Está en la página 1de 12

Vejeces

Arias Karina: “La vejez como deterioro, una categoría de opresión social”.
Envejecimiento como decadencia, generando estigmatizaciones que han teñido los imaginarios respecto de la
vejez, produciendo conductas opresivas y afectando directamente a quienes lo vivencian: los propios viejos.
La vejez concebida desde un modelo médico tradicional que se basa en los aspectos biológicos, los cuales
han sido extrapolados hacia los diferentes ámbitos sociales generando estigmatizaciones que se han
traducido en prejuicios, tiñendo los imaginarios respecto de la vejez, generando conductas opresivas y
afectando directamente a quienes lo vivencian: los propios viejos. El modelo médico tradicional también
conceptualiza a la vejez en términos de déficit y de involución, acentuando la percepción en el proceso
degenerativo. Remite a la idea de incapacidad, lo que se traduce en una actitud fatalista, en sentimientos de
resignación, apatía y temor.
El envejecimiento se caracteriza por ser continuo, progresivo e irreversible. Determina una pérdida progresiva
de la capacidad de adaptación y sólo concluye con la muerte del individuo. Lleva al organismo a un estado de
disminución de la reserva funcional, con lo que aumenta su labilidad.
Se ha expandido hacia diferentes ámbitos de la sociedad, lo que se ha traducido en una serie de
representaciones y conductas que atrapan a las personas adultas mayores en una posición de debilidad y
fragilidad, frente a “otros” con mayor poder y capacidad.
Asume la sociedad al respecto es el denominado “viejismo” el cual refiere a la discriminación y segregación
de la población vieja, se la ve como una etapa de decadencia en lo físico y en lo mental, lo cual conlleva a
descalificar y desvalorizar la vejez.
Vemos a los jóvenes temiendo envejecer y a los viejos envidiando la juventud”. Así, es posible inferir que la
vejez asusta, provoca angustia; parece un secreto vergonzoso; es un tema conflictivo, genera muchas
desventajas, enfermedades; vejez remite a muerte.
De tipologías estigmatizantes a diferencias legítimas
El envejecimiento no constituye un problema sino que es un fenómeno social, complejo y multidimensional.
Reflexionar acerca de esta etapa como una más en la totalidad del ciclo vital, “no implica una ruptura en el
tiempo, una etapa terminal, sino que es parte de un proceso en que el individuo se relaciona con la estructura
social con el mismo sentido con que lo hizo en otras etapas de su vida, aunque varíen las formas sociales”.
Las personas mayores pueden desarrollar grados de actividad social, determinada básicamente por tres
factores: las condiciones de salud, la situación económica y el apoyo social que reciba. “No es la edad lo que
conduce a la desvinculación social, se debe a circunstancias asociadas, como la mala salud, la pérdida de
amistades o la reducción de ingresos”.
Ludi, señala que el envejecimiento de la población, ha aumentado la relación económico-legal “activo-pasivo”,
tendencia fortalecida por el aumento de la esperanza de vida que prolonga el período de cobertura.
Las personas mayores tienen un importante rol en relación con la transmisión de la cultura y las tradiciones.
Aquellos que son abuelos cumplen un rol importante en la educación y cuidado de sus nietos. Estas miradas
valoran los conocimientos, la experiencia, los saberes, entre otras riquezas de los adultos mayores que
conforman su comunidad. Es aquí donde se aprecia la incomparable valoración que poseen las relaciones y
comunicaciones transgeneracionales.
Desde umbrales mínimos a umbrales de excelencia
Se han presentado argumentos que han intentado develar la situación de subordinación, en que aún hoy en
día, se encuentran los adultos mayores en los aspectos que dicen relación con las significaciones sociales de
la vejez, y las características de la opresión en cuanto al bienestar económico. Otros tipos de opresión, tales
como las desventajas de género en el acceso a recursos y medios de producción, las desigualdades que
experimentan las personas adultas mayores que poseen algún tipo de discapacidad. Las desigualdades en la
atención de salud, las dificultades en términos del acceso a viviendas adecuadas, entre otras.
Para pensar en intervenciones en el ámbito del envejecimiento que develan prácticas antiopresivas e
iniciativas que permitan reconocer el sustrato conceptual desde donde abordarlas, se propone como primera
instancia trabajar hacia la contribución de un cambio en la forma de mirar, de nombrar, de intervenir, de

15
convivir, de construir la vejez y el envejecimiento, de tal modo que se considere como un fenómeno social
caracterizado por su dinamismo, diversidad y complejidad.
Dar cuenta de la complejidad del proceso de envejecimiento y potenciar procesos de intervención que se
dirijan a “liberar” de la opresión a los viejos, desde este nivel de significación, se constituirá en el cimiento
para el empoderamiento de los adultos mayores, de modo que en un futuro sean ellos quienes piensen en
develar sus propias prácticas antiopresivas. Es importante, “promover una incorporación de la lógica de los
derechos, aumentar la co-responsabilidad y la participación activa, contribuir a incrementar la autonomía y
fortalecer posibilidades ciudadanas” de las personas mayores.
Reflexiones finales
El Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) se ha constituido en un intento incipiente del Estado por
establecer iniciativas tendientes a reivindicar los derechos de los adultos mayores.
“Es necesario, por lo tanto, un empoderamiento de las personas mayores en el sentido que se hagan cargo
de los problemas de su generación, donde la identidad no necesariamente pase por pertenecer al club de
ancianos tal o cual o por ser jubilado o pensionado, sino por constituir un grupo social que va a tener un poder
importante en la definición política y social de este país en un futuro”.
Esto requiere el fortalecimiento de la ciudadanía, la cual se vincula al ejercicio de sus derechos sociales, a la
posibilidad de hacer presión para que sus demandas sean atendidas por el Estado y a posicionar sus temas
en la agenda pública, ejerciendo sus derechos y reivindicando aquellos que son vulnerados.
El proceso de envejecimiento implica cambios profundos en el sistema de roles, estatus, y posiciones sociales
de las distintas categorías y estratos de la población.
Se trata de una transformación demográfica con consecuencias de todo tipo, entre ellos el replanteamiento de
una forma de organización social construida en torno a una población joven.
Estas proyecciones requieren de intervenciones antiopresivas que hayan alcanzado niveles de excelencia, es
decir, que les permitan a los adultos mayores constituirse en un grupo con legitimidad social; que hayan
potenciado el desarrollo de estudios integrales que den cuenta y respondan a la complejidad del fenómeno
del envejecimiento, traduciéndose en acciones que generen impacto público y permitan su reconocimiento y
aplicación a nivel social.
Es importante “pensar en un nuevo pacto social concordante con las nuevas desigualdades generadas en la
sociedad actual” que permita repensar lo social y refundar la solidaridad, de modo de articular
coherentemente la equidad permitiendo un lugar de ciudadanía para los viejos, sobre todo para aquellos que
se encuentran en situación de pobreza.

