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Bíblica y Sistemática.
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Basado en el libro Teología Bíblica para todo cristiano del extinto
Reverendo Wilfredo Calderón, con referencias del libro Teología
Sistemática de Luis Berkhof, Fundamentos de Teología Bíblica
de Emery H. Bancroft, Diccionario Teológico, Claudionor Correa
de Andrade, Fundamentos de Teología Pentecostal Segunda
Edición Guy P. Duffield y Nathaniel M. Van Cleave, Teología
Básica de Charles C. Ryrie, Charles Hodge Teología Sistemática
Volúmenes I y II.
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I. TEOLOGÍA, LA REINA DE LAS CIENCIAS.
Los primeros que emplearon el vocablo Teología fueron los griegos. La palabra ya
era muy conocida en los tiempos de Pitágoras – uno de los primeros y más ilustres
filósofos de la antigua Grecia. La aplicaban inicialmente a los escritos que versaban
sobre los dioses. Se cree que haya sido Ferécides el primero en emplear la
terminología. Más tarde, Aristóteles le daría al término una connotación más
científica. En su filosofía especulativa, la teología aparece como una de las
divisiones de la metafísica.
II. DEFINICIÓN.
La palabra Teología está formada por dos vocablos griegos: Theos, Dios + logia,
estudio. Etimológicamente, teología significa estudio o discurso racional sobre Dios.
La teología, como toda ciencia debidamente ordenada y metódica, también tiene sus
divisiones. Tradicionalmente se le viene presentando en cuatro partes distintas pero
muy relacionadas: Teología Sistemática, Teología Bíblica, Teología Histórica y
Teología Práctica.
1. Teología Sistemática.
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En general, la teología sistemática se subdivide en ética, dogmática y polémica.
2. Teología Bíblica.
3. Teología Histórica.
La Teología Histórica tiene como fin comparar los diferentes credos, artículos de
fe y dogmas de la Iglesia cristiana para contrastar sus diferencias, buscando
siempre su armonía con la Palabra de Dios.
4. Teología Práctica.
Según el escéptico Renán, la teología es una invención del siglo XIII, y la asemeja a
una catedral gótica: tiene toda la grandeza, los vacíos inmensos y poca solidez. Sin
embargo, si el pensador francés conociera bien las sagradas Escrituras, se percataría
de que la mejor imagen de la teología fue la que hizo el salmista: la Ciudad Santa.
Jerusalén es la figura que mejor se ajusta a la teología bíblica, ya que fue edificada
con toda solidez (Salmo 122:1). Es a esta ciudad a la que suben los peregrinos del
Señor para adorarlo en la hermosura de su santidad. Se mezclan ahí devoción y
conocimiento en un culto que nos hace propicio a aquel que es la sabiduría misma.
1. Dios existe y mantiene una firme relación con el universo. Según profesan los
deístas, el Todopoderoso se limitó a crear el universo, pero no mantiene con éste
ninguna relación. Sin embargo, el teísmo bíblico afirma con toda claridad que
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Dios no sólo creó sino que también preserva el universo, y con su creación
cultiva una relación amorosa y redentora.
3. Dios ha dado medios mediante los cuales el ser humano puede llegar a
conocerlo. Como vimos en el punto anterior, no es imposible que el ser humano
conozca experimental y redentoramente a Dios. Por último, Él mismo nos creó
con tales posibilidades. El sabio lo entendió muy bien: “Todo lo hizo hermoso
en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el
hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”
(Eclesiastés 3:11).
A semejanza de las demás ciencias, posee la teología sus fuentes, sin las cuales no
podría fundamentar sus declaraciones y artículos. Sus principales fuentes son:
2. La Conciencia. Siendo la voz secreta que el Señor nos puso en el alma, y que
está presta a aprobarnos o desaprobarnos, recordándonos siempre de que hay un
Dios en los cielos a quien un día seremos llamados a dar cuentas, puede
considerarse la conciencia una de las fuentes primarias de la teología. A los
romanos, el apóstol Pablos les habló acerca de la función de la conciencia:
Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los
hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que
no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque
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no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que
Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a
mi evangelio. (Romanos 2:13-16).
Lo que Pablo quiso dejar bien claro a los gentiles era que, aunque no tuvieran ellos la
ley y los profetas, podrían, mediante la observación de las cosas creadas, haber llegado
a la conclusión de que la existencia del único y verdadero Dios es una realidad. Sin
embargo, en vez de eso, decidieron divinizar a la criatura y despreciar al Creador. Un
pensador francés alababa a Dios por su creación, pero reconocía que esta tenía muchas
limitaciones: “La naturaleza tiene perfecciones por las cuales demuestra que es imagen
de Dios, y defectos por los cuales demuestra que de Él es sólo la imagen…”.
Siendo la naturaleza portadora de un lenguaje tan elocuente, se le tiene como una de las
fuentes de la teología; Dios la usa para revelarse al hombre. Sin embargo, es insuficiente
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para demostrar todas las afirmaciones del único y verdadero Dios. Se hace necesario
recurrir a las Sagradas Escrituras, fuente de toda verdad y perfección.
Todos los santos tuvieron una profunda y sobresaliente experiencia con Jehová,
y sobre ella pusieron los fundamentos de su teología. Mediante la experiencia
concluimos: la ciencia que trata acerca de Dios y de sus relaciones con el
universo no sólo es válida; es significativamente transformadora.
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El sistema más completo del período fue erigido por Juan Damasceno (700-
760). Se considera su Resumen de fe ortodoxa la primera teología sistemática
propiamente dicha. Damasceno es el teólogo más grande de la Iglesia Católica
Griega.
2. Edad Media. Pasarían siete siglos más hasta que la doctrina cristiana se
comienza a sistematizar debidamente. La tarea proseguiría con los escolásticos.
Aprovechándose de los principios desarrollados por Aristóteles, fueron
erigiendo con paciente meticulosidad el edificio de la Dogmática cristiana. Se
destacan en este período los nombres de Anselmo, Abelardo, Pedro Lombardo y
Tomás de Aquino.
5. Período Confesional. Este período, que abarca los siglos XVII y XVIII, marca
la aparición de grandes sistemas teológicos y admirables dogmáticas. Los
escolásticos protestantes, siguiendo a los católicos medievales, se esforzaron al
máximo por presentar un completo ordenamiento de las doctrinas de la Reforma
Protestante a fin de que la Iglesia se mantuviera invulnerable a las influencias
romanistas.
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No obstante, faltó muy poco para que los herederos espirituales de Lutero no
sustituyeran la Biblia con tradiciones simplemente humanas. Se corría el riesgo
de que se consideraran los credos y artículos de fe luteranos y calvinistas como
superiores a la Palabra de Dios.
CONCLUSIÓN.
Con este Diccionario teológico, creo estar contribuyendo, aunque
modestamente, al estudio significativo de la doctrina cristiana. Aunque no sea
una teología sistemática, procura ser lógico y preciso en sus definiciones. Es
claro que no siempre logramos alcanzar este objetivo. Sin embargo, de algo
estoy consciente: procuré hacer lo mejor para que el nombre de Dios fuera
glorificado en todo.
