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CONTENIDOS
1. La justicia constitucional como elemento de legitimidad democrática.
2. La constitucionalidad y la legalidad. La "convivencia" entre jurisdicción ordinaria y
jurisdicción constitucional.
3. Modelos de justicia constitucional. Diseño técnico adecuado de la justicia
constitucional.
4. Núcleo común de competencias de la justicia constitucional.
5. Los “riesgos” que comporta la justicia constitucional.
6. La voluntad política en la configuración de la justicia constitucional: consenso
mejor que cuotas.
7. Una justicia constitucional abierta: el diálogo entre cortes. El diálogo inter-
jurisdiccional entre tribunales internacionales, extranjeros e internos para la
preparación de las decisiones judiciales.
8. Evolución de la justicia constitucional en el Ecuador: las tres etapas.
9. Proceso de selección de los jueces de la Corte Constitucional en el Ecuador.
10. Competencias de la Corte Constitucional del Ecuador: rol de protección de
derechos, control de constitucionalidad, interpretación constitucional, conflicto de
competencias, selección y revisión.
INTRODUCCIÓN
EL Ecuador en 1830 nacio como estado Ecuatoriano pero confederado a Colombia
Artículo 2.- El Estado del Ecuador se une y confedera con los demás Estados de Colombia,
para formar una sola Nación con el nombre República de Colombia.
En septiembre del 1830 se tiene la primera constitucion, pero no somos Republica
independiente.
El 11 de septiembre nace como Estado el Ecuador como confederado
En 1835 el Ecuador nace como Republica independiente , Art. 1, se unen en un solo pacto.
Art. 1.- La República del Ecuador, se compone de todos los ecuatorianos, reunidos bajo un
mismo pacto de asociación política.
Cuando nace el derecho constitucional, nace en el siglo XIX, con las constituciones
escritas,
EL DERECHO CONSTITUCIONAL es el tronco del derecho indica Javier Perez Royo 1,
es el derecho del Estado, estudia la Organización del Poder Publico y el reconocimiento de
los derechos ciudadanos, y estudia.
1.- El Estado y sus poderes
2.- Ciudadanos y sus derechos
Hernan Salgado dice que es parte del derecho publico interno que estudio la organicacion
del poder y de los derechos de los ciudadanos.
Fuentes normativas del Derecho Constitucional..- Es la Constitución, Tratados
internacionales, normas
Parte Dogmatica.- Se limita al poder reconociendo derechos
Parte Organica de la Constitución.- Se organiza el poder
El derecho constitucional NO se agota en la Constitución
Como fuentes formales.- Constitucion, Tratados, Leyes Ordinarias, Reglamento
Fuentes materiales.- Contexto historico, politico, social
Art. 425.- El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La
Constitución; los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las leyes
ordinarias; las normas regionales y las ordenanzas distritales; los decretos
y reglamentos; las ordenanzas; los acuerdos y las resoluciones; y los demás actos y
decisiones de los poderes públicos.
1
Libros de lectura referencial.- Curso de Derecho Constitucional.- Javier Perez Royo y Naranjo Meza Teoria Constitucional
Quien usa este término de derecho procesal constitucional? Es Niceto Alcala Zamora
es un Español quien indica
Es el derecho procesal constitucional es el derecho constitucional concretizado.
¿Como pueden convivir la justicia ordinaria con la jurisdiccion contitucional y por que se
dice que existe una supremacía de la Jurisdicción constitcuinal por sobre la jurisdiccion
ordinaria, donde se observa que hay una supremacía de la jusridcion Constitucional sobre la
ordinaria?
Dandole mucho poder a nuestra CC en la que puede seleccionar y revisar en los jueces de
primera y segunda instancia, yq ue tiene la facultd de interprete de la Constitución
Tenemos una Corte Constititucional especializada, es el que tiene la ultima palabra, tiene
porder dirimente. La corte es un interprete supremo.
La mayoria de las sentencias es erga omnes, efectos generales,
Art. 436.- La Corte Constitucional ejercerá, además de las que le confiera la ley, las
siguientes atribuciones:
La Corte Constitucional puede revisar las sentecnias de lo jueces que hayan resuelto en
habeas corpus, habeas data, y expedir sentencias que constituyan jurisprudencia vinculante.
LA IMPORTANCIA DE LA VOLUNTAD POLITICA EN LA CONFIGURACIÓN
DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL: CONSENSO MEJOR QUE CUOTAS
Un sistema de designación de jueces.-
Lo primer que enseña la experiencia comparada es que el éxito de la justicia constitucional
depende mucho de que exista una autentica voluntad politica de configurar adecuadamente
una justicia constitucional. Y, pese a lo que pueda creerce, a la larga, el sistema prefiere una
justicia constitucional robusta, desde el punto de vista de su legitimidad, que debil: una
simple ojeada a lo sucedido en los ultimos años con el tribunal constitucional peruano, y a
lo que hemos hecho referencia, creo que exime de cualquier consideracion adicional.
En efecto, la función jurisdiccional exige siempre fortaleza; un país con un buen sistema
jurisdiccional es un país seguro jurídica y políticamente, con todo lo que ello significa. Por
eso, construir un poder judicial, en general, y una jurisdicción constitucional, en concreto,
con amplia legitimidad detrás, aunque pueda comportar para el resto de los poderes del
estado un riesgo de decisiones puntuales no favorables, acaba resultando una ¨inversión¨
política en la estabilidad del sistema oficialmente mejorable. Para hacer realidad esa amplia
legalidad resulta mejor un sistema de designación de jueces constitucionales que busque el
mayor consenso posible que un puro sistema de ¨cuotas¨, entre los distintos sectores
políticos, que en cierta medida vienes solo a reproducir la relación de fuerzas de estas en
una función que debe responder a otra lógica de legitimidad. Ciertamente, los jueces
constitucionales no son ni pueden ser políticamente asépticos; por el contrario, tienen que
ser capaces de reflejar las diversas sensibilidades de la sociedad en la que se enmarcan
porque solo así su labor de interpretación constitucional será realmente útil y eficaz. Pero
una cosa es el Juez ideologizado y otra el juez sometido a la disciplina de tal o cual partido,
el primero puede y debe seguir. siendo independiente; el segundo no. Es verdad que la
barrera entre un juez y otro no siempre es fácil de trazar, pero el prestigio, la formación
jurídica y la calidad intelectual y humana suelen ser más patrimonio del primero que del
segundo
Por que es bueno tener jueces probos, para un pais seguro juridico y politicamente?
Para tener seguridad juridica, para resolver en deercho no es politicamente seguro un pais
corrupto.
Cual es el riesgo para los actores politicos de una justicia proba, firme?
Puede que la CC puede hechar abajo decretos por inconstituciona o tambien piede declarar
incotiyicional una ley, si bien es u riesgo hay que coorelrlo, es preferbe invertoes en esta
estabilidad del sistema.
Por que si son por cuotas deben responder a su cuota politica, o auna disciplina partidista,
reparto en partidos politicos
Aunque tenga su ideología el juez, no se está en una línea partidista. Las cuotas son los
repartos con los partidos políticos.
Los riesgos es la politización.- La corte constitucional se designa por políticos, por lo que
van hacer controlados.
P. Que funciones intervienen en la designacion de los jueces de la Corte Constitucional
Ejecutivo, legislativo, y Funcion de Transparencia y Control Social2
Lo que se tiene es un concurso cerrado
2
Organismos parte de la Función de Tranparencia y control social (Ejemplo: Contraloria,
defensoria del Pueblo)
norma directamente eficaz tanto en sus mandatos organizativos o institucionales, como en
aquellos de naturaleza material y sustantiva.
Recuerda usted que en uno de los decretos el presidente pido el cobro anticipado del
impuesto la pregunta la corte le dio paso o no? incialmete no le dio paso recien le dio paso
ese es el peligro se puede decir que la corte esta yendo mas alla y el presidente es el que
puede exponer la recaudacion antiipada del impuesto.
La asamblea puede legislar con libertad
Tercer riesgo es la sobrecarga laboral, debe haber mas procedimientos ágiles, desde el
puento de vsita procesal,
Que existan periodos largos de los jueces constitucionales.
DIAPOSITIVA 2
QUE SON LOS ACTORES DEL DIALOGO ENTRE JUECES
El dialogo entre jueces se da entre jueces, del mismo nivel nacional y del nivel
internacional o supranacional (por eso se lo llama multinivel) y tiene lugar en especial en el
ámbito de los derechos fundamentales.
El argumento de autoridad en la decisión judicial viene dado por la justificación
proporcionada por el juez.
El dialogo y la persuasión que lo acompaña, se transforman en una herramienta útil que se
ejercita a través del Derecho comparado.
Los jueces constitucionales chilenos, al momento de abordar la jurisprudencia
interamericana hacen la distinción entre casos contra el Estado de Chile y casos contra
terceros Estados. En ambas situaciones los jueces constitucionales chilenos usan
información para construir su razonamiento y justificar la trayectoria de su decisión
Quienes son los actores del dialogo entre cortes?
La Corte Constituciona Ecuatorina tome como referencia lo resuelto por otra Corte de otro
país, de un tema en derecho. Se toma como referecnia la sentecnia de otra Corte sobre un
tema similar
Que tipo de cortes puede dialogar?
Jueces de Nivel Nacional, internacional organos de la justicia internacional o supranacional
que son jueces de Corte de otros paies
Entre quiens se dan los dialogos entre Cotes?
Entre los Jueces y Juces interncionales, jueces de la CIDH.
DIAPOSITIVA 3
CARACTERISTICAS DEL DIALOGO JUDICIAL
El dialogo implica asimismo interpretación entre personas – en este caso jueces – que se
encuentran en un mismo nivel. En este contexto, cada una de las partes da su opinión sobre
un punto de derecho. Este dialogo implica la posibilidad de dar su opinión, la necesidad de
escuchar y la posibilidad de empate.
En cambio, entre jueces de distinto grado, regidos por el principio de la subordinación
jerárquica, no podrá hablarse de un dialogo propiamente tal, sino mas bien de seguir los
parámetros y estándares interpretativos del superior jerárquico.
No es dialogo entre una linea de subordinación. Jueces superiores e inferiores.
Jueces del mismo nivel hay dialogo.
Se deben cumplir las sentencis que haya emitido la CIDH, por ser parte el Ecuador,
DIAPOSITIVA 4
MODALIDADES DEL DIALOGO QUE SE PUEDEN PRESENTAR (LUIS
GUILLERME ARCARO Y KONSTANTIN GERBER)
TRIBUNALES ABIERTOS AL DIALOGO =Ven en la jurisprudencia de tribunales
nacionales e internacionales material significativamente importante para la
fundamentación.
