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2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 93

FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE


GOBIERNO EN CHILE

Kamel Cazor Aliste


Profesor Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Universidad Austral de Chile

RESUMEN

En el presente artículo se aborda el control judicial, por vía de protección, de los actos polí-
ticos del Gobierno. En esta materia, como los criterios doctrinales no son necesariamente
coincidentes, se efectuará un breve análisis de los distintos puntos de vista existentes sobre el
tema, donde la doctrina y jurisprudencia españolas serán utilizadas como un importante refe-
rente instrumental, en una temática cuyo tratamiento por parte de la doctrina y jurispruden-
cia chilenas es notoriamente insuficiente.

1. A NTECEDENTES PREVIOS: to, como principio esencial cabe indicar que


CONTEXTO DEL ESTUDIO Y la fiscalización de esta naturaleza reconoce en
LA SIGNIFICACIÓN DEL CONTROL el juez la facultad de controlar la regularidad
JUDICIAL SOBRE LOS ACTOS DE LA y alcance de dichas normas con el ordena-
ADMINISTRACIÓN miento en general, y la finalidad de ese en-
juiciamiento normativo es la de escoger la

C
omo punto de partida, se debe puntua- regla o principio más adecuado para aplicar-
lizar, antes que nada, que el presente es- lo al supuesto concreto sometido a su cono-
tudio se centrará en la cuestión especí- cimiento 1.
fica del control judicial que se efectúa por in- Lejos de ese enjuiciamiento normati-
termedio de la acción de protección (art. 20 vo se encuentra “la antigua concepción
de la Carta) en la esfera de los actos políticos mecanicista de la función del juez” 2 , que
o de gobierno, cuyo origen hay que encon- sólo le consideraba como la boca muda que
trarlo, según el texto constitucional chileno, pronuncia las palabras de la ley (“la bouche
en la potestad jurídica del Presidente de la Re- qui prononce les paroles de la loi”, decía
pública. Al respecto, tradicionalmente se ha Montesquieu3). Todo ello asociado a la idea
planteado el debate sobre si el control de la de la ley4 como una encarnación de la racio-
Administración ha de ser pleno o si, por el
contrario, han de existir parcelas de su actua-
1 Vid. E. G ARCÍA DE E NTERRÍA . Legislación
ción que hayan de resultar inmunes al control
judicial, que es precisamente la gran contro- delegada, potestad reglamentaria y control judicial,
versia en torno al control de los actos de go- Tecnos, Madrid, 1981, pág. 3.
2 Ibídem, págs. 3 y 4.
bierno. 3 Vid. De L’esprit Des Lois, Editions Garnier
Antes de comenzar la temática principal Frères, París, 1949.
de este trabajo se hará una referencia general 4 Como señala E. G ARCÍA DE E NTERRÍA : “En
a la cuestión del control judicial que recae la historia general del Derecho hay un momento
sobre los actos de la Administración. En efec- clave, el siglo XVIII, en el que aparece en el hori-
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nalidad y perfección, propio de la teoría del hacer efectivos los postulados del Estado
Estado legal de Derecho 5. No obstante, como constitucional de Derecho 7. Vale decir, ya no
indica O. Bachof, “resulta ocioso conformar- se identifica el Derecho con la ley, sino que
se hoy todavía con tales ideas. Ya desde la su- se “eleva la Constitución desde el plano
peración –prosigue– del dogma de la falta de programático al mundo de las normas jurídi-
lagunas del ordenamiento legislativo(...) se cas vinculatorias y, por consiguiente, no sólo
hizo evidente que en verdad el juez no ha co- acoge el principio de la primacía de la ley in
rrespondido nunca a la concepción de suo ordine, sino que lo complementa con el
Montesquieu de un mecanismo de pura principio de la supremacía de la Constitución
subsunción(...); que el Poder Judicial, el lla- sobre la ley y, por tanto, sobre todo el orde-
mado tercer poder en el sistema de división namiento jurídico, con la consiguiente anula-
de poderes, no ha sido nunca “en quelque ción en la medida que en su conjunto o en al-
façon nul”. Se ha reconocido –concluye– que guno de sus preceptos no se adecue a la norma
el juez había tenido siempre, incluso bajo el constitucional”8. Del mismo modo, “aparte de
imperio de un positivismo jurídico rígido, una la supremacía de la Constitución sobre la
parte importante en la creación del Derecho; ley(...) es característica del Estado constitu-
que no sólo la ley, sino “Ley y Judicatura crean cional de Derecho que todos los poderes pú-
el Derecho para el pueblo” (Bülow)” 6. blicos y, particularmente, los poderes Legis-
En la actualidad los sistemas constitu- lativo, Ejecutivo y Judicial estén sujetos
cionales han configurado, en sus respectivos [directamente] a la Constitución, es decir, que
textos, una estructura de control destinada a actúen (i) dentro de los límites de la compe-
tencia fundamental del Estado sin que pue-
dan invadir la esfera de autodeterminación de
zonte del mundo europeo una idea nueva, la de que las personas y la de autorregulación de la so-
el Derecho tiene que expresarse precisamente a tra- ciedad y (ii) dentro de los límites de las com-
vés de leyes” (Justicia y seguridad jurídica en un petencias específicas que a cada uno de ellos
mundo de leyes desbocadas, Civitas, Madrid, 1999, le señala la Constitución frente a las compe-
pág. 17). tencias atribuidas a los demás órganos consti-
5 Haciendo referencia a esta teoría, L.
tucionales”9. Todo lo cual, por último, se debe
FERRAJOLI señala lo siguiente: “En el modelo tra-
dicional, paleopositivista y jacobino, el Estado de
añadir, para garantizar los derechos y liberta-
Derecho se fundaba esencialmente en la primacía des fundamentales de los ciudadanos, como
de la ley(...) Es evidente –continúa– que en un pa- telos material del orden constitucional.
radigma como éste el papel del juez, como órgano
sometido solamente a la ley –“bouche de la loi”,
según la metáfora de Montesquieu–, venía a con-
7 En este sentido, como indica M. ARAGÓN ,
firmarse como una mera función técnica de aplica-
ción de la ley, cualquiera que fuese su contenido” “el problema de la vinculación de los jueces a la
(“Jueces y Política”, en Revista del Instituto ley ha de abordarse desde una perspectiva que po-
Bartolomé de las Casas, Coedición de la Universi- dríamos llamar “moderna”, esto es, la propia de un
dad Carlos III de Madrid y Boletín Oficial del Es- Estado constitucional de Derecho, y esa perspecti-
tado, Nº 7, enero de 1999, pág. 66). En este mismo va no es otra que la doble sumisión de los jueces a
sentido O. B ACHOF expresa: “Fue casi un credo ju- la Constitución y a la ley” (“El juez ordinario entre
rídico que el juez debe limitarse a la aplicación de legalidad y constitucionalidad”, en AAVV La vin-
la ley mediante procesos mentales estrictamente ló- culación del juez a la ley, Anuario de la Facultad
gicos y(...) que está vinculado solamente al poder de Derecho de la Universidad Autónoma de Ma-
secular de la justicia reflejado en la ley, sin tener drid, Madrid, 1997, pág. 180).
8 G ARCÍA P ELAYO , M. Estado legal y Estado
que representar ni practicar un poder social pro-
pio” (Jueces y Constitución, Civitas, Madrid, 1985, constitucional de Derecho, en AAVV El Tribunal
pág. 23). de Garantías Constitucionales en Debate, Funda-
6 Jueces y Constitución, op. cit., págs. 23 ción Friedrich Naumann, Lima, 1986, pág. 30.
9 Ibídem, pág. 31.
y 24.
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Frente a las tres características básicas ello, además, la legitimación judicial a la hora
del Estado constitucional reseñadas (suprema- del control es sólo jurídica, toda vez que el
cía constitucional, sometimiento a Derecho de contenido y densidad normativa de su verifi-
todos los poderes públicos y orientación a la cación viene dado por el Derecho14.
garantía de los derechos e intereses de los ciu- A este respecto se deben destacar dos
dadanos), el control jurisdiccional ejerce una aspectos fundamentales que no pueden per-
función de garantía de cierre del sistema derse de vista en el presente análisis. Por un
constitucional10. Es decir, “la función juris- lado, la clara posición constitucional del Go-
diccional es el elemento de cierre de todas bierno y de la Administración pública, en el
ellas, pues verifica y hace efectiva la supre- sentido de presentar al Gobierno como un ac-
macía y los derechos así como el control del tor legitimado, portador del liderazgo políti-
sometimiento de todos los poderes públicos co, y la Administración pública, realizadora
al Derecho y el de su efectiva orientación al de esa política15.
interés general”11. Lo que en definitiva viene Y por otro, el estatuto del poder público
a constatar la legitimación en el accionar de controlado, que determina la intervención ju-
los poderes públicos, especialmente de la Ad- dicial dentro de una estricta exigencia de un
ministración, “en tanto en cuanto su poder se Estado constitucional. Donde en general se
ejerza conforme a Derecho y en la medida que destaca un Poder Judicial que sólo puede de-
dicho sometimiento sea verificable mediante pender exclusivamente de la ley y el Derecho
su control”12. (es decir, sólo puede emitir decisiones secun-
Ahora bien, dentro del plano específico darias de control y no primarias), sin poder
del control judicial de la Administración, se inmiscuirse en ni invadir el ámbito entregado
debe partir de una premisa básica: en el Esta- al Poder Ejecutivo (así, la intervención judi-
do constitucional de Derecho, cualquier acto cial presupone una previa actuación del Po-
o norma producto de la potestad jurídica del der Ejecutivo sometido a control, con lo que
Gobierno no es inmune al control jurisdic- no altera el estatuto de éste más que en lo ne-
cional13. Por cuanto, como objeto controlado, cesario, justamente, para la verificación ple-
tanto el ejercicio de la potestad reglamentaria na de dicho control)16.
como los actos de la Administración pública
son la consecuencia de una potestad jurídica
que, como tal, está sujeta al principio de 14 Vid. PAREJO ALFONSO , L.; JIMÉNEZ -B LAN -
juridicidad, cuyo parámetro útil de verifica- CO , A.; ORTEGA ALVAREZ , L. Manual de Derecho
ción lo constituye el Derecho, es decir, el con- Administrativo, Vol. 1, Ariel Derecho, Barcelona,
junto del ordenamiento jurídico vigente. Por 1998, pág. 837 y 838.
15 Vid. A. G ALLEGO A NABITARTE . Ley y
Reglamento en el Derecho Público Occidental, Ins-
tituto de Estudios Administrativos, Madrid, 1971,
10Vid. PEÑA FREIRE, A. La garantía en el pág. 349.
Estado constitucional de Derecho, Trotta, Madrid, 16 Por ello, se ha expresado que la Adminis-
1997, pág. 229. tración goza de una posición privilegiada, por cuan-
11 Ibídem, pág. 229.
to la plena sumisión de la Administración pública
12 Ibídem, pág. 240. Todo ello, como expresa
al control jurisdiccional está compensada con su
L. F ERRAJOLI , produce determinadas relaciones condición de poder público al que el ordenamiento
institucionales, en la cual “la actividad jurisdiccio- jurídico le atribuye importantes potestades, dentro
nal se caracteriza y se define como verificación de de las cuales destaca su poder de autotutela. En
las violaciones del derecho: de los actos inválidos efecto, de este privilegio de autotutela de la Admi-
en el ámbito administrativo y constitucional” (“Jue- nistración pública se deriva un marco de relacio-
ces y Política”, op. cit., pág. 73). nes entre ésta y los órganos del Poder Judicial, ba-
13 Vid. D. B LANQUER . El control de los
sado en el principio de una fuerte autonomía de la
reglamentos arbitrarios, Civitas, Madrid, 1998, Administración frente a los Jueces y Tribunales
págs. 65 y sig. (Vid. J. A. SANTAMARÍA P ASTOR, Fundamentos de
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2. NATURALEZA DEL ACTO DE GOBIERNO do; de ahí surge la doctrina que distingue el
acto político por el carácter o móvil del acto.
Como ya se ha adelantado, el gran deba- Con el desarrollo del Estado de Derecho la
te en torno al control judicial sobre los actos justificación de los actos políticos se hace más
de la Administración se ha planteado a raíz objetiva, donde dichos actos se asocian a la
de si el control de la Administración ha de ser función de gobierno y, por el contrario, los
pleno o si, por el contrario, han de existir par- actos administrativos a la función administra-
celas de su actuación que hayan de resultar tiva 19. De esta forma, para esta concepción
inmunes al control judicial. En efecto, desde (que se fundamenta en Ducroqc y Carre de
una perspectiva histórica, como recuerda E. Malberg), hay función de gobierno cuando
García de Enterría, frente a la “vis expansiva” deriva directamente de la Constitución, y fun-
que va adquiriendo la Jurisdicción Adminis- ción administrativa cuando deriva de la eje-
trativa en los inicios del siglo XIX, los actos cución de la legislación20.
políticos o de gobierno se alzan como núcleo En la doctrina alemana las teorías for-
de inmunidad en la actuación del Ejecutivo17. malistas (Jellinek) entienden que la distinción
De esta forma, definir materialmente el está en que el acto político se caracteriza por
acto político o de gobierno ha sido desde su su discrecionalidad, frente al acto adminis-
mismo origen el auténtico caballo de Troya trativo, que se caracteriza por ser un acto re-
en el debate jurídico, y cuya procedencia se glado. A su vez, para las doctrinas antiforma-
encuentra en la dogmática francesa18. En un listas (Smend) se han de superar los criterios
primer momento, en Francia la teoría de los meramente formales y casuísticos, fijando el
actos políticos se asociaba a la razón de Esta- concepto dentro de una Teoría del Estado. De
esta forma, los actos de gobierno, como actos
políticos, son aquellos que tienden a realizar
derecho administrativo, Centro de Estudios Ramón
una integración de la unidad del Estado, por
Areces, Madrid, 1988, págs. 209 y sig.), circuns-
lo que los actos políticos se caracterizan por
tancia que, en todo caso, no es incompatible con
los principios del Estado constitucional, ya que
estar directamente vinculados a la Constitu-
ambos poderes del Estado se enmarcan dentro de ción21.
sus funciones constitucionales específicas. Así por A su vez, en la doctrina italiana, C.
ejemplo, la sentencia del Tribunal Constitucional Mortati entiende, en la línea de Smend, que
español 78/1996, de 20 de mayo, recogiendo ante- el problema se debe afrontar desde una idea
rior doctrina ya consolidada, afirma a este respec- de unidad de las funciones del Estado. Desde
to: “(...)el privilegio de autotutela atribuido a la esta concepción es comprensible entender que
Administración pública no es contrario a la Cons- lo que caracteriza a la attività esecutiva sea
titución, sino que engarza con el principio de efi- que se refiere a la suprema dirección del Es-
cacia enunciado en el artículo 103 de la CE (STC tado. De esta forma, la actividad de la Admi-
22/1984), y la ejecutividad de sus actos en térmi- nistración se presenta como la ejecución de
nos generales y abstractos tampoco puede estimar- la ley, frente a la actividad de Gobierno que
se como incompatible con el artículo 24.1 de la CE
es inmediatamente ejecutiva de la Constitu-
(STC 66/1984), pero que de este mismo derecho fun-
ción22.
damental deriva la potestad jurisdiccional para
adoptar medidas cautelares y suspender la ejecu-
ción(...)” (Vid. P AREJO A LFONSO , L.; J IMÉNEZ -
B LANCO, A.; O RTEGA ALVAREZ, L. Manual de De- 19 Vid. E. A RANDA A LVAREZ . Los actos par-
recho Administrativo, Vol. 1, op. cit., pág. 837). lamentarios no normativos y su control judicial,
17 Ver comentarios sobre el particular en: La
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
lucha contra las inmunidades del poder, Civitas, Madrid, 1998, pág. 116.
Madrid, 1989 (1ª edic. 1974) y Revolución France- 20 Ibídem, pág. 116.
sa y administración contemporánea, Civitas, Ma- 21 Ibídem, págs. 116 y 117.
drid, 1994. 22 Vid. C. M ORTATI . Istituzioni di Diritto
18 Vid. N. G ARRIDO C UENCA . El Acto de Go-
pubblico, tomo I, Cedam, Padua, 1975, págs. 373 y
bierno, Cedecs, Barcelona, 1998, pág. 600. 374 (Ibídem, pág. 117).
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En la actualidad, como señala L. Parejo de un determinado contenido material26. De ahí