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CONTENIDO
INTRODUCCIÓN………………………………………………………… 15
Estudio 1
Bibliografía…………………………………………………………………
A. Introducción.
B. Sus nombres.
C. Sus divisiones.
D. Sus propósitos.
E. Su autoridad.
F. Su inspiración divina.
G. Pruebas internas de su inspiración.
H. Pruebas externas de su inspiración.
I. Responsabilidad hacia su mensaje.
Estudio 2
DIOS, SU PERSONA
A. Introducción.
B. Argumentos bíblicos de su existencia.
C. Argumentos teológicos de su existencia.
D. Dios es una persona espiritual.
E. Cualidades de su personalidad divina.
F. Su obra como dador y sustentador de la vida.
Estudio 3
A. Introducción.
B. El nombre YHVE o YAHWEH.
C. El nombre Elohim, “el Dios Creador”.
D. El nombre Adonai, “el Señor”.
E. El nombre El Shadai, “el Poderoso”.
F. El nombre Rofeca, “el Sanador”.
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Estudio 4
A. Introducción.
B. Atributos intransitivos de Dios.
C. Atributos transitivos de Dios.
Estudio 5
A. Introducción.
B. La Trinidad en el Antiguo Testamento.
C. La Trinidad en el Nuevo Testamento.
D. Pruebas bíblicas a favor de la Trinidad.
E. La Trinidad en la Redención.
F. La Trinidad en el Avivamiento Pentecostal.
G. La Trinidad en los dones, ministerios y operaciones.
H. Igualdad en nombres, atributos, obras y adoración.
Estudio 6
EL SEÑOR JESUCRISTO
Cristología…………………………………………………………….
A. Introducción.
B. Lo que se dice acerca de Jesús.
C. La Biblia habla de su preexistencia.
D. El Antiguo Testamento anunció a Jesús.
E. El Nuevo Testamento da testimonio de Él.
F. Doble naturaleza en una personalidad.
G. Atributos intelectuales de Jesús.
H. Atributos morales de Jesús.
I. Atributos esenciales de Jesús.
Estudio 7
EL ESPÍRITU SANTO
Neumatología………………………………………………………….
A. Introducción.
B. La personalidad del Espíritu Santo.
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C. Sus atributos personales en acción.
D. Símbolos del espíritu Santo.
E. La obra del Espíritu Santo en el mundo.
F. La obra del Espíritu Santo en la Iglesia.
G. El bautismo en el Espíritu Santo.
Estudio 8
Angeología………………………………………………………………
A. Introducción.
B. Su creación, morada, número, jerarquía y servicio.
C. Caída de Satanás y muchos ángeles.
D. El infierno, morada abismal de Satanás.
E. Teoría del descenso de Cristo al infierno.
F. La demonología y el ministerio de liberación.
Estudio 9
EL HOMBRE
Antropología…………………………………………………………….
A. Introducción.
B. La teoría de la evolución del mundo y del hombre.
C. Fallas de la teoría de la evolución.
D. Doctrina bíblica de la creación.
E. Constitución espiritual, moral y psicológica del hombre.
F. La imagen y semejanza de Dios en el hombre.
G. Cualidades especiales del hombre, a diferencia de los animales.
H. Origen del alma y las características espirituales.
Estudio 10
EL PECADO
Hamartiología……………………………………………………………….
A. Introducción.
B. Origen y naturaleza del pecado.
C. Conceptos y definiciones del pecado.
D. Transmisión del pecado.
E. Efectos inmediatos y permanentes del pecado.
F. Castigo actual y escatológico del pecado.
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Estudio 11
LA SALVACIÓN
Soteriología…………………………………………………………………..
A. Introducción.
B. El plan de la salvación u ordo salutis.
C. Base de la salvación: la muerte de Cristo.
D. Llamado al arrepentimiento y a la conversión.
E. Fe en Cristo para la salvación por gracia.
F. Regeneración y nuevo nacimiento.
G. La justificación y sus varios aspectos.
H. La santificación como un acto y un proceso.
Estudio 12
LA IGLESIA DE JESUCRISTO
Eclesiología…………………………………………………………………….
A. Introducción.
B. Nombres, figuras y definición de la Iglesia..
C. Origen, naturaleza y desarrollo de la Iglesia.
D. Relación de la Iglesia con Israel.
E. Estructura ministerial de la Iglesia.
Estudio 13
A. Introducción.
B. Vida humana después de la muerte.
C. Sistemas de interpretación escatológica.
D. El rapto de la Iglesia y la tribulación.
Estudio 14
A. Introducción.
B. La segunda venida de Cristo (La Parusía).
C. El triunfo de Jesús en la batalla de Armagedón.
D. Jesús viene a establecer su reino milenial.
E. El juicio final y la Nueva Jerusalén.
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INTRODUCCIÓN
¿Para quiénes es el estudio de la teología bíblica? Todo creyente en Jesucristo
merece y necesita estar informado acerca de los distintos temas doctrinales de la Biblia.
Después de la experiencia de la salvación, la segunda cosa más importante en la vida
cristiana es conocer todo lo que concierne a las cosas de Dios. La siguiente definición
puede darnos luz sobre lo que se pretende en un tratado como este: Teología es el
estudio de Dios y las cosas divinas, basado en la revelación dad al hombre en las
Escrituras, centrado en la persona y obra de Jesucristo, bajo la dirección del Espíritu
Santo y sistematizado en sus varios aspectos dentro de la Iglesia cristiana. Es común oír
a personas que equivocadamente dice: “a mí no me interesa la teología; lo importante es
que yo sea salvo y sepa vivir la vida cristiana”; o “yo no estoy capacitado para hablar de
teología; lo único que sé es que el Padre envió a su Hijo unigénito para salvar a los
pecadores y hacerlos hijos de Dios”; o, “la teología es para los que no oran ni buscan el
poder del Espíritu Santo”. Sin embargo, no hay expresiones más erróneas que estas,
porque tan pronto como alguien habla de Dios, la Biblia, Jesucristo, el pecado, la
salvación, la Iglesia, la vida eterna, el diablo, los demonios y otros asuntos de esta
naturaleza, ya está andando sobre el terreno de la teología, aunque no quiera darle ese
nombre.
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la lista de obras literarias en circulación. Este manual fue concebido y dado a luz con el
firme propósito de poner en las manos del pueblo cristiano una herramienta de uso fácil
y acertado en el campo de la preparación de obreros para la cosecha en la viña de
nuestro Salvador. Específicamente, este se presenta como un curso estandarizado para la
formación de educadores cristianos en todo el mundo de habla hispana. Junto con un
número de cursos, de diversos géneros pero de la misma categoría, este libro constituye
una parte integral del plan que se implementará para la capacitación y acreditación de
millares de hombres y mujeres que se quieran ocupar de los cuatro trabajos que el Señor
le encomendó a su Iglesia: predicar el evangelio a los no salvos, educar y discipular a
los convertidos, fortalecer espiritualmente a los miembros de la Iglesia y enviar al
campo evangelístico a los que quieran servir a su Maestro.
¿Cómo realizar el estudio de este curso de teología bíblica? Este libro puede ser
leído libremente para que el lector saque de él todo el provecho posible, como mejor lo
crea conveniente. Sin embargo, de mayor beneficio será tomarlo como parte del plan de
formación de educadores, para lo cual tendrá que inscribirse a uno de los módulos o
grupos de estudios organizados por las Iglesias en cada ciudad o región. En tal caso se
tendrá que trabajar con la guía de estudio preparada para dicho programa. Muy
importante es que en casos de esta naturaleza, los estudiantes formen grupos y
subgrupos bajo la dirección del Pastor, Supervisor o Maestro que él designe, a fin de
realizar las tareas de manera sistemática y mantener un registro de actividades. En todo
caso, esperamos que la lectura diligente de este material pueda producir en los lectores
un cambio positivo en el desarrollo de su vida espiritual y su participación en el servicio
del Señor.