TRIBUNALES MEDIANAMENTE DIALOGANTES = No con frecuencia, poco uso.
Solo para auxiliar fundamentación, el caso de Ecuador.
TRIBUNALES RETICENTES AL DIALOGO
Recelosos. No los tienen como elementos importantes en el proceso de legitimación de sus
decisiones
DIAPOSITIVA 5
EFECTOS QUE SE ESPERAN DEL DIALOGO
El juez nacional entrara en un dialogo con jueces extranjeros o internacionales para los
siguientes efectos:
a) Para fundamentar su argumentación a fin de demostrar que existe en materia de
derechos humanos una práctica internacional común incluso un consenso
internacional;
b) Para legitimar una interpretación extensiva. En efecto, el juez pretende apoyar una
interpretación extensiva o dinámica del derecho, y para eso alude a disposiciones
mas generosas de otros textos internacionales o a una jurisprudencia más
protectora;
c) Para reforzar su razonamiento interpretativo.
El dialogo inter – jurisdiccional entre tribunales extranjeros e internos como nueva
construcción de las decisiones judiciales (Jorge Alejandro Amaya)
DIAPOSITIVA 6
PRINCIPIO DE SUPREMACÍA Y BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD
Dos años mas tarde, en 1994, al reformarse la Constitución Federal, es cuando la
CADH obtiene su certificado de mayoría o un salto cualitativo en su normatividad
constitucional y en la de los órganos que ella impetra como protectores del sistema
interamericano: la Comisión y la Corte. Por dicha reforma y conforme al Art. 75
inciso 22 de la Constitución Federal, la CADH y por consiguiente todo el sistema
interamericano que ella organiza, adquiere – junto con otros diez tratados de
Derechos Humanos – jerarquía constitucional.
Es decir que hoy, el principio de supremacía constitucional en Argentina, se integra en
su cúspide por una doble fuente (interna e internacional): la Constitución Federal y los
Tratados de Derechos Humanos que recibieron jerarquía constitucional con la reforma
constitucional; o aquellos que el Poder Legislativo le otorgo u otorgue en el futuro
dicha jerarquía a través del procedimiento Legislativo de ratificación con mayoría
calificada. Esta doble fuente que integra la supremacía constitucional argentina: se
denomina bloque de constitucionalidad federal10.
DIAPOSITIVA 7
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
El control de convencionalidad consiste en el control realizado, especialmente por un
juez nacional acerca de la conformidad del Derecho estatal con los tratados
internacionales.
Para llevar a cabo este dialogo, en el contexto de un control de convencionalidad, los
jueces recurren a distintos principios de interpretación tales como la interpretación
armónica y la interpretación conforme. El principio pro homine es un eje articulador del
dialogo entre jueces.
EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD Y EL DIALOGO ENTRE JUECES NO
SIGNIFICA SUMISION NI SUBORDINACION
El termino control de convencionalidad fue por primera vez acuñado expresamente por
la Corte IDH en su sentencia en el caso ¨Almonacid Arellano vs Chile¨ La Corte IDH
consagro que los jueces y tribunales internos no solo están obligados a aplicar las
normas vigentes de su ordenamiento jurídico, sino también están sometidos a las
disposiciones consagradas en la CADH y a las interpretaciones que haya hecho la Corte
IDH de estas disposiciones.
Sentencia dictada en Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú, la Corte IDH
formulo algunas especificaciones y adiciones diciendo que ¨los órganos del Poder
Judicial deben ejercer no solo un control de constitucionalidad, sino también ¨de
convencionalidad¨ ex afficio entre las normas internas y la Convención Americana¨
El control de convencionalidad desempeñaría un doble papel. Por un lado, un rol
represivo que obliga a los jueces nacionales a inaplicar las normas internacionales
internas (incluso las constitucionales) opuestas al Pacto de San José (CADH) y a la
interpretación que de dicho Pacto ha realizado la Corte IDH. Por el otro, un rol
constructivo, que obliga a los jueces a interpretar el derecho domestico de conformidad
al Pacto y a su interpretación hecha por la Corte IDH. En la interpretación
¨armonizante¨ o ¨adaptativa¨, del derecho local con el Pacto y la exegesia dada al
Pacto por la Corte IDH. Ello conduce a desechar las interpretaciones del derecho
nacional opuestas al referido Pacto y/o a la a la manera en que fue encendido por
la Corte IDH
DIAPOSITIVA 8
EL DIALOGO JUDICIAL MULTINIVEL (GONZALO AGUILAR CAVALLO)
Normalmente entre los jueces internos de un Estado, ordenados según una estructura
jerárquica, no hay dialogo; sino más bien subordinación y acatamiento. En el orden
jurídico interno, se podría producir eso si un dialogo entre jueces del mismo grado.
En cambio, en el caso particular de jueces estatales y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, estamos en otra dimensión. Jueces estatales y jueces
interamericanos no se encuentran en un mismo grado o nivel, ni se encuentran
estructurados jerárquicamente. Algunos también podrán alegar que ambos jueces se
encuentran en dos órdenes jurídicos diferentes. Esto ultimo explica que no haya
supranacionalidad. Con todo, a todos los Estados partes en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos les corresponde la obligación de adecuar su legislación
interna y de adoptar las demás medidas y practicas ejecutivas y judiciales destinadas a
dar fiel cumplimiento de buena fe a las obligaciones derivadas de la Convención y, en
definitiva, cumplir con la obligación general de garantizar efectivamente los derechos
humanos de todas las personas y grupos bajo su jurisdicción.
DIAPOSITIVA 9
DIALOGO JUDICIAL MULTINIVEL
El dialogo judicial multinivel se refiere a la idea de la comunicación entre jueces
estatales (principalmente constitucionales), jueces internacionales (Jueces de la CIDH)
y jueces supranacionales ( Jueces de cortes constitucional) , es decir, jueces que se
ubican en distintos niveles de decisión jurisdiccional. Aquí reside uno de los rasgos
distintivos del dialogo entre jueces multinivel y que lo diferencian del dialogo entre
jueces transnacional. Justamente, como las interacciones y comunicaciones se producen
en distintas esferas de poder de decisión jurisdiccional, emerge como un elemento
controversial el concepto de soberanía y la reivindicación por los Estados de la última
palabra judicial, como expresión de esta a nuestro juicio mal entendida soberanía.
Indudablemente que el diálogo multinivel no se refiere al respeto de la norma de
Derechos Humanos, porque la norma internacional de Derechos Humanos es
obligatoria para el Estado, incluyendo, por cierto, los Jueces esta obligatoriedad
jurídica, se proyecta a las decisiones internacionales que un órgano jurisdiccional
adopte en contra del Estado, nosotros estamos aquí simplemente frente a una
manifestación la supremacía del Derecho Internacional.
El dialogo judicial multinivel se centra en la interpretación que se le da a la norma
internacional
DIAPOSITIVA 10
DIALOGO JUDICIAL TRANSNACIONAL
El dialogo judicial transnacional alude a las interacciones y comunicaciones entre
jueces extranjeros, principalmente entre jueces constitucionales en la búsqueda de
estándares constitucionales comunes. El dialogo judicial transnacional presenta la
característica potencial de fortalecer el Estado de Derecho, permitiendo a los tribunales
estatales llegar a las mejores respuestas para problemas compartidos y clarificando, al
mismo tiempo, marcos normativos comunes. En efecto, como han afirmado Carbonell y
García Jaramillo ¨hay una circulación mundial de problemas constitucionales y una
circulación igualmente planetaria de las correspondientes soluciones¨
Se da entre jueces transnacionales ( Juez constitucional de Ecuador, Peru,
Colombia)
DIAPOSITIVA 11
DIALOGO BAJO EL MODO DE INTERPRETACION CONFORME:
PRIMER TIPO DE DIALOGO CONFORME
En el dialogo a través de la interpretación conforme al derecho nacional coincide con
las interpretaciones dadas por el juez internacional de derechos humanos (Segues) El
dialogo de conformidad o conforme se refiere a la técnica a la que recurre el juez
nacional para armonizar el derecho nacional con el instrumento internacional
convencional y corresponde específicamente a la interpretación conforme a la
convención (Ferrer)
Ejemplo yo hago una interpratacion de la LOSEP, con un instrumentos internacional
que hable sobre la igualdad.
Como señala Hertig, la interpretación conforme a la Convención deriva de la
interpretación conforme al derecho internacional
La interpretación conforme a la Convención y más generalmente, al derecho
internacional apunta a logar la convergencia de la interpretación del juez nacional con
aquella del juez internacional ajustándola a sus limites y contenidos.
DIAPOSITIVA 12
DIALOGO BAJO EL MODO DE INTERPRETACION CONSTRUCTIVA:
DIALOGO CONSTRUCTIVO,
ESTE SE APOYA EN EL PRINCIO PROHOMINE
Un tribunal nacional puede perfectamente desmarcarse de la postura de otro
tribunal de derechos humanos, a través de la denominada interpretación
constructiva, yendo más allá que la propia interpretación del órgano
internacional, cuando el principio pro homine lo exige. 11.5 DE LA CRE
Este dialogo se basa en el principio de interpretación extensiva de los derechos
fundamentales y el principio de interpretación restrictiva de las limitaciones a
los derechos fundamentales, extendiendo protectoramente el campo de
aplicación de los derechos reconocidos.
El dialogo constructivo de jueces se produce gracias a interpretaciones
internacionales mas favorables que son incorporadas por el Juez nacional en su
control de derecho interno.
Por métodos extensivos y mas favorables a la interpretación de los derechos
por parte del juez internacional o supranacional se produce la ampliación del
campo de aplicación de los derechos reconocidos por el derecho
internacional de los derechos humanos
DIAPOSITIVA 13
DIALOGO BAJO EL MODO DE INTERPRETACIÓN ANTICIPATORIA.
La anticipación implica una forma de dialogo entre un juez nacional y el juez
internacional donde el juez nacional debe pronunciarse antes del control de
convencionalidad efectuado por el juez internacional, ya sea sobre temas donde el
tribunal internacional se ha pronunciado con anterioridad o no. El diálogo
anticipatorio es una manifestación del principio de subsidiariedad que opera en el
ámbito de los derechos humanos.
Este principio de subsidiaridad articula la interacción entre la protección nacional y
la protección internacional de los derechos humanos.
