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ARTISTAS DEL CINQUECENTO

● Bramante: arquitecto italiano del Renacimiento, concretamente del


Cinquecento. Encontramos la mayor parte de su obra en Roma, principal
capital artística del periodo al que corresponde Bramante, máximo
representante del clasicismo del primer tercio del siglo XVI. Su obra destaca
por la perfecta simbiosis entre orden, medida, proporción y simetría, así como
por la propuesta de plantas centralizadas. La obra que mejor resume estos
principios es el templete de San Pietro in Montorio. Tal fue la fama y prestigio
alcanzada por Bramante con esta obra, que el Papa Julio II le encargó el
proyecto y la dirección de las obras de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Aunque su proyecto finalmente fue modificado por otros autores, como Rafael,
Sangallo el Joven o Miguel Ángel, Bramante concibió una plan de cruz griega
con una cúpula central dominando todo el espacio arquitectónico, así como
otras cúpulas menores entre los brazos de la cruz.

● Miguel Angel: escultor, pintor y arquitecto del Cinquecento italiano (siglo XVI).
Su larga vida le llevó a evolucionar desde el Clasicismo al Manierismo, y su
fuerte carácter acabó dotando a su obra de una gran personalidad. En
arquitectura destacó su carácter dinámico (escalera de la biblioteca
Laurenciana de Florencia) y monumental (cúpula de San Pedro del Vaticano de
Roma). En pintura destacó por figuras con un marcado carácter escultórico y
anatomías muy estudiadas en las que representa posturas complejas y
marcados escorzos (bóveda y altar de la Capilla Sixtina del Vaticano). En
escultura era el ámbito en el que más cómodo se sentía; en sus obras
escultóricas recogía los mismos aspectos que en pintura, pero sumando una
intensa expresividad contenida llamada terribilitá, que aunque no era visible en
sus obras iniciales (Piedad del Vaticano), empieza a ser perceptible en su
famoso David y se consolida en el Moisés, obra de plenitud. En su etapa de
madurez evolucionó hacia formas manieristas, rompiendo con los ideales
clásicos (Piedad Rondanini).

● Giacomo della Porta: arquitecto italiano, encuadrado estilísticamente en el


Renacimiento y cronológicamente en el siglo XVI, más conocido como
Cinquecento. Destacó por recoger algunas de las construcciones que Miguel
Ángel dejó sin terminar, como la Basílica de San Pedro del Vaticano. Realizó la
famosa fachada de la iglesia jesuítica de Il Gesú, en Roma, realizada por
Jacopo Vignola, que muestra una clara influencia de la fachada de Santa María
La Novella de Leon Battista Alberti, con dos cuerpos rectangulares
decrecientes unidos por volutas o aletones. Giacomo della Porta resume aquí
la transición entre el Renacimiento y el Barroco, pues recoge en esta fachada
alguna de las características del nuevo estilo (frontones y cornisas quebradas,
orden gigante o juegos de claroscuros.

● Palladio: Arquitecto italiano encuadrado estilísticamente en el Renacimiento.


Su obra se adscribe a la etapa manierista (segundo y tercer tercio del siglo
XVI), que en arquitectura se caracterizó por romper con el ideal clásico,
tratando de provocar sorpresa, poner en contacto formas contradictorias,
generalización del orden gigante y efectos de profundidad ficticia. En su caso
concreto, su obra se definió por la propuesta de una arquitectura monumental,
que supo combinar de forma notable el lenguaje clásico, la promoción de la
decoración escultórica, la repetición de estructuras (fachadas, serlianas,
frontones) y la búsqueda de espacios diáfanos y funcionales. Sus obras más
importantes se encuentran en Vicenza (Villa Capra y Villa Rotonda,
caracterizada por su planta centralizada y gran cúpula y el teatro Olímpico,
primer teatro cerrado moderno) y sus grandes iglesias venecianas. Escribió un
tratado muy influyente sobre arquitectura titulado Los cuatro libros de la
arquitectura.

