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Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ...

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Algunas notas sobre las reglas


procesales previstas para el habeas
corpus en el Código Procesal
Constitucional
Christian Donayre Montesinos*

Sumario: I. A modo de introducción: el habeas corpus en un Estado Constitucional. II. Una


mirada a las reglas procesales previstas para el habeas corpus en el Código Procesal Consti-
tucional. III. A modo de conclusión.

I. A MODO DE INTRODUCCIÓN: EL HABEAS CORPUS EN


UN ESTADO CONSTITUCIONAL

E
n una coyuntura como la actual, en la que se admite sin dis-
cusión alguna que la Constitución viene a ser no sólo una
norma política, sino también jurídica, y que por tanto todo
acto de poder tiene que ajustarse a ella1 –sobre todo si va a tener

* Ha sido Profesor Titular de Derecho Constitucional de la Pontificia


Universidad Católica del Perú, actualmente se viene desempeñando
como Profesor a tiempo completo de su especialidad en la Universidad
Peruana de Ciencias Aplicadas. Es Profesor Asociado de la Academia
de la Magistratura y Coordinador del Post Título en Derecho Público
de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
1 En efecto, esta preocupación por ajustar a pautas constitucionales el ejer-
cicio de toda cuota de poder que tiene lugar al interior de un Estado ha
suscitado la presencia de fenómenos que han sido denominados como la
constitucionalización del Derecho y la constitucionalización de la política. Véase
a este respecto: AGUIILÓ, Josep. La Constitución del Estado Constitucional.
Lima-Bogotá: Palestra-Temis. 2004. pp. 15 y ss; DÍEZ SÁNCHEZ, Juan
José. Razones de Estado y Derecho. Valencia: Tirant Lo Blanch. 1999. pp. 99
y ss; ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. “Apuntes sobre la juris-
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implicancias en el ejercicio de los derechos fundamentales–, se incide con énfasis


en la noción de Estado Constitucional como la forma de organización o status al
cual debe aspirar todo Estado que se sienta comprometido con los fines que su
propia Constitución protege.
Sin ánimo de ser exhaustivos en las características consideradas como propias
de un Estado Constitucional, podemos destacar, para los fines de este trabajo,
tres parámetros que consideramos como los más relevantes y que de algún modo
podrían comprender otras pautas que –ya con un nivel mayor de detalle y en un
trabajo específicamente dedicado al Estado Constitucional- también podrían de-
sarrollarse. Nos referimos al control y la limitación del poder2; al reconocimiento,
respeto y tutela de los derechos fundamentales, y a la preocupación por asegurar y
preservar la supremacía constitucional3. Aquellos mecanismos jurídicos autónomos
que tienen por finalidad proteger en forma directa la Constitución se denominan
procesos constitucionales4.

dicción constitucional hoy y sus principales tendencias y desafíos”. En: Revista Jurídica
del Perú 41. 2002. pp. 19 y ss; ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. Jurisdicción
constitucional, impartición de justicia y debido proceso. Lima: Ara Editores. Agosto 2003.
pp. 54 y ss; LANDA ARROYO, César. “Justicia constitucional y political questions”.
En: Pensamiento Constitucional 7. 2000. pp. 111 y ss; entre otros. Una referencia a este
tema también es posible encontrarla en nuestro trabajo: “El juez constitucional frente
a los actos políticos, a propósito de la interdicción de la arbitrariedad y la vigencia del
derecho al debido proceso en sede parlamentaria.” En: DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge; ES-
PINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy y Diego ZEGARRA VALDIVIA (Coordinadores).
Derecho administrativo contemporáneo. Ponencias al II Congreso de Derecho Administrativo.
Lima: Palestra Editores. 2007. pp. 525 y ss.
2 Acerca del poder, su condición de elemento del Estado y su ejercicio, puede revisarse
DUVERGER, Maurice. Instituciones Políticas y Derecho Constitucional. Barcelona: Ariel.
pp. 25 y ss; JELLINEK, George. Teoría del Estado. México: Fondo de Cultura Económica.
2000. pp. 368 y ss; BIDART CAMPOS, Germán J. Derecho Constitucional del poder. Tomo I.
Buenos Aires: Ediar. 1967; BIDART CAMPOS, Germán J. El poder. Buenos Aires: Ediar.
1985; REDORTA, Josep. El poder y sus conflictos o ¿Quién puede más? Barcelona: Paidós
Plural. 2005. pp. 29 y ss; entre otros.
3 Sobre el carácter normativo del texto constitucional, consecuentemente, su naturaleza
vinculante, de obligatorio cumplimiento y la necesidad de prever mecanismos de
control para asegurar su vigencia es recomendable revisar, entre otros textos: ARA-
GÓN REYES, Manuel. Constitución y control de poder. Buenos Aires: Ediciones Ciudad
Argentina. 1995. Este texto tiene una versión más actual en ARAGÓN REYES, Manuel.
Constitución, democracia y control. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
2002; y GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional. Madrid: Civitas. 1988.
4 Es justamente por esta razón que el proceso de cumplimiento, aun cuando se encuen-
tra previsto en el artículo 200 del texto constitucional, es decir al interior del precepto
relativo a los procesos constitucionales, no será considerado en sentido estricto un
proceso constitucional. En efecto, en la medida en que según dispone el inciso 6 del
artículo 200 de la Constitución, el proceso de cumplimiento procede contra cualquier
autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo,
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Ahora bien, como se sabe, entre los procesos constitucionales se diferencian


aquellos que tienen por finalidad proteger la libertad en general, esto es, derechos
fundamentales (de allí la denominación utilizada por algunos sectores doctrinarios
como procesos constitucionales de la libertad), y los que buscan más bien tutelar espe-
cíficamente la jerarquía normativa de la Constitución, así como la asignación de
competencias en ella contenida (conocidos también como procesos constitucionales
orgánicos). En el Perú tenemos dentro de los primeros: el habeas corpus, el amparo
y el habeas data; y en los segundos: el proceso de inconstitucionalidad, acción
popular y el proceso competencial.
En ese orden de ideas, uno de los procesos constitucionales cuya vigencia va
adquirir especial significación al interior de un Estado Constitucional es indudable-
mente el habeas corpus. Este proceso tendrá por finalidad nada más y nada menos
que tutelar el derecho a la libertad personal y sus derechos conexos, erigiéndose
así en un mecanismo de control de la conducta de cualquier autoridad, funcionario
o persona que redunde en una afectación de los derechos fundamentales que caen
dentro de su ámbito de protección.
En efecto, el habeas corpus permite el control del poder5, sobre todo de aque-
llas actuaciones que tengan incidencia en la libertad personal e inclusive, como
ya hemos señalado en anteriores ocasiones, ampliando su ámbito de protección a
otros derechos fundamentales que guarden conexidad con ella, lo que nos permite
diferenciar diversos tipos de habeas corpus (preventivo, restringido, reparador,
traslativo, innovativo, correctivo, instructivo, excepcional y conexo6). De ese modo,

buscando proteger de esa manera el correcto funcionamiento de la Administración


Pública y el principio de legalidad mas no la jerarquía normativa de la Constitución,
por lo menos no en forma directa, será considerado como un proceso constitucionalizado
mas no como un proceso constitucional.
Sobre el particular puede revisarse la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en
el Caso Asociación de Transporte Urbano Público de Piura (ASETUPP) (Expediente
1900-2005-PC/TC) y CARPIO MARCOS, Edgar. “El proceso de cumplimiento en el
Código Procesal Constitucional” En: VARIOS AUTORES. Introducción a los procesos
constitucionales. Comentarios al Código Procesal Constitucional. Lima: Jurista Editores.
2005. p. 191.
5 Esto último es lo que a algunos autores ha llevado a sostener que el imperio de la ley
(que incluye a la Constitución) pasa a constituir un elemento de especial relevancia
en lo que ellos denominan un Estado de Derecho. En rigor, podríamos afirmar que el
control y la limitación del poder como parámetro propio de todo Estado Constitucional
que se precie de serlo, comprende el imperio de la ley, el sometimiento de la Adminis-
tración al principio de legalidad y la separación o división de poderes, elementos que
son muy bien desarrollados en el trabajo de DÍAZ, Elías. Estado de Derecho y Sociedad
Democrática. Madrid: Taurus. 1969. pp. 31 y ss.
6 Véase a este respecto nuestros trabajos El habeas corpus en el Código Procesal Constitucio-
nal. Una aproximación con especial referencia a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
peruano. Lima: Jurista Editores. 2005. pp. 179 y ss; “En torno al habeas corpus en el Código
Procesal Constitucional peruano: Antecedentes, derechos tutelados, procedimiento y
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el habeas corpus contribuye a fortalecer las condiciones de respeto y tutela de los


derechos fundamentales mediante la actuación judicial, la cual puede lograr que
se repongan las cosas al estado anterior de la violación o, en todo caso, tal como se
dispone además en el artículo 1 del Código Procesal Constitucional, ordenándole
al agresor que no vuelva a incurrir en aquellas conductas que dieron origen a la
demanda. Finalmente, qué duda cabe, la fuerza normativa de la Constitución se
ve reivindicada cuando se protegen los derechos fundamentales en general y la
libertad personal en particular.
Dada entonces la importancia del habeas corpus para la vigencia de un Estado
Constitucional, se hace indispensable dotar a este proceso constitucional de las reglas
procesales que le permitan alcanzar los fines que inspiraron su adopción en el orde-
namiento jurídico peruano. En definitiva, de poco o nada nos servirá contar con este
mecanismo procesal si su trámite o la interposición de la demanda correspondiente
–por mencionar tan sólo dos de los temas que son especialmente importantes para
asegurar su finalidad tuitiva– conducen a su absoluta ineficacia o no se condicen
con las pautas propias de la tutela de urgencia que se requiere en estos casos.