En el ámbito americano cabe precisar la particularidad de que la protección
internacional es de naturaleza coadyuvante o complementaria de la que ofrece el
derecho interno de los Estados. Por esta razón, el juez nacional, sabiendo esto, tiene
la posibilidad de anticiparse a la interpretación dada por el Juez internacional,
proponiéndole en este sentido, al juez internacional una pauta interpretativa nueva,
o bien, mas protectora. Lo importante aquí no es quien tiene la ultima palabra, sino,
mas bien quien tiene la primera palabra.
Los sistemas de protección de los derechos humanos serian complementarios y por
el contrario de colisionar, se enriquecerían mutuamente.
La parte mas enriquecedora de este dialogo se podría encontrar en los casos en que
el juez nacional debe pronunciarse sobre situaciones de violación de derechos
humanos donde el tribunal internacional no se ha pronunciado con
anterioridad
DIAPOSITIVA 14
DIALOGO BAJO EL MODO DE INTERPRETACIÓN NEUTRALIZANTE
Resta el valor. los estandares internacionales
La interpretación neutralizante implica una limitación directa por parte del juez
interno de convencionalidad de las obligaciones que emanan de la Convención.
Se neutralizan las nociones que derivan del derecho internacional convencional
desarrolladas por la jurisprudencia autorizada y se neutraliza el control de
proporcionalidad que el juez internacional de los derechos humanos pueda efectuar.
Con esto, se estaría redefiniendo, a la baja, la extensión del poder de control del juez
internacional. Las principales armas de esta estrategia neutralizante del juez
nacional serian dos.
Reivindicación del margen de apreciación nacional (Tribunal Europeo DDHH)
Idea inversa de la subsidiariedad, se hace valer la identidad constitucional nacional.
La neutralización se produce porque con la interpretación del juez nacional es
posible apartarse de la interpretación internacional bajo la apariencia de que se entra
en dialogo con el juez internacional, y sin tener la intención de cumplir con el
estándar mínimo provenientes del corpus iuris internacional de los derechos
humanos (Nogueira, 2012) En este caso, el juez nacional interpreta la norma
convencional bajo la apariencia de suscribir la jurisprudencia internacional, pero,
finalmente, modifica su contenido o encuentra un acomodo para concluir a la
conformidad del derecho nacional con el derecho internacional de los derechos
humanos.
Una de las principales consecuencias de este dialogo neutralizante es que el
juez nacional hará una interpretación del derecho que no será conforme con la
jurisprudencia internacional de derechos humanos ni con el nivel de protección
que ella garantiza
DIAPOSITIVA 15
DIALOGO BAJO EL MODO DE INTERPRETACION CONTRADICTORIA:
DIALOGO OPOSICIÓN.
Noguiera: La interpretación francamente discordante, consiste en que la jurisdicción
interna del Estado considera que la resolución de la CIDH constituye una
interpretación que considera incorrecta ya que no evalúo correctamente la norma de
derecho interno u olvido ponderar adecuadamente otro derecho o un atributo
determinado de otro derecho que debe considerarse. El tribunal nacional en un
nuevo caso sobre la misma materia, expresa su desacuerdo con la CIDH
razonadamente, explicando los motivos del desacuerdo en el respectivo fallo,
concretando un dialogo ascendente con la CIDH.
El dialogo contradictorio u oposición implica una contradicción con el juez
internacional.
DIFERENCIAS CON DIALOGO NEUTRALIZANTE. En el dialogo oposición,
hay una abierta diferencia de interpretaciones. En el dialogo neutralizante hay
aparente sumisión del juez internacional, pero en definitiva bajo esa apariencia de
sumisión el juez nacional interpreta la norma para preservar el derecho nacional
contrario al derecho internacional-interamericano de los derechos humanos.
Diagolo Constructivo. Este se apoya en el principio pro homine,
Para Hernán Salgado va desde 1830 hasta 1906 se llama constitucionalismo constitucional
clásico (se enfoca más en los derechos individuales)
Para Agustín Grijalva va desde 1830 a 1929. (derechos sociales) en la denominaba la
soberanía parlamentaria
Es importante recordar que, en 1830, nuestro estado no fue una república independiente
nació el estado confederado a Colombia en la constitución de 1830 en el núm. 2 el estado
de ecuador se une y confedera con los demás estados de Colombia para formar una sola
nación con el nombre de república de Colombia. Vicente Rocafuerte fue uno de los grandes
ideólogos en 1835 fue el promotor de la república independiente del ecuador.
Para Hernán Salgado de 1830 hasta 1906 lo denomina constitucionalismo liberal clásico,
sistemas republicanos y monárquicos presidencialistas y parlamentarios. Una pequeña
mención de 1906 fue la que más duro en nuestra historia dicha constitución tuvo una
duración de 23 años hasta 1929; cual es la segunda constitución que más duro fue la de
1978 porque tuvo una duración de 20 años ya que tuvo 3 reformas.
En la constitución de 1830 a 1929 el congreso tenía el poder de todo tenía la última palabra
era el intérprete de la constitución concentraba demasiadas competencias. Para Hernán
Salgado empieza la nueva etapa desde 1978 hasta nuestros días para Salgado abarca la
primera etapa de 12 constituciones, la segunda etapa 6 constituciones, y la tercera etapa 2
constituciones. La primera etapa son las siguientes 1830, 1835,1843, 1845, 1851, 1852,
1861, 1869, 1878, 1884, 1886, 1906, la segunda etapa son 1929, 1945, 1946, 1967, 1978,
1998 tercera etapa 2008.
Agustín Grijalva se caracteriza por la dispersión entre el congreso, consejo de estado y la
corte suprema era más un periodo de soberanía parlamentaria en donde casi siempre tenía la
última palabra el congreso. Para Rafael Oyarte la constitución de 1830 todo funcionario
público debe prestar fidelidad a la constitución y a las leyes agregando a las leyes que
regían conservarían su fuerza y vigor, determinado la responsabilidad presidencial en caso
de infringir la constitución.
Pese a ello no se otorgaba a ningún órgano la facultad de expulsar del ordenamiento
jurídico de las normas contrarias a la constitución.
Algo mejora en 1835 en el art. 68, 109, 110, 112, la facultad del congreso de resolver las
dudas que ocurran sobre la inteligencia de las normas constitucionales. En 1845 se da algo
muy importante es una de las que hay que hay que prestar más atención ya establece que las
leyes inconstitucionales no tendrán efecto, en 1852 se retrocede no se determina la nulidad
de las leyes inconstitucionales.
Agustín Grijalva cometa que la constitución de 1869, 1878 y 1929 establecen el control a
priori es preventivo de la corte suprema sobre proyectos de ley específicamente cuando el
presidente de la republica objetaba por inconstitucional un proyecto de ley remitido por
ambas cámaras legislativas la corte suprema decidía sobre su constitucionalidad estas
constituciones son importantes sobre el control a priori o preventivo.
En la constitución de 1906 un importante avance y fue una de las que más duro establece
un avance según Rafael Oyarte consejo de estado es competente para velar por la
observancia de la constitución y las leyes y proteger las garantías constitucionales, para lo
cual debía excitar al poder ejecutivo los tribunales y demás autoridades.
Según Grijalva también va la constitución de 1929 en la primera etapa dice que en el Art.
67 extendió las facultades de control previo de la corte suprema a los proyectos de ley o de
decreto objetados por inconstitucionales sea por el ejecutivo o consejo de estado.
La primera etapa porque órganos se caracteriza: por el consejo de estado, congreso y corte
suprema, que se crea en 1945 se crea el tribunal de garantías constitucionales un órgano
especializado en materia constitucional, Grijalva dice en la constitución de 1929 el consejo
de estado era participe del control a priori puesto que el presidente debía obligatoriamente
oír al consejo antes de decidir sobre la sanción de la ley aquí existía un control a priori
anterior y posterior a la objeción presidencial radicada el primero en el consejo de estado y
el segundo en la corte suprema.
En la constitución de 1906 solo tenemos el consejo de estado
Que el congreso nacional era el que se auto controle y diga si son constitucional o no una
ley por ejemplo en cuba la asamblea general es el que se auto controla. En 1851 ya se
establece el consejo de estado sus competencias velar sobre la observancia de la
constitución y las leyes; 1852 hay un retroceso porque no se determina la nulidad de
inconstitucionalidad de las leyes, en la constitución de 1869 periodo garciano existe un
sistema de control previo el presidente puede objetar una ley el presidente de la república
debía remitir a la corte suprema es importante que el jefe de estado debía remitir a la corte
suprema para que resolviera sobre la inconstitucionalidad si observaba que un proyecto de
ley del congreso tenía algún vicio de inconstitucionalidad, la constitución de la 1878 le
entrega al presidente de la república la facultad de cuidar que los empleados públicos para
que cumpla la constitución; el problema que había en esta constitución de 1897 practica,
ente no existía ningún órgano que controle la inconstitucionalidad
En 1869, 1906 y 1929 son las más importantes
¿QUE ES LO MÁS DESTACADO EN LA PRIMERA ETAPA
R: Control lo ejercía más en el congreso se enfocaba más en el control político
¿Cuáles eran las funciones del congreso en esta etapa
R: El congreso tenía la última palabra
¿Que logro encontrar en las 2 primeras constituciones
R:
¿Qué rol cumplía el consejo de estado en 1830
R: era una entidad consultiva cuando inicio desde la primera constitución
¿Qué competencias tenía el congreso en 1835
R: resolver las dudas que ocurra sobre la inteligencia de las normas de constitucionalidad
¿Qué se dio en la constitución de 1998
R: algunos tratados internacionales eran sujetos de control
¿Qué reformas se da 1978 sufrió tres reformas
R: 1983, 1992, 1996
¿Qué es la dispersión
R: que no existía un solo órgano especializado para realizar control constitucional y tenga
la última palabra si estaba disperso dividido en varios por ejemplo el uno suspendía y el
otro decidía de manera definitiva
Control de Constitucionalidad
En la primera etapa er un control policto, por eso se llama soberania parlamentaria.
El Congreso era el que tenia la ultima palabra.
Corte suprema o Consejo de estado solo suspendia la norma.