Alfonso, “el problema del deslinde entre acto –adelantando lo que se analizará más adelante–
administrativo y acto político o de gobierno, a su especial enfoque y tratamiento a la hora del
los efectos de la exclusión o no de este último control judicial, lo que en ningún caso se debe
de la fiscalización judicial, puede y debe consi- traducir en una inmunidad jurisdiccional. Ra-
derarse hoy histórico y superado”23. En efecto, zón por la cual, por ejemplo, no deja de llamar
como se analizará a continuación, en el tema la atención que, de acuerdo a los claros antece-
del control judicial de los actos políticos o de dentes de tipo delictivo que fundamentaron la
gobierno, hoy día, tanto en el orden constitu- causa para desaforar al general Pinochet (Sen-
cional del Derecho comparado y chileno, pare- tencia de la Corte de Apelaciones de Santiago,
ce difícil admitir la existencia de una categoría de 5 de junio de 2000, rol Nº 136), los nueve
de actos de naturaleza política exentos de la tu- jueces que votaron en contra pretendieran mo-
tela judicial efectiva. tivar su razonamiento, y por ende lograr la in-
Sin embargo, no se puede dejar de desco- munidad jurisdiccional de dichos actos, basa-
nocer la naturaleza particular y el cometido es- dos en la teoría de los actos de gobierno27.
pecífico que se desarrolla por intermedio de ac-
tos que produzca el Gobierno en ejercicio de su
función de dirección política24, los cuales siem- 3. EL CONTROL JUDICIAL DE LOS
pre llevan implícitos, como decisión excepcio- ACTOS DE GOBIERNO
nal y manifestación intrínseca de él, una moti-
vación de orientación al Estado y, sobre todo, En el presente apartado se hará una bre-
de interés nacional. Por esta razón, J. M.ª Bo- ve referencia a uno de los temas que más con-
quera Oliver ha señalado en el tema específico troversia despierta tanto en la doctrina como
de los actos políticos o de gobierno lo siguien- en la jurisprudencia, cual es el control efec-
te: “El interés nacional, el interés de la comuni- tuado por los órganos jurisdiccionales respec-
dad, exige que sus miembros se sometan a las to de los actos de gobierno. Como es fácil
medidas que se adopten en defensa de aquél,
cualquiera sea su regularidad jurídica. El acto 26 Vid. N. G ARRIDO C UENCA . El Acto de Go-
político –continúa– es, por consiguiente, una ca- bierno, op. cit., págs. 600 y 601.
tegoría jurídica caracterizada por la calidad o 27 En efecto, estos jueces, en el consideran-
grado de fuerza de las obligaciones y derechos do 3º del fallo minoritario, sostienen que “las con-
que crea e impone con fundamento en el interés ductas delictivas por las cuales se ha solicitado el
nacional”25. Vale decir, el acto de gobierno debe desafuero no se llevaron a cabo por los agentes del
definirse como una categoría jurídica dotada Estado motivadas por razones de orden personal,
sino que, como es de público conocimiento, por
motivos de naturaleza política, por cuanto, a jui-
23 Manual de Derecho Administrativo, Vol. cio de sus ejecutores, la adopción de medidas de
1, op. cit., pág. 708. esa naturaleza eran necesarias para la estabilidad
24 “La característica –señala L. L ÓPEZ G UE - del nuevo gobierno y la pacificación del territorio
nacional; por ello, no cabe sino concluir que esos
RRA – más destacada de la evolución del papel del
ilícitos constituyen actos de gobierno o de admi-
Poder Ejecutivo es su conversión en un órgano de
nistración del Estado”. En esta misma línea los
dirección política, que no solamente lleva a cabo
jueces contrarios al desafuero añaden que (con-
unas tareas específicas que le corresponden en ex- siderando 6º) “resulta evidente que los hechos ca-
clusiva, sino que también, y más generalmente, di- lificados como delitos, por los cuales se encuentra
rige la vida política estatal, incluyendo en ella el procesado el general Sergio Víctor Arellano Stark,
impulso a la actuación de otros órganos” (Introduc- y respecto de los cuales se atribuye participación
ción al Derecho Constitucional, Tirant lo Blanch, al Senador Pinochet, deben ser calificados como
Valencia, 1994, pág. 83). actos de administración, lo que lleva a la conclu-
25 Acto Político o de Gobierno, en Enciclo-
sión de que la Corte de Apelaciones carece de com-
pedia Jurídica Básica, Tomo I, Civitas, Madrid, petencia para pronunciarse si procede o no la for-
1995, pág. 199. mación de causa en su contra”.
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prever, las posiciones doctrinales y criterios En primer término cabe citar a M. Baena
de los autores no son necesariamente coinci- del Alcázar, quien, ya en la etapa preconstitu-
dentes. Por esta razón, resulta necesario efec- cional, ha resumido certeramente la proble-
tuar un breve análisis de los distintos puntos mática del control del acto de gobierno: “Es
de vista existentes en este tema, para lo cual un problema de carácter político porque se
se analizará tanto lo que ocurre en España refiere al control del Poder, pero es también
como en Chile. un problema jurídico porque se trata de mon-
tar ese control por medios y procedimientos
3.1. La doctrina española y el controvertido jurídicos y hacer que consista en definitiva en
asunto del control judicial de los actos el enjuiciamiento por los tribunales. Por ello
políticos o de gobierno se trata de un tema fronterizo entre Política y
Derecho”29. En definitiva, para este autor, lo
En España, el tema en cuestión ha dado que parece aconsejable es acercarse al pro-
lugar a un intenso debate doctrinal, derivado blema con una visión jurídica, manejando la
especialmente por la exigencia constitucional técnica jurídica, pero con plena conciencia de
de entera sumisión al Derecho de todos los que no se esté ante un frío elemento de teoría
poderes públicos (art. 9.1, Constitución espa- jurídica, sino ante una candente realidad po-
ñola), donde se incluye desde luego el con- lítica.
trol jurisdiccional de dicho sometimiento. A su vez, E. García de Enterría analiza
Principalmente, como se analizará, son dos las esta materia como un límite a la extensión
opciones que se han planteado de este deba- objetiva de la jurisdicción contencioso-admi-
te: 1) la que defiende la justiciabilidad uni- nistrativa. Y en definitiva, para este autor, la
versal, ante la jurisdicción contencioso-admi- doctrina del acto político es hoy inútil, por
nistrativa, de todos y cada uno de los actos de cuanto el criterio definido por la Constitución
la Administración, es decir, el control pleno española es la justiciabilidad universal de to-
de la acción gubernamental, por considerar dos y cada uno de los actos de la Administra-
que la normativa constitucional así lo obliga ción, no pudiendo existir, por ende, parcelas
(tesis sostenida fundamentalmente por E. inmunes al control judicial30 . Criterio que,
García de Enterría); y 2) la que diferencia de
la actuación administrativa, una acción guber-
nativa “no administrativa” y consecuente asig- 29 Los actos políticos del Gobierno en el
nación de su control al Tribunal Constitucio- Derecho español. Servicio Central de Publicacio-
nal, en el entendido de que dicha acción nes, Presidencia del Gobierno, Colección de Estu-
gubernamental no se encuentra en el supues- dios Nº 6, Madrid, 1978, págs. 15 y 16.
30 Dentro de la razones que esgrime E.
to del artículo 106.1 de la Constitución espa-
ñola, que sujeta a control judicial sólo las ac- GARCÍA DE ENTERRÍA sobre la justiciabilidad uni-
versal de todos y cada uno de los actos de la admi-
tuaciones administrativas (tesis mantenida,
nistración, se pueden destacar las siguientes:
entre otros, por L. Parejo Alfonso)28. a) La Constitución reconoce el derecho a una
justicia independiente y del libre acceso a los Tri-
28 Vid. P AREJO A LFONSO , L. “Comentarios a bunales, derecho expresamente extendido a lo con-
la ley de la jurisdicción contencioso-administrati- tencioso-administrativo y referible, por lo tanto, a
va de 1998”, en Revista Española de Derecho Ad- todos los actos y acuerdos de la Administración;
ministrativo, Nº 100, Madrid, octubre/diciembre de b) El art. 106.1 de la Constitución atribuye a
1998. pág. 69. Ver también: Comentarios a la ley los Tribunales el control “de la potestad reglamenta-
de la jurisdicción contencioso-administrativa de ria y de la legalidad de la actuación administrativa”;
1998, Civitas, Madrid, 1999, págs. 66-76. Sobre el c) El art. 24.1 de la Constitución consagra el
particular, del mismo modo, resulta interesante el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
análisis realizado, desde una perspectiva general a tribunales, “sin que, en ningún caso, pueda produ-
partir de la Constitución, sobre los actos de gobier- cirse indefensión”, es decir, sin que exista margen
no por J. B ARATA i MIR (vid. Los actos de gobier- alguno para la denegación de justicia;
no en el ámbito municipal, Tecnos, Madrid, 1999, d) El art. 103.1 de la Constitución declara el
págs. 25-63). “sometimiento pleno a la Ley y al Derecho” de la
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para un sector de la doctrina, ha sido acogido constitucionalmente atribuidas33, formula el