II. UNA MIRADA A LAS REGLAS PROCESALES PREVISTAS PARA EL


HABEAS CORPUS EN EL CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL
Veremos a continuación, las reglas procesales que el Código Procesal Cons-
titucional (Ley 28237) ha consagrado para efectos del proceso de habeas corpus,
y efectuaremos algunas anotaciones en aquellos aspectos en los que el Tribunal
Constitucional ha sentado alguna posición, o en donde se requiere de una reforma
a fin de mejorar el escenario procesal de este importante proceso constitucional.

1. La legitimación activa para el proceso de habeas corpus según el


Código Procesal Constitucional
Partimos del hecho que se ha previsto, como ocurría con la legislación ante-
rior, una legitimación procesal amplia (artículo 26). Tal legitimación se debe, entre
otras razones, en primer lugar, a las dificultades en las que puede encontrarse la

tipos de habeas corpus”. En: PALOMINO MANCHEGO, José F. (Coordinador). El derecho


procesal constitucional peruano. Estudios en Homenaje a Domingo García Belaunde. Lima:
Editora Jurídica Grijley. 2005. pp. 497 y ss; “Algunas anotaciones sobre la protección
del derecho de la libertad personal y otros derechos a través del habeas corpus en el
Perú. Una mirada a las modalidades de habeas corpus y lo establecido sobre el particular
en el Código Procesal Constitucional y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
peruano.” En: VARIOS AUTORES. Medidas privativas de Libertad. Comentarios a la juris-
prudencia del Tribunal Constitucional. Trujillo: Tabla XIII Editores. 2005. pp. 161 y ss; El
proceso constitucional de habeas corpus. Su tratamiento en el ordenamiento jurídico peruano.
Cochabamba: Grupo Editorial Kipus. 2006. pp. 151 y ss; entre otros.
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persona que se ve privada de su libertad para interponer una demanda de esta


naturaleza o designar a un representante para tal efecto, y, en segundo término,
a que existe un interés general en evitar que un sujeto sea privado de forma ilícita
del ejercicio de su libertad personal.
A este respecto, el Tribunal Constitucional peruano haciendo referencia
a una disposición similar contenida en la anterior legislación sobre la materia,
señaló lo siguiente:

“si bien el artículo 13º de la Ley Nº 23506 establece que puede ejercer la acción
de habeas corpus la persona perjudicada o cualquier otra en su nombre, esta
liberalidad que estriba en que en la promoción y sustanciación del habeas cor-
pus existe un interés público superior al mero interés individual del agraviado,
no supone, sensatamente, que la voluntad del promotor del habeas corpus
pueda prevalecer sobre la voluntad del propio presunto agraviado”7.

Esta legitimación habilita, además (si efectuamos una lectura concordada del
artículo 26 del Código Procesal Constitucional, el artículo 186 del Código del Niño
y del Adolescente, lo previsto en la Constitución y en los tratados internacionales
de derechos humanos sobre la materia), que incluso el niño o el adolescente puede
impugnar a través del habeas corpus la orden en virtud de la cual se le ha privado
de su libertad8.
Como es de conocimiento general -y de hecho ha ocurrido en algunos casos-,
la Defensoría del Pueblo, según lo establecido en el artículo 26 del Código, también
podrá interponer demandas de habeas corpus. La misma Ley 26520, Ley Orgánica
de la Defensoría del Pueblo, ha previsto esta posibilidad en el artículo 99.

7 Caso Fredy Pacheco Chamorro (Expediente 0935-2000-HC/TC), F.J. 3.


8 En efecto, de acuerdo con la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución
peruana de 1993, los derechos recogidos en ella se interpretan a la luz de los tratados
internacionales de derechos humanos de los cuales nuestro país es parte. Asimismo,
según el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, el con-
tenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los procesos consti-
tucionales deben interpretarse de conformidad con los tratados de derechos humanos
ratificados por el Perú y según lo señalado al respecto por las entidades que interpretan
las disposiciones contenidas en dichos tratados con carácter vinculante.
Ahora bien, el primer artículo de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada el
20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y suscrita por
nuestro país el 26 de enero de 1990, establece que para sus efectos, se entiende por niño
todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad. Y, por su parte, el literal d) del artículo
37 de la misma Convención establece que todo niño privado de su libertad tendrá derecho
a un pronto acceso a la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho
a impugnar la legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal u otra autoridad
competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión sobre dicha acción.
9 Caso célebre a este respecto es por ejemplo la demanda de habeas corpus interpuesta por
112 Christian Donayre Montesinos

2. El proceso constitucional de habeas corpus como la vía procedimental


específica más satisfactoria para los derechos que se encuentran dentro
de su ámbito de protección
Por otra parte, uno de los principales cambios que trae consigo la Ley 28237 es el
de contemplar un amparo que, por las especiales y específicas circunstancias en que pro-
cede, es denominado “residual”. Ello se desprende de diversos dispositivos contenidos
en el Código Procesal Constitucional, como son la primera y segunda de las causales de
improcedencia previstas en el artículo 5 del mismo. A tenor de dichas disposiciones:

“…No proceden los procesos constitucionales cuando:

1. Los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma


directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado;

2. Existan vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias


para la pretensión del derecho constitucional amenazado o vulnerado, salvo
cuando se trate del proceso de habeas corpus;

(…)”.

En ese orden de ideas, si la afectación que se considera lesiva del derecho


fundamental no recae en su contenido constitucionalmente protegido10, no tendrá
mayor sentido entrar a evaluar la presencia o no de vías específicas igualmente
satisfactorias, como quiera que de este se desprende la improcedencia de la de-
manda. De modo que, para la procedencia del habeas corpus, es importante tomar
en consideración que la violación que se cuestione en sede del juez constitucional
deberá involucrar necesariamente el contenido constitucionalmente protegido del
derecho a la libertad personal y/o de los derechos conexos a ella, pues de lo contra-
rio la demanda sería declarada improcedente11. Ahora bien, en caso la lesión recaiga
en el contenido constitucionalmente protegido, procederá sin más la demanda de

el Jefe de la Oficina Defensorial de Ayacucho a favor de de 8 campesinos de Chacas


por la vulneración de los derechos al debido proceso y defensa, en conexidad con la
libertad personal. A mayor abundamiento sobre el particular recomendamos revisar
Revista Jurídica El Portal del Derecho 6. 2007. pp.5 y ss.
10 Sobre el contenido constitucionalmente protegido de los derechos son interesantes los
aportes de CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “El contenido constitucional de los derechos
como objeto de protección del proceso de amparo”. En: PALOMINO MANCHEGO, José
F. (Coordinador). Op. Cit. pp. 563 y ss; y “Pautas para la determinación del contenido
constitucional de los derechos fundamentales.” En: Actualidad Jurídica 139. 2005. pp.
144 y ss, del mismo autor.
11 Necesario es señalar que el Tribunal Constitucional peruano en el Caso Lorenzo Na-
varro Quispe (Expediente 7134-2005-PHC/TC) ha señalado: “es preciso enfatizar que
la improcedencia liminar no está prevista para el proceso constitucional de habeas corpus, a
diferencia del amparo”.
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habeas corpus, toda vez que la exigencia de que no existan vías procedimentales
igualmente satisfactorias no es aplicable para el caso del habeas corpus.
Lo recientemente señalado, pone en evidencia que la lógica del Código respon-
de al hecho de que, en nuestro país, el habeas corpus es la vía procedimental específica
más satisfactoria para los derechos que caen dentro de su margen de protección; lo
que sin embargo no podemos afirmar –por lo menos no en todos los casos– respecto
de procesos constitucionales como el amparo12 o el proceso de cumplimiento13.

