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La 

enfermedad trofoblástica gestacional (GTD, gestational trophoblastic disease) se refiere a un espectro de tumores


interrelacionados, pero con rasgos histológicos distintivos que se originan de la placenta.

Abarca un grupo de tumores que se caracterizan por una proliferación trofoblástica anormal. El trofoblasto produce
gonadotropina coriónica humana (hGC).Por lo tanto, la cuantificación de esta hormona peptídica en el suero es crucial
para el diagnóstico, tratamiento y vigilancia de una GTD.

Clasificación
La neoplasia trofoblástica gestacional (GTN, gestational trophoblastic neoplasia) se refiere al subgrupo de la enfermedad
trofoblástica gestacional que tiene secuelas malignas. Estos tumores requieren estadificación formal y por lo general
tienen respuesta favorable a la quimioterapia. Lo más frecuente es que la neoplasia trofoblástica gestacional se
desarrolle después de un embarazo molar, aunque puede seguir a cualquier gestación.

Factores de riesgo
La edad materna en los extremos superior e inferior conlleva un mayor riesgo de enfermedad trofoblástica gestacional
(Gockley, 2016); esta relación es mucho mayor para las molas completas, mientras que el riesgo de embarazo molar
parcial varía poco con la edad. Una explicación es que los óvulos de las mujeres de mayor edad tienen tasas más altas
de fecundación anormal. De igual manera, la edad paterna más avanzada se relaciona con un riesgo más alto.

Un antecedente de embarazos infructuosos anteriores también eleva el riesgo de enfermedad trofoblástica gestacional,
por ejemplo, un aborto espontáneo previo por lo menos duplica el riesgo de embarazo molar (Parazzini, 1991). Un factor
más relevante, un antecedente personal de enfermedad trofoblástica gestacional aumenta al menos 10 veces el riesgo
de un embarazo molar subsiguiente.

Mola hidatiforme completa


Estos embarazos molares difieren de las molas parciales respecto a su cariotipo, su apariencia histológica y su cuadro
clínico. Primero, las molas completas casi siempre tienen cariotipo diploide y 85%–90% de los casos tiene cariotipo
46,XX; sin embargo, los cromosomas de estos embarazos son de origen paterno por completo, por lo que el conjunto
diploide se describe como diándrico. En particular, las molas completas se forman por androgénesis, en la que el óvulo
es fecundado por un espermatozoide haploide que luego duplica sus propios cromosomas después de la meiosis.

En el examen microscópico, las molas completas tienen vellosidades crecidas y edematosas, y proliferación trofoblástica
anormal; estos cambios afectan de manera difusa toda la placenta (figura 37–1). Desde el punto de vista macroscópico,
estos cambios transforman las vellosidades coriónicas en cúmulos de vesículas con dimensiones variables. En realidad,
el nombre mola hidatiforme proviene de esta apariencia en “racimo de uvas”. En estos embarazos no se producen tejido
fetal ni amnios. Como resultado, esta masa de tejido placentario llena toda la cavidad endometrial

Mola hidatiforme parcial


Estas molas difieren de las molas hidatiformes completas desde el punto de vista clínico, genético e histológico. El grado
y magnitud de la proliferación trofoblástica y el edema velloso son menores en comparación con los de la mola completa.
Además, la mayoría de las molas parciales contienen tejido fetal y amnios, así como tejidos placentarios.

Como resultado, las pacientes con molas parciales casi siempre tienen signos y síntomas de un aborto incompleto o
fallido. Muchas mujeres tienen hemorragia vaginal; sin embargo, como la proliferación trofoblástica es ligera y sólo focal,
es poco frecuente el crecimiento uterino mayor al correspondiente a la edad gestacional. También son raros la
preeclampsia, los quistes de la teca luteínica, el hipertiroidismo y otras manifestaciones clínicas drásticas. Los valores de
β-hCG anteriores a la evacuación casi siempre son mucho menores a los de las molas completas; a menudo no rebasan
las 100 000 mIU/mL (Sun, 2016). Por esta razón, muchas veces las molas parciales no se identifican hasta que se hace
la revisión histológica de la pieza obtenida por legrado.

Las molas parciales tienen cariotipo triploide (69,XXX, 69,XXY o, con menor frecuencia, 69,XYY) formado por un
conjunto materno y dos paternos de cromosomas (figura 37–2) (Lawler, 1991). El feto coexistente con una mola parcial
no es viable y casi siempre tiene múltiples malformaciones y crecimiento anormal (Jauniaux, 1999).

