Está en la página 1de 1

Interpretación de las declaraciones dogmáticas

Una de las ciencias más importantes surgidas durante el siglo 20 ha sido la hermenéutica.
La tradición aprisiona los seres humanos. Era preciso liberarse de la tradición y buscar la
verdad en la razón pura.
No hay nada que se parezca a la razón pura. la razón está siempre históricamente
condicionada.
Si toda verdad está históricamente condicionada, esto significa que, en cierto sentido, todas
las formulaciones de la verdad son relativas. Es decir, que nunca podemos captar la verdad
como tal en estado puro, sino que la verdad se nos comunica en un lenguaje, unas fórmulas,
conceptos e imágenes contextualizados en un tiempo determinado. Este hecho es
extremadamente importante para la teología cristiana. Ante todo, implica que la revelación
está mediatizada siempre por la historia. En segundo lugar, de ahí se sigue que todos los
esfuerzos por comprender la revelación serán limitados.
Hemos utilizar la ciencia contemporánea de la hermenéutica para interpretar los dogmas de
la iglesia.
El Nuevo Testamento dice claramente que Jesús es hombre en el pleno sentido del término
(cf. 1Jn 1, 1-4) y con la misma claridad afirma su divinidad (cf. Jn 20, 28).
Dos tradiciones: Alejandría, que entendía a Jesús conforme al modelo de Logos-sarxc, y la
de Antioquía, que se le aplicaba el modelo del Logos-hombre.
El Concilio de Éfeso (431) sancionó la teología de Cirilo con su fórmula de qué es uno y el
mismo engendrado por el Padre y el nacido de la Virgen María.
El monje Eutiques empezó a enseñar que antes de la Encarnación había dos naturalezas,
pero que después solo quedaba una. León Magno introdujo la distinción entre naturaleza y
persona.
El Concilio de Calcedonia, reunido en el año 451, trató de superar el monofisismo de
Eutiques mediante una fórmula de compromiso basada en Cirilo y en el papa León.
El segundo Concilio de Constantinopla (553) adoptó la teología calcedonense y afirmó que
la única hipóstasis es la del Logos, en la que ha sido asumida la naturaleza humana.
Para concluir, una hermenéutica de la definición dogmática de Calcedonia a la luz de las
interrogantes actuales nos permite decir que, desde la perspectiva del siglo V, Jesús no es
una persona humana, sino una persona divina, mientras que esa misma afirmación
conciliar, transportada a los esquemas del pensamiento contemporáneo, nos permite afirmar
que Jesús es una persona humana.

También podría gustarte