información reunida en el escenario donde se ha producido
el accidente, tales como la identificación y declaración de la víctima respecto a
las circunstancias que fue afectada por este comportamiento lesivo.
Es necesario que se realice una adecuada búsqueda de las evidencias que
hayan sido dejadas en la escena de los hechos. Al respecto, planteando un ejem-
plo, es el caso de una fuga luego de un accidente de tránsito donde una perso-
na ha sido herida y el vehículo del autor tuvo una rotura del parabrisas. En este
caso, la Policía, al realizar las indagaciones encontró un pedazo de vidrio en el
que estaba impregnada la calcomanía del SOAT, información que lo llevó a la
pista que permitió ubicar el vehículo y al propietario del mismo.
Al rendir su testimonial el propietario del vehículo, indicó que este había
sido alquilado a una persona “X”, la cual también fue identificada por la Policía,
y en su momento denunciada porque se llegó a la conclusión de que era la per-
sona que había ocasionado el accidente de tránsito. Todas estas pistas que va si-
guiendo la Policía de manera ordenada y científica, van a permitir esclarecer e
identificar al responsable de este accidente de tránsito y su rol o participación
en este delito.
La impericia, que es otra modalidad reconocida en los delitos, implica que
la persona no estaba capacitada para realizar alguna actividad riesgosa. El mé-
dico no especializado, que realiza una cirugía al corazón, cuando no tiene la ca-
pacitación, está también en el campo de la impericia. En este último caso, el
agente no debe realizar esa conducta salvo que medien razones como el de ser
el único médico que existe para salvar la vida de una persona, pero si no se da
este contexto de justificación, no puede desarrollar una actividad profesional sin
tener la capacitación. En el campo de la medicina se requiere de especializa-
ción, por lo que no cualquiera puede hacer una cirugía plástica o un trasplante
de corazón, etc.

140
La técnica de la prueba y la investigación del delito

Ahora, la culpa también podría ser demostrada cuando el médico, no obs-


tante tener la capacitación, no cumple con el protocolo que ha sido establecido
para realizar todo el tratamiento de una persona. En el caso de una operación,
por ejemplo, el pre operatorio, la parte operatoria y la post operatoria. Todo esto
tiene que ser analizado en el contexto de una situación lesiva para la víctima,
culposa, y poder identificar aquel fáctico que nos pueda determinar que el mé-
dico actuó de manera culposa, rompiendo reglas de cuidado.
Si por ejemplo una persona pasa con su vehículo y voltea a la izquierda
cuando la señal de tránsito tiene una clara prohibición expresa, este sujeto ocasio-
nará un accidente y, como resultado de este, una víctima. Definitivamente esta-
mos ante una infracción grave de las reglas de comportamiento de la persona res-
pecto al manejo de un vehículo que es un instrumento riesgoso que, utilizado en
el marco de los niveles estandarizados dentro una sociedad, no debería producir
aspecto lesivo alguno; pero este sujeto elevó el riesgo y aumentando la potencia-
lidad de cometer un acto lesivo, de allí que esté pasando las fronteras de la mera
culpa a un dolo eventual que lo lleva a una sanción como delito doloso.
Un caso emblemático fue de aquel periodista atropellado por un microbu-
sero, quien se pasó la luz roja. Allí se aplicó la teoría del dolo eventual, porque
el conductor al ver que se pasaba la luz roja, el individuo se ha podido represen-
tar razonablemente que ha podido causar una lesión a alguien, sin embargo, no
hizo nada para detenerse por lo que el resultado se produjo, tipificándose estos
hechos como configurativos del delito de homicidio.
Otro caso en el que se ha discutido bastante esto y tiene que ver con la in-
vestigación previa, es el caso “Utopía”, en el que los organizadores del evento
para jóvenes habían sido advertidos que no tenían los mecanismos de seguridad
frente una emergencia, como por ejemplo, los extintores, y pese a ello, omitie-
ron la advertencia e hicieron actividad riesgosa –como encender fuego con ani-
males enjaulados en medio de una cantidad de muchachos–, de donde resulta-
ron afectados treinta de ellos.
Allí, el dolo eventual implica, si uno sabía que había una potencialidad de
la producción de un peligro, si no teniendo extintor, estoy elevando el riesgo al
efectuar actividades con fuego, entonces, ese riesgo se eleva considerablemente
y finalmente se produce.
En casos como este, el individuo deja de estar en el ámbito de una actua-
ción meramente culposa y pasa a estarlo ante un dolo eventual. Todos estos as-
pectos de prueba salen y fluyen a partir de la investigación que realiza la Policía
y la Fiscalía, las que van a determinar si esta persona ha obrado de manera ne-
gligente, descuidada o ha obrado con impericia y de modo indiferente.
El negligente es aquel que obra de manera indiferente, ve los riesgos y no
hace nada por detenerlos, simplemente los omite. En ese sentido, esta actuación

