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Artículo de la Universidad Europea (2022).

El desarrollo socioafectivo en la Educación Infantil

Si queremos niños que sean capaces de vivir en armonía con los demás, niños empáticos y
seguros de sí mismos, que cooperen con sus coetáneos para resolver conflictos y que sepan
gestionar sus emociones, la Educación Infantil debe enfocarse en el desarrollo socioafectivo.
Estimular la educación emocional y las competencias comunicativas no solo contribuye a un
desarrollo más armónico, sino que también les proporciona las herramientas que necesitan
para integrarse de manera adecuada en la sociedad.

¿Qué es el desarrollo socioafectivo?


El desarrollo socioafectivo en la Educación Infantil es el fomento de las habilidades que
permiten al niño crecer como persona y ser social. Por una parte, consiste en enseñar a los
niños a reconocer y gestionar sus emociones para que puedan expresarlas de manera asertiva.
Por otra parte, se trabaja la empatía a las necesidades de los demás, las competencias
sociales para que puedan relacionarse con otros niños y adultos de manera satisfactoria y las
estrategias de resolución de conflictos intrapersonales.

Para ello, se tienen en cuenta las diferentes características y etapas del desarrollo
socioafectivo en la infancia. Los bebés, por ejemplo, tienen un repertorio afectivo muy limitado
a ojos de un adulto, de manera que experimentan emociones básicas como la aflicción y la
satisfacción, expresándolas fundamentalmente a través del llanto y el contacto físico.

No obstante, a medida que van creciendo su repertorio emocional se enriquece y comienzan a


experimentar estados afectivos más complejos, como la ira, la vergüenza, la culpa o el orgullo.
A partir del segundo ciclo de Infantil y con la ayuda del lenguaje, los niños empiezan a
comprender y utilizar las normas que regulan la expresión emocional, van superando la etapa
del egocentrismo, lo cual les ayuda a regular sus estados afectivos y relacionarse mejor con los
demás.

La importancia del desarrollo socioafectivo para los niños


El desarrollo socioafectivo es esencial, tanto en el plano individual como social. Un niño con un
desarrollo emocional adecuado se convertirá en una persona segura de sí misma que confía en
sus habilidades, tendrá una autoestima sólida y desarrollará un nivel de autocontrol y una
capacidad de autoconocimiento que le ayudarán a lidiar con las dificultades y lograr sus
objetivos en la vida.

Por otra parte, el desarrollo de las competencias sociales le facilitará las relaciones con sus
coetáneos y los adultos. Un niño que aprende desde la base de la educación emocional podrá
integrarse con mayor facilidad en los grupos, desarrollará habilidades comunicativas y de
interacción que le permitirán defender sus derechos y puntos de vista respetando a los demás y
será capaz de buscar acuerdos o pedir ayuda cuando lo necesite.
Todo ello se traduce en un mayor bienestar y una mayor integración social, lo cual les ayudará
a sentirse realizados dentro y fuera del aula.

¿Cómo fomentar el desarrollo socioafectivo en Educación Infantil?


Las emociones y los sentimientos están presentes en el aula en todo momento y no solo
influyen en el aprendizaje infantil sino también en la relación entre los alumnos y en la
formación de su identidad. Por eso, cada acción que se realiza con los niños es una
oportunidad para fomentar sus habilidades socioemocionales.

En los primeros años de vida, el juego es una de las actividades para el desarrollo socioafectivo
más importantes porque fomenta la socialización y la expresión emocional de manera lúdica.
Los cuentos y las representaciones con marionetas también son actividades ideales para
estimular el desarrollo de habilidades sociales básicas como la cooperación, la resolución de
problemas, la expresión emocional o la tolerancia a las diferencias.

No obstante, el desarrollo socioafectivo también se puede fomentar a través de las rutinas


diarias del niño con el resto de sus compañeros de clase y en el hogar. De hecho, la
colaboración familiar es fundamental para crear un entorno coherente que brinde a los niños las
herramientas básicas que necesitan para ser y convivir en el mundo actual.

Si te interesa todo lo relacionado con el desarrollo socioafectivo del niño, con nuestro técnico
superior en Educación Infantil podrás profundizar en la formación de las habilidades sociales, la
expresión y la comunicación infantil. Y si deseas compatibilizar los estudios con otras
actividades, puedes optar por nuestro técnico superior en Educación Infantil a distancia.
¿Qué es el desarrollo socioafectivo del niño?

Feb 17, 2021 | Psicología y Psicopedagogía

El desarrollo socioafectivo de los niños es un aspecto fundamentales dentro de la labor


psicopedagógica. Se trata de un tipo de educación que prioriza la promoción de competencias
que permiten a los menores evolucionar con éxito como seres sociales. Hoy te explicamos en
qué consiste este método educativo y cuál es su valor sobre el crecimiento infantil. También
puedes seguir aprendiendo más sobre este tema con nuestro Máster en Atención Temprana, a
través del cual conocerás las bases para promover un desarrollo infantil óptimo en todos los
niveles.

¿En qué consiste el desarrollo socioafectivo de los niños?