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Estudio 1
B. SUS NOMBRES.
1. Etimología y significado del nombre Biblia. Este nombre no aparece en
ninguna parte de las Escrituras, pero la humanidad se acostumbró a aplicarlo
a la colección de documentos sagrados. La palabra “Biblia” es un nombre
griego plural, Biblia, “libros”, del singular biblión, “libro”, término que
deriva del nombre de la planta de papiro, biblós. Este nombre da a entender
que la Biblia es una colección de libros, por lo que se puede hablar de ella
como una verdadera “biblioteca”. La Biblia no siempre tuvo el formato ni la
presentación que ahora tiene; es más, ninguno de los libros de la Biblia tuvo
desde su origen la forma de un libro como lo conocemos hoy.
(a) Tabletas de barro. El material más antiguo sobre el cual se hicieron
inscripciones a partir del año 3000 a.C., fueron ladrillos o tabletas de
barro, los cuales después de ser impresos eran cocidos para poder
coleccionarlos en bibliotecas tan antiguas como la de Asurbanipal. Los
sumerios y caldeos fueron los que inventaron la escritura.
(b) Rollos de papiro. Ya a partir del año 260 a.C., los egipcios empezaron a
escribir sobre papiros, que eran unas láminas hechas de la médula de las
cañas de papiro, muy común en las orillas del río Nilo. Sobre este tipo de
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material se escribía toda clase de información, incluyendo los escritos del
Antiguo Testamento, y se guardaban en forma de rollos. Moisés y sus
sucesores pudieron haber aprendido a escribir sobre este tipo de material,
pues les era familiar por haber vivido cuatrocientos años en Egipto antes
de que se escribiera la primera parte del Antiguo Testamento, el
Pentateuco.
(c) Los pergaminos. Más tarde, como en el tercer siglo a.C., surgió en
Pérgamo, de Asia Menor, la industria de los pergaminos, hechos de
pieles de ovejas, terneros y cabras, un material más duradero y práctico
para la escritura. En este nuevo tipo de material fueron escritos los libros
del Nuevo Testamento, como se nota en la mención que Pablo hace de
los libros, mayormente los pergaminos (2 Timoteo 4:13).
2. Otros nombres dados a la Biblia. Entre los nombres más comunes con que
se designa este santo libro a través de sus páginas sobresalen los dos
siguientes:
(a) Las Escrituras. ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? (Lucas 24:32).
Jesús se refirió a ella de la siguiente manera: Escudriñad las Escritura;
porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son
las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39). Cuando en la Biblia aparece el
nombre “Escritura” en singular se refiere al Antiguo Testamento como
una colección de documentos inspirados. Por ejemplo, en Juan 7:42 los
judíos comentan: ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la
aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? En 2 Timoteo
3:16 leemos: Toda la Escritura es inspirada por Dios.
(b) La Palabra de Dios, así llamó Jesús al Antiguo Testamento, al decir: Si
llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura
no puede ser quebrantada) Juan 10:35. También el apóstol Pablo usó este
nombre cuando dijo: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios (Romanos 10:17). La Escritura, la Biblia, es la Palabra de Dios, la
verdad dada por Él; y como tal, ella es la única comunicación de la
verdad divina. Dios ha usado muchos medios para comunicarse con sus
criaturas humanas, pero la Biblia es el medio especial de revelación más
firme y permanente. Jesús hizo una marcada distinción entre la Palabra
de Dios y la tradición humana cuando reprochó el error de los judíos que
no distinguían entre la una y la otra: No le dejáis hacer más por su padre
o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que
habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a éstas. (Marcos
7:12, 13). Pablo se refiere a las profecías del Antiguo Testamento
referentes a Israel como la palabra de Dios: No que la palabra de Dios
haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas.
(Romanos 9:6).
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C. SUS DIVISIONES.
1. Divisiones que la Biblia da de sí misma. La división tripartita del Antiguo
Testamento que se halla en la Biblia misma consiste de la Ley, Los Profetas
y los Salmos (La Hagiógrafa). La Ley consta de los primeros cinco libros del
Antiguo Testamento. Los Profetas abarcan la mayoría de los históricos
(Josué, Jueces, Samuel y Reyes), seguidos por los libros proféticos (Isaías,
Jeremías, Ezequiel, más los doce profetas menores que formaban un solo
libro). Los Escritos o Salmos incluyen todos los demás libros (Salmos,
Proverbios, Job, Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester, Daniel,
Esdras, Nehemías y Crónicas).
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D. SUS PROPÓSITOS.
1. Dar testimonio de Jesucristo. El primer propósito de las Sagradas
Escrituras es dar testimonio acerca de Jesucristo. Y comenzando desde
Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las
Escrituras lo que de él decían (Lucas 24:27). El testimonio que la Biblia da
es para hacernos sabios para la salvación por la fe: Y que desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:15). El Nuevo
Testamento fue añadido al Antiguo en cumplimiento de la promesa de que el
Espíritu Santo nos guiaría a toda la verdad acerca de Cristo (Juan 16:12-15).
Dios nos dio las Escrituras para promover la salvación del mundo. Cristo
murió y resucitó en cumplimiento de la profecía bíblica para que se predicara
en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas naciones
(Lucas 24:46, 47). Que Jesús es el tema central de las Escrituras y de toda la
teología cristiana es algo que jamás se debe dejar de lado. Es interesante la
frase con la que D. R. Nichols empieza su artículo, el Señor Jesucristo: “El
Señor Jesucristo es la figura central de toda la realidad cristiana; por
consiguiente, las verdades acerca de Él son centrales en el cristianismo”.
Esta es suficiente razón para que la Biblia se ocupe de Él.
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E. SU AUTORIDAD.
F. SU INSPIRACIÓN DIVINA.
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2. En qué consistió la inspiración. El Espíritu Santo santificó y guió a los
escritores para que, en algunos casos, recibieran la revelación de Dios y en
otros descubrieran o recordaran los hechos, para luego transmitirlos por
escrito. Esto no dejó sin acción a los autores, aunque tampoco los dejó sin
dirección. Dios los usó tal como eran, con su carácter y temperamento, sus
dones y talentos, su educación, cultura, vocabulario, dicción y estilo. El
Espíritu Santo vino a la mente de cada escritor y lo impulsó para que
escribiera: librándolo de la influencia del pecado y guiándolo en la selección
de sus palabras y la fluidez de sus pensamientos.
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inspirada toda por Dios (2 Timoteo 3:16) a través del Espíritu Santo (2 Pedro
1:19-21).
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la traducción y publicación de las distintas versiones de la Biblia
aseguran que en la actualidad se cuenta con más de cinco mil
manuscritos y fragmentos de los documentos de la Palabra de Dios. De
manera que, aunque no contamos con los originales, sabemos que existen
muchas fuentes fidedignas de los escritos inspirados de la Palabra de
Dios.
(b) Las traducciones primitivas. Existen traducciones, paráfrasis y versiones,
igual que comentarios y obras exegéticas que confirman la verdad, la
integridad y la importancia del Libro de los libros. Por ejemplo, está la
Peshita, versión Siriaca del año 150 d.C. Están la Itala, versión latina del
año 160, y muchas más. A esto agreguemos los centenares de
traducciones y la distribución de millones y millones de ejemplares de la
santa Biblia en todo el mundo.