141
Víctor Jimmy Arbulú Martínez / La técnica de la prueba en el proceso penal

tiene que ver con su rol, si por ejemplo una persona labora realizando excava-
ciones, tiene que dar publicidad a las respectivas señales de seguridad para que
la gente pueda darse cuenta de que hay un riesgo inminente; si por el contrario,
esta persona no lo hace por ahorrarse dinero, y alguien que pasa por allí cae en
una fosa y se lesiona gravemente, estaremos ante un acto de indiferencia frente
a la posibilidad de que alguien pueda ser lesionado por un acto omisivo.
En un caso de cirugía mamaria, por ejemplo, es el caso de una señora que
tenía problemas con sus mamas, las cuales eran muy grandes −gigantomastia−
y tenía que someterse a una cirugía para reducirlas. Se le disminuyó el tejido,
pero tiempo después, se generó toda una infección que conllevaron a que se le
cercenaran las mamas; entonces, la discusión era establecer si el médico había
seguido los protocolos para realizar ese tipo de operaciones o no.
Para esto, se tuvo que convocar a expertos en esta clase de cirugías, quie-
nes habían tenido una capacitación sobre el asunto, de donde se tuvo que en el
registro de peritos del Poder Judicial no se encontró a un experto en cirugía ma-
maria, por eso la norma permitía que se lleve a especialistas que no necesaria-
mente se encuentran registrados, pero que garanticen ser expertos en una acti-
vidad profesional o técnica, de modo que puedan dar una opinión relevante para
establecer si se violaron o no normas de cuidado.
En este caso se convocó a un profesor experto en el asunto, quien concluyó
que el médico que había operado a la señora no había seguido los protocolos, y
que la cirugía fue invasiva, siendo que por eso se generó un cuadro infeccioso.
Asimismo, se cuestionó también al médico el hecho de que en el posoperatorio
no le hizo un seguimiento adecuado, entre otros asuntos. El médico procesado,
trajo a una perito que era una experta en cirugías de esa naturaleza, quien seña-
ló que el procedimiento fue el correcto y que, en todo caso, si la persona sufrió
una infección fue debido a factores externos, como que la señora sufría de obe-
sidad y que eso contribuyó para que se generara la infección.
Esa fue la discusión que nos dieron los peritos, no cualquier persona, sino per-
sonas verdaderamente especializadas en el asunto; por lo que el juez, con base en
estos insumos e información, está en posibilidad de tomar una decisión en su mo-
mento. Los jueces tienen el rimbombante título de perito de peritos, pero a efectos
de sus decisiones judiciales, es preciso se base en reglas de la lógica, la experiencia
y la ley de la naturaleza para poder darle fiabilidad a determinada información.
En consecuencia, todos estos aspectos sustanciales del delito de lesiones se
van a determinar a través de una investigación por parte de la Policía y la Fisca-
lía, de modo conjunto, ello con la finalidad de que pueda sancionarse en los fue-
ros judiciales a quien ha cometido un hecho de lesiones que afecta la integridad
de una determinada persona.

142

También podría gustarte