12 En efecto, tal es así, que el Tribunal Constitucional peruano, mediante su capacidad para
establecer precedentes constitucionales vinculantes (artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional), ha determinado bajo qué consideraciones se acude al
amparo y en qué casos al proceso contencioso administrativo, como quiera que este último
al ser de plena jurisdicción o subjetivo permite a su vez la tutela de aquellos derechos
que son susceptibles de ser protegidos también mediante el amparo (Sobre el particular
y antes de la entrada en vigencia del Código Procesal Constitucional véase: ESPINO-
SA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. Jurisdicción constitucional… Op. Cit. pp. 251 y ss). Así,
por ejemplo, en el Caso Manuel Anicama Hernández (Expediente 1417-2005-AA/TC),
el supremo intérprete de nuestra Constitución al determinar el contenido esencial del
derecho a la pensión estableció en qué supuestos procede un amparo en materia previ-
sional y qué pretensiones más bien deben ventilarse en sede contencioso administrativa.
Al respecto recomendamos revisar TIRADO BARRERA, José Antonio. Relaciones entre
el proceso contencioso administrativo y el proceso de amparo en la defensa de los derechos de los
administrados. Comentario a la sentencia del Tribunal Constitucional Nº 1417-2005-AA/TC (Caso
Manuel Anicama). En: DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge; ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA,
Eloy y Diego ZEGARRA VALDIVIA (Coordinadores). Op. Cit. pp. 493 y ss.
Igualmente, en materia laboral el Tribunal Constitucional en el Caso César Baylón Flores
(Expediente 0206-2005-PA/TC) ha determinado qué pretensiones son susceptibles de
ser ventiladas en sede constitucional y cuáles más bien en sede ordinario laboral o con-
tencioso administrativo, aun cuando, es importante decirlo, en este caso reproduce de
alguna manera lo que ya había sostenido en algunos casos previos inclusive a la entrada
en vigencia del Código Procesal Constitucional, como es el Caso Eusebio Llanos Huasco
(Expediente 976-2001-AA/TC). Véase a este respecto DONAYRE MONTESINOS, Chris-
tian. “El carácter residual del amparo en el Código Procesal Constitucional peruano y
sus implicancias en la tutela de los derechos laborales constitucionalmente protegidos”.
En: ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy (Coordinador). Derechos fundamentales y
derecho procesal constitucional. Lima: Jurista Editores. 2005. pp. 157 y ss.
13 En lo que se refiere a la relación entre el proceso de cumplimiento y el proceso con-
tencioso administrativo, el Tribunal Constitucional peruano en el Caso Maximiliano
Villanueva Valverde (Expediente 0168-2005-PC/TC) precisó bajo qué consideraciones
el incumplimiento de una obligación legal o de un acto administrativo es pasible de
ser cuestionado a través del proceso de cumplimiento y en qué supuesto corresponde
acudir al proceso contencioso administrativo. A mayor abundamiento sobre el particular
puede revisarse: HUAPAYA TAPIA, Ramón. “Las nuevas relaciones entre el proceso
constitucional de cumplimiento y el proceso contencioso administrativo: La sentencia
recaída en el Expediente 0168-2005-PC/TC, caso Maximiliano Villanueva Valverde”.
En: DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge; ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy y ZEGARRA
VALDIVIA, Diego (Coordinadores). Op. Cit. pp. 445 y ss.
114 Christian Donayre Montesinos

3. Las condiciones y demás requisitos para presentar una demanda de


habeas corpus según el Código Procesal Constitucional
La demanda de habeas corpus, de conformidad con lo establecido en el Código
Procesal Constitucional, puede ser presentada tanto por escrito como en forma
verbal. Adaptándose a los avances de la informática y la tecnología, el Código
Procesal Constitucional permite la utilización del correo, medios electrónicos de
comunicación u otro idóneo, a fin de facilitar y hacer más accesible al público la
posibilidad de iniciar un proceso de habeas corpus (artículo 27). En el caso de las
demandas verbales, se levantará un acta ante el Juez o Secretario, sin más exigencia
que la de relatar en forma breve los hechos que son materia de denuncia (artículo
27). En nuestra opinión, la información mínima que debe contener la demanda
debiera comprender, además de la identificación del demandante y a favor de
quién se interpone la demanda –si es que no es para la tutela de su(s) propio(s)
derecho(s)–, la identificación de los eventuales agresores o de algunos elementos
que permitan identificarlos y, si es posible, el lugar en donde se efectuó la agresión.
No se requerirá la firma de letrado, tasa o alguna otra formalidad.
Aún cuando, a diferencia de la legislación derogada, no se mencione la posibi-
lidad de plantear la demanda vía telegráfica, toda vez que la Ley 28237 alude a otro
medio idóneo, ello resulta perfectamente posible. Conviene tener presente, eso sí, que
no existe un plazo de prescripción a efectos de iniciar este proceso constitucional.
Es necesario señalar que, a nuestro juicio, la demanda podría incluso interponerse
en un idioma distinto al castellano, como podría ocurrir por ejemplo en aquellas zonas
donde predomina el aymara o el quechua, toda vez que de conformidad con el artículo
48 de la Constitución vigente, se consideran idiomas oficiales tanto el castellano, como
el quechua, aymara y demás lenguas aborígenes en las zonas en donde ellas imperen.

4. Acerca del juez competente para conocer la demanda de habeas corpus:


algunas precisiones y ciertos criterios para facilitar su determinación, y
la tutela efectiva de los derechos que caen en su ámbito de protección
En cuanto a la competencia, se ha previsto, tal como lo establecía el artículo
21 de la hoy derogada Ley 25398, que cualquier juez penal podrá admitir las
demandas de habeas corpus, sin observar turnos (artículo 28). Los promotores del
código que venimos comentando, han puesto de relieve que no necesariamente el
juez competente es aquel en donde se encuentra el detenido o el lugar en donde
se haya ejecutado la medida o el lugar en donde ésta se haya dictado14, tal como
lo contempló el artículo 15 de la derogada Ley 23506.
Esa posibilidad de plantear una demanda de habeas corpus ante cualquier juez

14 VARIOS AUTORES. Código Procesal Constitucional. Comentarios, Exposición de Motivos,


Dictámenes e Índice Analítico. Lima: Palestra Editores. 2004. p. 62.
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 115

penal sin observar turnos puede conducir a algunos problemas de competencia


territorial que es preciso dilucidar. Así, frente a tal situación, Néstor Pedro Sagüés15
propone el siguiente orden, que vamos a exponer, a efectos de elegir al juez que
conocerá de la demanda de habeas corpus.
Para empezar, el juez del lugar donde se encuentra el agraviado, en virtud
del principio de inmediación, facilita constatar las causas del agravio, la exhibición
del perjudicado, así como evaluar las condiciones de la violación. En términos del
mismo profesor argentino16 “es en aquel sitio donde cabe requerir el informe a la autoridad
que detiene, y donde puede constituirse personalmente el juez del habeas corpus”. Esto
último puede explicar por qué el Código ha establecido –en cuanto al trámite de
la demanda de habeas corpus para supuestos de privación arbitraria de la libertad
personal y violación de la integridad personal– que, en principio, el juez debiera
apersonarse al lugar donde se encuentra el agraviado a efectos de constatar si es
que, en efecto, existe o no violación de los derechos mencionados.
Ahora bien, si no se conoce el lugar en donde se encuentra la persona que, por
ejemplo, viene siendo privada arbitrariamente de su libertad, debiera procederse
en forma subsidiaria tal como se indica a continuación:
a) Es competente el juez del lugar donde se inició el agravio, tal vez porque ello
permitiría conocer las causas en virtud de las cuales éste se produjo y porque en
la mayoría de ocasiones, su determinación no genera mayores dificultades.
b) Es competente el juez del lugar de la residencia de la persona o autoridad o
funcionario que dispuso la realización del acto lesivo, lugar que resulta -por
cierto- de fácil determinación.
c) Es competente el juez del lugar donde estuvo de tránsito la persona a la cual
se le viene privando en forma arbitraria su libertad personal o lesionando otro
de los derechos que caen dentro del margen de protección del habeas corpus.
En caso de presentarse diversas demandas de habeas corpus por distintas com-
petencias territoriales en favor de una misma persona, según Sagüés17, y apelando
a una disposición del Código Procesal Penal de su país, se optaría por el juez que
conozca de la demanda más antigua, sin perjuicio de que el legislador precise este
tema. Sin embargo, un sector de la doctrina nacional18 propone que debiera darse
preferencia a alguna de ellas según el orden antes indicado, esto es, en primer
lugar, al juez del lugar en donde se encuentra el agraviado y así subsidiariamente
hasta el juez del lugar en donde estuvo de tránsito la víctima.