CONCEPTO DE FORMA DE GOBIERNO: Funcionamiento y relación entre la función
ejecutiva y legislativa. (Presidencialismo-Palarmentarismo)
CONCEPTO DE SISTEMA DE GOBIERNO: Son considerados los modelos en los que
un estado3 puede estructurarse y organizarse de manera formal. Un sistema de gobierno
3
CONCEPTO DE FORMA DE ESTADO: Según Naranjo Meza.- El Estado es un conglomerado social, político y jurídicamente
constituido que está sentado en un territorio determinado y delimitado a través de las fronteras, sometido a una autoridad que se ejerce
por medio de los órganos y cuya soberanía es reconocida con otros estados.
Las formas de Estado son una configuración relacionada con sus 5 elementos constitucionales, que son:
¿Qué garantía conoce la Corte Constitucional que no está dentro del Art. 436 de la
Constitución
¿Caben medidas cautelares conjuntas si, pero en respecto a que acción constitucional
de protección de derechos.
R: evitan o cesa violaciones de derechos
Según la constitución sí, pero según la ley orgánica no
¿puedo presentar una medida cautelar conjunta con el Habeas Corpus
R: si cabe con respecto al habeas corpus
Ley Orgánica
Art. 27 LOGJCC.- Requisitos.- Las medidas cautelares procederán cuando la jueza o juez
tenga conocimiento de un hecho por parte de cualquier persona que amenace de modo
inminente y grave con violar un derecho o viole un derecho
R: si procede
¿Se está impugnando el código orgánico de la salud vamos suponer que no era vetado y
ahora se quiere demandar la inconstitucionalidad; Guillermo Lasso le contacta y le dice
compañerito de creo me puede por favor asesorar el presidente de la republica
lastimosamente ha sancionado el código orgánico de la salud quiere decir que está de
acuerdo con el código orgánico de la salud, no está en desacuerdo en absolutamente nada le
pareció perfecto el código de la salud que aprobó la asamblea, que implica que lo sanciono
lo mando a publicar en registro oficial
R. se podría demandar la inconstitucionalidad del código una vez que entra en vigencia, no
cabe control a priori control preventivo, cuando es un proyecto de ley no cabe el control
preventivo por parte de los ciudadanos.
¿Quién es el único que hace control preventivo antes de que sea ley
R: el presidente de la republica mediante objeción puede pedir que la corte realice el
control de constitucionalidad
Usted puede pedir que se declare la inconstitucionalidad del Código de la Salud con base
legal tal como nos dice el art. 76 núm. 6, pero mientras resuelven si le dan o no la razón, si
hay razones o no para que se declare inconstitucional le pueden dar paso a su medida
cautelar conjunta de suspensión provisional de la disposición demandada como
inconstitucional.
MEDIDAS CAUTELARES
Lo que si genera un poco de dudas es lo que si por ejemplo que el juez que realiza control
concreto que suspende la tramitación dela cusa y remite a consulta puede o no puede pedir
la suspensión de la disposición, en realidad parecería que no lo puede hacer que está
reservado para el control abstracto de constitucionalidad.
Usted puede presentar un acceso a la información pública una acción de protección una
habeas data con una medida cautelar conjunta.
Por ejemplo, el típico yo estoy impugnando soy un juez destituido por el consejo de la
judicatura me destituyera a mí por una falta grave que cometí, pero el consejo de la
judicatura en el proceso administrativo disciplinario violo todas las reglas del debido
proceso definitivamente no cumplió con el debido proceso y me negaron todos los derechos
de protección que integran el debido proceso ¿yo podría presentar una acción de protección
con medida cautelar.
R: si
¿Si usted tiene una acción de acceso a la información pública cual podría ser su pretensión
en la acción principal que es la acción de acceso a la información pública y cuál podría ser
su pretensión como medida cautelar conjunta?
R: se podría decir hay una sospecha de que se va a desparecer esa información o la van a
manipular, así que mire señor ministro usted me va por favor a facilitar ese expediente
porque yo necesito salvaguardar esa información que puede desaparecer o ser manipulada.
En habeas data se puede pedir un acceso a la información personal, por ejemplo, pero
mientras se resuelve esto si le permiten acceder o no al resolver la acción principal que le
puedo pedir al juez una medida cautelar conjunta, mientras se resuelve la acción principal
le entreguen al juez el expediente realice o hay un impedimento de que se mueva la
información a otro lado.
Conocen y resuelven
Acción de protección (jueces de primera instancia y cortes provinciales apelación)
¿Qué otra competencia del núcleo común de pablo pedro Tremp se nos está escapando aquí
INTERPRETACION CONSTITUCIONAL
CONFLICTOS DE COMPETENCIA
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
¿Cuál es el rol que cumplen los jueces de instancia y que rol cumple la corte constitucional
Núm. 2 Conocer y resolver las acciones públicas de inconstitucionalidad, por el fondo o por
la forma, contra actos normativos de carácter general emitidos por órganos autoridades del
Estado. La declaratoria de inconstitucionalidad tendrá como efecto la invalidez del acto
normativo impugnado.
CUESTIONARIO
ANEXO
LECTURA
LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL EN LA ACTUALIDAD. ESPECIAL
REFERENCIA A AMÉRICA LATINA (*) por Dr. Pablo Pérez Tremps
SUMARIO: 1.- Planteamiento 2.- Hoy la Justicia Constitucional sólo puede concebirse
como un concepto material o sustantivo 3.- La justicia constitucional surge como
“garantía”, pero es sobre todo mecanismo de interpretación, más que de garantía. 4.- La
justicia constitucional como elemento de legitimidad democrática. 5.- La justicia
constitucional como elemento de transformación jurídica: el ordenamiento hoy es otro. La
legalidad se ha reforzado con la idea de constitucionalidad. 6.- No hay un modelo único de
justicia constitucional, pero tiende a que el sistema se cierre con un órgano especializado
7.- Aunque existan diferencias, hay un núcleo de competencias que definen la justicia
constitucional. 8.- La jurisdicción constitucional alcanza, en todo caso, a jueces y
tribunales ordinarios, aunque los mecanismos técnicos de articulación varíen. 9.- La
"convivencia" entre jurisdicción ordinaria y jurisdicción constitucional debe resolverse en
una cierta supremacía lógico-funcional de la segunda. 10.- La existencia de la justicia
electoral y la justicia constitucional. 11.- Los “riesgos” que comporta la justicia
constitucional. 12.- La importancia de la voluntad política en la configuración de la justicia
constitucional: consenso mejor que cuotas. 13.- Importancia del “autocontrol” o self
restraint y de que la justicia constitucional responda al principio de “justicia rogada”. 14.-
Importancia de un diseño técnico adecuado de la justicia constitucional. Una justicia
constitucional digna. 16.- Una justicia constitucional abierta.
1.- Planteamiento
El tema sobre el que me han pedido que me detenga es el de la situación actual de la
justicia constitucional, especialmente en América Latina. Se trata, pues, de una exposición
general cuya finalidad pretende ser sólo la de enmarcar este tema, del que hay que
adelantar que representa uno de los más importantes del Derecho Público de finales del
siglo XX, y, con seguridad, de principios del siglo XXI.
El punto de partida de la exposición me parece que sólo puede ser uno: la constatación de
la gran expansión que los mecanismos de justicia constitucional ha tenido en los últimos
tiempos en todo el mundo y singularmente en Latinoamérica (1). Es significativo a este
respecto que la mayor parte de las abundantes reformas constitucionales totales o parciales
llevadas a cabo en las décadas de los años 80 y 90 en América Latina hayan incorporado o
reforzado instituciones de justicia constitucional (2) . Como simple botón de muestra
puede recordarse que incluso México, con un sistema jurisdiccional muy asentado desde
hace más o menos siglo y medio, ha convertido su Suprema Corte de Justicia de la Nación,
diseñada originariamente como un tradicional tribunal supremo, en un auténtico tribunal
constitucional en sus reformas de 1994-1995 (3).
Pues bien, este fenómeno de expansión de la justicia constitucional debe llevar a
plantearnos algunas cuestiones sobre el significado, las funciones y los problemas que
suscita. Pero antes de ello, y con finalidad exclusivamente de clarificar la exposición,
deberíamos detenernos, aunque sea de forma breve, en concretar qué entendemos por
justicia constitucional.
2.- HOY LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL SÓLO PUEDE CONCEBIRSE COMO UN
CONCEPTO MATERIAL O SUSTANTIVO.
Tradicionalmente la justicia constitucional se concebía como un concepto formal, lo que
muy posiblemente se debía a un cierto “eurocentrismo jurídico”. En efecto, durante buena
parte del siglo XX, la justicia constitucional era la justicia constitucional concentrada,
diseñada de acuerdo, más o menos, con el modelo que configurara Hans Kelsen durante la
década de los años 20 y que se plasmara originariamente en las constituciones checa y,
sobre todo austriaca, y, por tanto, como justicia constitucional residenciada en un órgano
ad hoc, lo que contrastaba con el otro gran modelo de control de constitucionalidad de las
leyes, el modelo difuso norteamericano o de judicial review, consagrado en Estados
Unidos por el Juez Marshall desde la Sentencia Marbury v. Madison en 1803 a partir de los
precedentes de control de constitucionalidad de leyes estatales.
Sin embargo, en la actualidad, mantener esa dicotomía entre modelo concentrado o
kelseniano, y modelo difuso o norteamericano, resulta muy difícil ya que la misma división
se ha visto superada por el desarrollo de otros modelos en los que conviven técnicas
procesales de control concentrado con técnicas de control difuso, y en los que órganos
jurisdiccionales ad hoc conviven, y a veces se integran, con órganos judiciales ordinarios
que desarrollan tareas de defensa y control de constitucionalidad. Y esa ruptura de los
cánones tradicionales de la justicia constitucional se produce, muy significativamente, en
América Latina, y buena muestra de ello es el caso de El Salvador, donde el órgano
especializado de justicia constitucional, la Sala Constitucional, se encuentra integrada en la
Corte Suprema de Justicia. La consecuencia conceptual de esta superación de la tradicional
dicotomía justicia constitucional concentrada europea versus justicia constitucional difusa
norteamericana es que, en la actualidad, la justicia constitucional ya no puede identificarse
a partir de elementos formales o institucionales; necesariamente el concepto de “justicia
constitucional” hay que entenderlo como un concepto material y sustantivo, que no es otro
que el conjunto de técnicas tendentes a garantizar e interpretar la constitución mediante
mecanismos jurisdiccionales, sean éstos los que sean.
3.- LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL SURGE COMO “GARANTÍA”, PERO ES
SOBRE TODO MECANISMO DE INTERPRETACIÓN, MÁS QUE DE GARANTÍA.
