Escultor, arquitecto y, sobre todo, pintor italiano del s. XIV, encuadrado en la
llamada”escuela florentina” del Trecento (pintura italo-gótica). Está considerado como el primer artista de los muchos que contribuyeron a la creación del Renacimiento italiano y uno de los primeros en sacudirse las limitaciones del arte medieval. Las características de sus obras son: figuras monumentales, volumétricas y sólidas, de apariencia escultórica; introducción de personajes en escorzo para realzar la profundidad; incorporación del paisaje (urbano o rural), aunque aún son muy teatrales; intensificación del dramatismo y los sentimientos; y uso de la luz para acentuar la sensación de espacio y para dar unidad a las composiciones. Pintó al fresco y sus obras más importantes se encuentran en la Capilla Scrovegni, en Padua, destacando, por el tratamiento diferenciado de las figuras y los fondos paisajísticos, las obras de “La huida a Egipto” y la “Resurrección de Lázaro”. Jean van Eyck. Pintor flamenco del s. XV, encuadrado en la primera generación de “Primitivos Flamencos”, de la cual fue uno de los más grandes maestros junto a Roger van der Weyden. Van Eyck comenzó a incorporar la técnica del óleo sobre tabla, lo que le permitió trabajar lenta y cuidadosamente, superponer colores mediante capas o veladuras y crear obras caracterizadas por su brillantez, detallismo, captación de superficies, búsqueda de la tercera dimensión (dimensión intuitiva), rostros muy realistas. Entre sus obras destacan el Tríptico del cordero místico y, sobre todo, su obra capital, el Matrimonio Arnolfini, donde introduce una enorme simbología y un perfecto tratamiento del volumen mediante los paños y el espacio interior de la habitación con el uso de un espejo cóncavo. Roger van der Weyden Pintor flamenco del s.XV, encuadrado en la primera generación de “Primitivos Flamencos”, en la cual fue uno de los más grandes maestros junto con Jean van Eyck. También incorporó el óleo a sus trabajos sobre tabla. Destacó por el sentido escultórico de sus figuras y el escaso interés por los fondos (a menudo dorados). Una de sus obras capitales es el Descendimiento, en el Museo del Prado, que destaca por su cuidada y excepcional composición, el realismo de sus figuras, sus colores vivos, el estudio de las luces y las sombras, así como el sentido dramático de sus figuras. El Bosco. Pintor flamenco del s. XV-XVI y uno de los más destacados de la segunda generación de los “Primitivos Flamencos”. Fue una de las figuras más relevantes y extravagantes que podamos encontrar en la historia de la pintura europea. Su estilo es anunciador de formas manieristas, surrealistas y expresionistas de siglos posteriores, por lo que podemos considerarlo como un verdadero precursor del arte de finales del siglo XIX y principios del XX. Además, era un técnico formidable de colorido delicado y cuidadosa ejecución en el óleo sobre tabla. Los temas moralizantes, apoyados en figuras caricaturescas y seres monstruosos le sirven para realizar una elaborada crítica religiosa y social. En el Museo del Prado se encuentran algunas de sus mejores obras como “Mesa de los Pecados Capitales” y “El carro de Heno” y su obra magistral “Tríptico del Jardín de las Delicias”, donde critica la aparición, desarrollo y castigo del pecado en una obra maestra que ha trascendido los límites del tiempo.