OMS: “Envejecimiento activo: un marco político”.


1. “El envejecimiento global: un triunfo y un desafío”
La Organización Mundial de la Salud sostiene que los países podrán afrontar el envejecimiento si los
gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil, promulgan políticas y programas de
«envejecimiento activo» que mejoren la salud, la participación y la seguridad de los ciudadanos de mayor
edad.
Es necesario que las políticas y los programas de envejecimiento activo permitan a las personas seguir
trabajando de acuerdo con sus capacidades y preferencias a medida que envejecen, y prevenir o retrasar las
discapacidades y enfermedades crónicas que son costosas tanto para los individuos, como para las familias y
el sistema de atención sanitaria.
Algunas definiciones fundamentales
➔ Autonomía: capacidad percibida de controlar, afrontar y tomar decisiones personales acerca de cómo
vivir al día de acuerdo con las normas y preferencias propias.
➔ Independencia: capacidad de desempeñar las funciones relacionadas con la vida diaria, es decir, la
capacidad de vivir con independencia en la comunidad recibiendo poca ayuda, o ninguna, de los demás.
➔ Calidad de vida: «percepción individual de la propia posición en la vida dentro del contexto del sistema
cultural y de valores en que se vive y en relación con sus objetivos, esperanzas, normas y
16
preocupaciones. Es un amplio espectro, incluye de forma compleja la salud física de la persona, su
estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, sus creencias personales y su
relación con las características destacadas de su entorno.
➔ Esperanza de vida saludable: sinónimo de «esperanza de vida libre de discapacidad».
2. “El envejecimiento activo: concepto y justificación”
Envejecer es una experiencia positiva que debe ir acompañada de oportunidades continuas de salud,
participación y seguridad.
¿Qué es el «envejecimiento activo»?
“Envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad
con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”.
Se aplica tanto a los individuos como a los grupos de población. Permite a las personas realizar su potencial
de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con
sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados
adecuados cuando necesitan asistencia.
«Activo» hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales,
espirituales y cívicas, a la capacidad para estar físicamente activo o participar en la mano de obra. Las
personas ancianas que se retiran del trabajo y las que están enfermas o viven en situación de discapacidad
pueden seguir contribuyendo activamente con sus familias, semejantes, comunidades y naciones.
El envejecimiento activo trata de ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las
personas a medida que envejecen, incluyendo aquellas personas frágiles, discapacitadas o que necesitan
asistencia.
El término «Salud» se refiere al bienestar físico, mental y social expresado por la OMS.
Mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece es un objetivo primordial tanto para los
individuos como para los responsables políticos. La interdependencia y la solidaridad intergeneracional son
principios importantes del envejecimiento activo. La calidad de vida que disfrutarán como abuelos dependerá
de los riesgos y las oportunidades que experimenten a través de toda su vida, así como de la forma en que
las generaciones sucesivas proporcionen ayuda y soporte mutuos cuando sean necesarios.
El planteamiento del envejecimiento activo se basa en el reconocimiento de los derechos humanos de las
personas mayores y en los Principios de las Naciones Unidas de independencia, participación, dignidad,
asistencia y realización de los propios deseos. Sustituye la planificación estratégica desde un planteamiento
«basado en las necesidades» a otro «basado en los derechos», que reconoce los derechos de las personas
mayores a la igualdad de oportunidades y de trato en todos los aspectos de la vida a medida que envejecen.Y
respalda su responsabilidad para ejercer su participación en el proceso político y en otros aspectos de la vida
comunitaria.
Un acercamiento al envejecimiento activo desde el ciclo vital
El envejecimiento que tenga en cuenta el ciclo vital reconoce que las personas mayores no son un grupo
homogéneo y que la diversidad del individuo tiende a aumentar con la edad.
Políticas y programas de envejecimiento activo
Las políticas y los programas del envejecimiento activo reconocen la necesidad de fomentar y equilibrar la
responsabilidad personal, los entornos adecuados para las personas de edad y la solidaridad
intergeneracional. Las personas y las familias necesitan planificar su vejez y prepararse para ella, y llevar a
cabo esfuerzos personales para adoptar prácticas de salud positivas y personales en todas las etapas de la
vida.
A medida que las personas envejezcan con un mejor estado de salud, es posible que el gasto médico no
aumente tan rápidamente.
3. “Los determinantes del envejecimiento activo. comprensión de la evidencia empírica”
El envejecimiento activo depende de una diversidad de influencias o «determinantes» que rodean a las
personas, las familias y las naciones.

