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EL BIENESTAR SOCIOEMOCONAL EN EL APRENDIZAJE DE LOS

ESTUDIANTES

La sociedad actual en la que vivimos se ha desarrollado inconcebiblemente


en aspectos tecnológicos y científicos, generando un decisivo cambio que
básicamente no van relacionadas a un desarrollo de habilidades,
competencias o instancias que necesariamente ayuden a formar un mundo
justo y equitativo, a pesar de los grandes esfuerzos que se realizan día a día
aun experimentamos grandes problemáticas de relevancia social, como
aquellas relacionadas a la salud mental , consumo de drogas, delincuencia,
discriminación, entre otras, lo que resulta alarmante, ya que hasta la fecha no
logramos encontrar soluciones e incluso podemos ver cómo se va
deteriorando el bienestar psicosocial .

La educación socioemocional se centra en el desarrollo, manejo y practica de


la inteligencia emocional con el propósito de reconocer las emociones propias
y la de los demás, favoreciendo así las relaciones sociales e interpersonales,
además de la colaboración con otros. La educación socioemocional pese a
ser reconocida como innovación educativa al tratar sobre las emociones, no
es un tema nuevo por el cual debamos sorprendernos, en la antigüedad las
emociones guardaban estrecha relación con las virtudes y los vicios.

Para RAFAEL BISQUERRA (2003) “La educación emocional es una


innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales”, este autor
reconoce que nuestras emociones son nuestro núcleo y que en ella se basa
nuestro éxito. Un adolescente con inteligencia emocional puede fortalecer su
conciencia emocional, ser una persona más comprensiva y estar apto para
sostener relaciones sanas con su medio, a que quiero llegar, a que si
fomentamos la educación socioemocional podríamos evitarnos las
problemáticas de relevancia social ya mencionados puntos arriba.

Las escuelas son el primer espacio público de aprendizaje de formación


comunitaria, potencialmente es el lugar en el cual las relaciones
experimentadas se transformarán en convivencia social, por lo tanto, de aquí
comienza nuestra privilegiada adquisición de actitudes que definirán nuestras
experiencias sociales, ya sean sanas y enriquecedoras o todo lo opuesto.

Sin embargo en las escuelas se adquiere más actitudes negativas,


incrementando así la tasa de problemas psicológicos en adolescentes como
también problemas psicosociales, un claro ejemplo de ello son los reportes
estadísticos de la Dirección Regional de Salud de San Martín, “En el 2021 se
estima que 168 mil 369 personas mayores de 12 años están afectadas con al
menos un trastorno de salud mental” (Gobierno Regional De San Martin) así
mismo se han registrado cuatro suicidios en lo que va del año en nuestra
región, constituyendo un factor de alto riesgo con respecto a la apariencia de
trastornos severos en la adolescencia y adultez.

Frente a estas problemáticas se les pide a las escuelas de formación con


mayor obstinación, que se hagan cargo de ellas a través del proceso
formativo.
Como plantea BISQUERRA (2003); “muchos de los problemas antes
mencionados tendrían un fondo emocional; de ahí entonces parte la
importancia de reforzar esta dimensión”. Precisando que los objetivos de la
educación peruana es: “Formar integralmente al educando en los aspectos
físico, afectivo y cognitivo para el logro de su identidad personal y social,
ejercer la ciudadanía y desarrollar actividades laborales y económicas que le
permitan organizar su proyecto de vida y contribuir al desarrollo del país”
(artículo 31, ley general de educación) Mediante la formación de inteligencia
emocional se debería posibilitar que los alumnos, como futuros ciudadanos
que somos pongamos en práctica y reflexionemos acerca de los valores que
faciliten la convivencia, basadas en respeto , participación, empatía y diálogo
de tal modo que construyamos una sociedad más humana , equitativa y
sostenible en el futuro .