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3. Su influencia en la vida humana. La influencia que ejerce la Palabra de
Dios en la sociedad se empieza a ver en la transformación que se efectúa en
la vida de cada una de las personas que son alcanzadas con su mensaje.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y os
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreo
4:12). Las consecuencias de creer en la Palabra de Dios son notables.
a. En las sociedades primitivas. La historia de la humanidad nos
muestra que cuando la Biblia ha llegado a individuos y grupos de
culturas remotas, o a pueblos de educación muy escasa y costumbres
no refinadas, estos han sido afectados positivamente. Son dignos de
notar los casos de las comunidades caníbales de algunas regiones del
mundo que han sido civilizadas por el poder del evangelio. Se ilustra
esto con la anécdota de un filósofo ateo de la alta sociedad que fue
como turista a una región remota e incivilizada. Se detuvo para hablar
con un indígena quien, bajo la sombra de un árbol, leía un libro. El
deseo del viajero era averiguar qué tipo de libro leía un hombre tan
pobre y sencillo como aquél. Al descubrir que leía la Biblia se dirigió
a él con un tono de burla, diciéndole que la gente educada ya no lee
cosas como esa, y que él con gusto le podría traer libros más
importantes para que él y sus vecinos se hicieran más inteligentes. El
humilde campesino miró al filósofo con una sonrisa amable, y le dijo:
“Amigo, si no fuera por la lectura de este santo libro, mis vecinos y
yo ya estaríamos preparando una fogata para para asarlo a usted y
darnos un gran festín como lo hacíamos con cualquier atrevido que se
acercara a nuestra aldea. Lo que debe hacer es darle gracias al Dios
que nos dio este libro por habernos transformado de caníbales en
cristianos llenos del amor de Jesucristo”. El Dios de la Biblia ha
determinado que la educación y la sabiduría no son sólo para las
clases privilegiadas sino para todos los que lean y crean en Él.
Pensemos en la obra realizada por Livingstone, Hannington, Moffat y
Day, en África; la de Schwartz, Ziegenbalg y Carey, en la India; la de
Judson, en Birmania; la de Paton en las Nuevas Hébridas, y la de
muchos misioneros que están siendo instrumentos en la propagación
de la Palabra de Dios.
b. En los altos círculos de la sociedad moderna. También es importante
señalar que las enseñanzas bíblicas han elevado el nivel de las
sociedades civilizadas. Es cierto que el materialismo y la
degeneración moral han hecho retroceder a las culturas del mundo
ilustrado y científico que antes profesaban una fe bíblica y los han
hundido de nuevo en las tinieblas de la incredulidad y el pecado; sin
embargo, la luz del evangelio está reconquistando a muchos.
Compare la condición de los países cristianos con los que creen y
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practican religiones como el hinduismo, el budismo, el islam y otras
creencias paganas. Compare, por ejemplo, el trato que se le da a la
mujer en los pueblos musulmanes con el lugar que ocupa en las
sociedades cristianas. La diferencia la ha establecido el conocimiento
y la aplicación de la Palabra de Dios.
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Estudio 2
DIOS, SU PERSONA
TEOLOGÍA, PRIMERA PARTE
A. INTRODUCCIÓN.
Después de haber considerado el tema de la revelación escrita, lo más natural y
apropiado es seguir con la doctrina de Dio el Padre. Dios es el principio básico,
fundamental y único para cualquier estudio de las cosas divinas. La teología, de
Theos, “Dios” y lógos, “tratado”, es la búsqueda de un conocimiento acerca de
Dios. El privilegio de contar con una “teología” se debe a que Dios ha querido
revelarse a sí mismo a sus criaturas por medio de su Palabra y en la persona de
Jesucristo su Hijo. Jesús dijo: Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Juan 17:3).
Él se ha revelado generalmente en la naturaleza, individualmente en la
conciencia humana, verbalmente en las Escrituras y personalmente en su Hijo
unigénito, Cristo Jesús. De manera que podemos realizar la tarea de desarrollar
una teología, porque Dios se ha acercado a nosotros, nos ha revelado su voluntad
y nos da la capacidad de conocerlo y proclamarlo al mundo como el único Dios
verdadero. Por eso Juan se expresó de la siguiente manera: Sabemos que el Hijo
de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es
verdadero (1 Juan 5:20). En este estudio cubriremos los siguientes temas acerca
de Dios: su existencia absoluta, personalidad divina, sus cualidades personales y
su poder vivificante.
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(Génesis 1:1). ¿Cómo podría crear los cielos y la tierra alguien inexistente?
¿Y qué necesidad hay de probar la existencia de uno que ya desde el
principio se presenta actuando, creando y organizando todo lo que existe? En
cualquier lugar que se menciona a Dios en la Escritura, se sobreentiende que
Él existe; de otro modo, lo que se dice de Él no tendría sentido.
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haya dado existencia y movimiento. Esa primera causa tiene que haber
existido antes de todo y haber tenido la capacidad de crear y dar vida, el
cual, indudablemente es Dios.
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mente a un Dios impersonal, difuso en el universo e imposible de describir.
Esta ha sido la equivocación de los panteístas, que creen que Dios es todo y
todo es Dios. Tampoco podemos llegar al extremo de los animistas, que le
atribuyen divinidad a las cosas creadas, como los que adoran al sol, la luna,
las estrellas y hasta a los árboles y los animales. La Biblia nos presenta a un
Dios personal, quien se comunica con sus criaturas y se manifiesta de
distintas maneras, dando a conocer los distintos aspectos de su personalidad.
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¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque
¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
(Romanos 11:33, 34).
b. Dios posee y manifiesta sentimientos. La Biblia también abunda en
información acerca de los sentimientos de Dios como una persona real.
Cuando la humanidad se corrompió en su pecado, violencia y rebelión,
Dios expresó su disgusto y determinó aplicar los efectos de su ira contra
los impíos: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era
de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho
hombre en la tierra, y le dolió en su corazón (Génesis 6:5,6). El
resentimiento de Dios y su enojo constante contra los que hacen lo malo
se manifiestan en las palabras del Salmista: Dios es juez justo, y Dios
está airado contra el impío todos los días (Salmos 7:11).
c. Dios ejecuta su voluntad libremente. De igual manera se describe en las
sagradas Escrituras la facultad absoluta de Dios de disponer y ejecutar
cada una de sus obras de acuerdo a su soberana voluntad. Por ejemplo, el
Salmista exclamó: Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha
hecho (Salmos115:3). Como persona divina, Dios no sólo es la plenitud
de toda inteligencia y lo más profundo de todos los sentimientos sino que
es absolutamente libre para decidir y ejecutar sus obras según su
soberana voluntad. También se dice enfáticamente que: todo lo que
Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos
los abismos (Salmos 135:6). Todo esto nos demuestra que Dios es un ser
cuyas cualidades personales se manifiestan a través de las Escrituras.
Aun el relato de la creación de Adán da testimonio de la personalidad de
Dios. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Un Dios sin
personalidad hubiera sido incapaz de crear a una persona.
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echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al
gergeseo, al amorreo y al jebuseo (Josué 3;9, 10). Estos eran países que
adoraban a dioses falsos, por lo tanto estaban en el programa de exterminio
encomendado al pueblo de Israel. Pablo alude a la eternidad de Dios cuando
le escribe a Timoteo, refiriéndose a la Iglesia como la casa de Dios, que es la
Iglesia del Dios viviente (1 Timoteo 3:15). Los hebreos veían a su Dios en
los eventos de su historia como el Dios vivo y verdadero. Una forma común
de empezar un voto era usando las palabras: Vive Jehová, como en Jueces
8:19. Dios jura por su propia vida en Números 14:21. Dios y la vida van
juntos, pues en la Escritura no se habla a ningún dios de muertos sino sólo al
Dios de los vivos (Marcos 12:27). Dios es la fuente de vida (Salmos 36:9).