15 SAGÜÉS, Néstor Pedro. Derecho Procesal Constitucional. Habeas corpus. Tomo 4. Segunda
edición. Buenos Aires: Editorial Astrea. 1988. p. 337. Estos mismos planteamientos son
recogidos luego en MESÍA, Carlos. Exégesis del Código Procesal Constitucional. Lima:
Gaceta Jurídica. 2004. pp. 236-238.
16 SAGÜÉS, Néstor Pedro. Op. Cit. p. 338.
17 Ibid. p. 339.
18 En este orden de ideas se encuentra MESÍA, Carlos. Op. Cit. p. 237.
116 Christian Donayre Montesinos

En nuestra modesta opinión, cuando se está ante este tipo de situaciones y


considerando la urgencia que se requiere actuar para la efectiva protección de los
derechos involucrados, debiera darse preferencia a aquella demanda que permita
justamente atender esos fines, de allí que en función del caso se empezará quizá por
la demanda que fue interpuesta precisamente en el lugar en donde se encuentra el
agraviado por las ventajas que ello puede traer consigo, y así sucesivamente.
Un tema especialmente sensible es el de la competencia del juez penal en ma-
teria de habeas corpus, sobre todo cuando se interpone contra resoluciones judiciales.
En primer lugar, porque bien puede presentarse el caso de que un juez de primer
grado conozca una demanda de habeas corpus interpuesta contra algún acto de un
órgano judicial de segundo grado que se considera amenaza o que viola alguno de los
derechos susceptibles de ser protegidos a través de este proceso constitucional, lo que
como bien ha dejado establecido el Tribunal Constitucional peruano en su sentencia
recaída en el caso “Pedro Terrones Casas” (Expediente 942-96-HC/TC)19:

“...no puede interpretarse como un desacato al orden establecido al interior


del Órgano Judicial cuando lo que está de por medio es la reafirmación
cotidiana del respeto por los derechos constitucionales y particularmente
del debido proceso, pues de lo contrario nadie podría intentar una garantía
contra las más altas jerarquías de la judicatura, lo que evidentemente entra-
ñaría una interpretación absolutamente inconstitucional”.

Compartimos el criterio establecido por el supremo intérprete de nuestra


Constitución, no sólo por el importante argumento que esboza sino también porque
no habría otra manera de interpretar la vigencia del principio de independencia
jurisdiccional cuando se trata de los procesos constitucionales. En efecto, estamos
ante un tema netamente competencial y en modo alguno de jerarquía, pauta esta
última incompatible precisamente con la vigencia del principio jurisdiccional
al cual hemos hecho referencia. En otras palabras, no supone desacato al orden
establecido al interior de la judicatura, pues es la ley la que le otorga competencia
al juez penal para conocer la materia y en tal sentido cuando conozca de aquellos
asuntos debe actuar con la independencia y discrecionalidad que le es propia
para resolver la causa, aunque el acto lesivo que se somete a su consideración
haya sido producido por una instancia superior –no en términos jerárquicos sino
exclusivamente competenciales–.
En segundo término, esta amplitud de la competencia del juez penal para
conocer habeas corpus ha generado una que otra crítica sobre todo –aunque no
exclusivamente– cuando lo que se cuestiona son resoluciones judiciales, toda vez
que dicho esquema permite que se inicie este proceso constitucional en un distrito
judicial absolutamente alejado y distante de aquél en donde se emitió la resolución
judicial que es objeto de cuestionamiento, lo que, según afirman algunos jueces,

19 Sentencia de fecha 14 de julio de 1997 publicada el 20 de agosto del mismo año.


Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 117

dificulta en muchas ocasiones el ejercicio de su derecho de defensa, la tutela ju-


risdiccional efectiva, entre otros.
Ahora bien, tal parece ser la preocupación en esta materia que el 12 de junio
del año pasado, el Ejecutivo presentó el Proyecto de Ley 1383/2006-PE mediante el
cual se buscaría superar este tipo de inconvenientes. Al respecto, en la Exposición
de Motivos del Proyecto se afirma lo siguiente:

“La proliferación de demandas de HABEAS CORPUS, referidas a presuntas


detenciones arbitrarias, que ha devenido en la liberación de inculpados por
delitos graves, ordenada por jueces de competencia territorial distinta al lugar
donde se habría afectado el derecho, ha ocasionado desconcierto público,
inseguridad jurídica y desorden, situación que se ha producido por la falta
de previsión del legislador respecto del uso abusivo de la norma, la misma
que debe ser corregida, sin causar menoscabo al acceso a la justicia”.

A lo cual añade luego:

“…el texto actual del artículo 30 que señala: “La demanda de Habeas cor-
pus se interpone ante cualquier juez penal sin observar turnos”, propicia el
acudimiento indiscriminado ante el juez más adepto a los requerimientos en
ocasiones subalternos de los justiciables, lo que a su vez causa inseguridad
jurídica y desprestigio del aparato estatal…”20.

Sobre la base de estos argumentos, el Ejecutivo propone modificar tanto


el artículo 12 como el 28 del Código Procesal Constitucional, en los siguientes
términos:

“Artículo 12º.- El inicio de los procesos constitucionales se sujetará a lo esta-


blecido para el turno en cada distrito judicial, salvo en los proceso de habeas
corpus en los cuales se observarán las reglas específicas de competencia.

“Artículo 28º.- Competencia

La demanda de habeas corpus se interpone ante el Juez Penal del lugar


en el que se habría producido la amenaza o vulneración de los derechos
previstos en el artículo 25º de esta ley, sin perjuicio de interponerse ante
cualquier juez penal de distinta competencia territorial, siempre que exista
causa que lo justifique”.

20 Debemos señalar que es el artículo 28 mas no el artículo 30 del Código Procesal Cons-
titucional el que dispone la competencia de cualquier juez penal sin observar turnos
para la interposición de demandas de habeas corpus, por lo que se trata de un error por
parte de quienes elaboraron la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley que venimos
comentando.
118 Christian Donayre Montesinos

Muy a despecho de lo interesante de la propuesta, creemos que los argu-


mentos sobre los que se sustenta la modificación son fácilmente rebatibles, ya que,
como se puede inferir de la Exposición de Motivos, éstos se dirigen más hacia una
actuación inadecuada por parte de los jueces que conocen de demandas de habeas
corpus contra resoluciones judiciales, antes que a los problemas que esto genera para
un adecuado ejercicio del derecho de defensa en particular, o a la tutela procesal
efectiva en general, por parte de los jueces cuyas resoluciones son cuestionadas.
En nuestra modesta opinión, considerando las razones por las cuales el
Ejecutivo pretende modificar la disposición que venimos comentando, creemos
que el cambio resulta irrazonable, pues existen otras medidas menos aflictivas al
derecho de acceso a la justicia que puedan atender el mismo fin que se persigue
con el proyecto de ley, esto es, un idóneo ejercicio de la función jurisdiccional del
Estado21. No obstante ello, insistimos en lo interesante y debatible que resulta
este tema, no por los argumentos que esboza el Ejecutivo sino sobre todo por las
complicaciones que la competencia en materia de habeas corpus viene generando
en algunos casos para la defensa de los jueces cuyas resoluciones se cuestionan
mediante dicho proceso constitucional.
Por otro lado, el Código Procesal Constitucional dispone que en caso la
afectación de la libertad personal tenga lugar lejos de la zona en la que se en-
cuentra el Juzgado donde se planteó la demanda de habeas corpus o sea de difícil
acceso, éste, según la Ley 28237, dictará orden perentoria e inmediata a fin de
que el Juez de Paz del distrito en el que está el detenido, cumpla en el día y bajo
responsabilidad, con hacer las verificaciones y ordenar las medidas inmediatas
para hacer cesar la afectación (artículo 29). A este respecto, el Ejecutivo también
propuso un cambio normativo precisamente por la posibilidad de iniciar habeas
corpus contra resoluciones judiciales. En tal sentido, la propuesta contenida en el
Proyecto de Ley 1383/2006-PE agrega un segundo párrafo al citado artículo 29
en los siguientes términos:

“Cuando la afectación proviene de un mandato judicial, el Juez de Paz dictará


las medidas adecuadas para que ésta cese, debiendo oír en el día al presunto
responsable de la afectación, a fin de que éste le proporcione los elementos
necesarios para una adecuada valoración de los hechos alegados.

La notificación del presunto agresor se efectuará por cédula, facsímil, correo


electrónico o cualquier otro medio análogo que garantice su eficacia y no
cause demora en el trámite”.

Nuestras observaciones a los argumentos por los cuales el Ejecutivo pretende

21 Como puede ser, por ejemplo, exhortar a las autoridades encargadas de velar por la
correcta conducta funcional de los jueces a que sean más rigurosas y estrictas en el
cumplimiento de las tareas que les han sido asignadas.
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 119

este tipo de modificaciones se reproducen en este caso; debiendo añadir que lla-
ma poderosamente la atención que se regule específicamente la competencia del
juez en materia de habeas corpus contra resoluciones judiciales cuando, en sentido
estricto, de conformidad con lo dispuesto en el Código Procesal Constitucional,
su competencia está referida a las situaciones en las que por las condiciones o
circunstancias del lugar en donde se interpone la demanda de habeas corpus, re-
sulta difícil acceder al lugar en donde se está produciendo el agravio a efectos de
constatar las violaciones que se cuestionan. Aparentemente, la participación del
juez de paz en estos casos no pareciera encontrar justificación.