Delimitado el sentido en el que hay que entender en la actualidad la justicia constitucional,
debemos detenernos en una segunda característica de la situación actual de esta institución
jurídica, como es la relativa a la función o funciones que cumple. Como es sabido, la
justicia constitucional, en especial en su diseño kelseniano, surge ante una situación de
crisis de la idea de constitución, como un mecanismo más para afianzar y garantizar los
principios y valores constitucionales, y muy significativamente los derechos fundamentales
y los derechos de las minorías frente a las mayorías parlamentarias. Y, en muchos
ordenamientos, la introducción de mecanismos de justicia
constitucional responde a esa misma idea de crear un “garante de la Constitución”, en
expresión del propio Kelsen (4), ante situaciones de crisis o de debilidad constitucional.
Ciertamente, ese papel de garante o defensora de la constitución que representa la justicia
constitucional resulta muy destacado y útil en los procesos de transición política desde
regímenes autoritarios hacia auténticos sistemas democráticos. Ello explica en buena
medida ese gran protagonismo que los tribunales, cortes o salas constitucionales han tenido
en el proceso de renovación del constitucionalismo latinoamericano vivido en las últimas
décadas, proceso que, no debe olvidarse, no ha sido sino el broche formal al intento de
cerrar décadas de autoritarismo y regímenes de facto que, en ocasiones incluso habían
desembocado en guerras civiles. Esas instituciones de justicia constitucional nacieron con
la firme voluntad de contribuir a la tarea de defender las constitucionales nacionales y
asentar los valores que en ellas se consagran.
Ahora bien, por desgracia, en algunos casos las situaciones de "debilidad constitucional" se
prolongan demasiado tiempo y, por ello, lo que se espera de los tribunales constitucionales,
cualquiera que sea su denominación, es precisamente, y sobre todo, que frenen ataques a la
constitución, ataques que muchas veces pueden acabar con la libertad. Una buena muestra
de ello, sin duda, puede verse en la ejemplar reacción que tuvo la Corte de
Constitucionalidad de Guatemala, reaccionando frente al intento de autogolpe de estado del
Presidente Serrano, reacción que contribuyó decisivamente al fracaso del mismo y, por
tanto, al mantenimiento del sistema democrático. Pero también han existido ejemplos de lo
contrario (5). Consciente del papel que el Tribunal Constitucional podía tener en la defensa
de la constitución y del sistema democrático, el régimen peruano del Presidente Fujimori
no tuvo reparo en forzar la expulsión de parte de los jueces constitucionales, expulsión
solamente reparada mediante su reintegración a los cargos en una decisión que imponía no
sólo la justicia humana sino la propia credibilidad de los valores constitucionales (6).
Pero, a un mismo tiempo, allá donde, felizmente, la crisis desaparece o se atempera y el
riesgo de involución democrática se diluye y se aleja, la justicia constitucional sigue
representando un papel muy importante para el sistema político y jurídico, pero en parte
distinto. La defensa de la constitución, en estos casos, se “desdramatiza”, y se torna en una
tarea de interpretación y actualización de los contenidos constitucionales sumamente
valiosa para mantener el vigor democrático. Dicho de otra forma, no se trata ya sólo, ni
siquiera primordialmente, de "proteger" la constitución frente a embates autoritarios, sino
de protegerla frente a eventuales lesiones que no cuestionan el sistema constitucional en sí,
y, sobre todo, de enriquecer sus contenidos, de adecuar éstos a la propia evolución de la
sociedad, de ser no sólo ni siquiera primordialmente garante de la constitución sino
intérprete de la Constitución.
4.- LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL COMO ELEMENTO DE LEGITIMIDAD
DEMOCRÁTICA.
La siguiente cuestión a la que querría referirme es la del papel que la justicia constitucional
representa o puede representar para legitimar el sistema democrático. Si en los viejos y
asentados sistemas jurídicos con instituciones de justicia constitucional existe un cierto
debate sobre cuál es el fundamento democrático de la existencia y del funcionamiento de la
justicia constitucional (7), en otros países, y en especial en algunos países de América
Latina, la cuestión es en cierto sentido la contraria, esto es, que la justicia constitucional se
convierte en un elemento muy importante de
legitimidad del sistema democrático. Ello, aunque pueda resultar paradójico, no deja de ser
algo preocupante. Conviene aclarar esta afirmación. No se trata, claro está, de que sea
nocivo que la justicia constitucional actúe como elemento de legitimidad del estado de
derecho; por el contrario, esta es precisamente una de las tareas que debe cumplir. Lo que
resulta preocupante es el hecho de que la importancia que en le proceso de legitimidad del
estado democrático tiene la justicia constitucional sea, a veces, excesiva. Si esto es así no
lo es por culpa de la propia justicia constitucional, sino porque ésta viene a “tapar” los
huecos que otras instituciones dejan en ese proceso de legitimidad.
En efecto, y como es sabido, en el estado democrático la legitimidad del sistema es, por
definición, una legitimidad popular que se debe articular, sobre todo, a través de un poder
legislativo elegido por el pueblo y, en los sistemas presidencialistas, por un poder ejecutivo
también nacido de la urnas. Sin embargo, es también un lugar común que, en muchos de
los países latinoamericanos, existe una cierta crisis de legitimidad de las instituciones,
mayor o menor según los casos, y que responde a un complejo de razones que sería
imposible si quiera sintetizar ahora: crisis de los partidos políticos, abusos sistemáticos de
poder, elementos estructurales económicos, prácticas más o menos generalizadas de
corrupción política, etc... Pues bien, lo que ha sucedido en algunos casos es que esos vacíos
de legitimidad han sido ocupados, en parte, por otros órganos, especialmente por
defensorías de derechos humanos (piénsese, por ejemplo en el caso de Perú) y, por lo que
ahora interesa, por órganos de justicia constitucional, que, ante la falta de “empuje”
democrático de los poderes tradicionales, se han visto conducidos a ocupar una posición
institucional que no es la que en principio les corresponde; un ejemplo paradigmático de
ello es el de la Corte Constitucional colombiana, institución de un reconocido prestigio en
el país y fuera de él, pero acentuado, sin duda, por la débil legitimidad de los poderes
tradicionales del Estado ante la situación de crisis profunda del país andino-caribeño.
Este fenómeno de la justicia constitucional como elemento legitimador del sistema tiene un
lado positivo por cuanto objetivamente se contribuye a sostener el estado democrático,
pero también un lado negativo porque supone forzar en cierto sentido una institución
sacándola de su lugar natural, con los riesgos que ello comporta. En todo caso, la solución
a estas situaciones no vendrá de modificar la justicia constitucional sino de recomponer un
equilibrio institucional adecuado a base de reforzar los demás poderes del estado.
5.- LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL COMO ELEMENTO DE TRANSFORMACIÓN
JURÍDICA: EL ORDENAMIENTO HOY ES OTRO. LA LEGALIDAD SE HA
REFORZADO CON LA IDEA DE CONSTITUCIONALIDAD.
Situándonos, ahora, en un terreno más jurídico-formal, la siguiente idea que creo que
permite identificar el papel de la justicia constitucional en la actualidad es la de su papel
como elemento de transformación del ordenamiento jurídico. En efecto, los sistemas
jurídicos latinoamericanos, como buena parte de los europeos, a pesar de insertarse en
sistemas institucionales presidencialistas, se han basado en las categorías tradicionales del
derecho continental, y en especial en la posición central de la ley, en cuanto expresión de la
voluntad general, según la vieja concepción de Rousseau. Sin embargo, la aparición de la
justicia constitucional ha conducido a una cierta transformación del ordenamiento, que se
ve impregnado de los principios y valores constitucionales merced, en especial, a la
actuación diaria de la justicia constitucional. Dicho de otra
forma, la vieja idea de "legalidad" se ve reforzada, y en parte, reemplazada, por la idea de
la "constitucionalidad". La tradicional concepción de la constitución como norma
meramente organizativa y, en cierto sentido, situada en un parámetro casi metajurídico
desde el punto de vista material, se ve sustituida por una concepción de la constitución
entendida como norma directamente eficaz tanto en sus mandatos organizativos o
institucionales, como en aquellos de naturaleza material y sustantiva. Valores y principios
constitucionales, hay que insistir, que se proyectan sobre todo el ordenamiento, en buena
medida por la acción de la justicia constitucional, que, a través de sus distintas
competencias, viene a revisar y a dar una nueva lectura de todo el ordenamiento jurídico.
Incidir más en esta cuestión, magníficamente expuesta hace algunos años por García de
Enterría (8), nos llevaría muy lejos, y manifiestamente más allá del objetivo de esta
intervención; baste, pues, aquí con constatar esta nueva concepción "constitucional" del
ordenamiento jurídico, tributaria de la actuación de la justicia constitucional y que sólo
tiene sentido gracias a esa actuación.
6.- NO HAY UN MODELO ÚNICO DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL, PERO
TIENDE A QUE EL SISTEMA SE CIERRE CON UN ÓRGANO ESPECIALIZADO.
Como ya se ha adelantado, en la actualidad la justicia constitucional, por lo que respecta a
su organización, no puede reducirse a los dos modelos tradicionales de la justicia
constitucional concentrada y de la justicia constitucional difusa. En todo el mundo, y muy
singularmente en América Latina, han aparecido sistemas tributarios de ambos modelos
teóricos, que mezclan elementos de ambos, y que los mezclan de muy distinta forma.
Centrándonos solamente en lo relativo a la posición institucional del órgano encargado de
la justicia constitucional, bien en exclusiva bien como cierre de un sistema difuso, y
simplificando, en América Latina pueden identificarse tres sistemas organizativos de la
justicia constitucional.
Sistema de tribunal constitucional ad hoc. En varios países existe un tribunal constitucional
que ostenta, en monopolio o no, la justicia constitucional, pero que se sitúa fuera del poder
judicial, como órgano no sólo especializado sino también especial. Es el caso de Bolivia,
Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala o Perú.
Sistema de órgano especializado dentro del poder judicial. En otros países, se mantiene
también el principio de que el órgano encargado de la justicia constitucional sea un órgano
especializado, pero éste se inserta en el seno del propio poder judicial. Así sucede, además
de en El Salvador, en Costa Rica, Nicaragua, Paraguay o Venezuela, grupo al que acaba de
incorporarse Honduras.
Sistema de atribución de la justicia constitucional a órganos judiciales no especializados.
Un tercer grupo es el de los países en los que la justicia constitucional se "confunde"
funcional e institucionalmente con la justicia ordinaria; tal es el caso de Argentina, Brasil,
México, Panamá, República Dominicana o Uruguay.