Diversos estudios demuestran que el desarrollo emocional en los niños es fundamental para su
crecimiento físico, emocional e intelectual. Y es que los sentimientos y las emociones están
presentes durante toda la vida y marcan a las personas en todas sus experiencias y vivencias.

Es por ello que educar a nivel socioafectivo favorece el crecimiento emocional de los pequeños,
facilitando que, en un futuro, se conviertan en personas seguras de sí mismas, con autocontrol
y una buena autoestima, lo cual potenciará otras habilidades o capacidades que posean.

La necesidad de la educación socioafectiva de los niños nace de las propias características de


la sociedad actual. Una sociedad que requiere de seres humanos con altos valores sociales y
morales que empaticen y ofrezcan su ayuda a los demás, favoreciéndose una convivencia sana
y pacífica. Por ello, es importante conocer cómo se plantea este paradigma educacional que
combina los conocimientos y el crecimiento emocional.

El desarrollo socioafectivo del niño es el fomento de habilidades para su crecimiento como


persona y ser social, lo cual también supone un aprendizaje sobre el control de sus propias
emociones. Además de la empatía, es fundamental una adecuada adaptación a la resolución
de problemas, así como una visión ética respecto al mundo que le rodea.

Características de la educación socioafectiva


La labor de la educación socioafectiva de los más pequeños se aborda desde tres perspectivas
fundamentales:

Intelectual
Es aquella que favorece el conocimiento social en general. Junto a los elementos básicos del
aprendizaje como el lenguaje, los niños aprenden valores, costumbres, normas, símbolos
sociales e instituciones.

Emocional
Se refiere a todas las redes emocionales que engloban el proceso educativo. Entre ellas
destacan los vínculos emocionales con los padres, amigos y el educador. A través de ellos se
desarrollan habilidades como la empatía, la amistad y el apego. Además, se fomenta el interés
por la realización satisfactoria de tareas o el logro de objetivos. Las emociones actúan como
elemento motivador del aprendizaje.

Social
La aceptación o rechazo de los demás favorece la adquisición y el aprendizaje de
comportamientos considerados como correctos por la sociedad. Los niños aprenden las
conductas sociales a través del reforzamiento positivo, la instrucción y la imitación. Este es un
proceso que va estrechamente ligado a la asimilación de normas, conductas y valores.

¿Por qué es importante la educación socioemocional?


Está demostrado que el desarrollo socioemocional de los niños tiene la misma importancia que
su desarrollo físico-cognitivo. La combinación entre ambos favorece su evolución satisfactoria
como individuo y como ser social. Eso sí, hay que tener en cuenta la existencia de aspectos
diferenciadores como el contexto social o las características propias de cada niño.

A modo de ejemplo, una correcta educación integral o socioafectiva influye directamente en


aspectos tan trascendentales como pueden ser los siguientes:

Una mejor adaptación al mundo escolar que se traduce en mejores resultados académicos.
Además de una mejor actitud ante al aprendizaje, mayor espíritu colaborador y mejores
relaciones con los demás.
Mayor desarrollo del pensamiento, el lenguaje y destrezas sociales.
Un ascenso del bienestar y de la felicidad.
Menor incidencia de problemas conductuales (menos casos de aislamiento social,
hiperactividad y agresividad, por ejemplo).
¿Cómo llevar a cabo una buena educación socioafectiva?
Para una buena educación que fomente el desarrollo socioafectivo es esencial incluir su
contenido en el proyecto curricular de los centros educativos. Este tipo de educación debe
inculcarse a través de estrategias y actividades concretas desde diferentes perspectivas:

Objetivos educacionales
El desarrollo emocional, afectivo y social de los niños debe formar parte de los objetivos
principales de los programas de enseñanza. Debe incluir el fomento de la autonomía y la
formación de la identidad. También incluirá la potenciación de la observación y la comprensión
de los fenómenos naturales y sociales. Además, el desarrollo de la comunicación y de las
relaciones con los demás.

Contenidos académicos
Los contenidos dirigidos al desarrollo socioemocional deben estar basados en la experiencia y
en las propias vivencias de los niños. Además, deben favorecer el trabajo cooperativo en el que
se incluya la elaboración de reglas o normas de participación. Todo ello favoreciendo la
expresión libre de la identidad de cada uno de ellos, el sentido crítico y la tolerancia.
Espacio de convivencia
El espacio de trabajo debe reflejar las magnitudes individuales y sociales del desarrollo. Los
niños deben contar con un espacio propio para descansar, guardar sus pertenecías o aislarse
del resto cuando lo necesite. Pero también debe existir un espacio en el que pueda desarrollar
su interacción social con el grupo.

Materiales de aprendizaje
El material debe constituir un soporte para la expresión, la comunicación y el desarrollo de la
identidad individual. También debe existir material que favorezca el desarrollo de lo individual y
lo social en conjunto.

Tiempo o ritmo individual


Es esencial tener en cuenta el ritmo biológico y social de cada niño a la hora de llevar a cabo
las actividades.