5. Los diferentes trámites de la demanda de habeas corpus previstos en


el Código Procesal Constitucional según el acto lesivo y los derechos
involucrados
En lo que se refiere al trámite de la demanda de habeas corpus, el Código Procesal
Constitucional diferencia ya sea que nos encontremos ante un supuesto de detención
arbitraria o una supuesta violación de la integridad personal, si estamos ante otros
actos amenazantes o lesivos del derecho a la libertad personal y demás derechos
conexos a ella o ante una eventual desaparición forzada de personas22.23
5.1 El trámite de la demanda de habeas corpus en caso de detención arbitraria o
violación de la integridad personal
Así, de encontrarnos en el primero de los casos señalados, el juez debería, en
principio, constituirse en el lugar de los hechos y, verificada la detención indebida
o la violación de la integridad personal, ordenar en el mismo lugar la libertad del
agraviado o el cese del acto lesivo a dicho derecho fundamental. Para ello, deberá
dejar tan sólo constancia en el acta correspondiente, y no será necesario notificar
previamente al responsable de la agresión para que dé cumplimiento de la reso-
lución judicial respectiva (artículo 30).

22 El artículo 25 de la Ley N 28237, en el inciso 16, recoge el derecho a no ser objeto de des-
aparición forzada como susceptible de ser protegido a través del habeas corpus, aun cuando
ya la Corte Interamericana de Derechos Humanos había establecido que el habeas corpus
constituía un mecanismo idóneo para exigir la tutela del derecho que venimos comentando.
Así, según lo señalado por dicha instancia regional de protección de los derechos humanos
en el Caso Castillo Páez, en sentencia de fecha 3 de noviembre de 1997:
“Habiendo quedado demostrado como antes se dijo (supra, párrafo 71), que la detención del señor
Castillo Páez fue realizada por miembros de la Policía del Perú y que, por tanto, se encontraba
bajo la custodia de éste, la cual lo ocultó para que no fuera localizado, la Corte concluye que
la ineficacia del recurso de habeas corpus es imputable al Estado, configurando con ello una
violación del artículo 25º de la Convención en relación con el artículo 1.1” (párrafo 84).
23 Esta distinción parece deberse a que los agravios producidos en uno u otro supuesto
no necesariamente son susceptibles de ser identificados con la misma facilidad y por
la urgencia que demanda la tutela de los derechos allí involucrados.
120 Christian Donayre Montesinos

Sin embargo, es importante señalar que en estos casos, a pesar de que a nuestro
juicio debe considerarse como obligación del juez que conoce del habeas corpus cons-
tituirse en el lugar de los hechos a fin de verificar la detención indebida o la lesión de
la integridad personal o, por lo menos, es así como debiera interpretarse el artículo 30
del Código Procesal Constitucional, no necesariamente es ello lo que se desprende del
tenor literal de dicho dispositivo. En efecto, según reza dicho precepto literalmente el
juez podrá actuar de esa manera. Esto ha generado una que otra complicación, pues
algunos jueces han considerado que el artículo 30 deja dentro de la discrecionalidad
judicial la decisión de constituirse en el lugar de los hechos, y más bien proceden a
citar a las personas involucradas en la violación de los derechos que se invocan.
Como señalamos líneas atrás, en nuestra modesta opinión los jueces deben
actuar conforme dispone el artículo 30 del Código Procesal Constitucional, por lo
que no es un asunto inmerso en su discrecionalidad judicial. Sobre el particular,
el Ejecutivo en el proyecto de Ley antes referido, también propone cambios de
cara a eliminar cualquier resquicio de duda respecto de cómo debe comportarse
el juez que conoce de un habeas corpus en estas circunstancias, propuesta que com-
partimos y que, con relación a este extremo y con buen criterio, propone sustituir
el término podrá por el de deberá.
5.2 El trámite de la demanda de habeas corpus en casos distintos a la detención
arbitraria y a la violación de la integridad personal
De encontrarnos más bien en el segundo de los casos enunciados, esto es, si
estamos ante otros actos amenazantes o lesivos del derecho a la libertad personal
o demás derechos conexos a ella (distintos a los supuestos de privación arbitraria
o de violación de la integridad persona), el Código Procesal Constitucional esta-
blece textualmente que el juez podrá constituirse en el lugar de los hechos o citará
a quien o quienes ejecutaron la violación, exigiéndoles expliquen las razones que
motivaron el acto. Una vez escuchadas dichas razones, el juez resolverá de plano
en el término de un día natural, bajo responsabilidad24. La resolución respectiva

24 En el Caso Comité contra la Corrupción (Expediente 367-96-HC/TC) el Tribunal Cons-


titucional peruano declaró nulo todo lo actuado desde la interposición de la demanda
en razón de que
“Cuando no se trate de detención arbitraria, el juez citará a quien o quienes ejecutaron la viola-
ción requiriéndoles expliquen la razón que motivara la agresión, hecho que no se ha cumplido en
el caso bajo examen (…) los accionados no han sido notificados con la acción de habeas corpus
(…) vulnerándose de este modo su derecho a la defensa…”.
En similar sentido se encuentra su pronunciamiento recaído en el Caso Jorge Chávez
Montoya (Expediente 7024-2005-PHC/TC), que tuvo lugar mucho tiempo después.
Así, a tenor lo señalado por el Tribunal Constitucional:
“Del estudio de autos se advierte que el juez constitucional no emplazó con la demanda a quie-
nes presumiblemente ejecutaron la vulneración constitucional que sustenta la demanda, error
que pasó inadvertido en segunda instancia de la sede judicial, incurriendo en vicio procesal
insubsanable, toda vez que, de acuerdo al artículo 31º del Código Procesal Constitucional, se
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 121

en este caso podrá ser notificada al agraviado, aún así se encuentre privado de
su libertad, así como a la persona que interpuso la demanda de habeas corpus o al
abogado correspondiente, si lo hubiere (artículo 31).
En esta materia nos permitimos muy respetuosamente efectuar la misma crítica
esbozada líneas atrás, es decir, que en nuestra modesta opinión la primera actuación
que debe procurar realizar el juez cuando se trata de un habeas corpus es apersonarse
en el lugar de los hechos a efectos de constatar la violación que se alega en la de-
manda y, luego de ello, esto es, si esta actuación no es posible por las circunstancias
del caso, proceder a citar a quien o quienes ejecutaron la violación.
En esta materia, el Ejecutivo también propuso cambios, pero en este caso,
buscó sustituir la expresión podrá por la de deberá no en el extremo referido a la
presencia del juez en el lugar de los hechos para efectos de la verificación co-
rrespondiente, sino en cuanto a la citación de los presuntos responsables de la
violación. En tal sentido, a criterio del Ejecutivo el juez deberá citar a quienes eje-
cutaron la violación y podrá constituirse en el lugar de los hechos. Sin embargo, si
como argumenta el Ejecutivo en su Proyecto de Ley 1383/2006-PE la finalidad del
mismo es evitar que la verificación de la violación se considere como una facultad
discrecional del juez que conoce del habeas corpus, lo recomendable es sustituir
inclusive en la parte relativa a la verificación de la agresión el término podrá por
el de deberá, salvo mejor parecer.
5.3 El trámite de la demanda de habeas corpus en caso de desaparición forzada
de personas
También existe en el Código, un trámite especial para los supuestos de des-
aparición forzada de personas, supuesto conocido como habeas corpus instructivo
y que en términos del Tribunal Constitucional supone un proceso:

“en el cual, el juez constitucional “a partir de sus indagaciones sobre el


paradero del detenido-desaparecido, busca identificar a los responsables
de la violación constitucional, para su posterior proceso y sanción penal
en la vía ordinaria, en base al artículo 11° de la Ley 23506” [Landa Arroyo,
César. Teoría del Derecho Procesal Constitucional, p. 117]. Esa deberá ser
la labor que realice el juez del habeas corpus al llevar a cabo la investiga-
ción sumaria que dispone la Ley N.º 23506, cuando se trate de un caso de
desaparición forzada”25.

Posteriormente, en el caso “Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca” (Expe-


diente 2663-2003-HC/TC), el supremo intérprete de nuestra Constitución estableció
que el habeas corpus instructivo se interpone:

cita a quien o quienes ejecutaron la violación, requiriéndoles para que se expliquen la razón que
motivó la agresión”.
25 Véase Caso Genaro Villegas Namuche (Expediente 2488-2002-HC/TC).
122 Christian Donayre Montesinos

“...cuando no sea posible ubicar el paradero de una persona detenida-desapa-


recida. Por consiguiente, la finalidad de su interposición es no sólo garantizar
la libertad y la integridad personal, sino, adicionalmente, asegurar el derecho
a la vida, y desterrar las prácticas de ocultamiento o indeterminación de los
lugares de desaparición”.