17
Estos determinantes pueden aplicarse a la salud de todos los grupos de edad, aunque aquí se hace hincapié
en la salud y la calidad de vida de las personas de edad avanzada.
Determinantes transversales: la cultura y el género.
La cultura es un determinante
transversal. Rodea a las personas y
poblaciones, determina la forma en
que envejecemos porque influye
sobre todos los demás determinantes
del envejecimiento activo.
Los valores y las tradiciones
culturales determinan en gran medida
la forma en que una sociedad
considera a las personas mayores y
al proceso de envejecimiento. Los
factores culturales también influyen
en las conductas en pos de la salud.
Por ejemplo, las actitudes hacia el
hábito de fumar están cambiando
gradualmente en una serie de países.
El sexo es una «lente» a través de la cual se puede considerar la idoneidad de las distintas opciones de las
políticas instauradas y cómo afectarán al bienestar tanto de los hombres como de las mujeres. En muchas
sociedades, las muchachas y las mujeres tienen una situación social de inferioridad y un menor acceso. El
papel tradicional de las mujeres como cuidadoras de la familia también puede contribuir al aumento de la
pobreza y a la mala salud en la ancianidad. Los muchachos y los hombres son más propensos a padecer
lesiones debilitantes o a morir a causa de la violencia, los riesgos laborales y el suicidio. También se
involucran en conductas de mayor riesgo, como fumar, consumir alcohol y drogas y exponerse
innecesariamente al riesgo de herirse.
Determinantes relacionados con los sistemas sanitarios y los servicios sociales
Es necesario que los sistemas sanitarios tengan una perspectiva del ciclo vital completo y se orienten a la
promoción de la salud, la prevención de las enfermedades y el acceso equitativo tanto a una atención primaria
como a una asistencia de larga duración de calidad.
La sanidad y los servicios sociales han de estar integrados y coordinados y ser efectivos, integrados y
rentables. No debe existir discriminación por causa de la edad al facilitar los servicios y los profesionales
sanitarios han de tratar a las personas de todas las edades con dignidad y respeto.
● Promoción de la salud y prevención de las enfermedades: la promoción de la salud es el proceso que
permite a las personas controlar y mejorar su salud. La prevención de las enfermedades incluye la
prevención y el tratamiento de las patologías que son especialmente frecuentes a medida que las
personas envejecen.
● Servicios curativos: las personas se ven expuestas a un riesgo creciente de desarrollar enfermedades a
medida que envejecen, acceder a los servicios curativos se hace indispensable. El sector de asistencia
sanitaria primaria debe ofrecer la mayoría de los servicios curativos.
● Asistencia de larga duración: «El sistema de actividades desarrolladas por cuidadores informales
(familia, amigos, vecinos) o profesionales (servicios sanitarios y sociales) para garantizar que una
persona que no pueda valerse por sí misma pueda llevar una vida con la mayor calidad posible, según
sus gustos personales, y con el mayor grado posible de independencia, autonomía, participación,
realización y dignidad humana». Incluye ambos sistemas de apoyo: informal y formal, también se refiere a
tratamientos para detener o retrasar el curso de la enfermedad y la discapacidad.
● Servicios de salud mental: deben formar parte integral de la asistencia de larga duración.
Determinantes conductuales

18
La adopción de estilos de vida saludables y la participación activa en el propio autocuidado son importantes
en todas las etapas del curso vital. Implicarse en una actividad física adecuada, una alimentación sana, no
fumar y el consumo prudente de alcohol y medicamentos en la vejez puede evitar la discapacidad y el declive
funcional, prolongar la longevidad y mejorar la propia calidad de vida.
● Tabaquismo: fumar no sólo aumenta el riesgo de enfermedades como el cáncer de pulmón, sino que
también está relacionado negativamente con factores que pueden llevar a importantes pérdidas de la
capacidad funcional. Puede interferir en el efecto de los medicamentos necesarios. La exposición pasiva
al humo del tabaco también puede tener un efecto negativo sobre la salud de las personas mayores,
especialmente si están aquejadas de asma u otros problemas respiratorios.
● Actividad física: un estilo de vida activo mejora la salud mental y suele favorecer los contactos sociales.
El hecho de mantenerse activas puede ayudar a las personas mayores a mantener la mayor
independencia posible y durante el mayor período de tiempo, además de reducir el riesgo de caídas. Las
políticas y los programas deben animar a las personas inactivas a estar físicamente más activas a medida
que envejecen y proporcionarles oportunidades para ello. Es importante ofrecerles áreas de paseo
seguras y apoyarles en actividades comunitarias que sean culturalmente apropiadas, que estimulen la
actividad física y que estén organizadas y dirigidas por las propias personas mayores.
● Alimentación sana: los problemas de alimentación y seguridad alimentaria en todas las edades incluyen
tanto la desnutrición como el consumo excesivo de calorías. En las personas mayores, la nutrición
incorrecta puede estar causada por el acceso limitado a los alimentos, las penurias socioeconómicas, la
falta de conocimientos e información sobre nutrición, la incorrecta elección de los alimentos. El consumo
excesivo de energía aumenta considerablemente el riesgo de sufrir obesidad, enfermedades crónicas y
discapacidades a medida que las personas se hacen mayores.
● Salud bucal: los estudios demuestran que una mala salud bucal se asocia a la desnutrición y, en
consecuencia, aumenta los riesgos de contraer diferentes enfermedades. Los programas de promoción
de la salud bucal y de prevención de la caries diseñados para animar a las personas a conservar su
dentadura natural deben comenzar a edad temprana y continuar durante toda la vida.
● Alcohol: los cambios metabólicos que acompañan al envejecimiento aumentan su predisposición a las
enfermedades relacionadas con el alcohol, entre las que se incluyen la desnutrición y las enfermedades
hepáticas, gástricas y del páncreas. También presentan un mayor riesgo de caídas y lesiones.
● Medicamentos: tienen una mayor probabilidad que la gente joven de necesitar y usar medicamentos.
Las personas mayores con pocos ingresos tienen pocas posibilidades de acceder a un seguro médico
que les proporcione medicamentos. En consecuencia, muchos han de prescindir de ellos o se gastan una
proporción muy elevada de sus exiguos ingresos en fármacos.
● Cumplimiento terapéutico: implica adoptar y mantener una amplia gama de conductas, así como tomar
los medicamentos bajo la dirección de un profesional sanitario.
Determinantes relacionados con los factores personales
● Biológica y genética: influyen en gran medida en cómo envejece una persona. El envejecimiento es un
conjunto de procesos biológicos determinados genéticamente. El envejecimiento puede definirse como un
deterioro funcional progresivo y generalizado que ocasiona una pérdida de la respuesta de adaptación a
la agresión y un aumento del riesgo de enfermedades asociadas a la edad. La razón principal de que los
ancianos enfermen han estado expuestos a factores externos, conductuales y medioambientales que
provocan enfermedades. Aunque los genes pueden estar involucrados en la causa de las enfermedades,
en muchas de ellas la causa es medioambiental y externa en mayor grado que genética e interna.
● Factores psicológicos: como la inteligencia y la capacidad cognoscitiva y son potentes predictores del
envejecimiento activo y la longevidad. Durante el envejecimiento normal, algunas capacidades cognitivas
(como la velocidad de aprendizaje y la memoria) disminuyen de forma natural con la edad. Otros factores
psicológicos que se adquieren son la autoeficacia vinculada a las decisiones de conducta personal a
medida que se envejece y a la preparación para la jubilación. La manera de enfrentarse con las
circunstancias adversas determina lo bien que las personas se adaptan a las transiciones (como la
jubilación) y las crisis del envejecimiento (como la pérdida de un ser querido y la aparición de
enfermedades).