en la nueva Ley 29/1998 (de 14 de julio) siguiente interrogante: “¿Qué implica al res-
reguladora de la jurisdicción contencioso-ad- pecto la cláusula de dirección política? Pare-
ministrativa. ce –señala el autor citado– que la contesta-
Por otro lado, y en una posición argu- ción habrá de ser que el gobierno habría de
mental distinta, L. López Guerra31 señala que contar con las facultades instrumentales nece-
la pregunta a contestar en esta materia sería, sarias para llevar a cabo, desde una posición
no ya lo que no puede hacer el Gobierno (tí- directiva, las tareas que constitucionalmente
pica de los trabajos relativos a la reserva de se le encomiendan”34. Respuesta que da ca-
ley) sino lo que puede hacer el Gobierno y, bida a la existencia de los actos políticos o de
más concretamente, ¿qué es lo que sólo pue- gobierno, como aquellas actuaciones del Po-
de hacer el Poder Ejecutivo, dentro de un der Ejecutivo no reconducibles, empero, a la
ámbito cerrado a los demás órganos constitu- mera ejecución de normas legales ni, en con-
cionales? Para responder este interrogante se secuencia, revisables jurisdiccionalmente a la
basa, fundamentalmente, en el ámbito propio luz de éstas como único parámetro35.
del Poder Ejecutivo que le reserva la Consti-
tución en su artículo 97, cuando le atribuye el 33 Dentro de esta argumentación, como ex-
ejercicio de la dirección política. Hecho que presa N. GARRIDO C UENCA, el problema de consi-
además, para este autor, justificaría el plan- derar el acto de gobierno como un acto constitu-
teamiento de una reserva de Gobierno o re- cional, reside en determinar el ámbito y contenido
serva de Administración, frente a los demás de la dirección política, lo que requiere un esfuer-
poderes del Estado32. zo hermenéutico de concretización de su significa-
do constitucional. Para ello, agrega, no es posible
Además L. López Guerra, dentro de su
limitar el debate del acto de gobierno a la mera ló-
concepción del acto de gobierno, como acti- gica de las relaciones entre Poder Ejecutivo y Po-
vidad resultante del ejercicio de competencias der Judicial, sino que es necesario enmarcarlo tam-
bién dentro de la dinámica de las relaciones entre
el Poder Legislativo y el Ejecutivo y, en especial,
administración, lo que excluye cualquier espacio en la construcción de una posición institucional del
para la razón de Estado. En general señala que se Gobierno con un mayor o menor grado de subordi-
vulneraría un principio esencial del Estado de De- nación parlamentaria (vid. El Acto de Gobierno, op.
recho, cual es el control judicial sobre cualquier cit., págs. 616-623).
34 “Funciones del Gobierno y dirección polí-
actuación de la administración;
e) El art. 2.b) debe considerarse derogado a tica”, en Documentación Administrativa, op cit.,
partir de la entrada en vigor del nuevo texto consti- pág. 32.
35 Dentro de esta misma lógica argumental
tucional y ser eliminado, en la próxima revisión de
A. GALLEGO ANABITARTE ha expresado lo siguien-
la misma (vid. E. G ARCÍA DE E NTERRÍA y T. R.
te: “función ejecutiva puede referirse al concepto
F ERNÁNDEZ . Curso de Derecho Administrativo,
originario del poder ejecutivo, que absorbió apa-
Tomo I, Civitas, Madrid, 1995, págs. 554 y 555).
31 “Funciones del Gobierno y dirección polí- rentemente la idea de Gobierno, como una activi-
dad libre y creadora, pero que indudablemente es-
tica”, en Documentación Administrativa, Nº 215,
taba latente en dicho concepto, junto, o más bien
Madrid, 1988, págs. 15-40. por encima, del concepto de Administración, o fun-
32 También en este sentido L. L ÓPEZ G UE -
ción encargada de ejecutar y aplicar las leyes. Así,
RRA expresa lo siguiente: “La evolución de los re- pues –prosigue–, habría que enfrentar los concep-
gímenes constitucionales europeos muestra inequí- tos de “función ejecutiva” y de “actuación admi-
vocamente una tendencia hacia la revalorización del nistrativa”; sólo ésta está sometida al control de los
papel del poder ejecutivo como poder de dirección Tribunales (art. 106.1 C.e.), pero la primera tan sólo
política; y ello viene unido a una revisión con res- lo estará en cuanto suponga una verdadera y sim-
pecto a la fuente de legitimación de ese poder, y a ple “actuación administrativa”, pero no en cuanto
la introducción de considerables innovaciones en encarne el viejo poder ejecutivo, expresión del
el marco del régimen parlamentario” (La función Gobierno y de la política” (“Función ejecutiva, ac-
de control de los parlamentos: problemas actua- tuación administrativa y discrecionalidad”, estudio
les. En la obra colectiva El Parlamento y sus trans- que sirve de prólogo a A. Mozo Seoane, La
formaciones actuales, como editor Angel Garrorena Discrecionalidad de la Administración Pública en
Morales, Tecnos, Madrid, 1990, pág. 238). España, Montecorvo, Madrid, 1985, págs. 23 y 24).
100 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

Por esta razón, el profesor L. Ortega orden judicial contencioso-administrativo; su-


Alvarez plantea sobre el tema la siguiente ar- pone tan sólo que ese control no es sin más el
gumentación: “En la medida en que al Gobier- previsto en el artículo 106.1 CE (correspon-
no se le confunda plenamente como Adminis- diéndole directamente, de no proceder el ju-
tración, en su papel de ejecutor de la Ley, toda dicial, al Tribunal Constitucional)”37.
su actividad estará presidida formalmente por Para A. Embid Irujo, la jurisprudencia
el principio de legalidad y, dado que el poder española –por lo menos hasta antes de la en-
judicial sólo conoce como límite el imperio trada en vigor de la nueva Ley reguladora de
de la Ley, este poder está predeterminado a lo contencioso-administrativo– parte del he-
un control absoluto de toda la acción del Eje- cho de que el acto de gobierno lo es por su
cutivo en relación al paradigma del Dere- propia naturaleza intrínseca, debiéndose exa-
cho(...) Mientras que, afirmada una posición minar caso por caso la naturaleza del acto en
constitucional del Gobierno como poder, cuya concreto, apelando a la “sensibilidad jurídica
definición no se origina en el Parlamento ni casuística” del órgano jurisdiccional. De este
sus funciones las determina exclusivamente modo, para este autor, cuando los Jueces y
la Ley, resulta que la acción del Gobierno no Tribunales se enfrentan a un acto dictado por
está presidida en su totalidad por la función un órgano político en ejercicio de su función
ejecutiva y, por ende, el poder judicial limita- política, deberán declarar, en principio, la
do al paradigma de la Ley, debería respetar la inadmisibilidad del recurso contencioso-ad-
autonomía constitucionalmente derivada”36. ministrativo, y, por tanto, abstenerse de en-
Esta misma línea argumental, pero com- juiciar. No obstante, señala A. Embid Irujo,
plementada, es posible encontrarla en el pro- siempre que sea posible, se deberá controlar
fesor L. Parejo Alonso, quien parte del supues- si las legítimas y necesarias apreciaciones y
to de que los actos que produzca el Gobierno decisiones políticas se hacen dentro de los lin-
en ejercicio de su función de dirección políti- deros previamente marcados por el legislador.
ca interior y exterior (art. 97 de la Carta espa- Todo ello –señala–, sin perjuicio, en último
ñola), no pueden conceptuarse como adminis- término, de la intervención judicial para de-
trativos, y, por ende, no pueden estar sujetos terminar la exigencia de responsabilidad ad-
al control judicial a que se refiere el art. 106.1 ministrativa por los daños y perjuicios produ-
de la Constitución española, ya que dicha dis- cidos por la actuación que se juzga política38.
posición circunscribe su mandato sólo a los Revisando la jurisprudencia sobre el
actos de la Administración y no del Gobier- tema en cuestión se pueden destacar algunas
no. Sin embargo, al igual que la jurispruden- sentencias en particular, tanto del Tribunal
cia que ha venido a extender efectivamente Constitucional como del Tribunal Supremo.
su control a los actos de gobierno sobre la base Resulta interesante, en primer lugar, ci-
precisamente del reconocimiento de su dife- tar la Sentencia del Tribunal Constitucional
rente naturaleza con los propiamente admi- 45/1990 (sobre dación de medios materiales
nistrativos, L. Parejo Alfonso equipara los a la Administración de Justicia del País Vas-
“conceptos jurídicamente asequibles” de la ju- co), donde se destaca la doctrina del Tribunal
risprudencia a los elementos reglados del acto relativa a los actos de gobierno. En efecto, se
de gobierno, posibilitando con ello un ámbito reconoce en esta sentencia lo siguiente:
concreto de control. Razón por la cual este
autor concluye señalando: “La distinta natu- “(...) no toda la actuación del Gobier-
raleza de estos actos no significa, como es ob- no, cuyas funciones se enuncian en el
vio, exención de cualquier control jurisdiccio-
nal, ni siquiera, en su caso, del que realiza el
37 Manual de Derecho Administrativo, Volu-
men 1, op. cit., págs. 709 y 710.
36 Comentario que se encuentra incluido en 38 Vid. “La justiciabilidad de los actos de
el prólogo de la obra de N. Garrido Cuenca, El Acto Gobierno”, en Documentación Administrativa,
de Gobierno, op. cit., pág. 34. Nº 220, octubre-diciembre de 1989, págs. 40-50.
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 101