Dos observaciones adicionales cabe hacer en este apartado. Por un lado, en muchos países
el hecho de que exista un órgano jurisdiccional especializado no significa que otros
órganos, y en especial la corte o tribunal supremo, no tengan competencias
también en materia de justicia constitucional, en especial, la declaración de
inconstitucionalidad de leyes con efectos generales (Nicaragua o Paraguay, por ejemplo).
La segunda observación que hay que realizar, y que es la que más me importa destacar
ahora, es que, incluso en este último grupo de países en que no hay órganos de justicia
constitucional formalmente especializados, existe una tendencia a que los órganos
supremos del poder judicial se especialicen como órganos de justicia constitucional; ello
resulta claro, como ya se apuntara, en el caso de México, pero también en otros en los que,
aún sin existir órganos especializados, se atribuye a la corte suprema en pleno en exclusiva
competencias en materia constitucional.
La conclusión que cabe extraer de lo expuesto en este punto es que, sea cual sea el modelo
de justicia constitucional que se adopta, existe la tendencia a que ese sistema esté cerrado
por un órgano especializado, de una forma u otra, en materia constitucional, lo cual resulta
relevante de cara a obtener una cierta unidad en la labor de interpretación de la
constitución; sobre esta cuestión se volverá más adelante.
Desde el punto de vista político-organizativo, también puede concluirse que la opción por
un modelo u otro no tiene excesivas consecuencias prácticas precisamente por ese grado de
concentración al que se tiende. Por tanto, la discusión que se abre periódicamente en
algunos países sobre la conveniencia de reconvertir un tribunal constitucional en una sala
constitucional, como ocurre a veces en Colombia o en Ecuador, es una discusión que tiene
mucho de artificial y, a veces, de pantalla de humo para cubrir problemas que poco tienen
que ver con la configuración orgánica de la justicia constitucional; ésta depende más que
de grandes principios de decisiones más o menos coyunturales dependientes de cada país y
ordenamiento. Lo relevante no es tanto cómo esté organizada sino que sea eficaz e
independiente, y la eficacia y la independencia pueden alcanzarse desde cualquier modelo.
7.- AUNQUE EXISTAN DIFERENCIAS, HAY UN NÚCLEO DE COMPETENCIAS
QUE DEFINEN LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL.
Volviendo ahora al terreno de la definición material de la justicia constitucional, como ya
se ha indicado, existen múltiples variaciones entre unos modelos y otros de justicia
constitucional por lo que se refiere a sus competencias. No obstante esas variaciones,
existen algunos elementos que permiten determinar un núcleo común de competencias para
identificar la función de la justicia constitucional. Esa definición, a su vez, es de una gran
utilidad dogmática ya que a partir de ella es posible abordar, por una parte, un análisis de
teoría general de la justicia constitucional y, por otra, estudios de derecho comparado en
ese mismo campo .
El núcleo común de atribuciones de la justicia constitucional viene definido por dos tipos
de competencias:
a) Por una parte, la justicia constitucional, a través de unos mecanismos procesales u otros,
y con unos efectos u otros, comporta la posibilidad de controlar la constitucionalidad de las
leyes (y eventualmente de otras normas), esto es la adecuación entre aquéllas y la norma
fundamental. Este es, como es sabido, el elemento central que permite históricamente
identificar la justicia constitucional como mecanismo de aplicación y de defensa de la
constitución, y sigue siendo de gran importancia para ese fin.
b) Pero, junto a ello, existe una segunda tarea que resulta central en la función que
desarrolla la justicia constitucional, especialmente en América Latina y en todo el
constitucionalismo de habla hispana. Se trata de la defensa de los derechos fundamentales,
defensa que se lleva a cabo a través de distintos mecanismos procesales que,
genéricamente, pueden definirse como el “amparo”, concepto en el que deben incluirse
todas las acciones de protección específica de derechos fundamentales, sea cual sea la
denominación que reciban en cada ordenamiento: los recursos y juicios de amparo o tutela,
el habeas corpus, y el habeas data son las acciones más comunes. Conviene destacar en
este punto que es el “amparo”, así concebido, un elemento que, si no resulta privativo del
constitucionalismo latinoamericano, sí es en él en el que posee un desarrollo histórico y
actual más rico.
c) Existe un tercer elemento competencial que, aunque no resulta necesario para la
definición de la justicia constitucional, sí es bastante común, extendiéndose de forma
progresiva en los distintos ordenamientos como competencia de la justicia constitucional:
se trata de aquellos procesos conflictuales en los que el tribunal constitucional actúa como
árbitro bien en los conflictos entre poderes del Estado, bien en los conflictos entre entes
territoriales, bien en ambos. Como es obvio, este segundo tipo de conflictos, los de reparto
territorial de competencias son característicos de los sistemas federales, pero no se dan
exclusivamente en ellos, como ponen de manifiesto los ejemplos de Nicaragua o Paraguay.
8.- LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL ALCANZA, EN TODO CASO, A JUECES
Y TRIBUNALES ORDINARIOS, AUNQUE LOS MECANISMOS TÉCNICOS DE
ARTICULACIÓN VARÍEN.
A partir de la configuración que hemos venido haciendo, la siguiente idea en la que
quisiera detenerme es la de que la jurisdicción constitucional, incluso allá donde existen
órganos específicos de justicia constitucional, alcanza a todos los jueces y tribunales. En
efecto, si históricamente a veces querían presentarse los modelos de justicia constitucional
concentrado y difuso como modelos que suponían, en el primer caso, el monopolio de
aplicación de la constitución por el tribunal constitucional, y en el segundo una
equiparación funcional de todos los jueces y tribunales en dicha tarea, esa diferencia,
suponiendo que alguna vez haya realmente sido así, hoy ya es inexistente. En efecto,
también en aquellos sistemas de justicia constitucional en los que existe un órgano ad hoc
de justicia constitucional, éste actúa como cierre del sistema o, como mucho, como titular
en exclusiva de alguna competencia. Pero la idea de que la constitución debe aplicarse en
todo tipo de relaciones jurídicas y, por tanto, en todo tipo de juicio, es una idea que se ha
ido haciendo realidad y que convierte, al menos potencialmente, a cualquier órgano
jurisdiccional en juez constitucional. Y no puede ser de otra manera en la medida en que,
como se ha visto, ha ido tomando cuerpo una concepción normativa de la constitución, que
no sólo limita al legislador, sino que actúa como cabeza misma del ordenamiento; éste es
un sistema de normas que encuentra su cúspide y las reglas formales y materiales que lo
estructuran en la constitución; ésta es tanto norma normarum, como lex legis.
Y en este punto es, muy probablemente, donde el constitucionalismo latinoamericano
alcanza su originalidad mayor puesto que son mayoría los ordenamientos en los que, como
el salvadoreño, convive el control concentrado de constitucionalidad de las leyes, de
efectos generales, con el control difuso que puede ejercitar cualquier juez o tribunal
para el caso concreto. Esta convivencia de técnicas plantea, sin duda, una serie de
cuestiones técnicas que harían excesivamente larga y prolija esta exposición y que, por
tanto, prefiero dejar a un lado. Pero, en todo caso, sí creo que hay que destacar, reiterando
lo ya dicho, que se trata de una característica muy singular del constitucionalismo
latinoamericano y, por otro lado, que más allá de cuestiones técnicas viene a ser una
manifestación de esa cultura de la Constitución como norma jurídica que se proyecta sobre
todo tipo de relaciones jurídicas.
Cuestión distinta es que, siendo la constitución una norma de directa aplicación por
cualquier juez o tribunal, la actuación de éstos deba ordenarse desde el punto de vista
procesal de forma adecuada, en especial allá donde existe un tribunal constitucional
especializado. Y esa articulación no sólo plantea problemas técnicos sino, incluso, con
cierta frecuencia, problemas políticos.
9.- LA "CONVIVENCIA" ENTRE JURISDICCIÓN ORDINARIA Y JURISDICCIÓN
CONSTITUCIONAL DEBE RESOLVERSE EN UNA CIERTA SUPREMACÍA
LÓGICO-FUNCIONAL DE LA SEGUNDA.
En efecto, los sistemas de articulación de los distintos órganos jurisdiccionales en la tarea
de aplicación de la constitución varían mucho de unos ordenamiento a otros, sobre todo,
hay que insistir, allí donde existe un órganos especializado de justicia constitucional, un
tribunal constitucional. En todo caso, esa variedad de soluciones técnicas tiende, también, a
poner de manifiesto la necesidad de que el sistema venga presidido por una finalidad
intrínseca al estado de derecho: garantizar la unidad interpretativa de la constitución ya que
siendo ésta una, y siendo el ordenamiento uno, no cabe que existan mecanismos dispares
de interpretación constitucional independientes. Allá donde no hay órganos de justicia
constitucional especializados, esa unidad interpretativa viene garantizada por la propia
estructura del poder judicial y por la existencia, como es lógico, de un tribunal o corte
suprema. Sin embargo, allá donde sí existe un tribunal constitucional especializado, el
riesgo de dualidad interpretativa existe. Y la solución procesal que se dé para evitarlo, por
razones lógicas, debe partir de la supremacía funcional del órgano de justicia
constitucional. Dicho de otra forma, si se ha creado un órgano especializado de justicia
constitucional es precisamente porque se supone que a él le corresponderá fijar la última
palabra en materia de interpretación constitucional (9).
Las técnicas a través de las cuales pueden buscarse ese efecto unificador de la
interpretación constitucional son diversas. Cabe destacar dos. Por una parte, que el
ordenamiento otorgue efectos especiales (erga omnes) a las decisiones del tribunal
constitucional. La segunda es la de articular, de una manera u otra, y con mayor o menor
amplitud, la posibilidad de que el tribunal constitucional “revise” las decisiones de los
jueces y tribunales ordinarios. Sin menospreciar la utilidad de la primera, es la segunda
técnica, la de la “revisión”, la que mejor garantiza esa unidad interpretativa y la que mejor
permite que los valores y principios constitucionales, y sobre todo los derechos
fundamentales, impregnen la acción de todos los órganos judiciales. Como contrapartida,
la posibilidad de revisión puede suscitar problemas técnicos y políticos, en especial, entre
los órganos especializados de la justicia constitucional y los de la jurisdicción ordinaria.
No obstante, una meditada articulación entre ambos puede ayudar a evitar esos problemas
o a superarlos.