3. Dios tiene vida en sí mismo y la imparte a sus criaturas. Jesús habló del
Padre como quien tiene vida en sí mismo: Porque como el Padre tiene vida
en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo (Juan
5:26). Dios es el que da vida a todas las cosas (1 Timoteo 6:13). Ninguna
criatura tiene vida en sí misma; toda vida es un don de Dios. Dios formó al
hombre del polvo de la tierra y sopló aliento de vida en su cuerpo inerte para
que se convirtiera en una persona viviente. Aun cuando Adán compartía vida
física con la vida animal, fue creado exclusivamente a la imagen de Dios, y
por lo tanto, tenía la capacidad de establecer una relación con el Dios
viviente. La vida física nos ha sido transmitida por Adán, pero Jesucristo es
el Espíritu dador de vida (1 Corintios15:45). En su primera venida, Cristo
murió por nosotros y resucitó de los muertos. Así fue como destruyó a la
muerte y trajo vida e inmortalidad por medio del evangelio (2 Timoteo 1:10).
31
Estudio 3
A. INTRODUCCIÓN.
2. Los nombres de Dios fueron revelados por Él mismo. Los nombres con
los que nosotros identificamos a Dios fueron dados a conocer por Él mismo
a través de su revelación. En la Biblia aparece una variedad de nombres muy
significativos, los cuales identifican a Dios; pero estos no le fueron
designados por su pueblo; son de origen divino. Sus nombres incorporan las
facetas de la revelación de sí mismo. Cada uno de ellos manifiesta los
aspectos del carácter, la personalidad y el poder de Dios.
32
sino el Dios viviente que había sido adorado por Abraham, Isaac y Jacob y
quien dijo: Jehová (….) este es mi nombre para siempre (Éxodo 3:15).
33
C. EL NOMBRE ELOHIM, “EL DIOS CREADOR”
34
D. EL NOMBRE ADONAI, “EL SEÑOR”.
35
esto. Dios prometió hacer de esta pareja los progenitores de una gran nación
(Génesis 12:2). Segundo, El Shadai es el Dios de las bendiciones
inagotables. El Shadai cambió el nombre de Abram, “padre exaltado” a
Abraham, “padre de una multitud”, y le hizo una promesa inigualable: Te
multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti
(Génesis 17:6).
36
Estudio 4
37
B. ATRIBUTOS INTRANSITIVOS DE DIOS.
38
único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén (1
Timoteo 1:17). A nosotros se nos hace difícil entender la eternidad de Dios
porque nuestra mente está influenciada por los eventos que suceden en el
tiempo. Somos criaturas del pasado, presente y futuro, pero Dios trasciende
lo temporal, a la vez que es el Creador del tiempo, al cual puso bajo su sola
potestad (Hechos 1:7).
39
es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él
dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:18,19). Dios nunca
será más poderoso, porque en su mano está la suma de todas las
posibilidades. Nunca será más bueno, porque es la perfección de la bondad.
Nunca será más santo porque es la esencia de la santidad. La actitud de Dios
hacia el pecado es la misma que tuvo cuando expulsó a Adán y Eva del
huerto de Edén. Santiago el hermano del Señor se refirió al atributo de la
inmutabilidad de Dios, asociándolo con la firmeza de sus obras bondadosas.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago 1:17).
40
Salmista se maravillaba de la sabiduría divina en la creación, y dijo: ¡Cuán
innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; la
tierra está llena de tus beneficios (Salmos 104:24). La sabiduría o
inteligencia es un atributo transitivo porque Dios lo transfiere, aunque en
menor grado a sus criaturas racionales, especialmente las que creen en Él y
le dan honra y gloria. Dios nos hace partícipes de su sabiduría por medio de
su Palabra. Así se lo dijo al pueblo de Israel en el desierto hablando de los
estatutos de Jehová: Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es
vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los
cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y
entendido, nación grande es esta (Deuteronomio 4:6). Nosotros tenemos
acceso a la sabiduría de Dios, pero para adquirirla tenemos que ser diligentes
y pedirla al que es la fuente inagotable de la inteligencia. Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada (Santiago 1:5).
41
apóstol del amor, nos enseña a definir el verdadero amor. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (1 Juan
4:10). El amor de Dios es transitivo porque no es sólo un acto divino sino
también constituye la médula de la vida cristiana. El que no ama, no ha
conocido a Dios; porque Dios es amor (1 Juan4:8). En esta misma
declaración vemos que el amor es un atributo transitivo, porque Dios espera
que nosotros lo manifestemos a nuestros hermanos. Así lo estipuló Jesús al
decir: Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como os he
amado (Juan 15:12).
5. La misericordia también es un atributo moral transitivo. El vocablo
“misericordia” viene del griego “eleos” y se refiere a una actitud de
compasión. La manifestación más clara de la misericordia de Dios se ve en
la salvación gratuita del pecador, en la que entran en función la misericordia,
el amor y la gracia. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor
con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracias sois salvos) (Efesios 2:4, 5). Este atributo
siempre ha existido con toda perfección en el Ser divino. La misericordia de
Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen
(Salmos 103:17). La misericordia es el atributo de Dios al cual se refirió
Jeremías en sus lamentos: por la misericordia de Jehová no hemos sido
consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias (Lamentaciones
3:22). Nosotros también debemos poseer el atributo de la misericordia, como
lo expresó Jesús: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia (Mateo 5:7). Él también mandó que sus seguidores
sean misericordiosos como Dios: Sed, pues, misericordiosos, como también
vuestro Padre es misericordioso (Lucas 6:36). Una de las funciones de la
misericordia de Dios es impartirnos consolación en nuestras aflicciones. Pero
también nosotros tenemos que consolar a nuestros semejantes, como lo
expresa el apóstol Pablo: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos
consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la
consolación con que nosotros somos consolados por Dios (2 Corintios 1:3,
4).
6. La santidad es un atributo de Dios que también debe verse en los
cristianos. Cuando se habla de la santidad como un atributo moral de Dios
nos referimos básicamente a la separación que Él mantiene de todo lo
impuro y pecaminoso. La Biblia describe a Dios como magnífico en santidad
(Éxodo 15.11). dios es el glorioso Ser exaltado y supremo, que está por
encima de toda la creación, animada e inanimada. Podemos decir que el coro
de los serafines en el templo, en la visión de Isaías, confirma la realidad de la
santidad de Dios. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria (Isaías 6:3). La
42
santidad de Dios se puede considerar de dos maneras. (1) Por una parte, Él se
opone y aborrece todo pecado y toda impureza. Eso fue lo que destacó uno
de los profetas menores, hablando de la pureza de Dios frente al pecado de
su pueblo: Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio
(Habacuc 1:13). (2) Por otra parte, la santidad de Dios es su estado
permanente de excelencia moral. Dios está totalmente libre de maldad y es
absolutamente perfecto. Toda ley y perfección moral tiene su base en el
carácter de Dios. La obra inmaculada y el carácter de Cristo son la
manifestación más elevada de la santidad de Dios. Que el atributo de la
santidad debe existir también en los cristianos se ve desde el Pentateuco:
Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y
seréis santos, porque yo soy santo (Levítico 11:44). El apóstol Pedro exige la
santidad en los creyentes para que se parezcan a Dios: Como aquel que os
llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrita está: Sed santos, porque yo soy santo (1 Pedro 1:15,16).