En estos casos, si la autoridad, funcionario o persona demandada no pro-


porciona los elementos de juicio satisfactorios sobre el paradero o destino de la
persona o personas desaparecidas, el juez adoptará todas las medidas que conlleven
a su hallazgo. Ello lo habilita incluso para comisionar a jueces del Distrito Judicial
donde se presuma que la persona puede estar detenida para que practiquen tales
medidas. El juez además deberá dar aviso al Ministerio Público para que realice
las investigaciones que correspondan.
Si la figura delictiva de la desaparición forzada es imputada a algún miembro
de la Policía Nacional o de las Fuerzas Armadas, el juez deberá solicitar -además
de las acciones antes señaladas- a la autoridad superior del presunto agresor de la
zona en la cual ocurrió la desaparición forzada, que informe dentro de veinticuatro
horas si es cierta o no la vulneración de la libertad y proporcione el nombre de la
autoridad que la hubiere ordenado o ejecutado (artículo 32).
Por su parte, el Decreto Legislativo 665 permite que los fiscales puedan in-
gresar a las comisarías, prefecturas, establecimientos castrenses y cualquier otro
centro de detención de nuestro país a fin de constatar la situación de aquellas
personas que vienen cumpliendo un mandato de detención o fueron denunciadas
como desaparecidas.
A este respecto, es importante señalar que el mismo Tribunal Constitucional
ha reconocido las limitaciones que parecen presentar los procesos constitucionales
en general y el habeas corpus de tipo instructivo en particular con relación a los fines
para los que fue pensado. Así, en caso “Genaro Villegas Namuche” (Expediente
2488-2002-HC/TC) sostuvo lo siguiente:

“No obstante, dada la carencia de etapa probatoria en los procesos constitucionales,


el que se tramita será poco eficaz para lograr la identificación de los responsables y la
consiguiente ubicación de la víctima o sus restos, por lo que no se podrá dispensar en
esta vía una tutela en los términos en los que se ha solicitado; sin embargo, sí cabe
disponer que el o los órganos competentes inicien y culminen las investigaciones
necesarias destinadas a brindar la imperiosa información requerida”.

6. Las disposiciones especiales de procedimiento previstas para el


habeas corpus en el Código Procesal Constitucional
Como se puede apreciar, el Código Procesal Constitucional ha tratado de con-
sagrar un proceso de tutela urgente, libre de muchas formalidades (no se requiere
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 123

firma de letrado, papel sellado, pago, entre otros), buscando que se convierta en
un medio de protección efectivo para tutelar un derecho tan relevante como la
libertad personal y demás derechos conexos a ella. En efecto, sobre el particular,
el Tribunal Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia:

“Dada la naturaleza del bien jurídico que protege, el proceso de habeas corpus no
requiere de firma de letrado, tasa o alguna otra formalidad, pudiendo la demanda
presentarse por escrito o verbalmente, en forma directa o por correo, a través de
medios electrónicos de comunicación o cualquier otro idóneo. En suma para su
tramitación sólo se exigen requisitos mínimos imprescindibles”26.

En ese orden de ideas, dentro de las normas especiales de procedimiento


contempladas en el artículo 33 del Código Procesal Constitucional se ha previsto
que no cabe recusación, salvo por el afectado o quien actúe en su nombre27, mucho
menos las excusas de los jueces ni de los secretarios. Sobre el particular, en el Caso
Magaly Medina Vela y Ney Guerrero Orellana (Expediente 6712-2005-HC/TC),
el Tribunal Constitucional peruano ha puesto en claro la razón por la cual en el
proceso de habeas corpus no es posible que el juez se inhiba sino que, en todo caso,
lo que corresponde es su recusación, tal como se dispone en el primer inciso del
artículo 33 del Código Procesal Constitucional. Al respecto el supremo intérprete
de nuestra Constitución afirma:

“…explícitamente se ha determinar, en aras de la celeridad del proceso de


habeas corpus, que los jueces constitucionales no puedan alejarse del ejer-
cicio de su función jurisdiccional…que el habeas corpus, en tanto proceso

26 En este sentido los pronunciamientos del Tribunal Constitucional en casos como “Ed-
win Alfredo Isasi Elìas y otros” (Expediente 7512-2005-PHC/TC) o “Nazario Cueva
Torrejón” (Expediente 0482-2005-HC/TC).
27 A través de esta medida se busca evitar las dilaciones indebidas del proceso de habeas
corpus en perjuicio de la persona que puede estar sufriendo una amenaza o una lesión
a los derechos que caen dentro de su margen de protección. No obstante, el Código
omite hacer alguna referencia a los términos para resolver las recusaciones que even-
tualmente se planteen por parte del demandante. En esos supuestos, Borea Odría
propone que el juez deberá aceptar la recusación y pasar ese mismo día el expediente
al juez instructor que sea del turno más remoto, al juez encargado de los asuntos civiles
donde no existiese más de un instructor o al de la capital del departamento en el caso
que no hubiese más que un solo juzgado mixto. Si se opta por no estimarse fundada
la recusación la absolverá en el mismo día y dentro de 24 horas lo remitirá a la Sala la
que absolverá dentro de las 24 horas de recibido con sólo tener a la vista el expediente,
debiendo ordenar que dentro de las 24 horas devuelva el expediente al juzgado de
origen, si se declara infundada la recusación, o al que le corresponda resolver si la
estima fundada.
Sobre el particular: BOREA ODRÍA, Alberto. Evolución de las garantías constitucionales.
Habeas corpus, amparo, hábeas data, acción de cumplimiento. Lima: Editorial Fe de Erratas.
2000. p. 240.
124 Christian Donayre Montesinos

constitucional y por su carácter de tutela de extrema urgencia, tiene reglas


sumamente especiales y plazos muy breves, que han sido claramente de-
terminados por el legislador”.

Por otra parte, y siguiendo con las normas especiales de procedimiento pre-
vistas en el Código Procesal Constitucional para el habeas corpus, es obligación de
los jueces habilitar día y hora para la realización de las actuaciones procesales28, y
el Ministerio Público no intervendrá en estos casos. En cuanto a la actividad pro-
batoria y para efectos del ejercicio del derecho de defensa, la Ley 28237 dispone
que es posible presentar documentos cuyo mérito apreciará el juez en cualquier
estado del proceso y a solicitud del demandante; en tanto que si el demandante
lo pidiera, el juez o la Sala designará un defensor de oficio29. Finalmente, de con-
formidad con la sumarización propia de los procesos de tutela de urgencia, las
actuaciones procesales son improrrogables30.

7. Las medidas que podrá contener la sentencia que declara fundada


la demanda de habeas corpus interpuesta
Es en el artículo 34 del Código Procesal Constitucional donde encontramos
las medidas que podría contener la sentencia que declare fundada la demanda
de habeas corpus. Allí se dispondrá, la libertad de la persona que fue privada arbi-
trariamente de ella; o que continué la situación privativa de la libertad, pudiendo
en todo caso el juez modificar las condiciones de la detención, sea en el mismo
establecimiento o en otro, o bajo la custodia de otras personas.
En caso el proceso de habeas corpus se haya iniciado por haber transcurrido
en exceso el plazo legalmente previsto para la detención, el juez podrá ordenar
que la persona que se encontraba privada de su libertad sea puesta de inmediato a
disposición del juez competente. Por último, señala que también podrá ordenarse
que cese el agravio producido, disponiéndose además las medidas que resulten
necesarias para evitar que el acto se repita en perjuicio del agraviado. La variedad
de medidas que puede adoptar el juez al declarar fundada la demanda de habeas
corpus guarda cierta relación con los tipos de habeas corpus que hemos mencionado
líneas atrás, y que se han identificado a nivel de la doctrina y jurisprudencia tanto

28 Se privilegia la tutela urgente de los derechos involucrados, por lo que de ser necesario
el juez habilitará días y horas para tal efecto, independientemente de que se trate de
días u horas hábiles.
29 Puede deducirse que los gastos que correspondan al defensor de oficio serán asumidos
por el Estado.
30 Esto no constituye más que una manifestación de la sumarización procedimental que
identifica a un proceso de tutela urgente. A diferencia de lo previsto en la Ley 23506, hoy
derogada, el Código es muy claro en establecer que las actuaciones son improrrogables,
es decir, asume el principio de preclusión procesal en sentido estricto. En otras palabras,
ni siquiera el agraviado podrá solicitar el aplazamiento de diligencias o informes.
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 125

nacional como comparada31, aun cuando quizá convenga precisar esto último
con mayor rigor a efectos de que el lector sepa cómo es que en principio debiera
resolver el juez dependiendo de cada situación.
Así, en los casos de un habeas corpus preventivo –que procede ante amenazas
ciertas e inminentes a la libertad personal y los derechos conexos a ella–, el juez
deberá evitar que la amenaza se configure en una violación de los derechos que
se invocan, para lo cual ordenará que cesen aquellos actos que pueden conducir a
dicha situación. En un habeas corpus restringido –que procede ante perturbaciones,
obstáculos o molestias que dificultan irrazonablemente el ejercicio de la libertad
personal y los derechos conexos a ella–, el juez ordenará el cese de aquellas actua-
ciones que impiden el ejercicio regular del derecho a la libertad personal por parte
del agraviado, por ejemplo, que cesen las persecuciones policiales si fueron éstas
las que dieron origen a la demanda. Como se puede observar, aquí no estamos
ante situaciones que supongan la privación de la libertad personal sino meras
restricciones, de allí el nombre de este tipo de habeas corpus.
Justamente, el habeas corpus reparador es el que procede ante privaciones ar-
bitrarias de la libertad personal, las que pueden tener lugar tanto por detenciones
indebidas como también por aprehensiones32 o arrestos33 irregulares, por citar tan