● Giambologna: escultor francés que trabajó en Italia a finales del siglo XVI.
Estilísticamente se le encuadra en el Manierismo, etapa final del Renacimiento
y antecedente del arte barroco. Sus características son la búsqueda de la
gracia, el equilibrio, el orden y el clasicismo clásico, pero a través de obras
dinámicas, abiertas, helicoidales y con múltiples puntos de vista. Su obras
más conocidas son el Rapto de las Sabinas, grupo en mármol de composición
y ritmo helicoidal, así como enorme teatralidad. Mercurio, obra en bronce
donde el protagonista se apoya únicamente a través de un pie sobre el soplo
del Dios del viento Céfiro. En España destaca la estatua ecuestre de Felipe III,
obra en bronce finalizada por su discípulo Pietro Tacca, que se ubica en la
Plaza Mayor de Madrid.

● Leonardo da Vinci: artista del Renacimiento italiano, encuadrado dentro del


periodo clasicista del Cinquecento, (finales del siglo XV, principios del siglo
XVI), siendo su máximo representante. A lo largo de su vida, Leonardo pasó de
su Florencia natal a Milán, desde donde se.trasladó a Roma bajo el reclamo del
Papa Julio II. Finalmente, acabó su vida en Francia, en la corte de Francisco I.
Hombre de curiosidad insaciable, Leonardo fue inventor, escultor, pintor e
ingeniero militar, por lo que su figura se adapta a la perfección al concepto
"Hombre del Renacimiento". Su mayor aportación a la pintura fue el avance de
la perspectiva aérea, gracia al uso de tres tipos de perspectiva: la linea, la
menguante y la del color (difuminación de contornos y tonalidades a través del
sfumato). Con ello, Leonardo otorgó a sus obras de sensación atmosférica,
conjugando luces, sombras, volumen y perspectiva en composiciones
sencillas y geométricas cargadas de belleza, misterio y dulzura. Sus obras
capitales son "La Virgen de las Rocas", "La última cena" o La Gioconda".

● Rafael: artista perteneciente a la escuela florentina-romana de la etapa


clasicista del Cinquecento italiano. Fue discípulo de Perugino y tuvo clientes
tan destacados como el Papa Julio II. Trabajó en los dos grandes centros
renacentistas: Florencia y Roma y es considerado un enardecido defensor del
clasicismo. Como pintor, su obra se caracteriza por el orden simétrico de las
composiciones (Perugino), la aplicación del sfumato (Leonardo), el perfecto
estudio anatómico (Miguel Ángel) y un dibujo que le permitió crear obras que
marcan el cénit de los avances pictóricos renacentistas. Algunas de sus
creaciones más relevantes son sus dulces, cuidadas y bellas Madonnas, como
la Madonna del jilguero, sus famosos frescos (Escuela de Atenas) y sus
excelentes retratos, que avanzan hacia la captación psicológica, como el de
Baltasar de Castiglione o el del Papa Julio II. Cabe mencionar su gran labor
como arquitecto, en el proyecto de remodelación de la basílica de San Pedro
del Vaticano, junto a Bramante, Sangallo el Joven y Miguel Ángel.