19
Determinantes relacionados con el entorno
● Entornos físicos: que tengan en cuenta a las personas ancianas pueden establecer la diferencia entre
independencia y dependencia para todas las personas, pero son de especial importancia para las que
están envejeciendo. Entrañan riesgos que pueden provocar lesiones debilitantes y dolorosas en las
personas mayores. Las lesiones como consecuencia de caídas, incendios y accidentes de tráfico, son las
más frecuentes.
● Seguridad de la vivienda: una vivienda y un vecindario seguros y adecuados son esenciales para el
bienestar tanto de los jóvenes como de las personas mayores, pueden marcar la diferencia entre la
interacción social positiva y el aislamiento.
● Caídas: son una importante y creciente causa de lesiones, gastos de tratamiento y muerte. Los peligros
del entorno son la mala iluminación, suelos resbaladizos o irregulares y la ausencia de barandillas donde
apoyarse. Estas caídas se producen en el entorno doméstico y pueden evitarse.
● Agua limpia, aire puro y alimentos sanos: son cuestiones importantes para los grupos de población
más vulnerables y para quienes padecen enfermedades crónicas y daños en el sistema inmunitario.
Determinantes relacionados con el entorno social
El apoyo social, las oportunidades para la educación y el aprendizaje continuo durante toda la vida, la paz y la
protección frente a la violencia y el abuso, son factores fundamentales que mejoran la salud, la participación y
la seguridad a medida que las personas envejecen.
● Apoyo social: el apoyo social inadecuado se asocia a un aumento de la mortalidad, morbilidad, angustia
psicológica y a una disminución de la salud general global y el bienestar. Los contactos sociales de apoyo
y las relaciones íntimas son fuentes vitales de fortaleza emocional. Es más probable que las personas
mayores pierdan a sus seres queridos y amigos y sean más vulnerables a la soledad, al aislamiento
social y a la disponibilidad de un «grupo social más reducido». El aislamiento social y la soledad en la
vejez están relacionados con un declive del bienestar tanto físico como mental.
● Violencia y abuso: las personas mayores que son frágiles o viven solas pueden ser especialmente
vulnerables a delitos como el robo y el asalto. Una forma más frecuente de violencia es el «abuso contra
las personas de edad avanzada» cometido por los miembros de la familia o por los cuidadores
institucionales que son bien conocidos por sus víctimas. El abuso contra los ancianos se produce en
familias de todos los niveles económicos. El abuso de los ancianos es «un acto único o repetido, o la falta
de medidas apropiadas que se produce dentro de cualquier relación donde hay una expectativa de
confianza que causa daño o angustia a una persona mayor», incluye el abuso físico, sexual, psicológico y
económico, así como la desatención. Se trata de una violación de los derechos humanos y una causa
importante de lesiones, enfermedades, pérdida de productividad, aislamiento y desesperación.
● Educación y alfabetización: para que las personas puedan seguir ocupadas en actividades gratificantes
y productivas a medida que envejecen, es necesaria una formación continua en el lugar de trabajo y
oportunidades de aprendizaje durante toda la vida en la comunidad. Necesitan formación en las nuevas
tecnologías. El autoaprendizaje dirigido, el aumento de la práctica y las adaptaciones físicas pueden
compensar las pérdidas de agudeza visual, audición y memoria a corto plazo. Las personas mayores
pueden y deben seguir siendo creativas y flexibles.
Determinantes económicos
● Ingresos: es necesario que las políticas de envejecimiento activo se entrecruzan con planes más amplios
para reducir la pobreza. Muchas personas mayores, sobre todo mujeres que viven solas o en zonas
rurales, no tienen suficientes ingresos garantizados. Esto afecta seriamente a su acceso a alimentos
nutritivos, a una vivienda adecuada y a la atención sanitaria. Las más vulnerables son las personas
mayores que no tienen bienes, cuentan con ahorros escasos o inexistentes, carecen de pensiones o
subsidios de la seguridad social o forman parte de familias con ingresos bajos o no garantizados.
● Protección social: en todos los países del mundo, las familias proporcionan la mayor parte del apoyo a
los ancianos que necesitan ayuda. Sin embargo, a medida que las sociedades se desarrollan y comienza
a decaer la tradición de que las generaciones vivan juntas, los países recurren cada vez más al desarrollo
de mecanismos que proporcionen protección social a las personas de edad avanzada que no pueden
ganarse la vida y están solas y son vulnerables
20
● Trabajo: al concentrarse sólo en el trabajo del mercado de trabajo formal, se tiende a ignorar la valiosa
contribución de los ancianos en trabajos del sector informal y en las actividades domésticas no
remuneradas. Los ancianos suelen asumir la responsabilidad principal del trabajo de la casa y el cuidado
de los niños para que los adultos más jóvenes puedan trabajar fuera de casa.
4. “Los desafíos de una población que envejece”
● Desafío 1 “La doble carga de la enfermedad”.
● Desafío 2 “Mayor riesgo de discapacidad”: las enfermedades crónicas son causas importantes y de
discapacidad, resultan costosas y reducen la calidad de vida. La independencia de un anciano se ve
amenazada cuando las discapacidades físicas o mentales hacen que le resulte difícil llevar a cabo las
actividades de la vida diaria. A medida que envejecen, es posible que las personas con
discapacidades encuentren barreras adicionales relacionadas con el proceso de envejecimiento.
○ Visión y audición: las principales causas de la discapacidad visual y de ceguera son las cataratas, el
glaucoma, la degeneración macular y la retinopatía diabética. Se necesitan urgentemente políticas y
programas diseñados para prevenir el deterioro visual y aumentar los servicios apropiados para el
cuidado de la vista. El deterioro de la audición provoca una de las discapacidades más extendidas,
puede causar dificultades de comunicación, también puede llevar a la frustración, la disminución de
la autoestima, el retiro y el aislamiento social.
○ Entorno de capacitación: se necesitan urgentemente políticas y programas que ayuden a prevenir y
reducir la carga de la discapacidad en la vejez, pensar en la capacitación en lugar de la
discapacidad. Los procesos de discapacidad aumentan las necesidades de las personas mayores y
llevan al aislamiento y a la dependencia. Los procesos de capacitación restablecen la función y
extienden la participación de las personas mayores a todos los aspectos de la sociedad. El cambio
de actitud de los proveedores de servicios sociales y sanitarios es de vital importancia a fin de
asegurar que sus prácticas posibilitan y capacitan a los individuos para ser lo más autónomos e
independientes el mayor tiempo posible.
● Desafío 3 “Proporcionar asistencia a las poblaciones que envejecen”: los miembros de la familia, los
amigos y vecinos proporcionan la mayor parte del apoyo y los cuidados a los adultos de edad
avanzada que necesitan ayuda. Muchas de las personas ancianas con necesidad de asistencia
prefieren ser cuidadas en sus propios hogares. Sin embargo, hay que ayudar a los cuidadores si se
quiere que continúen prestando ayuda sin que ellos mismos caigan enfermos. Necesitan estar bien
informados sobre la condición a la que se enfrentan, su probable evolución, y cómo obtener los
servicios de asistencia disponibles. Otras formas son la ayuda en formación, los ingresos asegurados,
las ayudas para adaptar el hogar que permita que las familias puedan cuidar de las personas mayores
con discapacidad y los desembolsos para ayudar a cubrir los costes de la asistencia.
● Desafío 4 “La feminización del envejecimiento”: las mujeres tienen más posibilidades que los hombres
de llegar a la vejez, período en el que las discapacidades y numerosos problemas de salud son más
frecuentes. En el grupo de los mayores de 80 años de edad. Las mujeres mayores que viven solas son
muy vulnerables a la pobreza y al aislamiento social.
● Desafío 5 “La ética y las desigualdades”: a medida que las poblaciones envejecen, se perfilan una
serie de consideraciones éticas. Están vinculadas con la discriminación en la asignación de los
recursos por razones de edad, cuestiones relacionadas con el fin de la vida y una multitud de dilemas
asociados con la asistencia de larga duración y los derechos humanos de las personas mayores
pobres y con discapacidades. Las sociedades que valoran la justicia social deben esforzarse por
asegurar que todas las políticas y prácticas mantengan y garanticen los derechos de todas las
personas, sin tener en cuenta su edad. El apoyo y la toma de decisiones éticas han de ser estrategias
fundamentales en cualquier programa, práctica, política e investigación sobre el envejecimiento. La
exclusión y el empobrecimiento de los hombres y mujeres ancianas suelen ser fruto de las
desigualdades estructurales de los países.
● Desafío 6 “La economía de una población que envejece”: el envejecimiento global exige a los
gobiernos y al sector privado que aborden los desafíos planteados a los sistemas de la seguridad
social y de pensiones. Un enfoque equilibrado de la provisión de protección social y los objetivos