art. 97 del texto constitucional está su- En fin, la Sentencia del Tribunal Cons-
jeta al derecho administrativo. Es indu- titucional 220/1991 concluye diciendo que el
dable, por ejemplo, que no lo está las ejercicio de las funciones gubernamentales
que se refieren a las relaciones con otros propias “son susceptibles de control político
órganos constitucionales (actos que re- y parlamentario –y en última instancia elec-
gula el Título V de la Constitución), o la toral– pero no revisables, en general, desde
decisión de enviar a las Cortes un pro- consideraciones de corrección política, so
yecto de ley u otras semejantes, a través riesgo de pretender una judialización inacep-
de las cuales el Gobierno cumple con la table de la vida política, no exigida en modo
función de dirección política que le atri- alguno por la Constitución española y poco
buye el art. 97 de la Constitución espa- conveniente en el normal funcionamiento de
ñola”. Y define esta última función –de la actividad política de las Cámaras legisla-
dirección política– de la siguiente for- tivas y del Gobierno”. Por ello mismo, el Tri-
ma: “(...) a este género de actuaciones bunal reitera que no le corresponde decidir si
del Gobierno, diferentes de la actuación la actuación gubernamental “es políticamen-
administrativa sometida a control judi- te oportuna” sino tan sólo comprobar la vul-
cial, pertenecen las decisiones que otor- neración de los derechos fundamentales que
gan prioridad a unas u otras parcelas en ésta se han podido producir, puesto “que
de acción que le corresponde, salvo que el cauce de control de tal actuación guberna-
tal prioridad resulte obligada en ejecu- mental es el de la acción política de los par-
ción de lo dispuesto en las leyes”. lamentarios; lo contrario sería suplantar la
acción política por la de este Tribunal, con
Del mismo modo, en posterior Senten-
manifiesto exceso en el ejercicio de su fun-
cia del Tribunal Constitucional 196/1990, se
ción y competencias, más allá de los límites
aclara más aún la doctrina jurisprudencial so-
que le son propios”.
bre el tema de los actos de gobierno, al decir-
A su vez, cabe mencionar la Sentencia
se que en tales casos “el Gobierno actúa como
de la 3ª Sala del Tribunal Supremo de 28 de
órgano político, no ejerce potestades admi-
junio de 199440, que parte del siguiente su-
nistrativas ni dicta actos de esta naturaleza
y, por lo mismo, su actuación no cabe califi-
carse como administrativa cuyo control ción de las lesiones de derechos fundamentales que
corresponda a los tribunales de justicia(...) excepcionalmente tengan lugar en dicho campo”,
argumento plenamente ajustado a la Consti- esto es, el campo de las relaciones políticas o
tución pues la solución contraria podría des- institucionales entre Ejecutivo y Legislativo. Se
naturalizar el juego democrático entre aque- completa así la doctrina establecida en la STC 45/
llas instituciones”39. 90 (vid. L. L ÓPEZ G UERRA , Las sentencias básicas
del Tribunal Constitucional, Centro de Estudios Po-
líticos y Constitucionales, Madrid, 1998, págs. 413-
39 En el presente caso le corresponde al Tri- 424).
bunal Constitucional pronunciarse sobre las vías de 40 En cuanto a los hechos, la Unión Judicial
control de un acto de gobierno producido en el seno Independiente, la Asociación Profesional de la
de las relaciones políticas entre los poderes Legis- Magistratura y la Asociación de Fiscales interpu-
lativo y Ejecutivo. El Tribunal estima que se trata sieron sendos recursos contencioso-administrativos
de materias sustraídas al control judicial conten- contra el Real Decreto 364/1992 de 10 de abril, por
cioso-administrativo, en cuanto el Gobierno (aquí el que se nombró Fiscal General del Estado a D.
el Gobierno de la Comunidad Autónoma del País Heligio Hernández Gutiérrez, y contra la desesti-
Vasco) actúa “como órgano político y no de la Ad- mación de los recursos de reposición interpuestos
ministración”. Pero ello no implica la carencia de contra el mismo. Una vez acumulados, los recur-
control, en el caso de que se vean afectados dere- sos son estimados por medio de la presente Sen-
chos fundamentales. Por una parte, existen los tencia, en la que se declara la nulidad del Real De-
métodos comunes de control parlamentario, pero, creto impugnado, al entender que no se cumplía el
además, le corresponde al mismo Tribunal Consti- requisito objetivo de quince años de ejercicio efec-
tucional “el conocimiento y, en su caso, la repara- tivo de una profesión de jurista.
102 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

puesto: De un lado se reconoce la existencia fiesto nuevamente la obligación de asumir el


objetiva de unos actos de dirección política control judicial, cuando el legislador haya
del Gobierno, en principio inmunes al con- definido mediante conceptos judicialmente
trol jurisdiccional de legalidad, aunque no a asequibles los límites o requisitos previos a
otros controles, como son los derivados de la los que deben sujetarse dichos actos de direc-
responsabilidad política o al tratamiento ju- ción política; en cuyo supuesto se debe acep-
dicial de las indemnizaciones que puedan ori- tar el examen de las eventuales extralimi-
ginar. Pero de otro, la sentencia no excluye taciones o incumplimiento de los requisitos
aquel control cuando el legislador haya defi- previos en que el Gobierno hubiera podido
nido mediante conceptos judicialmente ase- incurrir al tomar la decisión. Sin embargo,
quibles los límites o requisitos previos a que como señala B. Lozano, en este caso “el Tri-
deben sujetarse dichos actos de dirección po- bunal Supremo no se ha limitado a enjuiciar
lítica; por ello, a juicio de la sentencia, en este el acto del Gobierno desde la estricta pers-
caso los Tribunales deben aceptar el examen pectiva de su sometimiento a la Ley, a los ele-
de las eventuales extralimitaciones o incum- mentos reglados establecidos por el legisla-
plimiento de los requisitos previos en que el dor(...) sino que ha aplicado la técnica del
Gobierno hubiera podido incurrir al tomar la control por los preceptos y valores constitu-
decisión. De este modo, esta doctrina se mue- cionales y, en concreto, del juicio sobre la
ve en la importante tradición de la jurisdic- concurrencia o no en el acuerdo recurrido de
ción contencioso-administrativa dirigida a una violación del derecho a la tutela judicial
reducir las inmunidades del Poder Ejecutivo, efectiva” 42. Más concretamente, ha sido en
posibilitando, con ello, que las legítimas y este juicio de constitucionalidad donde el Tri-
necesarias apreciaciones y decisiones políti- bunal Supremo ha llevado a cabo una “pon-
cas de éste se hagan efectivamente dentro de deración y compatibilización de intereses
los linderos previamente marcados por el Po- constitucionales” (como dicen textualmente
der Legislativo. las sentencias), precisamente los de la segu-
Del mismo modo, las Sentencias de la ridad del Estado y la tutela judicial efectiva.
3ª Sala del Tribunal Supremo de 4 de abril de En cuanto a la Ley reguladora 29/1998
199741, resumen dos ideas fundamentales: Por de la Jurisdicción Contencioso-Administrati-
una parte, hacen referencia al concepto de va, cuya elaboración legislativa ha estado con-
sensibilidad jurídica casuística, propio del dicionada sin lugar a dudas por el debate doc-
ejercicio de la función judicial, a su vez, ne- trinal y jurisprudencial que antes se ha hecho
cesario para dar una solución satisfactoria al
concreto conflicto (en este caso el acto de 42 La desclasificación de los secretos de Es-
gobierno) que requiere una respuesta en De- tado, Civitas, Madrid, 1998, pág. 35. Sobre el par-
recho. Por otra parte, reiteran la anterior fun- ticular, también B. L OZANO, en este tema de las
damentación en el sentido de poner de mani- materias clasificadas, ha sostenido lo siguiente:
“No puede entenderse(...) que el acto político sea
insusceptible de control cuando(...) esté sometido
41 Cabe recordar que estas causas se origi- a límites establecidos por el ordenamiento jurídi-
nan cuando el Gobierno español, con fecha 2 de co” (“El sistema de conflictos jurisdiccionales, las
agosto de 1996, se negó a desclasificar los papeles materias clasificadas y el control judicial de la Ad-
del CESID reclamados por tres jueces, por enten- ministración”, en Revista Española de Derecho Ad-
der que afectaban la seguridad del Estado. Las sen- ministrativo, núm. 91, 1996, págs. 456 y siguien-
tencias judiciales en comento ordenan, en última tes). También sobre esta cuestión ver: G ARRIDO
instancia, desclasificar parcialmente algunos pape- CUENCA, N. “El episodio judicial de la desclasifica-
les clasificados como secretos, por cuanto no se ción de los papeles del CESID: las sentencias del
ajusta a Derecho el criterio del Gobierno de no Tribunal Supremo de 4 de abril de 1997. Paradojas
desclasificar. Por esta razón, se procedió a decla- y paralogismos de un conflicto entre la función de
rar la nulidad parcial del acuerdo del Consejo de Gobierno y el derecho a la tutela judicial efectiva”,
Ministros que denegó la desclasificación de los en Revista de Administración Pública, Nº 143,
documentos del CESID. mayo-agosto de 1997, págs. 229-263.
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 103

referencia, cabe destacar de ella la nueva dis- cambio sustancial en el tratamiento del con-
posición que regula específicamente el tema trol de los actos de gobierno, políticos o de
del control de los actos de Gobierno. Sobre el dirección política, y se atribuye un ámbito de
particular se expresa lo siguiente 43: fiscalización45: que, para algunos, es amplio,
“Artículo 2. El orden jurisdiccional con- por cuanto el contenido dispositivo de la ley
tencioso-administrativo conocerá de las cues- incluiría la totalidad de los actos del Gobier-
tiones que se susciten en relación con: a) La no y de los Consejos de Gobierno de las Co-
protección jurisdiccional de los derechos fun- munidades Autónomas en el ámbito del con-
damentales, los elementos reglados y la de- trol ejercido por el orden jurisdiccional
terminación de las indemnizaciones que fue- contencioso-administrativo; en cambio, para
ran procedentes, todo ello en relación con los otros, el ámbito es prefijado en cuanto a ele-
actos de Gobierno o de los Consejos de Go- mentos concretos, es decir, exclusivamente a
bierno de las Comunidades Autónomas, cual- los elementos reglados de los actos guberna-
quiera que fuese la naturaleza de dichos ac- tivos (excluyéndose, por ende, los elementos
tos(...)”. discrecionales de éstos) y, además, sobre los
De este modo se desprende que la nueva restantes elementos siempre que afecten a
redacción del artículo segundo trata de salvar derechos fundamentales (si bien a los solos
la polémica relativa a los actos de Gobierno o efectos de la preservación o el restablecimien-
de dirección política44. En efecto, se opera un to de tales derechos)46.
En la exposición de motivos de la nueva
Ley, se contienen una serie de postulados que
43
En esta materia, también habría que men- dan claridad de la justificación y ámbito de la
cionar en España dos tentativas legislativas que han reforma.
sido concretadas en leyes definitivas: Así, en la justificación de la misma se
1) En lo relativo a la Ley Reguladora de la expresa: “Sólo a raíz de la Constitución de
Jurisdicción Contencioso-Administrativa, existen
1978 se garantizan en nuestro país plenamen-
dos iniciativas legislativas: En primer lugar, el Pro-
yecto de Ley socialista de septiembre de 1995, don- te los postulados del Estado de Derecho y,
de se excluye del ámbito de la jurisdicción conten- entre ellos, el derecho de toda persona a la
cioso-administrativa, “el control de los actos del tutela judicial efectiva de sus derechos e inte-
Gobierno y de los Consejos de Gobierno de las Co- reses legítimos, el sometimiento de la Admi-
munidades Autónomas que se refieran a sus rela- nistración pública a la ley y al derecho y el
ciones con otros órganos constitucionales y control de la potestad reglamentaria y de la
estatutarios y los dictados en ejercicio de la fun- legalidad de la actuación administrativa por
ción de Dirección de la Política Interior y Exterior,
los Tribunales”. Del mismo modo, prosigue
sin perjuicio de las indemnizaciones que fueran
procedentes, cuya determinación sí corresponde al la exposición de motivos, se “pretende com-
orden jurisdiccional contencioso-administrativo”; pletar la adecuación del régimen jurídico del
asimismo, en segundo término, el Proyecto de Ley recurso contencioso-administrativo a los valo-
popular de 18 de junio de 1997, que en último tér- res y principios constitucionales, tomando en
mino se ha transformado en la nueva Ley regu- consideración las aportaciones de la jurispru-
ladora. dencia del Tribunal Constitucional y del Tri-
2) Y el Borrador de la Ley del Gobierno (no-
viembre de 1996) que, en su artículo 25, expresa lo
siguiente: “Del control de los actos del Gobierno. (...)
Los actos del Gobierno y de los órganos y 45 Vid. F ERNÁNDEZ -F ONTECHA , M. “La nue-
autoridades regulados en la presente ley son va Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la
impugnables ante la jurisdicción contencioso-ad- Jurisdicción Contencioso-Administrativa”, en In-
ministrativa, de conformidad con lo dispuesto en formativo otrosí, Publicación del Colegio de Abo-
su ley reguladora”. gados de Madrid, Nº 143 - 2ª Epoca, noviembre-
44 Vid. Comentarios a la Ley de la jurisdic- diciembre de 1998, pág. 23.
ción contencioso-administrativa, en AAVV, dirigi- 46 Vid. P AREJO A LFONSO, L. “Comentarios a
da por Jesús Leguina Villa y Miguel Sánchez la ley de la jurisdicción contencioso-administrati-
Morón, Lex Nova, Valladolid, 1999, págs. 49-55. va de 1998”, op. cit., págs. 73-76.
104 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