10.- LA EXISTENCIA DE LA JUSTICIA ELECTORAL Y LA JUSTICIA
CONSTITUCIONAL.
Como es sabido, un elemento jurídico típicamente latinoamericano que ha ido
extendiéndose, con éxito, por muchos países es la creación de lo que se ha dado en llamar
la “justicia electoral”, reciba ésta el nombre que sea (a veces, incluso, el de “poder
electoral”), justicia que se organiza de forma autónoma y ajena al poder judicial. En
algunos países esa separación no excluye la posibilidad de revisión de sus decisiones, al
menos de las más importantes, por parte de la justicia constitucional. En otros, en cambio,
la separación entre justicia electoral y poder judicial e, incluso, justicia constitucional, se
ha llevado hasta el extremos de excluir cualquier posible control de las decisiones de
aquélla por los tribunales ordinarios y/o constitucionales.
Aún entendiendo la lógica que puede existir detrás de esta decisión, no cabe duda que esa
exclusión, cuando es radical, abre una puerta a la “huida constitucional”, esto es, a una
actuación que no se ajuste estrictamente a los parámetros constitucionales o que esos
parámetros se definan de forma distinta a como lo hace la jurisdicción constitucional. Por
ello, parece más conveniente que, aunque sea excepcionalmente, la justicia electoral pueda
ver revisadas sus decisiones por la justicia constitucional, asegurando así la unidad en la
aplicación de la constitución.
11.- LOS “RIESGOS” QUE COMPORTA LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL.
Una jurisdicción constitucional como la actual, y definida en los términos en que se ha
hecho, comporta, sin duda, riegos para el correcto funcionamiento del sistema jurídico-
político. Brevemente hay que apuntarlos, por más que se trate de cuestiones que son de
sobra conocidas y que pueden presentar, y de hecho presentan perfiles propios en distintos
ordenamientos.
a) En primer lugar, una justicia constitucional, por definición, comporta un riesgo de
politización dada la trascendencia y la naturaleza de los asuntos que a menudo resuelve,
por más que esa resolución deba someterse siempre a cánones jurídicos.
b) En segundo lugar, y en estrecha conexión con lo anterior, la existencia de la justicia
constitucional lleva aparejado un cierto peligro de que ésta invada los ámbitos de actuación
de los tradicionales poderes del Estado, y tanto del ejecutivo, como del legislativo, o del
judicial.
c) En tercer lugar, y situándonos en otro orden de cosas, la existencia de la justicia
constitucional especializada tiene también el riesgo de una sobrecarga de trabajo de ésta.
Ello es lógico si se atiende a la posición central que la constitución ocupa en el
ordenamiento, y a la que ya se ha hecho referencia, y la práctica de la mayor parte de los
países así lo pone de manifiesto.
Enumerados los riesgos más importantes, los últimos apartados de esta exposición van a
centrarse en intentar apuntar los instrumentos para evitar que esos riesgos se conviertan en
realidad o, al menos, para reducirlos en la mayor medida posible.
12.- LA IMPORTANCIA DE LA VOLUNTAD POLÍTICA EN LA CONFIGURACIÓN
DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL: CONSENSO MEJOR QUE CUOTAS.
Lo primero que enseña la experiencia comparada es que el éxito de la justicia
constitucional depende mucho de que exista una auténtica voluntad política de configurar
adecuadamente una justicia constitucional. Y, pese a lo que pueda creerse, a la larga, el
sistema prefiere una justicia constitucional robusta, desde el punto de vista de su
legitimidad, que débil: una simple ojeada a lo sucedido en los últimos años con el tribunal
constitucional peruano, y a lo que ya hemos hecho referencia, creo que exime de cualquier
consideración adicional.
En efecto, la función jurisdiccional exige siempre fortaleza: un país con un buen sistema
jurisdiccional es un país seguro jurídica y políticamente, con todo lo que ello significa. Por
eso, construir un poder judicial, en general, y una jurisdicción constitucional, en concreto,
con amplia legitimidad detrás, aunque pueda comportar para el resto de los poderes del
estado un riesgo de decisiones puntuales no favorables, acaba resultando una “inversión”
política en la estabilidad del sistema difícilmente mejorable. Para hacer realidad esa amplia
legitimidad resulta mejor un sistema de designación de jueces constitucionales que busque
el mayor consenso posible que un puro sistema de “cuotas” entre los distintos sectores
políticos, que en cierta medida viene sólo a reproducir la relación de fuerzas de éstas en
una función que debe responder a otra lógica de legitimidad. Ciertamente, los jueces
constitucionales no son ni pueden ser seres políticamente asépticos; por el contrario, tienen
que ser capaces de reflejar las diversas sensibilidades de la sociedad en la que se enmarcan
porque sólo así su labor de interpretación constitucional será realmente útil y eficaz. Pero
una cosa es el juez ideologizado y otra el juez sometido a la disciplina de tal o cual partido;
el primero puede y debe seguir siendo independiente; el segundo no. Es verdad que la
barrera entre un juez y otro no siempre es fácil de trazar, pero el prestigio, la formación
jurídica y la calidad intelectual y humana suelen ser más patrimonio del primero que del
segundo.
13.- IMPORTANCIA DEL “AUTOCONTROL” O SELF RESTRAINT Y DE QUE LA
JUSTICIA CONSTITUCIONAL RESPONDA AL PRINCIPIO DE “JUSTICIA
ROGADA”.
Como es sabido, en todo el juego de poderes del estado democrático, y en especial en lo
que atañe a los órganos que están en la cima de dichos poderes, la regla del “autocontrol”
resulta necesaria, por muy bien que estén definidas las atribuciones de cada uno de ellos y
por muy bien que se configuren constitucionalmente los pesos y contrapesos, los checks
and balances. Cuando se trata de analizar la función de los órganos jurisdiccionales en
general, y de los tribunales constitucionales en particular, la regla del autocontrol resulta
aún, si cabe, más imperiosa, ya que difícilmente pueden tasarse los poderes
jurisdiccionales en un estado que pretende regirse precisamente por el Derecho. Sobre esta
cuestión mucho se ha dicho y se ha escrito y poco sentido tiene extenderse aquí. Baste,
pues, como recordatorio que un adecuado funcionamiento de la justicia constitucional
exige autocontrol de quienes la encarnan, ya que su función no es impedir que el resto de
los poderes actúen sino más bien permitir y ayudar a que lo hagan, aunque delimitando las
reglas mínimas a las que deben sujetarse a partir de las correspondientes previsiones
constitucionales. Y ese autocontrol puede verse favorecido
por algunos mecanismos jurídicos además de por el buen hacer de las personas que
encarnan una institución.
En este orden de cosas, por ejemplo, parece conveniente que, como "contrapeso"
institucional, la justicia constitucional responda al principio de “justicia rogada”, es decir,
que deba actuar siempre a instancia de parte y nunca (o sólo muy limitada y
excepcionalmente) de oficio. Esta es una regla que ayuda a atemperar los riesgos de una
desmedida actuación de la justicia constitucional ya que su funcionamiento de oficio
aumenta el potencial expansivo de ésta. Ahora bien, como es lógico, este principio debe ir,
a su vez, acompañado de un correcto diseño de la legitimación para el inicio de los
procesos constitucionales porque, si no fuera así, podría anularse la eficacia misma de la
institución.
Otro elemento central que invita o conduce al autocontrol radica en la buena técnica
jurisprudencial. En efecto, la necesidad de motivar adecuadamente las decisiones
judiciales, no sólo es una garantía para el justiciable, sino para el mismo sistema. El
tribunal, corte o sala constitucional que mantiene unos criterios claros y trasparentes en su
jurisprudencia con ello no sólo gana credibilidad sino que también está sentando las bases
para una actuación coherente y, por tanto, no arbitraria porque la institución no podrá decir
hoy blanco y mañana negro si no es con un alto coste de credibilidad. Es verdad que
cualquier órgano judicial y también los de justicia constitucional deben a veces matizar e
incluso cambiar sus criterios; ello está en la esencia misma de su función, Pero será de
nuevo la correcta motivación la que deberá explicar la rectitud intelectual de ese cambio
alejando cualquier duda de arbitrariedad.
14.- IMPORTANCIA DE UN DISEÑO TÉCNICO ADECUADO DE LA JUSTICIA
CONSTITUCIONAL.
El siguiente orden de reflexiones que quisiera hacer es el relativo al diseño técnico de la
justicia constitucional. Éste debe resultar adecuado para evitar incurrir en los riesgos
previamente señalados. Es verdad que no existen recetas “mágicas”, que no hay reglas, y
que cada país, cada cultura jurídica, atendiendo a sus propias características históricas,
económicas, demográficas, etc..., debe buscar la consecución óptima de ese diseño técnico.
No obstante, de la experiencia comparada, pueden deducirse algunas ideas a tener
presentes.
En primer lugar, la rapidez en la aplicación de la justicia constitucional, unida a la
necesaria prudencia ya señalada, es una fuente de legitimidad para la propia justicia
constitucional y, por tanto, para todo el sistema institucional. Para ello, hay que diseñar
procedimiento ágiles que excluyan recursos meramente dilatorios, y que permitan, entre
otras cosas, inadmisiones in limine de asuntos cuya inviabilidad resulte prima facie
evidente, sea por motivos procesales o, también, de fondo (10).
Una segunda idea a tener presente, es que la existencia de la justicia constitucional debe
articularse correctamente desde el punto de vista procesal con el resto de las funciones
jurisdiccionales ya que, en otro caso, dada la posición de la constitución como regla básica
del ordenamiento, todo conflicto jurídico puede convertirse procesalmente en un conflicto
constitucional, con lo que ello supondría. Por es necesario que la tutela de los derechos y
situaciones jurídicas legales funcione adecuadamente y, muy en especial, la de los
derechos y las situaciones jurídicas que vinculan al ciudadano con la
administración. Una buena definición de la jurisdicción contencioso-administrativa y de
los mecanismos de control ordinario de los poderes públicos, por tanto, no sólo resulta
necesaria para el buen funcionamiento del estado de derecho sino que, además, son
condición previa para un buen funcionamiento de la justicia constitucional que, en otro
caso, acaba convirtiéndose más en una jurisdicción contencioso-administrativa que en una
jurisdicción constitucional, tal y como enseña la experiencia de varios países, como por
ejemplo, Nicaragua (11).