● Sofonisba Anguissola: pintora estilísticamente encuadrada en el segundo


Renacimiento o Cinquecento (siglo XVI). Cultivó el retrato y el autorretrato,
estableciendo nuevas reglas para el retrato femenino. Estudió pintura a edad
muy temprana, mostrando un talento precoz del que dejó constancia Giorgio
Vasari. Su padre, Amilcare Anguissola, emprendió una campaña de publicidad
del talento de Sofonisba y consiguió hacer llegar sus dibujos a todas las
cortes italianas e, incluso, a las manos de Miguel Ángel. En 1559 fue nombrada
dama de corte de la reina española, Isabel de Valois, esposa de Felipe II, a la
que impartió clases de pintura. Tras la pronta muerte de su primer marido,
Sofonisba volvió a Italia e instaló su propio estudio en la ciudad de Génova.
Artista aclamada y respetada en su tiempo, creó escuela entre los pintores
jóvenes, como Anton van Dyck. Tras su muerte, la mayor parte de su obra fue
atribuida a los pintores de la corte de Felipe II, como Juan Pantoja de la Cruz o
Alonso Sánchez Coello. Sin embargo, a partir de la exposición de 1990 del
Museo del Prado y otras posteriores, así como gracias a los exámenes
técnicos, le están devolviendo la autoría de sus obras. Cabe destacar dentro
de su producción el Retrato de Felipe II o su Autorretrato con caballete.

● Parmigianino: pintor, dibujante y grabador italiano considerado uno de los


primeros y máximos exponentes del manierismo, última fase del Renacimiento
italiano y que supone una fase de transición hacia el género barroco. La
principal influencia temprana sobre su estilo fue la de Correggio, uno de los
mejores representantes de la pintura veneciana. Cultivó el retrato y temas
religiosos. En sus creaciones se manifiesta el extraordinario alargamiento de
la figura humana y la refinada ejecución, tal y como podemos observar en su
obra "La Virgen del cuello largo".

● Giorgione: pintor renacentista italiano de finales del siglo XV, encuadrado en la


denominada escuela veneciana. Giorgione será el promotor y precursor de la
misma, lo cual le lleva a establecer algunos de sus principios: excepcional
manejo en el uso de la luz, empleo de colores brillantes y variados e
introducción de elementos exóticos y exuberantes. Conoció el arte y la teoría
de Leonardo, pues acogió y desarrolló parte de sus avances técnicos
(sfumato), así como dotó a su obra de una gran delicadeza y tono misterioso,
que le permitió crear modelos de gran tradición artística, como su propuesta
de Venus dormida, desnuda y recostada sobre un lecho. La obra cumbre de
Giorgione será La tempestad, en la cual sintetiza todas las características
antes remarcadas: sfumato, rico cromatismo, tono misterioso (el tema aún es
desconocido) y magnífico manejo de la luz.

● Tiziano: fue uno de los pintores más influyentes del Renacimiento veneciano y
uno de los grandes maestros del arte occidental. Nacido en el siglo XV en
Italia, Tiziano dejó un legado duradero con sus obras maestras que abarcan
retratos, pinturas religiosas, mitológicas y paisajes. Su habilidad para capturar
la profundidad emocional y la belleza natural, junto con su dominio del color y
la técnica del sfumato, le valió reconocimiento y admiración en su época y más
allá. Su estilo pictórico ha inspirado a generaciones de artistas y su impacto
perdura en la historia del arte.

● Tintoretto: pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la


denominada “escuela veneciana”. Tintoretto destacaría por introducir en
Venecia las propuestas manieristas, basadas en el empleo de luces violentas,
con fuertes contrastes (claroscuros), que se mezclan con el gran cromatismo
veneciano (primando aquí tonos fríos), su propuesta fastuosa y su gusto
refinado. Tintoretto promovió así mismo perspectivas basadas en puntos de
fuga laterales y descentrados, escorzos forzados y la introducción de
elementos anecdóticos y temas secundarios que llevan al espectador a
perderse en sus obras y disfrutar de las mismas. Su obra cumbre fue “El
lavatorio de pies”, donde pone de manifiesto todas las características
anteriormente propuestas. Se propone, que sus juegos de luz anticipan la
“perspectiva aérea”.

● Veronés: pintor renacentista, cuyo trabajo en Venecia fue magistral. Después


de Tiziano, fue el más importante pintor veneciano de mitologías del siglo XVI,
siendo pintor de grandes dimensiones y complejas historias. Su estilo se
caracteriza por el lujo, la arquitectura clásica que enmarca sus escenas y el
rico aunque suave colorido.

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