bunal Supremo, la nueva organización del Es- 4. La actuación del Gobierno es impugna-
tado y la evolución de la doctrina jurídica”. ble ante el Tribunal Constitucional en los
Por otro lado, en el ámbito o extensión términos de la Ley Orgánica reguladora
de dicha Jurisdicción, la Ley no recoge las del mismo”47.
exclusiones relativas a los actos políticos del
Gobierno a que se refería la ley de 1956. En En este caso, como se podrá ver, se re-
efecto, como también señala la exposición de mite el control de los actos del Gobierno a la
motivos, “la Ley parte del principio de some- Jurisdicción contencioso-administrativa, en la
timiento pleno de los poderes públicos al or- forma que prescribe su Ley reguladora. Y,
denamiento jurídico, verdadera cláusula regia como se ha expresado, ésta no recoge dentro
del Estado de Derecho. Semejante principio de las materias excluidas los actos políticos
es incompatible con el reconocimiento de del Gobierno. Con ello, en principio, se con-
cualquier categoría genérica de actos de au- firmaría el criterio doctrinal de la justiciabili-
toridad –llámense actos políticos, de Gobier- dad universal de todos y cada uno de los ac-
no, o de dirección política– excluida “per se” tos de la Administración.
del control jurisdiccional”. Y, prosigue, “se- Sin embargo, para L. Parejo Alfonso la
ría ciertamente un contrasentido que una Ley forma de regular la ley el ámbito del orden
que pretende adecuar el régimen legal de la jurisdiccional contencioso-administrativo des-
Jurisdicción Contencioso-administrativa a la miente, en cierto modo, la pureza del perfil
letra y al espíritu de la Constitución, llevase a de su exposición de motivos. En efecto, para
cabo la introducción de toda una esfera de ac- este autor, el verdadero ámbito de la ley con-
tuación gubernamental inmune al derecho”. duce a un reconocimiento legal implícito de
Por último, dentro de esta línea –contraria a lo negado enfáticamente en la exposición de
excluir del control judicial a los actos políti- motivos: la existencia de un ámbito de actua-
cos del Gobierno–, se expresa que: “la Ley ción gubernamental “no administrativo”. Y
señala –en términos positivos– una serie de concluye expresando: “Pues no otra cosa de-
aspectos sobre los que en todo caso siempre riva del inciso final del artículo 2.a): “cual-
será posible el control judicial, por amplia que quiera que sea la naturaleza de dichos actos”,
sea la discrecionalidad de la resolución gu- ya que implica que los producidos por el Go-
bernamental: los derechos fundamentales, los bierno y los Consejos de Gobierno pueden
elementos reglados del acto y la determina- tener y de hecho tienen una “naturaleza” que,
ción de las indemnizaciones procedentes”. no siendo administrativa, sólo puede ser, des-
Asimismo, la nueva Ley 50/1997 del de el punto de vista jurídico-público, consti-
Gobierno (de 27 de noviembre), regula tam- tucional”48.
bién en su artículo 26 lo relativo al control de Finalmente, como se ha tenido ocasión
los actos del Gobierno, que dice así: de ver, hasta la fecha la jurisprudencia espa-
ñola ha efectuado un control respecto a los
“1. El gobierno está sujeto a la Constitución elementos reglados introducidos por el legis-
y al resto del ordenamiento jurídico en lador y, por lo general, ha excluido el control
toda su actuación. de tales elementos cuando se trataba de actos
2. Todos los actos y omisiones del Gobier-
no están sometidos al control político de 47 Sobre el particular ver: P ORRAS R AMÍREZ ,
las Cortes Generales. J. M.ª “Función de dirección política y potestad
3. Los actos del Gobierno y de los órganos reglamentaria del Presidente del Gobierno, de
y autoridades regulados en la presente acuerdo con la ley 50/1997, de 27 de noviembre”,
en Revista de Administración Pública, Nº 146,
Ley son impugnables ante la jurisdicción
mayo-agosto de 1998, págs. 337-356.
contencioso-administrativa, de confor- 48 “Comentarios a la ley de la jurisdicción
midad con lo dispuesto en su Ley regu- contencioso-administrativa de 1998”, op. cit.,
ladora. pág. 72.
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 105

de gobierno que expresaban una relación con la administración del Estado corresponden al
otros poderes constitucionales como la diso- Presidente de la República, quien es el Jefe
lución de las Cortes 49, la negativa de la peti- del Estado”. Es decir, es la propia Carta Fun-
ción parlamentaria de información al Gobier- damental la que diferencia positivamente las
no o la iniciativa legislativa del Gobierno, funciones de gobierno y administración, y las
como asimismo los pertenecientes a las re- subsume en un solo órgano, el Jefe del Esta-
laciones internacionales. Sin embargo, la do. De este modo, cuando el Presidente de la
nueva Ley reguladora 29/1998, en su art. 2º, República –quien es el Jefe del Estado– emi-
cuando enfatiza el control de los elementos te actos como resultado del ejercicio de com-
reglados de los actos del Gobierno, “cualquie- petencias de gobierno que la Constitución le
ra que fuese su naturaleza”, puede dar lugar a atribuye, dicta productos que constituyen ac-
una jurisprudencia expansiva que controle los tos políticos de gobierno. Por ejemplo, cuan-
elementos reglados de la actuación guberna- do el Presidente de la República convoca a
mental establecidos en la propia Constitución, plebiscito por motivo de un proyecto de re-
incluso aquellos respecto de los cuales, hasta forma constitucional (art. 32, Nº 4), se mani-
ahora, se había excepcionado50. fiesta claramente una atribución gubernamen-
En definitiva, como ha quedado de ma- tal de naturaleza política, ya que por
nifiesto en la doctrina española citada, los intermedio de esta convocatoria de interés na-
actos políticos no son ni mucho menos un cional se trata de que el pueblo decida, a tra-
tema acabado. Sin embargo, lo que se ha tra- vés de una votación popular, los conflictos que
tado en las páginas anteriores constituye un surjan entre el Presidente y el Congreso en
importante referente instrumental para abor- torno a la reforma de la Constitución51.
dar el caso chileno. Hecho que, además, per- También en esta materia del control ju-
mitirá deducir conclusiones en este controver- dicial de los actos de gobierno la doctrina
tido asunto de los actos políticos y su control chilena se encuentra dividida en dos claras
jurisdiccional. posturas.
Por una parte, el profesor Silva Cimma
3.2. Los actos políticos o de gobierno y su aborda la materia de los actos políticos o de
control judicial, por vía de protección, en la gobierno, calificando este tipo de actos como
doctrina y jurisprudencia chilena: la una especie del género que representan los
insuficiencia de su tratamiento actos propiamente administrativos, y, a con-

En Chile, siguiendo al profesor E. Silva 51 Vid. V ERDUGO M ARINKOVIC , M; P FEFFER


Cimma, el Jefe del Estado, en ejercicio de sus U RQUIAGA , E.; N OGUEIRA A LCALÁ , H. Derecho
potestades jurídicas, puede dictar actos desti- Constitucional, Tomo II, Editorial Jurídica de Chi-
nados al gobierno y administración del Esta- le, Santiago, 1994, pág. 38. Sobre este tema, por
do, o sea, de contenido político o guberna- ejemplo, el 21 de mayo de 1999, en su última cuenta
mental y propiamente administrativos. Esta general a la Nación ante el Congreso pleno, el ex
Presidente Eduardo Frei anunció su intención de
facultad se deriva del artículo 24 de la Carta
convocar a plebiscito, con el fin de solucionar, por
Política, el cual expresa que “El gobierno y esta vía, las diferencias que existen con el Congre-
so Nacional (más específicamente con los grupos
políticos vinculados al régimen anterior) en torno
49 Sin embargo, cabe recordar que también a importantes reformas constitucionales pendien-
sobre este tema existe jurisprudencia, basada en los tes, las cuales pretenden lograr una parcial demo-
“conceptos judicialmente asequibles”, que ha con- cratización de la actual Carta Política (vid. El País,
trolado un acto de gobierno de disolución de un 22 de mayo de 1999, pág. 7). Igualmente, el actual
Parlamento regional: Sentencia de 15 de julio de Presidente de la República Ricardo Lagos, a pocos
1997, de la 3ª Sala del Tribunal Supremo. días de asumir su mandato, manifestó su intención
50 Así lo pone de manifiesto el profesor L. de convocar a plebiscito, cuando fuere procedente,
ORTEGA ALVAREZ en el prólogo del libro El acto con el objeto de reformar la Constitución (vid. El
de Gobierno, op. cit., pág. 38. País, 14 de marzo de 2000, pág. 2).
106 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