21
económicos indica que las sociedades con voluntad de planificación pueden permitirse envejecer. Las
políticas del mercado laboral tienen en realidad un impacto más importante sobre la capacidad de la
nación para proporcionar protección social que el envejecimiento demográfico en sí. El objetivo debe
consistir en reconocer y aprovechar el talento y la experiencia de las personas mayores y garantizarles
un nivel de vida adecuado, a la vez que se fomentan los intercambios armoniosos entre generaciones.
● Desafío 7 “La forja de un nuevo paradigma”: las personas ancianas permanecen activas en el sector
del trabajo informal aunque esto no se reconoce a menudo en las estadísticas del mercado de trabajo.
Las contribuciones no remuneradas de las personas de edad avanzada en el hogar permiten a los
miembros más jóvenes de la familia comprometerse en el mercado de trabajo remunerado. Ha llegado
el momento de instaurar un nuevo paradigma que considere a las personas ancianas participantes
activas de una sociedad que integra el envejecimiento y que considere a dichas personas
contribuyentes activos y beneficiarios del desarrollo. Incluye el reconocimiento de las contribuciones
de las personas ancianas que están enfermas, son frágiles y vulnerables y la defensa de sus derechos
de asistencia y seguridad.
Asume un enfoque intergeneracional que reconoce la importancia de las relaciones familiares y el
apoyo que se prestan entre sí los miembros y las generaciones en una familia. Fortalece la idea de
«una sociedad para todas las edades». El nuevo paradigma desafía también la perspectiva tradicional
de que el aprendizaje es un asunto de niños y jóvenes, el trabajo de adultos y la jubilación es un
problema de la vejez. El nuevo paradigma reclama programas que apoyen el aprendizaje a todas las
edades y permita a la gente entrar o salir del mercado laboral para asumir papeles de cuidadores en
distintas épocas de su vida.
Educar a los jóvenes con respecto al envejecimiento y prestar una cuidadosa atención al
mantenimiento de los derechos de las personas de edad ayudará a reducir y eliminar la discriminación
y el abuso.