NEOPLASIA TROFOBLÁSTICA GESTACIONAL


Este término abarca sobre todo entidades patológicas caracterizadas por invasión agresiva de células trofoblásticas en el
endometrio y el miometrio. Las categorías histológicas incluyen tumores comunes, como la mola invasiva y el
coriocarcinoma gestacional, así como el raro tumor trofoblástico del sitio placentario y el tumor trofoblástico epitelioide.
Aunque ya se caracterizaron estos tipos histológicos, en la mayoría de los casos de neoplasia trofoblástica gestacional no
se cuenta con tejido para el examen patológico. En lugar de eso, este tipo de neoplasia se diagnostica con base en las
cifras elevadas de β-hCG y el tratamiento es clínico.
Mola invasiva
Esta manifestación frecuente de la neoplasia trofoblástica gestacional se caracteriza por vellosidades coriónicas
completas que acompañan al crecimiento excesivo e invasión del trofoblasto (figuras 37–8 y 37–9). Estos tejidos
penetran planos profundos del miometrio, a veces afectan al peritoneo, el parametrio adyacente o la cúpula vaginal.
Estas molas son localmente invasivas, pero por lo general carecen de una tendencia marcada a desarrollar metástasis
diseminadas típicas del coriocarcinoma. Las molas invasoras se originan en forma casi exclusiva de una mola hidatiforme
completa o parcial
Coriocarcinoma gestacional
Este tumor en extremo maligno contiene hojas de trofoblasto anaplásico con hemorragia, necrosis e invasión vascular
prominentes; sin embargo, lo usual es que no tenga estructuras vellosas formadas (figura 37–9). Al principio, el
coriocarcinoma gestacional invade el endometrio y el miometrio, pero tiende a desarrollar metástasis sistémicas por vía
sanguínea.

Con mayor frecuencia, el diagnóstico de coriocarcinoma se retrasa por meses debido a los signos y síntomas leves. La
mayoría de las pacientes presenta hemorragia intermenstrual y se detectan concentraciones altas de β-hCG (Lok, 2006);
por tanto, la hemorragia anómala que dura más de seis semanas después de cualquier embarazo justifica la valoración
con pruebas de β-hCG para excluir un nuevo embarazo o neoplasia trofoblástica gestacional

En contraste con el coriocarcinoma gestacional, el coriocarcinoma primario “no gestacional” es un tumor de células
germinales ováricas (capítulo 36, Tumores ováricos de células germinales y del estroma de los cordones sexuales, Otros
tumores primitivos de células germinales). Aunque es raro, el coriocarcinoma ovárico tiene una apariencia histológica
idéntica a la del coriocarcinoma gestacional; se distingue en parte por la falta de un embarazo precedente
Tumor trofoblástico del sitio placentario
Este tumor consiste sobre todo en trofoblastos intermedios en el sitio placentario. Es una variante rara de la neoplasia
trofoblástica gestacional con un comportamiento único. El tumor trofoblástico del sitio placentario (PSTT, placental-site
trophoblastic tumor) puede seguir a cualquier tipo de embarazo, pero se desarrolla más a menudo después de un
embarazo de término. Por lo general, las pacientes tienen sangrado irregular meses o años después del embarazo
antecedente, y el diagnóstico no se considera hasta que se obtiene una muestra endometrial. El tumor trofoblástico del
sitio placentario tiende a infiltrar sólo el útero, se disemina en una etapa avanzada de evolución y produce bajas
concentraciones de β-hCG.

La histerectomía es el tratamiento principal para el tumor trofoblástico del sitio placentario no metastásico, debido a su
insensibilidad relativa a la quimioterapia.
Tumor trofoblástico epitelioide
• El embarazo precedente puede ser remoto o, en algunos casos, no es posible confirmar un embarazo previo
• Se desarrolla por la transformación neoplásica del trofoblasto intermedio tipo coriónico.
• La histerectomía es el tratamiento primario debido a la supuesta quimiorresistencia y porque el diagnóstico por
lo general se confirma de antemano mediante una biopsia endometrial. 
Diagnostico
En el primer trimestre del embarazo se debe sospechar ETG cuando se presenta:
• Hemorragia uterina anormal,
• Crecimiento uterino mayor al esperado por edad gestacional,
• Ausencia de frecuencia cardiaca fetal
• Presencia de quistes tecaluteínicos
• Hiperémesis gravídica
• Hipertensión gestacional en las primeras 20 SDG
• Niveles elevados de hormona gonadotropina coriónica Hgc.
Cuando exista sangrado uterino anormal por más de 6 semanas posteriores a cualquier embarazo descartar ETG. En
pacientes que hayan tenido un aborto, embarazo de término, o pre término, o embarazo molar que presenten sangrado
uterino anormal y/o síntomas respiratorios o neurológicos se deberá sospechar en ETG y se solicitaran niveles de hGC
para descartar nuevo embarazo o ETG para realizar un diagnóstico temprano.

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