sideración de ello, plantea su plena recurribili- patible con la potestad atributiva que posee el
dad ante la justicia ordinaria, excluyendo por Presidente de la República dentro de la es-
ende toda posibilidad de exención jurisdiccio- tructura constitucional y, por ende, con el sis-
nal. En efecto, señala: “Se ha indicado tam- tema de control judicial en vigor.
bién al acto político o de gobierno como una En este punto cabe recordar que en el
excepción a la legalidad. Sin perjuicio –con- Derecho chileno la teoría del “acto adminis-
tinúa– de expresar desde luego que el acto po- trativo” es esencialmente orgánico-formalis-
lítico no aparece hoy día bien delimitado con ta55. De este modo, tanto el acto de gobierno
respecto al acto genéricamente administrati- como el acto propiamente administrativo ema-
vo, y ya hay muchos que niegan su existen- nan de un mismo órgano, el Presidente de la
cia, no podemos menos que indicar nuestro República, quien lo materializa mediante la
desacuerdo con el criterio, aún dominante, de forma del decreto supremo, y como tal es
que el acto político no sería recurrible en vía siempre recurrible ante los tribunales ordina-
jurisdiccional y con ello permitiría, ínsitamen- rios de justicia. Razón por la cual, no obstan-
te, constituir excepciones a la legalidad”52. te su igual materialización formal en el de-
Dentro de esta misma lógica, el profe- creto supremo, resulta de vital importancia
sor E. Silva Cimma (quien no encuentra en el lograr su diferenciación, en especial al mo-
acto de gobierno ninguna razón sustancial que mento de efectuar su labor verificadora la ju-
lo distinga del acto administrativo) señala que risdicción ordinaria (particularmente por vía
los distintos campos de acción del jefe del de la acción de protección), cuya valoración,
Ejecutivo, administración y gobierno, apare- como es obvio, debe ser distinta según sea el
cen, respectivamente, en relación de género a tipo de acto en cuestión. Así, por ejemplo, la
especie. De esta forma, advierte, “serían de discrecionalidad es un elemento característi-
la “especie” políticos o de gobierno, sin dejar co de los actos de gobierno, y no siempre es
de pertenecer al “género” de actos propiamen- así en los actos propiamente administrativos.
te administrativos”53 . Y para concluir señala: Por esta misma razón, para J. L. Cea Egaña
“En lo que concierne a nuestro derecho, la “la clave de la distinción entre gobierno y ad-
verdad es que esta distinción carece de im- ministración sigue siendo la distinta natura-
portancia, en primer término, porque los fun- leza de los actos de gobierno o políticos y los
damentos de una u otra [potestad] creemos que de administración, dominando en los prime-
son los mismos: la potestad del gobierno o la ros un criterio de discrecionalidad y en los se-
potestad de la administración del Estado es- gundos una idea de funciones y servicios pú-
tán entregadas al mismo órgano. En segundo blicos reglados jurídicamente”56.
lugar, están sometidos al mismo régimen de Del mismo modo, hay que agregar igual-
control preventivo de legalidad y, en tercer mente que el acto de gobierno, como tal, siem-
término, su control jurisdiccional creemos que
en el derecho chileno, a partir de 1989, cabe
por entero dentro de la competencia asumida 55 Es decir, aquella que hace referencia al

por los tribunales ordinarios”54. Sin embargo poder u órgano de quien emana. Dicho en otros tér-
se cree que, de acuerdo a lo que se argumen- minos, y siguiendo al profesor S ILVA CIMMA, “en
tará luego, la existencia de este tipo de actos el Derecho chileno para definir el acto administra-
tivo, es irrelevante que ese acto sea de aplicación
políticos del Gobierno es perfectamente com-
general o no. Habrá que recurrir simplemente –pro-
sigue el autor citado– a un concepto orgánico for-
mal, es decir, atender al órgano de quien emana y
52 Derecho Administrativo Chileno y Com- al conjunto de formalidades que deben cumplirse
parado. Introducción y fuentes, Editorial Jurídica para su dictación” (Derecho Administrativo Chile-
de Chile, Santiago, 1996, págs. 42 y 43. no y Comparado. Actos, Contratos y Bienes, op.
53 Derecho Administrativo Chileno y Com- cit., pág. 12).
parado. Actos, contratos y bienes, Editorial Jurídi- 56 “Fiscalización política o control judicial
ca de Chile, Santiago, 1995, pág. 71. del acto de gobierno”, en Gaceta Jurídica, Nº 137,
54 Ibídem, págs. 73 y 74. noviembre de 1991, pág. 15.
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 107

pre contiene determinados elementos de en- gundo, 32 Nº 8, 33, inciso primero y 35, prin-
juiciamiento, por cuanto, como expresa L. cipalmente). En la primera de esas subfuncio-
Parejo Alfonso, “los apoderamientos discre- nes, de ejercicio menos frecuente que las res-
cionales [como es el caso del acto de gobier- tantes, el Jefe del Estado dicta actos de
no] descansa[n] en la comprobación elemen- gobierno, mientras que en la tercera de ellas
tal, pero relativamente reciente, de que las obra a través de actos administrativos.
potestades discrecionales y las regladas no ”El acto de gobierno –continúa–, que no
constituyen fenómenos rígidamente separa- puede ni debe confundirse con los actos del
dos, mundos independientes que nunca se gobierno según los artículos 48 Nº 1 y 49, in-
entrecruzan”57, lo que excluye, como se ana- ciso final de la Constitución, decide cuestio-
lizará a continuación, cualquier tipo de exen- nes excepcionales que interesan a lo público,
ción “a priori” de control judicial. En caso orientando al Estado, dirigiendo a la socie-
contrario se plantearía la existencia de deter- dad política, pronunciándose sobre los inte-
minadas decisiones del Gobierno que sean reses nacionales, internos y externos, o resol-
ajenas al Derecho, lo que es insostenible en viendo, con prontitud y ante circunstancias no
un verdadero Estado constitucional, pues bajo previstas, en materias trascendentes de rele-
ninguna circunstancia puede existir una cate- vancia general para el país.
goría de actos excluidos del principio de la ”En este tipo de acto –prosigue–, el go-
tutela judicial efectiva. Dentro de este con- bernante obra en función, usual pero no úni-
texto se circunscribe la plena procedencia de camente, de elevados objetivos políticos, con
la acción de protección cuando se vulneren, amplia libertad, pero dentro de la Constitu-
por vía de un acto de gobierno, derechos fun- ción y la ley, en punto a la evaluación de las
damentales constitucionalmente garantizados, situaciones, cursos de acción, elección entre
ya que, como bien expresa A. Embid Irujo, alternativas, iniciativa, sentido y contenido de
“el carácter de acto de Gobierno no justifica las determinaciones que adopte, oportunidad
la inmunidad judicial cuando se ha producido y modalidad de ejecución, etc., asumiendo la
la violación de un derecho fundamental”58. plena responsabilidad política consiguiente.
Otra cosa muy distinta es la idea de que la ”Como Jefe del Estado, por ende, el Pre-
actuación gubernamental, en esta situación de sidente de la República dicta, según criterios
dirección política, aparezca como la actividad de razonabilidad y prudencia, actos de gobier-
más libre (de “máxima discrecionalidad”) de no que incumben a su alta función política.
todas las que se realizan en el Estado59. Por esta razón dichos actos –concluye–, de-
Desde otra perspectiva, el profesor J. L. nominados acts of State en Inglaterra o
Cea Egaña expresa su fundamentación basa- Political Questions en los Estados Unidos, no
do en las normas constitucionales: “El órga- son revisables en sede jurisdiccional, sino que
no Presidente de la República es titular de la sólo fiscalizables en su oportunidad, mérito o
función gubernativa. Esta abarca las subfuncio- conveniencia por la Cámara de Diputados,
nes política o gubernativa en sentido estricto, esto es, por la rama política del Congreso
ejecutiva y administrativa, las cuales lleva a (Constitución de 1980, artículo 48 Nº 1 y ar-
efecto dicho órgano por actos de índole dife- tículo 49, inciso final, preceptos en que apa-
rente, aunque su rasgo de manifestación co- rece la locución genérica Actos del Gobier-
mún sean los decretos supremos (Constitución no, comprensiva de la especie Acto de
de 1980, artículos 24, incisos primero y se- Gobierno)”60.

57 Manual de Derecho Administrativo, Vol. 1, 60 “Fiscalización política o control judicial


op. cit., pág. 470. del acto de gobierno”, en Gaceta Jurídica, op. cit.,
58 “La justiciabilidad de los actos de Gobier- págs. 13 y 14. Sobre este tema ver también:
no”, op. cit., pág. 32. LOEWENSTEIN , K. Teoría de la Constitución, Ariel,
59 Vid. N. G ARRIDO C UENCA . El Acto de Go- Barcelona, 1986, págs. 313 y 322. La doctrina ex-
bierno, op. cit., pág. 626. puesta por el profesor J. L. C EA EGAÑA es coinci-
108 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

Dicho lo anterior, y a modo de sintetizar tículo 24 de la Carta Fundamental, jus-


el estado de la cuestión, se estima que existen tifica el establecimiento de una “reserva
en Chile cuatro particularidades que es preci- de Gobierno” frente a los demás pode-
so destacar respecto al complejo tema de los res, especialmente ante el Legislativo.
actos de gobierno y su control judicial: Por esta razón, este tipo de actos, por su
naturaleza, reflejan también en Chile el
a) El acto de gobierno –a diferencia de Es- claro principio de separación de los po-
paña– es de atribución exclusiva del Pre- deres de su régimen presidencialista y,
sidente de la República, en su calidad de por tanto, defienden un ámbito reserva-
Jefe del Estado y supremo administra- do para el Gobierno, cuya atribución está
dor (art. 24). Desde este punto de vista, inspirada en un telos específicamente po-
todo acto de gobierno es un acto del lítico.
Gobierno (es decir, del Presidente de la c) El acto de gobierno en Chile lo es por su
República exclusivamente), pero no pue- propia naturaleza intrínseca (es decir, es
de ni debe confundirse el acto de gobier- un acto de gobierno “por naturaleza”) y
no con los actos del gobierno (que pue- no por el móvil político que persiga62.
den emanar, además del Presidente de la De ahí que se deberá examinar caso por
República, también de sus colaborado- caso la naturaleza del acto en concreto,
res directos, tales como los Ministros de apelando para ello a la sensibilidad ju-
Estado, los Subsecretarios, Intendentes, rídica casuística del órgano jurisdiccio-
Gobernadores, etc.)61. nal, como asimismo a la medida de
b) La atribución constitucional de compe- vinculación jurídica del acto que exista
tencias del Jefe del Estado para dictar en el ordenamiento 63. Vinculación que
actos de gobierno de conformidad al ar- –si no a la ley, sí al menos a la Constitu-

dente también con el criterio seguido en esta mate- 62 Sobre este punto conviene recordar, como
ria por la Comisión constituyente de la Carta Fun- bien es sabido, que ya en 1875 el Consejo de Es-
damental: “El señor Bertelsen expresa que, eviden- tado francés abandona la teoría del móvil y la sus-
temente, debe hacerse la distinción, difícil pero tituye por la llamada teoría de los actos de go-
posible, que la doctrina indica entre actos de go- bierno “à raison de sa nature” (vid. E. GARCÍA DE
bierno y actos administrativos. Los primeros, como E NTERRÍA , La lucha contra las inmunidades del
es indudable, no pueden ser objeto de un control poder, Civitas, Madrid, 1989, pág. 57). Del mismo
de nulidad; pero los segundos, sí. Estos últimos son modo N. G ARRIDO CUENCA señala: “El acto de go-
de ordinaria ocurrencia: disposiciones de jefes de bierno se define por su naturaleza peculiar, deriva-
servicio, de autoridades regionales, que son, en da por la competencia constitucional de dirección
definitiva, los actos que en forma más directa e in- política, no por la intencionalidad o móvil político
mediata afectan a los particulares(...)”. “El señor que pueda incorporarse en cualquier decisión –que
Ortúzar (Presidente) agrega que es evidente que, no es lo mismo, pese a que a veces se quiera con-
como lo manifestaba el señor Bertelsen, en ningún fundir”. (El Acto de Gobierno, op. cit., pág. 45).
caso esta atribución podría llegar al extremo de 63 En este sentido M. BACIGALUPO , hacien-
dejar sin efecto los actos de gobierno. Pero respec- do referencia a la doctrina alemana actual sobre el
to de los actos administrativos, en ciertos casos(...) tema de los actos de gobierno, señala lo siguiente:
cree que tiene que haber algún órgano jurisdiccio- “La garantía jurisdiccional (ordinaria) de cuales-
nal que pueda, en un momento dado, dejarlos sin quiera derechos subjetivos frente a los poderes pú-
efecto (...)” (Actas Oficiales de la Comisión de blicos (art. 19.4 de la Ley Fundamental de Bonn)
Estudio de la Nueva Constitución, GendarChile, supone, según se piensa en Alemania, que no es el
Santiago, 1977, sesión 309, págs. 1.436 y 1.442). carácter político o no de los actos de los poderes
61 Distinción que reviste importancia, por cuan- públicos, sino sólo la medida de su vinculación
to la Cámara de Diputados, conforme al art. 48, Nº 1 jurídica –muy dispar, a veces– lo único que deter-
de la Constitución, es competente para fiscalizar di- mina la posibilidad y, en su caso, la extensión del
chos actos del Gobierno (que no son actos de gobier- control judicial ordinario de su juridicidad” (La
no propiamente tales), apreciando políticamente la discrecionalidad administrativa, Marcial Pons,
oportunidad, el mérito o la conveniencia del mismo. Madrid, 1997, pág. 52).
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 109