Una tercera idea a valorar es la conveniencia de dar continuidad a los órganos de justicia
constitucional. En efecto, la justicia constitucional, como todo órgano jurisdiccional que
creo jurisprudencia, precisa de reposo para consolidar esa jurisprudencia y de líneas de
actuación coherente que, aunque obviamente no deben excluir cambios de orientación
cuando ello sea necesario, posean continuidad. Las fórmulas para conseguir dicha
continuidad son variadas, y más fácil es identificar mecanismos y prácticas que, por el
contrario, no favorecen la estabilidad institucional de los órganos de justicia constitucional.
Un elemento clave, aunque no el único, es el de la forma temporal de designación de las
personas que deban encargarse de encarnar la justicia constitucional. Una renovación total
y en un mismo momento de todos los miembros de un tribunal o sala constitucional (caso,
por ejemplo de Ecuador) supone abrir largos períodos en los que todo el tribunal está
“pendiente” de su renovación, con la natural rebaja del ritmo de trabajo; pero, además, si la
nueva designación trae un tribunal sin elementos personales de continuidad, o con pocos
elementos personales de continuidad, ello dificultará el mantenimiento de líneas estables
de jurisprudencia. Por tanto, parece preferible el sistema de renovaciones parciales, que
además de casar mejor con la independencia del órgano, favorece su estabilidad
jurisprudencial.
15.- UNA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DIGNA.
La siguiente reflexión que quisiera hacer se refiere no ya a la "calidad" técnica de la
justicia constitucional, sino a su "cualidad". Y es que una correcta actuación de la
jurisdicción constitucional exige la dignificación de la función y del órgano que la lleva a
cabo. Como es obvio, esa dignificación se consigue por muy diversas vías; a la primera ya
se ha hecho referencia: designando para encarnarla a personas preparadas técnicamente y
con la mayor legitimidad posible por parte del resto de los poderes públicos. Pero, además,
la dignificación exige la adecuada dotación de medios personales y materiales y el
reconocimiento institucional de la importancia que un tribunal constitucional tiene. En
definitiva, se trata de generar una cultura jurídica y política de la justicia constitucional
como elemento central de la cultura constitucional.
16.- UNA JUSTICIA CONSTITUCIONAL ABIERTA.
La última reflexión que quisiera hacer es la que se refiere a la necesidad de “abrir” la
justicia constitucional, y de abrirla en varios sentidos. Acabo de señalar la importancia que
tiene la construcción de una cultura de la justicia constitucional como elemento central de
la cultura jurídica. Y a ello puede contribuir mucho el estudio comparado (12). En efecto,
tenemos la inmensa fortuna de pertenecer a una comunidad de estados que compartimos
una lengua y que poseemos culturas jurídicas muy similares. Ello nos da un potencial para
formarnos, para detectar errores y soluciones en las experiencias ajenas que hacen del
método comparado mucho más que una conveniencia una necesidad. A nuestras
instituciones, pues, hemos de pedirles ayuda
para poder hacer realidad ese estudio comparado que permite reflexiones conjuntas e
intercambio de experiencias y de ciencias.
Pero la apertura de la justicia constitucional no sólo debe realizarse desde esta perspectiva
estrictamente comparada. Otra línea de apertura, en especial por lo que se refiere a la tarea
de la defensa de los derechos fundamentales, se encuentra en el proceso de
internacionalización de los derechos humanos. Este es un tema abundantemente tratado en
la doctrina de las últimas décadas, aunque no se encuentre aún cerrado. Tampoco voy a
analizar y ni tan siquiera a enumerar las múltiples cuestiones que suscita la convivencia
entre la jurisdicción constitucional y las jurisdicciones internacionales, en especial, y por lo
que respecta a América Latina, la existencia del sistema interamericano encabezado por la
Corte Interamericana (13). El papel de impulso y de guía que dicha Corte está
representando para el constitucionalismo en América Latina es algo evidente y digno no
sólo de destacar, sino de analizar e incluso potenciar. En ocasiones, esa convivencia entre
tribunales constitucionales y Corte Interamericana se ha visto como una fuente de
conflictos reales o potenciales; pero, aunque algo de eso haya, el balance de esa
convivencia creo que es sumamente positivo. La implantación de una cultura
jurisprudencial de los derechos humanos debe mucho a la Corte Interamericana que no
sólo aporta categorías jurídicas e interpretativas sino que incluso, en ocasiones, abre vías
para hacer efectiva la protección de derechos que desde el ordenamiento interno sería muy
difícil si no imposible transitar; piénsese, por dar sólo un ejemplo, en la importancia que
han tenido varias decisiones relativas a los efectos de legislación nacional de amnistía.
Pero, además, tampoco debe olvidarse que el trabajo de la Corte Interamericana no es un
trabajo que se levante sobre la nada; sus decisiones siempre recaen sobre problemas que
primero han nacido en un ordenamiento concreto y que casi siempre han recibido respuesta
en dicho ordenamiento; ello hace que la relación entre jurisdicción interamericana y
jurisdicción nacional (lo que equivale casi a decir en este campo jurisdicción
constitucional) es una relación recíproca, de ida y vuelta, en la que no sólo los conflictos
sino también las categorías para resolverlos pasan de un plano al otro enriqueciendo a
ambos (14).
Existe un tercer campo, aún, en el que parece claro que la justicia constitucional deberá
abrirse. Como es sabido, y al igual que en otras partes del mundo, también en el continente
americano se han abierto procesos de integración supranacional, como muestran realidades
como el MERCOSUR, la Comunidad Andina o el Sistema de Integración
Centroamericano. Ciertamente, esos procesos resultan aún tímidos desde el punto de vista
jurídico, pero ya han dado algunos pasos, pasos que hay que presumir que la historia no
sólo no detendrá sino que acelerará. Muy complejas son las cuestiones jurídicas que los
procesos de integración plantean en relación con los ordenamientos estatales tributarios de
la vieja idea de soberanía, hoy si no cuestionada sí al menos relativizada. La justicia
constitucional, si nos fijamos en lo sucedido allá donde los procesos de integración han
avanzado más, ha de tener un papel muy importante, consistente, por un lado, en asegurar
que esa integración resulta respetuosa con la democracia y con la libertad, y, por otro, en ir
asumiendo las nuevas categorías jurídicas que la integración genera para proyectarlas sobre
los ordenamiento nacionales. Conceptos como igualdad, unidad de mercado, libre
circulación, libertad de residencia... por citar sólo algunos habrán de reformularse.
Hasta aquí la exposición de algunas ideas para el debate. Queda mucho por decir, pero
espero que estas palabras sirvan, al menos, para animar la discusión.
NOTAS
* Este trabajo tiene su base en una conferencia pronunciada en la Universidad
Centroamericana “José Simón Cañas” de San Salvador; quiero aprovechar estas líneas para
agradecer a la citada Universidad su amable invitación a impartirla. 1. Véase, por ejemplo,
Eguiguren Praeli, F. "Los tribunales constitucionales en Latinoamérica: una visión
comparativa", CIEDLA, Buenos Aires 2000, o, limitado a Centroamérica, R. Hernández
Valle y P, Pérez Tremps (Drts.), La justicia constitucional como elemento de consolidación
democrática en Centroamérica, Tirant Lo Blanch, Valencia 2000. 2. Un seguimiento de
estas cuestiones puede hacerse a través del "Anuario de Derecho Constitucional
Latinoamericano", que desde hace varios años viene editando la Fundación Konrad
Adenauer, o del Anuario iberoamericano de justicia constitucional, que, también desde
hace varios años edita el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. 3. Sobre la
reforma en México puede verse, por ejemplo, J. R. Cossío Díaz, "La justicia constitucional
en México", en Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1997, pp. 221-253. 4. H. Kelsen, “La garantie jurisdictionnelle
de la Constitution (La justice constitutionnelle) », Revue de Droit Public et Science
Politique, 1929, pp. 197 y ss. Posiblemente la primera traducción al castellano de este
trabajo es la realizada por R. Tamayo y Salmorán, y que se publicó en el Anuario Jurídico
I, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 1974, pp. 470 y ss. 5. Sobre esta
cuestión puede verse J. M. García Laguardia, "Justicia constitucional y defensa de la
democracia. El golpe de estado en Guatemala de 1993", Cuestiones constitucionales.
Revista Mexicana de Derecho Constitucional nº 2, 2000; también en
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/cconst/cont/2/art/art1.htm 6. Véase al respecto,
por ejemplo, F. Eguiguren Praeli "Relaciones entre el poder judicial y el Tribunal
Constitucional en el Perú: La evolución del modelo y los nuevos problemas” en Estudios
Constitucionales, Ara Edts., Lima 2002, pp. 367-370. Sobre la vuelta a la normalidad
puede verse S, Abad, http://www.uc3m.es/uc3m/inst/MGP/JCI/02-elperu.html. 7. Sobre
esta cuestión puede verse, por ejemplo, V. Farreres, Justicia constitucional y democracia,
Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1997. 8. Véase su trabajo "La Constitución
como norma y el Tribunal Constitucional", Civitas, Madrid 1981. 9. Sobre esta cuestión
puede verse más en extenso, y referido sobre todo al caso de España, P. Pérez Tremps,
"Tribunal Constitucional y Poder Judicial", Centro de Estudios Constitucionales, Madrid
1985. 10. Véase sobre esta cuestión P. Pérez Tremps, "La admisión en los procesos
constitucionales. Consideraciones de Derecho Comparado", en la obra colectiva Estudios
de Derecho Público. Homenaje a Juan José Ruiz-Rico, Tecnos, Madrid, 1997, vol. II pp.
1381-1393.
11. Véase R. Hernández Valle y P. Pérez Tremps, "La justicia constitucional como
elemento de consolidación democrática en Centramérica", cit., pp. ... 12. Una visión
comparada de la justicia constitucional en los países de habla española y portuguesa
pretende ofrecerse en" Justicia Constitucional en Iberoamérica". 13. Véase, por ejemplo, C.
Ayala Corao, "Del amparo constitucional al amparo interamericano como institutos de
protección de los Derechos Humanos", Caracas 1998. 14. Véase al respecto, por ejemplo,
P. Pérez Tremps, "Las garantías constitucionales y la jurisdicción internacio-nal en la
protección de los derechos fundamen-tales", Anuario de la Facultad de Derecho de la
Universi-dad de Extremadura 10, 1992, pp. 73-
http://bivicce.corteconstitucional.gob.ec/bases/biblo/texto/Constitucionalismo/
Constitucionalismo_en_Ecuador.pdf
EVALUACIÓN FINAL
Examen oral individual sobre 4 puntos.