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Supuesto práctico 1

Las actitudes hacia el envejecimiento pueden ser críticas para el ajuste y la


supervivencia. ¿Qué actitud presentan los jóvenes hacia las personas
mayores? ¿Qué actitudes presentan las personas mayores hacia las
personas mayores?

Las personas mayores han estado y están rodeadas de creencias, prejuicios y


estereotipos acerca del envejecimiento que relacionan esta etapa con pérdidas,
discapacidad funcional, enfermedades y problemas cognitivos, que muchas
veces no tienen que ver con la realidad. Esto crea en la sociedad una imagen
social de la vejez negativa e influye también de manera negativa en la vivencia
psicológica que se hace del proceso de envejecimiento. No solo en los jóvenes
sino en la propia opinión de la persona mayor en relación con su vida y su
realidad, en cuanto a sus actitudes la persona mayor en muchas ocasiones
mantiene la no pertenencia a un grupo de edad o no son conscientes de
ella.

Existen diversas perspectivas que van desde el pesimismo considerando que su


vida no es importante, que no es útil y que únicamente debe esperar el desafío
de la muerte como solución a sus problemas, aunque realmente sepa que ésta
no es la solución. Para este tipo de persona la vida ya no tiene sentido, mucha
de la gente de su alrededor se ha ido, otros están enfermos y él está solo, aunque
tenga cerca de su familia, piensa que es un estorbo para ella y que después de
haber trabajado durante tantos años, lo único que le queda es seguir sufriendo
por otras circunstancias hasta el final de sus días. Normalmente, esta visión vital
genera aprehensión, mal humor, mal estar, mal carácter, genera ganas de no
vivir, genera desprecio a uno mismo y en absoluto permite libertad a la persona
para ser feliz, hasta una perspectiva optimista o positiva en la que las personas
que adoptan este tipo de planteamientos se rebelan como personas nuevas, con
ganas de vivir, personas abiertas a una nueva realidad, han trabajado toda su
vida para forjarse un futuro y ahora que lo tienen pueden forjarse un presente
único porque disponen de todo el tiempo necesario para vivir. Según ellos, están
en la flor de la vida, la flor de la nueva juventud les pertenece y no pierden un
segundo en desaprovecharla. Su vida más o menos perfecta es única y deben
quemar todos sus cartuchos sin pensar en mañana. Lo tienen todo hecho, como
muchas veces manifiestan y ahora es el momento de disfrutar de todo aquello
de lo que no han podido disfrutar con anterioridad. Ellos son útiles y lo saben,
miran la vida desde las experiencias y por esta razón se saben profesores del
resto de la sociedad, desde esta mirada son ellos los únicos capaces de cambiar
la realidad con el mínimo número de errores posibles. Desde todo punto de vista,
ésta es la mejor forma de vivir la vida, es la única forma de realizar la vida.

La vejez ha sido valorada de dos formas, una positiva y otra negativa. La


primera, hace referencia a la consideración de la persona mayor como sabia,
cargada de experiencias, transmisora de valores, de alto estatus social,
merecedora de un gran respeto y con una clara posición de influencia sobre los
demás. La segunda, destaca la vejez como un estado deficitario. La edad lleva
consigo pérdidas significativas e irreversibles, ambas visiones representan
mitos y estereotipos acerca del envejecimiento que dificultan el envejecer bien
y limitan una adecuada integración del adulto mayor en la sociedad. Estas
evaluaciones han traído consigo unos tradicionales estereotipos positivos o
negativos sobre diversos ámbitos de la realidad y circunstancias de la vejez
bien sean personales, sociales, físicos, mentales, conductuales, afectivos, etc

La actitud de los jóvenes hacia las personas mayores también pasa por varias
perspectivas desde aquellos que opinan que los mayores tienen mucho que
decir, considerando la vejez como una etapa de la vida por la que hay que pasar,
la aceptan y deciden ayudar al colectivo a que sea la mejor etapa de su vida.
Para este tipo de personas la 3ª Edad tiene mucho que decir, debe ser un
colectivo respetado por todo lo que han creado y por toda la experiencia que
poseen, una fuente fundamental y única de conocimientos, de experiencias, de
consejos y gracias a su edad rara vez se equivocan en este sentido. Y luego
están los jóvenes que opinan que el colectivo de mayores no importa, no existe
y no supone algún tipo de acción social. Para la parte de la Sociedad que cree
en visión tan subjetiva, los mayores no poseen ni la experiencia ni la utilidad
como para tener un papel importante en el entramado social, sino que es un
colectivo que está ahí porque tiene que estar y porque es en lo que todos vamos
a acabar. Son personas que tienen respeto y miedo a llegar a ser mayores o
simplemente a no llegar.
Estas perspectivas tan de negación lo que producen en la sociedad son actitudes
como las del edadismo1.

Parafraseando a Kofi Annan en el discurso de apertura de la II Asamblea: "En


África se dice que cuando muere un anciano desaparece una biblioteca”. Las
personas de edad sirven de vínculo y de intermediarios entre el pasado, el
presente y el futuro. La vejez es la suma de todas las experiencias de la vida.
Las personas de edad pueden alentar a las generaciones venideras a levantar
la voz en favor de la libertad, la paz y la democracia. Hay que asumir que la
vejez es un don privilegiado, apostar porque la vejez ocupe el lugar que le
corresponde en la sociedad y, así, afrontarla con optimismo. Es fundamental
generar una sociedad para todas las edades en la que las personas de edad
tengan la oportunidad de seguir participando de sus respectivas sociedades.
Para la consecución de ese objetivo, es necesario eliminar todos los factores
excluyentes o discriminatorios que sufre ese colectivo. La contribución social y
económica de las personas de edad trasciende sus propias actividades
económicas, ya que, con frecuencia, éstas desempeñan funciones voluntarias
cruciales en el contexto familiar y comunal. Su valioso aporte altruista no debe
ser medido en términos de rentabilidad económica. Así pues, es imprescindible
reconocer la contribución del trabajo no remunerado que realizan los mayores
en todos los sectores de la vida comunitaria, y en particular el de las mujeres.
Es igualmente importante la participación en actividades sociales, económicas,
culturales, deportivas, recreativas y de voluntariado ya que contribuye también
a aumentar y mantener el bienestar personal en la vejez. Por esa razón, las
organizaciones de personas de edad constituyen un medio para facilitar la
participación en programas de promoción y fomento de la interacción entre
generaciones.

1
Edadismo: Se refiere a como pensamos (estereotipos), sentimos
(prejuicios) y actuamos (discriminación) hacia otras personas o nosotros
mimos por razones de edad.
BIBLIOGRAFIA

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