ción y al Derecho– existiría siempre, cuanto atribución constitucionalmente


aunque sólo sea a través de los derechos reservada66 (de ahí que la jurispruden-
fundamentales o de los principios cons- cia española hable en esta situación de
titucionales y principios generales del una inmunidad radical de los actos de
Derecho que rigen la actuación de todos gobierno “de relación entre poderes
los poderes públicos64. constitucionales”67 ). Así, por ejemplo,
De esta forma, como se aprecia, el pro- el Presidente de la República, dentro de
blema aquí se traslada a la esfera del su potestad de gracia, posee la atribución
control judicial y al grado de vincula- constitucional de otorgar indultos parti-
ción jurídica que determina el ordena- culares “en los casos y formas que de-
miento respecto del acto. Por esta razón, termine la ley” (art. 32, Nº 16). De acuer-
sobre el particular N. Garrido Cuenca do al tenor de esta norma, cabría pensar
señala certeramente lo siguiente: “Nos que el Ejecutivo poseería un estrecho y
encontramos aquí con el elemento reglado ámbito de acción 68. Sin embar-
definidor del acto de gobierno más difí- go, se estima que el acto de indultar en
cil de precisar “a priori”, más cuando se sí mismo, no obstante la limitación cons-
trata de un criterio [“por naturaleza”] titucional y los requisitos de forma exi-
que, a nuestro juicio, sólo adquiere sig- gidos por la ley, se traduciría en un acto
nificación y llena de contenido confron- discrecional de gobierno. Razón por la
tado con el supuesto concreto de hecho cual el control jurisdiccional solamen-
del que se predique tal naturaleza políti- te podría abocarse a un examen de
ca. Unas veces –continúa–, ésta se en- juridicidad de requisitos formales que
contrará absolutamente clara(...) En otras permiten su ejercicio, pero en ningún
ocasiones, habrá que analizar si el acto caso revisar la atribución constitucional
concreto es ejecución directa de este que confiere dicha potestad de gracia, y
mandato constitucional, en ausencia de cualquier tipo de revisión en este senti-
regulación jurídica y parámetro de lega-
lidad, y cabe entenderla como manifes-
tación de la función de dirección políti- 66 En este sentido deben ser entendidas las
ca; o si es que existe una determinada palabras de la profesora L. B ULNES A LDUNATE ,
regulación jurídica atributiva de una quien sobre el particular señala: “Cuando los actos
competencia gubernamental que previe- provienen de las autoridades políticas, como serían,
ne y viene justamente a garantizar el ca- por ejemplo, las facultades privativas del Presiden-
te de la República(...) en ese supuesto las sanción
rácter político de la actuación”65.
de esos actos sólo está sujeta a las facultades
d) Por último, y en relación con todo lo an- fiscalizadoras de la Cámara de Diputados y no cabe
terior, reafirmada la posición constitu- por la exigencia de la armonía que deba existir en-
cional del Gobierno como poder, la la- tre las distintas disposiciones constitucionales que
bor de los jueces se debe necesariamente el Poder Judicial pueda por el recurso de protec-
encaminar a respetar dicha autonomía o ción interferir en esas atribuciones” (“El recurso
reserva constitucional, especialmente en de protección y las atribuciones exclusivas del Se-
su labor de verificación o control de los nado y de la Cámara de Diputados”, en Revista Chi-
lena de Derecho, vol. 16, Nº 2, 1989, pág. 202).
actos de gobierno. Por ello, en princi- 67 Vid. N. G ARRIDO C UENCA . El Acto de Go-
pio, si la potestad presidencial es de na- bierno, op. cit., pág. 643.
turaleza gubernativa, se está en presen- 68 Así lo cree el profesor E. SILVA C IMMA ,
cia de un acto de gobierno que, como tal, para quien “en la Constitución de 1980 la facultad
no es susceptible de revisión judicial, en de indultar tiene un carácter marcadamente regla-
do, conforme se advierte de la norma de su artículo
32, Nº 16, y de lo prescrito en la Ley Nº 18.050,
64 Ibídem, págs. 53 y 54. dictada para la aplicación de aquélla” (Derecho Ad-
65 El Acto de Gobierno, op. cit., págs. 626 y ministrativo Chileno y Comparado, Actos, contra-
627. tos y bienes, op. cit., pág. 69).
110 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

do la desnaturalizaría o sustituiría. Re- nante72. No obstante, la doctrina reconoce que


afirma este argumento la importancia de los elementos externos al propio contenido de
la decisión que se adopta en el ejercicio la decisión política (sujeto, competencia, pro-
de esta potestad y su carácter casuístico, cedimiento, incluso adecuación al fin) son
donde, además, cabe recordar que su fun- separables de éste y perfectamente controla-
damento hay que encontrarlo en su pro- bles por el juez de lo contencioso-administra-
pio carácter excepcional y particular, por tivo73, al modo como la jurisprudencia tradi-
cuanto supone una clara quiebra del Es- cional orienta el control de la discrecionalidad
tado constitucional69. administrativa74; estableciéndose, de esta for-
Sin embargo, como el carácter objetiva- ma, una traslación o asimilación entre el con-
do de todo control jurisdiccional se determi- trol del acto de gobierno y el control de la
na por el parámetro del conjunto normativo, discrecionalidad administrativa. En fin, sobre
el juicio o valoración del objeto sometido al el particular A. Embid Irujo puntualiza lo si-
control –que en este caso es el acto de gobier- guiente: “La razón que explica que una ac-
no, cuya decisión no es ajena al Derecho– se tuación de un Poder Público no pueda ser con-
debe basar en razones jurídicas 70. Por este trolada por los Tribunales más que en sus
motivo, cuando el órgano jurisdiccional es aspectos externos –competencia, procedi-
requerido para verificar la juridicidad –como miento– es la falta de habilitación del Poder
medida de vinculación jurídica– del acto de Judicial para entrar en el terreno reservado por
gobierno, especialmente por la vía del recur- norma hábil –Constitución, Estatuto de Auto-
so de protección, dicho órgano debe siempre nomía– a un Poder Público. Las competen-
controlar una eventual arbitrariedad en su ejer- cias de control del Poder Judicial –prosigue–
cicio en el caso de existir elementos discre- no son ilimitadas, por tanto, sino que terminan
cionales (por ejemplo, la doctrina jurispruden- allí donde comienza el ámbito libre de actua-
cial española emplea en este caso los criterios ción de un Poder Público, siempre y cuando
de “máxima discrecionalidad” u “oportuni- éste sea conferido legítimamente”75.
dad”71), ya que lo arbitrario es siempre con- Ahora bien, ¿cuál es el criterio jurispru-
trario a Derecho; del mismo modo, también, dencial en Chile respecto a la justiciabilidad
dicha verificación se debe hacer extensiva a de los actos de gobierno?
los elementos reglados del acto, si los hay, La jurisprudencia de los tribunales chi-
toda vez que se puede igualmente actuar por lenos, una vez más, no es prolífica. Sin em-
esta vía contrario a la juridicidad. bargo, existe una importante sentencia del
Respecto de esta última cuestión, cabe Tribunal Supremo que, en su día, despertó
señalar que no es muy corriente encontrar ele- mucha polémica. Se relaciona con medidas
mentos reglados en decisiones de por sí polí- tomadas por el Gobierno en los inicios de la
ticas o de gobierno, donde es justamente el transición hacia la democracia, y donde por
margen de libre actuación la nota predomi- primera vez –a lo menos durante la vigencia
democrática de la Constitución– se planteó
ante los Tribunales el tema de los actos de
69 En este sentido ver: L OZANO , B. El indul-
gobierno. Dada la importancia y trascenden-
to y la amnistía ante la Constitución, en AAVV cia de la sentencia se realizará un examen
sobre homenaje al profesor Eduardo García de
Enterría, Civitas, Madrid, 1991, págs. 1042-1051.
pormenorizado de ella.
70 Vid. A RAGÓN, M. Constitución y control Las circunstancias que motivaron el fa-
del poder, Ciudad Argentina, Madrid, 1995, págs. llo en cuestión tienen su origen en diversos
91-93. Igualmente para este autor, en este caso no
se debe hablar de actos “políticos” sino de actos
“jurídicamente relevantes”; razón por la cual, no 72 Ibídem, pág. 631.
hay ámbito jurídicamente inmune al control jurídi- 73 Ibídem, pág. 631.
co (ibídem, pág. 94). 74 Vid. A. E MBID IRUJO. “La justiciabilidad
71 Vid. N. G ARRIDO C UENCA . El Acto de Go- de los actos de Gobierno”, op. cit., pág. 46.
bierno, op. cit., pág. 629. 75 Ibídem, págs. 63 y 64.
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 111

decretos supremos dictados por el Presidente La Corte Suprema, como tribunal de ape-
de la República, por medio de los cuales se lación, en Sentencia de 16 de mayo de 1991,
llamó a retiro temporal a 16 funcionarios de rol Nº 16.790, revoca el fallo de la Corte de
la Policía de Investigaciones de Chile. El fun- Apelaciones y estima, por ende, los recursos
damento legal de dicha medida fue, principal- deducidos. En lo pertinente el fallo indica lo
mente, el artículo 90 letra b) del Estatuto del siguiente:
Personal de esta institución, cuyo tenor lite- “(...) por el camino de un número deter-
ral establece: “Serán comprendidos en el re- minado de decretos supremos, ya individuali-
tiro temporal los Oficiales y Personal Civil zados, y que se apoyan en decisiones docu-
que se encuentren en alguno de los siguientes mentadas del Director recurrido, se hace uso
casos: b) A quienes el Presidente de la Repú- arbitrario de una facultad discrecional,
blica conceda o disponga su retiro”, es decir, vulnerándose a la vez, trascendentes derechos
configura la atribución del Jefe del Estado y garantías constitucionales inherentes a los
para adoptar discrecionalmente diversas me- bienes y derechos de la personalidad” (con-
didas de buen servicio (sobre el particular, hay siderando 13). “(...) el ejercicio de una potes-
que hacer presente que las medidas fueron tad discrecional, en cuanto no se señalen los
adoptadas dentro de un proceso de depura- motivos fácticos que le sirven de base, es por
ción que se realizó, conjuntamente con la sí mismo arbitrario o(...) que lo no motivado
vuelta a la democracia, en la Policía de In- es ya por este solo hecho, arbitrario” (consi-
vestigaciones, y que sobre los funcionarios derando 7º).
afectados con dichas medidas recaían funda- Transcrita la parte resolutiva de la sen-
das sospechas de corrupción y otras faltas gra- tencia, diversos son los interrogantes que se
ves). En todo caso, debe quedar en claro que plantean respecto al tema de los actos de go-
no se trata de medidas disciplinarias (cuya bierno y su control judicial. Dentro de los más
aplicación corresponde al Director General de importantes y destacados cabe formular los
dicha institución como resultado de un suma- siguientes 76:
rio administrativo) sino, como se ha adelan-
tado, de medidas de buen servicio. 1º ¿Cuál es la naturaleza jurídica de la
Los funcionarios afectados por los ac- potestad consagrada en el artículo 90,
tos del Jefe del Estado recurrieron en protec- letra b) del Estatuto del Personal de la
ción contra el Director General de la Policía Policía de Investigaciones de Chile? La
de Investigaciones ante la Corte de Apelacio- respuesta a este primer problema, si-
nes respectiva. Los recursos, en primera ins- guiendo a J. L. Cea Egaña, debe ser abor-
tancia, fueron desestimados por la Corte en dada desde la perspectiva de la naturale-
Sentencia de 25 de enero de 1991, que en su za de la decisión gubernativa. En efecto,
considerando 8º señala: “el Presidente de la como señala este autor, dicha potestad
República puede, por su propia decisión, lla- es de naturaleza gubernativa, discrecio-
mar a retiro temporal a cualquier funciona- nal y establecida para velar por el buen
rio y ello es inherente a su calidad de perso- servicio institucional; es decir, se está
nal de nombramiento supremo que revisten los frente a un acto de gobierno. Ella com-
recurrentes conforme a los artículos 6º, 7º, pete, prosigue el autor citado, al Presi-
90 y 115 del Estatuto del Personal de Investi- dente de la República, en virtud de los
gaciones de Chile”. Agrega el mismo consi- artículos 24, 32, Nº 12, y 90, incisos pri-
derando que “dicha determinación no vulne- mero, tercero y cuarto, de la Carta Fun-
ra las garantías constitucionales de igualdad damental, como encargado de conservar
ante la ley, juzgamiento por tribunales seña- el orden y seguridad públicas interior,
lados por la ley establecidos con anteriori-
dad por ésta y derecho de propiedad del car- 76
go”. Los recurrentes, a su vez, apelaron dicha Vid. CEA E GAÑA , J. L. “Fiscalización po-
lítica o control judicial del acto de gobierno”, en
sentencia.
Gaceta Jurídica, op. cit., pág. 10.
112 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

