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Paciente de 21 años, embarazada, primigesta, cuya fecha de ultima menstruación (FUM) fue
hace 8 semanas. Acude a consulta por sangrado transvaginal. Refiere que desde hace cinco
semanas presento vómitos frecuentes de contenido biliar que le han ocasionado pérdida de
peso no cuantificada; además presentó cuadros de hemorragia vaginal, en escasa cantidad,
oscura sin dolor que cedieron espontáneamente en cuatro ocasiones.
Ahora acude por hemorragia vaginal en regular cantidad, de tres días de evolución que no ha
cedido con reposo, se agregó al cuadro dolor tipo cólico en hipogastrio, irradiado a región
lumbosacra y expulsión de pequeñas vesículas con aspecto de uva, por vía vaginal. A la
exploración física se encontró la presión arterial de 90/60 mmHg.; frecuencia cardiaca de 110
latidos por minuto con pulso débil; paciente en mal estado general, caquéctica, palidez
acentuada; abdomen blando, doloroso con fondo uterino a nivel de hipogastrio
(aproximadamente como un embarazo de 3 meses); no se auscultó foco cardiaco fetal, ni
palparon partes fetales; al tacto vaginal: el cérvix estaba blando, hemorragia vaginal oscura en
regular cantidad con coágulos.
1.Cuales son las características del producto de gestación en las ocho semanas de desarrollo?
Haga un cuadro resumen de las características de desarrollo placentario
Respuestas
Es bueno notar que las molas completas tienen formación de cisternas, proliferación
trofoblástica y ausencia de partes fetales. La atipia citológica y las figuras mitóticas son
también comunes. En el primer trimestre, las vellosidades pueden tener una apariencia
polipoide distintiva con estroma anormal y pequeños cambios de hiperplasia. Estos cambios
histológicos son menos marcados en la mola parcial. A diferencia de la mola completa, la
mola parcial presentará partes o células fetales. También destaco que el inhibidor de
quinasas ciclinadependiente p57 está ausente en las molas completas debido a la falta de
genoma materno, mientras que en las molas parciales estará presente.
La capa externa de células que se encuentran junto con el ectodermo del embrión forma lo
que se llama trofoectodermo y será el epitelio responsable para la evolución de la placenta.
Una condición previa y necesaria para la implantación es que se pierda la zona pelúcida y que
el blastocisto se ponga en contacto directo con el endometrio.
(La implantación del blastocisto consiste en la interacción de las células del trofoblasto y el
endometrio. Se da en un periodo corto de tiempo denominado ventana de receptividad entre el
día 20 y 24 del ciclo menstrual. Fuera de este periodo, el endometrio está cubierto por una
delgada capa de mucina (glicocálix) que evita la adhesión del blastocisto.
Hacia el final del segundo mes de gestación, las vellosidades cubren el corion completamente y
son casi uniformes en tamaño, después del cual se comprimen y degeneran, formando el
corion liso. Las vellosidades asociadas con la decidua basal proliferan formando el corion
frondoso o placenta definitiva, al final del periodo embrionario (10 semanas posmenstruación).
Se piensa que este desarrollo se deba a una diferencia del aporte nutricional después de la
implantación.
Cuando se tiene 8 semanas puede afirmarse que el feto y la placenta tienen 6 semanas de
desarrollo. La placenta forma vellosidades que se dirigen al interior de la pared uterina, donde
luego se desarrollan los vasos sanguíneos del embrión, los cuales pasan por el cordón umbilical
hasta la placenta. Al final de la semana 8 postfecundación (10 semanas de embarazo) ya el
embrión se considera feto.
En la semana sexta se cierra el tubo neural (a lo largo de la espalda del bebé); encéfalo y
medula espinal se forman a partir del tubo neural. Corazón y otros órganos como ojos, oídos y
brazos, comienzan a formarse. Curvatura en forma de C en el futuro bebé. En la semana siete
se forman el cerebro y el rostro. Las fosas nasales y la retina. Igualmente, los brotes de
miembros inferiores y superiores.
En la semana 8, aparece mayor desarrollo de las extremidades y los dedos han comenzado a
formarse; se comienzan a formar los pabellones auriculares y los ojos se pueden distinguir
claramente. Hay labio superior, nariz y se comienzan a enderezar el cuello y el tronco que
estaba en forma de C. El futuro bebé mide entre 11 y 14 milímetros desde la coronilla hasta los
glúteos.
La mola hidatidiforme resulta del crecimiento atípico de las células trofoblásticas que
normalmente se desarrollan en la placenta que empieza al momento de la fertilización debido
a una unión defectuosa entre el óvulo y el espermatozoide -como se señala arriba, de formas
distintas dando origen a una mola completa o parcial-, que a su vez causa una proliferación
aberrante del tejido trofoblástico que rápidamente invade la cavidad uterina. Las vellosidades
placentarias se llenan de fluido y se vuelven edematosas, como estructuras similares a uvas. El
nombre de mola hidatidiforme es derivado de la combinación de la palabra griega hydatisia lo
que significa gotas de agua y la palabra latina mola que significa falsa concepción.