Actividades o rutinas diarias


Cada acción realizada con los pequeños se convierte en una oportunidad ideal para el fomento
de habilidades socioemocionales. Eso sí, siempre prestando atención al proceso de
crecimiento y desarrollo individual.

El juego constituye una de las actividades básicas para el desarrollo infantil. Es un medio
excelente para la expresión, la comunicación y la socialización. Uno de los mejores escenarios
para el desarrollo de habilidades sociales básicas como la cooperación y la resolución de
problemas.

Trabajo en equipo con la familia


La colaboración familiar debe formar parte de todo el proyecto. Por ello es fundamental
fomentar la relación escuela-familia. La familia es un potenciador socioafectivo esencial que da
continuidad al desarrollo del niño más allá del entorno escolar.

El desarrollo socioafectivo de los niños es fundamental para lograr su crecimiento pleno como
ser individual y social. A partir de ahí, los menores adquieren habilidades que le permitirán
afrontar los retos vitales con seguridad, autoestima y sentido crítico. El objetivo final es la
educación integral; un sistema en el que se transmitan conocimientos y se desarrollen valores y
competencias para ser y convivir.
El Aislamiento

Es un fenómeno que ha sido documentado y observado en diversas culturas y se ha escrito


mucho sobre él: en Japón lo llaman “Hikikomori”, en los países anglosajones “social
withdrawal”, …. y en todos ellos intervienen causas externas o internas al individuo que le
llevan a rechazar el instinto gregario de los seres humanos.

Debemos diferenciar entre el aislamiento de una persona que está triste por algo que le haya
ocurrido o de una persona introvertida que disfruta del silencio o prefiere actividades solitarias,
y el aislamiento como última alternativa para evitar el sufrimiento. Me referiré en todo momento
a este último tipo de aislamiento.

Una persona con depresión, víctima de bullying o mobing, algunos tipos de psicosis o
trastornos de la personalidad, agorafobia, … se verá empujada a aislarse como forma de evitar
daño de los que le rodean o para evitar dañarles a ellos. Algunas personas han vivido
sobreprotegidas y no han podido desarrollar habilidades sociales y de gestión de conflictos
suficientes como para tolerar los desacuerdos que surgen en las relaciones sociales. Cada
historia personal hacia el aislamiento social ha trazado un camino distinto para llegar al mismo
destino, y todas han tenido un denominador común: EL DOLOR.

Otra realidad que se vive en nuestra sociedad es el aislamiento de las personas mayores que,
por no poder salir de su domicilio, porque sus iguales han ido falleciendo o porque sus
familiares están demasiado ocupados para hacerles compañía han ido viendo cómo su red
social desaparecía hasta estar solos.

Crecemos en grupo y la sociedad occidental (pese al individualismo y competitividad


imperantes) se construyó con la colaboración de grandes grupos. Las relaciones sociales nos
estimulan a nivel cognitivo, nos ayudan a estar más activos, nos empujan a cuidarnos más y
cuidar de los demás y nos ayudan a sentirnos valiosos dándonos un estatus. Estas cosas se
pierden cuando una persona se aísla. Por no hablar de la desregularización de los ritmos
biológicos de sueño, alimentación, etc… así como de una mayor probabilidad de caer en malos
hábitos como el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol. El aislamiento severo afecta
también a la atención, el aprendizaje y la toma de decisiones. Esto desembocará en una baja
autoestima y un bajo autoconcepto, que nos dificultará tomar la iniciativa de intentar romper el
aislamiento perpetuándolo.

01/02/2019
Abel Domínguez Llort
Psicólogo. Director de Domínguez Psicólogos
http://dominguezpsicologosmadrid.com/
Causas del aislamiento social

A pesar de que se han llevado a cabo diferentes estudios para identificar las causas
específicas del aislamiento social, la realidad es que estas son muy diversas y dependen de
cada situación particular. En algunos casos puede deberse a que la persona ha vivido
condiciones anormales en su infancia, como haber sido víctima de acoso escolar.

También puede ser que haya estado bajo una extrema sobreprotección que les impidió
relacionarse de forma normal con otras personas de su edad. Generando, de esta forma, una
falta de seguridad y conocimiento para establecer nuevas relaciones cuando es adulto.

*Consecuencias del aislamiento social*

Quienes viven bajo esta condición suelen enfrentarse a diversas situaciones y problemas,
siendo el más común y más grave la depresión. Diversos estudios que se han realizado indican
que las personas que viven el aislamiento social suelen tener problemas de aprendizaje, la
atención y en la toma de decisiones.

Esto se debe a que cuando no nos relacionamos con nuestro entorno, nuestro cerebro no
recibe los estímulos adecuados y no trabaja de la forma adecuada. Por este motivo, las
personas que viven en aislamiento social pueden parecer un poco torpes o lentos al momento
de tomar decisiones.

Así mismo, se ha documentado que el aislamiento social puede generar afectaciones en la


salud física, derivadas tanto de posibles somatizaciones de los sentimientos de soledad, como
de la falta de cuidados y atención cuando se presenta alguna enfermedad leve.

Okairy Zúñiga
06/04/2022
https://lamenteesmaravillosa.com/el-aislamiento-social/

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