con sujeción a la Constitución y a las Por otro lado, tal recurso fue mal dedu-
leyes. Por esta razón, concluye este au- cido y fallado, por cuanto el Director de In-
tor, dicha potestad ha sido conferida al vestigaciones no fue el autor de los actos su-
Jefe del Estado directamente por la puestamente arbitrarios o ilegales en que se
Constitución, y la ley respectiva se ha basó la sentencia. Es el Presidente de la Re-
limitado a desarrollar tales preceptos77. pública el autor de los decretos que dispusie-
2º ¿Qué requisitos se deben reunir en este ron el retiro temporal de los recurrentes y, por
caso, con sujeción a la Constitución y a ende, en su contra debió entablarse la acción
la ley, para que el ejercicio de esta po- aludida. Por esta razón, con ocasión del cum-
testad gubernativa no sea arbitraria? plimiento del fallo del Tribunal Supremo, el
Para lograr su respuesta, como indica J. Director General recurrió de reposición de
L. Cea Egaña, se debe partir de la pre- dicha resolución, recurso que fue estimado por
misa de que la facultad ejercida en este la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de
caso por el Jefe del Estado es discrecio- Santiago con fecha 30 de julio de 1991, que
nal y de buen servicio institucional, y en su considerando 7º expresa que:
respecto de la cual ni la Constitución ni
la ley le han exigido, expresamente, ex- “(...) es posible concluir que el Direc-
poner los motivos que ha tenido para lle- tor general de la Policía de Investigaciones,
varla a efecto. Sólo si la Carta Funda- no tiene atribución ninguna que le permita ni
mental o la ley –continúa este autor– nombrar ni reintegrar al personal de la Plan-
requieren explícitamente manifestar los ta de Investigaciones de Chile, de nombra-
motivos de hechos pertinentes a un acto miento supremo, por lo que estos sentenciado-
res estiman que el recurrido no puede ejecutar
administrativo y discrecional del Presi-
la orden emanada de la Excma. Corte Supre-
dente de la República, pueden los Tri-
ma y ha dado cumplida satisfacción a ello po-
bunales revisarlo. En todo caso –conclu-
niendo en conocimiento lo resuelto a quien
ye–, los motivos se hallan ínsitos en la
efectivamente detenta las facultades de rein-
propia decisión política adoptada sobre
corporar a los funcionarios recurrentes”.
la base de antecedentes conocidos78.
3º ¿Han sido quebrantadas las garantías
Resolución que, a su vez, es confirmada
constitucionales que la sentencia de la
por la Corte Suprema con fecha 5 de septiem-
Corte Suprema da por infringidas? En
bre de 1991, la cual sostiene lo siguiente:
este sentido, como indica también J. L.
Cea Egaña, al disponer el retiro tempo- “(...) que resulta evidente que el fallo
ral de los recurrentes, el Presidente de que acogió el recurso de protección lo ha he-
la República no ha infringido las garan- cho referido a lo que corresponde en dere-
tías constitucionales que la sentencia de cho, dadas las circunstancias de hecho que
la Corte Suprema ha dado por quebran- en el mismo se analizan, pero de ello no pue-
tadas79. Por el contrario –expresa–, di- de inferirse que sea el Director General de
cha autoridad decretó lo que la Consti- Investigaciones, en contra del cual se ha re-
tución y la ley preceptúan, sin que ello clamado, quien deba cumplir con esa finali-
pueda calificarse de arbitrario o ilegal80. dad y es obvio que dicho funcionario sólo
podrá disponer para ese fin lo que se encuen-
tra a su alcance de acuerdo a las facultades
77 Ibídem, págs. 13-20. legales de que se encuentra investido, que en
78 Ibídem, pág. 20-26. este caso y en concreto se reducen a solicitar
79 Las garantías constitucionales son las si- al Presidente de la República las reincorpo-
guientes: igualdad ante la ley, juzgamiento por tri- raciones que la sentencia ordena” (conside-
bunales señalados por la ley establecidos con ante- rando 4º). “(...) que, en consecuencia y no
rioridad por ésta y derecho de propiedad del cargo.
80 Ibídem, págs. 27-29. habiéndose deducido este recurso en contra
2001] CAZOR: FUNDAMENTACION Y CONTROL DEL ACTO DE GOBIERNO EN CHILE 113

del Jefe del Estado, resulta, también, eviden- Dentro de esta misma lógica jurispruden-
te que a él no le alcanzarán los efectos del cial, el Tribunal Supremo tiende a igualar, sin
fallo por no haber sido parte en la causa y ningún matiz, el acto discrecional con el acto
por tanto no se le ha oído ni se le ha pedido de gobierno, que, como es sabido, no son la
informe, sin perjuicio de que él mismo pudiere misma cosa; donde necesariamente hay que
disponer su cumplimiento, si es que lo considerar la distinta naturaleza con que se
estimare procedente” (considerando 5º). manifiesta la máxima discrecionalidad de un
acto de gobierno, por una lado, y la discre-
Sin lugar a dudas, resulta difícil desci- cionalidad en sentido estricto de los actos de
frar lo que realmente se ha pretendido dicta- la Administración, por el otro. De ahí el error
minar en esta cuestión por el alto Tribunal. en que se incurre al hacer extensivo a los ac-
Circunstancia que a todas luces resulta poco tos de gobierno el concepto de discre-
coherente y carente de una lógica jurídica cionalidad elaborado para otro tipo de actos.
mínima. Por esta razón, no se puede sino con- Razón por la cual la sentencia en comento
cluir que con el razonamiento empleado por exige al Presidente de la República la expre-
el Tribunal Supremo en este último fallo trata sión de los motivos que ha tenido para dictar
de salvar o rectificar un error manifiesto de los actos recurridos, en circunstancias que ni
su parte, tanto en el fondo como en la forma, la Constitución ni la ley le obligan a ello, ca-
al haber estimado los recursos deducidos. De lificándoles –exclusivamente desde la lógica
otro modo no se podrían comprender los si- jurisprudencial empleada para los actos dis-
guientes interrogantes sobre el tema: ¿cómo crecionales de la Administración– de arbitra-
se podría explicar que durante todo el trans- rio por el sólo hecho de no manifestarlos ex-
curso del procedimiento de protección no se plícitamente (ya que, como se ha adelantado,
haya percatado de que el recurso estaba mal los motivos se hallaban ínsitos en la propia
deducido respecto al sujeto pasivo? Igualmen- decisión política adoptada sobre la base de
te, ¿cómo se podría explicar que el alto Tri- antecedentes conocidos).
bunal, al estimar los recursos que tienen su Resulta evidente, pues, que los senten-
origen en decretos supremos firmados por el ciadores excedieron sus atribuciones, desco-
Presidente de la República, no haya repara- nociendo de esta forma la configuración le-
do que éste no había sido parte, y, por ende, gal y constitucional existente sobre la materia
no se le había oído ni pedido informe? en cuestión, donde se admite una clara com-
Además, la inoperancia de su ejecución petencia atributiva al Jefe del Estado para
revela la respuesta correcta frente al mal sen- dictar actos de gobierno y las consecuencias
tido jurídico empleado por el sentenciador. jurídicas que ello implica81.
Toda vez que, ante la imposibilidad de recti- Por último, de todo lo expresado se pone
ficar su error, es el propio Tribunal quien deja también de manifiesto la necesidad de avan-
en manos del Presidente de la República, es
decir a su mera voluntad (confirmando de ese
81 Así lo entendió la Corte de Apelaciones de
modo su clara potestad atributiva sobre la
materia en cuestión), el cumplimiento de la Santiago en posterior Sentencia de 24 de enero de
sentencia (“sin perjuicio de que él mismo 1992, Rol Nº 2.883, que en lo pertinente indica lo
siguiente: “(...) el Presidente de la República al lla-
pudiere disponer su cumplimiento, si es que
mar a retiro a los recurrentes mediante decretos
lo estimare procedente”), vulnerando de paso supremos(...) ha hecho uso de una facultad priva-
un claro principio del Estado de Derecho. tiva que emana de la Ley Orgánica Constitucional
En cuanto al fondo del asunto, el alto de la Policía de Investigaciones, un acto de gobier-
Tribunal se ha movido dentro de la lógica de no que en virtud del propio Estatuto del Personal
su propia doctrina jurisprudencial. Que, como de Investigaciones le permite disponer su retiro, sin
cabe recordar, se ha desarrollado principal- que sea dable a esta Corte revisar por la vía juris-
mente en el ámbito de los actos discreciona- diccional, porque ello sería entrar a calificar un
acto discrecional de gobierno, de buen servicio, que
les de la Administración.
la ley lo autoriza de un modo explícito(...)”.
114 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII

zar en Chile sobre el tema de los actos políti- acción constitucional contra el Presidente
cos, especialmente en el ámbito de la doctri- Lagos, que es quien firmó los decretos de reti-
na, que, sin lugar a dudas, será de gran ayuda ro temporal; pero también recurren contra el
en el intento de configurar en el futuro crite- Director de Investigaciones, a quien responsa-
rios jurisprudenciales objetivos, más acordes bilizan por lo que califican como una medida
con la juridicidad, en este importante campo ilegal. En los recursos recuerdan el contenido
de las potestades jurídicas del Gobierno. En del fallo de la Corte Suprema, ya analizado,
fin, igualmente, cabe puntualizar que este que ordenó el reintegro de 17 detectives exo-
tema ha cobrado nuevamente actualidad a raíz nerados de la institución. De esta sentencia
de los crímenes de las adolescentes de Alto recuerdan, entre otros aspectos, que el Tribu-
Hospicio, pues el ex subprefecto inspector de nal Supremo estableció que la decisión admi-
Iquique y el ex jefe de la Brigada de Investi- nistrativa debe incluir en el expediente “todo
gaciones Criminales de esta misma ciudad, en material probatorio necesario para acreditar
noviembre de 2001 recurrieron de protección que su decisión viene apoyada en una reali-
contra el Presidente de la República a fin de dad fáctica que garantice la legalidad y la
ser reincorporados a la policía de Investiga- oportunidad de la misma, así como la con-
ciones. Ambos ex funcionarios dirigieron la gruencia y fines que la justifiquen”.

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