31 A mayor abundamiento nos remitimos a nuestros trabajos citados en la nota al pie


número seis del presente trabajo.
32 La aprehensión constituye en sentido estricto un acto de colaboración con la justicia
por parte de los particulares, en virtud del cual “detienen” a una persona en caso de
flagrancia delictiva, luego de lo cual deben trasladar al sujeto ante la dependencia
policial más cercana o retener al delincuente hasta que las autoridades policiales se
constituyan en el lugar. EGUIGUREN PRAELI, Francisco. Libertad personal, detención
arbitraria y habeas corpus: las novedades en la Constitución de 1993. En: VARIOS AUTORES.
La Constitución de 1993. Análisis y Comentarios II. Lima: Comisión Andina de Juristas.
1995. p. 17. Este trabajo también se encuentra recogido en la compilación del mismo
autor que lleva como título Estudios Constitucionales. Lima: Ara Editores. 2002.
Las notas distintivas de la aprehensión son a saber las siguientes: en primer lugar, se
trata de una autorización y no de una potestad, propia de la autoridad pública. De allí
que los particulares no están obligados a detener a una persona que vean que está co-
metiendo un delito o lo ha cometido momentos antes. No estamos ante una obligación
legal que les sea exigible como sí ocurre con las autoridades policiales. En segundo
término, es necesario que estemos ante una situación de flagrancia delictiva, figura
esta última que será explicada con detalle en líneas posteriores. Finalmente, lo que
busca esta forma de detención es que el sujeto aprehendido sea puesto a disposición de
las autoridades policiales, no rigiendo para este caso los plazos de veinticuatro horas
o quince días consagrados constitucionalmente y previstos específicamente para la
detención policial. SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Volumen
II. Lima: Grijley. 2000. p. 815. Si bien la Constitución de 1993 no recoge expresamente
la figura de la aprehensión, se admite como legítima en tanto se trata de una medida
necesaria y socialmente útil de colaboración con la justicia.
33 El arresto viene a ser una medida de apremio adoptada en algunos casos por los
jueces para asegurar la efectividad de sus decisiones. En el Caso Esmaro Costilla
126 Christian Donayre Montesinos

sólo otras dos situaciones que suponen privación de la libertad personal. En otros
términos, lo que busca combatir el habeas corpus reparador es la privación arbitraria
de la libertad personal y no sólo aquellas que sean producto del ejercicio indebido
de la cuota de poder que tienen las autoridades policiales o judiciales para adoptar
la medida cautelar personal de detención. El juez que conoce de estos casos resol-
verá conforme se establece en el primer inciso del artículo 34 del Código Procesal
Constitucional, es decir, ordenará la puesta en libertad de la persona privada
arbitrariamente de este derecho.
El juez que esté ante un habeas corpus traslativo –que procede ante privaciones
de la libertad que por el paso del tiempo o por una omisión de las autoridades
se tornan en arbitrarias–, deberá resolver en algunos casos conforme establece el
tercer inciso del artículo 34 del Código Procesal Constitucional, esto es, ordenará
que la persona privada de libertad sea puesta inmediatamente a disposición del
juez competente. En los casos de habeas corpus innovativo –que es aquél que se
presenta cuando luego de interpuesta la demanda el acto lesivo cesa o el daño se
torna en irreparable– el juez debe actuar según indica el artículo 1 y el inciso cuatro
del artículo 34 del Código Procesal Constitucional, lo que significa que ordenará
al agresor que no vuelva a incurrir en aquellas conductas que dieron origen a la
interposición de la demanda.
Si nos encontramos ante un habeas corpus correctivo –que procede ante viola-
ciones del derecho a la integridad personal o los derechos a que se refiere el primer
inciso del artículo 25 del Código Procesal Constitucional–, el juez declarará fundada
la demanda y ordenará, de conformidad con el inciso dos del artículo 34 del Código
Procesal Constitucional, según sea el supuesto, que continúe la situación de priva-
ción de libertad de acuerdo con las disposiciones legales aplicables al caso, pero
si el juez lo considera necesario, ordenará inclusive cambiar las condiciones de la
detención, sea en el mismo establecimiento o en otro, o bajo custodia de personas
distintas de las que hasta entonces la ejercían. Es preciso recordar que este tipo
de habeas corpus se presenta normalmente cuando las condiciones de la privación

Dávila(Expediente 1729-2002-HC/TC) el Tribunal Constitucional justamente entró


a conocer un asunto en el cual lo que se discutía era una media de apremio (arresto)
dispuesta por un juez en aplicación de lo dispuesto por los artículos 52 y 53 del Código
Procesal Civil. Nuestro supremo intérprete de la Constitución resolvió declarando
infundada la demanda de habeas corpus interpuesta en sentencia de fecha 8 de agosto
de 2002 y publicada el 18 de marzo de 2003.
Héctor Faúndez distingue además el arresto de la detención en razón de que mientras la
primera de las figuras mencionadas puede implicar una sanción o medida disciplinaria
por un tiempo preciso, para él la segunda en cambio sugiere una privación temporal
de la libertad, por un paso indefinido durante el transcurso de las investigaciones o se
ejecuta alguna orden judicial. De allí que dentro de las primeras se ubican las priva-
ciones de la libertad que tienen lugar al interior de las Fuerzas Armadas y Policiales.
FAÚNDEZ LEDESMA, Héctor. “El derecho a la libertad y seguridad personal”. En:
Lecturas Constitucionales Andinas 1. p. 165.
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 127

de la libertad personal resultan lesivas del derecho a la integridad personal, de


allí que lo que se cuestione no es la privación de la libertad en sí misma, sino las
condiciones en que ésta se viene llevando a cabo.
Para los casos de habeas corpus instructivo, que como hemos visto, se presenta
cuando se alega la violación del derecho a no ser objeto de desaparición forzada, el
juez deberá actuar conforme hemos señalado al desarrollar el trámite que corres-
ponde a la demanda en estos casos, esto es, debiendo ordenar que se adopten todas
las diligencias que resulten necesarias para determinar la ubicación del detenido-
desaparecido, luego de lo cual declarará finalmente si es que en efecto se violó o
no dicho derecho, supuesto en el cual corresponderá, a su vez, ser muy estrictos
con la aplicación de los artículos 1 y 8 del Código Procesal Constitucional.
Finalmente, en los supuestos de los denominados habeas corpus conexos –que
proceden cuando se violan derechos conexos a la libertad personal– y excepcionales
–que proceden durante al vigencia de los regímenes de excepción a los que se re-
fiere el artículo 137 de la Constitución Política del Estado–, dependiendo del acto
lesivo el juez ordenará en algunas situaciones que éste cese, debiendo reponer,
en cuanto sea posible, las cosas al estado anterior a la violación y/u ordenará al
agresor a que no vuelva incurrir en aquellas conductas que dieron origen a la
interposición de la demanda.
Como se pueda apreciar, las medidas que puede adoptar un juez al declarar
fundada una demanda de habeas corpus dependerá indudablemente de las circuns-
tancias del caso y de la naturaleza de los derechos cuya violación se cuestiona. De
allí que aunque el Código Procesal Constitucional no haya desarrollado todas las
situaciones que aquí nosotros muy brevemente hemos descrito al hacer referencia
a los diferentes tipos de habeas corpus, en la medida que el artículo 34 señala que
las allí reseñadas son tan sólo algunas de las medidas que puede adoptar el juez
que conoce del habeas corpus, aquella lista la podemos interpretar tan sólo a título
enunciativo. En otras palabras, el juez, dentro de su ámbito competencial y margen
de acción, debe sentirse libre de adoptar las medidas conducentes a una efectiva
tutela de los derechos fundamentales, aún cuando aquéllas no se encuentren
mencionadas en el referido artículo 34 del Código Procesal Constitucional.

