Está en la página 1de 4

El Juicio Final - Thiago Herrera

El Juicio Final de Fra Angélico es una pintura del Renacimiento datada en distintas
fechas entre 1425 y 1431. Sus dimensiones son de 105 x 220 cm y fue creada en una tabla
de madera encolada, pintada en témpera.
En la obra podemos ver una figura central rodeada por numerosos niños y a sus
costados otras figuras santas sentadas. Debajo suya tenemos un sendero con baldosas
sueltas que parecen ser tumbas, está divide la imagen en dos subpartes.
Por un lado, el costado derecho donde el suelo es seco y gris, diferentes demonios,
algunos de ellos con lanzas, empujan a los hombres hacia una entrada. Entre ellos vemos
un hombre en la esquina superior izquierda de la sección que no está siendo atacado pero
que tampoco puede escapar, remitiéndose a observar el otro lado del sendero, otros están
decididos a luchar como la persona de rosa que está a la derecha del sujeto mencionado,
hay algunos que se sostienen para no caer y otros que están cayendo como el hombre de
celeste en la esquina inferior izquierda de la sección. En la entrada hay una sombra que
está tomando a los hombres que los demonios atraen. Gracias a un corte, podemos ver el
interior del edificio al cual conduce la entrada; dentro podemos ver humanos desnudos
aglomerados en siete secciones: En una de ellas están atados y amordazados, en otra están
en el interior de una olla en llamas, arriba están sentados alrededor de una mesa, en otra
hay una figura, aparentemente una mujer, con una oz y en el resto no están haciendo
ninguna actividad pero todos están muy apretados y compactados, cada vez en mayor
cantidad, incluso en una de las secciones solo se alcanza a ver las cabezas de las víctimas.
Debajo, una figura negra con pedazos de cuerpo, piernas y otras partes como collar y lo
que parecen ser calaveras en el suelo.
En contraste, vemos a la derecha de Cristo un parque ocupado por una multitud que
observa a la otra sección, algunos de ellos juntan sus palmas y rezan por aquellas víctimas
mientras otros conversan y se abrazan. Entre ellos hay algunas figuras que llevan una
vestimenta negra con puntos dorados, son los únicos en utilizar este patrón y parece ser
que son los encargados de organizar la masa. Mientras, un grupo de jóvenes se toman las
manos formando una ronda. La vegetación los abraza, hay arbustos con flores y un árbol
donde se refugian dos personas. En el fondo, hay un edificio cuya entrada ilumina la
vegetación.
Finalmente, la sección que toma más protagonismo, la de Cristo. Este está vestido
con una túnica blanca cubierta por un manto azul. Su mirada apunta a su lado derecho
mientras una de sus manos también. Alrededor suyo hay numerosos individuos expectantes
que podrían estar parados o incluso flotando y debajo hay un ángel que sostiene una cruz.
Además, hay 13 figuras de cada lado distribuidas en dos tribunas, todos llevan el nimbo
que indica que son ángeles, algunos de ellos llevan libros en las manos y otros toman
notas. Otro dato a tener en cuenta es que las tres secciones están bien separadas, las
primeras dos mencionadas, por el sendero y la última está en un plano superior cubierto
por el color celeste que emula el cielo. Por eso, los apóstoles que están a los costados de
Jesús descansan sus pies en las nubes, un suelo blanco con triángulos grises debajo de los
asientos. Entre los pequeños ángeles y los apóstoles, hay una figura en cada lado, una de
ellas vestida por completo de blanco y la otra de rojo.
No hay que olvidar el dato que más llama la atención a simple vista, parte del
cuadro está pintado con gris, casi como si la obra no estuviera terminada. Sin embargo, no
es así, parece ser una decisión del autor, ya que se corta la continuación del edificio en la
parte izquierda y lo mismo pasa en el lado opuesto de una manera simétrica y prolija.

Análisis formal:

● Formas geométricas: Como decía, a pesar de que la decisión de pintar de gris parte
de la pintura da la sensación de una obra incompleta, es una elección
importantísima. A simple vista podemos identificar el protagonista de la obra,
Cristo, y observamos que no hay nada más importante que él, esto es gracias a la
formación de un triángulo, cuya base son el paraíso y el infierno y su punto más
alto es Cristo.

Al mismo tiempo, esto le da mucha relevancia al cielo. Imaginemos que no se


tomaba esta decisión y se dividía la imagen en una línea horizontal que divide el
cielo de la parte inferior, en ese caso veríamos dos partes iguales con la misma
relevancia, incluso con Cristo ubicado parecería que solo es protagonista de su lado
del eje horizontal, dando una sensación de separación entre ambos mundos. Sin
embargo, la disposición y orden de la imagen da la sensación al espectador de que
todo está integrado y conectado. Incluso la decisión de recrear el ambiente del cielo
da una noción de ubicación al espectador que lo puede interpelar en la realidad y
llevarlo a imaginar que los dioses se encuentran en el cielo que ven todos los días.

Como resultado, uno no solo comprende que Cristo ve todo y que sus
allegados también, sino que están conectados aunque los de abajo no los puedan
ver.
● Eje de simetría: Hay un eje central que separa la imagen en dos partes (izquierda y
derecha). En la parte inferior este recurso se utiliza para hacer un contraste entre las
partes contrapuestas; en la parte superior, Cristo se encuentra en el medio del eje,
enlazando ambas partes y dando una sensación de unión.