43
Estudio 5
A. INTRODUCCIÓN.
44
varios dioses. Por ejemplo, en Génesis 1:1 se usa el nombre semítico
plural Elohim, “Dios”, compuesto de El, que significa “Poderoso” y la
terminación him, que equivale a la de los plurales en español terminados
en “es”. Pero para equilibrar esta idea de pluralidad, Él revela también su
nombre del pacto. YAHWEH, el cual significa “no hay otro como yo”; y
también “el que era, es y será”.
45
4. En el “ángel del pacto”. La Trinidad se sugiere en la manifestación del
“ángel del pacto”. Al final del Antiguo Testamento encontramos una
lección muy especial que señala unidad y a la vez distinción de las
personas divinas. He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el
camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien
vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí
viene, ha dicho Jehová de los ejércitos (Malaquías 3:1). Aquí, el ángel
del pacto es anunciado por Jehová, por medio del profeta, como que
viene. Jesús explicó esta profecía y la dio por cumplida en Juan el
Bautista, quien vino a preparar el camino para que el pueblo recibiera a
Jesús como el Señor, el ángel del pacto, el deseado de todos.
46
principio, como un agente protector e incubador de la creación. Y el
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas (Génesis 1:2). En el
Salmo 51, David expresa dolor por haber ofendido a Dios y le implora
perdón y limpieza (Salmos 51:1, 2), justificación (Salmos 51:3-7) y
restauración (Salmos 51:8-10). Luego, le pide unción y gozo, lo cual sóo
viene del Espíritu Santo: No me eches de delante de ti, y no quites de mi
tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me
sustente (Salmos 51:11, 12). El nombre “Espíritu” viene del hebreo
ruach, del griego pneuma y del latín spíritus. En sentido literal, este
término significa “aliento” (Génesis 2:7; Ezequiel 37:5) y “viento”
(Génesis 8;1; 1 Reyes 19:11), pero también se usa para designar a una
persona capaz de actuar por sí misma, como en este Salmo. El Espíritu
Santo no es un poder ni una fuerza impersonal. Los que lo consideran
únicamente como el aliento de Dios o la fuerza operante del Padre deben
leer lo siguiente: Más ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo
Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo:
¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño?
¿Dónde está el que puso en medio de él su Santo Espíritu? (Isaías 63:
10, 11). Aquí se describe una cualidad personal, un sentimiento del
Espíritu de Dios, su capacidad de enojarse. En Efesios 4:30 se dice lo
mismo de Él: No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención. Sólo una persona puede “enojarse” y
“entristecerse”; una cosa, una influencia o un objeto impersonal no tiene
sentimientos.
1. Jesús la declaró. La unidad del Hijo con el padre fue algo que Jesús
declaró enfáticamente. La doctrina de la Trinidad es rechazada por
algunos grupos religiosos, porque temen que esta postura atente contra el
monoteísmo bíblico (la creencia en un solo Dios). Los judíos no
quisieron aceptar a Jesús como el Hijo de Dios porque el hacerlo era
admitir su divinidad y, por ende, su igualdad a Dios el Padre. Esta fue la
razón por la que lo rechazaron el día que les dijo: Yo y el Padre uno
somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre;
¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo:
Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú,
siendo hombre, te haces Dios (Juan 10:30-33). Cuando Pilato confesó
que no hallaba razón para condenar a muerte al santo Hijo de Dios, los
judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley
debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios (Juan 19:7). En su
ceguera espiritual y falta de fe, no pudieron reconocer que Jesús era el
47
ángel de Jehová de Génesis 16:7, 13; el Hijo del Salmo 2:12; el Ungido
del Salmo 45:7, el Siervo sufriente de Isaías 53 y el unigénito del Padre
de Juan 3:16. Ellos veían la divinidad de Jesús como un ataque contra el
monoteísmo de Deuteronomio 6:4 e Isaías 45:5, al cual se aferraban con
gran lealtad. Sin embargo, estaban rotundamente equivocados, porque
Jesús nunca dijo: Yo soy otro Dios, sino: Yo y el Padre uno somos.
48
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28:18, 19). Esa no es sólo una
fórmula bautismal; es también una proclamación de la igualdad en
esencia de las tres personas de la Trinidad, aunque exista cierta
diferencia en orden y oficio. Cuando Jesús pronunció estas palabras, lo
hizo sabiendo que su iglesia las tomaría como indicación de que el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo son personalidades distintas en oficio, pero
iguales en majestad, gloria y poder. No los habría mencionado en
yuxtaposición si el Hijo fuera una “criatura” y el Espíritu Santo una mera
influencia, como enseñaban los monarquianos, los socinianos, los
unitarios y los “testigos de Jehová”.
E. LA TRINIDAD EN LA REDENCIÓN.
1. El Padre y el Hijo concuerdan en el plan de salvación. La obra de
nuestra salvación se realizó de acuerdo con un plan conjunto del Padre y
el Hijo. Eso fue lo que Jesús dio a entender en el pasaje considerado por
muchos como el corazón de la fe evangélica: Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna (Juan 3:16). Estas
declaraciones constituyen también una demostración de la divinidad de
Jesucristo y de su capacidad de compartir con su Padre la obra de la
redención. Aquí se ve el orden interno de la Trinidad, la superioridad
oficial del Padre al enviar a su Hijo, y la divinidad del Hijo al llenar los
requerimientos del Padre.
49
Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él (1
Juan 5:9). La palabra unigénito, del griego “monogene”, indica, (a) que
sólo hay uno como Él; no puede ser “hermano de Lucifer”, como
enseñan los “testigos de Jehová”; y (b) que Dios lo engendra, no lo crea
ni lo produce. Los teólogos se refieren a esto como “la eterna generación
del Hijo”, porque es engendrado en la eternidad, como le fue revelado al
Salmista: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy
(Salmos 2:7). Nunca hubo un momento en que Jesús no existiera
(Hebreos 13:8). Jesús mismo mandó que le tributemos honra: Todos
honren al Hijo como como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no
honra al Padre que le envió (Juan 5:23).
50
2. Presente desde la creación. La Trinidad divina empezó a obrar en la
creación y sigue actuando conjuntamente. Podemos hacer un resumen de
la obra creadora y salvadora de las personas de la Trinidad: (a) El Padre
crea al hombre y envía a su Hijo para salvarlo (Génesis 1:26; Juan 3:16).
(b) el Hijo es el Verbo Creador con el Padre y obra la salvación, dando
su vida en rescate por todos (Juan 1:1-3; 3:18). (c) El Espíritu Santo obró
durante la creación y sigue morando en el creyente hoy (Génesis 1:2;
Juan 14:17). Sin estas bases fundamentales no se podría hablar ni de
salvación, mucho menos de avivamiento espiritual. ¡Gracias a Dios por
la obra conjunta de la santa Trinidad!
51
sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas (1
Corintios 8:6); ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de
los espíritus, y viviremos? (Hebreos 12:9). (b) Al Hijo: En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios
(Juan 1:1); De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la
carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por
los siglos (Romanos 9:5). Esperando (….) la manifestación gloriosa
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2:13). (c) Al
Espíritu Santo: ¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses
al Espíritu Santo (….) No has mentido a los hombres, sino a Dios
(Hechos 5:3, 4); Porque el Señor es el Espíritu (2 Corintios 3:17).