Modo resumen
Envejecimiento activo: “es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y
seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”.
Activo: hace referencia a una participación continua en cuestiones sociales, económicas, culturales,
espirituales y cívicas, no sólo a algo físico. Mientras las personas ancianas enfermas y/o con discapacidad
pueden seguir contribuyendo activamente en sus familias.
Principios
● Autonomía.
● Independencia.
● Dignidad.
● Asistencia.
● Participación.
● Realización de los propios deseos.
● Igualdad de oportunidades.
● Perspectiva de Derechos.

22
“Envejecimiento activo y participación social en sectores de pobreza" María del Carmen Ludi.
El texto aborda posibilidades y alternativas que tienen viejos/viejas de sectores de pobreza de acceder a
diferentes espacios de participación social, desde la perspectiva de envejecimiento activo, saludable,
diferencial.
“La vejez se configura como una construcción socio-cultural, sobredeterminada por dimensiones contextuales
socio-económico-político culturales que atraviesan la vida cotidiana; de allí que el envejecer sea un proceso
particular y complejo, que comprende diferentes aspectos: físico biológico-psicológico-social y emocional,
constituyéndose en una experiencia única en relación a estos aspectos y dimensiones”.
Ser viejo en el mundo occidental contemporáneo, remite a configuraciones de valores distintos de otros
momentos históricos de nuestra sociedad y de otras culturas. Las diferencias de género, de clase, de credos
religiosos, de etnia, de inserción profesional, también están presentes en la construcción de las
representaciones y de las experiencias del envejecer, dimensiones fundamentales en el análisis de la
identidad de este grupo etario.
Perspectiva de envejecimiento activo
Los/as viejos/as como sujetos activos en la construcción de ciudadanía.
De envejecimiento saludable a envejecimiento activo…
El envejecimiento saludable implica el permanente cuidado y atención de la salud y el sostenimiento de la
capacidad funcional de las personas mayores (realización de AVD/AIVD) tiene como principales objetivos
lograr una mayor esperanza de vida sin discapacidad, con posibilidades de adaptación adecuada a los
cambios, modificaciones, inherentes al envejecer; propone acciones que comprendan las dimensiones
biológica, psicoafectiva y social del envejecimiento, que vayan más allá de la prevención de enfermedades,
sino que refiere a lograr hábitos y estilos de vida saludables, el mantenimiento de reservas
funcionales/corporales, una dieta variada y equilibrada, una sociedad más amigable con las personas de
edad. Uno de sus principales dispositivos es la actividad física.
El envejecimiento activo aparece como un concepto superador, más abarcativo, ya que no se centra en
aspectos sólo ligados a la salud. Comprende la optimización de las oportunidades de bienestar físico, social y
mental; de participación y seguridad; con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la
productividad y mejorar la calidad de vida. Entre sus objetivos de lograr mayor autonomía / independencia,
hace hincapié en generar condiciones para controlar, afrontar y tomar decisiones personales acerca de cómo
vivir de acuerdo a normas y preferencias; contribuyendo a ello la participación continua en espacios y
cuestiones sociales, económicas, culturales y cívicas.
Al referirnos a envejecimiento activo no podemos soslayar los atravesamientos culturales; los avances en
igualdad de género; la feminización de la vejez y el aumento de expectativas de vida. La situación económica
(ingresos); el acceso a una adecuada atención de la salud y a servicios sociales; una alimentación adecuada;
un hábitat y vivienda acordes; educación permanente, tienen alta significación en la consecución del mismo.
El enfoque de envejecimiento activo está ligado a estrategias de acción globales y locales, que generen
inclusión social, propiciando modificaciones culturales, actitudinales; revisión de valores, de intereses
económicos y políticos, de políticas de Estado.
Envejecimiento activo y participación social en sectores de pobreza
La relación envejecimiento y pobreza, tiene que ver con procesos de envejecimiento personales y
poblacionales.
Los procesos de envejecimiento en situación de pobreza, sin acceso a determinados recursos y servicios, se
vuelven altamente problemáticos para los/as viejos/as y sus familias. Las mayores dificultades para aspirar a
un envejecimiento activo, están planteadas en aquellos/as viejos/as que viven en condiciones de extrema
pobreza; en las que los obstáculos y dificultades de producción y reproducción de su vida cotidiana muchas
veces son tantas y tan complejas, que el integrarse en estos espacios resulta muy dificultoso. Muchas veces
ni siquiera está la posibilidad de pensarlo, de conocer su existencia. El impacto que produce en la subjetividad
de cada uno, la no resolución de las necesidades más vitales, hace casi imposible luchar, participar, registrar
la dimensión simbólica de su cotidianidad. Esto se constituye en un desafío que como profesionales tenemos
que asumir si pretendemos habilitar condiciones de accesibilidad y participación en dichos espacios.