● Paleta de colores: Hay un contraste de color entre las partes inferiores, una
representando el paraíso y la otra el infierno. En la primera, vemos que predominan
los colores claros y el verde, mientras en el infierno predominan los colores oscuros
y el rojo. Dando cuenta de que una busca representar la naturaleza, la fertilidad y la
pureza, mientras otra lo extraño, lo estéril y lo tenebroso.

Siguiendo esta línea, Cristo no solo tiene un aura de luz cálida sino que también
está rodeado por un óvalo de colores cálidos, resaltando aún más estos aspectos en
su figura.

Otra figura que resalta mucho por sus colores es la Virgen, a la derecha de Jesús,
cubierta por el blanco más limpio de la obra, denotando su pureza. En
contraposición, dado el eje de simetría, una figura vestida de rojo, que sigue siendo
un ángel por su halo pero podría ser un representante del infierno.

● Contrastes de luz: En el infierno vemos mucho uso de la oscuridad y las sombras,


principalmente en la entrada del edificio, donde se encuentra Satanás. Mientras que
en el paraíso abunda la luz, ni siquiera los árboles hacen sombra y destaca la luz
que emana el edificio. Por su lado, Cristo tiene un aura alrededor suyo que emana
luz.

● Diagonales: El uso de las líneas hace un nuevo contraste entre el paraíso y el


infierno. Mientras que en el primero predomina el orden y la armonía con líneas
rectas verticales, en el infierno dominan las diagonales, dando una sensación de
dinamismo y caos.

● Perspectiva naturalista

Perspectiva atmosférica: El camino se escapa en un horizonte cuyo cielo va


perdiendo su color a medida que se acerca a los márgenes. En el lado del paraíso
hay un árbol que es más chico que el resto y da la sensación de que el paisaje se
extiende y continúa más allá del ojo del espectador.

Perspectiva: Toda la parte inferior de la obra respeta sus respectivos puntos de fuga,
para aportar un mayor realismo, destaca principalmente en las baldosas. No toda la
imagen comparte los mismos puntos de fuga, pero todos apuntan hacia Cristo. Esto
también se cumple con los apóstoles que están sentados, solo que con distintos
puntos de fuga.

Sin embargo, alrededor de Cristo, en su círculo más cercano, se rompe esta regla y
más que un punto de fuga, todos están en torno suyo mirándolo. Esto no solo
intensifica la noción de importancia de su figura sino también impacta mucho más,
debido a que parece que están volando alrededor suyo. Esta decisión del autor le da
más peso a la figura de Cristo, y acompaña muy bien la temática de la obra: El
Juicio Final, ya que es un evento que se trata de retratar con el mayor realismo
posible pero que no deja de ser un suceso maravilloso. El balance entre el realismo
es fundamental y poner el punto de énfasis en que Cristo es el único capaz de
manipular las leyes de la naturaleza es una decisión más que interesante.

Análisis iconográfico e iconológico:


La obra cuenta con un sendero con baldosas rotas y una caja. En mi opinión,
representan tumbas y simboliza el camino de la vida con la aparición de la muerte cuando
uno menos se lo espera. Este camino, idealmente se dirige hacia Cristo, pero su figura es
inalcanzable, ya que se encuentra en otro plano, ante la eventual muerte, él será el juez
encargado de decidir si el sujeto irá al paraíso o al infierno.
Ambos lugares parecen intangibles en nuestra imaginación, pero en el retrato son
sumamente terrenales y posibles. En los costados más próximos al camino vemos las
diferentes reacciones de las personas que nos dan una idea de cómo puede reaccionar cada
individuo. No obstante, el destino es inevitable y en el caso de la desgracia, tarde o
temprano Satanás te espera en la puerta de su hogar. Esta figura es siniestra y oscura y
genera terror por su poca definición, una vez que alguien cae en sus manos no hay vuelta
atrás y es ese el momento en el que verdaderamente comienza el infierno y el sufrimiento.
Dentro del edificio, las imágenes se vuelven mucho más surrealistas, las personas pierden
identidad y son una víctima más de torturas inimaginables.
En contraste, tenemos otro edificio que, a pesar de no estar en primer plano como
el otro, tiene cierta relevancia. Bajo mi opinión, este edificio es la Iglesia e incluso
podemos pensar un orden inverso al que se establece en el infierno. Si vemos la entrada de
la iglesia, encontramos unos rayos de luz que salen hacia el exterior, por lo tanto la Iglesia
no es el fin sino un camino, cuyo final es el paraíso que vemos, un patio que se extiende en
un paisaje infinito.
Para concluir, podemos retomar el fín de esta imagen: retratar el Juicio Final. Las
imágenes son sumamente identificables al espectador, lo cual es importante, ya que tiene
un fin religioso. Para esto, la presencia de la Iglesia es importante y el significado de que si
no se sigue ese camino se puede terminar en el Infierno. Por último, la omnipresencia de
Cristo y sus ángeles, que a pesar de que los humanos no los podamos ver están ahí. Cristo
es el juez y encargado de nuestro destino, nos observa a lo largo de nuestro camino de vida
y también va a determinar nuestro final.

También podría gustarte