52
Estudio 6
EL SEÑOR JESUCRISTO
CRISTOLOGÍA
A. INTRODUCCIÓN.
53
2. ¿Qué dicen los creyentes acerca de Jesús? Desde muy temprano, Jesús
mismo dio a entender que era necesario evaluar y examinar el concepto que
tenían de Él aquellos primeros discípulos de los cuales se hizo rodear.
a. La interrogación. En una montaña al nordeste del mar de Galilea, en
Cesarea de Filipo, Jesús llevó a cabo su seminario cristológico para
indagar lo que sus seguidores pensaban acerca de Él. Preguntó a sus
discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo? (Mateo 16:13-15). Importa qué dice el mundo
acerca de Jesús, pero más importante es que se examine lo que
piensan los cristianos acerca de su Salvador.
b. La revelación. Ante la sorprendente pregunta de Jesús, los atónitos
discípulos no hicieron más que verse las caras unos a otros y
quedarse callados. Nadie sabía qué decir, ni siquiera tuvieron valor
suficiente para arriesgarse a dar sus opiniones. No obstante, mientras
la ignorancia y la incredulidad mantenían a todos en silencio, Dios el
Padre le reveló a Pedro la verdadera naturaleza de su Maestro.
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente (Mateo 16:16). Nosotros, igual que Simón Pedro, declaramos
con absoluta fe y fervorosa vehemencia que Jesucristo es lo que dijo
ser: el unigénito del Padre (Juan 3:16), lleno de gracia y de verdad
(Juan 1:14), y que, por lo tanto, es verdadero Dios. ¡Si Jesús no es lo
que dijo ser, entonces no fue más que un gran mentiroso! Pero la
Biblia da testimonio de su divinidad. Pablo dio testimonio de la
divinidad de Jesús quien lo comisionó para la predicación que le fue
encomendada: A su debido tiempo manifestó su palabra por medio de
la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro
Salvador (Tito 1:3).
54
1:1-3). No es necesario explicar que si el Verbo actuó en el principio como
Creador, su existencia debe de remontarse a la eternidad.
2. Fue anunciado por medio del cordero pascual. Más tarde, para tipificar el
sacrificio que habría de quitar el pecado del mundo, Dios ordenó que fuera
sacrificado un cordero para la redención de los primogénitos en Egipto. El
animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las
cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la
55
congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. (Éxodo 12:5, 6). El
sistema de sacrificios de animales y las figuras de la liturgia hebrea eran
tipos que apuntaban al Hijo de Dios que vendría y se ofrecería para
redimirnos. Pero cuando llegó el momento estipulado por Dios para ello,
Jesús se presentó para cumplir el plan divino. Así fue como Juan el Bautista
lo presentó ante la multitud en el Jordán. El siguiente día vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo (Juan 1:29).
5. Fue anunciado por los profetas del Antiguo Testamento. Isaías profetizó
su nacimiento virginal. Por tanto, el Señor mismo os dará señal; he aquí que
la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel
(Isaías 7:14). Que esta profecía no se refería a la esposa del profeta se
deduce de que en ese tiempo no hubo nadie a quien se le haya podido aplicar
56
el nombre divino Emanuel. Isaías también enumeró los nombres divinos que
identificaron al Mesías, el Hijo de Dios: Y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Isaías 9:6). Miqueas
anunció el lugar del nacimiento de Jesús: Pero tú, Belén, Efrata, pequeña
para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en
Israel: y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad
(Miqueas 5:2). Sabemos bien que Miqueas profetizó tres siglos después del
nacimiento de David; de modo que esta profecía tenía a otro Señor como su
personaje. Además, en Mateo 2:5, 6 se dio por cumplida esta predicción.
Zacarías anunció la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén (9:9), lo cual se dio
por realizado en Mateo 21:4, 5.
57
12). Un escritor hizo el siguiente comentario al respecto “Algunos han
mostrado inclinación a negar que el Antiguo Testamento contenga
predicciones de un Mesías divino; pero esta negación es completamente
insostenible en vista de pasajes como Salmos 2:6-12; Hebreos 1:5, Salmos
45:6, 7; Hebreos 1:8, 9; Salmos 110:1; Hebreos 1:13; Isaías 9:6; Jeremías
23:6; Daniel 7:13 y otros”.
58
necesidades y los sufrimientos nuestros (Lucas 2:40, 52; Hebreos 2:10, 18;
5:8). El Nuevo Testamento da testimonio de que el Señor tuvo experiencias
normales como las nuestras (Mateo 4:2; 8:24; 9:36; Marcos 3:5; Lucas
22:44; Juan 4:6; 11:35; 12:27; 19:28, 30; Hebreos 5:7).
2. Su amor. La medida suprema del amor fue impuesta por Jesús mismo
cuando dijo: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por
sus amigos (Juan 15:13); y Él lo probó con sus hechos y con su propia
muerte. Ese amor redentor que había en lo profundo del corazón de Cristo se
refleja en las palabras proféticas del Salmista, quien se refirió al acto
voluntario del Hijo de Dios al disponerse a ser sacrificio y ofrenda (….)
59
holocausto y expiación como único medio para la salvación del ser humano
(Salmos 40:6, 7).
1. Su existencia propia. En Juan 5:26 Jesús explica que como el Padre tiene
vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo. Si
en esencia y divinidad Jesús es totalmente idéntico al Padre, entonces Él
60
también está en la capacidad de existir por sí mismo; y no sólo eso, sino que
los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de Vida (Juan 5:26-29).
61
Estudio 7
EL ESPÍRITU SANTO
NEUMATOLOGÍA
A. INTRODUCCIÓN.
62
Santo. Los profetas hablaron las palabras de Dios al ser inspirados por el
Espíritu Santo.
4. Las obras del Espíritu santo testifican de su divinidad. Las obras del
Espíritu son las obras de Dios. Dios creó los cielos y la tierra, pero el
Espíritu de Dios se movía o “cobijaba” sobre la faz de las aguas y produjo en
medio del caos la creación original (Génesis 1:2). Jesús le explicó al maestro
Nicodemo que ser nacido del Espíritu es ser nacido de Dios. El apóstol Pablo
enseñó que el Espíritu Santo, no sólo es una persona divina sino que tiene la
capacidad de escudriñar todas las cosas: Porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios (…) Nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios (1 Corintios 2:10, 11).
63
de Dios, a quienes también les puede impartir instrucciones. Él seleccionó y
envió a Pablo y Bernabé a la obra del ministerio. (Véase Hechos 13:2;
20:28). El Espíritu Santo también lleva a cabo su voluntad en la distribución
de los dones espirituales entre los creyentes (1 Corintios 12). Con esto
demuestra que no solamente puede dar energía sino que discretamente elige
al individuo que habrá de ser así investido.
1. El Fuego. Hay varias cosas que pueden ser simbolizadas por medio del
fuego. Este ha sido una señal de la aprobación del Señor, como se ve en
Levítico 9:24: Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto
con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron y se
postraron sobre sus rostros. Lo mismo sucedió en 2 Crónicas 7:1, en la
dedicación del templo; y mucho más en Hechos 2:3, donde los “templos”
santificados de ciento veinte fueron aceptados como aprobados de Dios. La
presencia del Señor es también simbolizada por medio del fuego. Él apareció
a Moisés en una llama de fuego (Éxodo 3:2). Así vemos, que el Espíritu
Santo es comparado con siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono
(Apocalipsis 4:5).