23
En nuestro trabajo en diferentes barrios de la ciudad con diferentes grupos, distinguimos dos
situaciones de vejez:
● Aquellos/as viejos/as que tienen mínimamente aseguradas algunas respuestas a sus necesidades básicas,
lo que les permite expresar deseos, expectativas, ganas de realizar otras actividades que vayan más allá de
los quehaceres domésticos. A pesar de que sus condiciones materiales de vida no son las “óptimas”,
igualmente acceden a determinados espacios socioeducativos, de recreación, de gimnasia, de aprendizaje
de artesanías y oficios. En relación a su vida cotidiana, muchos/as viejos/as hacen hincapié en la
organización diferente del tiempo, de su cotidianidad, de las cosas que les gusta hacer y las que ya no
pueden; de cómo impactó la jubilación en sus vidas, en lo personal e íntimo, en su grupo familiar; la llegada
de los nietos, el ayudar a criarlos, cuidarlos, y/o también hacerse cargo. Aparece muy fuerte la idea de
“envejecer junto con otros”, no sentirse solos, de allí el lugar que se le da a ese otro, a la “actividad”,
a sentirse activos, no “pasivos”; desean tener proyectos, por pequeños que estos sean.
● Los/las viejos/as que viven en condiciones de extrema pobreza, en situación de miseria, apenas tienen las
fuerzas necesarias para poder resolver su subsistencia diaria. Pareciera que aquí no hay espacio, lugar,
mucho menos “derecho” a aspirar a este tipo de actividad humana, que los acerque al envejecimiento activo,
saludable.
Los diferentes espacios/organizaciones de y para personas mayores (con perspectiva de
envejecimiento activo) son vitales para los/as viejos/as, generan un fuerte impacto en su vida cotidiana;
cumplen una función de apoyo muy importante en sus procesos de envejecimiento y sobre todo ante
dificultades y situaciones problemáticas a las que están expuestos y a las que debe enfrentar la mayoría de la
población anciana en el actual contexto de vulneración de derechos.
En la línea de envejecimiento activo, en contextos de pobreza, la participación, el poder integrarse a
grupos o a espacios no aparece como dado, sino que está relacionado con las condiciones de posibilidad con
que cuenta el grupo etario y cada uno de los/las viejos/as en particular.
Las organizaciones de y para personas mayores se entienden como «productos»” de procesos
socio-históricos, de construcción dialéctica, en los cuales diferentes actores (Estado y sociedad civil), con
distintos grados de involucramiento, han tomado diferentes posicionamientos ideológico-políticos,
perspectivas y prácticas políticas e institucionales. Las mayores debilidades de las organizaciones/espacios
es la ausencia de RRHH capacitados que aporten al desarrollo institucional a través de: orientación,
asesoramiento, coordinación y transferencia de herramientas metodológicas técnicas, así como de la
generación de espacios de producción y reflexión.
Las relaciones intergeneracionales también son muy importantes al pensar y habitar los diferentes espacios
de y para personas mayores, lo que contribuiría a que no se transformen en grupos/sectores cerrados, sino
que por el contrario, tengan entre sus objetivos y acciones, la producción de intercambios y la creación de
vínculos de reciprocidad.
Importancia de las políticas públicas y las políticas sociales (PPSS).
Las Estrategias de Intervención Social desde los diferentes niveles del Estado, no han logrado aún cumplir
con los objetivos primordiales de dar respuestas precisas y de alcance universal a las diferentes
problemáticas de viejos y viejas, sobre todo de sectores pobres y empobrecientes, porque más allá de
razones presupuestarias, aún no se alcanza a dimensionar su real importancia.
Pensar, diseñar e implementar PPSS, desde la perspectiva de envejecimiento activo implica brindar espacios
reales de participación social en los que los/as viejos/as tengan mayor capacidad de negociación para instalar
sus problemas en la agenda de gobierno; que los ubique en un lugar no de pasividad; que desnaturalice ideas
instaladas en relación al envejecer: no utilidad, no productividad (“viejismo”).