Como plantean Extremera y Fernández-Berrocal (2003), “la emergencia de


nuevos paradigmas relacionados con la inteligencia emocional hace
necesario desarrollar formas alternativas de inteligencia, complementarias a
las demás y que requieren para su desarrollo contextos educacionales más
amplios y no focalizados exclusivamente en los modelos tradicionales de
inteligencia” (2003, berrocal) Con frecuencia lo que ocurre es una falta de
dialogo e integración con los niños , niñas, adolescentes y la oferta del
mundo adulto, para ello un camino fundamental y netamente necesario es
escuchar las voces de los niños, niñas y adolescentes con respecto a sus
preocupaciones , dudas, incertidumbres y necedades.

Si bien en la actualidad no se pone en duda la importancia del aprendizaje


socioemocional, no brindamos un enfoque necesario que pueda favorecer el
desarrollo de habilidades socioemocionales tanto en estudiantes como en los
docentes, impidiendo así una mejora entre la interacción maestro-alumno
dada la influencia que tienen las relaciones interpersonales en el aula con
respecto a desarrollo emocional y social de los estudiantes. Según Juan
Casassus (2007), “Al realizar un estudio los resultados arrojaron que la
desatención a las necesidades afectivas y emocionales de los estudiantes
como no ser escuchados, reconocidos o aceptados, no ser comprendidos en
sus inquietudes y necesidades de autonomía por los padres y profesores, se
convierte en causa de violencia y comportamientos agresivos que impactan
tanto en el aprendizaje, como en su sano desarrollo emocional”, de ahí la
necesidad de que tanto padres como maestros trabajen también en el
desarrollo de sus propias competencias emocionales, pues sus actitudes e
intervenciones tienen un fuerte peso en la formación de los menores, por
ende, reafirmo que es fundamental que comencemos a escuchar a nuestros
niños, niñas y adolescentes, no solo en aulas también en sus respetivos
hogares e implementemos estrategias que estimulen la inteligencia
emocional, quiero agregar también que un estudiante con mayor autoestima ,
seguridad, empatía posee mayor puntuación con respecto a su desempeño
académico, a diferencia de aquellos clasificados como depresivos que tienen
problemas con las drogas, pensamientos suicidas y con respeto a su
desempeño académico se encuentran demasiado bajos.
Por ende, mis propuestas para mejorar el bienestar socioemocional en el
aprendizaje de los adolescentes son las siguientes:

1) Considero que debemos comenzar desde la educación inicial, el gobierno


debe incluir en el currículo de los docentes de inicial cursos psicológicos,
donde les brinden información sobre las técnicas de manejo de emociones,
como por ejemplo la técnica de la tortuga, que es un método de autocontrol y
consiste en aportar una postura encogida ,cerrando su cuerpo metiendo la
cabeza entre sus brazos e invitándolo a reflexionar y ver dentro de sí, lo cual
va generar que el menor se calme y tengo un mejor manejo de sus
emociones, así como esta técnica existen muchas que pueden favorecer el
crecimiento personal, emocional de nuestros menores .

Pero qué pasa con los que ya crecimos y no recibimos el apoyo


socioemocional cuando lo necesitábamos, para ello surge la siguiente
propuesta

2) Generar un proyecto en cual titularemos “GALAXIA DE EMOCIONES”


donde los primeros exponentes sean los adolescentes, en cada institución del
país determinemos un salón en específico, donde los adolescentes de los
diversos grados con ayuda del profesional en psicología se organicen charlas
en grupo donde hablen de sus emociones con naturalidad y se den cuenta
que está bien no estar bien a veces , cabe recalcar que es importante
también que les enseñemos técnicas de manejo de emociones a los
adolescentes y ellos puedan enseñárselos a los más pequeños, generando
así un ambiente de confianza en ellos.

3) Y para finalizar propongo que el gobierno genere evaluaciones trimestrales


en los estudiantes, para observar el estado emocional en el que se
encuentran, a partir de primero de secundaria, ya que esta etapa marca sin
duda alguna el paso a la adolescencia, y no solo a los adolescentes también
a los docentes, ya que ellos también necesitan ayuda, porque de que sirve si
nuestros adolescentes están bien y nuestros docentes presentan alguna
afección psicológica, es más que obvio que esto repercutirá en los jóvenes,
niños, por ende, propongo que nuestros docentes reciban apoyo emocional
mensualmente.

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