64
3. El viento. En Juan 20:22, Cristo sopló en sus discípulos y dijo: Recibid el
Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el mismo aliento de Dios. Hablando con
Nicodemo, Jesús comparó la obra del Espíritu que da como resultado el
nuevo nacimiento con la acción del viento, cuando dijo: El viento sopla de
donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va:
así es todo aquel que es nacido del Espíritu (Juan 3:8). El Espíritu Santo vino
el día de Pentecostés como un viento recio que corría (Hecho 2:2).
5. Una paloma. Cuando Dios el Padre quiso dar al género humano una cosa
viva, visible y reconocible, para simbolizar al Espíritu Santo, Él escogió la
paloma (Mateo 3:16). No pudo haber escogido un símbolo más adecuado,
puesto que, la paloma habla de belleza, delicadeza, amabilidad, inocencia,
bondad, paz, pureza y paciencia.
65
2. Su poder sobre Satanás es una garantía para el creyente. El mismo hecho
de que sólo el Espíritu Santo es quien puede estorbar a Satanás, debe hacer
que cada cristiano se someta al poder del Espíritu. Solamente Él es capaz de
resistir la corriente del mal que ya impera en el mundo de manera general, y
que muy pronto azotará a los que no han reconocido su obra ni atendido a su
llamado. A esto se refiere la promesa de Dios por medio del apóstol Pablo al
decir que cuando el Espíritu Santo sea quitado, entonces se manifestará
aquel inicuo, el Anticristo del fin.
4. Su obra como Consolador del creyente. Jesús les describió a sus discípulos
el ministerio del Espíritu Santo en la iglesia después de que Él ascendiera al
cielo. Todos los que habían seguido a Jesús y habían sido comprados por Él,
tendrían que seguir la dirección del Espíritu Santo (Juan 14:26). En Juan
14:16, Jesús habló de otro Consolador que vendría del Padre, al
requerimiento del Hijo. El título “Consolador”, que Jesús le asigna al
66
Espíritu Santo indica que Él vendría para ayudar a los cristianos e interceder
por ellos, como lo hace un abogado. En 1 Juan 2:1, la misma palabra
paracleto es traducida como “abogado”, quien redarguye al adversario y
aboga por la causa de su defendido delante de Dios.
67
Santo en el Antiguo Testamento. Existen testimonios de unción y
manifestaciones del Espíritu Santo en personajes del Antiguo
Testamento, como los colaboradores de Moisés para la hechura del
tabernáculo (Éxodo 31:1-6), los hijos de los profetas (1 Samuel 10:5),
Saúl (1 Samuel 10:10), David (1 Samuel 16:13). La promesa del Espíritu
Santo: Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne (Joel
2:28).
b. El bautismo en el Espíritu Santo como una promesa de Jesús. Como un
anuncio de Juan. El primero en enunciar el bautismo en el Espíritu Santo
con una obra de Jesús fue Juan el Bautista, quien dijo: Yo a la verdad os
bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo
calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os
bautizará en Espíritu Santo y fuego (Mateo 3:11). Como promesa de
Jesús: He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros (Lucas
24:49). Enviada por el Padre. Jesús mismo prometió rogar al Padre para
que enviara al Espíritu Santo a los creyentes: Y yo rogaré al Padre, y os
dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre (Juan
14:16). Para llenar al creyente. El Señor explicó más detalladamente que
el Espíritu Santo, por su naturaleza, no vendría como Él, para vivir “con”
sus discípulos; como Espíritu vendría para estar “en” ellos, llenándolos
por medio del bautismo: El Espíritu de verdad (….) vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Juan 14:16). Para dar
poder, o dinamizar, al creyente como testigo de Cristo: Recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos.
c. El Bautismo en el Espíritu Santo en el libro de los Hechos. El autor del
libro de los Hechos fue el evangelista Lucas, pero muchos cristianos han
sugerido que el nombre de este primer libro de historia de la iglesia
debiera ser “Los Hechos del Espíritu Santo”, ya que sus páginas están
llenas de hechos, manifestaciones, milagros y direcciones de la tercera
persona de la Trinidad. La espera en oración en el aposento alto.
Obedientes al mandato del Maestro, los discípulos volvieron a Jerusalén
(….) y entrados, subieron al aposento alto y (…) Todos éstos
perseveraban unánimes en oración y ruego (Hechos 1:12-14). Los tres
fenómenos que acompañaron la llenura del Espíritu: Y de repente vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó
toda la casa en donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron
todos llenos del Espíritu Santo (Hechos 2:2-4.a). La evidencia inicial del
bautismo en el Espíritu Santo: Y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen (2:4.b). Otros grupos enseñan que
se puede y debe recibir el bautismo en el Espíritu Santo, pero que no
necesariamente se tiene que hablar en otras lenguas. Sin embargo, existe
testimonio que cada vez que alguien recibió el bautismo, inmediatamente
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habló lenguas como evidencia inicial. En los siguientes lugares se habló
en lenguas como evidencia del bautismo en el Espíritu Santo: En el
aposento alto (Hechos 2:4); en Cesarea: Porque los oían que hablaban en
lenguas, y que magnificaban a Dios (Hechos 10:46); en Éfeso: Y
habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo;
y hablaban en lenguas, y profetizaban (Hechos 19:6).
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sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan (Hebreos 11:6). Jesús había dicho a sus discípulos: Todo lo que
pidiereis, creyendo, lo recibiréis (Mateo21:22).
b. Obedecer al mandato de Jesucristo. Los discípulos habían escuchado de
labios de su Maestro que había una promesa reservada para los que
creyeran en Él: He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros (Lucas 24:49). También les había dado una orden relacionada
con dicha promesa: Pero quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que
seáis investidos de poder desde lo alto. Como buenos discípulos de su
Señor, ellos: volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del
Olivar (…) y entrados, subieron al aposento alto (Hechos 1:12,13).
c. Amar a los hermanos y tener comunión con ellos. Muchos creyentes
quieren ser llenos del Espíritu para servir obedientemente al Señor; sin
embargo, no están dispuestos a unirse y someterse al cuerpo de Cristo, ni
a estar en comunión con los demás miembros de la iglesia por falta de
amor en su corazón. Los discípulos de Jesús, cuando llegó el día de
Pentecostés, estaban todos unánimes juntos (Hechos 2:1). Uno de los
Salmos dice: ¡Mirad, cuán bueno y cuán delicioso es habitar los
hermanos juntos en armonía. Es como el buen óleo (….) Porque allí
envía Jehová bendición y vida eterna (Salmos 133:1, 3). Jesús les había
dicho: Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os
he amado (Juan 15:12).
d. Esperar confiadamente en oración y ruego. No se puede pedir lo que no
se desea con toda el alma, más que cualquier otra cosa. No se puede
recibir lo que no se pide con fe y confianza en el que ha dado la promesa.
Los discípulos tuvieron fe en la promesa de Jesús, obedecieron su
mandato, se amaban unos a otros y, perseveraban unánimes en oración y
ruego (Hechos 1:14). Muchos quieren recibir esta bendición, pero no
están dispuestos a “perseverar” orando y rogando al que puede y quiere
bendecirlos. Jesús dijo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá (…) Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre Celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan (Lucas 11:9-13).
A. Presentarse a Dios en cuerpo y alma. Para recibir la llenura del Espíritu
Santo es necesario abrir la puerta de su mente y ofrecerse en sacrificio vivo
al Señor y dejar que Él tome cada parte de su vida, “como el barro en las
manos del alfarero”. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable al
Señor, que es vuestro culto racional (Romanos 12:1).
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