24
Envejecer en el actual contexto
El texto aborda el tema del "viejismo" y cómo la sociedad, influenciada por parámetros de belleza y
productividad propios del sistema capitalista, a menudo trata a las personas mayores de manera negativa. Se
observan diferentes modos de tratar a los ancianos, que van desde la sobreprotección y la infantilización
hasta la desprotección, el abandono y el maltrato. El texto plantea preguntas sobre si los ancianos generan
ternura o si solo se les atribuyen aspectos negativos, y si la sociedad está reproduciendo imaginarios sociales
en su trato hacia los ancianos. El texto destaca que la vejez puede presentar desafíos y dificultades, pero no
debería considerarse como algo cruel y desolador. Se hace referencia a Simone de Beauvoir, quien afirmó
que el trato hacia los ancianos, en el contexto del sistema capitalista, es un fracaso de la civilización
contemporánea. La apuesta principal del texto es promover una comprensión más amplia y compleja de la
vejez, destacando su importancia como una cuestión problemática y su influencia en el sentido de la vida. Se
enfatiza que la vejez involucra a toda la sociedad, ya que todos envejecemos si no morimos jóvenes, y se
aboga por tratar a las personas mayores como sujetos con dignidad y derechos.
Los modos de nombrar a la vejez y a los sujetos portadores de la misma
Este se centra en la importancia de la forma en que nombramos la vejez y a las personas que envejecen, ya
que esto refleja una concepción subyacente de la vejez y construye imaginarios, representaciones y prácticas.
Se mencionan diversos términos utilizados para referirse a las personas mayores, como "Ancianidad",
"Tercera Edad", "Cuarta Edad", entre otros, que a menudo intentan suavizar el término "viejo" a través de
eufemismos. La elección de estos términos tiene implicaciones en la identidad de las personas mayores y en
cómo son percibidas en la sociedad. Se critica el uso de términos como "abuelo" o "abuelita" en lugares de
cuidado para personas mayores, ya que confunden la vejez con la abuelidad, lo que puede contribuir a la
pérdida de identidad de las personas mayores. Además, se destaca la importancia de llamar a la vejez y a las
personas mayores por su nombre real, sin eufemismos, para reducir la negatividad y discriminación asociadas
a la vejez y promover un respeto genuino hacia esta población.
Los modos de ver, de nombrar, se plasman en los modos de hacer
Se enfatiza en la importancia de cómo nombramos y representamos la vejez, ya que esto influye en nuestras
acciones y relaciones. Los prejuicios y estereotipos sobre la vejez son la base de la construcción social del
imaginario social sobre la vejez. Los modos de ver y nombrar la vejez se reflejan en nuestras acciones y
prácticas cotidianas, así como en las políticas que afectan a las personas mayores. Esta percepción influye en
la toma de decisiones de políticas sociales. El texto aboga por luchar contra los prejuicios y la discriminación
hacia las personas mayores, promoviendo una ideología diferente sobre la vejez y resaltando la importancia
de nombrar las cosas por su nombre real. También se destaca la existencia de un "viejismo", que es la
discriminación y segregación hacia las personas mayores, basada en prejuicios y en el miedo a envejecer.
Además, se menciona que la vejez se representa de manera negativa en la sociedad contemporánea, en
parte debido a la obsesión por la juventud y el cuerpo. El texto argumenta que es esencial reconocer los
supuestos ideológicos detrás de estas actitudes y prejuicios, y aboga por la concienciación y la capacitación
para evitar intervenciones iatrogénicas en el trabajo con personas mayores. La vejez se aborda como una
construcción socio-cultural influenciada por factores socioeconómicos, políticos y culturales, lo que la
convierte en un proceso único y complejo en diferentes aspectos, incluyendo lo físico, biológico, psicológico,
social y emocional.
Modos de hacer: el campo de las políticas sociales
El texto aborda la relación entre el envejecimiento y la pobreza, señalando que el proceso de envejecimiento
personal y poblacional ocurre en un contexto de empobrecimiento generalizado en la sociedad. Se destaca
que "llegar a viejo" es una posibilidad para la mayoría de la población y que esto plantea desafíos sociales
importantes, incluyendo la feminización creciente de la vejez y la convivencia de múltiples generaciones en la
misma familia. El texto argumenta que no querer envejecer también implica no querer empobrecer, ya que la
jubilación a menudo implica una disminución significativa en los ingresos y condiciones de vida. Además,
señala que las personas mayores en situación de pobreza enfrentan desafíos adicionales, como la falta de
acceso a recursos y servicios. Se enfatiza la importancia de identificar y abordar estas situaciones de vejez en
la dinámica de las relaciones sociales, considerando las necesidades básicas de los adultos mayores, como
alimentación, vivienda, salud, educación y participación en la sociedad. El texto también menciona la
presencia de políticas sociales a nivel nacional y la existencia de programas específicos para adultos
25
mayores, así como la formación de profesionales en gerontología. Sin embargo, se destaca la falta de
tradición en políticas específicas para adultos mayores en la provincia de Entre Ríos. Se aboga por un
enfoque más integral de la cuestión del envejecimiento y se sugiere que una necesidad socialmente
problematizada se convierte en una demanda política que debe ser abordada en la agenda pública. Se
destaca la importancia de hacer visible el tema y promover la concienciación sobre los prejuicios hacia las
personas mayores, así como la necesidad de asignar presupuesto y recursos humanos adecuados para
abordar los desafíos relacionados con la vejez y la pobreza.
Hacia un Trabajo Social “Propositivo” (Marilda Iamamoto) Claves problemáticas y desafíos para Trabajo Social
en el campo de la Vejez
Aborda la perspectiva ideológica y teórica en el campo del trabajo social gerontológico, resaltando la
importancia de cuestionar dos enfoques: la lógica de "tutela" y la lógica de "Derechos," así como dos
perspectivas: la matriz tecnológica y la perspectiva crítica. Se enfatiza la necesidad de clarificar modos de ver
y redireccionar prácticas mecánicas y rutinarias hacia un enfoque más reflexivo y crítico en la atención a las
personas mayores. Se menciona la importancia de analizar propuestas "nuevas" que a menudo encubren
prácticas antiguas, como la filantropía, la neo-filantropía y la gestión social, en el contexto de las dinámicas
entre el Estado, la sociedad civil y el mercado. Se aboga por un trabajo en red, en el que se aborden las
condiciones materiales y simbólicas de vida de las personas mayores, buscando fortalecer su vitalidad y
autonomía. El texto también subraya la necesidad de modificar criterios y parámetros en cuanto a la
protección social, centrándose en construir y reconstruir lo público y colectivo. Se destaca la importancia de
permitir a las personas mayores vivir de una manera digna, acceder a una "buena vida" y ejercer plenamente
sus derechos de ciudadanía. Se insta a los profesionales a considerar su propia futura vejez al proporcionar
mejores servicios y apoyo a las personas mayores. Se aboga por el cambio de actitudes cotidianas en el trato
hacia las personas mayores y se señala la importancia de la capacitación en el campo del envejecimiento. El
texto también enfatiza que trabajar con personas mayores es un tema de derechos humanos, y se destaca la
necesidad de considerar a las personas mayores como ciudadanos que tienen derecho a ser vistos,
nombrados y considerados como actores políticos y sujetos de derechos. El trabajo en el campo
gerontológico busca fortalecer la condición de ciudadanos de las personas mayores, lo que implica la
expansión de sus posibilidades de ejercicio pleno de sus derechos. Se destaca la importancia de crear
espacios para las personas mayores que se basen en sus vivencias y experiencias, y que promuevan una
imagen social positiva del envejecimiento.

26

También podría gustarte