8. El procedimiento previsto para el habeas corpus en el Código Procesal


Constitucional
Por otro lado, y para efectos de brindarle al lector un marco un tanto más
completo sobre las reglas procesales previstas para el proceso constitucional de
habeas corpus, dentro de los límites de tiempo y espacio con que contamos, pasa-
remos a efectuar una sucinta descripción del procedimiento del habeas corpus en
el Código Procesal Constitucional.
Empezaremos entonces con el hecho que la decisión de primer grado, es decir
en términos del Código aquella que “pone fin a la instancia”, es susceptible de ser
128 Christian Donayre Montesinos

impugnada a través del recurso de apelación en el plazo de dos días (artículo 35).
Planteado dicho recurso, el juez elevará en el día los autos a la Sala Penal, la que se
encargará de resolverlo en un plazo de cinco días, bajo responsabilidad, pudiendo
los abogados informar a la vista de la causa (artículo 36)34.
Si la decisión de la Sala Penal resulta desfavorable al demandante, es decir,
si declara infundada o improcedente la demanda, éste, en el plazo de diez días
contados desde el día siguiente de notificada la resolución, podrá impugnarla a
través del recurso de agravio constitucional (en la legislación anteriormente vigente
se le denominaba “recurso extraordinario”) ante nuestro Tribunal Constitucional35.
Sin embargo, es necesario señalar que el Tribunal Constitucional peruano hace
relativamente poco, en el Caso Dirección Regional de Pesquería de la Libertad
(Expediente 4853-2004-PA/TC), ha modificado esta pauta de procedencia; de
modo que ahora es posible interponer el recurso de agravio constitucional cuando
se esté también ante sentencias estimatorias de segundo grado que vulneran el
orden jurídico constitucional o, en otros términos, impliquen haber resuelto sin
respetar los precedentes establecidos por el Tribunal Constitucional36.
Una vez que el recurso es concedido37, el Presidente de la Sala deberá remitir
al Tribunal Constitucional el expediente en un plazo máximo de tres días, más el
término de la distancia, bajo responsabilidad (artículo 18). Será con el pronuncia-
miento de nuestro supremo intérprete de la Constitución que el proceso de habeas
corpus habrá culminado, y con ello, agotado la vía interna (artículo 24). En el caso
del habeas corpus, el plazo máximo previsto para que el Tribunal Constitucional
emita sentencia es de veinte días (artículo 20). Los días a efectos del habeas corpus
se consideran, en líneas generales, como días naturales por la importancia que

34 Hoy el Código Procesal Constitucional establece que los abogados podrán estar presen-
tes en la vista de la causa, antes, la derogada Ley 23506, lo preveía como una obligación,
ya que establecía que ella se realizaría con citación de los abogados.
35 Conforme establece el artículo 202 de la Constitución peruana vigente:
“Corresponde al Tribunal Constitucional:
(…)
2. Conocer en última y definitiva instancia, las resoluciones denegatorias de habeas corpus,
amparo, hábeas data y acción de cumplimiento.
(…)”.
36 Estamos indudablemente ante una sentencia bastante polémica, pues supone en
términos prácticos modificar la pauta establecida en el inciso dos del artículo 202 de
la Constitución en cuanto a la competencia del Tribunal Constitucional para conocer
amparos, hábeas datas, habeas corpus y procesos de cumplimiento. Sobre el particular
es bastante recomendable revisar SÁENZ DÁVALOS, Luis (Coordinador). El amparo
contra amparo y el recurso de agravio a favor del precedente. Lima: Palestra Editores. 2007,
de reciente publicación y que contiene diversos trabajos dedicados específicamente al
estudio de la materia.
37 Si se deniega el recurso de agravio constitucional será posible plantear recurso de queja
en los términos establecidos en el artículo 19 del Código Procesal Constitucional.
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 129

supone el otorgar una rápida tutela a los derechos que caen dentro de su margen
de protección.

9. Sobre el agotamiento de la vía interna y la posibilidad de recurrir a


los organismos internacionales de protección de los derechos humanos
constituidos según tratados o convenios de los que el Perú es parte
Para el completar el escenario hasta aquí descrito, es importante tomar en
consideración que una vez que el Alto Tribunal se pronuncia sobre el fondo de
la materia discutida, esto es si declara sea fundada o infundada la demanda38,
siguiendo lo señalado en el artículo 205 de la Constitución vigente, quien se con-
sidere lesionado en los derechos que la Constitución reconoce puede recurrir a los
tribunales u organismos internacionales constituidos según tratados o convenios
de los que el Perú es parte39.
El mismo Código Procesal Constitucional, en el artículo 114, nos indica cuáles
son aquellos tribunales u organismos internacionales a los que alude el artículo
205 del texto constitucional de 1993. Estos son: el Comité de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la
Organización de Estados Americanos, y aquellos otros que se constituyan en el
futuro y que sean aprobados por tratados que obliguen al Perú.
En el caso del Comité de Derechos Humanos, según el artículo 5 del Protocolo
Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado y
abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución
220 A (XXI), de 16 de diciembre de 196640:

“1. El Comité examinará las comunicaciones recibidas de acuerdo con el


presente Protocolo tomando en cuenta toda la información escrita que le
hayan facilitado el individuo y el Estado Parte interesado.

2. El Comité no examinará ninguna comunicación de un individuo a menos


que se haya cerciorado de que:

38 Si se pronuncia más bien por la improcedencia de la demanda no podría alegarse el


agotamiento de la vía interna. Ello es lo que parece desprenderse del artículo 24 del
Código Procesal Constitucional. Esta situación sin embargo, no ha sido bien vista por
algunos autores, quienes sostienen que se trata de un escenario peligroso, ya que una
formalidad no puede ser un obstáculo para solicitar una solución justa y rápida de los
casos. En este orden de ideas encontramos a CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Comentarios
al Código Procesal Constitucional. Lima: Ara Editores. 2004. p. 313.
39 Estamos ante una manifestación del derecho a la tutela jurisdiccional, que trasciende del
escenario nacional y encuentra también cabida en el internacional. LANDA ARROYO,
César. “Invalidez del retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.”
En: Revista Peruana de Derecho Público 1. 2000. pp. 27 y ss, específicamente pp. 29-39.
40 Este Protocolo Facultativo ha sido ratificado por el Estado peruano el 3 de octubre de
1980.
130 Christian Donayre Montesinos

a) El mismo asunto no ha sido sometido ya a otro procedimiento de examen


o arreglo internacionales;

b) El individuo ha agotado todos los recursos de la jurisdicción interna. No


se aplicará esta norma cuando la tramitación de los recursos se prolongue
injustificadamente.

(…)”.

En el caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, habrá que pasar


primero por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ahora bien, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 46 de la Convención Americana:

“Para que una petición o comunicación presentada conforme a los artículos


44 ó 45 sea admitida por la Comisión se requerirá:

a. que se hayan interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna, con-


forme a los principios del Derecho Internacional generalmente reconocidos;

b. que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha
en que el presunto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la
decisión definitiva;

c. que la materia de la petición o comunicación no esté pendiente de otro


procedimiento de arreglo internacional, y

d. que en el caso del artículo 44 la petición contenga el nombre, la nacio-


nalidad, la profesión, el domicilio y la firma de la persona o personas o del
representante de la entidad que somete la petición”.

Sin embargo, los requisitos mencionados en los literales a) y b) no resultarán


exigibles cuando se presenten los siguientes tres supuestos:

“a. no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido


proceso legal para la protección del derecho o derechos que se alega han
sido violados;

b. no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los


recursos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos, y

c. haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos”.

III. A MODO DE CONCLUSIÓN


A partir de todo lo expuesto, podemos inferir que la regulación que le ha
deparado el Código Procesal Constitucional al habeas corpus, desde la legitimación
Algunas notas sobre las reglas procesales previstas para el habeas corpus ... 131

y los requisitos para la interposición de la demanda hasta la competencia de los


jueces en esta materia, los trámites que corresponde seguir dependiendo del caso,
y las medidas que deben adoptar los jueces cuando declaren fundada la demanda
sometida a su conocimiento, es en términos generales bastante adecuada.
Indudablemente existen ciertos elementos que corresponde repensar o me-
ditar como es la preocupación ya vigente en algunos sectores judiciales en cuanto
a la competencia cuando se trata de habeas corpus contra resoluciones judiciales,
o por ejemplo la necesidad de precisar que el actuar del juez constitucional debe
ser la pronta tutela de los derechos fundamentales, para lo cual debe asumir que
es su obligación procurar apersonarse al lugar de los hechos a efectos de verificar
la violación que se cuestiona y no considerar que eso cae dentro de su margen
de discrecionalidad. Afortunadamente, ya se han planteado algunas reformas en
este sentido, lo cual es bueno, pero no debemos dejar de lado, cuando estás se
lleven a cabo (si es que sucede así), que la lógica de todo proceso constitucional
es la tutela rápida y urgente del texto constitucional y, como parte inescindible de
ella, de los derechos fundamentales. Cualquier cambio que suponga un retroceso
en esta materia, se traduce en los hechos en un retardo en el acceso a la justicia de
quienes ven en estos mecanismos jurídicos, en muchas ocasiones, su principal y
a veces única arma frente a la arbitrariedad.

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